Capítulo III.

Las náuseas habían desaparecido para dejar paso a una ira incontrolable, llevaban un mes y medio de clase y no había día en que el cuerpo de la adolescente no recibiera una maldición imperdonable. Sabía que de conocer aquello la señora Weasley irrumpiría en Hogwarts y ella sola acabaría con los Carrow. Pero la pelirroja no podía permitir eso, el resto de mortífagos la habrían matado sin pestañear. Por eso Ginny se había vuelto taciturna y escueta en sus cartas, bueno eso, y que también estaba segura que revisaban su correo.

Si no fuera por Pottervigilancia, las cosas para ella serían aún peores, cada día llegaban menos noticias del exterior. Nadie podía contar con que no se revisarán las cartas, y la libertad de prensa se había visto limitada. Estaba prohibido en Hogwarts la circulación de cualquier medio de comunicación que no fuera "El Profeta", y los alumnos que eran pillados con algún otro periódico o revista eran brutalmente castigados. La primera en recibir un castigo por eso fue Luna. Ginny aún sentía su sangre hervir cuando pensaba en como su amiga casi no tenía ni pulso cuando los Carrow la dejaron tirada en el suelo del aula de castigo. Y sí, ahora Hogwarts tenía un aula de castigo, que más que eso, parecía una sala de tortura.

Aún así Ginny seguía escribiendo a su familia con la esperanza de recibir noticias de ellos, y escuchando el nuevo programa de Lee cada noche puntual. Lo hacía en una esquina de la sala común, junto con Neville y unos pocos estudiantes más. Al principio solo había gente de la más estricta confianza, pero poco a poco había ido aumentado el número a medida que pasaban los días. La voz familiar y desvergonzada de Lee los llenaba a todos de un sentimiento reconfortante, en especial aquellos que llegaron a escucharlo retransmitir el torneo de quidditch. Ese sentimiento se triplicaba en la pequeña de los Weasley cuando tenía la suerte de escuchar a cualquier miembro de la orden o mejor aún, a uno de sus hermanos.

Aunque Jordan intentaba hacer el programa ameno, las noticias que transmitía nunca eran demasiado festivas, pero aquel día fue distinto.

- Fosforito no sabes como me gusta tenerte aquí -comentaba Lee entre carcajadas -siempre me haces reír.

- Es un don Río -comentó "Fosforito", Ginny reconocería esa voz en cualquier parte, aunque fuera la primera vez que hablaba en el programa, sintió la emoción llegar a cada célula de su cuerpo. -Mi padre dice que proviene de mi noble y ancestral sangre -hizo una pausa dramática -es decir de su lado de la familia.

En la sala común solo rio ella, Neville le dedicó una sonrisa, él también había reconocido la voz, Ginny estaba segura. Así que fueron los únicos que entendieron el chiste hecho por "Fosforito", por eso no era sorprendente que el resto los miraban incrédulos.

- ¿Algo más que aportar a esta maravillosa aunque corta transmisión?

- Pues sí, la verdad que sí -parecía dudosa pero la voz de su marido se escuchó por detrás animándola a hablar. Aquellos de los alumnos que lo reconocieron se miraron entre sí sorprendidos y emocionados, se escucharon varios "es el profesor Lupin" "no puede ser" "ah es él que emoción "¿Lupin estaba casado?" -Puede que no lo hayas notado Río, pero últimamente he engordado un poco.

- Hombre Fosforito eso de un poco es relativo -comentó el chico burlón -pero no te preocupes no creemos que A-quién-no-debe-ser-nombrado le importe mucho.

- Bueno quizá a él no -replicó la mujer con la voz llena de emoción -pero seguro que a la loca psicópata de su segundo al mando sí ¡Porque estoy embarazada! -Las últimas palabras las había gritado -estoy deseando ver qué piensa mi adorada tía.

Las felicitaciones y risas no tardaron en llegar desde la radio, y en la torre de gryffindor los leones tardaron un poco más en reaccionar, pero muchos de ellos se emocionaron. En la sala común se oían ahora risas, y gritos de alegría, incluso alguna felicitación, como si fueran ellos los que iban a tener un hijo. Ginny en cambio se sintió extasiada con la noticia, hacía meses que no se sentía tan feliz, ¡Tonks iba a tener un niño! Y seguro que iba a ser precioso.

- ¡Bueno Fosforito te aseguro que no me esperaba eso! -La voz de Lee volvió a sonar en la radio, haciendo que los leones se callaran al instante -es casi mejor que enterarnos de que los snorkack de cuerno arrugado que se han visto cerca de Ottery Saint Catchpole son un buen augurio para Harry.

Las risas no se hicieron esperar tanto en la radio como en la sala.

- Y ahora sí pasamos a despedirnos… -Ginny en ese punto desconectó, disfrutando de la felicidad que ese programa le había producido ese día


El pequeño programa de Lee siguió siendo un foco de alegría para los alumnos, ahora que la entrada al castillo del correo y los medios era controlada. Muchos estudiantes, encontraban en el programa una forma de rebelarse contra las autoridades de Hogwarts. Claro que a los estudiantes no les gustaría escuchar acerca de sus familias a través de Pottervigilancia, puesto que la mayoría de gente que era mencionada allí se encontraba en una situación peliaguda. Tampoco nadie era tan tonto como para comentarlo la existencia del programa en voz alta, pero los alumnos cuchicheaban acerca del programa a las espaldas de los Carrow continuamente.

Sin embargo, el programa no era solo una forma de rebelarse, ahora que "El Profeta" estaba abiertamente bajo el dominio del lado oscuro declarando a Harry como "El Enemigo Público Nº1". Pottervigilancia había pasado a ser una de las pocas fuentes fidedignas que quedaban en el mundo mágico inglés. Sorprendentemente, lo mismo había ocurrido con "El Quisquilloso", la revista del padre de Luna. Y aunque Ginny no podía negar, lo agradecida que estaba a Xenophilius Lovegood por mostrar su apoyo a Harry, debía admitir que este seguía teniendo un estilo muy peculiar a la hora de hacerlo.

En ese momento Ginny se encontraba sentada en una butaca de la sala común, jugando con un ejemplar del quisquilloso entre las manos de manera distraída. En unos minutos empezaría el próximo programa de Pottervigilancia, ya hacía un par de días que no había. Pero eso se debía a que al ser un programa clandestino no tenían un establecimiento fijo donde grabarlo. Por tanto, la pelirroja no tenía porqué estar inquieta.

Demelza Robins llegó junto a ella, en el preciso momento en que notaba un ligero corte en la palma de su mano, provocado por las hojas del quisquilloso. Su compañera colocó en la mesa frente al fuego la radio, y le dedicó a Weasley una sonrisa que no llegó a sus bonitos ojos castaños. Poco a poco varios estudiantes se fueron juntando alrededor de las dos: Finnigan, Parvati, Lavender, Jimmy Peakes, Vane… hasta ocupar todo el hueco frente a la chimenea. Los ojos marrón chocolate de Ginny vagaron entre todos ellos intentando localizar la cabeza rubia Neville. Pero no tuvo éxito, y los ruidos que estaba haciendo Demelza tratando de sintonizar la radio eran una distracción muy molesta.

- En unos mi… -todos los ojos se posaron en la radio a la vez, provocando que la pobre Demelza se sonrojará. Pero el ruido estático que salió de la radio, había entrecortando las palabras de Lee. -to..s se co…ten… -más ruidos estáticos. Los alumnos inquietos empezaron a susurrar y a moverse en sus asientos.

- Tienes que decir la contraseña -señaló Parvati, la castaña cobriza le miró con alarma.

- No me la sé -declaró Robins derrotada. -¿Alguien se la sabe?

Un murmullo de negación surgió de entre la multitud, Ginny maldijo para sus adentros, había estado tan preocupada que se le había olvidado por completo la contraseña para el programa de esa noche.

Los ruidos estáticos continuaban entrecortando las palabras de Lee, si no conseguían la contraseña no podrían escuchar el programa, era tan sencillo como eso. Jordan no era tonto, y Ginny sabía que el chico no se ofrecería como cabeza de turco de algo así sin tomar precauciones. Por eso el joven había creado una especie de encantamiento "fidelius" con el que proteger el programa, la pelirroja estaba segura de que sus hermanos habían ayudado a la creación, incluso podría apostar que también el profesor Flitwick.

- Prueba Harry -sugirió uno de los alumnos, Demelza susurró el nombre de Harry mientras tocaba la radio con la varita, pero todo siguió igual.

- Ese, era muy obvio -declaró una niña de cuarto con rotundidad al chico de su lado que era quién lo había sugerido. Él le sacó la lengua como respuesta.

Hubo varias sugerencias más, pero todas fallidas, Ginny ya sabía que no funcionan antes de probarlas. La chica de cuarto tenía razón, estaban siendo demasiado obvios, generalmente Pottervigilancia utilizaba nombres de miembros de la Orden, pero ella no podía revelarlos.

- Prueba con Ojoloco -la voz de Neville firme se alzó sobre todas las demás.

Acababa de llegar, tenía el pelo desordenado, el uniforme descolocado, la cara y las manos sucias, pero sus ojos brillaban con determinación. Y Ginny vio que en sus mangas arremangadas podían adivinarse manchas de sangre, mientras que en sus antebrazos se veían heridas. ¿Acaso venía de un castigo? Era lo más probable, pero ella no se había enterado. El rubio anduvo hasta sentarse en el brazo de su butaca, no dijeron nada, pero no hacía falta. Ginny le acarició durante un segundo breve el gemelo que colgaba cerca de su mano, transmitiendo así su apoyo. Todos los gryffindors se habían vuelto a mirarle, y en sus ojos brillaba la más pura admiración.

- Ojoloco -repitió Neville clavando sus ojos en Demelza, quién no había reaccionado aún. Con un asentimiento la chica probó, pero no sucedió nada.

- No es -declaró innecesariamente.

- Dumbledore -sugirió Neville a continuación, Ginny sintió como le daba un vuelco el corazón. Longbottom estaba diciendo a los miembros de la orden que habían fallecido.

- Tampoco -replicó Robins, los ojos de los alumnos pasaban de Neville a ella como si se tratara de un partido de quidditch.

- Sirius Black -tras probarlo Demelza negó con la cabeza.

Neville empezaba a frustrarse, pero a su lado, Ginny había tenido una revelación. Puede que no hubiera sido un miembro de la orden, pero fue la persona con la que empezó todo esta vez. Apenas fue consciente de que estaba hablando hasta que su voz llegó a sus oídos, pero sonaba distante, lúgubre, como si no fuera de ella.

- Cedric Diggory -todos los presentes se quedaron sin respiración al escuchar el nombre, pero Ginny estaba convencida de que había acertado.

- Cedric Diggory -repitió Demelza con la voz temblando, y esta vez los ruidos estáticos desaparecieron.

A pesar de la consternación los alumnos respiraron tranquilos, al escuchar el programa libre de protección.

- Bueno y eso es el repaso de las serpientes que se han arrastrado a lo más alto de la escalafón esta semana -la voz de Lee inundó la sala común. "Oh mierda nos hemos perdido esa parte" exclamó alguien del grupo, pero Ginny no supo identificar quién. -Ahora pasaremos a contarles toda la información que tenemos sobre el elegido ¿Regio?

- Gracias Rio -Ginny sonrió en su asiento al reconocer esa voz al instante, pero rápidamente volvió a tensarse al darse cuenta de que hablaban de Harry. El corazón le latía a mil, ¿le habría pasado algo?, -me ha encantado el resumen de las serpientes -Lee al otro lado de la radio aceptó el cumplido con gracia. -Debo decir, que no tenemos noticias del elegido, pero eso es bueno. -La pelirroja dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

- Cierto -declaró Jordan con entusiasmo -hoy en día no tener noticias… -Jordan hizo una pausa sin saber bien qué decir, hasta que añadió indeciso -son buenas noticias. ¿Qué me dice usted Gran León? -Se notaba que quería cambiar de tema.

- La verdad es que por mi parte tampoco he sabido nada de él. -Ginny sintió que las lágrimas se acumulaban en los ojos con tan solo escuchar esa voz, a su lado Neville dejó escapar una exclamación de sorpresa y le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. -Al menos no desde aquella incursión en el ministerio, pero de eso hace más de un mes. Yo mismo me crucé con él ese día y fui incapaz de reconocerlo, Río ¡¿Te lo puedes creer?! -Weasley se rio levemente, la voz sonaba más divertida que otra cosa.

- Bueno eso no me sorprende Gran León -declaró Río entre risas -tiene usted un poco fama de despistado, con tantos hijos es normal que se equivoque… -unos cuantos alumnos miraron a Ginny empezando a entender quién era el hombre que estaba hablando.

- Tienes toda la razón hijo -declaró León también entre risas.

- Ahora que ya hemos resumido el escalafón, y las noticias del Elegido, me temo que tenemos que pasar a temas mucho más serios. -La voz de Lee sonaba muy lúgubre en ese punto.

- Me temo que sí -estuvo de acuerdo Regio. -Creo que lo primero sería informar de las bajas que hemos tenido en estos días.

La tensión se podía palpar en el aire, en la sala común.

- Sentimos comunicar -continuó Regio con voz solemne -la pérdida de nuestra querida Emmeline Vance, quién luchó hasta el final. -Ginny soltó un suspiro de alivio, se odiaba a sí misma por ello, pero solo conocía a Emmeline de un par de veces mientras que el resto. Bueno eran su familia.

- Guardaremos un minuto de silencio por ella -la voz de Gran León sonó más solemne de lo que Ginny jamás había escuchado.

En la sala común todos los alumnos dispuestos alrededor de la radio guardaron silencio, junto con los miembros del programa. Los ojos de Ginny paseaban inquietos por el grupo evaluando a quienes lo conformaban. Sabía que no debía estar haciendo, y en lugar de divagar debía estar con la cabeza gacha como muchos de sus compañeros pero no podía evitarlo. Siempre había sido muy movida.

- Desde Pottervigilancia queremos mostrar nuestro apoyo a toda su familia -reanudó Lee después del minuto de silencio. -Pero las malas noticias por hoy aún no han terminado -dictaminó Jordan con voz de enfadó -¿Regio?

- Es cierto desgraciadamente, Romulus ha podido seguir la pista a unos cuantos mortífagos mientras iban camino a sus misiones -la voz de Regio desprendía seriedad, y una autoridad de quién sabe de lo que está hablando. -Es seguro que Voldemort -se oyeron unos cuantos gritos en la sala común -ha conseguido unir a varios gigantes a su causa -más gritos atemorizados -y también hombres lobo - unos cuantos empezaron a llorar. -Y me temo que no parará ahí.

- Vaya Regio… -la voz de Lee sonaba estrangulada, como si estuviera digiriendo lo que acaba de oír.

- Si me permites Río, -interrumpió Gran León -me temo que Regio tiene mucha razón. Durante siglos muchos magos y brujas han tratado a las criaturas mágicas como si fueran inferiores, relegándolos a las sombras y despojándolos de sus derechos. Esa forma de actuar no es mucho mejor que la que los mortífagos demuestran a los nacidos de muggles y muggles. -Gran León hizo una pausa, Ginny sabía que esta había sido intencionada, quería que todos pensarán en lo que estaban oyendo. -Sin embargo, El-que-no-debe-ser-nombrado ha sabido aprovechar el odio que nosotros mismos hemos creado, y les ha ofrecido a esas criaturas la libertad que tanto ansían. Así que sí, vendrán muchos más.

- Bien dicho Gran León -declaró la voz de Regio con orgullo, Ginny en la sala común se sentía igual, mientras asentía afirmativamente a lo que acaban de escuchar.

- Entonces esperemos que Harry tenga suerte en lo que sea que esté haciendo y nos saque de está pronto -declaró Jordan.

- Amén hijo -se le escapó a Gran León.

- Que tu mujer no te oiga -dijo Regio entre risas. Pronto se le unieron los otros dos.

- Y ahora sí que esto ha sido todo por hoy, esperamos poder conectarnos en un par de días con noticias más agradables. La contraseña para la próxima vez será "Hocicos" -Weasley sintió como su corazón daba un brinco e intercambió una mirada cómplice con Neville. -Si Harry nos estas escuchando, que sepas que tienes nuestro máximo apoyo, y estamos a tu disponibilidad para lo que sea. Para el resto de oyentes, ¿algunas palabras señores? -preguntó Lee a sus compañeros.

- Sí, -afirmó Regio -recordad que hay que mantener la esperanza, pero sobre todo que no debemos rendirnos. Porque entonces, sí, estaremos perdidos.

- Unas palabras contundentes desde luego -la voz de Lee aunque solemne no dejaba de tener su típico tono divertido. Y con eso cortó la transmisión.

El grupo sentado junto a la chimenea de la sala común se quedó un par de segundos en silencio tratando de asimilar todo lo que habían escuchado en el programa de esa noche. Hasta que fue roto por una valiente de tercero.

- ¿Creéis que lo que han dicho es cierto?, -todos fijaron sus ojos en la niña, esta tenía el pelo rubio cenizo recogido en trenzas, y la cara roja.

Era una de las que se había puesto a llorar hace un rato, pero Ginny se dio cuenta, que a diferencia del resto, la niña no había dejado escapar ni un sonido mientras lo hacía. Había estado llorando en silencio, y eso le envió un escalofrío a la pelirroja, ¿qué clase de niña de trece años sabe llorar en silencio? Y entonces se acordó de su primer y segundo año, y la respuesta le vino a la cabeza "una que ha sufrido mucho".

- Me refiero a la parte de gigantes, hombres lobo y todo eso -como nadie había respondido aún a su pregunta la niña creyó que debía aclararlo.

- Si -contestó sorprendentemente Parvati Patil -ya lo hicieron en el pasado -añadió con un hilo de voz.

Nuevos gritos y sollozos se escucharon por el grupo. La niña solo asintió en gratitud.

- Seguro que Potter hará algo pronto -exclamó un chico de quinto que Ginny reconoció como una amigos de Dennis Creevey. Muchos le miraron escépticos, Demelza le mandó callar en voz baja. -¡Ya lo ha hecho otras veces! ¿Verdad que sí Weasley? Tú tienes que saberlo.

Ahora Ginny podía sentir todos los ojos en ella, a algunos incluso les brillaban los ojos con esperanza. La pelirroja sintió el vómito subir por su garganta, ¿qué se suponía que tenía que hacer? Estaba claro que no podía -ni quería- contarles la misión secreta de Harry.

- Hace meses que Weasley no ve a Potter, déjalo Puddington -replicó Finnigan.

- Eso no lo sabes -respondió el mismo chico de antes.

- Si lo sé, se lo pregunté en el tren al venir aquí. -Seamus no parecía enfadado, solo derrotado -nadie le ha visto desde junio, ni siquiera sabemos si sigue vivo. -Ahora se oyeron más gritos entre los alumnos.

Pero Neville no pudo contener la risa, empezó con una risa disimulada que hasta podía haber sido una tos, pero perdió el control rápidamente y se le escapó una auténtica carcajada.

- Lo siento Seamus, -declaró el rubio -¿pero de verdad crees que si Harry estuviera muerto no lo habrían gritado ya a los cuatro vientos? -los leones se tranquilizaron con la idea, Ginny se acordó de Hannah Abbot ella había dicho lo mismo el primero de septiembre en el carruaje. -Por Merlín hubieran colgado y expuesto su cuerpo en el mismo Ministerio, como si fuera una atracción de feria para que todos pudie…

- Neville -le llamó Lavender con la cara verde mirando a los más pequeños.

- Perdón -dijo el rubio, pero siguió con su discurso. -Pero es la verdad, yo sé que Harry está vivo, y que volverá a ayudarnos. En primero se enfrentó a Voldemort -hubo varios gritos en la sala, y Ginny no pudo más que mirar a su amigo impresionada ¿cuándo había cambiado tanto Neville? -para salvar la piedra filosofal -continuó él ignorando los gritos, -en segundo mató a un basilisco con una espada, en tercero se enfrentó a miles de dementores, en cuarto ganó el torneo de los tres magos y volvió a enfrentarse a Voldemort, en quinto peleó en la batalla del ministerio enfrentándose por cuarta vez con él, y en sexto estuvo con Dumbledore segundos antes de que muriese. -Ahora no solo los que habían estado escuchando la radio miraban a Neville, muchos otros lo hacían desde otros sitios, todos ellos con los ojos abiertos como platos. Longbottom se sentía inspirado por eso claramente. -¿De verdad crees que no hará nada este año? El año en qué se le está dando caza, el año que no está en Hogwarts…

- Tienes razón, pero no hizo nada de eso solo -contestó Finnigan, poniéndose en pie de golpe -siempre ha tenido a Ron y Hermione, y en quinto a vosotros también y…

- ¿Quién te dice que esté solo?

- ¡Neville abre los ojos!, Ron está enfermo en casa muriendo de spattergroit, Granger si es tan lista como siempre ha demostrado habrá huido del país antes de que la encarcelaran en Azkaban, y vosotros estáis aquí -terminó de gritar Seamus. -Harry está solo, y nadie puede hacer esto solo, ni siquiera él. Me voy a la cama -y con eso último desapareció escaleras arriba.

Muchos se habían deprimido ante lo dicho por Finnigan, Ginny no podía reprocharle nada, ni contradecir lo que había dicho. Neville tampoco replicó, el grupo se empezó a deshacer, y todos los leones parecían estar peor a como habían llegado.

- Harry no nos dejaría -dijo Neville cuando solo quedaban ellos, Ginny le miró -lo sé, estoy seguro.

- Quizá Seamus tenga razón -dijo ella que tenía que cumplir con la parte que le tocaba -puede que sea demasiado para él. Quizá no tenga elección.

- Pero no está solo -Neville no lo estaba preguntado, era una afirmación. La pelirroja no lo contradijo. -¿Tú sabes por qué entraron en el misterio?, -Weasley se le quedó mirando. -Quiero decir, no tiene sentido, la profecía ya no existe y es la persona más buscada del país ¿por qué haría eso?

- No lo sé Neville.

- Quizá necesita un arma? -Ginny sabía a ciencia cierta, que necesitaba un arma, pero no creía que esta estuviera en el ministerio.

- ¿Para qué querría un arma?

- Para cumplir su misión por supuesto -contestó Longbottom como si fuera tonta. Ginny no le había contado nada de eso a nadie, ni siquiera a él, así que era imposible que lo supiera.

- Neville… -empezó cansada de todo eso.

- No vas a hacerme cambiar de opinión -le cortó él antes de tiempo -conozco a Harry desde primero. Es mi amigo y sé que siempre hace lo que es correcto, aunque le lleve a enfrentarse a un perro de tres cabezas.

Los dos se miraron de forma cómplice, y por un momento Ginny se permitió sonreír. Si seguía habiendo gente como Neville, puede que en el fondo todo fuera bien. Kingsley tenía razón, no podían perder la esperanza.