Faberry Week 2022 - DAY 5 - Summer Vacation
Summary: Quinn encuentra el amor de la forma más inesperada, cuando menos lo buscaba. Faberry. One shoot.
Descargo de responsabilidad: no poseo derecho alguno sobre el show y/o sus personajes, sólo la de esta historia que tiene perfecto sentido en mi cabeza y en todo aquel o aquella que decida compartirla conmigo.
She was love and she went in search of love.
Nota: en esta historia, Russell no es hijo de puta, Rachel y Quinn tienen 17 años, Frannie 23, Diego 25 años.
Quinn jamás pensó que podría encontrar el amor durante un trabajo de verano, y casi no lo hace.
Perseverancia es todo y a la par, a veces es mejor soltar, aquello le traería una gran sorpresa.
Quinn de 17 años durante vacaciones de verano entre sus estudios estaba vacacionando en la casa de sus papás, una cabaña de campo frente a un lago, un lugar precioso, "cabaña" siendo una subestimación, aquello era una cosa hermosa, rústico por fuera, con madera de roble y cedro y por dentro.
Aunque mantenía el ambiente acogedor, tenía un par de lujos, como tres dormitorios con baño propio, camas kingsize, un escritorio, un closet y cada cuarto con sus particularidades, adicional a ello, un jacuzzy, agua caliente y fría en toda la casa, incluso al lavar los platos, dos pisos, todo de madera por dentro, la mesada de un tronco en un solo corte de modo que se veía todos los anillos en ella, hermoso, tan hermoso como las fotos que tenían en sus paredes, de la familia Fabray, papá mamá, las dos hijas y el abuelo. en casi todas las fotos en diferentes edades y labores sociales como era la concientización con el ambiente, el sembrar muchos árboles a través de la ONG que tenía la familia y otras entidades a las que estaban a asociados.
Judy, su mamá, al verla tan taciturna y meditabunda leyendo otro de sus libros ideó un plan de acción que trajera a su hija una amistad al menos, ella estaría muy feliz de ser así y su hija mucho más.
Su niña era un ángel, casi todo el tiempo en la cual no estaba siendo un smartass, era muy inteligente para todo lo intelectual, más en lo social se le complicaba mucho interactuar, todo lo opuesto a su Frannie (23años) que en ese ámbito era muy popular, razón por la que sus vacaciones las estaba pasando en Europa con sus amigos, esquiando, mientras ellas estaban en la casa de veraneo.
Judy pensando en lo mejor para su nena, hizo un par de llamadas, había un campamento al otro lado del lago, caminando por un bosque a diez minutos del campamento de señoritas que estaba repleto todos los veranos y a media hora un campamento de chicos.
- ¿Mi amor?
- ¿Mami? – preguntó Quinn desde su sitio en el alfeizar de la ventana con su libro en mano y sus lentes, los rayos del sol cayendo sobre su cabello dorado, Judy se acercó mirando embobada a su niña, con su corazón repleto de amor por su angelito, le acarició con una mano su mejilla y le besó la mejilla dulcemente, sonriendo cuando su nena emitió un ruidito muy lindo a la par de regalarle esa hermosa sonrisa.
- Mi vida.
- Si mami…
- Como no quiero que estés todo el verano encerrada en esta casa…
- Yo no… - intentó mentirle a su madre, pero ella levantó una ceja y Quinn se calló, su mamá no había terminado, ella siguió.
- Como no quiero que estés todo el verano encerrada en esta casa – volvió a repetir – tu padre y yo tenemos unos viajes que culminar para cerrar ese trato del cuál hablamos – Quinn asintió, sus padres estaban a nada de concretar grandes planes que le permitirían tener posicionamiento en otro país, aquello era muy importante – ambos estaremos contigo muy poco aquí, el horario no lo sé, el viaje será pronto, en estos días, la duración tampoco lo sé, trataremos de llegar lo más pronto aquí…
- Lo sé mamá, ve a hacer tus cosas, ya estoy grande.
- Lo sé mi vida, Diego se queda contigo.
- Mamá ¡ - protestó intentando no querer niñero.
- Diego es nuestro jefe de seguridad y se quedará contigo, no hay forma de que me refutes eso, si no quieres interactuar nada con él, perfecto, será tu sombra, pero no te dejaré desprotegida – Quinn quiso volver a objetar, pero su madre la silenció con un gesto y siguió - dicho eso Quinni – Quinn volteó sus ojos y Judy rió alegremente acariciando su rostro – Ángela necesita ayuda – ella intentó otro ángulo, Ángela era su mejor amiga, una señora de 60 años dueña de ambos campamentos, prácticamente la abuela de Quinn por decirlo de algún modo – no podrá sola en algunas cosas, quiero que le ayudes, considéralo un trabajo probono.
- Qué raro, no me dijo nada – pensativa respondió, ella le había visto hace dos días y todo iba bien.
- Genial, gran charla, desde mañana trabajarás de 8am– 4pm en ese campamento, te amo mi sol – con ello su madre besó su cabeza y se fue a hacer sus cosas como ni para darle tiempo de refutar aquello que no podía refutar
Al siguiente día, Judy se fue de viaje junto a Russell – ayyy mi niña, es tan pequeñita – decía tocándose el corazón de lo más dramática.
Russell divertido volteaba los ojos – amor, le tomaste mil fotos fuera de la casa como si fuese su primer día de colegio – dijo entre risas y miradas tiernas hacia su mujer - ¿O no Fabricio? – le preguntó a su chofer que asintió con una sonrisa.
- Yo no fui quien amenazó a Diego con desollarlo si algo le pasaba a nuestra bebé – ese comentario y el jadeo de Russell trajo carcajadas a todos en el auto.
Quinn podía tener 17 años, pero ante sus ojos era su bebé y lo sería siempre.
…
Quinn a orillas del lago miro a Diego de pie a su lado, él era joven, tenía 25 años, muy guapo y muy gay, según elección de Russell, ya que, si alguien iba a cuidar de sus niñas, obvio no se las iba a "almorzar" no viéndolas con ojos de hombre lujurioso sino sólo de hombre, uno muy bueno, sobreprotector, eficiente y muy guapo.
- Si sigues viendo así a mi papá, te va a dar un golpe – bromeo Quinn entre risas mientras caminaba junto a él por su bote, mismo que tomaría todos los días para cruzar el lago, era eso o un viaje de media hora diaria.
- Es su culpa por estar muy guapo – bromeó él y ambos se sonrieron, ellos se llevaban muy bien, eran muy buenos amigos. Diego trabajaba para su familia casi 7 años, por lo que él sólo veía con ojos de amor y hermandad a ambas Fabray y aunque Russell lo sabía "Mejor pecar de precaución que de omisión" era su forma de proceder.
Ambos tomaron el bote y remaron, Quinn ayudándole por ratos, pero bromeando siempre – ñam ñam, esos brazos – decía y él reía haciendo flexiones, que musculoso era, estaba en su punto.
Ambos llegaron a la orilla, Quinn descendió del bote, Diego lo guardó y lo ocultó para luego ambos caminar a través del bosque y salir por el único ingreso que estaba libre y oculto, ya que toda la propiedad estaba bordeada por un cerco vivo de matas con grandes espinas, esas mismas que come la jirafa como si no fuera nada, pero que perforaría con facilidad la piel del ser humano, muy difícil de atravesar para aquel que no se tomara el tiempo de encontrar el punto correcto.
…
Ambos se presentaron en el campamento, como si fuesen trabajadores más, Diego como un instructor de deporte y Quinn como voluntaria entre las otras chicas cuyas edades iban de 15-19 años.
…
Por el siguiente mes, aquella vivencia fue de lo más interesante, algunos días Quinn regresaba con una gran sonrisa en su rostro y de camino a casa decía:
- Si la vieras – conversando con Diego acerca de Santana, la chica que había conocido – es una bandida, muy inteligente y atrevida – entre risas le contaba una anécdota, Diego sonreía enorme al ver muy feliz a su pequeña jefa – y Britany, creo que se gustan.
- Obvio se gustan, si casi se la come a besos.
- A sí, ¿Pues no? – Diego observó a Quinn con una sonrisa, para luego arrullarle, verla sonrojada y reír junto a ella. Quinn era tan inteligente, pero tan inocente para otras cosas, razón por la que Russell le dijo "Vigílala, que no le ocurra nada, si alguien le hace daño, me avisas en ese momento, no importa la hora" y Judy "Si a todo ello, pero que no se dé cuenta" ambos deseando lo mejor para ella sin mellar su autoestima.
- ¿Alguna niña hermosa que te halla robado el aliento? – preguntó y Quinn jadeó tan, pero tan lindo, que, si él no fuera muy gay, se casaba en ese instante con ella.
Había claro otros días en los que Quinn no veía el momento para subirse al bote y quedarse taciturna, muy enojada, a veces con los ojos rojos, pero sin derramar lágrimas.
- Señorita Quinn, si necesita cualquier cosa, usted sabe, me puede decir, no se lo diré a sus padres y lo resolveremos - pedía, pero Quinn ni lo miraba y por experiencia propia él sabía no podía forzarla, ya que cuando Quinn se sentía muy mal, se cerraba en banda y no había poder humano para hacerla hablar, por lo que no habiendo más solución, Diego guardó silencio hasta que llegaron, Quinn descendió del mismo y fue corriendo a su cuarto para darle un azotón por la puerta.
- ¿Esas hijas de puta, que le habrán hecho a mi niña? – renegaba él.
Cuando ocurrían esos días, Diego esperaba paciente, primero checando se mantenga hidratada y haya comido, luego ya le daba su espacio, pasando las horas se le pasaba y venía a hablar junto a él o más bien a mirar el atardecer que era muy bonito en el lago.
"Algo que quieras compartir" preguntaba él con su mirada.
"Por ahora no" respondía ella de igual modo y ambos se quedaban juntos mirando el atardecer con las manos con los hombros juntos, a veces abrazados, pero siempre riendo por cualquier anécdota que le contaba Diego y como ya era costumbre un consejo corto después "Paciencia y buen humor"
…
Días transcurrieron de muchas emociones conjuntas, felicidad, dicha y travesura, a veces días opacos pero muy pocos realmente hasta que llegó ese día, el DÍA BERRY, como luego lo conocería Diego.
Aquel día transcurrió de lo más normal hasta media tarde, cuando hubo un incidente, Diego fue a atender un recado urgente para sus jefes, esos días iba a llegar Frannie a por unos días con conocimiento de que su hermana estaba sin sus padres y él fue a tomar las medidas necesarias para brindarle una escolta dado el alto perfil de la familia, aunque uno totalmente en las sombras como debía de ser y unos cuantos visibles a su lado.
Cuando regresó de su ausencia, Quinn estaba de lo más emputada, con los ojos rojos y lagrimeantes.
- Señorita ¿Qué…? - intentó preguntar, pero Quinn fue más rápida y antes de remar se echó a nadar confundiéndose sus lágrimas con el agua – mierda – soltó preocupado y antes de tomar el remo, Rachel cruzó corriendo a su lado empujándole con lo que él trastabilló cayendo al suelo, pudiendo ver como esa chica preciosa se echó a nadar detrás de ella.
Y aunque Quinn era rápida, Rachel lo era más, de modo que no dejó que le cerrara la puerta en la cara.
- ¿A qué coño vienes, qué quieres? – preguntó de lo más emputada entre lágrimas, que le rompieron el corazón a Rachel por lo que atinó a abrazarle muy fuerte de modo que aunque Quinn le empujó no pudo soltarse del mismo, deteniéndose solamente al Rachel gemir por el último golpe que le dió – lo siento – se disculpó aún entre lágrimas.
- Ohhh Quinn, no tienes nada de que disculparte, nada y no tienes la culpa de nada tampoco, esas son unas hijas de puta, el problema es de ellas, no el tuyo…
Diego que había ido casi corriendo al dormitorio de su pequeña jefa, se quedó detrás de la puerta escuchando todo enojándose a cada segundo con lo que entendió.
Una broma de lo más cruel, una novatada, una chica que, desde el primer día del mes, siendo la mitad del segundo se acercó a Quinn, para enamorarla y al final cuando se iban a dar su primer beso rechazarla ante todos, siendo el público las amigas y sus novios.
Aquello invadió de ira a Diego, el escucharla llorar, quiso ir y cazar a todos ellos.
- Quiero ir y cazar a todos ellos…
Devolverles la misma mierda y peor.
- Devolverles la mierda y peor…
¿Qué? Diego se preguntó, él no había dicho eso, pero la chica sí, por lo que decidió quedarse fuera y escuchar un poco más, no conocía a esta chica y ya le estaba cayendo bien, no podía ser parte de ese grupete o ¿Sí?
- Quinn…
- No, ya basta, no te es suficiente el que esté humillada – sollozando Quinn se sentó en su cama, Rachel quería arrodillarse para decirle que no, que las humilladas eran esas pendejas no su Quinn, pero si se arrodillaba desaparecía, Rachel lo pensó y Quinn se rió ante lo lindo que sería aquella imagen y Rachel viéndola reír también rió, ambas en conjunto, Diego por fuera sonrió y siguió escuchando por el único motivo de que si no escuchaba como le ayudaba luego ¿Verdad?
Con Quinn sentada en la cama, Rachel abrió sus piernas delicadamente y se paró justo entre ellas, ambas escurriendo agua por seguir con la ropa mojada y todo el cuerpo mojado.
Rachel le cogió con ambas manos suavemente el rostro y beso sus ojos, sus lágrimas - ya para – susurraba Quinn aunque sin ganas de eso mismo, pero Rachel negó con la cabeza y Diego afuera igual.
- Quinn, eres amor, eres sol, eres vida, no eres la mierda que ellos provocan, la que quieren que sientas – Quinn negaba con la cabeza, mientras Rachel limpiaba sus lágrimas con ambas manos - ¿Dime esa chica te gustaba? – pregunto preocupada, Diego afuera se quedó igual de ansioso ante la respuesta.
- No.
- ¿Entonces porque te afecta tanto?
- ¡¿Por qué, dices?¡ - preguntó elevando un decibel su voz.
- Ok, pregunta tonta, lo siento - Quinn asintió y Diego igual, ella siguió – eres amor, cuando Dios te hizo, derramó amor y estrellas en ti.
- ¿Cómo lo sabes? – preguntó con la mirada sin expresarlo.
- ¿Qué cómo lo sé? – preguntó Rachel mirándola como lo que era, toda una delicia, Quinn se sonrojó ante ello y ella siguió – porque das amor y sólo siendo amor puedes hacerlo, eres amor en movimiento - y así con ambas manos cogiendo su carita le dijo como impactó su vida desde que la vió…
La primera vez que la vió, Rachel estaba en la cocina, trabajaba como ayudante de cocina para ahorrar aquello y usarlo para cuando vaya a la universidad, Quinn pasó por el lateral derecho, con el sol bañando su cabello dorado, sus pestañas largas, su boquita sonriendo – mierda – exclamó Rachel boquiabierta, Ángela que estaba a su lado sonrió y lo dejó pasar.
La segunda vez, Rachel estaba cantando a las orillas del lago, aquella parte que compartía con el campamento y no la parte pública, cuando escuchó pasos y ella pensando que eran las pesadas de siempre, se escondió, no porque no pudiera afrontarlas, sino que al ser el campamento de elite por así decirlo, mejor era no cabrear a alguna hija de puta de algún político o empresario fuerte, sus padres eran exitosos en su ramo, cirujano y abogado y aun así ella no quería cabrear a ninguna de ellas si podía evitarlo y más al ser de noche y estar sola.
Grande fue su sorpresa cuando esta chica bonita, preciosa, Quinn era su nombre caminó como buscando la fuente de la melodía, no la halló, "¿Me lo habré imaginado?" se preguntó pensando que pudo ser el canto de un ángel. Rachel le miró embobada.
La tercera vez, Rachel estaba apoyando a Laura a recoger los platos de la mesa cuando Quinn ingresó con ese caminar tan particular, tan elegante, todo lo que hacía era precioso, ufff Rachel estaba hasta las ramas.
- Hey – soltó Quinn y le sonrió, Rachel se quedó sin palabras, hasta su voz era de lo más hermosa y más impactante de cerca, Rachel maldijo y Quinn rió, para cuando le iba a decir algo más, una de esas chicas pedantes que luego le haría esa maldad, se la llevó a trompicones. Y ya para alejarse, Quinn se giró antes de irse y le dio una mirada tan, pero tan bonita que la dejó toda idiota.
Luego de todas esas veces, Rachel encontró la forma de encontrársela, aunque sea cinco minutos cada día, no necesariamente de interactuar ya que su trabajo era arduo y la confinaba a ese lugar y Quinn al ser voluntaria, al otro polo de todo, pero de hacer contacto visual, aunque sea por un momento.
- ¿Por qué no la invitas a una cita? – le preguntó un día Laura viendo que había pasado más de un mes de admirarla en secreto.
- Pero que dices, de seguro, tiene novio o novia, imposible que una chica tan sexy esté sola.
- ¿Y cómo lo sabes si no le preguntas?
- No sé, todas esas chicas allá afuera lucen fatal, engreídas.
- Pero ella no.
- No, ella no, ella luce perfecta – contestó Rachel y Laura le sonrió bonito.
Diez días después pasó todo lo de esas perras engreídas, Laura y Rachel estaban en la cocina cuando vieron a Quinn correr llorando y a esas idiotas reírse, Rachel corrió detrás de ella dejando todo atrás, Ángela vio todo, luego se acercó a Laura y le hizo una seña, ese día todas tendrían un cólico monstruoso.
…
- Eres amor – Rachel finalizó su relato – y no te vas a intoxicar por las acciones de unas estúpidas – y viendo a Quinn dubitativa le pidió con señas a por un beso y Quinn asintió, claro que eso deseaba no porque su "la perra con la que creía tener algo la avergonzó" sino porque lo mismo que le pasaba a Rachel con ella, le pasaba a Quinn con ella, pero no podía explicárselo, por lo tanto, no lo entendía y con ello erróneamente decidió irse por lo fácil, que resultó ser esas perras.
Rachel se acercó más y le dio un tierno besos sobre los labios que hizo gemir a ambas, con ello Diego se retiró, ya con mucha menos ira de hacer mierda a esas chicas, aunque algo iba hacer.
- ¿Te gustó este beso? –preguntó tímidamente Rachel a una mucho más tímida Quinn que asintió para luego compartir otro beso mucho más delicioso que el anterior.
Y woahhh, si Quinn creyó que el beso con la rubia fue algo, esto era como los fuegos artificiales, así de impactantes, ambas se besaron hasta que ups – Quinn estoy mojada – replicó Rachel para luego mirarse y reír, claro que estaban mojadas, si hace nada que habían salido del lago.
Rachel se cambió a un short y una polera de mangas largas, en lo que la ropa de ambas se lavaba y secaba en la lavadora y secadora respectivamente, Quinn le ayudó a secarle el pelo, antes de entrar a la ducha.
…
- ¿Pero qué? – replicó Quinn luego de salir del baño, viendo que en su cuarto Rachel había colgado una sábana y hecho una tienda de campaña.
- Espero no te importe, pero fui a la cocina y cogí unos snacks y un poco de jugo para nuestra primera cita – nerviosa Rachel le miró.
- ¿Nuestra primera cita? – preguntó emocionada.
- Sí, es decir, si quieres y bueno… yo pensé… - empezó a divagar Rachel y aquello le pareció de lo más precioso a ella, por lo que aprovechando el nuevo superpoder descubierto de Rachel para sanar con besos, le besó hasta decir basta.
- Quédate esta noche.
- No lo haría de otro modo – le replicó mirándose ambas tomadas de la mano, ambas sabiendo que podían confiar en la otra, no iban a tener sexo ahí mismo, no era para eso que Quinn quería Rachel se quedara con ella, sino para compartir más con la chica que con un beso le robó una sonrisa y le provocó una felicidad inmensa.
En ese momento ambas querían compartir un momento lindo con la otra persona, es decir, ellas se conocían solo de vista, más al conversar toda la noche supieron que sí, que eran compatibles en todo sentido, eso y que había pequeñas cosas que superar.
- ¿Comes tocino? – Rachel indignada, dramática como la estrella de broadway que iba a ser aunque al ver la carita de Quinn supo que aquello no iba a cambiar en el corto plazo al menos, ya después se daría cuenta que en el largo tampoco.
- ¿Todo el trabajo de Barbara Streisand?
- Y tres veces mínimo.
- Vayaaaaaaa ¡ - exclamó y Rachel rió por lo adorable de Quinn y Quinn después por lo adorable de su Rachel.
Así inició su relación, por el yerro de un grupo de hijas de puta, Quinn aprendió a soltar su timidez para poder tomar al amor.
…
Al día siguiente esas chicas siguieron riéndose, más a Quinn le importó cero, ya que, al mirar los pulgares levantados de Diego a la distancia, la sonrisa de Ángela, los gestos obscenos de Santana, los guiños de Brittany, las caras graciosas de Laura y la calidez, felicidad, pureza, vida, eternidad en la mirada de Rachel supo que no iba a dar importancia a mierda ajena, que se contaminen solos, ella era amor e iba en busca del amor.
Quinn entrelazó sus manos con la de Rachel y feliz entró con la cabeza en alto, que no tenía nada de que avergonzarse y esas chicas al ver que no le surtía efecto tal como lo predijo Rachel, se emputaron más y se contaminaron solas.
…
A los dos días llegó Frannie al campamento con su aire de heredera y cuando lo primero que hizo fue abrazar y cargar a su hermana menor, la envidia corroyó más a esas chicas que ahí si quisieron ser amigas de Quinn.
¿Y Quinn?
Quinn vibraba en amor, por y para el amor, Con Rachel a su lado, con su amor.
Fin.
