Muy buenas las tengan, gentuza. Aquí les presento lo que es el primer capítulo de una versión un poquiiiiito torcida de la historia de Madoka Magica. Si están aquí es porque saben que lo que verán a continuación no es una versión infantil ni inocente en lo más mínimo de lo que el anime nos ha mostrado, y si no lo saben, pues qué triste, que yo no me hago cargo de los gastos con el psicólogo. Ya lo saben, Puella Magi Madoka Magica no me pertenece, aunque si lo hiciera no estaría escribiendo fanfics, ni habría esperado tanto para anunciar la cuarta película (y ya que estamos, a estas alturas al menos hubiese puesto una fecha estimada para la salida de la peli).
Como si te hubiera conocido en mi sueño
Va corriendo a toda velocidad, atravesando un suelo de baldosas blancas y negras.
Iba completamente sola, lo cual vendría muy bien, pues la manera en que estaba corriendo fácilmente habría llamado la atención de los transeúntes que pasaran cerca. No era de todos los días que una chica estuviera corriendo con tanta desesperación en ropa interior, y que la misma estuviera un poco rota, no dejando entonces casi nada a la imaginación.
El tortuoso camino lleva a Kaname Madoka hasta una puerta, y al abrirla se encuentra sobre un árbol algo extraño, justo en medio de una ciudad donde reina el caos absoluto, y donde curiosamente estaban flotando juguetes sexuales de todo tipo, incluso algunos que Madoka jamás había visto antes. A lo lejos era posible ver una figura gigantesca que estaba de cabeza, la cual se estaba acercando. Emitía sonidos algo curiosos, parecidos a gemidos profundos. Pero sea como sea, el enorme tamaño de esa cosa, junto con sus características físicas, en su mayoría no muy humanas que digamos, le daban un aire bastante atemorizante.
No muy lejos de donde estaba Madoka se encontraba una chica de cabello negro. Esa misteriosa chica da un brinco, al parecer queriendo retar a la figura colosal que estaba flotando en el cielo, pero de nada le sirve ese intento, pues pronto se ve interceptada por tentáculos. Esa chica intenta esquivarlos de la mejor manera posible, pero se ve ampliamente superada por dichos tentáculos, y pronto está atada de manos y pies.
─ Es imposible. No hay manera de que ella gane ─ empieza a hablar un gatito blanco algo curioso, especialmente por el círculo rojo en su espalda y las cosas raras que le salía de las orejas ─. Pero la pelea no está decidida todavía. Todavía queda una esperanza.
La chica de cabello negro intenta zafarse con todas sus fuerzas. Da lo mejor de sí, pero los tentáculos eran muy fuertes, y rápidamente entran en acción, rompiendo varias de las prendas que lleva la chica, dejando su cuerpo cada vez más expuesto.
─ ¡Esto no puede acabar así! ¡Le van a quitar la virginidad, y lo peor es que no seré yo quien lo haga! ─ chilla Madoka con desesperación.
─ Tienes en tus manos la oportunidad para cambiar el destino ─ le dice el gatito con una tranquilidad algo pasmosa ─. Friendzone, los septiembres sin fap... cualquier cosa que no te guste a fin de cuentas, puedes rechazarla. En ti está el poder para que sólo exista aquello que te gusta, o que en todo caso consideres pasable.
Madoka mira a la criatura, sorprendida por aquella afirmación de que tal poder yacía dentro de ella. La chica de cabello negro ya no podía evitarlo, y Madoka se angustiaba mucho de verla siendo humedecida por los mismos tentáculos que la tenían prisionera y que la estaban terminando de desnudar. Uno de esos tentáculos ya empezaba a entrar en la boca de esa chica...
─ ¿De verdad puedo hacer tal cosa? ¿Puedo cambiar las cosas?
─ ¡Lo prometo por la garrita! ─ le responde la criatura mirando fijamente a Madoka ─ Sólo tienes que hacer un contrato conmigo y convertirte en una zorra mágica... digo en una chica mágica, aunque en tu caso es prácticamente lo mismo.
─ ¿Realmente hacía falta decirlo así?
─ No realmente, pero es importante que se entienda la idea, Madoka. Ahora responde ¿Qué harás ahora mismo?
Madoka estaba ligeramente boquiabierta. La mayor decisión de su vida en ese momento era...
Habitación de Madoka
Se despierta de manera algo brusca. Madoka estaba sorprendida de ver que se encontraba en casita. Hace un intento por enderezarse, pero en eso nota que su cama tenía una enorme mancha de humedad, y la fuente de dicha humedad resulta ser ella misma.
Madoka estaba sorprendida de ver eso, algo asustada se podría decir, e inconscientemente acerca un dedo a la mancha. Al momento de tocar la superficie, Madoka nota la textura y la naturaleza de dicha mancha.
─ ¿Me vine mientras dormía? ¿Y tanta fue mi corrida? ¿Así de bueno estuvo mi sueño? ─ dice para sí misma con la respiración algo cortada.
Habitación de Junko
─ ¡Mamá, mamá! ¡Ya es de día, mamá! ¡Levántate!
Tatsuya estaba cumpliendo con su deber moral como el más pequeño de la casa, que es decir que estaba un poco mamoncillo con su madre. Pero Junko aguantaba acostada como una campeona. No estaba dispuesta a que nada ni nadie la levante de la cama.
─ Cinco minutos más ─ se pone a chillar mientras se cubre más con las sábanas.
De pronto la puerta de la habitación se abre, siendo Madoka quien estaba haciendo aquella entrada estruendosa. Pero Junko ni asomaba el ojito, aunque igual Madoka tenía su arma secreta. Todo era cuestión de alcanzar un pequeño control remoto que estaba sobre la mesita de noche. Su madre jamás aprendía la lección, por lo que Madoka obtiene el control fácilmente y empieza a mover la perilla del centro, poniendo el nivel al máximo que ponía dicho control. Al hacer eso, Madoka empieza a escuchar el sonido de un vibrador, y Junko de pronto se retuerce hasta que no le queda de otra que levantarse de la cama e irse corriendo al baño.
─ ¡Mamá ya se levantó! ─ Tatsuya se pone a celebrar alzando los bracitos.
─ Así es, y en cualquier momento se viene... a buscar ropa para cambiarse ─ Madoka sonríe ampliamente y con cierta malicia.
Baño
─ ¿Cómo?
─ Te lo digo, mamá. Hubieses visto cómo bombardeaban a Hitomi-chan a piropos el día de ayer, la mayoría de ellos bastante indecentes.
─ Picantes, Madoka. No son indecentes, sino pi-can-tes. Así suenan mejor.
─ Bueno, eso.
Ambas féminas se dan un momento para terminar de lavarse los dientes, aunque Junko se da un momento para mirarse en el espejo y ponerse a hacer gestos. Madoka se la queda mirando mientras aquello dura.
─ ¿Y Kazuko? ¿Ya ha mojado o todavía su novio le anda dando largas?
─ Peor todavía. Sensei descubrió que su novio se acostaba con otras a sus espaldas, mientras que con ella ya van tres meses de sequía. Siendo así las cosas, sensei decidió que entonces se va a tirar todo lo que le interese, aunque últimamente se la ve bastante humillada y dolida. No quiere esperar más a que su novio le dé explicaciones ni nada.
─ Pues debería romper con el tipejo aquel. Cuando tienes una pareja es esa persona a la que más veces y mejor debes complacer, y si tienes la idea de coger con otras personas es justo avisar antes, que no hablar de que te gusten o te atraen sexualmente otras personas denota desconfianza hacia tu pareja. Mira que yo casi siempre aviso con un día de antelación a tu padre si resulta que para cerrar un trato debo acostarme con uno o más ejecutivos de empresas amigas ─ Junko se empieza a secar el pelo con calma mientras iba recordando su juventud al lado de la profesora de Madoka ─. En la secundaria ambas éramos las reinas de la noche. Hasta los impotentes alzaban bien alto el mástil ante nuestra presencia. Éramos la envidia de todas las chicas de nuestra escuela, si ni siquiera necesitábamos mostrar el escote en pleno durante las clases para que hasta los profesores se nos quedaran mirando y nos aprobaran de forma automática.
─ Pues ya verás la decadencia en que está sensei, con los demás profesores mirándola con lástima y llamándola pobrecita por los desplantes de su novio.
─ Bueno, ya ella se recuperará. Anda que no hay hombres de todas las edades tras un culo firme y apetitoso como el nuestro. Puedes preguntarle a tu padre qué tal me muevo en la cama, si es que no nos has escuchado, que sí creo que nos has oído en plena acción, y también le puedes preguntar cómo se mueve Kazuko cada vez que nos visita. Seguimos en plena forma ─ Junko se da a sí misma una nalgada para reafirmar lo que dice y se arregla hasta quedar lista para salir ─. Listo. Más caliente y hago arder literalmente todo lo que tenga en mi camino.
─ ¿Cuál cinta debería llevar conmigo, mamá? ─ Madoka muestra dos cintas de colores diferentes, y Junko señala la cinta roja ─ ¿Crees que con esta cinta me vea sexy?
─ Más que sexy, te vas a ver bien guarra, igual que yo a tu edad, Madoka, y que no se te olvide insinuar bien las piernas cada vez que te sientes. Vamos, que se nos hace tarde y tengo hambre.
Comedor
─ ¡Fuaaaaa!
Tatsuya lanza su tenedor hacia la comida de tal manera que daba la impresión de querer apuñalarla en vez de sostenerla para llevársela a la boca. A causa de eso la comida a veces se le va a los lados, pero tanto Junko como Madoka conseguían impedirlo. El padre de Madoka por su parte se estaba dedicando a lavar los trastes, mirando divertido lo que estaba aconteciendo.
─ Parece que Tatsuya ya tiene bien dominada la técnica del fua.
─ Tú lo has dicho, querido. Este chiquitín nuestro no sabe de qué va y ya pinta para que en el futuro sea un maestro del fua. Ya lo veo en el futuro, hecho todo un moja bragas ─ Junko mira por un momento la hora y se levanta de golpe ─ ¡Se me hace tardísimo! Ya me voy al trabajo.
─ Cuídate de camino al trabajo ─ su marido le deja la comida empaquetada, y Junko le da un beso profundo a modo de despedida, importándole bien poco que Madoka esté mirando. Luego de eso Junko se despide del resto de la familia y se va. No pasaría mucho para que fuese también el turno de Madoka para irse a su escuela.
Camino a la escuela
─ ¡Ohayo!
─ ¡Vas bastante tarde, Madoka! ¿Acaso estabas entretenida o algo? ─ la saluda Sayaka poniendo cara de enfadada ─ Pensé que habíamos quedado en que nos encontraríamos aquí más temprano. Pero parece que las sábanas se te pegaron al cuerpo.
─ Bueno, la verdad es que sí, pero...
─ Madoka-san, poner excusas no es propio de una dama ─ Hitomi da un paso al frente y hace una leve reverencia a modo de saludo ─. Si te quedaste dormida, entonces no se puede hacer nada.
─ Lamentablemente no, y las ganas que tenía de hacer esto ─ Sayaka salta sobre Madoka y empieza a manosearle los pechos ─. Recibe ahora tu castigo por incumplir tu compromiso, Madoka. Ya no podemos tener nuestro mínimo de tres rondas por quedarte dormida.
─ ¡Ah, Sayaka-chan!
─ Sayaka-san, no deberías ponerte tan cruel con Madoka-san por algo como...
─ Sí, apriétalos más, Sayaka-chan ─ los ruegos de Madoka frenan en seco a Hitomi, la cual empieza a ponerse un poco roja ─. Sayaka-chan, quiero tus dedos abajo... ahora mismo.
─ ¿Tan temprano y ya estás así de caliente? ─ Sayaka alza las cejas y sonríe pícara ─ Eso me agrada muchísimo, Madoka. Parece que este castigo lo vas a disfrutar bastante.
─ Por la manera en que ustedes están hablando, diera la impresión de que no es la primera vez que hacen eso ─ Sayaka y Madoka voltean a ver a Hitomi ─ ¿De verdad lo han hecho más veces?
─ Claro. Rara vez empiezo el día sin un rato de sexo con Madoka. También tú deberías intentarlo al menos un poco ─ le responde Sayaka de manera completamente despreocupada.
─ Yo no sabía que ustedes eran pareja. Nunca las había visto besándose, ni agarrándose de la mano.
─ ¡Claro que no haríamos algo así, Hitomi-chan! ─ esta vez responde Madoka ─ Ni que fuésemos lesbianas. Nosotras somos hetero 100% real no fake. Ese plan lésbico a Sayaka-chan y a mí no nos atrae.
─ Pero es que ustedes...
─ Hitomi ─ Sayaka mira fijamente a la mencionada mientras lleva una mano bajo la falda de Madoka y empieza a introducir sus dedos, incluso cuando no aparta las pantis de Madoka ─, ¿en qué parte hay una ley que diga que debe gustarme alguien para que me la quiera tirar prácticamente todos los días?
─ En ninguna, pero para hacer eso con tanta frecuencia y por tu propia cuenta sí que veo un poco necesario que te guste la persona a la que te estás follando. Ese detalle es un motivante bastante importante ─ Hitomi contempla que Sayaka arrincona a Madoka contra un árbol cercano mientras continúa en lo que hace─ ¿De verdad tienen que hacer esto ahora? No tenemos casi tiempo para ir a la escuela ¿Qué dirá sensei si llegamos tarde?
Madoka es la única que le da una respuesta a Hitomi. No dice nada, pues los gemidos que estaba soltando no le hacían fácil articular las palabras correctamente, pero sí señala a un costado para que Hitomi mire, y se encuentra que detrás de un árbol cercano estaba Saotome-sensei, y detrás de ella estaba otro profesor, embistiéndola como bestia mientras la mujer parecía estar disfrutándolo.
─ Parece que sensei ya ha logrado el consuelo que quería ─ dice Hitomi para sí misma ─. Mejor, que no es bonito verla llorar y descargar su ira mientras imparte clases.
─ ¿No quieres unirte Hitomi? Madoka está deliciosa cuando se moja y la pruebo, y tenemos todavía algo de tiempo ─ Sayaka le tiende la mano a la peliverde.
─ Bueno, ya que estamos aquí...
En clases
─ Muy bien, mis niños. El día de hoy les quiero presentar a una nueva chica que formará parte de esta clase a partir de hoy ─ Kazuko estaba rebosando brillo, lo que dejaba descolocada a la mayor parte de la clase.
─ Sensei ─ un chico random alza la mano ─, pensé que el día de hoy iba a descargarse otra vez contra su pareja.
─ Ex, mi niño lindo, y ya no hace falta que me amargue por la humillación a la que me sometió aquel pija chica ─ Kazuko permanece imperturbable, dejando a casi toda la clase boquiabierta ─. En lo que estaba, aquí está la nueva estudiante de la clase. Su nombre es Akemi Homura.
Todos miran entonces a la puerta. Fuera de las paredes de cristal del salón se encontraba una chica de cabello negro con un aire un tanto misterioso. Parecía que estaba por entrar, pero solo se da de cara contra los cristales. Saotome-sensei tiene entonces que abrir la puerta y tomarla de la mano para que entre.
─ Akemi-san, creo que deberías ponerte los lentes si los tienes a mano.
─ Estoy bien, sensei. Gracias por su preocupación ─ responde Homura con tono distante.
─ En fin, ya que estás aquí, ¿por qué no anotas tu nombre en la pizarra para que todos los lean?
─ Muy bien.
Homura toma a tientas el marcador y lo abre para así escribir su nombre, pero no es en la pizarra donde hace la anotación, sino sobre las tetas de Kazuko. Algunos alumnos se aguantan las ganas de reír.
─ Ehhh... Bueno, supongo que así está bien ─ Kazuko se estira un poco la camisa para leer bien el nombre, y luego le pide a otro alumno que guiara a Homura a su asiento, para así no derribar a otros alumnos en el proceso ─. Pues vamos a iniciar un nuevo tema, y espero que presten atención, pues la semana que viene hay examen sobre eso.
─ ¿De verdad? Qué horror ─ se queja Sayaka.
─ Pero no todo es malo, Miki-san ─ Kazuko se ajusta los lentes antes de lanzar su golpe maestro ─. El que saque 10 en el examen tendrá sexo conmigo aquí mismo como recompensa ¿Alguna objeción?
De inmediato todos aquellos alumnos que tenían todavía su teléfono en la mano lo guardan y sacan cuaderno, libro, sacapuntas y lápiz. En cuestión de segundos el salón estaba listo y disciplinado como si fuesen una academia militar, y Kazuko puede empezar sus clases tranquilamente.
Después de clases
─ Tú eres Kaname Madoka, ¿verdad?
─ No, yo soy Sayaka. Me debes llamar Miki-sama ─ la peliazul mira burlona a Homura ─. Madoka está justo a tu izquierda.
─ Ah, ya ─ Homura gira, pero lo hace a su derecha, y al levantar la mano le agarra un pecho a Hitomi ─. Kaname Madoka, ¿me puedes llevar a la enfermería? Digo, eres la delegada de la clase, según dijo Saotome-sensei, y por eso deberías guiarme.
─ Claro, ya me encargo de llevarte ─ Madoka le agarra el hombro para que se volteara, y juntas se van del salón.
Homura en ningún momento se suelta de la mano de Madoka, la cual iba hablando de mil cosas con respecto a la escuela y las distintas cosas que a la pelinegra le tocaría hacer en su estancia allí como alumna. Homura parecía no escucharla, si incluso llega a interrumpirla cuando apenas iba a mitad de camino.
─ Kaname Madoka, ¿qué opinas de tu familia y amigos?
─ ¿Eh?
─ ¿Tus seres queridos te llenan?
─ Pues la verdad es que sí. Me llenan muchísimo, tanto en lo emocional como en lo sexual. Sayaka-chan, Hitomi-chan y varios de mis compañeros son excelentes, no importa en qué contexto los vea.
─ Ya veo ─ Homura por alguna razón se notaba algo triste ─. En ese caso, te sugiero que jamás cambies. Por nada del mundo dejes de ser Kaname Madoka, o de lo contrario la frustración se apoderará de tu vida.
─ ¿Acaso te refieres... a la frustración sexual, Akemi-san?
─ Exactamente. Y por favor, dime simplemente Homura
─ Como quieras, Homura-chan ─ completa Madoka antes de seguir su camino con Homura agarrada a su mano.
Varias horas después
─ ¿Frustración sexual? ¿Con toda la gente que hay dispuesta a darte un delicioso orgasmo cada vez que lo pidas? ─ Sayaka estaba con Madoka en la tienda de música (nos saltamos la escena de las tres amigas charlando sobre Homura y pasamos aquí la charla).
─ Pues eso fue lo que dijo Homura-chan. Creo que algo le pasa. La noto distante y triste, y francamente me preocupa un poco.
─ Si lo que quiere es sentir placer, lo que debería hacer es decírnoslo y ya está y nos montamos un trío que jamás pueda olvidar, o un cuarteto, dependiendo de que Hitomi esté disponible al momento. Estoy segura de que con estos dos deditos le cambio la vida, jeje.
Madoka asiente de acuerdo, cuando en eso empieza a escuchar gritos de auxilio. Nunca antes había escuchado aquella voz, o no recordaba haberla oído. La cosa es que le llama la atención y se va corriendo hasta una zona en reparación de la tienda, todo por seguir esa voz e ignorando por un momento a su amiga.
Al llegar a la zona en obras, Madoka ve que el techo cede y se encuentra con un extraño gato sobre los escombros. Madoka estaba horrorizada al ver ese gato en condiciones deplorables.
─ A... ayúdame...
─ No le hagas caso a esa cosa, Kaname Madoka.
La pelirrosa se encuentra entonces con Homura, vistiendo algún tipo de cosplay, no lo sabría decir, y se la notaba un poco más severa que antes, y de alguna manera esta vez no parecía necesitar lentes.
─ ¿Homura-chan? ¿Qué crees que haces? ¿No ves que este gato me está pidiendo ayuda?
─ ¿Y desde cuándo los gatos hablan? ─ Homura deja a Madoka sin posibilidad de respuesta ─ Ahora hazte para un lado, por favor.
─ ¡No! ─ Madoka se lanza hacia el gato y lo cubre con su cuerpo ─ No puedo dejar que lo mates.
─ ¿Matarlo? No. Tengo algo peor en mente ─ Homura alza unas tijeras ante la mirada de Madoka ─. Voy a hacerle una vasectomía. Eso es lo que haré. Se lo merece.
En ese momento el espacio alrededor de ambas se distorsiona. Y no solo alrededor de ellas, pues Sayaka también estaba ahí, justo cuando iba a tenderle una emboscada a Homura, pero aquello la deja paralizada por la sorpresa.
─ ¿Qué es esto? ─ Sayaka estaba boquiabierta, viendo que aparecen unas criaturas raras y amorfas.
─ Esto es obra de una bruja... ─ dice Homura mostrándose cada vez más molesta ─ Vienen a aparecer en un momento bastante inoportuno.
─ Ni tanto, colega.
Las tres chicas voltean ante esa voz. Una chica rubia, alta, y sobre todo con grandes tetas aparece ante ellas. Vestía el mismo uniforme escolar que Madoka y Sayaka, dando a entender que estudia en la misma escuela, aunque estas no creían conocerla.
─ ¿Quién eres? ─ suelta Sayaka algo alarmada.
─ Antes de presentarme, creo que debo ayudar un poco...
La rubia empieza a transformarse. El proceso hace que la chica estuviese desnuda por un momento, y Madoka y Sayaka sentían que se le salían los ojos, puesto que desde donde estaba eran capaces de verla a completo detalle, pero se abstienen de decir nada hasta que la transformación es completada. Ya la rubia estaba lista para el combate, cuando la cosa empieza a calmarse, y las cosas amorfas se alejan a toda velocidad.
─ ¿Qué está pasando? ¿Qué significa esto? ─ Madoka se levanta algo asustada, teniendo al gato entre sus brazos.
─ Veo que no soy la única chica mágica por aquí ─ la rubia mira a Homura, la cual simplemente frunce el ceño ─ ¿Qué dices? ¿Te parece si juntas nos enfrentamos a las brujas y detenemos su estela de frustración sexual y desamor? Prometo ser gentil contigo.
─ Lo siento ─ Homura da media vuelta y empieza a alejarse ─. Simplemente no me gustan tan pechugonas. Las prefiero con pechos pequeños, como Kaname Madoka.
La pelirrosa se queda mirando perpleja a Homura mientras desaparece. Se mira entonces el pecho, viendo que en efecto no estaba tan dotada como Sayaka, y mucho menos como la rubia que había llegado de manera sorpresiva.
─ Me has salvado, Mami. Gracias ─ dice el gato todavía desde los brazos de Madoka, y sus heridas, vistas a detalle, realmente preocupaban.
─ No pasa nada. A un amigo no se le niega nada ─ responde la chica llamada Mami.
─ ¿Alguien nos puede explicar lo que está pasando? ─ Sayaka se acerca a su amiga y mira detenidamente al gato.
─ Lo siento, se me olvidó presentarme. Cosas de las circunstancias ─ el gato alza como puede la cabeza para dirigirse adecuadamente a Madoka y Sayaka ─. Me llamo Kyubey, y me gustaría invitarlas a ser chicas mágicas.
─ ¿Chicas qué?
CONTINUARÁ...
Aquí lo tienen, el primer capítulo de una historia bastante seria y carente completamente de agujeros de guion xD. En cualquier caso espero que haya estado al menos aceptable. No es que sea demasiado la idea, pues el desarrollo fumeta es el objetivo, pero ya ustedes comprenden a qué quiero llegar. Y si tienen curiosidad por el fua, pues búsquenlo por el yutub. Un gran tutorial con el que serán capaces de sacar su poder interno justamente por medio del fua. Les va a cambiar la vida ver ese vídeo. En fin, pórtense bien, y ya nos iremos viendo.
Hasta otra
