Saintober 2022 - Día 3
.
Prompt: Océano
Personajes: Deathmask, Afrodita y Shura
.
Océano
.
En alguna bonita playa
.
Las olas y la tabla de surf eran lo único que Deathmask necesitaba aquella soleada tarde en la playa. El trabajo y el día a día le habían hecho desear una escapada a una de las mejores playas para surfistas del país así que, sin más, una mañana de sábado empacó su ropa de playa, tabla de surf así como demás suministros y tomó el auto dirigiéndose a su destino sin detenerse por la autopista.
Solo el camino y el viento sobre su rostro así como la promesa de un fin de semana surfeando lo hacían pisar el acelerador, pensaba, colocándose un par de gafas oscuras mientras iba al volante con las ventanas bajas sintiendo el aire en su rostro.
Nada como maniobrar la tabla sobre aquella inmensa ola que lo cubría casi por completo, nada como sentir la adrenalina al mantener el equilibrio sin dejarse domar por aquella fuerza del océano.
En momentos como ese se sentía vivo como nunca.
Horas más tarde, el cansado surfista se encontraba tendido sobre la arena recostado sobre su tabla, mientras uno de sus brazos descansaba sobre su rostro apenas si cubriéndose del sol. Solo sentía como las olas apenas si tocaban sus pies dejándose llevar por los sonidos de su entorno sin prestar atención a nada a su alrededor deseando fundirse con el agua salada del océano.
Amaba las playas, el clima húmedo en su piel y el brillante sol sobre su cabeza.
Fue entonces que escucho a un grupo de chiquillos corriendo y gritando felices unos pasos más allá. Deathmask se incorporó sobre la arena observándolos por unos instantes; era tres adolescentes que corrían por la playa llevando una pelota y un perro los acompañaba ladrando alegremente.
Una sonrisa nostálgica se dibujó en el rostro del joven italiano recostándose nuevamente sobre la arena, analizando si era buena idea sacarse el traje acuático de neopreno para nadar un rato. Sin embargo, dejó de lado ambos planes dedicando unos momentos a recordar un capítulo particularmente feliz de sus años de adolescencia.
—El día en que los tres nos dimos a la fuga a las playas de Atica sin que nadie se enterara —pensó sonriendo colocando el brazo sobre su rostro.
¿Cuántos años tenían en aquel entonces? Tal vez quince o dieciséis. El, junto con sus dos buenos amigos de travesuras, Afrodita y Shura, llevaban planeando aquel escape temporal desde, prácticamente, el inicio del verano sin quitar el dedo del renglón puesto que, en uno de esos días, su camino los llevó hacia la región de Atica al sur de Atenas desde donde se divisaban unas playas muy interesantes.
—La vista del mar es increíble —comentó Deathmask como hechizado por el color del océano y la magnificencia del lugar.
—Tenemos que volver en otro momento —sugirió Afrodita—. Este sitio es hermoso y se encuentra a unos minutos del sur de Atenas.
—¿Y cómo sugieres que evitemos que nos descubran? —preguntó Shura serio y escéptico— Se darán cuenta enseguida que nos dimos a la fuga y, lo que menos quiero, es un castigo.
—Amigo —intervino Deathmask, el rey de los castigos y las reprimendas—. Un castigo no es nada. Vamos, solo recorreremos la playa, nadamos por un rato y regresamos a casa. Nadie lo sabrá.
—Si, relájate —Afrodita observo a Shura intentando tranquilizarlo—. Dedicas demasiado tiempo a tus responsabilidades. A nadie le hacen mal cinco minutos de paz.
—Me sorprende que lo digas, lo creería de Deathmask a quien prácticamente no le importa que lo reprendan, pero tu amigo me dejas sin habla.
Afrodita solo sonrió explicando que como él siempre había vivido en medio del clima frío, una escapada a la playa se le antojaba una idea maravillosa ya que no habían podido hacerlo anteriormente debido a lo apretado de sus horarios.
—Anda, vamos. Solo será una vez —el chico del cabello azulado hizo labor de convencimiento unos minutos más mientras Deathmask solo observaba sonriendo como Shura cambiaba su actitud por una más alivianada.
—Oh está bien, ustedes ganan, pero si nos pillan no caeré con ambos.
—No te preocupes por eso. Deathmask aceptará el castigo por los tres.
—¿Que dijiste? —replicó el italiano molesto.
Así quedó pactado mientras los tres emprendían el camino rumbo a casa.
El día fijado sería el primer fin de semana de junio. De manera muy hábil lograron acomodar todas las actividades de esa semana dándose a la fuga el día acordado sin ser vistos por nadie a eso de las 11 de la mañana. Deathmask rememoró la travesura sonriendo mientras se sentaba mirando con nostalgia como las olas lamían la costa suavemente.
Aquel día los tres llegaron a las playas gritando y corriendo tal y como aquellos niños que vio pasar minutos atrás. Tan solo siendo tres chicos que dejaban atrás su día a día por unos cuantos momentos de calma y felicidad no estando seguro de cuando podrían repetir aquella travesura así que, sin pensar en las consecuencias, se divirtieron lo más que pudieron y lo más que les permitieron las fuerzas nadando en las bellas costas.
Nadaron durante horas, gozaron de la arena lo más que les permitieron las fuerzas y rieron a carcajadas como no habían hecho en mucho tiempo. Como si nada más importara y ese tiempo fuera solo de ellos.
A su regreso no encontraron a nadie por el camino creyendo que su travesura pasaría desapercibida, no obstante alguien los diviso apenas se aproximaron a las cercanías de su hogar.
—Los tres fugitivos —les dijo seriamente la imponente figura sin dejarlos cruzar la puerta.
Los adolescentes miraron aterrados como Saga los observaba con sus ojos perforantes y postura seria.
—¿Dónde estuvieron todo el día?
—Pues…
—Nosotros…
No hubo manera de zafarse sabiendo que su superior los había pillado.
—Fue mi culpa… —se adelantó Deathmask dando un paso al frente—. Yo deseaba salir de las instalaciones para pasar un día afuera y… les pedí que me acompañaran. Son inocentes, superior. Yo recibiré el castigo por todos.
—Deathmask —comenzó a decir Saga dedicándole una mirada de desaprobación—, sabes bien que no pueden salir sin permiso y debería darte un castigo ejemplar por eso y más porque sonzacaste a otros dos que, claramente, te siguieron sin poner objeciones —asi Saga miro a Shura y Afrodita esperando una explicación adicional.
—No nos sonsaco —indicó Shura valientemente—, nos propuso salir y aceptamos luego de pensarlo un momento. Siendo honestos, yo también deseaba salir unos momentos.
—Y yo —indicó Afrodita.
Saga no pudo más que sonreír un poco aconsejandoles ser mas cuidadosos y que no se volviera a repetir. Faltaba poco para que pudieran ser libres así que solo debían ser pacientes. No obstante eso no los libró del castigo ya que debían dedicar todas sus tardes libres del siguiente mes a limpiar baños y regaderas a fondo.
—No me importa —decía Deathmask escurriendo trapos—, valió la pena.
Años más tarde, los tres aprovecharían una que otra oportunidad para escaparse juntos a surcar los océanos en las costas de Grecia más cercanas al mar aunque Deathmask siempre quiso aventurarse más allá, no pudo lograrlo debido al poco tiempo del que disponían.
—Mi siguiente meta, serán las bonitas playas en Hawaii —se dijo cerrando los ojos un momento descansando un poco más sobre la tabla de surf antes de terminar el día en el restaurante del bonito hotel donde estaba hospedado.
.
FIN
