Aclaración:

—Esta novela está basada en un universo ficticio de una época colindante con la edad media, por lo que contiene temas sensibles que pueden ser traumáticos para algunos lectores, por tanto, se recomienda discreción a la hora de adentrarse a la misma.

Del mismo modo, a continuación, se explica como es que funciona la jerarquía en este Mundo:

—En primer lugar, se mantiene siempre en poder absoluto, al Emperador. Seguido inmediatamente de la Emperatriz y de ambos, el hijo que sea señalado como el Príncipe Heredero. Las concubinas son degradadas a Reinas si es que el Emperador llega a tener alguna. Los hijos que llegasen a tener, toman su lugar como Príncipes o Princesas según su lugar y numero de nacimiento.

—En segundo lugar, están los nobles, que son conformados desde la más alta jerarquía iniciando por los Duques, seguidos de Marqueses, Condes, Barones, y por último en lo más bajo del peldaño, los Señores.

Y de ello se desprenden sus lugares por títulos, y orden de importancia:

—Gran Duque, Gran Duquesa, Duque, Duquesa, Hijos mencionados.

—Gran Marques, Gran Marquesa, Marques, Marquesa, Hijos mencionados.

—Gran Conde, Gran Condesa, Conde, Condesa, Hijos mencionados.

—Gran Barón, Gran Baronesa, Barón, Baronesa, Hijos mencionados.

—Gran Señor, Gran Señora, Señor, Señora, Hijos mencionados.

Usualmente son los padres quienes toman los títulos de "Grandes" como los principales representantes de sus familias y como principales cabecillas, dejando en un peldaño mas abajo pero no menos importante a sus hijos para tomar el titulo que sigue, quitando el "Grande". Dejando al final a los nietos o demás hijos como "Hijo mencionado". Usualmente señalado como Joven o Señorita. Alto símbolo de su lugar y estatus.

—En tercer lugar, pero no menos importantes, se encuentran los plebeyos. Entre los cuales están: Ricos, clase alta, clase media, clase baja y pobres.

Dejando al final como el ultimo lugar en sociedad, aquellos que son señalados como esclavos y/o ganado.

—La reputación así mismo juega un papel importante y es el principal medio de presentación de una persona como de las familias de las que son originarias.

—Al ser una novela BL, se hará uso de términos como: Donceles. No Omergaverse.

Y ya habiendo aclarado algunos puntos, puede comenzar con la lectura.


Capítulo 1:

La nobleza de un Villano

Había una vez, en una tierra olvidada por el tiempo. Un Ducado de enorme territorio y de basta belleza. En donde moraba el Gran Duque Elifas Encinereb y su muy querido esposo, Aren de Encinereb.

Su historia de amor era conocido por muchos, el pueblo los amaba y eran bien recibidos por todos. No había rincón de aquel Ducado que no alabaran a tan magnánimos seres. Incluso dentro de la nobleza había simpatizantes sobre la pareja y sus acciones para con su título y su poder. Sin embargo, esta no es la bella historia de estos dos hombres que lideraban con amabilidad e inteligencia. Si no, más bien del fruto de su amor.

El próximo Gran Duque Encinereb, Astral Encinereb. Un hermoso muchacho de piel clara como la leche y cabello tan blanco como la nieve en invierno. Su inteligencia rebasando incluso la de su progenitor para con los estudios y sus capacidades en el campo de batalla. Aquel joven bien podía ser el epítome de lo culto y lo bello. Sin embargo, había un detalle que marca a esta historia. Y eso, es el simple hecho de que aquel joven, no era ni el más apto, ni el más dispuesto a seguir con sus deberes.

Sí, esta era la historia de un Villano.

Uno realmente malvado y lleno de avaricia que acabo de la peor forma que uno podría imaginarse.

Llevando a la ruina a su propia familia y Ducado. Arrasando con lo bueno, y colmándose de lo malo.

Obsesionándose con nada más y nada menos que el protagonista de esta novela. "Flores de Estaciones". Acosándolo hasta el punto en el que el protagonista casi acaba con su propia vida para poder ser libre, el poder ostentado de Astral Encinereb siendo suficiente para hostigarlo a tal grado.

Al menos, hasta que apareció oportunamente el segundo protagonista de la historia y el interés amoroso del primer protagonista. Salvándolo de muchas maneras y actuando como escudo para alejar al Villano que, colmado en ira, trato por todos los medios de acabar con ambos por tal "traición".

El dinero comenzando a ser despilfarrado como agua entre sus dedos. El poder del Villano comenzando a bajar desde aquel punto, tanto como el deterioro de su, ya dañada, imagen pública.

El abandono a su Ducado ayudando para que el hermano escondido y exiliado del Villano saliera a la luz para recuperar su posición en la familia. A la que, en un arranque de ira, el Villano asesino sin piedad. El efecto dominó cayendo sobre él de manera inevitable. Aquello solo sirviendo para que los protagonistas pudieran alzarse triunfantes ante las amenazas del Villano, quien, en sus últimas fuerzas, obligo a su propia gente a levantarse en armas en contra del segundo protagonista.

Fallando una vez su gente se revelo en contra, el linchamiento y tortura a manos de campesinos hambrientos dejando marcado el final del Villano, como el felices para siempre de los protagonistas.

Aquella novela siendo todo un buen éxito en ventas y demás promociones que se hacían a su honor.

Tanto que...

Astral Mertencia.

Un sencillo jefe de una pequeña empresa en crecimiento, fue incluso picado por la curiosidad para leerla (Pues su nombre era usado también). Aun a pesar de que, no le gustaban ese tipo de novelas. Especialmente BL. Cosa que era extraña aun para su novio Yuma, quien se burlaba al verlo hacer aquello que le desagradaba.

Las caderas de Yuma sufriendo por tal atrevimiento tiempo después. Sus burlas aun apremiando a su suerte, alegrando internamente a Astral, quien lo hacía con más descaro solo para terminar siempre en ese resultado.

Su buena vida y su amabilidad ayudando a que su empresa comenzara a liderar ya en una ciudad entera. El éxito llegando de manera inevitable hasta que, de forma desafortunada.

Tanto él como su amado se vieran envueltos en un grave accidente de tráfico.

El resultado siendo en la perdida de vida de ambos. Quienes murieron tratando de proteger al otro, y fallando de igual forma al haber metales atravesados en sus cuerpos. El corazón de Astral siendo el primero que dejo de latir para su mala suerte. Su bonita vida y metas llegando hasta ahí.

O eso fue lo pensó...

Hasta que despertó.

Recuerda los sonidos de los metales y como estos se enterraron en su cuerpo, incluso hasta su último aliento y como es que Yuma le miraba con miedo y terror de perderlo. El dolor de la pérdida llegando solo para que las lágrimas nacieran en sus ojos de manera inevitable, los cuales se abrieron en consecuencia.

Encontrándose entonces con un dosel.

Uno de seda obscura y con bordes dorados que recordaban al oro.

Quiso llorar. Realmente quiso hacerlo, más la impresión de ver aquello fue más fuerte.

Deteniendo sus acciones para hacerle levantar abruptamente. De pronto su visión llenándose de riqueza y de más cosas realmente caras a su alrededor.

Una habitación recibiéndolo, así como una enorme cama en la que bien podían caber poco más de diez personas. Su impresión quedándose en su rostro hasta que, comenzó a verse a sí mismo. Alzando su voz.

—¿Q-Qué? ¿Cómo? —El temblor en ella sonando incluso cautivador para él. Recordando que siempre le decían que su voz era un poco menos gruesa para lo que aparentaba en su vida de empresario.

Esto llamando su atención para levantarse por completo, corriendo a un espejo de cuerpo completo que alcanzó a divisar por el rabillo del ojo, para después reflejarse en él. Recibiendo una imagen realmente parecida pero diferente a lo que era de verdad.

El cabello blanco como la nieve y de manera que desafiaba la gravedad, la piel lechosa y bien cuidada. Salpicada de cicatrices discretas y profundas. Una buena musculatura que hablaba de un gran trabajo ejercitando. Todo ello llegando con su vista heterocroma que recuerda, el solo mantenía el dorado en sus ojos. Y que ahora era un ojo dorado y el otro blanco casi llegando al color plata.

Esto causando una fuerte conmoción antes de que recordará como es que su piel ya había sido besada por el sol y como es que su querido Yuma había contribuido a ello.

Su imagen al menos pareciéndose a lo que alguna vez fue. Solo que ahora resaltando una belleza antinatural en él de manera significativa. Sus ideas chocando con lo nuevo y antiguo antes de que la puerta se abriera y de ahí se presentará un sirviente en traje negro y elegante. Los ojos ajenos aguándose antes de que le saludara y se retirara casi inmediatamente. Gritando a los cuatro vientos.

—¡Mi Joven Señor Astral! ¡El señor Astral ya ha despertado! ¡Llamen a los señores Encinereb! ¡El heredero del Ducado despertó!

Y entonces. El simple Astral que solo encontraba también su nombre ahí en ese momento. Fue que supo que estaba jodido.

Muy jodido.

No había ser humano peor parado que él ahora. ¡Había reencarnado en una estúpida novela BL como el Villano principal! Y las noticias no pararon de llegar desde entonces. Sus supuestos padres llegando después. Llorando abiertamente solo para abrazarlo y decirle cuanto habían esperado para que despertara. Astral apenas y se la creía.


—¡Mi niño! —Exclamo aquel hombre de cabellera negra y mechas rosas en su frente. Su ropa hablando sobre su posición y glamour que no podía faltar en él como el "Gran Duquesa de Encinereb".

Un hermoso Doncel que había tenido la cortesía de tenerlo. Y dueño actual del título "Don Milenario" tributo que ganó al defender su hogar. Las joyas resaltando naturalmente tanto como el vestido usado, los holanes dejando ver cómo es que llevaba por debajo un pantalón bellamente confeccionado tanto como un par de tacones que le hacían ver más alto de lo que ya era. Sus brazos extendiéndose solo para llegar hasta Astral, el cual simplemente se dejó hacer sin miramientos.

—Madre... —Susurro. Deteniendo por un momento al mayor. Quien le observo detenidamente. Poniéndolo nervioso en segundos.

¿Había hecho algo mal?

Aquel hombre solo parpadeo más antes de llorar con más fuerza. Afirmando su agarre a su hijo.

—¡Astral! Mi niño me llama por fin como su madre... ¡Ah! ¡Mi hermoso niño! De seguro fue tu fiebre lo que te ha ayudado a hablarme así una vez más... —Festejo el mayor. Confundiendo a Astral. El cual solo asintió dudoso. Gritándose internamente.

"¡Estúpido Villano! ¡Ni siquiera eres capaz de alabar a tus padres! ¡Si yo los tuviera lo habría hecho desde que nací! ¡Maldito Imbécil!"

Aquella madre acaricio más a su hijo antes de dejarle libre, dando espacio a que su esposo entrara en acción. Su mirada heterocroma cayendo directamente en la de Astral. Inspeccionándolo en detalle antes de abrazarlo de manera sorpresiva.

—P-Padre... —Llamo Astral. Deteniendo su perorata interna. Regresando el gesto, alcanzando la mano de su madre en el proceso. Acunándola entre sus dedos. Encantándole de sobremanera.

—¡Mi muchacho! Has despertado. Has despertado. —Repitió el mayor, dejando fluir las lágrimas abiertamente. Importándole poco su imagen. La cual, a palabras de Astral era hermosa.

La fuerte postura, así como las ropas pertenecientes a un Gran Duque, hablando por sí mismas. El color a juego con el de la Gran Duquesa combinándose a propósito. Su amor viéndose reflejado con solo ese gesto. Una espada colgando en su cintura siendo portador silencioso de su poder en el Imperio Dion. (Escenario actual de la novela "Flores de Estaciones"). Las joyas jugando un papel importante ante lo que era su posición y su nobleza. La piel lechosa siendo heredada de él al parecer.

El toque brusco pero suave otorgándole un calor del que fue separado de niño cuando sus verdaderos padres murieron.

Una sonrisa sincera colándose al ver la verdadera preocupación de los mayores por él. Alegrándose internamente mientras insultaba al Villano anterior a su llegada.

"Eres un completo imbécil por no ver lo que tienes en frente. Tus padres... Yo no los cambiaría por nada." Sus insultos deteniéndose mientras ambos hombres se alejaban de él. Sentándose en la orilla de la cama para obsérvale con amor.

—Astral, me alegra tanto el que hayas despertado. —Menciono Aren. Su madre. Sorbiendo sus últimas lágrimas de felicidad con un pañuelo con bordado de hilos de oro. —Estaba preocupado después de que cayeras en cama por una fiebre repentina...

—Ah... Sí. Yo... —Astral apenas sabía que decir al respecto. Acomodándose a su nuevo yo. —Gracias por venir a verme, padre, madre... Mm, ¿Hace cuanto fue eso?

Tanto Elifas como Aren se miraron antes de verse incómodos. No queriendo contestar aquello. Sus corazones dolidos asomándose solo para que Elifas respondiera a los minutos.

—Hace dos semanas...

—¡¿Qué?! —Exclamo Astral, claramente abrumado.

Queriendo volver a desmayarse antes de que sus padres le detuvieran a mitad de camino.

—¡No te preocupes! No te has perdido de mucho. No ha cambiado casi nada en tu ausencia. —Dijo Aren. Siendo apoyado rápidamente por Elifas. Quien asintió a lo dicho.

—¡Es verdad! Tu prometido incluso vino a verte un par de veces... —

"¡Espera un momento! ¿Prometido?"

Astral pareció reaccionar entonces. Sentándose correctamente en la cama. Admirando a sus padres antes de que la trama de la novela cayera a su mente. Su rostro palideciendo lo suficiente para que un nuevo desmayo llegara en consecuencia. Alertando a ambos padres amorosos que le trataban de traer de regreso a la consciencia.

Aquello bien podía ser catalogado como un reinicio en otra vida exitoso. Mas, Astral se consideraba que estaba maldito. Él solo quería regresar a casa junto a su amado y a su gato.

¡Como odiaba esa vida! ¡Que alguien le regresara su ticket de reencarnación! Por favor, por piedad.


Dos días después de que Astral despertará y se acomodara una vez más a su nueva vida y rutina, fue entonces que trato de hacer un recopilado de lo que iba a pasar. Anotando mentalmente puntos importantes para no perderlos de vista.

Su nuevo objetivo fijándose una vez sus amorosos padres le dejaron en paz después de dos días de intensivos cuidados y otras cosas. Fingiendo no escuchar los rumores de los sirvientes que andaban a sus alrededores. Cada uno bajando la cabeza con miedo al verle pasar.

Las ropas negras acomodadas a su estilo aun siendo impresionantes e imponentes. Las uñas largas y negras ayudando a su perfil de "Villano". Esto logrando que al menos aun los rumores fuera del Ducado no se extendieran. Su despertar siendo felicitado inmediatamente por las familias aledañas y subyugadas en lealtad a ellos. El descanso mandado por el doctor de cabecera de familia, ayudando a que pudiera acoplarse a su cuerpo y sus movimientos. La información necesaria llegando a su mente en el momento preciso. Esto casi haciéndole festejar al menos hasta que contemplo la idea de jamás poder regresar a su antigua vida junto a su amante y futuro esposo.

Una inmensa tristeza llegando sin avisar antes de que los sirvientes o sus ahora, propios padres, le vieran de reojo con preocupación.

Siendo custodiado al menos tres días más en lo que decidida que hacer ahora. Su resolución llegando en una noche de luna llena. Su ventana quedándose abierta para ventilar su habitación, el balcón invitándolo para que pudiera pensar detenidamente sus próximos movimientos. Susurrando ante ellos.

—La novela "Flores de Estaciones" está sucediéndome en primera persona... Por supuesto esto no debe ser. ¿Cómo es que terminaba mi personaje? —Cuestiono al aire antes de tomar su cuello en un gesto preocupado. —Recuerdo que relataba que el Villano terminó asesinado a manos de su propia gente. Los cuales, al dejarle medio vivo, terminaron con él con ayuda de una Guillotina. —Un escalofrío le recorrió. —¡Eso no debe suceder! Ahora es diferente. El Villano ahora soy yo. Lo que cambia la balanza... ¿Qué debo hacer entonces?... —Pareció pensarlo detenidamente antes de suspirar. —Obviamente sobrevivir. Sí, eso será mi prioridad. No quiero morir de manera tan cruel...

Asintió con su cabeza antes de que su mirada cambiara a una melancólica.

—Yuma hubiese querido que me fuese bien... Yuma... —Susurro. Apegando una de sus manos a su pecho. —Si tan solo hubiera sabido que moriría, nunca te hubiera llevado conmigo... Perdóname... —Pidió al aire. Soltando una lágrima muda antes de sentir un fervor en su interior.

El fuego en su mirar volviendo como un ave Fénix. Resaltando naturalmente a la luz de la luna. —¡No! Yuma jamás me hubiese querido ver triste. No puedo dejarme caer así. ¡Sobreviviré ahora que puedo! Aun no es tarde... El compromiso con el protagonista aún sigue en vigor... Por lo que, para vivir, necesito destruir...

Astral entonces levanto su vista al cielo nocturno. Asintiendo con una sonrisa decidida en su rostro.

—Ese será mi primer paso... No dejaré que el recuerdo de mi amor llegué a su fin sin luchar. Yuma, esto lo haré por los dos... Lo prometo, viviré. Viviré tanto que incluso los protagonistas me odiaran por eso... —Juro. Sintiéndose renovado y un poco más feliz. Su largo camino comenzando desde ahí.

Aunque, por supuesto. Él tenía que lidiar con ello. Fuese como fuese.


La mañana siguiente lo primero que hizo fue despertar de buen humor, sus huesos y músculos estirándose solamente para sonreírle a su sirviente que le ayudaba a vestir. El cual tembló visiblemente antes de atenderlo como debía, aun temiendo algún golpe o reprimenda que terminaba de igual manera en golpes severos o castigos nada agradables.

Astral sinceramente no lo podía culpar, pues así de escoria era de Villano de aquella novela. Así que, decidiendo que sus granitos de arena comenzarán a acumularse de ahora en adelante, fue que levanto su voz. Tratando de sonar calmado y gentil. Quizá no demasiado para que le aludieran alguna enfermedad mental por el cambio en su personalidad.

—Buenos días. ¿Has descansando bien? —Cuestiono, mirando de soslayo a su sirviente. El cual negó antes de asentir. Tratando de no emitir sonido. Lo que, sinceramente desagrado a Astral de muchas maneras. Su ira cayendo directamente al verdadero Villano de la novela.

"Maldito idiota"

—Ah, puedes hablar si así lo deseas...

—P-Prefiero no molestarlo Joven Señor... —Negó rápidamente el otro de manera nerviosa. Siguiendo en lo suyo, retirando el pijama a Astral. Cuidando de no tocar la piel expuesta de ninguna manera. Haciendo suspirar a Astral de manera cansada antes de tratar de seguir en su defensa a la justicia.

—No seas modesto. Está bien, es una orden. No habrá consecuencias... —Aquel sirviente pareció no escucharlo. Solo asintiendo antes de alejarse para elegir la ropa del día de su Señor.

"Esto no va a ninguna parte" Pensó Astral antes de simplemente negar suavemente.

Entendiendo que, tenía más cosas que arreglar que imponer. La rutina siguiendo antes de que, por error, aquel sirviente lastimara de manera suave uno de los brazos expuestos con el saco elegido. El terror llegando a los ojos ajenos antes de que Astral pudiera procesar lo que ocurrió. Apenas dejando salir un pequeño quejido antes de notar como es que su sirviente se arrodillaba ante él. Su frente tocando el suelo mientras lágrimas venían a sus ojos.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! Perdóneme Su Gracia, piedad... ¡Piedad! —Y aquello fue algo que realmente decepcionó a Astral. Ahora él quería propinarse un buen golpe por ser el Villano de turno.

Eso no estaba nada bien.

Astral entonces suspiro. Negando suavemente antes de terminar de colocarse su saco el mismo, asintiendo a su imagen en el espejo a un lado antes de agacharse a la altura de su sirviente, tomándolo de manera suave de sus hombros. Hablándole gentilmente.

—Tranquilo... Está bien. Estoy bien, solo es un rasguño... —Dijo, enseñando como es que su brazo apenas mostraba un punto rojo. Sonriendo apenas para no causar una verdadera conmoción.

—¿Eh? —Aquel sirviente apenas y se creía lo que pasaba. Es más, no daba crédito a lo que sucedía. Por lo que hizo lo más lógico que se le vino a la mente.

Agradecer con vehemencia.

—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Mi Joven Señor, juro no volver a cometer esa estupidez! —Su cabeza golpeando el suelo antes de que Astral metiera su mano para evitar que aquel sirviente se hiciera más daño.

—Comprendo, solo... Solo detente... —Pidió Astral, impresionando al otro. Quien le miro como quien mira a alguien que llega de regreso de un largo viaje. Llorando antes de sonreír.

—Mi Joven Señor Astral... Ha regresado con nosotros...

"¿Qué diablos significa eso?" Quiso preguntar Astral antes de decidir que no debía tentar su suerte. Asintiendo para luego ayudar a levantar aquel sirviente.

—Deja ya las tonterías. Termina de ayudar a arreglarme, vamos... —Pidió seriamente antes de que aquel sirviente cambiara su postura. Asintiendo con verdadero animo antes de servir a su Señor con todo su entusiasmo. Peinando ahora el rebelde cabello blanco y puro que tenía al frente.

Astral solo suspiro. Su camino ya empezaba a verse más largo y tedioso de lo que alguna vez imagino.

Y entonces, ya habiéndose arreglado, fue que se dirigió como nueva rutina al comedor.

Encontrándose con la maravillada mirada de sus padres, quienes no habían ingerido alimento hasta que él llegara. Guardando un asiento a un lado izquierdo de Elifas, quien simplemente sonrió orgulloso antes de palpar suavemente aquella silla a su lado. Invitando a su hijo, el cual atendió de inmediato. Sentándose en seguida.

—Buenos días Madre, Padre. ¿No han empezado ya?

—Estábamos esperándote... —Obvio su madre. Negando antes de hacer un ademan para que los sirvientes, sorprendidos, terminaran de servir por completo el desayuno en la mesa. —¿Qué tal tu noche? ¿Has descansado?

—Ah, sí. Por supuesto. Pero todo ha sido gracias al trabajo arduo de madre y padre... —Contesto Astral de manera automática antes de que los sirvientes cuchichearan entre ellos, estupefactos. Mientras sus padres se alegraban y brillaran aún más que el sol de la mañana.

—Nos alegra mucho escucharte... —Agrego su padre. —En ese caso, comencemos con la comida... —Otorgo permiso Elifas. Los cubiertos siendo levantados sin demora para ingerir los alimentos. Una sonrisa aun posándose en los labios ajenos.

Astral por lo pronto, se sentía como animal en zoológico. La atención enfocándose en él por naturalidad. Queriendo culpar al Villano por dejar de hacer eso desde hace años.

Desperdiciando su tiempo en lugar de estar con sus amorosos padres. Un nuevo insulto mental llegando solo para ser interrumpido por un sirviente medianamente temeroso. Un sobre llegando para su mala suerte.

—Mi Joven Señor Astral. Su prometido ha escrito para usted...

Y Astral sintió la guillotina en su cuello.

—G-Gracias... —Agradeció al sirviente, el cual se sorprendió amenamente para luego asentir. Entregando el sobre sin ningún miedo ahora.

El contenido haciendo fruncir el ceño a Astral más de una vez. Esto siguiendo impresionando a sus padres. Pues la cara que usualmente ponía era una, aterradoramente hermosa. La maldad colándose antes de que simplemente destruyera la carta para evitar filtraciones. Esto cambiando solo para que Astral suspirara, dejando la carta en la mesa. Su expresión abatida no concordando con lo llegado.

—¿Cariño estas bien? —Cuestiono su madre. Recibiendo una respuesta que solo lo descoloco.

—Estoy bien. Solo es mi prometido, dijo que vendría a verme...

Y la familia Encinereb sintió que se acercaba el fin de los tiempos. Ese Astral de verdad que era alguien nuevo. Ojalá se mantuviera así hasta... Siempre.

Astral por otro lado, era ajeno a esos pensamientos. Pensando mucho más en una muerte dolorosa antes que su felicidad.

El desayuno, por tanto, paso sin más incidentes. Los días para la llegada del prometido de Astral aun quedándose en su mente antes de que decidiera hacer algo al respecto. Un plan improvisado llegando para su maravilla, y no notada, alegría de sus padres. Un carruaje siendo pedido antes de atreverse a salir de casa. Yendo a la ciudad para hacer lo que creía podía funcionar sin más. Esperando que una mala actitud y otras cosas pudieran ayudarle a llegar a su primer objetivo.

¡Cancelar el compromiso!

Joyas. Muchas fueron compradas. Técnicamente llegaba a la primera tienda para comprar toda su mercancía, siguiendo con la otra y con la otra. Después llegaron los trajes, apenas importándole si los usaba o no. Siguiendo comparándolos al por mayor. El oro resbalándose en sus manos como mantequilla. Los lujos llegando siquiera antes de disfrutarlos de verdad, solo haciendo aquello para tener puntos negativos. El nombre de las calles llegando a su mente para guiarlo. Su "mala" intención continuando antes de detenerse una vez el carruaje se llenó de cosas excesivamente caras. Los millones habiendo sido gastados solo para regresar a casa con la esperanza de algo. Un regaño como lo mejor para ello.

Espero y espero. Pero sus padres apenas llamaron y su expresión no era exactamente la que esperaba. La oficina de su padre sirviendo como testigo ante su decepción.

—Mi muchacho, veo que has comprado muchas cosas... —Astral se animó. —Seguro es para verte bien para tu prometido. —Astral se desanimó. —Adelante, adelante. Recuerda que nuestro oro es suficiente para comprar al menos dos países o imperios... Kufufu~, no habías sido tan dedicado a tu prometido como ahora... Estoy orgulloso...

Astral suspiro. Juro que gasto más de quince millones. Aunque por supuesto, eso ya lo hacía el verdadero Villano. Entonces...

El plan B, surgió. En donde él se portaba "malcriado" para luego correr amablemente a todos a su alrededor a causa de una rabieta. Cabe aclarar que su madre parpadeo antes de sumarse a ello. Satisfecho de poder pasar tiempo a su lado.

—¡Mi niño ha dejado de castigar a todos y solo los corre con amables palabras! Es obvio que quieres tiempo para ti... Kufufu~ déjame apoyarte...

Astral estaba decepcionado. No le llegaba en maldad a los talones al verdadero Villano. Eso era más difícil de lo que se imaginaba.

Que alguien le ayudará... Por piedad.

¡Él no estaba hecho para el papel de Villano!

Lo bueno es que no podía escuchar a los susurros, de otra forma. Tal vez se volvería loco.

"Aquello era un plan para dañar a todos" era lo que más se escuchaba.