Spectacular Lincoln Loud

Disclaimer.—TLH no me pertenece, Spiderman tampoco, pensé que era obvio.

Nota: Aunque este capítulo se parece al que subí hace meses, tiene sus diferencias radicales a medida que más se avanza el capítulo, sobre todo con un personaje, que estoy seguro, más de uno encontrará raro y satisfactorio de ver, disfruten.


SAGA 1 BEGINING - INICIO

Capítulo 1 Sweet Dreams

—Dantantan tan, dantantan tan…—tarareaba el pequeño de blancos cabellos mientras se encontraba dando un paseo por la ciudad.

Decidió que la cima de un edificio de casi diez pisos de altura era el lugar ideal para que un niño de doce años paseara. Las vistas desde aquella altura eran asombrosas, y además era una zona buena para ver toda su querida Nueva York en su extensión con sus barrios contaminados y exceso de smug en el aire. Se subió al escalón borde del edificio antes de la caída en picada, y presionó un botón en su mano izquierda a la vez que algo pegajoso se veía salir de su mochila.

—Living on the edge, fighting crime, spinning webs, swinging from the highest ledge, he can leap above our heads.—seguía cantando el niño mientras daba pequeños saltitos y luego finalmente se tiraba al vacío sin mayor preocupación— Ahhh ahh ahhh ah ahhh ahh.—en lugar de contar se encontraba con el coro, y cuando estuvo a tan solo seis metros del suelo sintió como su espalda era estirada de vuelta arriba.

Pero a mitad de la vuelta, el presiono un botón en su mano derecha, seguidamente el otro de su mano izquierda, casi con una precisión mayor a la de la luz, dando en el tejado de otro edificio, no tan alto como el primero, pero tampoco de poco tamaño.

—Villains on the rise and the city's victimized. Looking up with no surprise, arriving in the speed of light.

Seguía con aquello cuando llegó finalmente al tejado del nuevo edificio, y presionaba un botón que tenía en su mano derecha para cortar la cuerda de la mochila y llevarse una mano al cabello, hasta que recordó que llevaba una máscara que le cubría el cabello, era raro tener que acostumbrarse a la máscara, a veces la sentía asfixiante.

—Ahhh ahh ahhh ah ahhh ahh—se detuvo una vez encima porque sintió como todos los pelos de su cuerpo se erizaban, algo malo estaba ocurriendo.

Lincoln Loud se concentró fuertemente y pudo escuchar como a tres calles, dirección oeste se escuchaban bombas y montones de pedazos de rocas salir disparados, segundos después vinieron los gritos.

—¡Espectacular, espectacular, Lincoln Loud!—gritó a la vez que saltaba cabeza abajo hacia el piso, pudo verse reflejado en las ventanas del edificio, llevaba un traje rojo con cuadriculares azules pegado a su piel, de un material parecido al látex, pero más flexible, además de una máscara dividida en dos ojos blancos marcados y un estampado en forma de red.

Por supuesto que Lincoln ya conocía su propio traje, él mismo lo había diseñado mucho tiempo atrás, incluso cuando solo eran un montón de pijamas de araña, se vía mal, pero era taaaaan cómoda. De hecho, la idea de retomar al anterior traje no era la peor, considerando lo incomodo que era pegarse a las paredes con el látex.

De todas maneras, látex o pijama, la idea básica estaba desde el inicio, no ser descubierto por su verdadero nombre o apariencia, sobre todo sus cabellos blancos que harían entender a cualquiera quien era él. Había visto suficientes películas y series como para no saber que, si peleaba contra el crimen, habría gente que lo querría ver terminado.

Afortunadamente para el joven Loud, los criminales eran incompetentes debiluchos, aunque claramente había metahumanos que podían causar problemas, no eran tantos como él esperaba en un inicio. Y la mayoría de los criminales que le tocaba enfrentar en los barrios bajos solo eran tipos con cuchillos y pistolas, de reflejos tan básicos que para él se movían a cámara lenta.

Pero algo era cierto, cuando Lincoln decidió volverse SpiderKid, y enfrentar a los malhechores, nuevos y más agiles salieron para intentar detenerlo. Estos nuevos criminales eran más fuertes y veloces que los que solía conocer de las calles, pero seguían siendo humanos, seguían siendo lentos, y seguían sin poder contra él. Hasta que una verdadera amenaza apareció aparentemente de la nada.

El aclamado por todos los diarios, Duende Verde, igual de fuerte que Lincoln, igual de ágil, y, sobre todo, mucho más listo que Lincoln. Mientras el chico daba paz y esperanza al pueblo, este demonio se esforzaba en traer el caos y el temor. Su característica mayor era hacer explotar partes de los edificios con granadas en forma de calabazas pequeñas y una tabla de surfear metálica que usaba para deslizarse en el aire.

—¿Lincoln? ¿Lincoln?—sonó al lado de su oído una conocida voz—¿Estás ahí?

—Oh, hola Peter.—dijo Lincoln cortando una telaraña y presionando su mano izquierda y escuchando el ruido de fondo—¿No es un poco arriesgado que llames desde el autobús?

En efecto, en los suelos se encontraba un chico de doce años, pero de pelo castaño y un pequeño lunar en su mejilla izquierda, usaba una camiseta larga de cuadros. El chico iba pegado a un celular negro de botones numéricos y una cruceta mientras se abrazaba a su mochila y evitaba hacer caso a las sacudidas del camión escolar.

—Es una emergencia, escuche a Liz diciéndole a Chandler que están atacando el banco de la avenida…—comenzó a decir el chico en voz baja para que nadie lo escuchará.

—Oh, Pit, si ya estoy en camino.—dijo Lincoln riendo un poco.

—¿Sentido arácnido?

—Sentido arácnido.—confesó Lincoln corriendo por el tragaluz de un edificio y causando murmullos de admiración—Recuérdame si me equivoco, pero ¿Cuándo son las prácticas de Gwen para las porristas?

—Hoy, antes de clases.—dijo Peter Parker acomodando sus lentes, esperó respuesta, pero encontró silencio—Lo olvidaste, ¿No?

—Ehh… No te escucho, estoy cerca del banco, hay currrh interferencia…—llevó una mano a su boca y comenzó a hacer sonidos raros.

—No te puedo cubrir las espaldas, de nuevo, ya de por sí estoy haciendo la tarea de ambos.—dijo Peter algo molesto.

—Encontraré la manera de pagártelo hermano, lo prometo.—dijo Lincoln impulsándose para dar una marometa—Ahora sí es enserio, estoy cerca del peligro.

—¿Crees que sea el duende verde?—dijo Peter nervioso—Es el más duro de todos los villanos que hemos enfrentado…

—Bueno, la última vez llevaba un pijama y el lanzatelarañas se atascó, no me ha derrotado…—dijo esto en tono de reproche.

—Sí lo ha hecho.

—No lo hará dos veces. —dijo Lincoln rápidamente mientras visualizaba el banco frente suya—Tengo que cortar Peter, dile a Gwen que lo siento.

—No, espera Lincoln yo…—se detuvo al escuchar la línea muerta—Oh bueno, esto no podría ponerse peor.

—¡Hey! ¿Con quién hablabas Pity Porker?—se acercó un chico pelirrojo, logrando de alguna manera soportar las embestidas del camión.

—Con nadie de tu interés, Chad.—le dijo Peter molesto aferrándose más fuerte a su mochila—¿Qué quieres?

—Ufff, la gallina puso sus huevos durante el verano, ¿No es así?—dijo el pelirrojo revolviendo el cabello de Peter—Quiero saber cuál es tu desayuno de hoy, no tengo ganas de comer de la cafetería, odiaría hacerlo, me pone de malas.—dijo sonriendo.

—Ahhh… ¿Sandwich de pavo o manzana? —dijo Peter Parker sabiendo que él no podía hacer nada contra alguien tan fuerte como Chandler.

SpiderKid sintió la explosión cercana y no tardó en imaginar las granadas en forma de calabazas siendo arrojadas al interior de la bóveda, o incluso en la entrada del banco, y a un tipo de piel verde riendo por su victoria.

—Oh demonios sí es él…—se detuvo un segundo a checar su reloj cuando finalmente estaba en el techo—Gwen va a matarme...

Había prometido a su amiga, Gwen Stacy, apoyarla con sus prácticas de ingreso a las porristas de la escuela, pero era ganarse el aprecio por parte de Gwen o la oportunidad de atrapar a uno de sus archinemesis, la decisión era clara. Después de todo, en esa práctica también se encontraba su hermana Lynn, seguramente ella y Gwen se llevarían muy bien y Lynn apoyaría a su amiga… Probablemente…Eso esperaba, su hermana era extremadamente descuidada cuando se interponía un deporte.

En el banco, el caos gobernaba, los fragmentos de piedra caliza inundaban el suelo, producto de varias explosiones, dejando humaredas que bloqueaban la vista de los presentes. Los gritos no faltaban, y los policías del lugar veían de uno a otro lado, esperando de un momento a otro disparar al causante de aquel arrebato de la paz. Pero uno a uno los oficiales fueron tropezando, y cayeron inconscientes al suelo, solo se escuchaba el zumbido de un pedazo de metal volando de un lado a otro, y golpeando masas de carne que salían casi lanzadas al suelo por la fuerza de impacto.

Cuando finalmente no quedaron oficiales el humo se dispersó, y parado ahí a mitad del banco, como si siempre hubiese estado ahí, esperando apacible su turno, se encontraba nada más y nada menos que la figura de un hombre de larga nariz, traje morado metálico y piel verde, además de unos grandes ojos amarillos, y una sonrisa campante. Sus manos en su espalda, y su andar confiado causaron que los gritos frenaran, a la vez que él con simpleza se acercó al servicio de caja más cercano y se detuvo recargando su codo en el mostrador.

—¿Q-q-qué se lo ofrece señor?—preguntó el aterrado empleado levantando sus manos mientras el duende verde leía su nombre con toda confianza.

—Oh, Larry, vacía todo lo que tengas en…—se detuvo un segundo para lanzar un chiflido y hacer que una tabla voladora metálica se acercara con prisa—Veamos, sé que la deje por aquí…—dijo abriendo una compuerta en la tabla, comenzando a sacar diversos tipos de armas, como jabalinas, granadas, incluso estrellas ninjas y un lanzallamas—Oh que vergüenza, juro que la deje por aquí cuando salí.—dijo como si se tratase de lo más banal y tonto—¡Aquí esta!

El duende celebró con una gran sonrisa cuando extrajo de la mochila un saco de patatas y lo lanzó al empleado.

—Vacíalo todo.—dijo el duende haciéndole señas para que se diera prisa—Y dile a tu compañera que si sigue activando las alarmas haré volar todo el banco, con ustedes adentro.—dijo señalando a la referida y en un tono que pretendía ser confidencial, a pesar de que lo dijo en voz alta.

A la derecha del empleado, una mujer asiática dejo de presionar un botón debajo de su escritorio y levantó las manos a la vez que comenzaba a suplicar por su vida.

—Buena decisión primor.—le chasqueó los dedos el duende antes de lanzarle a la muchacha una estrella ninja que le cortó algunos mechones de cabello—Ups, falle por poco.—dijo como disculpa—Tranquila, a la siguiente no pasará.

Todos en el banco temblaron al ver como aquel sujeto no demostraba tener piedad ante nadie, los clientes se encontraban dispersados por donde había menos restos y lejos del duende, los dos empleados en cambio levantaban las manos y los guardias se encontraban desmayados. Parecía que todo ápice de esperanza iba a ser perdido. El referido Larry entregó el costal de dinero con miedo, y el duende lo recibió con gusto, para luego inspeccionarlo.

—Veamos…—revisó la bolsa, tomó un billete de cien dólares al azar y comenzó a olerlo—Huele como dinero real…—después lo comenzó a frotar en sus manos—Se siente como dinero.—Y finalmente se lo metió a la boca —Y sabe a dinero.—dijo para luego escupirlo en la cara del empleado—Felicidades, ganaron treinta segundos de ventaja.—dijo montando en su tabla, listo para el escape—Yo les recomendaría comenzar a correr…—dijo mientras comenzaba a flotar al techo.

—¿Un banco? ¿Enserio duende? Esperaba más de ti.

Una voz se escuchó por todo el banco, causando que un gran alivio circulara en el corazón de todos los ciudadanos, y que varios de estos buscaran de donde provenía la voz, pero ninguno lograba dar con la figura, a pesar de que la voz era reconocible a la distancia.

—Vaya, vaya, vaya.—dijo el duende complacido y volteando de un lado a otro, siempre manteniéndose a flote en su tabla—SpiderKid que alegría tenerte aquí, pero ¿No es horario de escuela?—dijo mostrándose decepcionado—Bueno, tu educación no importa ya, porque hoy ¡Será tu fin!—dijo a la vez que reía desquiciado.

—Uhhh que miedo.—dijo finalmente SpiderKid para saltar desde la parte de arriba y ponerse frente al duende colgándose de su telaraña—¿Se podría saber si esta será la definitiva? ¿O debería archivarla junto a toda mi colección de "veces que será mi fin, seré exterminado, aniquilado, o, mi favorita personal, despedazado".—dijo con mofa el niño a la vez que desde la mochila a su espalda generaba un poco de telaraña y la sujetaba con su mano derecha para usarlo como lazo.

—Tienes razón…—dijo finalmente el duende riendo antes de tomar unas bombas—¡Despedazado suena mejor!

Dicho esto, lanzó varias bombas al niño, pero con una simple acrobacia hacia atrás y un salto invertido logró esquivarlas SpiderKid con agilidad y gracia, colgándose de unos pilares con sus manos.

—Fallaste.—dijo con sorna para después hacer una reverencia como si fuese una mujercita y se tomará de los bordes de un vestido invisible—Vamos duende, hoy no te veo inspirado. —y lanzó su lazo telaraña, fallando estrepitosamente en darle al duende o la tabla.

El duende solo mofó a la vez que volvía a lanzar bombas, primero a la derecha, luego a la izquierda, siempre siguiendo a SpiderKid, que simplemente saltaba de columna en columna evitando con toda facilidad las bombas que iban dirigidas a él. Cuando finalmente acertó a la tabla del duende con una de sus telarañas, se acercó con rapidez estirando de su brazo y tomando del cuello a su legendario enemigo. Por fin lo tenía entre sus manos, el duende verde era verdaderamente alcanzable.

—Parece que ahora sí te tengo.—dijo Spider Kid aferrando el cuello del traje de duende a sus manos y provocando que el criminal lo mirara con una sonrisa grande.

—Ah ah ah…—dijo con sorna el duende para luego apuntar hacia abajo y demostrar cómo, sin la humareda provocada por sus bombas, el banco apenas y se mantenía en pocas columnas bases aun intactas, y el techo amenazaba con caer entre los pocos clientes y empleados del lugar—Decide frente a tu público SpiderKid, la gloria de atraparme o la vida de estos inocentes, tic toc.—dijo el duende celebrando de la alegría.

SpiderKid rápidamente lo empujó esperanzado de que así el duende cayera de la tabla, pero cuando dio el salto para salvar a los ciudadanos sabía que sus esfuerzos eran en vano, la tabla salió disparada hacia arriba junto a su hábil dueño.

—No digas que soy descortés.—dijo finalmente el duende antes de desaparecer—Te dejaré una canción para inspirarte.—dijo burlón lanzando al techo del banco una bocina que recitaba una canción que el duende comenzó a tartamudear—Sweet dreams are made of this, who am I to disagree?…—comenzó a cantar al son de la música mientras se retiraba a toda velocidad.

Mientras la canción sonaba Lincoln notó que el techo del banco comenzó a desprenderse y que contaba con poco tiempo para hacer todo, comenzó a ver todo a velocidad lenta y se dedicó a salvar a los que estaban en mayor peligro, los civiles dispersados.

Cuando la canción llegó a "some of them want to use you" Lincoln saco de su mochila un poco más de telaraña, que pegó al pecho de una señora solitaria que estaba cerca de un derrumbe próximo y la atrajo con su telaraña. La mujer quedó pegada a la mochila de Lincoln gracia a la telaraña que la atrajo y él se le ocurrió una idea mientras corría y disparaba telarañas a un hombre con traje, y a otro con una bata de doctor para atraerlos y juntarlos a su espalda con la señorita, formando una bola de telaraña con civiles.

Rápidamente con las telarañas de su mochila logró capturar a los siete sucursales antes de que la canción llegara a un coro extraño "hold your head", las columnas que restaban comenzaban a desquebrajarse, la canción comenzó a entrar en un solo de electrónica, para finalmente repetir uno de los primeros versos, tiempo en el cual Lincoln rompió sin problemas el cristal de uno de los mostradores donde se encontraban los trabajadores, con los siete clientes a su espalda, y tomó a la chica asiática y el tal Larry en su telaraña antes de que la canción volviera a tener un solo de electrónica. Dio un salto hacia atrás porque las piedras comenzaban a caer, destrozando el asiento donde antes había estado sentada la mujer asiática.

Estaba a punto de salir entre todo el derrumbe que ocurría a su alrededor, evitando a duras penas los ladrillos cuando logró ver las figuras de tres guardias, tirados en una esquina y bastante golpeados, mientras una piedra estaba a punto de caerles encima.

—Por favor, funciona, funciona, funciona…

Sin pensarlo Lincoln tomó la telaraña de su pantalón (diferente a la que usaba de su mochila), y la pegó a uno de los guardias, pero presiono un botón y esta telaraña en lugar de ser estirada explotó y formó una tela inflable que logró envolver a los guardias y luego se expandió. A la vez el coro volvió a repetirse, y Lincoln saltó con las nueve personas a su espalda hacia el techo derrumbándose, logrando con la telaraña que le sobraba lanzarla al edificio de al lado y con el efecto péndulo, junto al grito de todos los que lo acompañaban, llegar al suelo lejos de los acontecimientos.

La grabadora fue destruida casi a la vez que el banco y canción terminaron de existir, siendo aplastada por una roca.

—Demonios.—dijo SpiderKid al ver el banco a medio derrumbar.

—¿Qué ocurre SpiderKid?—preguntó el más cercano de la bola de telaraña, el tal Larry quien parecía admirado.

—Que el duende tenía razón, adoro esa canción.—dijo finalmente SpiderKid para subir trepando al techo del edificio que tenía al lado, dejando los cuerpos aun enredados a mitad de la banqueta.

—¡Momento!—gritó una de las mujeres—¡¿No nos vas a desatar?!—gritó llena de rabia.

—Enserio lo lamento, pero si vuelvo a tener un retardo la maestra me va a matar...—dijo SpiderKid corriendo hacia la cima—¡No se olviden de los guardias sepultados, tienen aire para unas diez horas en la bolsa de telaraña, por favor! ¡Y lo siento!—lanzó eso último a la distancia.

Justo entonces comenzaron a sonar las sirenas de policía, encontrándose con la maraña de gente atadas unas con otras en unas finas telarañas, el capitán encargado se acercó al empleado del banco Larry y le preguntó por lo ocurrido, cosa que el sujeto logró contestar a pesar de su estado de ánimo, se notaban sus ojos brillantes al describir como SpiderKid fue capaz de salvarlos en menos de tres minutos.

—Ya veo, así que SpiderKid otra vez…—dijo decepcionado para llevarse su mano al puente de la nariz y luego pasar su mano sobre su cabello rubio—Ese niño es rápido, pero descuidado.—dijo finalmente para lanzar un suspiro—Al menos ustedes están bien, ya mandaré a mis hombres a rescatar a esos camaradas atrapados.—dijo sonriendo y tomando de un hombro al otro sujeto.

—Capitán Stacy.—se acercó un policía ligeramente más joven (aun así entrado en la adultez), aunque calvo y gordo, de tez morena—Creo que encontré una pista del duende.—dijo el hombre a su comandante.

—Muéstremelo McBride.—dijo rápidamente el capitán para correr a una pequeña muestra de sangre en unos postes, apenas visibles entre tanta exposición a tierra—Excelente, aunque no hay que celebrar aun Harold, podría ser sangre de cualquiera…

—Pero ¿Y si fuera del duende?—preguntó Harold McBride a su superior—George, es lo que estábamos buscando, una prueba, algo que no guíe a su verdadera identidad…Debemos de frenar esta locura antes de que otros tontos metahumanos…

—Es una prueba sucia y es imposible determinar si es del duende, de algún herido o…Tal vez de SpiderKid.—dijo tomando en un tubo de evidencia la poca sangre que había en la pared—Siga investigando, yo me encargare de la muestra.

Mientras la policía seguía en sus asuntos, Lincoln Loud se colaba por el techo de la escuela, esperando a que la campana no sonara, aun escuchaba muchos estudiantes caminando por los pasillos, si se daba prisa y quitaba el traje de látex tal vez… Y entonces la campana sonó, cuando él aún estaba en calzoncillos.

—¡Demonios!—gritó Lincoln poniéndose los pantalones a duras penas y corriendo mientras su cabeza se atoraba en su camiseta naranja y comenzaba a rodar escaleras abajo—¡Aja! —dijo una vez la camiseta entró y, de alguna manera, cayó de pie, salió corriendo con su mochila al aula—Ah… La pijama no daba tantos problemas…

En el salón de clases se encontraban el mencionado Peter Parker, con un pupitre envidiable para cualquier alumno que pretendiera obtener la nota más alta, además de su mejor amigo de la infancia: Clyde McBride, de tez morena, lentes, afro y una voz extrañamente particular que era difícil de olvidar por ser agudamente molesta, le había separado un lugar junto a él y Peter. Buscó con la mirada en el resto del salón a su amiga Gwen, una chica rubia con el cabello corto y alborotado que usaba lentes y una sudadera rosa, encontrándose hasta al fondo de este (cosa rara, tomando en cuenta que Gwen siempre se sentaba enfrente junto a Clyde) con una mirada de molestia.

Era como si con una mirada le reclamase su falta a las pruebas de porristas de aquella mañana, pruebas a las cuales Lincoln había jurado ir por compensación de otras tantas veces que no se había podido organizar debido, claro está, a situaciones extracurriculares y fuera del alcance de sus compañeros de aula. Lincoln respondió con una sonrisa, de vergüenza, provocando una mirada glacial de Gwen.

—Lincoln Loud.—expresó la maestra de secundaria mirándolo de reojo—Veo que por una vez llega antes que yo, que maravillosa sorpresa.—dijo ella con sarcasmo antes de indicarle que pasara a tomar asiento.

—Gracias, maestra Simian.—dijo Lincoln en un susurro a la vez que evitaba lanzarse a carcajadas.

—¡Es Sinlian!—gritó la mujer enojada—Veo que quieres ganarte otra tarde en detención.—dijo con una gran sonrisa.

—Me manda todos los días, ¿Cuál sería la diferencia?—preguntó Lincoln bastante molesto.

—Que hoy habías llegado a tiempo.—dijo la maestra con una sonrisa de par en par—Veo que no sirvió de mucho.

Lincoln suspiró frustrado y decidió sentarse con los brazos cruzados, aplicando la ley del hielo. Intentó recibir apoyo por parte de su amiga Gwen volteando a verla, pero recordó que le había fallado, y finalmente solo le quedo la sonrisa de sus otros amigos, los cuales seguramente le ayudarían a insultar a la maestra durante el almuerzo.

Las clases se le comenzaban a antojar al joven Loud como algo bastante pesado, prefería pensar en la sensación de saltar de un edificio a otro por sobre la sensación de no entender por qué la gravedad no es una fuerza de la naturaleza, sino una constante de caída en aceleración. Cuando hubo cambio de hora, Clyde salió al baño y quedaron solo Peter y Lincoln.

—¿Tienes el paquete?—dijo Lincoln poniendo una voz ronca y apuntando a sus bolsillos con los lanzatelaraña.

—Una tarea de historia, hecha a computadora a la orden. —dijo Peter dándole el reporte a Lincoln y recibiendo los dos dólares a cambio—Hey, creo que las tarifas van a comenzar a aumentar…

—Peter, te doy toda mi mesada en esto, por favor…—intentó justificarse Lincoln—Ya sabes porqué…

—Créeme, lo sé, pero mi tía May está teniendo problemas otra vez, y yo entre eso…—apuntó a los lanzatelarañas—Y esto…—apuntó al reporte—No tengo tiempo suficiente para…—suspiró frustrado—Supongo que trabajar.

—Tienes doce años, ¿De qué podrías trabajar? —intentó convencerlo Lincoln para luego bajar mucho la voz—¿Sabes? Hoy salvaste las vidas de todos los guardias en el banco con tu bomba telaraña. —dijo Lincoln dándole palmadas para intentar animarlo—Cuando tenga la mayoría de edad, podré comenzar a cobrar y…

—No lo sé Lincoln…—suspiró Parker—¿Crees que llegaremos a ser mayores de edad?

—Tu tranquilo Pit, soy Spiderkid, nadie ha podido vencerme…—dijo llevándose ambas manos a su nuca.

—Excepto el duende verde…

—Excepto el… Touche. —dijo Lincoln molesto por ese recordatorio—Pero va enserio, no subas tarifas, encontraré la manera que ambos saquemos beneficio de esto, lo juro. —le dijo sonriendo.

Finalmente, Clyde volvió a la clase y eso interrumpió cualquier tipo de charla entre ambos sobre todo lo relacionado con el Espectacular SpiderKid, nombre aún pendiente de patente. Y Clyde estaba comportándose indignado, mostrándoles en el celular un video que se había recuperado de las cámaras del banco y distribuido a la prensa, en el cual SpiderKid tomaba justo a un sujeto en bata y lo arrastraba a su maraña.

—…I travel the world, and the seven seas…—canturreó Lincoln recodando la canción.

—¿Estás cantando? —se extrañó Clyde al oírlo—Lincoln, esta gente pudo morir debido a la arrogancia de SpiderKid. —explicó Clyde—No deberían permitir que los mutantes anden por ahí libres…Es… Es antinatural.

—Exactamente, deberían encerrarlos a todos. —dijo Lincoln lanzando una risa por lo bajo y volteando a ver hacía Peter cómplice.

Lincoln solo esperó a que aquel día terminara cuanto antes, repitiendo la letra de la canción que había ideado para darse publicidad como SpiderKid, aún estaba en proceso de preguntarle a su hermana Luna de hacer la instrumentalización de guitarra. Quería un estilo punk, algo que él y sus amigos pudieran disfrutar y que tampoco alejara a los mayores del pueblo. Discutió del tema con Peter durante el desayuno, provocando miradas desaprobatorias por parte de Clyde (ya que este no estaba a favor de hacer campaña publicitaria a un mutante), aunque ciertamente la que se sentó en otra mesa fue Gwen, la cual no había hablado prácticamente nada con nadie en la escuela.

El tiempo paso, hasta que finalmente llegó la hora de detención, ya acostumbrado, Lincoln ni se molestó en despedirse de sus amigos Peter, Clyde o Gwen, en cambio esos tres salieron del lugar y fueron a sus actividades extracurriculares, Peter el equipo de química, Clyde el de ajedrez y Gwen para continuar con las prácticas para ingresar al equipo de porristas.

Cavitando durante la detención, Lincoln se preguntó por qué una chica como Gwen, tan aislada del resto, fuera de sus más cercanos amigos, querría unirse a las porristas. Solo se le ocurría la posibilidad que fuera su padre el que debía estar detrás de esto.

Sí, Lincoln mejor que nadie conocía al capitán de policía George Stacy, no solo como uno de los mejores amigos de su hija, sino también como colega de trabajo, siendo que Stacy se había involucrado directamente en algunas situaciones con SpiderKid.

Todos esos recuerdos de criminales siendo derrotados le permitieron a Lincoln soportar la larga hora que tuvo que esperar en detención, con su maestra Sinlian siempre vigilándolos a todos los revoltosos, él estaba comenzando a cansarse de la mujer, pero mejor soltó un suspiro y agacho más su mirada en su libro comenzando a quedar adormilado.

Tuvo una presencia de peligro, o sentido arácnido como le gustaba llamarlo en el fondo, momentos después, y no pudo menos que hacer su cabeza a un lado. Una bola de papel envuelta en saliva paso a su lado, donde antes estaba él. Volteó atrás y notó a un tipo pelirrojo, con camiseta verde ajustada, lleno de una sonrisa en extremo confiada, una actitud despreocupada y pelirrojo, que conocía desde la primaria, se llamaba Chandler y desde que había entrado en séptimo al equipo de futbol había pasado de presumido a cretino.

Una vez terminada la detención, aun con esa alarma constante, se acercó a una de sus compañeras de curso que aun seguía en la escuela a pesar de que la mayoría de los alumnos ya habían partido a sus casas menos los deportistas y pocas asociaciones más, y le preguntó a ella si podía pasarle un papel, que él había escrito durante detención, a la porrista más cercana de él, pidiéndole de favor que no revelara que era él quién mandaba el papelito.

Una vez lo hizo comenzó a lanzar varios suspiros, él estaba seguro de que Gwen recibiría la carta, y terminaría en el lugar dónde la había citado.

Lincoln no tardó en subir al tejado de la escuela, sin usar las escaleras, y comenzar a vestirse como SpiderKid, quería aprovechar la ocasión para revelarle a Gwen su mayor secreto, y no, no era que él era en realidad SpiderKid, sino cierto amor que él sentía por ella. Él tenía que decírselo, no podía vivir con aquello dentro de su ser, ¿Y qué mejor lugar que el armario de escobas abandonado detrás de las gradas?

Él entró ahí y se colgó del techo a esperar que apareciera Gwen y darle una gran sorpresa, tuvieron que pasar más de diez minutos en los cuales Lincoln sudaba y tragaba constantemente en seco, pensando que cada ruido era posiblemente Gwen acercándose, tenía descubierta la boca de la mascarilla, aunque su cabello seguía oculto, esa iba a ser la segunda revelación de ese rato, su identidad. Tanta fue su ilusión que apenas la puerta fue abierta, sin siquiera ver más que la silueta femenina se dejo caer de la parte superior, colgado de sus piernas y con el cuerpo invertido y con rapidez robándole un beso en la oscuridad a una confundida chica.

—Te amo…—dijo SpiderKid una vez terminado el beso y abriendo los ojos, encontrándose la cara aterrada y confundida, no de su mejor amiga y enamorada, sino de algo mucho peor.

—¿Qué? ¿Yo? ¿Tu? ¿Yo?—frente a él no se encontraba Gwen, sino su hermana mayor directa, Lynn Loud, la chica más deportista de toda la secundaria—Yo…Estoy halagada…—dijo sonrojándose por el beso—¿Le gusto a un super héroe?—dijo llevándose sus manos a los labios para ocultar la vergüenza.

Lincoln estaba tan impactado, recordaba apenas que su hermana Lynn también estaba en las porristas, y por sobre todo, que no le dijo el nombre de Gwen a la otra chica de antes, se sintió tremendamente estúpido, y más aún cuando su propia hermana, desconociendo de su identidad lo tomó de los costados de la cabeza y le arrebató un segundo beso, esta vez más extendido y lleno de cariño, mientras él no se movía, aunque le era difícil saber si por el impacto o porque de alguna manera extraña… Le estaba comenzando a gustar…

Finalmente, el segundo beso frenó y SpiderKid hizo un abdominal para volver de vuelta a la oscuridad del techo y volverse a poner la máscara cubriéndolo completamente. Vio abajo a su hermana sonriéndole, y la puerta tentadora por donde escapar. Soltó un suspiro de frustración y decidió no dejarla, así como así.

—Lo siento mucho, señorita, pero… —se detuvo un momento, en verdad no quería lastimar a su hermana, él sabía que precisamente por ser deportista, ella no era principalmente el mayor atractivo de los chicos, tal vez darle un poco de ánimos no le viniera mal—Pero no debí robarle el beso…—dijo finalmente decidido a no lastimarla—Yo… Debería irme.

Y sin decir ninguna sola palabra más Lincoln Loud saltó de su posición, corrió a la puerta y salió con sus telarañas, colgándose al techo de las gradas y yendo a gran velocidad para escapar del lugar, arrepentido de lo que había pasado y de su actuar, sin darse cuenta que su hermana Lynn miraba aquel escape con una sonrisa aun en sus labios.

—Es solo un niño en verdad…—dijo impactada—Y le gusto, yo le gusto a un chico…—se quedó pensativa mientras sonreía.

Todo aquello se desarrollaba mientras una pequeña de cinco años miraba la televisión en su casa con desgane, buscando entre distintos canales, pero todos decían lo mismo.

—El gran SpiderKid…

Pasar de canal.

—La amenaza del Duende Verde…

Le daba igual.

—El banco de la avenida…

Ese era un canal de caricaturas.

La chica dejo presionado el botón y termino en un canal donde solo se reproducía música. Provocando frustración en ella, mirando la foto de ella con el arnés de sus brazos mecánicos mientras desayunaba intentó continuar con el ritmo de fondo, al menos esa canción no hablaría sobre el estúpido héroe.

—Lisa, tus brazos cambiaran al mundo, revolucionaran todo…—dijo ella imitando una voz más grave—Sí, como no…—se quedó cruzada de brazos—El mundo prefiere niños usando disfraces, que avances que ayuden a miles de personas…

El teléfono sonó, no había nadie más en la casa, Lisa era la única que se encontraba ahí, así que lanzó un largo suspiro de decepción y se movió de su asiento para contestar el teléfono.

—Casa Loud, al habla Lisa Loud. —dijo en un tono casi robótico.

—Señorita Loud, la gran promesa de Nueva York, justo la mujer con la que quería hablar. —escuchó una voz calmada y serena del otro lado—Nuestros científicos han estado viendo nuevas tesis, y descubrieron justo hoy una sobre un arnés de cuatro brazos metálicos, que lástima que solo sea una tesis, ¿No?

—Lo lamento, no hay fondos necesarios, debido a lo limitante de la edad, me veo forzada a…Un momento, ¿Con quién está hablando?

—¿Conoce acaso Oscorp, señorita Loud? —respondió la voz al otro lado de la línea lanzando una risa.

Continuara…

Notas de autor.—Bueno, me convencieron hdspm, tendrán Spiderkid, vayan preparando sus teorías, sus pañuelos, sus lanzatelarañas… Oh espera, eso último no lo tendrán. JA (yo tampoco)

Sobre la títulación, cada capítulo tendrá de nombre una canción, ya sea conocida, fanmade, o lo que sea, siéntanse libres de escucharla o no, durante los capítulos de todas maneras aparecerá xD La música se me hace que puede ser un buen agregado, y hay algunas escenas que no puedo imaginarlas sin la música correcta, aunque de nuevo, probablemente muchas sean usadas como en este capítulo.

¿Qué más puedo decir? Oh claro, este es el primer fic, cálculo que a lo mucho 20 o 25 capítulos como limite, no quiero excederme tampoco, esto va a ser una saga de 3 partes, Spectacular, Amazing y Ultimate… Oh claro, también Superior, pero ese (junto a otro fic) serán sorpresas que aun no deben ser desveladas, cualquier duda puede ir en los comentarios.

Sobre si expongo mucho, en parte creo que sí, abrí demasiadas tramas para ser solo el primer capítulo, felicito a mi amigo PenguinArrow por terminar flecha, yo esperaría alguna referencia… ¿No?

En fin, trataré de evitar dejar notas de autor, solo disfruten en esta aventura, y no dejen que las telarañas los espanten, que el hecho de haber tantas tramas nos permitirá avanzar a puntos más…..Siniestros.