Amor sin limites
Por Luz de luna82
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Keiko Nagita, solo son para diversión personal.
Capítulo 1
Se encontraba Candy hablando con Patricia acaloradamente sobre el tema que le apasionaba a Patty, pero atormentaba a Candy, ¡los hombres!, la cafetería donde se desarrollaba esta discusión se encontraba cerca del hospital Santa Juana, donde trabajaban ambas mujeres, Candy de 34 años y patricia de 36, a la segunda le fascinaba irse de plan con sus conquistas, podía despertar en una cama diferente cada fin de semana, le gustaba vivir su vida libremente y sin ataduras a nadie, pero Candy no era ese tipo de persona, ella creía en el amor, aunque tristemente lo había dejado ir hacia 3 años, lo recordaba y había prometido nunca más enamorarse, no podría olvidar esos ojos azules que amaba tanto.
-Candy anda no seas aburrida, Mark y su amigo John vienen a pasar el rato con nosotras, no pasara nada que no quieras que suceda, anda amiga acompáñame, le decía con un toque travieso en su mirada que por nada del mundo pensaba ceder.
-Sabes que odio salir con tus amigos, como siempre tú te desapareces y me dejas metida con el tipo que a fin de cuentas es un mega aburrido.
- ¡Igual que tu amiga! ¡Me parece que te quedaras solterona y aburrida, si no te das la oportunidad de conocer a nadie! Le dijo con un deje de malicia en los ojos.
Patricia no dejaría de dar pelea, pero para dar guerra esa era Candy que con el dedo índice levantado y una voz divertida reto a Patty.
-Da gracias a que te quiero mucho Patricia, olvídalo no saldré con ninguno de tus amiguitos, eso no va conmigo.
-Definitivamente eres una aburrida Candice White. Patty no se iba a dar por vencida tan rápido, pero Candy prefería seguir trabajando en el hospital hasta tarde antes de seguirle la juerga. Ella finalmente se rinde y levantándose y dándole un beso en la mejilla se despide de su amiga.
-Sabía que dirías que no, ¡pero igual tenía que intentarlo!
Patty se va derrotada ya que no puede lograr sacar a su amiga hacia el mundo de nuevo, desde hacia tiempo se había negado el conocer a nadie, ella conocía su historia, la entendía, pero debía rehacer su vida y quería verla feliz, esta platica se había repetido demasiadas veces, cuando lograba convencerla se mostraba reticente a crear algún lazo con los chicos que le presentaba, habían sido muchos, pero con ninguno llegaba a nada, esta era la última vez que lo hacía, si había decidido olvidarse de los hombres ya no le insistiría más, aunque eso no le impediría escaparse con sus conquistas por su cuenta.
Candy se dirigió hacia el piso de oncología, estaba un poco solo esta noche, a pesar de haber tenido varias consultas no ha sido necesario ingresar a nadie, son las 12 de la noche y veía a Samantha con su pequeña hija cargada en los brazos, la pequeña Sara ha sido diagnosticada con sarcoma del tejido blando, le realizo la biopsia la semana pasada, necesita quimioterapia y mañana será su primera sesión.
-Samantha ¿Qué haces levantada a esta hora?
-Sara que esta inquieta, no sé por qué no puede dormir.
-Déjame verla, ella la recuesta en la cama y le hace la exploracion en el antebrazo que fue donde saco la muestra, pero parece que no tiene dolor ahí, sigue con su exploración y va al abdomen, tiene un mal presentimiento, de repente en uno de los costados encuentra un bulto, es pequeño, pero en su condición cualquier tipo de manifestación física es mala señal.
-Voy a pedir que le hagan pruebas en el abdomen, quiero estar segura antes de comenzar con la quimio mañana, le recetare un calmante más fuerte para que pueda descansar esta noche.
Ella asiente sin embargo se puede percibir el miedo en sus ojos, es entendible, este maldito cáncer no se puede estar quieto, es usual que se traslade a otros lugares del cuerpo, Candy esperaba no tener que darle malas noticias, sabía que la destrozaría y era necesario que estuviera entera para enfrentar lo que venga.
Candy decide irse a descansar a su hogar, la habían llamado por una emergencia en la madrugada y necesitaba dormir pero estaba hambrienta, hay un restaurante cerca de su casa en el cual le gustaba llegar a comer, por supuesto que era un desastre en la cocina, era increíble que era una cirujana brillante y ejemplar, pero hablando de cocinar, era un verdadero desastre y ella lo sabía perfectamente, entonces se dirigió en su auto a "La ragazza" un restaurante italiano que por fortuna estaba abierto durante la noche.
Un amable mesero llamado Carlo la saluda amablemente, ya que la conoce hace un tiempo, su hermana Sophie fue su paciente y afortunadamente el cáncer la dejo, la operación fue complicada, pero afortunadamente es de las historias de éxito que ganan la lucha contra el cáncer de mama, sabe perfectamente que le gusta comer, pizza de queso mascarpone
-Candy bienvenida ¿lo mismo de siempre?
-Me conoces querido amigo, pero ahora quiero un risotto con camarones, me gustaría cambiar un poco.
El presto se va a la cocina y le trae su bebida, Carlo llega con el platillo y ella se sorprende porque no tiene nada que ver con lo que ha pedido, voltea a verlo con cara de extrañeza y hasta con desconfianza.
-El chef me dijo que, si deseabas probar algo diferente, tenías que probar esto, son raviolis de carne a la florentina, confía en mi sabe lo que hace.
Hace poco que han cambiado al chef y todo había sido delicioso entonces ve que el plato tiene muy buena pinta y un olor maravilloso, el aroma inunda mis fosas lo cual causa que comience a salivar, lo prueba y es una explosión de sabores, tienen un gusto suave, que te inunda la boca con el sabor de los champiñones, la zanahoria, el calabacín y la cebolla, todos los sabores equilibrados perfectamente, saben a hogar, sabe delicioso, era de sus favoritos cuando era niña, tenía años sin probar algo tan maravilloso como lo hacía su madre.
Después de deleitarse en el platillo decide que lo justo es que le agradezca al creador de tal obra de arte.
-Carlo ¿podría hablar con el chef por favor? El le pregunta que, si hay algún problema con el platillo, ante su negativa se da vuelta y busca al chef, mientras revisa su teléfono regresa diciéndole que el chef se ha marchado, Candy se lamenta ya que quería agradecerle en persona el buen gesto que había tenido, sin imaginarse quien era el creador de maravilloso platillo.
Mientras tanto en el mismo restaurante pero en la cocina un rubio ojos azules atlético con una mandolina blanca y un mandil ajustado a una breve cintura aprovechando el tiempo ya que habia pocos comensales, se encuentra concentrado inventando una nueva receta cuando entra Michael, su chef y mejor amigo, le hace señas para que se asome al área del restaurante, observa a mi alrededor encontrando a la persona que quería que viera, su corazón late desbocado, parpadea varias veces para averiguar si no es una aparición, pero dentro de él sabía que era ella, regreso rápidamente, tratando de recuperar el aire que había dejado de entrar a su cuerpo puso las manos en la mesa de trabajo recargándose totalmente con los brazos estirados, estaba igual que como la recordaba hace 3 años, preciosa como siempre, el cabello un poco alborotado pero seguramente era por el trabajo en el hospital, lo último que supo de ella fue que estaba en Holanda, había jurado olvidarla y pasar de ella, pero solo hizo falta verla de nuevo para que su loco corazón galopara de nuevo por ella, maldecía por dentro, debía de haberla olvidado, eso era lo correcto por no decir que lo esperado, había decidido emplear todo su tiempo para no tener que estar pensando en ella, decidió dejar los negocios de la familia, tomase un año sabático y estudiar lo que siempre le había apasionado, la cocina y de eso ya pasaron 3 años, poco a poco había ido superando esa fase oscura de su pasado con ella, lo había dejado muy mal, la cocina lo había sacado a flote de su abandono, la amaba con locura, en aquel momento pensó que era buena idea comprar una anillo para comprometerse, pero ella lo dejo y no alcanzo a hacer la pregunta, juro olvidarla, aunque jamás pudo pensó que ya la había superado, que equivocado estaba.
Michael le palmeo la espalda tratando de darle fuerza, tomo aire de nuevo y retomo su frialdad acostumbrada, le agradeció con la mirada el no decir nada, nadie de su familia se enteró de lo que paso con Candy solo Rossie y su amigo, solo ellos supieron a ciencia cierta qué fue lo que sucedió entre los dos.
Carlo entro con la comanda, Albert se preguntaba porque nunca la había visto ya que era una cliente frecuente, aunque solo tenía 2 meses que había comprado el restaurante no habían coincidido.
-La comensal desea cambiar lo que usualmente come y pidió esto Albert, desea probar algo nuevo.
El risotto no parecía un patillo que usualmente pediría, pero recordaba perfectamente que alguna vez le conto que su madre que había muerto en su adolescencia le preparaba "raviolis de carne a la florentina" era un platillo sencillo, pero bien preparado sabía que le encantaría, durante algún tiempo lo perfecciono pensando en ella, había sido su inspiración, le había prometido que algún día se los cocinaría y hoy sería el momento, se imaginaba que seguía siendo un desastre en la cocina.
Después de 12 minutos estaba listo, llamo a Carlo y claro que le puso el alma a lo que había preparado, le encantaría, se moría por ver su cara cuando lo probara, pero eso ya sería demasiado, tenía que irse, de seguir así terminaría presentándose frente a ella y no quería verla de nuevo, por lo menos aun no, ahora que sabía que ella frecuentaba el restaurante, era mejor que se fuera, era demasiada la tentación, dejo a Michael a cargo de todo y se fue caminando a su hogar, acababa de comenzar a llover, era precisamente lo que necesitaba, algo que le limpiara los pensamientos y aclarara su mente y finalmente olvidar.
Continuara…
Chicas espero que me acompañen como siempre en esta nueva historia, y tambien que sea de su agrado, !las habia extrañado! y saben que me encantan sus impresiones y comentarios, que Dios les bendiga y espero actualizar los jueves y los domingos, ahora ando con muchas actividades, pero gracias a Dios con salud, las quiero un monton!
