Vivían en tiempos de paz, han pasado 5 años desde la batalla final contra Muzan, ese día terrible cuya victoria fue empañada por la sangre de los amigos que se perdieron, dejando un hueco en los corazones de los afortunados sobrevivientes.

Esas ausencias que en un principio auguraban futuros desoladores, año con año se volvían más llevaderas, o al menos así lo sentía Aoi Kanzaki quien aún llevaba flores a las tumbas, y aún más importante mantenía el legado de sus antiguos compañeros como el de las Hermanas Kocho. Al fallecer Shinobu fue Aoi quien se hizo cargo de la finca de las mariposa, haciendo un trabajo extraordinario al no tener ni una sola baja de los guerreros que llegaron heridos a ocupar las camas tras la batalla, aún sin la guía de su maestra y relegando las necesidades propias, sentía la obligación de honrar su memoria.

La paz trajo a los cazadores seguridad, por lo tanto era momento de un cambio, la finca de las mariposas ya no tenía un propósito lo que rompía el corazón de Aoi, debía reinventar, darle una nueva vida a lo que quedaba de las Hermanas Kocho.

La mansión pasó a atender a los habitantes de los pueblos cercanos, corriéndose la voz de que en aquella alejada mansión había una doctora capaz de curar hasta las heridas más graves, Aoi se había evocando a estudiar todos los libros y apuntes de Shinobu le tomó años igualar los conocimientos de su maestra y pese a no avanzar tan rápido como le gustaría finalmente pudo superar sus conocimientos y realizar sus propias investigaciones sin embargo pese de sentirse orgullosa de su progreso, no podía evitar sentir que todos seguían adelante excepto ella, en el fondo seguía siendo la misma.

Hace 5 meses Kanao su mejor amiga se había casado con Tanjirou, el dulce muchacho que tiempo atrás la había cautivado, igualmente Nezuko y Zenitsu se comprometieron tiempo después de partir su hermana con su nuevo marido, hasta los antiguos pilares rehicieron su vida las noticias de los nuevos oficios que no paraban de sorprenderla y ella se sentía insatisfecha.

El hospital de las mariposa había tomado su rumbo rápidamente a los pacientes se les cobraba una pequeña cuota para abastecerse de insumos y un sueldo lo que permitió a Aoi contratar a más personas para realizar la limpieza y buscar nuevas discípulas, lo cual le daba a Aoi tiempo libre entre enseñar y ejercer la medicina, al partir su hermana, Aoi sintió claramente el cambio en el espíritu hogareño de la finca, el nuevo personal tenía hogares propios y vidas apartes, ella no era Kanae ni Shinobu Kocho dándole abrigo a nuevas "chicas mariposa " como solían llamarlas, el tiempo en que la finca era una familia por sí misma había terminado, incluso kiyo, Nao y Sumi empezaban a salir por su cuenta así que era normal que Aoi comiera sola a veces. La soledad empezaba a pasarle factura a la chica, cada dia se sentia mas melancólica, en un intento de no enfrentar sus sentimiento se enfrascaba en su trabajo como lo había hecho desde que ella tenía memoria, después de todo siempre había algo nuevo que aprender, un nuevo paciente por atender, o una nueva medicina por probar, o al menos eso esperaba.


Los personajes y la historia en que se basa este relato son propiedad de Koyoharu Gotōge.

Este fanfic es un ejercicio de escritura así que le pido amablemente a mis lectores se sientan libres de realizar críticas y correcciones si se topan con alguna errata.

Gracias por leer, actualizaré lo más pronto posible