Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.

1.-Este personaje, por encima de todas las cosas, es un Gender Blender (Si han leído nuestros Fanfictions, creo que eso ya era más que obvio y es un Gender Blender de Harry Potter). Y es obvio, que será un ser mágico. Al inicio, pensabamos en los Subterráneos (vampiro, hombre lobo, hada o brujo), pero descartamos a los brujos, porque ellos, son hijos de un humano y un demonio. No queríamos que sea una chica loba, me lo complicaría todo, teniendo que ocultarse durante la luna llena y Rowling no usó vampiros en la serie canónica y bueno... para ser un hada, tendría que ser secuestrada de bebé y llevada a la Corte Seelie o Noseelie y eso lo veo difícil, así que decidí hacerlo a mi estilo, con otra raza (más o menos) mágica.

2.-Esta Fem-Harry, además de que será una criatura mágica, será la reencarnación de Jonathan Christopher Morgenstern, el hijo de Valentine Morgenstern y Jocelyn Fairchild, el hermano mayor de Clary Fairchild. Se trataría de aquel Jonathan a quien vimos en aquellos últimos instantes en el libro Ciudad de Fuego Celestial, el Jonathan bueno, el de ojos verdes, el que carecía de sangre demoniaca, y era una buena persona.

01: La misericordia del ángel.

Sebastian parecía diferente, no sólo por los ojos sino toda la forma de la cara: la línea del mentón más suave, la boca sin el gesto cruel. Los ojos verdes y vivaces, no negros como pozos profundos, escarbados en su cráneo (...)

(...) Sebastian Morgenstern murió, por obra del fuego celestial, que Clary Fairchild imbuyó en el filo de la espada Heosphoros. La sangre de Lilith se quemó y sus ojos se volvieron verdes.

Jonathan Morgenstern, era alguien completamente distinto a Sebastian, era una persona noble, era alguien que tendría y que bien podría haber vivido, de no ser por los atroces experimentos de su padre.

Él murió, junto a todo el mal que causó su contraparte corrupta, como Sebastian Morgenstern.

Pero aquel, no fue el final de un alma noble. Un inocente que jamás vivió y jamás pudo existir.

Raziel se apiadó de aquella alma pura y con el permiso de la Trinidad, le enviaron a una dimensión, dónde también existían los Nefilim, dónde ya había un Jonathan corrupto, dónde él combatiría al lado de su hermana, de su hermano adoptivo y de los Lightwood, para frenar el avance de las maquinaciones de Morgenstern, padre e hijo.

Ahora, el alma bondadosa de Jonathan Morgenstern, habitaba en un cuerpo distinto.

Una niña inocente, de cabellos negros, como lo fue cuando se hizo pasar por Sebastian Verlac, aquel a quien morir le dio igual y a quien Sebastian Morgenstern, jamás podría comprender, debido a su sangre demoniaca.

Pero con los ojos verdes de Jonathan... que recordaban Jocelyn, Luke, Clary, Jace, Magnus, Simon, Isabelle y Alec, de sus primeros y últimos instantes, vivo, como un ser humano, capaz de llorar, de sentir y que se horrorizó, ante los pecados que cometió.

Una niña, con una vida desdichada, siendo tratada como una sirvienta, por sus tíos y su primo.

La niña recordaba, que sus tíos nunca le habían dicho su nombre, y siempre le llamaban "niña" o "chica", recordaba el castigo que se llevó, por parte de la maestra de Kínder, cuando se presentó así, como "Niña", aquel primer día de estudios.

Sus tíos la castigaron, y a los gritos, le revelaron que se llamaba Janeth Cristal Potter Evans, diciéndole que era hija de un par de borrachos.

Que su padre se apellidaba Potter, que era un bueno para nada y que era un apostador.

Que su madre era la hermana de Petunia, y que era una prostituta borracha.

Por las noches, Janeth recordaba algo, que jamás había vivido, viéndose a sí misma, como un niño cruel, de cabellos plateados y ojos negros, que era entrenado por un hombre también, de cabellos plateados y ojos negros, pero... los ojos del adulto, era más... naturales, que los suyos.

Recordaba entrenamientos para mejorar su físico. Correr, trotar, escalar.

Entrenamientos de combate mano a mano y combate con armas blancas.

Recordaba el juramento de lealtad del Círculo, que Valentine le había enseñado, cuando era pequeño...: Por la presente rindo obediencia incondicional al Círculo y a sus principios... Estaré preparado para arriesgar mi vida en cualquier momento por el Círculo, con el fin de preservar la pureza de los linajes de Idris, por el mundo mortal cuya seguridad se nos ha encomendado.

Recordaba todos los consejos de supervivencia de Valentine y de cómo guiarse, usando las estrellas.

Recordó los cientos de lecturas sobre la magia y lo que ella podía hacer, cuando era Sebastian y tenía la sangre de Lilith.

Una mueca extraña, similar a una sonrisa, apareció en su rostro, cuando vio que podía usar magia, pero de forma ligeramente distinta, a la que él... ella recordaba.

Fue consciente, de lo que le hacían los Dursley y decidió vengarse de ellos. Pero esto, le provocaba un malestar estomacal, debido a que sentía culpa y arrepentimiento, por un acto que aún, no había cometido. Eso le permitió saber, que, ante todo, él... ella no era Sebastián. Carecía de su crueldad.

Era humana.

Era Jonathan.

O bueno: era... una versión femenina de Jonathan, nacida de otros padres.

Nacida de padres especiales.

Ella era especial.

Janeth Cristal... Potter Evans.

Jonathan Christopher... Morgenstern Fairchild.

A su alrededor, solían ocurrir cosas extrañas.

Cuando la llevaban a la peluquería, su cabello crecía a lo largo de la noche, volviendo a la normalidad. Eso hacía enfadar a tío Vernon y tía Petunia, así que un día, tío Vernon usó su vieja máquina de afeitar y le afeitó el cabello a rape, para luego mandarla a su habitación, la cual era una alacena, bajo las escaleras.

En una ocasión, había tenido un problema terrible cuando lo encontraron en el techo de la cocina del colegio: El grupo de Dudley lo perseguía como de costumbre cuando, tanto para sorpresa de Janeth como de los demás, se encontró sentado en la chimenea. Los Dursley recibieron una carta amenazadora de la directora del colegio, diciéndoles que Janeth andaba trepando por los techos del colegio. Pero lo único que trataba de hacer (como le gritó a tío Vernon a través de la puerta cerrada de la alacena) fue saltar los grandes cubos que estaban detrás de la puerta de la cocina. Janeth suponía que el viento la había levantado en medio de su salto.

En otra ocasión, se enfadó con un maestro, y la peluca del hombre, se volvió azul.

Luego de una visita de la tía de Dudley y hermana de Vernon (llamada Marge), los perros de la mujer, la habían perseguido, y el perro había muerto, cuando la mujer estaba de regreso a casa.

Y así, cosas raras solían pasar en su vida.

Pero, el día en el que ella recordó su vida pasada, como Sebastian y cuando comprendió que ella era Jonathan; ella intentó sentir la magia, igual que como su contraparte fue entrenado por Valentine, para sentir y usar magia.

Pero, cuando invocó la magia demoniaca, tuvo que apretar los dientes, para no gritar de dolor.

(POV Janeth)

Cuando me fui a dormir, me encontré ante un hombre joven, de una cabellera larga dorada y plateada, sus ojos eran completamente dorados, como si su esclerótica, su iris y pupila, fueran del mismo tono, pues no se distinguía ninguno de los tres. Su piel era blanca como la nieve, carecía de una camiseta y estaba cubierto de extraños símbolos, que se movían sobre su piel lentamente. Tenía un par de alas doradas, y en cada ala un ojo áureo, como si fueran alas de un Pavorreal. Estaba yo, ante la presencia de un ángel y rápidamente, me arrodillé, con el rostro hacía el suelo. «No tengas miedo, joven Alfarera» Dijo el ángel, conociendo mi apellido, pero pronunciándolo, con un tono, que no dejaba ver el apellido en sí, sino lo que significaba, pues "Potter" significa "Alfarero", él siguió hablando «No he venido, para causarte daño» No me atreví, a elevar la mirada. Aun y cuando yo, estaba ante un ángel. «Los miembros de las religiones llamadas "Abrahámicas", judíos, cristianos y musulmanes; no creen en la capacidad o posibilidad de la Reencarnación, pero sí creen en la Resurrección, cuando llegué el día del Juicio Final» Por respeto, pero también por temor, no le dije al ángel, ni una palabra. En cambio, enterré aún más, mi cabeza en el suelo. «Hace mil años, este mundo ya era habitado por los humanos y compartido con otras razas, que igualmente, comparten el termino humano, para nosotros, los ángeles: los Hombres Lobo, los Vampiros, las Hadas y los Brujos, no dejan de ser mortales a nuestros ojos, y de acuerdo a sus decisiones, cuando llegue el día, podrán ascender al cielo y a la dicha de la recompensa de los justos o descender al castigo de los pecadores. Hace ya mil años, un simple Mundano, un humano como cualquier otro, me invocó en un lago, con la ayuda del Brujo Elphas, me invocaron en un lago y este hombre, me pidió que mezclara mi sangre, con la suya, para dar paso a un grupo de humanos con habilidades especiales, quienes se encargarían de traer un cielo a este mundo, al combatir a los demonios, que lo poblaban, le otorgué el primero de cientos de otros apellidos que la raza Nefilim, usaría con libertad, le dije que desde ese día, sería Jonathan Shadowhunter, y él y los suyos, serían Nefilims, Cazadores de Sombras, quienes harían frente a los demonios; y con el tiempo, mi plan secundario, rindió frutos: Los Cazadores de Sombras, se acercaron a los Subterráneos. A las Hadas, a los Brujos, Vampiros y Hombres Lobo, en son de paz; mil años han pasado y un Cazador de Sombras, de la familia Morgenstern, llamado Valentine, utilizó a su propio hijo, en un experimento lleno de crueldad, como la que solo Caín fue capaz; pues Valentine, también volteó hacía su propia carne y sangre, y su hijo Jonathan Christopher Morgenstern, fue maldecido, con la sangre de la Dama de Edom» Entonces, yo elevé la cabeza, me miró fijamente y un escalofrío, recorrió mi columna vertebral. «Pero una de las hijas adoptivas de mi hermano Ithuriel, la hija menor de este mismo hombre, llamada Clarissa Adele Morgenstern, me permitió cobrar justicia, sobre su padre y luego, ella derrotó a su hermano, quemando la sangre de la Dama de Edom, que aún estaba en él y que lo convertía en un joven cruel y despiadado, capaz de la más absoluta crueldad y el más profundo sacrilegio. Esa sangre demoniaca, fue quemada del interior del joven y cuando la madre del joven Jonathan, volvió a esta dimensión, a la dimensión humana, entonces pude tomar la esencia de aquel chico, que jamás tuvo oportunidad de vivir y me la llevé, trayéndola hasta esta línea de tiempo, trayendo la esencia de Jonathan, hasta ti»

— ¿Dices que yo soy, mitad humana, mitad ángel y mitad demonio? —pregunté finalmente, en un hilo de voz.

«Eres cualquier cosa, menos un demonio» Contestó. «Pues ya no hay sangre demoniaca en tu ser» Suspiré, encontrándome más tranquila. «También en esta dimensión, existen los Cazadores de Sombras, y aquellos que algún día serán tus aliados, están en el país conocido como los Estados Unidos, en la ciudad conocida como Nueva York. Cuando tengas 18 años, viaja allí y busca el Club Pandemonio, allí estarán los hermanos Alexander e Isabelle Lightwood y te encontrarás, no solo con Clarissa Morgenstern, también con Jonathan Herondale»

— ¿Cómo puedo ayudarlos? —pregunté, desesperada por ser útil de alguna forma.

«La hermana de tu madre actual, está profundamente celosa de ti, físicamente» Me dijo. Cambiando de tema. «Para los Nefilim, la raza más bella, es la raza de las Hadas y un Hada conoció a uno de tus antepasados, y lo sedujo, teniendo un hijo vivo y mortal, con él, heredando esa misma belleza. Por otro lado, otro de tus antepasados, fue una criatura mágica, que también es familiar de las hadas, una criatura, con una apariencia humana, de la cintura para arriba, pero una serpiente de la cintura para abajo. Se les llama Chaquina» Eso me sorprendió. «Veo en ti, más de lo que puedes imaginar, Janeth Potter; no eres exactamente, miembro del Pueblo Bello, no detecto que la sangre demoniaca, sea fuerte en ti. Tienes la belleza de las Hadas, eres letal gracias a la Chaquina que vive en ti. Puedes mentir, puedes usar Glamures o también llamados "Ilusiones", y yo, te alinearé aún más, con los cielos» Sentí un extraño escalofrío, recorrer mi cuerpo.

Con el pasar de los días, fui teniendo recuerdos muy vividos, del entrenamiento al cual Valentine, sometía a Jonathan; y yo fui recreando esos entrenamientos: Formas de supervivencia en los bosques. Como cocinar y alimentarme de plantas. Como guiarme, gracias a las estrellas. Formas de supervivencia en desiertos, en paramos congelados y mucho más (pero nunca, lo puse a prueba)

Usando un palo de escoba ya viejo o ramas de árboles (especialmente, si eran de roble, fresno y serbal), comencé a entrenarme, como si usara armas contundentes o espadas.

Robando un cuchillo de casa de mi tía, corté una rama gruesa de roble y que sabía, no se rompería fácilmente; y la afilé, además de darle algunos retoques, para que sirviera como una lanza. Cuando tuve la oportunidad, la lijé, con un viejo papel de lija, que encontré casualmente en la casa, dándole un mejor acabado, en algo mucho más propicio, para una Cazadora de Sombras. Incluso, si yo no lo era. El roble me sería útil, contra algunas razas de demoniacas.

Aprovechaba cuando mis tíos se iban, y yo, me quedaba bajo el cuidado de la señora Figg, quien rápidamente se dormía, para buscar en su cuarto de san alejo, encontrando lo que buscaba: viejos cuchillos de cocina. Los cuchillos de cocina, estaban hechos de acero, el cual era un metal, que podía herir a los demonios.

Me costó en verdad mucho, mucho tiempo, encontrar como dar con una fundidora y qué escusa dar en casa...

Pero aprendí, a usar la magia de las Hadas y mi belleza, para usar pequeñas ilusiones, pequeños Glamures y que mis familiares me dejaran en paz. Lo mismo hice en las fundidoras, logrando fundir muchos cuchillos de plata o hierro, gracias a mi control sobre los Mundanos, quienes incluso usaron objetos de la fundidora, para marcar los cuchillos con runas angelicales, haciéndolas útiles al enfrentarme a los demonios y otros Subterráneos, si es que llegaba a encontrarlos a lo largo de mi vida.