CAPITULO 1

¡Una nueva era comenzó! ¡Nace Cure Union!


Kanna dormía tranquilamente, cuando de repente su despertador en forma de gato sonó, despertándola, la chica de cabello negro abrió los ojos con calma y apagó el molesto aparato, se estiró un poco y se preparó para otro día más en su escuela secundaria.

Después de desayunar, Kanna tomó su mochila y sus cosas y se fue a la escuela.

— Ya me voy — se despidió Kanna cerrando la puerta de su casa.

Justo en la entrada de su casa, algo se escuchaba caer del cielo, parecía una extraña figura sin forma alguna, el misterioso objeto se acercaba a gran velocidad a la cara de Kanna, sin que ella pudiera reaccionar a tiempo, cuando menos lo esperó, ese "algo" la golpeó de lleno en la cara.

Y no, no se trataba de un hada, sino de...

— ¿Un teléfono? — se preguntó Kanna mientras se frotaba el rostro por el dolor del golpe, entonces la chica se agachó para recoger el teléfono que había caído del cielo, parecía un teléfono del año 2000, el teléfono era color blanco con un corazón rojo en el centro — Debió caerse de alguna casa de dos pisos supongo... — pensó en voz alta, aún adolorida por el golpe.

El extraño teléfono cambió de color repentinamente, pasando de ser blanco a magenta, como si hubiera reaccionado a Kanna sosteniéndolo, la chica se sorprendió al ver esto.

— Esta cosa me golpeó muy fuerte en la cara, estoy empezando a imaginarme cosas raras — dijo Kanna para sí misma mientras guardaba el teléfono en su mochila.

Kanna salió de su vecindario y caminó hasta la escuela secundaria Keisho, al llegar al edificio de la escuela saludó a algunos compañeros mientras caminaba a sus lados y se dirigía a su aula.

Mientras tanto, en el cielo, un hada con forma de conejo blanco y gorro de mago volaba desesperado con un mapa en las manos.

— Así que este es el mundo de... — leyó en el mapa que traía consigo — No tiene nombre, eso significa que este es el único mundo sin una Pretty Cure, tengo que darme prisa-raki — dijo el hada en forma de conejo mientras volaba en dirección de la ciudad, buscando algo que había perdido.


En otra dimensión, afuera del tiempo mismo, un lugar llamado "Mundo Vacío", 3 figuras sombrías se arrodillaban ante un gran trono. Ahí una mujer hermosa de cabello dorado largo sujetado en dos coletas y vestido blanco ligeramente rasgado miraba con sus ojos igualmente dorados a sus 3 comandantes.

— ¡Sakiko! — llamó la mujer — Tu reporte — ordenó ella.

— Sí, mi señora — respondió una de las 3 figuras, un hombre con capucha azul y con un libro en la mano — He terminado de afectar la línea temporal del mundo de Delicious Party, Nagomi Yui jamás se convertirá en Cure Precious ahora — informó este.

— ¡Rikako! — dijo la reina de las tres figuras que posaban ante ella.

— Sí, mi señora — dijo otra de las figuras, un hombre con capa roja y una espada de caballero — El mundo de Tropical Rouge también ha sido afectado, Natsumi Manatsu ya no se convertirá en Cure Summer — informó.

— ¿Mamiko? — la voz de aquella mujer cambió ligeramente al referirse al tercero de sus comandantes, como si su relación con él fuera distinta.

— Solo falta una cosa para asegurar su victoria, mi señora — dijo el hombre con un traje como de mayordomo, pero de color dorado.

— Deshacerme de las Cure Cards — finalizó la mujer mientras se levantaba del trono y alzaba su mano hacia sus comandantes, mirando a Sakiko — Ya sabes que hada tiene las cartas, Sakiko, si atacas será para destruirlas, no esperaré menos de ti — ordenó ella.

— A la orden, mi señora — dijo Sakiko desapareciendo para ir al mundo humano, al menos, a ESE mundo humano, el unico mundo sin una Pretty Cure.


En dicho mundo, después de las primeras clases, como era costumbre de Kanna, ella se fue a desayunar a la azotea de la escuela, alejada del resto, destapando su almuerzo para empezar a comer.

— Onigiri, Tamagoyaki y Otonomiyaki — dijo Kanna con una enorme sonrisa — Gracias mamá — agradeció mirando su apetitoso almuerzo.

En el cielo, unos metros más arriba de Kanna, cierto conejo hada volaba desesperado, buscando algo.

— ¿Dónde está? ¿Dónde está-raki? — se preguntaba a si mismo — ¡Ese artefacto no pudo simplemente desaparecer cuando llegué a este mundo-raki! — dijo desesperado mirando a todas partes esperando encontrarlo.

Poco o nada duró el almuerzo para la hambrienta Kanna, quien después de comer guardó su bento en su mochila, pero algo ocupaba un espacio de más ahí.

— Ah — exclamó Kanna dándose cuenta de algo — Es cierto, el teléfono que me cayó del cielo, lo había olvidado — dijo ella sosteniendo el teléfono en sus manos.

A lo alto, el conejo hada miró el objeto que la chica tenía en sus manos.

— ¡Ahí-raki! — de inmediato y como si fuera un halcón, el conejo hada se lanzó en picada hacia Kanna.

El conejo casi se estrella contra el piso, casi.

— Niña — dijo el conejo.

Como era de esperarse, Kanna se asustó al ver que un conejo volador con sombrero de mago había hablado.

— ¡AHHH! — gritó la chica de cabello negro, cayendo de espaldas de la banca donde estaba sentada y de inmediato comenzó a huir del conejo volador.

— ¡Ey! Espera-raki — dijo el conejo persiguiendo a la chica por toda la azotea de la escuela.

Afortunadamente Kanna era la única en la azotea, por lo que no solo no había nadie más para ver esa extraña situación, sino que tenía espacio más que suficiente para huir del conejo dando vueltas en circulo cómicamente.

Tras unos 5 minutos así, la chica se cansó de correr, por lo que el conejo, igualmente cansado, la acorraló.

— Ese teléfono, dámelo, es mío-raki — exigió el conejo con sombrero de mago, volando a la misma altura de Kanna para estar cara a cara.

— ¡E-Espera un momento...! — dijo Kanna sin aun poder creer que un conejo volador hablaba con ella — Encontré este teléfono afuera de mi casa, literalmente cayó del cielo — explicó la chica al conejo.

— Sí, porque se me cayó a mi — dijo el conejo perdiendo la paciencia — ¿Ya me lo das-raki? — preguntó cada vez más malhumorado.

— ¿Qué no se supone que los conejos traen buena suerte? — dijo Kanna nerviosa.

— Ya dámelo niña — exigió Rakki mientras intentaba quitarle el teléfono de la mano a Kanna.

— ¿Estás tratando de quitármela? — dijo Kanna riendo un poco, era tierno ver que el conejito estaba poniendo toda su fuerza en tratar de tirar del celular, pero Kanna no tenía que hacer nada de esfuerzo para ganarle

— ¡No te resistas-raki! — dijo el conejo con todas sus fuerzas, tanto así que su cara se volvió roja, pero no logró mover el teléfono de la mano de Kanna ni un poco.

— Si me dices "por favor" te puedo devolver tu celular — dijo Kanna riendo.

— ¡Ya... dámelo... raki...! — dijo el conejito con sus últimas fuerzas.

— Entiendo que sea tuyo y todo, pero, cuando lo tomé cambió de color — explicó Kanna, ya acostumbrada un poco a la rareza que era hablar con un conejo volador.

Eso dejó en shock al hada en forma de conejo.

— ¡¿QUE?! — gritó el conejito — ¡¿YA CAMBIÓ DE COLOR?! — se lamentó, cayendo al piso.

— ¿E-Estás bien? — preguntó Kanna, pensando que el conejo se había desmayado.

— Niña... ¿Qué has hecho-raki? — se lamentaba el hada cada vez más.

— ¡Yo nada! — dijo Kanna — El teléfono cambió de color tan pronto como lo recogí del piso, pasó de ser blanco a — la chica fue interrumpida por el conejo.

— Rosa — dijo el conejo mirando el teléfono, sorprendido, otra vez volando a la misma altura de Kanna.

— No es rosa, es magenta — corrigió Kanna — El rosa tiene algo de amarillo en él, esto es 100% magenta — explicó la chica de cabello negro.

— Es lo mismo, niña — dijo el conejo otra vez malhumorado — ¿Qué podría significar esto-raki? — se preguntó el conejo hada mientras volaba de un lado a otro — Solo debía cambiar de color al encontrar a la humana con el corazón más puro, pero no debía cambiar a rosa, debía ser dorado, esto no es bueno-raki — el pobre conejo hada empezaba a hiperventilar.

— A todo esto, ¿Este celular funciona realmente? Digo, parece tecnología del año 2000, de hace más de 20 años — dijo Kanna mientras abría el teléfono y miraba su interior, dentro tenía una pantalla, teclas, nada fuera de lo normal, excepto abajo, donde había una pequeña ranura donde parecían poder pasar cartas.

— ¡Claro que funciona niña! — dijo el conejito desesperado — Y deja de jugar con él como si fuera tecnología humana-raki — se quejó.

— ¿Eh? ¿No es humano? — preguntó Kanna sorprendida.

— Esto es la última esperanza de mi especie, de este mundo y de todos los mundos-raki — reveló el hada, parecía desesperado.

— ¿Eres... Un alien? — preguntó la chica.

— No seas ridícula niña, los alien no existen-raki — dijo el conejo golpeando ligeramente a Kanna en la cabeza — Soy un hada-raki, mi nombre es Rakki — explicó el mismo — ¡Ahora ya dame el NeoCure Commune! — prácticamente se lo exigió, estaba perdiendo la paciencia y el tiempo.

— ¿"NeoCure Commune"? — repitió Kanna — Así que así se llama — dijo ella, entregándole el teléfono al pobre conejito — No entiendo que es lo que está pasando, pero si esto es "la última esperanza de las hadas" o algo así, deberías cuidarlo más — aconsejó la chica.

— ¡Ya era hora-raki! — dijo el conejo desesperado mientras salía volando a lo alto y se iba tan pronto como llegó, dejando sola a la chica de cabello negro.

— Ese conejo mal educado ni siquiera me dio las gracias — se quejó Kanna.

Al poco tiempo sonó la campana que anunciaba el fin de la hora del almuerzo, por lo que Kanna debía volver a clases.

Ya era hora de que todos los alumnos de la escuela secundaria Keisho fuesen a casa, solo se quedaban aquellos que formaban parte de clubes extracurriculares, deportivos y artísticos. A Kanna no le interesaba tanto destacarse, no era presumida, no llamaba la atención, pero no pasaba desapercibida tampoco, tenía buenas notas, pero no excelentes, era una buena chica, la "perfecta promedio", claro que hablaba con sus compañeros de clase, pero nada más, tampoco pertenecía a ningún club extracurricular en su secundaria, por lo que ella ya iba camino a su casa, sin embargo, recibió una llamada de su madre.

— Hola mamá — Kanna respondió su teléfono — ¿Curry? Sí, suena delicioso — dijo — Claro, yo compro las zanahorias — con eso colgó la llamada y se dirigió al distrito comercial a comprar lo que le habían encargado.

En el distrito comercial de la ciudad, Rakki se encontraba volando con el NeoCure Commune en las manos, desesperadamente buscando a la humana con el corazón más puro", sin éxito, se estaba quedando sin tiempo.

— Primero el NeoCure Commune cambia a un color que no debía cuando no debía y ahora no encuentro a la humana con el corazón más puro-raki — se quejó el conejo con sombrero de mago — Solo ella puede salvarnos-raki — dijo para sí mismo.

Repentinamente el cielo se tornó oscuro, nubes negras cubrían el hermoso sol, alertando a todas las personas en el distrito comercial, quienes decían cosas como "¿Qué está pasando?" y "No pronosticaron que habría lluvia hoy", todos estaban tan confundidos como asustados.

Del cielo, en un portal con forma de anillo bajo Sakiko, el hombre encapuchado de inmediato lanzó rayos oscuros de energía para apartar a toda la multitud, ina confiado, seguir de sí, sabía que en ese mundo no había ninguna Pretty Cure que pudiera detenerlo.

Poco tiempo le tomó al hombre con capucha azul para encontrar al conejo Rakki, quien empezó a correr tan pronto como lo vio llegar.

— ¡No puede ser! ¡No puede ser-raki! — el conejo hada huyó tan pronto como pudo e intentó esconderse entre la multitud de personas asustadas que igualmente corrían — ¡Necesito más tiempo! — gritaba desesperado hasta que tropezó con cierta persona que había visto antes ese mismo día.

Se trataba de Kanna, quien igualmente estaba conmocionada por el caos.

— ¡¿Rakki?! — peguntó sorprendida la chica de cabello negro, tenía una bolsa de zanahorias en la mano — ¡¿Qué está pasando?! — dijo como esperando que Rakki tuviera la respuesta de la situación.

— ¿Niña? — dudó Rakki al verla — ¡Esto es tu culpa-raki! — reclamó.

— ¿¡Eh!? ¡¿Y ahora que hice?! ¡Te regrese ese teléfono como me lo pediste! — gritó ella.

Un rayo negro alcanzó al pobre Rakki, mandándolo a volar lejos.

— ¡Rakki! — gritó Kanna y fue a su rescate.

Sakiko se acercaba cada vez más a la chica y al conejo.

— Por fin te encuentro, Rakki — dijo Sakiko — Ahora, entrégame las Cure Cards y quizá te deje vivir — amenazó el hombre con capucha azul.

— Llegarás a él, por encima de mi — dijo Kanna defendiendo al conejo — No entiendo que es lo que está pasando, pero ya detente — pidió la chica de cabello negro, le temblaban las piernas, pero no podía dejar al conejo a su suerte.

— No interfieras, esto no tiene nada que ver contigo — dijo el hombre encapuchado.

— Tiene todo que ver conmigo — corrigió Kanna — Rakki y yo, hemos formado una unión — dijo con determinación y algo de miedo.

"Esa chica es una tonta... Puedo usarla-raki" pensó en voz el conejo.

— Ahora mismo no tengo otra opción-raki — dijo Rakki para luego volar hasta donde estaba la chica.

El conejo estaba lastimado, pero aún podía volar perfectamente.

— Tu, niña — dijo Rakki mirando a Kanna — ¿Cuál es tu nombre-raki? — preguntó el hada en forma de conejo.

— Kadoya Kanna — se presentó ella.

— Kanna, me has impresionado, te mostraré una forma en la que puedes salir de esto-raki — dijo el hada mientras sacaba de su sombrero de maguito un juego de cartas, todas tenían un código de barras debajo y la figura de una Pretty Cure líder.

— Niña, no dejes que ese conejo te manipule — dijo Sakiko, sabiendo lo que estaba por suceder — ¡Habrá consecuencias una vez que uses esas cosas! — alertó el tipo de capucha azul, esperando poder evitar que esa chica siguiera las órdenes del conejo.

— ¿Consecuencias...? — repitió Kanna asustada.

— ¡No lo escuches-raki! — Rakki llamó la atención de la chica — Oye, ¿En quién confías más? ¿En un conejo lindo como yo que quiere salvar tu vida o en un miembro de las 3 Calamidades que acaba de invocar un aura negra y siniestra en el cielo-raki? — el conejo tenía un buen punto.

— Supongo que en ti — dijo Kanna no muy decidida.

— Excelente, ahora, las Cure Cards van aquí-raki — dijo Rakki mostrando la ranura que tenía el NeoCure Commune para pasar las cartas — Elige una carta, cualquier carta-raki — entonces el hada conejo le mostró a Kanna la baraja de cartas que traía.

— Esta — eligió Kanna una carta al azar, no tenía mucho tiempo que perder.

— Solo tienes que pasar la Cure Card y decir "Pretty Cure Unite Memories" y tendrás el poder para luchar contra ese tipo-raki — explicó Rakki.

— ¡¿P-Pelear?! — dijo Kanna asustada — ¡No voy a pelear contra ese tipo! — se negó, asustada.

— H-Hey, ¿Qué es un pequeño riesgo-raki? — el conejo ya estaba sin opciones — Es mejor a que nosotros muramos aquí-raki — Rakki estaba cruzando la delgada línea entre chantaje y convencimiento.

— Bueno... — dijo Kanna no muy contenta con la idea, se puso de pie y miró a Rakki, ligeramente preocupada, entonces deslizó la carta de Cure Black — ¡Pretty Cure! ¡Unite Memories! — gritó la chica, sin embargo...

"ERROR!" dijo el NeoCure Commune.

— ¡¿Eh?! — se sorprendió Kanna, asustada.

— ¡¿ERROR?! — gritó Rakki desesperado — ¡P-Prueba con otra carta, rápido-raki! — dijo exasperado mientras le daba otra Cure Card a Kanna, esta vez la carta de Cure Blossom.

— ¡P-Pretty Cure! ¡Unite Memories! — dijo Kanna deslizando la carta, pero el NeoCure Commune otra vez dijo:

"ERROR!" volvió a marcar el objeto.

— ¡¿Qué está pasando-raki?! — gritó Rakki — ¡¿Por qué las Cure Cards no funcionan?! — dijo el conejo hada mientras miraba desesperado toda la baraja de cartas que tenía, intentando darle otra carta a Kanna, pero el hombre encapuchado lo tomó por sorpresa.

— ¡Rakki! — gritó Kanna.

— ¿Por qué te interpones en "su" camino, Rakki? — preguntó Sakiko.

— A "ella" no le toca decidir el futuro... De las Pretty Cure-raki — dijo el conejo mientras el hombre encapuchado lo sujetaba en la mano, poco a poco apretándolo con más fuerza.

— Si no estás de lado de nuestra señora, entonces es traición — dijo Sakiko.

— ¡K-Kanna! ¡Usa todas las cartas, alguna debe funcionar! — dijo el conejo exasperado, pensando que este sería el fin, que había fracasado en su misión.

Kanna usó carta tras carta, pero todas marcaban "ERROR!" en el NeoCure Commune, ninguna carta funcionaba, la chica de cabello negro empezaba a perder la esperanza, desesperada, se puso de rodillas al piso, mirando todas las cartas tiradas.

— Pronto todo acabará — dijo el hombre encapuchado — Mi señora destruirá todo, conectará todos los mundos en uno solo, un mundo sin Pretty Cures — continuó hablando, sus palabras no mostraban maldad como tal, como si él estuviera convencido que este fuera el mejor camino a tomar.

Kanna empezó a llorar, mirando todas las cartas en el piso, miró el NeoCure Commune en su mano, entonces lo puso en su pecho y empezó a rogar por ayuda.

— Por favor... Dame el poder para ayudar, aunque sea solo a Rakki... — dijo Kanna con lágrimas en los ojos, una de las cuales cayó encima del NeoCure Commune, así, una luz empezó a brotar en él.

Kanna se puso de pie sin pensarlo, como si su cuerpo se moviera por sí solo, de repente, una nueva Cure Card salió del corazon en el centro del NeoCure Commune, esa carta no pertenecía a ninguna Pretty Cure anterior, ese era el nacimiento de una nueva Cure Card.

— Una nueva era comenzó-raki — dijo el conejo admirando la nueva carta, la cual podría ser su salvación y la de todo el mundo — ¡Kanna! ¡Ahora! — gritó Rakki.

— ¡Sí! — asintió Kanna — ¡Pretty Cure! — dijo mientras deslizaba la nueva carta en el NeoCure Commune.

— ¡NO! — exclamó Sakiko, pero era demasiado tarde.

— ¡Unite Memories! — gritó Kanna, iniciando su transformación.

Una luz brillante rodeó el cuerpo de Kanna, listones rosas y negros cubrieron sus brazos y piernas, formando así guantes y botas, además de un vestido para Kanna, su cabello creció, cambió de color a blanco, varios moños y lazos adornaron su cabello y su traje, finalmente sus ojos cambiaron a un color cian, al terminar su transformación, la luz que cubría a Kanna se disipó, dejando ver a una nueva Pretty Cure, con un lindo traje magenta y negro.

— ¡NO! — gritó el hombre encapuchado, viendo el nacimiento de una nueva Pretty Cure que podría (y definitivamente lograría) detenerlo.

— ¡Por fin! — dijo Rakki recuperando la esperanza — ¡Este mundo ya tiene su propia Pretty Cure-raki! — gritó emocionado, sabiendo que aún tenía oportunidad de cumplir su misión.

Continuará...