Aquí vamos de nuevo con una nueva aventura. Esta vez, participando en #Escrito_Activo_Semanal de la página de Facebook Inuyasha Fanfics. Espero que os guste.


Días de Lluvia

La brisa mecía sus cabellos sueltos al viento, recuperando el aliento después del ejercicio. La luna, completamente llena, iluminaba aquella pequeña cueva a cortos intervalos de tiempo, opacada de vez en cuando, por las pequeñas nubes que habían descargado agua durante todo el día.

Bendita lluvia.

Debía reconocer que se había vuelto una experta en la materia. Sabía reconocer los días en los que llovería poco, mucho o, directamente, diluviaría. Lo sentía en los animales, que volaban de una determinada manera huyendo del agua. Lo sentía en el bosque, con una humedad densa que se esparcía en los alrededores. Lo sentía en el agua, los peces nadaban a toda velocidad a contra río cuando se acercaba una gran tormenta.

Y aquel día, había hecho el pleno.

La lluvia empezó poco después del desayuno, aprovechado para "perderse" en el bosque mientras buscaba hierbas medicinales. Después de cerca de tres años en aquellos lares, reconocía que hasta ella misma había aprendido cada camino que rodeaba la aldea y el pozo, pero su sentido de la orientación se "esfumaba" cuando la lluvia caía impasible y con fuerza sobre sus hombros.

Y es que todo ello tenía una razón de ser: Inuyasha.

Su pareja era un estúpido y cohibido hanyō que temía acercarse a ella sin sufrir represalias por sus actos. En parte, ella había tenido cierta culpa al generarle un trauma cada vez que lo lanzaba al suelo con aquel collar mágico, pero… ¿Qué podía hacer? ¡Únicamente tenía quince años! Por desgracia, su pasado había afectado a su yo presente, necesitando engañarlo para conseguir su premio.

—Mmmm Ome… ven. —Escuchó la voz ronca de él despertándole una sonrisa pícara.

Se encaminó hacia él moviendo las caderas sensualmente y mostrando una sonrisa satisfecha por su logro. Cada vez que ella se "perdía" en el bosque en medio de una tormenta, él siempre la encontraba y, para evitar que cogiera un resfriado, la llevaba a un refugio cercano. Encendían un fuego, la ropa se adhería a su piel, discutían acaloradamente y…

En fin, los días de tormenta nunca fallaban.

Se tumbó a su lado percibiendo el calor que emanaba de su cuerpo. Se acopló a él, erizándosele los cabellos al notar su piel rozándose. Sin querer evitarlo, sintió el súbito calor que se apoderaba de ella en el bajo vientre y se esparcía por todos sus poros, una excitación que solo él podía provocar.

—¿Otra vez? —preguntó cansado—. Me acabarás matando entre orgasmos, mujer —le reprochó con una sonrisa torcida.

—¿Qué puedo decir? La lluvia tiene ese extraño efecto en mí —contestó acercándose más a él.

—Bendita lluvia —agregó tumbándose encima de ella.

Los suspiros entrecortados y los gemidos ahogados resonaban de aquella cueva, acompasando los movimientos coordinados de la pareja en una danza erótica y sensual fomentada por la lluvia que había comenzado a caer.


Creo que nunca había escrito una historia de menos de 500 palabras xD espero que haya quedado bien!

Muchas gracias a todos los que le habéis dado una oportunidad!

Seguimos la semana que viene!

Nos vemos en lo bares!