Las seis (veinte, de hecho) etapas de la separación

Sumario: Dicen que hay seis etapas que debes vivir tras separarte de alguien a quien amas. Pero las de Draco incluyen a su enemigo y de pronto todo es un poco confuso.

Género: Hurt/comfort. Romance (lento).

Claves: Drarry/Harco, sexto año. Voldy ya no está, digamos que le han ganando en el Ministerio en quinto año. Puedes llorar, pero hay final feliz.

Disclaimer: la última vez que revisé, HP todavía le pertenecía a la Innombrable.


Escribí más de la mitad del fic con Six degrees of separation de The Script de fondo, recomendada al 100%

Puede haber algo de llanto y hay advertencia de pésimas parejas (hablo de infidelidad, ¡no entre el Drarry!)


Etapa 1: La sonrisa

Enero. 1997.

Harry había notado esto en cuanto comenzó el sexto año: algo andaba mal con Draco Malfoy. Nadie le creía. Decían que debía estar feliz de que hubiese parado de molestarlo, que era un buen cambio ahora que el asunto con los Mortífagos parecía resuelto y que sólo se había dado cuenta de que no quería ser como su padre.

Pero él sabía que algo andaba mal y no se trataba de eso. Lo siguió a escondidas en el tren y sólo lo oyó hablar de lo mucho que quería que llegasen las vacaciones de diciembre, a pesar de que apenas iniciaba el año. Y en su regreso en enero, tenía un comportamiento aún más raro. Apenas cruzaban miradas y desaparecía durante largos períodos de tiempo.

Un fin de semana que salió a Hogsmeade, descubrió a qué se debía este gran cambio en su comportamiento.

Y la verdad es que desearía no haberlo hecho.

—Lo siento. De verdad iba a hacerlo, pero es que…

—¿Ibas a hacerlo? —Draco soltó una risa sin humor—. ¿En serio ibas a hacerlo? Es que…¿por qué creí que ibas a hacerlo? ¿Por qué te creí? Qué estupidez…

Su discusión se llevaba a cabo en la parte de atrás de las Tres Escobas, en medio de la nieve fría de inicios del año. Harry, que estaba recargado junto a la puerta trasera del local, no reconocía la voz del otro chico.

Lo había seguido porque pensó que podía tramar algo, y al oír el primer grito, incluso sujetó su varita. Ahora tenía una mano cubriendo su propia boca y la varita había estado a punto de resbalársele.

Acababa de escuchar la voz de Draco Malfoy quebrarse y de pronto notó su propia estupidez.

¿Qué hacía él escondido ahí?

Draco no tramaba algo malvado. Ese no era el tono de voz que tenía alguien que tramase un plan malvado. Este no era el tipo de conversación que debiese ser escuchada por él, por cualquier otra persona. No estaba bien.

Pero todo su cuerpo se encontraba demasiado tenso, como si el hacerse una idea de lo que sucedía no le dijese que se fuese, sino al contrario. Había algo sobre la voz quebrada de Malfoy que lo dejaba en ese estado, incrédulo e incapaz de guardar la varita. Simplemente no podía guardarla.

—¡No, no es así cómo funciona! ¡No es así! ¡Te lo dije claramente y te lo dije muchas veces además! ¡Me has visto así muchas veces, pero no te importa lo suficiente…!

Harry notó que estaba apretando la varita con demasiada fuerza. Casi parecía que iba a lanzarse a mitad de un duelo, pero esto no era un duelo. Era peor. Mucho peor.

Mientras más cerca creía que estaba Malfoy del llanto, más alarmado se sentía. Su cabeza decía "¡lárgate, estúpido!" porque no era algo en que debiese meterse, pero su cuerpo sólo respondía con un "¿cómo podrías irte?".

No tiene que ver conmigo, se dijo. No está planeando nada. Si hay alguien dañado aquí…ese debe ser él. Ese es sólo él.

Harry se rindió en intentar reconocer la voz del otro chico y sólo pudo agradecer que Hermione lo encontrase allí, porque esa vez su cuerpo sí cooperó. Sujetó los hombros de su amiga y casi corrió fuera de ahí. Si ya sabía que estaba mal que él supiese esto, la idea de que ella también lo supiese…no.

Aunque odiase a Malfoy, no le podía hacer eso. Sentía que estaba mal en muchos sentidos.

Estuvo inquieto todo el tiempo que se encontró en la mesa con sus amigos, a tal punto que Hermione resopló y le dijo a Ron que debía estar pensando otra vez en lo que, según él, "tramaba" Malfoy.

Harry saltó al oír su nombre, pero luego recordó lo que escuchó y volvió a quedarse en blanco. Ni siquiera se bebía su cerveza de mantequilla.

Cuando Ginny entró al local con un chico, Hermione se calló y lo miró de reojo. Harry vio hacia un lado y descubrió que era una buena excusa para salir de ahí.

—Todavía se pone mal cuando los ve…—Escuchó que susurraba Hermione, en tono lastimero.

—Déjalo —Ron sólo negó.

—Pero no nos dice…

—Déjalo.

Harry se escabulló hacia la parte de atrás del local. Las manos le temblaban. Tenía ese dolor punzante en el pecho que venía últimamente cuando algo se relacionaba a Ginny y también la ansiedad previa a un duelo, como si algo fuese a suceder en cuanto alcanzase el lugar en que estaba Malfoy.

Ya no se oía su discusión. Harry tenía la respiración agitada cuando empujó la puerta y de repente se encontró temblando bajo la nieve, su aliento formando una neblina blanca frente a su cara.

El dolor en el pecho no se iba, pero era más fácil ignorarlo si se concentraba en el frío de los copos tocando la piel expuesta de su rostro y manos.

Tras unos segundos, al calmarse lo suficiente, se giró.

No había notado que Draco Malfoy estaba ahí todavía. Tenía la espalda recargada en la pared junto a la puerta y la varita en una mano. Se había subido la bufanda casi hasta la nariz.

No había ningún rastro allí de su discusión con esa persona. Ni siquiera huellas de alguien más en la nieve.

Por unos momentos, sólo estuvieron ahí, Harry jadeando e intentando ignorar los pensamientos que tenía, Draco mirándolo fijamente con el ceño fruncido.

—¿Todo…bien? —Fue lo único que se le ocurrió soltar.

Draco bufó y rodó los ojos.

—Genial, Potter. Maravilloso. Espectacular. Nunca he estado mejor en toda mi vida —De mala gana, Draco bajó un poco la bufanda y le mostró una gran sonrisa que no podía ser más falsa—, todo va bien.

Harry sacudió la cabeza y se dijo que era una tontería preocuparse por lo que escuchó. Era Malfoy. No eran amigos.

Aun así, el dolor en el pecho no se iba y Harry emitió un sonidito ahogado. Antes de darse cuenta, ya estaba hablando.

—Ojalá poder decir lo mismo. Yo estoy de la mierda. En serio, de la mierda —Se le escapó un sonidito similar a una risa, pero demasiado ahogado para serlo—. No puedo ni siquiera venir a Hogsmeade sin verla, no es como que espere que deje de ir a cualquier sitio al que yo voy, es el mismo colegio, pero al menos…al menos…no pasearse así frente a mí estaría bien. Sí, eso…eso sería…estaría bien…

Al final sólo balbuceaba algo y Malfoy tenía el ceño fruncido de nuevo.

—¿Así que es en serio? —Draco sólo sonaría más desconfiado si le hubiese dicho que quería que fuesen mejores amigos de ahora en adelante. Parecía esperar que lo atacase al callarse.

—¿Qué? —balbuceó Harry.

—Que te engañó —Draco movió la cabeza hacia la puerta—. Todo Hogwarts hablaba de eso en diciembre. No es como si pudiesen no ver que salía contigo y luego…oh, había alguien más también.

Harry sólo tragó en seco y prefirió no responder. La punzada en el pecho ya era bastante mala sin explicar las cosas en voz alta.

—Vaya mierda —susurró Malfoy, cubriéndose la boca de nuevo con su bufanda. Luego apartó la mirada—, pero no es asunto mío. No sé qué haces hablándome de eso. ¿Has llegado a tal nivel en tu búsqueda de atención?

Posiblemente por lo que acabo de oír, pensó. Ahora al menos sé que no sólo a mí me va mal.

Como no le respondió, él lo observó de reojo y notó algo en la expresión de Harry. Culpa tal vez.

Ni siquiera cuando se peleaban le dio una mirada tan dura como en ese instante.

Se había dado cuenta de que los oyó. Al menos una parte.

—Te voy a matar. Ahora sí te voy a matar, Potter…

No había terminado de decirlo cuando Harry ya corría hacia un lado del local para rodearlo. Draco lo persiguió.

—¡No fue mi intención, Malfoy!

—¡Tampoco va a ser mi intención romperte la cara, sólo va a pasar!

Por supuesto que todo Hogsmeade se enteró cuando Harry cayó en medio de la calle principal, Draco se lanzó sobre él y acabaron rodando encima de la nieve. No creía que hubiesen tenido una peor pelea hasta entonces.

Pero, por alguna razón, le pareció que esta vez no había suficiente odio involucrado.

Sólo dolor.


¡Hola, flancitos! Estoy muy feliz porque escribí esto de un tirón durante el fin de semana pasado, tiene veinte partes en total y tengo toda la intención de subir un capítulo al día, excepto hoy, que les lanzaré dos

Originalmente quería hacer un kinktober, tenía una idea que me emocionaba, pero no andaba de humor…ahora tendremos a Draco y Harry apoyándose de la forma peculiar en que ellos se apoyan. Aquí la cosa va lenta pero segura, como siempre

He jugado con el canon porque no me apetecía escribir sobre la guerra ni Voldy, así que digamos que no había horrocruxes y le ganaron en quinto año porque el viejo come caramelos decidió hacer algo en serio en vez de dejárselo todo a un niño, sí, eso suena acorde con la historia

Este mes tengo algo de tiempo extra, así que también estaré actualizando El niño maldito, porque ya casi estamos en una parte que me muero porque lean (y que tiene a mi beta gritando desde hace rato)

Besitos de serpiente para ustedes.