Pues aquí estamos. Este mes de octubre está un poco conflictivo con el clima (mucho más de lo que me gustaría), pero igual voy avanzando, aunque sea de a poco. Pero no doy más detalles y les dejo estas respuestas:

Zaisoooh: Yo no diría femicidio, que eso es asesinato de una mujer por el hecho mismo de ser una mujer, siendo esto un acto ligado directamente a la misoginia y el machismo, cosa que no se da con la muerte de Mami en el anime, así que no. En lugar de eso yo lo llamaría mahoushoujocidio, que así está mejor. Tu interrogante sobre el futuro de Sayaka tendrá que esperar para tener respuesta, pero llegará, eso seguro. Y también tendrá respuesta lo de Homura en su justo momento.

Gerendo01: ¿Acaso no se pueden reconocer bragas por el olor? Digo, el olfato yo lo tengo bastante jodido (salvo cuando hay comida cerca), pero asumía que eso sí se puede hacer xD. Tal vez Homura no aparezca tal y como la esperabas, pero igual irán surgiendo detalles para que al final digas "ah, era eso equisdé", e igual no es como que el fic lo esté haciendo con un enfoque serio. De hecho, ya habrás visto que ninguno de los capítulos lo es, o al menos no mucho. Todavía voy por la parte media de la primera mitad de Magia Record, y debo decir que los misterios y los giros están entretenidos.

La magia y los milagros existen I

─ Aquí tiene, sensei. Es el informe de Kyousuke-kun que había pedido.

─ Gracias, Miki ─ Kazuko recibe el informe y empieza a revisarlo tranquilamente ─ ¿Y qué tal está su rehabilitación? ¿Está avanzando?

─ A-ah, sí. Va bien, aunque todavía hay que tener algo de paciencia ─ la voz de Sayaka temblaba, y eso Kazuko lo notó fácilmente.

─ Las expectativas de los doctores no son buenas, ¿verdad? ─ Kazuko pasa un par de páginas sin leer realmente nada ─ Kamijou es un buen chico. Tal vez fuese un poco princeso durante la primaria, según lo que me reseñaron sus padres, pero aquí estaba bastante bien, acoplándose a las enseñanzas y entrando en confianza con las chicas, y en principio fue todo gracias a ti, Miki.

Sayaka baja un poco la mirada y no responde, no muy segura de querer darle la razón a Kazuko. Sólo podía pensar en el entusiasmo que había llegado a mostrar el chico cuando empezó a asimilar lo que podían significar las relaciones sexuales, más allá de la mera reproducción. Una vez que había empezado a dejar de lado su lado tímido empezaba también a mostrar un ánimo deslumbrante, y la misma Sayaka alimentaba ese entusiasmo mostrándole al chico las direcciones de todas las páginas pornográficas que conocía (no eran muchas, pues ella misma en ese entonces apenas se metía en ese mundillo también).

Pero Kyousuke tuvo un accidente, y una serie de problemas habían surgido a partir de aquello, dejando a Kyousuke tirado en una cama y con algunos problemas bastante severos. Sayaka hacía hasta lo imposible por ayudarlo, pero el tiempo pasaba y las expectativas de recuperación se esfumaban. A esas alturas ya no sabía qué hacer para ayudarlo, y Kyousuke mismo se notaba que había perdido la esperanza, siendo que trataba de mostrarse íntegro únicamente para no derrumbar la ilusión de Sayaka y hacerla sentir como una inútil.

─ Sé que debe ser duro, pero no pierdas la fe, Miki ─ Kazuko guarda el informe y se recuesta en su asiento ─. Los avances médicos de hoy en día han avanzado a un ritmo muy superior a lo que se haya visto antes, y es previsible que sigan acelerándose más en su avance. El que esta sociedad avance a velocidad de vértigo en muchísimas cosas a veces tiene sus ventajas. Lo que es imposible hoy, mañana podría no serlo más, así que es bueno mantenerse a la expectativa.

─ Eso espero, sensei. Realmente no quiero ver a Kyousuke-kun en ese estado tan lamentable, y es verdad que los médicos no están para nada optimistas con respecto a su problema, pero todavía tengo fe en que más pronto que tarde encontrarán la cura para él. Kyousuke-kun está sufriendo, y no quiero eso.

Kazuko se queda mirando a Sayaka. Tampoco ella quería que Kyousuke estuviese en el lamentable estado en que se encontraba, pero eso no era algo que estuviese al alcance de ambas.

O al menos no para la mayor.


Casa de Madoka

Era el momento de comer, y la familia (junto con su invitada que todavía no encontraba dónde establecerse) ya empezaba a degustar los alimentos que estaban en la mesa. Junko se hacía cargo de darle de comer en la boca a Tatsuya, y es que el pequeño sólo se dedicaba a agitar los bracitos como si quisiese volar, y aunque los demás se reían al ver esa actitud de parte de Tatsuya, Madoka estaba completamente ida. Estaba inmersa en su propio mundo, pensando en lo que había pasado con Mami un par de días atrás y el cómo terminó recibiendo una humillante paliza de parte de aquella bruja que se habían encontrado.

Ya no sería posible contar con la rubia, y entre la preocupación por su estado y la preocupación por el qué pasará en adelante a la ciudad, la pelirrosa obviamente no podía disfrutar de la comida como quisiera. De pronto Mami se había convertido en una persona sumamente importante para el modo de vida que amaba la pelirrosa, y ahora que Mami no podía ayudar en nada, daba la impresión de que ese modo de vida se vendría abajo en cualquier momento, justo en el instante menos esperado.

─ ¿Pasa algo, Madoka? ¿Acaso te duele la tripa? Puedo llamar a la escuela si tienes algo ─ su madre la mira con preocupación.

─ N-no... Tranquila, mamá. Sólo he tenido la cabeza en otra parte.

─ ¿De verdad? Pues dime si se trata de algo en lo que te pueda ayudar. No debes callarte nada si se trata de algo tan grave como para no dejarte comer.

Madoka se queda mirando boquiabierta a su madre. Ella tenía razón, toda la razón del mundo, pero el problema era que su situación iba más allá de lo creíble, más allá de las posibilidades de cualquiera de los presentes. Allá afuera había toda una horda de brujas, pululando en callejones y lugares lúgubres en la ciudad, acechando a personas desprevenidas que se acerquen a sus áreas de cacería, poniendo en peligro muchas vidas inocentes, haciendo que de tanto en tanto alguna persona caiga como gil en sus tenebrosas trampas.

Madoka siente que las manos le temblaban. No era capaz de agarrar bien el cubierto para probar el desayuno, y tanto padre como madre estaban angustiados al ver cómo se encontraba ella.

─ Pues tal parece que sus preocupaciones son más graves de lo esperado ─ opina la señora que Mami había salvado en su momento.

─ Esto como que se pone feo ─ opina Tomohisa antes de acercarse a Madoka ─ ¿De verdad no tienes nada?

─ Tranquilo, papá. Sólo debo... Necesito respirar un poco mientras voy a la escuela...

Tomohisa y Junko se miran mutuamente. Sólo esperaban que nada malo le estuviera pasando a su hija, pero si decía que no pasaba nada, sólo podían esperar lo mejor y que próximamente su estado de humor mejorase.


En clases

─ En base a lo que les he explicado, mis niños, recuerden que, dependiendo de qué tan bien se cuiden y el estado de salud, las mujeres maduras son igual de deseables que las jovencitas. Recuerden siempre este proverbio que representa parte de la sabiduría de nuestros ancestros: Mientras más arrugada esté, más dulce es la fruta ─ Kazuko estaba dando sus clases alegremente, y la gran mayoría de los alumnos estaban iguales que ella.

─ Sensei ─ un chico alza la mano ─ ¿Y qué ocurre si por casualidad no me gustan muy mayores?

─ Los gustos son como los culos, mi pequeño, cada quien tiene el suyo. De todos modos no te recomiendo que cierres las puertas a las oportunidades que se te presenten. Nunca sabes cuándo puedes encontrar a una mujer madura que sea capaz de hacerte cambiar de opinión, aunque sea de manera puntual. Eventualmente deberías ser capaz de ver lo que el mundo es capaz de ofrecerte a medida que el tiempo pasa y te vuelves más ávido al momento de socializar, y eso incluye la interacción sexual con otras personas. De todos modos tomen en cuenta que el tiempo no pasa en vano para nadie. Llegar a viejo es la única manera real de tener una vida larga, así que no hay de otra, e incluso en esa etapa de la vida existe la necesidad sexual para las personas, claro que ya no con la posibilidad de presumir el vigor propio de la juventud, y de todos modos no es como que les pida que lleguen tan lejos como para juntarse ahora mismo con personas ancianas. No, todo a su tiempo y mientras vayan madurando ustedes mismos mental y físicamente. Cada quien sacará sus propias conclusiones según vayan definiendo sus gustos y hasta dónde están dispuestos a llegar, pero igual toma en cuenta lo que estoy explicando, y lo mismo va para los demás.

Los alumnos asienten y van tomando sus apuntes de manera animada, estando Hitomi entre ellos. Sayaka también iba anotando, pero sus pensamientos estaban un poco inmersos en el caos, y ni qué decir de Madoka. La pelirrosa casi se olvida de anotar nada porque no estaba en un muy buen momento para prestar la suficiente atención a la sensei. Homura daba la impresión de estar en la misma situación que la mayoría de los chicos, pero de tanto en tanto desvía la mirada para dirigirla a Madoka. No estaba realmente claro qué era lo que pretendía, pero no era el lugar ni el momento para buscar pelea, así que tanto Madoka como Sayaka (sobre todo Sayaka) pretendían que no pasaba nada.


Azotea

Ahí estaban las dos amigas. Solas y al sol, lo que usualmente se traducía en unos minutos de sexo para matar el tiempo, hasta el momento estaba desembocando en nada. Ni Madoka ni Sayaka estaban lo suficientemente centradas para hacer realmente nada. Simplemente no estaban de humor. Si acaso Sayaka había aflojado un poco el moño de su uniforme, pero incluso eso se había quedado a medias. Terminaron allí de manera automática y porque de ese modo serían capaces de pensar en todo aquello que las estaba preocupando pero sin preocupar a otras personas en el proceso. Kyubey estaba sentado frente a ambas, viéndolas fijamente y a la espera de que fueran a decir algo, pero le tocó esperar un buen rato hasta que finalmente Madoka fuera capaz de romper el hielo.

─ ¿Por qué Mami-san? ¿De verdad era necesario que ella sufriera tanto a manos de esa bruja?

─ Yo tampoco me lo puedo creer, Madoka ─ Sayaka alza su mirada hacia Kyubey ─ ¿Qué será de esta ciudad a partir de ahora? ¿Quién vendrá a ayudarnos contra las brujas mientras Mami-san está fuera del camino?

─ Las chicas mágicas están casi siempre en disputa territorial. Si una chica mágica muere o queda discapacitada de alguna manera, ya sea de forma permanente o temporal, es cuestión de tiempo para que vengan otras chicas mágicas para reclamar como suyo el territorio que queda descuidado ─ la respuesta del gato alienígena deja de piedra a ambas chicas ─. Esta ciudad no estará sin patrullar mucho tiempo, así que igual no es como que las brujas vayan a hacer de las suyas tan alegremente.

─ Eso significa que Mami-san al final no será más necesaria, ¿verdad? ─ Sayaka frunce el cejo y se aprieta los nudillos ─ No es justo. Realmente no es justo.

─ Tal vez no lo sea, pero las chicas mágicas no se sentarán a esperar que Mami se recupere, y las brujas tampoco lo harán. Esta situación no responde a lo que quieras que ocurra, sino a lo que pasó y a cómo reaccionarán las chicas mágicas de otras zonas. Esto es básicamente una lucha por territorios y supervivencia.

Madoka y Sayaka se miran mutuamente, incapaces de no darle la razón al gato alienígena. Es verdad que el peligro seguiría allá afuera, con o sin Mami para defender a la gente. En ese caso sólo quedaba esperar, les guste o no, que venga alguien más a reemplazar a la rubia. Les daba miedo que la chica mágica que llegase tuviese mal humor, o que no le gustase el sexo, o que físicamente no cuente con ningún tipo de atractivo, o peor todavía, que la nueva chica mágica reúna todas esas condiciones. El mero hecho de pensar en eso les hacía temblar de miedo.

Homura pasa por el lado de ellas. Sólo quería ver que todo estuviese bajo control, pero únicamente ve que no la toman en cuenta. Madoka y Sayaka estaban tan inmersas en lo suyo que Homura parecía como si estuviese pintada en la pared. Homura las rodea un par de veces, mira la cara de Madoka de cerca, mira feo a Kyubey y le saca la lengua a Sayaka, y con todo y eso no hay reacción alguna, salvo que Kyubey ladea un poco la cabeza, no entendiendo qué hacía Homura. Igual la pelinegra no se queda demasiado tiempo ahí, pues se va por donde vino.

─ Esto se pondrá feo de ahora en adelante. Es la única conclusión que puedo sacar a todo esto ─ dice Sayaka cruzándose de brazos.

─ Si ustedes no están dispuestas a asumir el puesto de Mami convirtiéndose en chicas mágicas, entonces significa que no hay nada más que tenga que hacer aquí ─ Kyubey da la media vuelta y empieza a alejarse lentamente ─. Es una lástima que no se decidieran a convertirse en chicas mágicas, pero igual no puedo quedarme por siempre sentado a esperarlas. De todos modos no duden en llamarme si cambian de opinión.

─ ¿Y llamarte a qué número, si no tenemos tu contacto telefónico? ─ objeta Madoka.

─ Kyubey se refiere a que usemos el nexo telepático para hablar con él, Madoka ─ Sayaka se queda mirando a su amiga.

─ Pues así sí.

Kyubey se limita a darles un último vistazo antes de irse finalmente. De todos modos la chica mágica de refuerzo venía en camino, así que no hacía falta seguir insistiendo tanto en que Madoka y Sayaka pidan un deseo.


Horas más tarde, en casa de Mami

─ ¿Te encuentras bien, Mami-san?

─ Pues me duele, y la magia no logra aliviarme ─ la rubia estaba acostada boca abajo sobre el sofá, con una bolsa de hielo que Madoka acababa de ponerle en la retaguardia ─. Esa bruja se pasó. Pasará mucho tiempo antes de que pueda siquiera caminar de nuevo, y eso me preocupa mucho.

─ A Sayaka-chan y a mí también. No sabemos qué pasará de ahora en adelante con la situación de las brujas, y Kyubey ya nos advirtió que probable que vengan más chicas mágicas a arrebatarte el puesto. Ah, y aquí tengo tus tareas, Mami-san.

─ Eso sí era lo que faltaba para hacerme pesado el día, pero de todos modos te agradezco el gesto, Kaname-san. Quiero estar al día en la medida de lo posible...

─ ¿Se puede? ─ aparece Homura justo en la puerta del apartamento, y tanto Madoka como Mami se sorprenden por su llegada ─ ¿Por qué me están mirando así? Ni que fuera tan fea.

─ No es eso, Homura-chan. Es que no te estábamos esperando ─ Madoka se acerca a la pelinegra.

─ ¿Cómo le hiciste para saber mi ubicación, Akemi-san? ─ Mami intenta alzarse un poco, pero el dolor no le deja.

─ Usas mucha magia para curarte a pesar de que sabes que no está funcionando. Me es fácil encontrarte de esa manera ─ Homura ahora mira a Madoka ─ ¿Quieres que te acompañe?

─ E-está bien ─ Madoka se voltea para hacer una reverencia a Mami a modo de despedida ─. Nos volveremos a ver.

─ Recuerden portarse bien, y en caso de que se porten mal inviten ─ Mami corresponde la despedida con un gesto de mano.


En la calle

Se hacía notar lo tarde que era. Estaba atardeciendo, pero igual no era como si eso a Madoka la inquietase especialmente. Homura estaba a su lado, callada.

─ ¿Crees que Mami-san pueda levantarse de ese daño?

─ Lo hará. Solo debe dejar de usar magia de manera indiscriminada, y al cabo de un par de semanas estará metiéndole mano a todos sus compañeros de clases ─ Homura baja un poco la mirada ─. Pero lo importante es que tú estés bien, Madoka. Las chicas mágicas somos más resistentes que las chicas ordinarias, y hacerle frente a las brujas nos permite templarnos y hasta llevar nuestros límites más allá, pero los demás seres humanos no tienen esa posibilidad, lo que los hace vulnerables ante peligros que una chica mágica podría fácilmente sortear. Por esa razón procuro que no te pase nada, porque eres frágil, y no puedo permitir que seas quebrada por ninguna bruja.

─ Eres muy tierna, Homura-chan. Debajo de esa coraza de chica edgy que pone cara de perro todo el día se esconde una chica suave y dulce ─ Madoka abraza fuertemente a Homura, haciéndola sonrojar ─. No entiendo el motivo para que te pongas así siempre ¿Es que eres muy tímida?

Homura hace un puchero y mira a otro lado. Quería mantener su postura seria tanto como le fuese posible, pero estando así con Madoka le era simplemente imposible. Su cercanía la desarmaba por completo, y más cuando siente que su cintura era rodeada. A Madoka sólo le bastaría con bajar un poco las manos para pasar a manosearle el culo a gusto, pero por un momento pareció que no se había decidido todavía a hacerlo.

─ N-no soy tímida... Bueno, sí soy un poco... ¡Pero sólo un poco! ─ Homura suda copiosamente al ver el rostro de Madoka bastante cerca ─ Pero lo importante es que las brujas no te hagan daño, así que tienes que centrarte en mantenerte al margen de los problemas siempre que puedas, Kaname Madoka.

─ ¿Cómo me llamaste? ─ la pelirrosa alza una ceja, más que suficiente para echar abajo el intento de Homura de mostrarse seria.

─ M-Madoka-sama.

─ Realmente eres muy tierna conmigo, Homura-chan. Gracias a ti me siento de mejor humor. Verás, es que esta mañana me he sentido decaída. Desde lo ocurrido con Mami-san, no he pensado en otra cosa que en el peligro que nos espera a todos en Mitakihara una vez que las brujas empiecen a moverse de manera libre, pero ahora que sé que puedo contar contigo, creo que tengo un pequeño consuelo.

─ P-pues por nada ─ Homura intenta ajustarse los lentes, pero lo hace tan bruscamente que casi se le caen al suelo, pero logra contener los lentes a pesar de que Madoka mantiene su abrazo ─. S-sabes que puedes contar conmigo siempre, Madoka... sama.


Hospital

Sayaka veía a Kyousuke leer. Se trataba de un manga hentai, con el propósito de animar al chico. Por un momento parecía que estaba funcionando, pues Kyousuke incluso sonríe, lo cual anima a Sayaka, pero luego, al ver los ojos del chico, era fácil encontrar que por dentro se sentía vacío. Su mirada ensombrecida era un reflejo bastante inquietante de lo que se escondía detrás de esa sonrisa.

─ Sayaka, ¿esto es acaso alguna broma de tu parte? Creo que ya es un buen momento para que te detengas y lo reveles.

─ ¿A qué te refieres, Kyousuke-kun?

─ Tú lo sabes bien, Sayaka. Los muertos no pueden alzarse de nuevo. No me sigas dando material erótico, que por mucho que me guste y me parezca que están interesantes las escenas, mi cuerpo simplemente no reacciona. No se va a alzar, no importa cuánto lo intentemos.

─ No debes perder la fe, Kyousuke-kun. Estoy segura de que en algún momento...

─ ¿Sabes cuántas enfermeras intentaron hacerme una paja en mi rehabilitación? Fueron diez, y todas estaban más buenas que comer pastel enterrando la cara en él ─ las lágrimas empiezan a caer de los ojos del chico mientras deja el manga a un lado ─. Te juro que agradezco el esfuerzo que estás haciendo por mí, pero es mejor dejarlo. La próxima vez que me traigas un regalo que sean unas rodilleras, que lo único que me espera en la vida es que me den por el culo, pues no tengo de otra.

─ No digas esas cosas, Kyousuke-kun. Tú todavía eres bastante joven y viril y...

─ Tengo el pene muerto, Sayaka. No hay virilidad alguna que valga nada en este caso ─ Kyousuke empieza a llorar ─. Ni siquiera fui capaz de usarlo de verdad por primera vez antes del accidente, y ahora estoy aquí. Sayaka.

─ Dime, Kyousuke-kun.

─ Se ve a todas luces que no tengo salvación, y por esa razón, en vista de que no hay nada más esperando por mí, quiero que tú seas la primera persona que me dé por detrás.

─ ¿Qué? ¿Lo dices en serio? ─ Sayaka empieza a babear, pero rápidamente recobra la compostura ─ Quiero decir no. Kyousuke-kun, debes hacerlo conmigo o con quien te dé la gana y del modo que más te plazca porque realmente quieras hacerlo y lo disfrutes, no porque sientas que no tienes alternativa. No hay placer en el sexo con resignación.

─ Pero es que no hay más alternativas para mí, Sayaka. Nunca podré tener sexo con ninguna chica de la manera normal. Sólo un milagro, o que alguien haga magia, podría hacer que vuelva a tener una erección.

Kyousuke se tapa la cara con ambas manos mientras llora. Sayaka estaba muy dolida viéndolo de esa manera, por lo que lo abraza con fuerza.

─ No pierdas la esperanza, Kyousuke-kun. La magia y los milagros sí existen. Ya lo verás.

─ ¿Tú crees, Sayaka?

La peliazul, sin soltar en ningún momento su abrazo, nota la presencia de Kyubey en la ventana. Sonríe, y en su mirada se nota que había tomado su decisión, aunque Kyousuke, teniendo su rostro entre los pechos de Sayaka, no podía verla.

─ Sí creo.

CONTINUARÁ...


Ahí lo tienen. Un poco menos cargado del humor lascivo de capítulos anteriores, aunque igual eso era algo que tenía que ocurrir, tomando en cuenta que esto surge de lo que resultó en el capítulo anterior. De todos modos esa manera de desarrollar los capítulos puede volver, no lo duden xD.

Hasta otra