Una sacerdotisa en Twisted Wonderland
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"La mejor manera de evitar que un prisionero escape, es asegurarse de que nunca sepa que está en prisión."
- Fyodor Dostoyevsky
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Capítulo 52:
El precio de un salto adelante
Al finalizar el entrenamiento tanto Shiori y Grim fueron los primeros en finalizar el entrenamiento permitiéndoles de ese modo regresar a su habitación, claro que acompañados de dos residentes que vigilaron todos sus movimientos hasta ingresar al dormitorio y caer rendidos boca abajo en la cama.
- No traten de hacer nada raro. – Dijo el joven de cabello castaño
- Oye no creo que estén escuchando. – Añadió el segundo estudiante que lo acompañaba.
- ¿Porqué?
Esa respuesta se respondió cuando Shiori y Grim empezaron a roncar fuertemente bajo las almohadas.
- Pobre, fue la primera en caer. – Suspiró el segundo joven.
- Vámonos, tenemos que comenzar la patrulla. – Asintió el primer joven cerrando la puerta con llave una vez que su acompañante salió al pasillo.
Cuando los pasos de aquellos jóvenes se fueron alejando Shiori y Grim dejaron de roncar y abrieron sus ojos.
- Y corte... - Murmuró Shiori levantándose de la cama para sacar la cuchara que tenía escondida dentro de la funda de su almohada.
- Me deberían dar un premio a la mejor actuación. – Se levantó Grim masajeando sus brazos para después aliviar los dolores con su cristal. – Aun así, me siento muy cansado. Ese entrenamiento fue horrible.
- A este paso los residentes iniciarán una rebelión. – Shiori empezó su ropa limpia en una bolsa. – Tenemos que salir de aquí.
- ¡Yo también estoy en mi límite! ¡No quiero quedarme ni un segundo más en esta prisión! – Grim tomó la cuchara de las manos de Shiori y se dirigió al tapete para levantarlo y ver su hueco. – Estoy cansado de esto y quiero dormir ¡Pero vamos a terminar este hoyo con esta cuchara de una vez por todas!
Eso fue lo que Juró Grim mientras enterraba la cuchara en el suelo y empezaban nuevamente su misión de escape mientras que Shiori se sentó en la posición de flor de loto cerca la puerta para vigilar el pasillo y acumular energía.
...
Las horas avanzaron lentamente entre varios intercambios de turnos, escarbar y vigilar con sumo cuidado finalmente nuestros protagonistas podían ver la luz de la esperanza al final de un túnel.
- ¡Ah! ¡Shiori, mira, Shiori! – Llamó el felino saliendo del hueco.
La sacerdotisa ante ese llamado salió de su concentración, se acercó a Grim y miró a más detalle el hueco mediano que hizo.
- ¡Observar, finalmente logré cavar un agujero en el piso! – Él se sacudió para quitarse un poco el polvo. – No es muy grande, pero como dice aquel refrán mientras la cabeza pueda entrar entonces puedes sobrevivir.
- Ese pensamiento es una lógica propia en un animal. – Rió Shiori. – Pero creo que el dicho correcto es si te entran a los hombros.
- ¿A sí? Bueno da igual. – Grim se encogió de hombros tomando la bolsa con la ropa limpia de la albina. - Te sacaré del otro lado ¡Salgamos de aquí!
Grim fue el primero en entrar al hueco dejando atrás a Shiori. Ella por unos instantes se preocupó mucho ya que tendría que ser muy cuidadosa al ingresar a aquel lugar estrecho. Tener hiperlexia articular para una gimnasta era a veces una ayuda, pero a cambio tenía que tener un poco de cuidado de no dislocarse un ligamento por error.
Así que extendiendo sus brazos se sumergió al hueco y empezó a arrastrarse generando que tanto su piel, ropa y cabello se llenaran de polvo y tierra.
- "Cielos, es más pequeño de lo que pensé." – Pensó la albina avanzando. – "Si hubiera tenido más cadera y busto no habría cabido aquí y tuviéramos que haber desistido... quizás es bueno tener un cuerpo así de pequeño."
Por un momento se detuvo abruptamente ya que el apodo "lavadora andante" pasó momentáneamente por su cabeza.
- "Me amo como soy y los apodos no me definen. Me amo como soy y los apodos no me definen." – Lagrimeó cómicamente Shiori mientras hacía un puchero y continuaba avanzando.
Cuando su mano salió Grim se acercó a ella y empezó a tirar con todo lo que podía para ayudar a la sacerdotisa a salir por completo.
- Uf...salimos de esa habitación. – Suspiró Grim viendo como Shiori se incorporaba del suelo mientras se sacudía el polvo encima de ella.
- Ahora sé lo que es ser pasta. – Susurró Shiori flexionando cada parte de su cuerpo desde sus muñecas hasta sus tobillos, al fin pudo soltar un suspiro de alivio. – Menos mal, no hay ningún ligamento fuera de su lugar.
Miraron a ambos lados y cuando vieron que no había nadie Shiori tomó la bolsa con ropa, la ató al cinturón del uniforme de Scarabia e hizo unas señas a Grim para que la siguiera. Luego comenzaron a caminar despacio a uno de los pasillos más cortos que tenían.
Todo parecía ir tranquilo hasta que llegaron a la esquina. Toda la buena suerte que tenían se les acabó pronto ya que empezaron a escuchar un estruendo cerca a ellos.
Tanto Shiori como Grim se quedaron muy pegados al filo de la pared, se taparon sus bocas para no emitir ruido alguno y contuvieron la respiración. Habían empezado a sudar fríamente mientras escuchaban como los ruidos de forcejeo sonaban tenuemente.
- ¿Alguien se está peleando? – Preguntó muy silenciosamente Grim.
Shiori solo activó su Ajna y sintió que cerca de ellos había dos auras que estaban juntas, pero que sorpresivamente estaban inmóviles en su lugar. Tenía que asegurarse si se estaban acercando más a su zona por lo que le pidió entre susurros a Grim que se quedara en su sitio y que no se moviera mientras que ella iría a averiguar si era seguro retirarse hacia el otro lado.
Cuando Grim asintió con su cabeza, la sacerdotisa, se desplazó con mucho cuidado y lentitud por la pared, los pasos cada vez eran más lentos que el anterior pero no eternos cuando vio que ya no le quedaba mucho trayecto. Cuando por fin llegó al filo de la pared giró a un lado su cabeza y finalmente presenció algo que la dejó congelada con ojos en blanco...
... y un fuerte sonrojo que rivalizaba a Riddle se pintara en su cara.
El motivo de esa reacción se debía a que "los que supuestamente eran los encargados de patrullar por el pasillo" estaban cumpliendo otras funciones mucho más importantes como examinar y tantear con intensidad el terreno de sus labios pegados. El sonido del forcejeo se debía porque el joven de pelo castaño tenía acorralada al segundo joven contra la pared.
Eso si no se lo había esperado.
- Oye ¿Qué está pasando? – Preguntó Grim viendo como la albina se quedó estática en su lugar. – ¿Hay vigilantes?
Reaccionando a esas palabras Shiori salió de su petrificación y nuevamente se ocultó en la pared para levantar la capucha del uniforme para ocultar su cara.
- Mejor vamos por el otro lado... ellos... - Shiori pensó cómo explicar la situación al inocente animal mientras disminuye su sonrojo. – Están muy ocupados.
Ella se excusó cambiando su rumbo desplazándose ahora hacia el otro lado.
- Como sea. Volvamos ya al dormitorio abandonado. – Dijo Grim sin comprender mucho este extraño comportamiento de la albina.
- Shhh... debemos ser muy... pero muy silenciosos. – Recrimina la albina, continuando caminando.
Pero entonces...
... Grrrrrr~~~oooooowwwwwww~~~...
Las ironías del universo a veces llegan en el momento menos deseado y uno de esos fue que justamente que tenían que estar en completo silencio para que al final el rugido del estómago de Grim tuviera que gruñir exageradamente como si alguien hubiera tocado fuertemente un cuerno vikingo en la cima de una montaña de nieve que desencadena una avalancha que descendía rápidamente a la perdición de aquellos desafortunados que se encontraban allí, este caso Shiori y Grim.
- Grim... - Murmuró sombríamente Shiori con una vena hinchada en la cabeza.
- ¿Ffgna? Estamos jodidos... ¡Tenía tanta hambre después de cavar un hoyo durante tanto tiempo...
Con el llegar del ruido los dos jóvenes se separaron y rápidamente miraron a su alrededor.
- ¿Qué fue ese ruido inquietante? – Dijo el primer estudiante de cabello castaño.
- ¡Vino de la habitación de los estudiantes del dormitorio abandonado! – Comentó el segundo pelimorado.
Rápidamente ambos salieron corriendo de donde estaban hacia dónde provino el ruido y vieron a Shiori y Grim libres.
- Awawa... ¡Esto es malo! – Chilló Grim al ver a los dos guardias se estaban acercando cada vez más.
- ¡¿Qué hacen afuera?! – Exclamó el castaño.
- ¡Ffgya, nos encontraron! – Grim levantó sus manos. - ¡Hey Shiori! ¿Alguna idea de cómo salimos de esta?
Shiori se detuvo un poco a pensar para luego rápidamente responder la duda del felino.
- Sí, tengo una. – Ella afinó su mirada y separó un poco las piernas.
- ¿Cómo? – Grim la escucho atentamente.
- Es un plan de respaldo que nos ayudará a salir de esto. – Comentó Shiori a Grim.
- Entonces ¡¿Qué vas a hacer?! – Pidió Grim.
- ¡¿Cómo salieron de su habitación?! Estoy seguro que coloqué bien el candado. – Llegó el chico de cabello morado mirando que la puerta tenía su pestillo y candado bien puesto.
- ¡AHHH! ¡Hay un hueco en el piso...! – El castaño señaló al agujero del suelo. - ¡Estos invitados no tienen ninguna decencia!
- El plan es simple. Solo mira sus piernas. – Shiori los señaló y en efecto había leves temblores. – Han estado entrenando tanto que apenas pueden mantenerse en pie. Su recuperación llevará tiempo.
- ¡¿Cuál es el plan entonces?! - Grim pidió una vez más.
- ¡Vamos a usar nuestras piernas! Para eso guardamos energía y nos curamos antes. -Shiori palmeo su muslo mientras recordaba las palabras de Leona cuando se retiró de la partida de ajedrez.
"Una persona inteligente resuelve un problema, pero una persona sabia los evita."
- ¿Y cómo exactamente? – Preguntó el felino
Al instante los dos jóvenes se pusieron a la defensiva, mirando fijamente a la albina esperando su primer ataque.
Shiori primero se quedó un momento quieta, luego dio media vuelta y finalmente empezó a correr mientras le exclamaba a Grim:
- ¡Vayámonos de aquí, Grim!
- ¡Ffgna espérame! – Grito Grim siguiéndole el paso. - ¡Volveremos a ser prisioneros si nos apuramos!
Los jóvenes luego de su confusión, y reaccionando rápido, empezaron a llamar a más refuerzos.
- ¡Código blanco! ¡Tenemos dos fugitivos! ¡Tras ellos! – Exclamó el segundo estudiante.
El sonido del silbato y los pasos no tardaron empezaron a inundar los pasillos.
- ¡A POR ELLOS! – Gritaron uno que otro estudiante, inundando los pasillos.
- Ahora si estamos en problemas. – Dijo Grim.
- Solamente si te alcanzan. – Respondió Shiori sintiendo como la bifurcación de los pasillos de las esquinas se llenaban de estudiantes.
Pero a comparación de antes ahora ella tenía más energía resguardada por lo que entonces hizo una rápida posición de manos y el sello del loto ascendente se dibujó en el piso de los estudiantes que estaban el corredor de la derecha para paralizarlos en su mismo lugar.
- ¡Grim, sube a mi hombro! – Exclamó Shiori extendiendo su brazo.
Grim saltó de su sitio y subió por el brazo de Shiori hasta llegar al hombro y sostenerse de su ropa. Ella, al sentir el peso extra, dobló la esquina a la derecha y pasó en medio de los inmóviles estudiantes para empezar a pulsar en varios puntos de presión de algunos que tenían cerca para disminuir a las patrullas.
Al pasar al otro extremo Shiori finalmente se deshizo del sello provocando que muchos de ellos volvieron a moverse y otro solo cayeron abruptamente al suelo como costales de papas, provocando que algunos, que iban corriendo hacia esa zona, se detuvieron de golpe, aunque algunos tropezaron, dando una gran ventaja a Shiori y Grim.
los últimos mencionados chocaron sus palmas y todavía seguían corriendo por el pasillo.
A pesar de ese golpe de buena suerte todavía había estudiantes que los perseguían porque tenían que saltar y tomar la ventaja. Rehuir el hechizo mortal y probar todo lo que sea vital, es decir todo lo que tenían a su alcance.
La albina de pronto encendió su Ajna y vio a dos presencias cerca de una puerta sin seguro.
- Bingo. – Dijo Shiori acercándose a la pared para llegar a la puerta y tocar dos veces para seguir corriendo.
La mitad de los estudiantes de Scarabia, que estaban en primera fila del pasillo, fueron impactados con la puerta de madera que un estudiante abrió justo en el momento en el que estaban cerca. La otra mitad solo continuaron corriendo por el espacio libre.
- ¡Acabemos su camino! – Exclamó uno de los pocos estudiantes que estaban al frente empezando a lanzar varios hechizos al igual que los demás.
- Vaya insinuación. – Murmuró sarcástica Shiori mirando a su atrás para ver qué tan lejos estaban los estudiantes y esquivando los ataques. – Cálmense un instante.
- Tengo que aceptar que solo puedo contar contigo Shiori. – Comentó Grim viendo que en las paredes de los pasillos había varias cuerdas que sostenían varias elegantes telas que adornaban el techo y sobre los estudiantes.
- Hay que ser más listos. – Grim sonrió maquiavélicamente.
Entonces él empezó a botar varias bolas de fuego azul a las cuerdas que no tardaron en romperlas y generar así que las telas cayeran sobre los jóvenes ahora desorientados y sin a donde apuntar.
Con el camino despejado Shiori regresó su vista al frente y continuaron corriendo rumbo a su libertad, sin embargo...
- Oh no. – Shiori activo otra vez su Ajna.
- No me gusta cómo suena eso ¿Qué pasa? – Comentó Grim.
- Hay varios estudiantes que vienen hacia aquí. – Ella respondió viendo varias auras acercándose por ambos extremos.
- Mejor hay que escondernos en un rincón. -Grim miró a ambos lados del pasillo. – ¡Allí! ¡Sumérgete en esa habitación! – Señaló con su pata.
Shiori, viendo a la misma dirección, se acercó a la gran puerta. La abrió fácilmente y la cerró rápidamente para ser sumergida a la total oscuridad. Ambos guardaron silencio con nerviosismos y apoyaron con cuidado sus ojeras sobre la superficie a la espera del primer ruido.
- ¡¿A dónde se fueron?!
- ¡Divídanse y encuéntrenlos!
- ¡Salgan de donde estés rata!
Luego de haber exclamado todos los pasos luego se empezaron a alejar hasta nuevamente volver al silencio sepulcral. Por si las moscas Shiori una vez más activó su técnica visual en la oscuridad para ver que en efecto ya no había ningún aura afuera de la habitación.
Estaban a salvo.
Shiori junto con Grim soltaron un suspiro y cayeron rendidos al suelo para recuperar aliento.
- Fiuu... Parece que se fueron- Dijo Grim aliviado.
- Aun así, no podemos quedarnos por más tiempo. – Comentó Shiori, sintiendo el lugar. – Es solo cuestión de tiempo antes de que busquen aquí.
- Rayos... con lo bien que íbamos ¿No hay otra forma de escapar? – Grim se cruzó de brazos. – Además ¿En qué habitación estamos? Está tan oscuro que no puedo ver nada.
Muni... Muni...
En eso Shiori siente una presencia cerca de ella.
- ¿Hm? Algo suave me está picando la oreja. – Dijo Grim ahora sintiendo un fiambre al costado de su lomo. - ¡Hyahya! ¡Eso da cosquillas!
Cuando el cosquilleo se detuvo, Grim, pudo volver a respirar.
- Usa la luz de tu teléfono celular. – Pidió él.
La sacerdotisa, buscando en su bolsa, sacó su teléfono y lo encendió para buscar el icono de la linterna y tener mucha más iluminación en la habitación. Cuando todo estaba un poco más nítido, lo que estaba a su lado resultó ser la alfombra mágica que los saludaba fervientemente.
Ante la repentina aparición Grim sólo abrió su hocico y soltó un asustado grito silencioso. Luego se escondió en el hombro de la albina con el pelaje erizado.
- Casi me matas del susto. ¿Qué hubiera pasado si hubiera gritado? – Susurró enojado Grim, mirando el lugar con la poca luz que tenía. – Esta es la bóveda del tesoro de Kalim. – Luego arrugó un poco su cara al recordar a Leona. – La gente rica es realmente algo ¡Eh! Ni siquiera cierran las puertas con seguro.
- Si la puerta hubiera tenido seguro nos hubieran atrapado, fue una suerte que esta no la estuviera. – Agregó Shiori levantándose de su lugar.
La alfombra solo se movió alegremente estando de acuerdo con la joven.
Y en eso una idea llegó a la mente de Grim
- ...¡Oh, es verdad! ¡Tú puedes sacarnos de aquí! – Dijo él.
La alfombra sólo inclinó la mitad de su cuerpo a un lado en señal de confusión.
- Este es el trato. – Grim habló con la alfombra. - ¡Te dejaremos salir si nos ayudas a escapar!
La alfombra mágica lo pensó varias veces, pero luego terminó accediendo a la propuesta del felino.
- Perfecto ¡Escapémonos con la alfombra! – Sonrió Grim subiéndose a la alfombra. - ¡Adiós Scarabia!
Las opciones para escapar realmente eran escasas por lo que no habría otra elección más que este medio, así que Shiori también se montó en la alfombra y esta finalmente emprendió vuelo hacia la ventana abierta.
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Estar de nuevo en el cielo nunca se había sentido tan reconfortante y tan liberal.
- ¡Yaahoooooo! ¡Lo logramos! ¡Nuestro sueño de fuga fue un éxito! – Gritó triunfalmente Grim. - ¡Somos libres!
- Gracias al cielo. – Agradeció Shiori, pero sosteniéndose firmemente en la alfombra.
Muchos de los residentes que aún estaban adentro del edificio, pero por las ventanas que dos siluetas negras pasaron sobre la luna alertándolos ahora el doble.
- ¡Ah! ¡Miren allí! – El del cabello castaño señaló a la sombra. - ¡Están escapando en la alfombra mágica de Kalim!
- Aparte de fugitivos ahora son ladrones. – El de cabello morado se estaba arrancando los pelos. - ¿Qué nos hará el líder cuando se entere?
- ¡Hay que atraparlos a toda costa! ¡Ladrones! – Grito el pelirrojo levantando su puño al aire. - ¡Esto no se quedará así! ¡¿Me escuchan?! ¡Vamos a...!
Grim y Shiori desde la cima vieron al pelirrojo exclamar algo, pero que dado a la distancia y al viento no lo podían escuchar bien.
- Jeje... se ven molestos. – Rió Grim sacándoles la lengua. – Ña ña ña ña ña ña~ No pueden alcanzarnos.
- Grim no quisiera interrumpir, pero ¿Tienes idea de cómo se vuela exactamente una alfombra? – Preguntó Shiori un poco preocupada por ese pequeño detalle.
- Um... ¿Cómo controlamos la alfombra mágica? - Lo pensó detenidamente el gato mirando el extremo de la alfombra. – Que yo recuerde Kalim tiraba de las esquinas y...
Sin embargo, esa fue su peor decisión ya que con un jaloneo de las patas de Grim al instante la alfombra abruptamente cambió de dirección y empezó a zigzaguear de un lado a otro. Shiori y Grim tuvieron que sostenerse fuertemente de la alfombra para no caerse.
- ¡¿Waah?! ¡De repente cambió de dirección! ¡Oye escúchame! – Exclamó Grim.
- ¡Hagas lo que hagas no te sueltes! – Fue lo que exclamó Shiori ahora sosteniéndose de los extremos de la alfombra.
Una cosa era intentar volar con la escoba ya que esta tenía algo sólido con que sostenerte, pero con una tela todo era blando por lo que la inseguridad y el miedo a caer estuvieron presentes, pero a raya en la mente de la sacerdotisa.
Entonces la alfombra, luego de estar serpenteando, ahora giraba, daba volteretas y se agitaba confundida por las comandas que el gato le daba.
- ¡Gyaaaa! ¡Me estoy mareando! ¡Detente! ¡Que te detengas! – Nuevamente exclamó el felino.
- ¡Buda, si me estás escuchando por favor no nos permitas caer de la alfombra! – Rezó Shiori. - ¡Aún no queremos ir a tu juicio pronto!
- ¡Llegó la hora Shiori! ¡Solo quiero que sepas que como amiga y secuaz eres una en un millón! – Lloriqueó Grim.
- ¡Gracias Grim! ¡Eres el mejor... del mundo! – Respondió Shiori.
- ¡Se que no te molestara que te diga que...! – él se quedó un momento en silencio.
- ¡Puedes decirme lo que sea! ¡Dime!
- ¡Que yo fui el que se comió tus últimos alfajorcitos que te hizo Trey!
- ¡¿Qué?! – Los ojos de Shiori se abrieron de par en par.
- ¡Entré en pánico al saber que era tuyo! ¡Al final le eché la culpa a Ace ya que él también se los comió, pero él tampoco sabía que eran tuyos ...! – Se trató de justificar.
- ¡¿QUÉ HICISTE?!
- ¡PERDONAME!
- ¡Gyaaaaaa¡/¡Hyaaaaaa! – Fue lo que exclamaron Shiori y Grim al empezar a ver todo borroso y dejaban que la alfombra sea quien guiará el vuelo.
Lo único que alcanzaron a ver fueron las dunas, la sala común de Scarabia, los pasillos de esta y finalmente por último el camino donde estaba el espejo que estaba siendo custodiado por una fila de varios estudiantes.
- ¡Vienen hacia aquí! ¡Prepárense! – Exclamó el primer estudiante pelicastaño colocándose al frente.
Todos los demás que estaban a su espalda se posicionaron y apuntaron con sus plumas mágicas.
- ¡NO LOGRARAN PASAR! – Gritó el primer estudiante.
Pero rápidamente pasó rápidamente como una bala de viento que empujaba a todo a su paso como si fueran pinos de boliche, muchos que aún no se vieron afectados al igual que los que se levantaron rápidamente se levantaron y comenzaron a disparar.
- ¡Waaahh~~! ¡Vamos a golpear el espejo! – Chilló Grim.
- ¡Vamos chiquito! ¡Por favor cruza el espejo! – Shiori le habló a la alfombra rezando para un buen resultado.
La alfombra ante ese cumplido se niveló bien y ahora tomó más velocidad para cruzar ese espejo que cada vez se volvía más cerca.
Todos por momentos vieron en cámara lenta como aquel espejo empezó a brillar para teletransportar a los dos residentes del dormitorio abandonado afuera de Scarabia. Se desesperaron aún más al ver cómo ellos iban desapareciendo poco a poco por lo que varios de ellos, al ver como la luz iba desapareciendo siguieron lanzando sus hechizos al espejo esperando a que al menos uno acertara.
Solo unos pocos hechizos lograron entrar al espejo, mientras que los demás impactaron contra la pared detrás.
Con Shiori y Grim al ver que estaban siendo teletransportados se miraron mutuamente y finalmente pudieron soltar un suspiro de alivio acompañado de una risa.
- ¡Lo logramos! – Exclamó alegremente Grim viendo como todo el entorno cambia hacia la cámara de los espejos.
- ¡Gracias Buda! – Agradeció Shiori elevando el puño al aire.
- ¡Qué bueno que ya se acabó!
Shiori lo iba a acompañar en su vitoreó cuando de pronto sintió un fuerte empujón en su espalda que la inmovilizó y casi la bota de la alfombra. Un hechizó la había alcanzado haciendo aparecer una cuerda que había enredado cada centímetro de ella en una posición extraña incluido el brazo extendido con el que había vitoreado y que ahora era su última ancla para no hacer de la alfombra.
A estas alturas Shiori luchó contra nuevamente los movimientos bruscos de la alfombra y cerró los ojos al ver que una luz la cegó. Nuevamente habían ingresado a otro espejo.
Las peripecias no terminaron allí ya que al estar todo oscuro la alfombra chocó contra algo, provocando la eyección de Shiori y Grim por el aire hasta finalmente aterrizar dolorosamente sobre algo que se rompió estrepitosamente bajo una cortina de humo y pedazos de madera rota.
De los escombros de la madera y la alfombra que estaba sobre ellos Grim salió mareando con espirales en sus ojos.
- Ffgnaa...– Dijo Grim desorientado.
Shiori, en cambio, todavía estaba bajo varios pedazos de madera soportando los leves dolores que empezaron a manifestarse en su cuerpo.
- Todo está oscuro – Fue lo que susurró ella tratando de mantener uno de sus ojos abiertos que poco a poco empezaban a cerrarse. - ¿Eh? ¿Por qué tengo tanto sueño?
En eso las luces del lugar se encendieron al mismo tiempo que un par de pasos bajando una escalera se acercaban a la escena del desastre.
- ...Oh, me estaba preguntando quién estaría de visita tan tarde en la noche. – Shiori reconoció la voz de Jade.
- Vine a ver si había algunos ladrones de comida, pero son solo Koebi-chan y la foquita. – Ese fue Floyd haciendo un puchero. – Mis esperanzas se bajaron.
Grim al reconocer también sus voces se reincorporó rápidamente.
- ¿Ooheh...? ¿Qué están haciendo ustedes aquí? – Preguntó confundido Grim al ver a los dos gemelos.
- ¿Por qué? ... les dijimos que no podíamos ir a casa hasta que el glaciar se derritiera. – Respondió Floyd
- Entonces... ¿Estamos en Octavinelle? – Una sonrisa se dibujó en la cara de Grim.
- De hecho, están en el salón del Mostro Lounge para ser precisos. – Corrigió Jade.
Los detalles no le importaban a Grim con tal de no estar en el lugar que estaban antes esto era lo mejor que sus orejas flameadas estaban escuchando.
- ¡Lo logramos! ¡Salimos de esa prisión! – Grim festejó con la alfombra que se levantó de encima de la pila de madera rota.
- "¿Prisión?" – Pensó confundido Jade
- ¡Shiori mira! ¡Nosotros...! – Pero las palabras de Grim se ahogaron al instante cuando vio que Shiori no respondió al instante y es más tenía los ojos cerrados. - ¡Shiori! – Ahora soltó un chillido de intranquilidad mientras corría a su cabeza visible.
Cuando aquel grito de desesperación llegó a oídos de los gemelos estos rápidamente dejaron atrás todo rastro de tranquilidad para transformarla en una preocupación. Ellos rápidamente también corriendo hacia ella y empezaron a quitar varias de los pedazos de madera que estaban sobre ella
Grim mientras tanto le daba leves empujones con sus patas y cabeza para ver si reaccionaba.
No hubo reacción
- No. No. No. No me hagas esto... - Murmuró Grim bajando sus orejas y sintiendo un picor en sus ojos. Otra vez aquel extraño pero familiar sentimiento de vacío volvió y empezó a colocar imágenes desalentadoras de lo que podía pasar al pobre felino quien apoyó su cabeza en la frente de la albina. – Despierta, por favor...
Los gemelos poco a poco fueron quitando pieza por pieza y lo primero que pudieron ver muy aparte del uniforme de Scarabia fue la soga apretada.
- Hay rastros de magia... es un hechizo. – Murmuró Jade frunciendo el ceño.
- ¿Pero quién se...? – Floyd iba a preguntar sobre el responsable de esta obra, pero cuando quitó otra madera y vio lo que está ocultaba, su mirada, se tornó aún más oscura.
- ¿Qué pasa Floyd? – Preguntó su hermano al ver esa expresión de su gemelo.
- Dime que es normal que los humanos sean tan flexibles en los huesos. – Solo pudo preguntar Floyd ahora removiendo con mucho más cuidado las últimas maderas que quedaban.
- ¿De qué hablas? – Jade se acercó a él, pero tan pronto lo vio se llevó su mano enguantada a su boca y soltó un jadeo. – Oh dios mío. El brazo izquierdo no debería verse así.
Tratando de no enfocarse en aquel problema, Jade con ayuda de Floyd, se enfocan en sacar el cuerpo de Shiori con mucho cuidado. Era una suerte que el cuerpo estaba boca arriba o de lo contrario el voltearla hubiera sido doloroso.
La alfombra viendo con mucha preocupación la escena solo empezó a traer cojines mientras que Grim no se separó de la cabeza de Shiori.
- ¿Qué es esa cosa que parece platija cuadrada? – Preguntó Floyd viendo como la alfombra lo saludaba con una breve reverencia.
- Se parece mucho a la alfombra mágica de Kalim. – Respondió Jade al reconocer los patrones del objeto. – Eso lo hablaremos después. Hay que traer el botiquín.
Floyd asintiendo corrió hacia el mostrador. En lo que se buscaba dicha caja Jade se quitó el saco de su uniforme y lo colocó encima de Shiori para después dirigir delicadamente sus manos a la cabeza de la albina y la inclinó hacia atrás para tener mejor una vista de su cuello y de la vena de su cuello al que le colocó sus dos dedos para sentir su pulso. Luego acercó su oreja a la nariz de ella y escuchó la respiración leve de Shiori.
- Ella aún respira. – Respondió un poco aliviado Jade.
Luego al ver lo que le estaba trayendo la alfombra, lo tomó y las acomodó para colocar las piernas elevadas de la albina.
- Lo encontré. – Regresó Floyd y lo abrió rápidamente para sacar el trapo y una botella de alcohol con el fin de entregárselas a su hermano.
Jade con ya con lo necesario remojó el trapo y con cuidado lo acercó a una distancia de la nariz de Shiori.
- Vamos... – Dijo Jade esperando una reacción.
- Koebi-chan... - Susurró Floyd en un tono bajito esperando intranquilo.
- Despierta por favor - Suplicó Grim.
Esperaron unos lentos y agonizantes segundos, todo parecía y señalaba a que ella no iba despertar tan pronto o al menos no lo fue cuando Shiori arrugó un poco su cara por la irritación por el líquido y empezó a abrir sus ojos desorientadamente.
Ellos pudieron soltar un suspiro de alivio.
- ¿Ehh...Dónde...? – Susurró Shiori mirando a su alrededor hasta encontrarse con tres caras familiares y la alfombra. – Chicos... - Ella sonrió levemente.
Intentó levantarse, pero una fuerte punzada en el hombro izquierdo la obligó a nuevamente echarse mientras ahogaba un grito.
- ¡No te levantes señorita Shiori! Aun tienes las cuerdas. – Pidió Jade sacando su pluma mágica para romper las cuerdas.
- Koebi-chan... Dinos ¿Quién te hizo esto? – La voz de Floyd sonó tétricamente muy enfadada mientras acomodaba el cabello despeinado de la albina.
Sin embargo, ella no pudo contestar más cuando la puerta del Mostro Lounge se abrió de par en par provocando un fuerte estruendo y mostrando a dos de los estudiantes de Scarabia.
- ¡Ya no tienen un lugar donde esconderse, ladrones! – Exclamó el primer estudiante.
- ¡Quédense quietos y comportanse! – Gritó el segundo.
- ¡¿Qué...?! ¡¿Nos siguieron hasta aquí?! ¡Qué persistentes son! – Chilló enojado Grim con el pelaje erizado. – ¡No den un paso más o los quemo vivos!
- Grim... - Shiori lo llamó para evitar que este se metiera en más problemas.
Pero todo el griterío cuando alguien baja las escaleras de la tarima.
- ¿Qué es todo este escándalo a esta hora de la noche? – Preguntó Azul mirando a los dos estudiantes de Scarabia.
Los dos estudiantes de otro dormitorio soltaron un leve respingón al verlo.
- ¡Eres el líder de dormitorio de Octavinelle, Azul Ashengrotto! – Dijo el segundo estudiante.
- Nuevamente te pregunto... - Azul no quitó su mirada de ellos. - ¿Qué está pasando exactamente aquí?
- ¡Esto no tiene nada que ver con Octavinelle! ¿Pueden entregarnos a eso dos ahora mismo? – Respondió el primer estudiante sin dar muchas explicaciones mientras apuntaba con su dedo a una zona en específica.
Azul, siguiendo ese dedo observó que apuntaba a donde se encontraban Jade, Floyd y Grim que tapaba a alguien más.
- Oh, ahora que miro de cerca del suelo está Grim. – Azul levantó una ceja. – Casi lo confundí con un trapo ya que se veía tan polvoriento y el otro estudiante de Scarabia debe ser...
Pero cortó sus palabras al ver que cerca de Jade había un botiquín abierto, y unos pocos cabellos blancos pero largos asomándose a su lado. Eso lo inquietó a tal punto que no se quedó quieto y se acercó a donde estaban los gemelos, fue una gran patada en su estómago cuando vio que la persona cuyo rostro levemente magullado y lleno de tierra en la cara se trataba de Shiori que apenas se mantenía despierta.
- Shiori... - Susurró Azul acercándose a ella y colocaba su mano enguantada en el rostro de la joven.
- Azul... por favor...no dejes... que nos lleven... - Fue lo que Shiori pudo murmurar luego de frunció el ceño al tratar de aguantar el dolor de su brazo.
Azul al ver que el torso de Shiori estaba cubierto con el saco de Jade, este lo levantó un poco para ver qué era lo que tanto le dolía y cuando observó lo que bajo la tela ocultaba primero sus ojos se abrieron y luego el infierno se desató ¿Cómo se atrevían estos mal nacido a hacerle esto a su medusa? Nunca en su vida se había sentido tan enojado. Oh, está la iban a pagar muy caro.
- ¡No te dejaremos ir fácilmente si tienen la intención de interponerse en nuestro camino! – Dijo el primer estudiante.
- ...¿Eh? – Floyd cambió la dirección de sus ojos sanguinarios a los estudiantes quienes se encogieron ante esa mirada. - ¿Con quién creen que están hablando desgraciados?
Floyd se levantó del suelo y empezó a tronar los huesos de sus manos muy fuertemente.
- No puedo permitir ningún tipo de peleas aquí en el Mostro Lounge. Este es un lugar de caballeros, después de todo. – Exclamó Azul levantando su mirada casi opaca pero ferviente a los dos estudiantes.
- ¿Qué dijiste? ¡¿Entonces van a interferir en nuestro camino?! – Gritó el primer estudiante.
- Lo que sea ¡Los llevaremos en contra de su voluntad! – Dijo el segundo estudiante.
Shiori ante esas palabras un breve recuerdo llegó a su cabeza que la asustó mucho.
Tu harás de nuestra voluntad una realidad...
- No... eso no... - Negó Shiori ahora empezando a lagrimear.
- Descuida Shiori. – Azul le susurró suavemente mientras le limpiaba aquella lágrima. – Nadie te obligará a nada... y no dejaré que eso pase.
Luego el líder de dormitorio se puso de pie y se colocó al frente de ella para protegerla mientras que a sus lados se posicionaron Jade y Floyd.
- ¡Hmmph! Me temo que no puedo hacer un trato con clientes tan ruidosos. – Azul transformó su pluma en un bastón con el pulpo plateado como empuñadura. – Jade, Floyd sáquenlos de aquí.
- Sí/Sí – Respondieron en armonía los dos gemelos encendiendo sus plumas y lanzando los primeros hechizos de viento y agua.
Grim viendo cómo todo se descontrolaba se pudo al frente de la sacerdotisa y procuró bloquear cada hechizo que intentaba llegar hacia ellos por error.
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La batalla no duró mucho, la diferencia de niveles era notoria y los dos estudiantes ya estaban jadeando en el suelo estando ya demasiado exhaustos para seguir lanzando otro hechizo más.
- ¡Mierda! ¡Debemos retirarnos! - Exclamó el primer estudiante sacando fuerzas para huir del restaurante.
- ¡Esto no se ha acabado! – Dijo el segundo también siguiendo los pasos a su compañero.
- Así es, corran ¡Malditos alevines! ¡No dejen que los atrape! Jajajaja. – Floyd soltó una fuerte risa maníaca mientras se apoyaban a un lado de la puerta de entrada del Mostro Lounge.
- Gracias, vuelvan pronto. – Finalizó Jade al otro lado.
Y juntos cerraron la puerta de par en par, por fin la paz volvió a ese restaurante o al menos en parte.
- Ngh... -Shiori lanzó otro quejido silencioso.
Ante eso tanto Azul como los gemelos nuevamente recordaron el motivo de la pelea y se acercaron a la sacerdotisa.
- Debemos moverla a otro lugar. – Comentó Azul viendo que podían usar para mover con cuidado a Shiori sin hacerle mucho daño.
- Usemos la alfombra es lo mejor que tenemos ahora. – Comentó Jade mirando al objeto volador.
Claramente la alfombra entendiendo el mensaje se echó al piso, cerca de donde estaba Shiori.
- Bien... - Asintió Azul acercándose ahora a Shiori y le hablaba tranquilamente. – Escúchame vamos a moverte un poco. Procuraremos tener cuidado, pero tienes que resistir ¿De acuerdo?
Shiori entendiendo lo que iban a hacer solo empezó a soltar bocanadas de aire y asintió con la cabeza, dando el permiso para que la movieran.
- A la cuenta de tres. – Indicó Azul a Jade y Floyd quienes tomaron un lado del torso de la chica. - 1 ... 2 ... ¡3!
Y con esa indicación los gemelos levantaron el cuerpo de Shiori, quien ahogó un grito y apretó los dientes ante el movimiento de su brazo izquierdo. La alfombra rápidamente se trasladó bajo ella y finalmente se elevó un poco para servir como una improvisada camilla médica.
- Floyd lleva trapos y agua a mi habitación. La llevaremos allí – Ordenó Azul guiando al resto por el camino hacia su dormitorio mientras que Floyd buscaba lo que le ordenaron sin poner objeción como de costumbre.
Al llegar a la habitación la alfombra fue directamente a la cama una vez que la encontró y con mucho cuidado depositó a la chica sobre la acolchonada cama.
- Gracias... - Agradeció Shiori ahora empezando a sudar.
Jade al percatarse de esto se sacó el guante y puso el dorso de su mano sobre la frente de la albina para comprobar si empezaba a tener fiebre.
- Está sudando por dolor. – Dijo Jade.
- Ya traje las cosas. – Llegó Floyd trayendo todos los implementos necesarios y las dejo en el escritorio de Azul.
- Oigan... ¿Qué tan grave... ¿Está mi brazo? – Preguntó Shiori.
Jade sin responder mucho solo levantó un lado del saco, que ella tenía encima, para mostrarle la verdadera situación de cómo estaba su brazo. Shiori no podía levantar su cuello para verlo en primera persona, pero gracias a un espejo que había cerca de la cama finalmente ella pudo ver con preocupación el resultado de su huida.
Su muñeca estaba inflamada y con el hueso del radio sobresaliendo, todavía no había señal de algún ganglion a la vista y eso era bueno. Su codo sobresalía de una manera extraña y como cereza del pastel dado a que el chaleco no tenía mangas se podía ver el inicio de su hombro dislocado.
- Diablos... - Murmuró Shiori mirando ahora hacia otro lado y trataba de regularizar su respiración para no entrar en nerviosismo. – Bueno... pudo haber sido peor...
- Me sorprende que no estés alterada, en situaciones así hasta uno gritaría por el miedo. – Comentó Jade.
- Estoy asustada... - Afirmó ella temblando un poco. – Pero... si me pongo histérica... será peor.
- Pero se pondrá bien ¿verdad? – Grim preguntó mucho siendo el primero en estar nervioso.
Shiori miró otra vez su brazo y lo miró detenidamente, en si no había rastros de sangre o de algún hueso fracturado lo cual era muy bueno por lo que solo había una salida para recuperarse rápido y sin perder más tiempo, aunque era la salida más dolorosa.
- Okey... por lo que veo... solo hay tres lugares que no están en su lugar...- Murmuró ella dificultosamente.
Los presentes levantaron la mirada presintiendo con temor lo que la sacerdotisa estaba a punto de decir.
– Todo lo que hay que hacer... es regresarlas manualmente a donde estaban antes. – Propuso ella.
- ¡¿Eh?! – Exclamaron los presentes ante esa idea.
- ¿Estás segura de eso? Moverlas será doloroso para tí. – Preguntó alarmado Azul en un tono preocupante.
- Honestamente ... no quiero... pero es necesaria antes de que el ganglio se forme por completo. – Shiori vio que el trío de Octavinelle no estaban seguros. –... Además, este es el precio de mi fuga... no puedo ser una cobarde, tengo que pagarlo.
- ¿No podemos buscar un médico? – Preguntó Floyd.
- Con la nieve amontonada, el espejo de la oscuridad cerrado y la poca gente ahora tiene la isla tardaríamos mucho en encontrar a alguien. – Respondió Jade descartando la idea.
El trío de jóvenes lo pensaron detenidamente y antes de tomar una decisión le preguntaron una vez más a Shiori.
- Señorita Shiori ¿Ya has sufrido este tipo de lesiones antes? – Preguntó Jade.
Shiori sonriéndole cansadamente le respondió:
- Solo unas pocas cuando era pequeña... tener hiperlexia... te obliga a anticiparse... en el caso que pasen cosas como estas. – Recobró un poco de respiración. – No es difícil... incluso ustedes pueden hacerlo... les diré un resumen... y les resto se lo dejo a ustedes.
Shiori trató de hablar lo necesario mientras que los tres jóvenes y el felino escuchaban atentamente cada pauta que ella especificaba.
...
Después de repasar las pautas entonces comenzaron a abrir con tijeras el uniforme de Scarabia, claro que, cubriendo a la joven con la sábana por respeto y de dejar el brazo dislocado afuera. Ya casi estaban listos.
- Recuerden... las tres zonas tienen que crujir... de este modo sabemos que estamos bien. – Finalizó Shiori mirando al techo. - ¿Hecho?
Los tres asintieron.
Grim se acomodó cerca de la cabeza de Shiori, su tarea sería la de secar el sudor de la frente cuando pase el dolor.
- Ahora la cuestión es ¿quién moverá los huesos? – Preguntó Azul tratando de analizar con cuidado esta situación.
Primero hubo un silencio ya que esta tarea era la más importante y riesgosa de todas porque la recuperación de Shiori dependería de esto. No muchos se atreverían a eso por miedo a empeorar la herida, o al menos eso fue lo que se pensó antes de que alguien ya había tomado una decisión.
- Yo lo haré... - El responsable de esa voz fue Floyd sonando demasiado sereno de lo normal.
- ¿Floyd? – Dijo sorprendido Jade al igual que Azul.
- Koebi-chan... siempre me da un abrazo fuerte con sus dos brazos. – Floyd explicó sus motivos mientras apretaba sus manos. – Entonces... ¿Cómo me va a abrazar si le falta un brazo?
Jade supo comprender muy bien el tipo de expresión que su hermano gemelo trata de decir con esas palabras. Tenía que admitir que estaba muy sorprendido mucho pero que no necesitaba preguntarle dos veces.
- Está bien Floyd – Suspiró Jade ahora posicionándose sobre Shiori para sostener su hombro sano y la cintura para que no se moviera bruscamente cuando su gemelo proceda. – Cuento contigo.
- Muerde esto. – Azul se sentó al lado izquierdo de su cabecera para pasar una tela doblada a la albina.
Shiori, abriendo su boca, mordió el trapo. Ya con ese último detalle agregado, podían comenzar.
- Empezaré por tu muñeca Koebi-chan. – Dijo Floyd tomando con sus dedos largos su antebrazo y colocando su pulgar sobre la palma. – Respira hondo.
Ella asintió con la cabeza y dando lentas respiraciones por su nariz se anticipó para lo que iba a venir.
- "Todo surge y desaparece. Una vez que comprendes esto. Estás por encima de la pena. Es el camino del resplandor..." – Shiori empezó a rezar un Sutra de buda en sus pensamientos con la idea de serenar la mente, esto quizás podría ayudar a enfocarse más en el texto que en el dolor
Entonces Floyd Sin pena ni gloria empezó ejerció fuerzas opuestas para volver a posicionar de vuelta el hueso de la muñeca. El dolor que sintió Shiori fue tan repentino que generó que abriera grande sus ojos y casi se levanta de golpe de la cama, pero Jade se lo impidió.
-Tranquila... tú puedes... - Susurró Jade aplicando peso sobre la sacerdotisa.
Gracias a dios ella tenía el trapo en la boca o de lo contrario se hubiera reventado sus dientes por la tanta fuerza con la que estaba mordiendo.
Floyd no pudo escuchar el crujido por lo que tenía que repetir los movimientos una y otra vez hasta escuchar aquel traquido, aunque ver las expresiones sufribles de la albina no lo estaban ayudando mucho ya que quería detenerse porque le dolía verla así, pero lamentablemente eso no era opción.
Creo que nadie de la habitación estaba para nada feliz con lo que estaba pasando.
- "...Todo es cambio. La vida es cambio. Todo surge, se desarrolla y desaparece. Todo tiene su propio camino y su propia manera de ser..." - Shiori siguió pensando mientras amortiguaba sus gritos en el trapo.
¡Crack...!
Al escuchar aquel ruido, Floyd, rápidamente pasó al codo mientras que Grim ya empezó a limpiar la primera capa del rastro de sudor.
Era hora, Azul, al ver que el gemelo ya iba a pasar a la segunda fase él también se colocó a su lado para colocar sus manos sobre el brazo de la joven para que ahora Floyd ahora cogiera el antebrazo con la intención de empezar a jalar lentamente. No podían tirar con fuerza repentina por lo que tenía que ser una presión constante y sin detenerse
Shiori una vez más chilló y empezó a soltar varias lágrimas. Ella no esperaba que este dolor fuera tan largo; pensó que con todo lo que pasó en sus años anteriores la ayudaría a superarlo, pero al fin de cuenta es humana y como todos los demás ella también tendría que afrontar las dolencias de uno por la decisión que tomó al salir de Scarabia.
Este es el precio por querer dar un salto adelante.
- Shhh... Shhh... tranquila, ya falta poco. – Susurró Azul limpiando el rastro de las lágrimas de la sacerdotisa.
A estas alturas ella empezó a ver borroso todo, pero lo único que ella podía ver claro era los ojos azul cielo de Azul; fue entonces que empezó a votar más lágrimas de sus ojos escarlatas. El motivo tras de esas distintas lágrimas era porque ahora en lugar de ver a Azul a quien ahora estaba viendo era a...
¡Crack...!
Shiori fuertemente levantó el cuello para atrás y otra vez gritó mientras cerraba fuertemente los ojos.
- Vas bien... solo un esfuerzo más. – Comentó Jade.
Ahora venía la parte más difícil, tomar la parte del antebrazo y jalar todo el brazo para regresar el hombro a su posición original. A estas alturas Shiori se desvía entre el pánico y el dolor, por momentos la opción de tirar la toalla parecía tentadora, pero por otro lado ella se rehusaba tercamente y orgullosamente a tomar esa opción.
Azul se movió a un lado y dejó que Floyd se preparara mientras que Jade soltó la cintura de Shiori para ubicarla cerca del lado de torso cuando el último tirón pasara o de lo contrario ella se caería fuera de la cama.
El líder de Octavinelle estaba a punto de retirarse y respirar un poco, muy a pesar de mantener una gran seriedad y calma al controlar sus emociones en este momento estaba empezando a sentirse sofocado. Su mano estaba cerca de tomar el pomo cuando...
- No te vayas... - Un suave balbuceo hecho un susurro lo detuvo
Finalmente, él se giró para verla.
Shiori, su pequeña medusa, en medio de lágrimas y una mirada que a uno se le desgarra el alma le estaba extendiendo su mano hacia él pidiéndole que no se vaya.
- "...Por lo tanto no te alteres ni preocupes porque lo que ahora te da felicidad mañana será tu fuente de tristeza y lo que hoy te acongoja mañana te hará feliz. Vive como un espectador no como un participante." – Ella ya dejó de pensar en el rezo y solo seguía extendiendo su mano.
Con palabras o no, Azul, de alguna manera entendió bien lo que ella quería. Fue entonces que toda la sensación de asfixia desapareció por completo y fueron transmutadas en otras emociones dentro de él. Entonces cambiando su dirección caminó de regreso a la cama, levantó su mano y entrelazo sus dedos con los de ella para ayudar a soportar el dolor de Shiori.
- Aquí estoy Shiori – Susurró dulcemente Azul. – No me iré a ningún lado.
- ¿Lo juras...? - Preguntó asustada ella.
Azul asintió su cabeza apretó un poco más su mano para darle fuerza.
- Sí, te lo juro. - Afirmó él.
Los gemelos, luego de ver brevemente esa escena, solo se miraron entre ellos y asintieron sus cabezas para poner fin al dolor de la joven sacerdotisa de una vez por todas.
Shiori suprimió un grito, Grim limpiaba el sudor, Floyd empezó a jalar el brazo, Jade usó su fuerza para evitar que la sacerdotisa se cayera y Azul la acompañaba en su sufrimiento para que no estuviera sola.
¡Crack...!
...
Lo habían logrado. El brazo de Shiori regresó a su posición original ahora todo lo que queda hacer era dejarla descansar para que se recuperara. Al fin todos los presentes podían soltar un suspiro de alivio. Grim se sentó en la almohada, Jade se sentó al borde de la cama, Floyd se sentó en una silla y Azul aún no se movió de donde tenía unida su mano.
Al menos una tormenta se había pasado en esta mar de peripecias.
- Lo siento... Intenté ser fuerte hasta el final como te lo prometí... - Un suave murmullo débil se escuchó.
Los muchachos y Grim levantaron confundidos sus miradas hacia la dirección en donde vino el suave sonido.
– Pero... al final... - Shiori con la cabeza un poco levantada y su mirada entrecerrada estaba mirando sólo a una persona. Ese era... Azul. - Me haces tanta falta...
- ¿Qué? – Solo susurró confundido Azul acercándose un poco a su medusa para escucharla mejor.
- Lo que más extraño de ti... era cuando me cantabas... y te quedabas conmigo hasta quedarme dormida. - Continuo ella. - ¿Te acuerdas?... Recuerdas aquella canción que tanto te pedía cuando era niña...
- ¿A qué te refieres? – Preguntó confundido el líder de Octavinelle.
- Parece que el dolor fue tanto que la dejó delirando. – Jade movió sus manos sobre los ojos de Shiori, pero ella no reaccionó.
Al contrario, ella apretó un poco la mano de Azul y empezó a temblar levemente.
- Por favor, no me abandones... no desaparezcas otra vez...– Shiori empezó a cerrar sus ojos por el cansancio. – Quédate conmigo... papá...
Dejando al trío Octavinelle muy confundido por aquellas palabras ella terminó cerrando los ojos por el sobre esfuerzo actual y su cabeza terminó por echarse a la almohada.
...
Los ojos aguamarina de Deuce se abrieron para contemplar el cielo rojizo con morado del cielo viendo las primeras estrellas aparecer. Era sin duda una hermosa vista teniendo en cuenta que estaba en un barco, pero que muy a pesar de su belleza no fueron suficientes para aliviar la opresión dentro de él después de aquel mensaje que le llegó.
Y hablando de mensajes él sacó una vez más su teléfono y observó que aún no había señal para siquiera enviar un mensaje de voz.
Tenía el mal presentimiento de que algo estaba pasando y la única responsable, a la que se venía en mente, era Shiori.
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Unas dos horas después de lo sucedido Shiori estaba descansando en la cama de Azul. Estaba arropada casi hasta el cuello y tenía sobre su frente un paño húmedo. Podría haber estado en este estado un poco más cuando una luz lila iluminaba parte de su cara seguido de un roce en su muñeca provocaron que ella levemente frunciera el ceño y empezará a abrir sus ojos de poco a poco.
Cuando abrió los ojos y enfocó bien su mirada vio a Jade mirando una luz mientras Grim le estaba hablando sobre lo que podía hacer el cristal y le mostraba su collar con su cristal, Azul estaba sentado al otro lado de la cama mirando la pared y Floyd estaba sentado en el taburete que tenía el pie de la cama.
El gemelo se había movido para poder vigilar a Shiori a la espera si despertaba, pero pareciera como si el sueño le estaba ganando; o parecía estarlo cuando vio que ella empezaba a mover su cabeza.
- ¡Koebi-chan! – Floyd levantó su cabeza.
Ante el llamado Jade, Azul y Grim primero la miraron, luego dejaron todo lo que estaban haciendo y se acercaron un poco a ella.
- ¿Te sientes bien Shiori? – Preguntó primero Azul mirándola con desvelo.
Shiori al inicio parpadeó y después soltó una sonrisa.
- Sabía que podían lograrlo. – Respondió ella. – Gracias, chicos.
- ¿Puedes intentar mover tu brazo? – Dijo Azul sentándose al borde de un lado de la cama.
Shiori acatando la petición, desvió su mirada hacia su brazo izquierdo, la levantó de a pocos seguido de los dedos y la muñeca por último el codo, milagrosamente no estaba el dolor característico cuando uno se rompe un ligamento.
- ¿Ya estoy curada? – Susurró Shiori sorprendida.
- Menos mal. – Suspiró aliviado Azul.
- Grim nos comentó sobre tu regalo. - Comentó Jade levantando el bi-terminado cristal lila que le pertenecía. – Gracias a eso pudimos acelerar tu recuperación.
- Así que fue tu idea ¿no? – Ella le habló al gato.
- Sí...– Reprochó Grim para luego empezar a golpear suavemente el muslo de Shiori. - Nos diste un feo susto ¿Porque siempre te tiene que pasar algo?
Su voz todavía sonaba triste, se había realmente asustado, pero no se lo podía culpar. Ver a una persona pasar por esto y sin poder hacer nada, era una sensación muy abrupta incluso para un pequeño animal.
- Si, perdón por eso. – Ella se disculpó acariciando la cabeza de Grim.
- ...Ebi... - Alguien murmuró bajito.
Shiori y Grim estaban a punto de buscar el origen de la voz cuando rápidamente Floyd se arrojó hacia ella para abrazarla con todas sus fuerzas. Grim fue veloz y pudo esquivar a tiempo ese placaje antes de haber terminado como un panqueque.
- ¡Koebi-Chan! – Chilló angustiosamente Floyd.
- ¿F-Floyd? – Shiori abrió sus ojos ante este repentino acto, pero que luego las tranquilizó un poco al sentir gotas cayendo sobre su cuello. – Ya, ya, tranquilo... ya pasó todo. – Ella palmeó suavemente su espalda con sus manos.
- Floyd, tranquilo. Ella aún está en recuperación. – Recalcó Azul.
- ¡P-Pero gritó mucho y es obvio que le dolió! ¡Pensé que casi la perdíamos cuando se durmió! - Explicó infantilmente Floyd negando su cabeza. - ¡No nos hagas esto otra vez Koebi!
La sacerdotisa empatizo mucho con ese sentimiento y solo se dispuso a calmar al gemelo que no parecía querer separarse pronto.
- Tranquilo Floyd, porque gracias a tu fuerza ahora estoy bien. – Ella susurró bajito.
- ¿Cómo te sientes ahora? – Preguntó Jade a un lado de su hermano.
- Un poco más lúcida, pero gracias a que usaste el cristal que te di ahora todo estará bien. Una gran parte del dolor ya se esfumó; dentro de poco terminaré de curar lo necesario y volveré a levantarme. – Shiori separó un poco a Floyd para inclinar levemente su cabeza en señal de agradecimiento. - Muchas gracias a todos por su ayuda.
El trío de Octavinelle sólo respondieron esa expresión con una sonrisa.
Todo podría haber continuado feliz y tranquilo, hasta que un pequeño y minúsculo detalle que no era tan relevante a estas alturas.
- Oh por dios me acabo de acordar. – La frente de Shiori se coloreó de una sombra morada. – La mesa y la silla del Mostro Lounge.
Como ven un pequeño detalle.
- En verdad lo siento, por los daños. Te prometo que lo voy a compensar con mi salario. – Shiori se apresuró a solucionar ese detalle.
- Oh, justo estaba pensando en lo mismo. Pero por ahora no te preocupes de eso, ya lo hablaremos luego. – Comentó Azul, estando complacido de la iniciativa de Shiori, aunque si lo pensaba y recordaba bien él quien más le debía era él.
- ¡¿Qué nos vas a cobrar?! ¡Ugh, estoy tan cansado! Justo cuando finalmente escapamos de ese infierno en Scarabia ...Siento como estoy perdiendo pelaje. –Grim empezó a soltar el drama – Esta escuela está realmente llena de estudiantes malvados.
- Espera ¿Qué? – Azul lo detuvo al escuchar un dato que no le calzaba. – ¿El infierno en Scarabia? ¿Hay problemas?
Shiori y Grim se miraron mutuamente y luego asintieron con la cabeza. Estaban seguros de lo que iban a decir.
- Esta será una historia larga, pero te daré todos los detalles... - Dijo Shiori explicando todo lo que pasó con ellos desde que llegaron al dormitorio de Kalim.
...
- Hmmm, ¿El prefecto de Scarabia actuando como un tirano...? – Azul levantó una ceja luego de haber escuchado la narración de la albina.
- ¡Sí! Kalim los saca a patadas a los residentes todos los días y los somete a duros entrenamientos. – Grim se quejó.
- Dinos lo que opinas, Azul. – Dijo Shiori mirando al líder de dormitorio de Octavinelle.
- Si te soy sincero. – El de ojos azules miró de vuelta a Shiori, para mostrar su negación ante ese detalle con respecto a Kalim. – No me puedo imaginar a Kalim-san haciendo tal cosa...
- ¿Eh? ¿La bebe nutria también tiene ese tipo de personalidad? – Floyd al escuchar la narración se sentó en la cama y cambió su expresión a una extrañado y estupefacto.
- Sin embargo, no parece del tipo en absoluto. – Dijo Jade también sorprendido.
- Pero el vice-líder del dormitorio, Jamil, ha estado muy al pendiente de todo. – Añadió Grim. – Es un tipo raro, pero me agrada así que realmente me siento mal por tener que soportar eso y para colmo ¡Y no podemos comunicarnos con el director al respecto! ¡Es ni es nuestro día!
Sin embargo, Azul se quedó pensando y analizando la situación con detenimiento. Jade fue capaz de notar esta reacción en Azul por lo que le preguntó:
- Estás en la misma clase que Jamil-san, ¿no es así, Azul?
- Sí, tomamos muchas de las mismas clases juntos, así que nos vemos mucho. De hecho, es un tipo de estudiante poco común
- ¿poco común? – Shiori alzó una ceja
- Como lo dijo Grim-san. ¿No lo vieron como que no hace muchas exigencias? ... ¿O mejor dicho mantiene la cabeza gacha en todo momento? – Respondió el de lentes.
Conozco bien ese molesto sentimiento de agachar la cabeza y rendirse fácilmente, quizás por eso estoy aquí.
Shiori extrañamente recordó aquellas palabras de aquella serpiente negra que vio en su sueño y si era honesta hasta eso solo le generó un sentimiento de Deja vú. Pero volviendo con Jamil, ahora con la última conversación que tuvieron antes de su huida, hubo un momento en el que el aura de Jamil mostró resentimiento y eso fue lo que más le llamó la atención, pero la cuestión era ¿Por qué justo cuando él se hablaba de sí mismo había una carga de animosidad?
- Ah ~ Estoy en el club de baloncesto con la serpiente marina, pero da la impresión de que juega bien. Nunca hace jugadas arriesgadas. – Añadió Floyd rascándose la nuca. - No me interesan los chicos de otros dormitorios, así que no me di cuenta, pero si hablamos del vice-líder de Scarabia~
- El jefe del dormitorio es un tirano y el vice-líder del dormitorio no tiene opciones... Hmmm- Resumió Azul, analizando la situación.
Sin embargo, no fue el único en analizar la situación. Shiori también estaba con su propia misión personal de estudiar con pinzas u con mucha cautela este tema delicado y viendo las reacciones que el trío de Octavinelle hizo realmente estaban confundidos y casi absortos por los datos.
La primera parte de su descarte ya quedó claro cuando habló con Jamil, estaba claro que no era el veneno y mucho menos el trastorno de bipolaridad. Para nada. Solo las mencionó porque de ese modo podría reforzar la oculta teoría que guardaba mucha relación con su anterior sueño de la película de Aladdin, y la única viable y coherente en este mundo mágico...
Por eso Kalim no se daba cuenta de lo que dijo anteriormente.
Por eso sus recientes personalidades estaban tan cambiantes últimamente.
Por eso la energía oscura que había en el dormitorio aquella noche.
Y por eso él no le hablaba cuando se encontraba "enojado".
Todo este tiempo se podría haber tratado del control mental y el sospechoso estaba dentro de Scarabia.
- No puede ser... - Jadeó Shiori ahora viendo como su verdadera teoría empezaba a tomar más fuerza, pero al mismo tiempo no le estaba gustando a que dirección estaba tomando.
Ella apretó la sábana bajo la cama.
Por un lado, de ella quería negarlo, pero por otro es consciente que debe de tener la cabeza fría para cualquier situación; aunque ahora no podía estar tan segura ya que si de algo aprendió de su vida esa fue la de reconocer unos pocos detalles de cuándo uno realiza algunas acciones con verdadera honestidad y otros cuando eran falsas.
...
"- Uwaaa, que cruel eres. – Dijo una voz femenina, mientras frotaba su cuerpo a alguien quien estaba sentado a su lado en el sofá."
"- Oye fuiste tú la que insistían tanto para que saliera con ella. - Respondió la voz aburrida de un chico.
"- Ese era parte del plan, ganarse su confianza para que baje la guardia. De ese modo podremos arruinar su reputación de estudiante modelo."
"- Ganarme su confianza no fue sencillo al inicio, pero es fácil de engañarla con solo unas palabras dulces y una actitud totalmente caballeresca."
"- Ahaha... No jodas enserio lo hiciste. – La chica lanzó una carcajada."
"- Pobre de aquel que se enamore de ella... - El chico levantó su cabeza al techo de su sala con la mirada castaña cubierta por su cabello rizado negro y emitió las palabras que Shiori aun recordaba de aquel día que estaba escondida en el pasillo de aquella casa. – Claro, si hubiera alguna persona que la amara."
...
- "... inmaduros." – Pensó Shiori esfumando ese recuerdo.
- ...Entonces no tenemos más remedio que prestarles nuestra ayuda. – Finalizó Azul mostrando una pequeña e "inofensiva" sonrisita.
Después de aquella declaración, Shiori y Grim abrieron sus ojos sorprendidos y las parpadearon un par de veces.
- ¿Cómo dices? ¿Qué dijiste? – Dijo Shiori.
- ¿Eh? ¿Nos estás ofreciendo ayuda? – Ahora Grim se sentó en el regazo de Shiori, cruzó sus patas y descansando su mentón entre sus pequeñas patas delanteras le dijo en un tono cauteloso. – O el sol sale por el oeste o algo te traes entre manos, Azurini.
- "¿Ahora está actuando como el padrino?" – Una gota de sudor cae de la cabeza de Shiori.
- Qué grosero. Aprendí correctamente mi lección de ese incidente y ahora me convertí en un hombre cambiado. – Dijo "ofendido" Azul. – Solo estoy tratando de contribuir al mejoramiento de esta escuela como lo haría la benevolente Bruja de Mar.
Shiori solo arqueó una ceja y encendió el Ajna de sus ojos. Azul supo al instante que frente a esa mirada escarlata era inútil mentirle por lo que añadió:
- Deseo ayudar a Scarabia en estos tiempos difíciles en los que se encuentran. – Y levantó su mirada llena de esperanza en sólo una cosa... "favores". – Esta es una oportunidad que simplemente no puedo ignorar.
Jade y Floyd soltaron una pequeña risita con obvio doble sentido por lo que dijo Azul.
- Todo un hombre de negocios. – Suspiró Shiori apagando su habilidad visual.
- Además también estoy cansado de comer pavo con las mismas caras año tras año. – Completó Azul estando seguro de la decisión que iba a tomar, aparte que en secreto buscaría quien fue el quien le causó la herida a la chica. – A partir de mañana, nosotros también nos entrometernos en el dormitorio de Scarabia.
- ¡¿Eh?! Acabamos de escapar, ¡¿Y me están diciendo que vuelva a esa prisión!? ¡No quiero! – Grim se cruzó de brazos. – Ya pasamos por mucho.
Entonces Floyd le da unos leves toques en su cabecita peluda.
- Ya, ya, Foquita, no seas así. Anda di que sí ¿Sí? – Regodeó infantilmente Floyd.
Grim intentó alejar la mano de Floyd, pero esta los alejaba rápidamente.
- Estoy seguro de que tendremos unas vacaciones muy divertidas si dejamos que Azul se encargue. – Dijo Jade reforzando los motivos de Azul.
- Además ir con las manos vacías sería descortés. – Añadió el de lentes. – Jade, Floyd asegúrense de llevar algo con nosotros.
- Muy bien. – Asintieron los gemelos dirigiéndose a la puerta. – Buenas noches Señorita/Koebi-chan.
Y finalmente desaparecieron dejando solos a Shiori, Grim y Azul.
- En la mañana hablaremos los detalles del plan así que procura dormir bien. – Recomendó Azul. – Puedes usar mi cama esta noche.
- Gracias. – Shiori sintió con su cabeza mientras la sensación de ansiedad volvía. – Pero ¿Qué hay de ti?
- Dormiré en la habitación de al lado de ese modo podrás estar más recuperada. – Dijo Azul. – Aunque me pregunto si necesitas algo más.
- N-no, no te tienes que preocupar Azul. El estar aquí ya es más que suficiente, si estás cansado puedes ir a descansar. No quiero ser una carga. – Refutó ella.
Azul no estaba de acuerdo con ese último comentario y se lo dió a entender:
- Te equivocas, no eres una carga. después de todo yo... - Pero él al final suspiró.
- ¿Eh? – Shiori miró confundida a Azul cuando vio como él había cortado sus palabras abruptamente.
Azul había guardado silencio quería decir algo, pero prefirió no comentarlo por lo que al final decidió cambiar un poco sus palabras.
- Yo quiero que te sientas cómoda. Así que, si necesitas algo, no dudes en pedírmelo.
- ...De acuerdo. – Ella asintió.
Hubo un breve mutismo en la habitación, Shiori tenía entendido de que Azul no se movería hasta que ella empezara a dormir por lo que nuevamente se acomodó en la cama y se hundió entre las sábanas a la espera de la primera señal de somnolencia.
- Buenas noches Azul... - Susurró Shiori empezando a cerrar los ojos con Grim echándose en forma de bolita a su lado. - ... y nuevamente Gracias. – Sonrió.
Azul respondiendo con una suave sonrisa se levantó de la cama tranquilamente y también se despidió.
- Buenas noches Shiori... - Se despidió ahora saliendo del cuarto. - Descansa.
Por un momento él se vio tentado a preguntarle a la sacerdotisa por las palabras que dijo antes de desmayarse, pero por esta ocasión tendría que dejarla de lado ya que su medusa merecía un descanso. Ya tendrán otro día para hablar, aunque todo era cuestión de lo que pasara mañana.
- Pasar las vacaciones tomando el sol del desierto no suena tan mal. – Comentó Azul llevando su mano al cuello mientras que la otra la metía en el bolso de su pantalón. – Estoy deseando que llegue... fufufu.
El motivo de aquella acción era que bajo la camisa Azul podía sentir la dureza del cristal bajo su camisa mientras que su mano acariciaba con suavidad su Omamori y su llavero con forma de concha marina.
Por favor, no me abandones... no desaparezcas otra vez
Azul nuevamente recordó aquellas palabras de la chica y un suave tiñó rosado marcó sus mejillas.
Quédate conmigo... papá...
Él puede que no tenga un lazo afectivo con su padre biológico y solo había una muestra de respeto con su padrastro, pero por lo poco que Shiori le contó sabía que el padre de ella era una figura muy importante en su vida y se notaba el gran amor que le tiene. Aún no sabe muchos detalles sobre él.
Al inicio pensó que ella estaba viendo a Akko, pero en lugar de eso vio a su padre reflejado en él. Se sentía un poco raro ya que tenía la esperanza que lo viera solo a él, pero no le molestaba para nada esta confusión si no que le generaba un extraño cosquilleo como si hubiera sido un... ¿extraño halago?
- "¿Es normal sentirse de esa manera?" – Pensó Azul caminando a una de las habitaciones disponibles.
Cuando finalmente estuvo en la solitaria habitación entonces de su otro bolsillo superior sacó lo que parecía ser una pequeña concha marina en forma de abanico blanco cuyo interior poseía una crema cosmética rojo y se quedó mirándolo por un tiempo.
Era una suerte que pudo conseguir este artefacto a tiempo antes de que Sam se fuera de vacaciones. Tenía que admitir que fue una compra inesperada pero sintió que era necesaria.
Aunque su único dilema era que no sabría como dársela de la manera correcta.
- Ya tendré otra oportunidad de dártelo. - Suspiró Azul rozando con su pulgar contra la dura superficie blanca de aquel delicado objeto. - Shiori...
Continuará...
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Próximo capítulo: "Una visita no deseada"
