La casa de té de la sra Foxx era siempre un lugar ameno y relajante para sus comensales, aunque ese día Sara no se sentía parte de esa atmósfera. El agradable ambiente que lo caracterizaba parecía haberse esfumado ante la vista de la mujer. El sentirse cada vez más distante de su esposo la deprimía sobremanera. Los ánimos y deseos que la habían impulsado en un inicio a luchar por su amor ahora estaban en sus niveles más bajos, y no tenía idea que hacer al respecto. Sentía que estaba a punto de perder a Levi y viendo su indiferencia hacia ella la hería aún más. En ese momento pensó que el difícil corazón del ex capitán nunca haría un espacio para ella, si no quizás para alguien más.
La señora Ackerman había tenido un día muy pesado, no solo por la cantidad de trabajo, además le sumaba el hecho de que actuaba con torpeza, se desconcentraba con facilidad. Hasta ese momento varios platos y tazas habían sufrido las consecuencias de su estado de ánimo. Durante las últimas horas la chica se había extrañado ante la presencia de un hombre en el lugar, parecía tomarse su tiempo allí como esperando algo o a alguien. Sin embargo las mujeres allí decidieron no darle importancia y se ocuparon en algo más.
-Sra Foxx. Ya terminé por hoy. Iré a botar esta basura y me retiraré.- Sara avisó mientras tomaba tres bolsas y abría la puerta trasera del negocio.
-Está bien hija. Descansa. Hoy parecías no sentirte muy bien. Yo atenderé a los últimos clientes que faltan por retirarse.
-Gracias.
Tan pronto Sara terminó su charla con la sra Foxx sobre su partida, el silencioso hombre que llevaba un par de horas ahí finalmente se puso de pie. Saliendo por la puerta principal rodeó el local hasta encontrarse con Sara depositando las bolsas en el contenedor que daba hacia la calle trasera. La mujer al notarlo simplemente se sorprendió por lo sigiloso que había sido. El tipo no le había dado buena espina desde el principio.
-S-señor... ¿Se le ofrece algo?. - Preguntó un poco nerviosa.
-Si señorita, verá necesito un favor suyo.
-¿Qué es?.
-Que venga conmigo. Alguien la espera. - Dijo fríamente el hombre con la mirada levemente oculta tras un sombrero. Un instante después, y sin dejar que Sara reaccionara, el extraño se abalanzó sobre ella y usando un pañuelo empapado en algún líquido desconocido para ella, lentamente fue quedando inconsciente.
Tras unos segundos el hombre hizo una seña mientras otros dos hombres que previamente se estacionaron en la calle posterior de la casa de té, se acercaban al extraño. Al llegar ayudaron rápidamente al hombre quien tenía a Sara en sus brazos; la subieron al transporte, la amordazaron y cubrieron su rostro con una especie de saco de tela oscura. Tras esto arrancaron y tomaron rumbo al hogar del hombre que los contrató para tal encargo.
Luego del atardecer, ya casi cerca de la hora de la cena Levi llegaba a su hogar. Al ver que su esposa no estaba no entendía que había ocurrido. Caminó hasta la cocina para encontrar a Evelin.
-Evelin, ¿Dónde está Sara?
-Señor, ella aún no ha llegado. He estado esperándola para servir la cena, se me hace extraño.
-¿Qué?. - (Esto si que es raro). Pensó Levi para luego subir rápido las escaleras.
Llegó a la habitación de Sara y llamó a su puerta. Ante la falta de respuesta entró y como sospechaba no había nadie, solamente la pequeña bolsa con el mensaje y el regalo que había llegado temprano.
-No entiendo. ¿Será que de verdad no ha venido? O vino sin que Evelin se diera cuenta, revisó el mensaje y se fue.
Pero eso no explica porque nunca llegó a la plaza. ¿Será que entendí mal?. - Se preguntaba el ex capitán.
-No... Creo que esos dos lo planearon así. Sabían que yo lo vería y para despistarme armaron ese encuentro mientras ellos se veían en otro lugar. Quizás hasta se fugaron juntos. - Concluyó Levi impulsado por la rabia que sentía y la capacidad de análisis de su mente, la cual maquinaba de una manera fría, racional y calculadora.
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Las horas habían pasado y Sara seguía sin aparecer. Para preocupación de Evelin tuvo que retirarse aun sin respuesta del paradero de su amiga. Ella sentía que había pasado algo malo, y no era solamente entre los recién casados, si no también con la chica.
Al día siguiente y sin poder pegar un ojo en toda la noche, más que por media hora quizás, Levi preparaba un café, antes de que Evelin llegara. Con todas las horas que había pasado sin Sara volver, la conclusión a la que había llegado la noche anterior se hacía más factible, mientras el enojo, la decepción y un poco de tristeza hacían mella en su interior, aún sin poder entender del todo el porqué. No es que se haya casado precisamente por amor, pero había desarrollado una especie de aprecio por Sara, la respetaba y admiraba su tenacidad y amabilidad. Aunque para cualquier otro hubiera parecido ser algo más.
- Definitivamente Sara se fue con ese hombre. Aunque hay algunas cosas que no entiendo... ¿Qué haré ahora con esta farsa de matrimonio?. -Se cuestionaba el pelinegro.
...
La noche anterior, un ansioso Gerard Dok esperaba la llegada de su nuevo capricho a la que por los momentos sería su morada. El hombre no sólo tenía su casa principal la cual compartía con su esposa e hijos, más alejada de allí, si no también poseía otras propiedades de las cuales no todos conocían. Su esposa llegó a saber de la existencia de una modesta pero lujosa cabaña a las afueras de Mitras, descubierta aquella vez que siguió a su esposo quien iba junto a Margaret a encontrarse en ese lugar. Estaba tan confundida, aunque no era la primera vez que su esposo tenía un desliz. Mientras trataba de asimilar veía como la pareja de amantes entraba a esa casa con mucha familiaridad, por lo que cuando los confrontó unos minutos más tarde comprendió que esa propiedad debía ser de él.
Eran casi las 8 de la noche cuando finalmente 4 personas bajaron del vehículo, aunque una de ellas venía inconsciente. Entraron prontamente al lugar y llevaron a Sara hasta la habitación principal, a pedido de Gerard, la esposaron a la cama y descubrieron su cara. Esa situación no era la ideal para el hombre, pero ante la insistencia de Margaret y su creciente deseo por la mujer tuvo que acelerar sus planes. Después de esto Sara sin duda nunca se enamoraría de él, pero de alguna manera sacaría algún provecho de ella.
-Buen trabajo. Sabía que tampoco me decepcionarían esta vez. - Habló dirigiéndose al trio de hombres.
-Gracias señor, siempre a sus órdenes.
-Nadie los vio trayendola ¿Verdad?.
-No señor, nos aseguramos que estuviera sola. No creo que tenga interrupciones esta vez. Así que no sé preocupe.
-Bien, aquí tienen su pago. Pueden retirarse. Si los necesito les mandaré a llamar.
-Claro. Estamos para servirle. Hasta luego... Muchachos, andando.
El comerciante cerró cuidadosamente todas las puertas del lugar para ir a prepararse adecuadamente. Una vez que su invitada volviera en sí le daría una apropiada bienvenida.
...
Evelin preparaba el almuerzo preocupada por lo desconcertante de la situación. Su amiga aún no aparecía y su jefe parecía no interesarle nada al respecto, y eso la molestaba. Si estaba cocinando era para evitar que la rabia que sentía hacia Levi no le hiciera cometer una locura, desviando su frustración a la tabla de picar.
Llegado el mediodía alguien llamaba a la puerta. Un rayo de esperanza iluminó a la mujer por un momento pensando que sería Sara, aunque no tardo en darse cuenta que estaba equivocada.
-Yo abriré, Evelin. - Informó Levi desde la sala deseando que fuese su esposa para descargar todo el enojo que sentía en ese momento con ella.
-Sr. Levi. ¿Cómo está?. - Saludó la sra Foxx. - Buenos días Levi.- Dijo el Sr. Anthony sacando su sombrero.
-Sr y Sra Foxx... Pasen adelante. ¿Cómo están?. ¿Qué los trae por aquí?
- Gracias... Bueno no tan bien. Vinimos a ver a Sara.
-Hnmn. Ella no se encuentra.
-¿Qué?. ¿Tampoco está aquí? . ¿Desde cuándo? Esto no pinta nada bien.- Dijo preocupada la sra Foxx. - Algo le ocurrió a Sara.
Levi la miraba un poco extrañado. - ¿A qué se refiere.? Lo más probable es que ahora se encuentre muy bien. - Les dijo con un tono irónico. - No ha venido desde ayer.
-¿Pero que dice?. Algo raro está pasando. Desde ayer no la vemos. Esa forma en que se marchó fue muy extraña. Además ni se ha aparecido hoy por el local... Quizás debí prestarle más atención ayer. ¿Y si algún cliente le hizo algo?. - La mujer miraba angustiada a su esposo. - Ahora que lo pienso, ayer al final de la tarde un hombre extraño estuvo en el local por unas 2 horas. Hasta que cerramos, mejor dicho hasta que Sara salió a sacar la basura.
-Umm. Creo que sé de quien hablas. Nunca lo había visto por allí. - Respondió pensativo el Sr. Anthony.
- ¿Esperen de que hablan?. -De repente la conversación de la pareja llamó la atención de Levi.
-Ayer un rato antes de cerrar Sara me avisó que sacaría la basura y luego se retiraría. Pero me extrañó que unos minutos después ni siquiera volvió a despedirse, cosa que siempre hace. Además dejó su bolso, y ni siquiera se cambió antes de irse.
Ante estas palabras Levi empezó a cuestionarse si se había equivocado con Sara. Además recordó la conversación que tuvo con Thomas sobre Gerard Dok, y si era el mismo que firmaba en ese mensaje con esas iniciales, entonces lo más probable es que Sara no lo estuviese pasando muy bien.
-Sra Foxx. Hableme del hombre que vio en la tienda. ¿Cómo era?
-Bueno, creo que era rubio, no muy alto. Como de mi tamaño. Tenía un sombrero y se podía ver una pequeña coleta baja. Estaba vestido con un traje gris. Solo ordenó y leyó su periódico. Al final salió por la entrada principal, según una de las chicas, y no supimos más.
Ante la descripción que le daban podía saber que no era Gerard Dok pero, él más que nadie sabía que había gente sin escrúpulos capaz de secuestrar a alguien por unas monedas. Y por lo que le contó Thomas, ese hombre podría ser capaz de eso.
-Un momento, Levi... ¿Acaso usted no se ha preguntado dónde ha estado Sara todo este tiempo? ¿No pensó que era raro que 'su esposa' no llegara a casa anoche.? - Inquirió la sra Foxx con preocupación.
-Ehh bueno... -Levi aclaró su garganta. - Si me extrañó un poco. Han pasado algunas cosas que me hicieron pensar que quizás ella me había dejado por alguien más.
-¡¿QUÉ?!.- Exclamó consternada la mujer, mientras Anthony lo miraba asombrado.
-Si, verá... - Levi le contó a los señores sobre los mensajes y regalos sin remitente enviados a la casa desde hace semanas. También les mencionó que el día anterior había llegado uno pero esta vez con las iniciales de alguien, y sus sospechas sobre su identidad.
-Levi, déjenos ver esas cartas. Incluyendo la de ayer. - Pidieron molestos. Aunque Levi no podía discernir si su enojo era por la situación o por él.
-Bien...- Levi subió a la habitación de Sara y volvió unos minutos después. Colocó en una pequeña mesa la bolsa con todo lo que habían recibido esos días, incluyendo la del día anterior.
Unos minutos después los sres Foxx habían revisado las cartas y regalos. Pudieron notar la falta de remitente en todas hasta que vieron la última. Era algo muy raro para ellos.
-Entonces, usted cree saber quien es el remitente. - Afirmó Anthony
-Si. G. D. Son las mismas iniciales de Gerard Dok. Un hombre que vimos en la cena a la que fuimos hace poco. Ella incluso habló y bailó con él. Por eso cuando llegó este mensaje pensé que se conocían de antes, y que mantenían una relación secreta. Al ver que no llegó ayer imaginé que se había encontrado con él. Fui hasta ese lugar pero nunca llegaron. Supuse que me habían tendido esa trampa y se vieron en otro lugar. Ya en la noche concluí que quizás habían huído juntos.
El Sr y la sra. Foxx lo miraban atónitos. No podían creer lo que escuchaban. Sin saber que decir la mujer se levantó, se paró frente a Levi quien estaba sentado en un sillón y sin pensarlo le dio una gran bofetada.
Los 2 hombres sentados allí quedaron impactados. Pero más Levi.
-¿Cómo se le ocurre pensar algo así de Sara?. Como se nota que no la conoce en absoluto. - Gritaba dolida la sra Foxx. - Sara jamás ha conocido a ningún Gerard, yo sé todo sobre ella. Ni siquiera en el trabajo ha conocido a nadie así. Ella siempre me ha contado todo, si le gusta alguien o si algún hombre la buscaba. ¡¿Cómo es posible que su propio esposo, con el que apenas tienen semanas de casados ya dude de esa manera de su mujer?!...
Sara jamás le haría algo así. Ella de verdad lo quiere, de lo contrario jamás habría aceptado casarse con usted, y mucho menos bajo 'sus' condiciones. - Declaró haciendo especial énfasis en eso.
Levi estaba sin palabras ante la audacia de la mujer. No sólo le reprendió, le dijo cosas que lo hirieron, también le dio a entender que sabía del trato que habían hecho Sara y él.
-La verdad usted me decepciona Levi. -Prosiguió Wanda Foxx. -¿Por qué en vez de estar concluyendo cualquier estupidez sin saber nada no fue a preguntar, a investigar?.
Solamente dio por sentado que se fue con otro hombre y dejando todas sus cosas personales. Y ahora, no sabemos qué pasó con ella, que le hizo ese hombre, ni donde estará. Pudimos haber aclarado esto desde ayer y aprovechar el tiempo perdido. - La mujer ahora lloraba amargamente, luego de la descarga furiosa hacia Levi.
-Mi esposa tiene razón Levi, ¿Acaso su matrimonio ya estaba tan mal que ni siquiera tenía un poco de confianza en ella?. Déjeme decirle que si algo le pasa a Sara usted también tendrá responsabilidad por lo que le pase... Ha sido descuidado y no supo como manejar esta situación. Pero si algo tengo por seguro es del amor que Sara siente por usted. Jamás dudaría de su integridad y su fidelidad hacia usted.
El Ackerman quedó pensativo sin decir palabra, por más que quisiera no sabía como responder. Se sentía miserable en ese momento, el peor hombre de todos. Si Sara en verdad estaba en peligro no sólo le falló a ella, si no también a los seres Foxx. La culpa era lo único que identificaba dentro de sí, en ese instante.
-Yo... No sé que decir... Perdónenme por favor. Ahora se que actué sin pensar bien. Solo... esta situación me sobrepasó. Tenía días enojado, no sabía que pasaba. La intriga me confundió. Debí haber aclarado esta situación con ella desde el principio. - Dijo afligído llevando sus manos a la cabeza.
-Bien. Ya que al parecer lo ha entendido debemos enfocarnos en encontrarla, Buscar ayuda... No podemos esperar más.
Levi suspiró.- Si tiene razón. Hablaré con algunas personas. Al menos tenemos una idea de quien puede ser... Por ahora ustedes pregunten y averigüen todo lo que puedan en la tienda de té y sus alrededores. Pregunten si vieron algo sospechoso. Si nos dividimos será más rápido. Los veré en su tienda a las 8 pm o antes, de saber algo.
-Está bien. ¿Y si solicitamos ayuda a la policía?
-No creo que sea conveniente por ahora. El tipo del que les hablé tiene fuertes conexiones con varias ramas de la armada. Podría poner la situación a su favor usando sus artimañas. Por ahora seremos nosotros 3.
-Bien. Entonces vamos, Anthony. No hay tiempo que perder.- Dijo la Sra Foxx dandose la vuelta para salir de esa casa, mientras Anthony la seguía.
El hombre se volteó y miró a Levi por unos segundos antes de seguir su camino.
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Eran poco mas de las 2 de la tarde luego de que los Foxx se retiraran de allí y Levi se terminaba de alistar para salir a hacer su parte. Los nervios casi no le dejaban pensar claramente y se sentía muy ansioso por la seguridad de Sara.
-Evelin, saldré a hacer unas diligencias. Trataremos de averiguar algo sobre Sara. Iré donde los Cliff.
-Si, señor. Buena suerte.
Levi salió apresurado de su hogar, aun no estaba seguro de a dónde más podria ir. Lo único que se le ocurría es que quien podría darle más información era su vecino. Cruzó el gran jardín y llamó a la puerta.
-Buenas tardes Sr. Ackerman. -Saludó cordialmente el mayordomo.
-Buenas tardes, ¿Se encuentra el sr. Thomas?.
-Si. Pase adelante... Lo anunciaré. Espere en el recibidor por favor.
Levi esperó impaciente hasta que alguien indeseado lo notó, y se acercó a él.
-Sr. Levi, que gusto tenerlo por aquí... ¿Por qué no toma asiento y hablamos un rato?. - Preguntó Margaret luciendo ignorante a lo que pasaba en la casa Ackerman.
-Lo siento, pero no tengo tiempo. Solo vine a ver a su hermano. - Respondió cortante el hombre.
-Levi, ¿Cómo está?. Que grato verlo. ¿A qué debo su visita?. -Saludó sonriente el señor Cliff haciendo su entrada.
-Thomas debo hablar algo muy importante con usted... En privado.
-Por supuesto, sígame. -Ambos hombres caminaron al despacho y tras cerrar las puertas Levi le contó todo lo que pasaba con su esposa.
-Levi. No puedo creer lo que me cuenta. Aunque no es un secreto que Gerard tiene un fuerte interés por las mujeres y la manera en que ha actuado siempre. Ni siquiera el hecho de estar casado y con hijos le quita lo mujeriego. Es un hombre sin escrúpulos. Por lo que me ha contado es muy probable que él se la haya llevado.
-Yo esperaba que usted me diera más información. Necesito saber donde vive. Si es posible ahora mismo.
-Bueno. El tiene su propiedad familiar en el mejor vecindario de la ciudad. Aunque yo no creo que Sara se encuentre allí.
-No importa. Igual quiero ir. ¿Me ayudará?.
-Si, claro. Iré con usted.
-Gracias Thomas. -Los dos hombres salieron de allí con rumbo a casa de la familia Dok. El vecindario donde estaba quedaba un poco lejos por lo que el camino se hizo eterno. Casi una hora despues llegaron al lugar y Thomas se detuvo a unos metros de la casa.
-Thomas espereme aquí. No quiero que se involucre usted o su familia nuevamente con ese tipo. Estaré bien solo. - El señor Cliff lo pensó un momento y asintió.
-Confío en usted Levi, gracias por considerar a mi familia. Tenga cuidado. -Levi asintió y bajó del vehículo. Acercándose al hogar vio como una mujer castaña se encontraba en el enorme jardín con 2 niños y cerca de ellos 2 sirvientes. Debe ser su esposa. Pensó.
-Buenas tardes, señora. ¿Esta es la casa del señor Gerard Dok?. - Habló tratando de ser lo más educado posible.
-¿Quién pregunta.?
-Disculpe, mi nombre es Levi Ackerman y necesito hablar con Gerard Dok.
-Mucho gusto. He escuchado algo sobre usted, Capitán Ackerman. Mi nombre es Rose, soy la esposa de Gerard. -Sonrió la amable mujer. - Lamento decirle que mi esposo no se encuentra ahora. Generalmente se ausenta por unos días, es un hombre muy ocupado.
-Si, me imagino. -Levi ya se temía esa respuesta. - ¿Y cuánto tiempo lleva fuera?, quizás pueda volver luego, esperando que haya regresado para ese entonces.
-El salió desde ayer en la mañana, pero no sabría decirle cuando volverá.
-Que mal. -Con cada respuesta de la mujer, solo se confirmaba la identidad del hombre que podría tener a su esposa. Levi no sabía si comentarle sus sospechas sobre Gerard, tampoco quería hacer sentir mal a la mujer con sus conjeturas, pero algo le decía que se arriesgara. -Señora discúlpeme, pero hay algo que debo preguntarle, en privado. -Mencionó fnalmente con una mirada seria viendo hacia los niños.
La mujer asintió. -Niños vayan a asearse para que tomen su merienda. Esperenme en el comedor.- Los chicos obedecieron y entraron con uno de los sirvientes.
-Señora, no es facil para mí hablarle de esto, pero necesito su ayuda. Al igual que usted yo también amo a mi pareja, y me preocupo por ella. Lamentablemente ella está desaparecida desde ayer y solo quiero encontrarla. Ayer le llegó esto a nuestra casa, lealo por favor. -Levi le mostró la carta con el mensaje.
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Querida Sara, deseo poder ver tu hermoso rostro nuevamente. Si gustas encuentrame esta tarde a las 6 y 30 en la plaza central de Mitras. Te esperaré en la fuente. Espero te guste mi obsequio.
Siempre tuyo G. D.
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-Por las iniciales escritas allí, sospecho que el remitente es su esposo Gerard Dok, además fui a ese sitio y ninguno de ellos llegó, e incluso en el lugar donde trabaja mi esposa dijeron que se fue de repente, dejó sus cosas y además había un hombre allí del cual sospechamos tuvo que ver, quizas pagado por su esposo.
-¿Qué?. Eso no puede ser.
-Me parece extraño que justamente despues de la cena en el palacio de la Reina, en el cual lo vimos por primera vez llegue este mensaje. No sé como consiguió nuestra dirección.
-Yo, no lo puedo creer. Escuche no le voy a mentir. En algunas ocasiones he descubierto varias de sus infidelidades. Me ha visto la cara de idiota muchas veces, pero jamás pensé que sería capaz de llevarse a alguien en contra de su voluntad.
-Segun mis suegros el tipo que vieron en el local salió justamente cuando Sara también lo hizo. Todo indica que pasó un par de horas esperando el momento en que ella estuviera sola. Era un hombre de baja estatura, rubio, usaba un sombrero y tenía una coleta en su cabello. ¿Ha visto usted a alguien así junto a su esposo?
La mujer asimilaba la información contada por el ex capitán. De pronto una imagen vino a su mente.
-Oh, Dios... - Dijo mientras tomaba asiento. - Creo que conozco a alguien con esas características. Lo he visto algunas veces reunido con Gerard, son visitas rápidas. Y... la última vez que vino fue ayer antes de que mi esposo se fuera. Incluso creo que se fueron juntos. - La mujer meditó por un momento. - Creo que se llamaba... Fra.., Frank. Si, Frank. Nunca escuché su apellido.
-Esa es una buena infomación. ¿Y usted no conoce algún lugar donde se pudiera encontrar su esposo?. ¿Alguna propiedad no muy lejos de aquí?. Pienso que estará en un lugar poco conocido.
-Si. El tiene varias. La mayoría fuera de Mitras, pero dentro de la ciudad solo tiene esta... y una cabaña en las afueras.
-¿Usted cree que esté allí?. - Preguntó Levi con un poco más de esperanza. - ¿Sabe exactamente donde está?
La mujer suspiró en respuesta. -Lamentablemente si, casi nadie sabe sobre ella, yo descubrí su ubicación hace un tiempo. Seguí a Gerard junto a una de sus amantes, una tal Margaret. Y supongo que estará acostumbrado a llevar a sus conquistas ahí, es un buen escondite.
-¿Tiene donde anotar?
- Si. - Levi sacó un pequeño papel y su pluma.
-Permitame. Trataré de escribir con detalles la dirección. - Levi solo asintió un poco más aliviado. Estaba un paso más cerca de hallar a Sara. - Tome. Espero que pueda solucionar todo y que su esposa se encuentre bien.
-Muchas gracias, señora Rose. Aprecio mucho su invaluable ayuda. Lamento haberle contado todo esto. Sé que no debe ser fácil.
-No se preocupe. Me alegra que al menos usted le arruine la diversión a ese bastardo. Sea cuidadoso.
-Una vez más le agradezco. Si algún día necesita mi ayuda busqueme. Aquí está mi información. -Dijo entregándole una tarjeta con su dirección. - Me retiro, señora. Adios.
-Muchas gracias. Buenas tardes, Capitán. Y buena suerte.
Levi salió a paso apurado de la casa y abordó el vehículo donde esperaba Thomas ansioso.
-Supongo que si tardaste tanto pudiste obtener algo de información.
-Si, hablé con su esposa. Debemos ir a este lugar. - le dijo entregándole el papel. - Pero antes vamos al centro quiero conseguir algun arma. ¿Conoce algún sitio?.
-Si creo que hay uno. Vamos.
El duo arrancó a toda velocidad mientras recorrían la calle principal de la ciudad. Levi pudo contarle a Thomas con detalle la información brindada por Rose, e incluso sobre como ella descubrió a su hermana Margaret en ese lugar, para su disgusto. Unos minutos despues llegaron al local del que habló Thomas pero lamentablemente estaba cerrado, arrancaron una vez más con el plan de dirigirse a esa cabaña, aunque estaban desarmados improvisarían al llegar el momento. Pasando cerca del palacio real, Levi pudo mirar unas caras conocidas. Al verlo a él, uno de ellos gritó su nombre, y ante eso Thomas detuvo el vehículo orillandose.
-Capitán Levi, que bueno verlo. ¿Cómo está?.
-Connie, ¿Qué hacen por aquí.?. - Levi preguntó mientras saludaba a Mikasa y a Jean con la mano.
-Ah, vinimos a reunirnos con Historia, teníamos tiempo sin visitarla a ella y a la pequeña Ymir y nos invitó.
-Thomas, ellos son unos amigos. Connie Springer, Jean Kirschtein y Mikasa Ackerman. Eran mis subordinados hace unos años.
-Mucho gusto, Thomas Cliff.
-Mucho gusto señor.
-Señor Levi. ¿Cómo está usted? ¿Y Sara?. -Preguntó Mikasa con una dulce sonrisa. El trío pudo notar la tensión creciente ante el silencio y la expresión de su ex capitán.
-Chicos, Sara... Sara está desaparecida desde ayer... Ahora me encuentro investigando. Hemos recolectado algo de información y justamente vamos al lugar donde posiblemente la tengan.
-¡¿Qué?!. No puede ser. ¿Hay algo que podamos hacer?.
-De hecho si. Necesito que alguien vaya al lugar de trabajo de Sara. Los sres. Foxx están esperando que vaya a darles alguna información, pero perdería mucho tiempo yendo hasta allá. ¿Puede hacer eso alguno de ustedes?.
-Si, claro.- Respondió Connie. -Yo iré. -Levi le dijo el recado para Anthony y Wanda y le pidió además que se fueran los tres hasta la casa Ackerman y esperaran por su regreso ahí.
-Señor si nos permite, Jean y yo iremos con usted. - Propuso Mikasa.
-Bien, suban... Les daré todos los detalles en el camino. - La pareja asintió y abordaron el transporte. Ya eran casi las 5 de la tarde y Levi solo deseaba que Gerard y Sara estuvieran en esa cabaña, lo que más temía es que el hombre decidiera cambiarse a otro lugar fuera de Mitras y perdieran el rastro y las pocas pistas que había conseguido.
