Una sacerdotisa en Twisted Wonderland
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"Te quiero por las noches en las que faltas, te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás.".
- Mario Benedetti
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[Memorias de un médico terco]
"La primera vez que conocí a Kaori, ella estaba mirando profundamente el estanque de Buda en el templo Nakamura. Yo había terminado las atenciones de ese día y salí a caminar para despejar la mente. En ese lugar fue donde todo empezó, cuando ambos cruzamos nuestras primeras miradas y las primeras palabras."
- Tu debes ser el nuevo médico del templo... Yuuki Hitoshi. - Habló serenamente Kaori.
Hitoshi nunca supo en qué momento Kaori ya estaba frente a él, pero rápidamente retiró sus audífonos y le respondió amablemente.
- Sí, es un placer conocerla Señorita Nakamura. - Él le devolvió el saludo con una gentil sonrisa. - La verdad fue toda una sorpresa inesperada cuando recibí la llamada de su personal. No sabe lo mucho que agradezco el que me ofrecieran trabajo aquí. Si mi padre estuviera vivo de seguro no me creería si se lo hubiera dicho. De todos modos le prometo que haré todo lo necesario para ofrecer un buen trabaj...
Pero la charla de Hitoshi se quedó a medio terminar ya que más pronto que tarde observó como Kaori tenía clavada sus inexpresivos ojos sobre él.
- Uhhmm... ¿Todo... está bien? - Preguntó Hitoshi un poco nervioso.
Aquellos intensos ojos escarlatas miraron profundamente el alma de Hitoshi con una frialdad digna de una marcada sacerdotisa. Aunque dicha mirada no duró mucho, a los pocos segundos ella cerró sus párpados, caminó calmadamente a un lado de Hitoshi y se dispuso a alejarse de él, no sin antes darle una advertencia.
- No deberías estar aquí. - Dijo Kaori deteniéndose a mitad de camino.
- ¿Disculpe? - Dijo confundido el albino ante esa fría respuesta.
- En este lugar nos enfrentamos a cosas que ni el razonamiento humano y la lógica lograrían explicar. - Kaori abrió sus ojos y miró el templo a la lejanía. - Los que residimos aquí ya estamos acostumbrados a vivir este estilo de vida, pero aquellos con ojos tan inocentes y ciegos como los tuyos jamás lograrían soportar la verdad que hay más allá de lo que ven una vez que formas parte de este mundo y de este santuario...
Luego Kaori giró su cara a un lado para mirar a Hitoshi de reojo.
- Por eso lo mejor es que te vayas de aquí. Regresa al pueblo, vuelve a ser un ordinario doctor y continúe con su vida normal... - Ella nuevamente comenzó a caminar aunque agregando unas últimas palabras. - ... Antes de que se arrepienta de su elección al igual que los otros médicos que pisaron un pie en este terreno.
"Cuando hablamos ella fue muy fría y amenazante conmigo, pensé que había dicho o hecho algo que la hizo enojar y que por esa razón me miraba de ese modo. Aunque en aquel entonces no pude notar la fina capa de tristeza que ocultaban esos ojos fríos."
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- Debo apresurarme. - Corría Hitoshi por el camino de higanbanas que el bosque tenía para encontrar el templo Nakamura mientras miraba de vez en cuando el cielo que ya empezaba a lanzar sus primeras gotas de lluvia. - Por cómo está el cielo la lluvia será fuerte y no quiero tener que resfriarme en mi primera semana de trabajo. Moh, esto me pasa por no traer un paraguas conmigo.
En eso...
- ¿Dónde estás?... No huyas... ven... ven...
"Ese día descubrí el porqué muchos médicos terminaron renunciando a esta labor. Una vez que formas parte del templo Nakamura tu vida cambiará para siempre la manera en como solías ver el mundo."
"Me topé por primera vez con un demonio merodeando cerca, al inicio pensé que era alguna ilusión por el cansancio pero al ver como con sus garras derribaron fácilmente un árbol entonces me alarmé. Todavía puedo recordar cómo sus ojos incrustados en sus manos se movían de un lado a otro y pareciera que estaba usando su olfato para guiarse debido a la lluvia."
"Obviamente me quedé frío al comienzo, pero tenía el presentimiento de que si me quedaba estático también sería peor en el caso que esa cosa me notara por lo que hice lo más lógico que se me ocurrió en el instante... Tomé la piedra más cercana a mi y usando toda mi fuerza en el brazo la arrojé lo más lejos posible. Felizmente aquella piedra golpeó contra un árbol lejano provocando que el demonio saliera corriendo hacia donde se produjo el ruido para darme la oportunidad de continuar mi camino."
"No tengo ni idea si aquel día fue suerte o capricho de la vida pero seguía vivo, empapado por la lluvia, pero aún con vida. Sin embargo, muy pronto sabría que se necesitaba más que eso si quería seguir saliendo ileso los siguientes días. Supongo que de algo me sirvieron todos esos escalofriantes turnos nocturnos en el hospital y ni qué decir de las cosas que presencié en la milicia."
- ¿Qué diablos fue eso?- Dijo anonadado Hitoshi, refugiándose de la lluvia en una de las Minkas japonesas que estaba cerca del templo principal, mientras trataba de recuperar el aliento. - ¿Acaso fue alguna clase de ilusión?... No, el daño fue real y el escalofrío que sentí fue muy fuerte... esa cosa era real...
De manera fugaz la advertencia de Kaori pasó sobre la mente de Hitoshi.
- Un momento... esto era a lo que ella se refería con la verdad que mis ojos no iban a soportar... - Susurro Hitoshi casi sin poder creer lo que estaba diciendo, pero ya era tarde para negar lo que con sus propios ojos vió y relacionándolo con los rumores del templo solo pudo llegar a una conclusión clara. - El mundo espiritual existe...
Hubo un breve silencio aparte de la lluvia y los truenos. Hitoshi todavía estaba procesando esta información de manera desmenuzada pero también se había percatado de algo que tampoco pudo notar en su primer momento.
- Entonces ¿Por eso la señorita Nakamura me pidió que volviera al pueblo?... acaso a ella... ¿Me advirtió... para que no saliera herido?
" Allí fue el primer indicio para comprender un poco la frialdad de Kaori al expresarse conmigo, posiblemente sus palabras no se trataba de alguna clase de enojo y mucho menos un intento cruel de correrme del templo... si no era su manera de alejarme de los peligros al que me expondría si me quedaba aquí.
"Ella intentaba protegerme..."
En eso una luz a la lejanía se prendió. Hitoshi giró su cabeza a un lado y pudo ver que a la lejanía estaba Kaori sosteniendo una linterna japonesa mientras. Ella lo miraba fijamente pero esta vez sus ojos no estaban fríos sino... lo miraban como si estuviera esperando alguna reacción.
Él nuevamente sintió como su cuerpo se quedó estático ante esa mirada escarlata y por el otro lado Kaori solo suspiró con resignación para continuar su camino hacia el interior del templo, dejando aun Hitoshi muy intrigado por aquella matriarca de hielo.
"Mentiría si dijera que la idea de renunciar nunca apareció sobre mi mente, pero tenía demasiado orgullo para renunciar tan pronto por lo que al final me quedé a trabajar en el templo."
"Con el pasar de las dos semanas empecé a notar como muchos del personal se sorprendía de verme todavía aquí. Quizás esperaban a que me fuera a los pocos días de ser contratado y no los culpo, esos espectros eran una pesadilla andante sacadas de la creatividad de lovecraft pero dosificada. Aunque, como ya me lo había prometido, no iba a renunciar fácilmente. Estaba dispuesto a demostrar a la señorita Nakamura y a los demás que era un médico competente y capaz de afrontar cualquier situación o me dejaba de llamar el peor hombre terco que existía."
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"Saludar a todos con amabilidad y ayudar en lo que se puede fue uno de los más importantes valores que mis padres me enseñaron desde pequeño, ya que quizás de ese modo puedes alegrar el día a alguien que la esté pasando mal. Gracias a ello muchos de los integrantes del templo empezaron a volverse muy cercanos a mí, desde yamabushis y sacerdotisas del santuario hasta algunas personas comunes que residían en el templo."
" Ellos me contaron sus experiencias estando en el templo y de cómo lo afrontan cada día. Llegue a la conclusión de que con o sin poderes áuricos todos esos jóvenes, adultos y hasta ancianos aún podía vivir a pesar de haber perdido tanto antes de llegar al templo, fue muy inspirador, me sentí identificado y me alentó aún más a superar los retos que me toparía en el camino al haber aceptado ser el médico del templo Nakamura por lo que siempre les pedía a cada uno de ellos que me contara todo lo que habían aprendido en estos años, pero el conocimiento viene con un precio y a cambio de que yo aprendiera ellos también me pidieron que les enseñara, según ellos le decían, todo lo que sabía de afuera de las murallas... al final lo acepté"
"Durante la mayoría de las horas de enseñanza, en más de una ocasión, tuve la oportunidad de escuchar un poco más acerca de Kaori y de todas las buenas acciones que ella hizo desde que se volvió la matriarca del templo a una edad joven: Cuando ella tenía tiempo iba al área de los heridos y curaba a todos de las heridas ocasionadas en las misiones, protegió a muchos pueblo rurales de innumerables espíritus y demonios, también se encargaba de priorizar el campo de fuerza que el templó tenía para que ningún espíritu entrará al santuario y una larga lista de actividades más que ni la misma reina Isabel II soportaría.
"En ese momento la primera impresión que tenía de ella cambió drásticamente. Nunca imaginé la gran carga que Kaori tenía que llevar sola para que el templo se mantuviera de pie y para proteger a cada miembro que vivía dentro de ella. Era muy honorable de su parte aunque también era preocupante y con el transcurso de los días por algún motivo empezaba a pensar más seguido en ella."
Hitoshi estaba enseñando a un grupo de sacerdotisas y aspirantes a sacerdotes el arte de la medicina moderna y cómo aplicarlas en casos de emergencias. Le sorprendió bastante lo mucho que el templo se aferraba a solo enseñar lo tradicional como la religión Budista Shintoísta, historia del templo, caligrafía, etc. pero no sabían casi nada de los hechos más actuales, como si todo aquel que estuviera en el templo se hubiera quedado atascado en una época anterior.
Él no quería prejuzgar el sistema del lugar ya que no le correspondía, pero de alguna manera el enseñarles todo lo que aprendió en tantos años le ayudó a estrechar más sus lazos con estas personas y a conocerlos un poco más.
En eso Hitoshi pudo ver cómo a lo lejos Kaori se estaba asomando en uno de los árboles de la zona, mirando a todos sus hermanos y hermanas estudiando con una mirada que Hitoshi pudo traducirla como si estuviera analizando algo.
Así que viendo que esta podría ser su oportunidad para entablar buenos términos con ella entonces se le ocurrió invitarla a unirse al grupo, después de todo la gran parte de ellos eran sus familiares lejanos.
- Buenos días señorita Nakamura. - Saludó caballerosamente Hitoshi. - Es un gusto...
Pero jamás pudo culminar su saludo porque tan pronto como Kaori se percató que Hitoshi la descubrió simplemente se fue. Dejándolo con las palabras en la boca y con sus ojitos azules hechos unos puntitos antes aquella inesperada reacción.
- Pobre Yuuki-sensei. - Dijo una joven de cabello castaño y ojos rojos, asomada en una gran ventana.
- La hermana Kaori lo dejó plantado. - La siguió una pelinegra de ojos verdes.
- Aunque es raro verla caminando sola a estas horas de la mañana. - Dijo una sacerdotisa de ojos marrones y listones azules.- ¿Ha pasado algo entre ellos dos?
Las dos acompañantes solo se encogieron de hombros.
"Desde ese día los saludos con Kaori fueron toda una historia aparte. Ya que siempre que nos encontrábamos, ella siempre se daba a la fuga. Me pareció un poco inusual esa inesperada actitud suya por lo que intenté muchas veces el saludarla para romper el hielo, pero con el paso de los días se volvió una costumbre el desearle un buen día a Kaori aun si no me devolviera el saludo."
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"Han pasado meses y en un abrir y cerrar de ojos me convertí en el hermano mayor de los cinco gonnegi. Cada uno tenía una serie de habilidades increíbles al momento de pelear en sincronía, pero a mi punto de vista sus verdaderas personalidades eran lo que los hacía únicos ya que tenía unos rasgos muy distintivos que los definían y complementaban bien el uno con el otro... a excepción de Raiden e Isao, esos dos adolescentes siempre se la pasaban peleando por cualquier cosa; ya hasta parecían chiquillos luchando por ver quién era mejor; aunque eso nunca me molestó ya que estando con ellos era como tener una segunda familia y eso me hacía sentir en paz y feliz."
" ¡Oh! y Kyo fue la primera persona que me ayudó a enfrentar el día a día; sus enseñanzas me fueron de mucha ayuda dentro del templo, todo el conocimiento que aprendí de la historia del templo, los espíritus, los demonios y el cómo aprender a exorcizarlos fue gracias a él. Creo que hasta me atrevo a decir que si no fuera por el maestro Kyo ya habría muerto en muchas ocasiones cuando mi vida repentinamente se cruzó con la existencia de este mundo paranormal."
"Por lo que me han contado las hermanas de Kaori, El maestro Kyo, fue quien la crió luego del fallecimiento de sus padres aunque su preparación para tomar el puesto de matriarca fue por parte de los Onmyojis del templo, o como todos los del personal los conocían: El Consejo de Ancianos Amargados de la Vida."
"En ese momento no sabía porqué había tanto resentimiento con ellos."
"Aunque, centrándonos en el tema principal, me imagino lo doloroso que debió de haber pasado Kaori ante la pérdida de un familiar a una edad joven... después de todo entiendo muy bien lo que se siente perder a alguien querido."
- Una de las reglas que las sacerdotisas deben de cumplir es que nunca pueden expresar emociones. - Explicó el maestro Kyo tomando té negro al lado de un Hitoshi que iba hilando unas cuentas que había en a una Hinoki Sanpo.
Ambos hombres estaban en la sala principal del templo.
- ¿No pueden expresarse? - Hitoshi se paralizó ante esa noticia. - ¿Por qué?
- Para este templo el mostrar alguna emoción es sinónimo de debilidad y más si eres un elegido de la marca. Kaori como la representante, pilar y matriarca del templo y de su linaje, siempre debe de mostrar un rostro inmune, intocable y sobre todo calmada en todo momento ya que de ese modo la maldad no la encontrará, da el ejemplo de ser una líder ideal y podrá traer tranquilidad entre los dos mundos.
- Pero ¿No le parece un poco perjudicial? - Argumentó Hitoshi con preocupación. - Acumular el estrés y las emociones reprimidas por mucho tiempo es perjudicial para cualquier ser humano, es peor que tomar veneno ¿Los Onmyōjis no dicen nada con respecto a esto?
- Créeme, en los primeros años de Kaori cuando se convirtió en la siguiente matriarca propuse que tuviera a alguien que la ayude a aliviar la fuerte carga de ser la líder, pero refutar algo con ellos es una batalla sin final joven Hitoshi, están muy pegados a lo tradicional y no cambiarán a menos que algo perjudicial suceda.
- No me parece justo que todo el peso del trabajo recaiga en los hombros de la señorita Nakamura y no es por subestimarla. Al contrario, yo sé que ella ya es una joven fuerte, hábil y que bajo toda esa serenidad hay un alma noble que se preocupa por todos. - Dijo Hitoshi mirando perdidamente a las cuentas de cristal mientras que Kyo dirigió sus ojos cerrados hacia un lado de la habitación. - Pero... pero... - su mirada ahora resaltaba el sentimiento de empatía y preocupación. - No puedo dejar de pensar en ¿Qué pasaría si en algún momento ella realmente necesitara del apoyo de alguien? ¿Todos debemos asumir que podrá con todo el peso sola mientras esperamos el resultado con los brazos cruzados?
Kyo dio otro sorbo a su té con pausa. Estaba empezando a recordar a su hermano y en cómo la vida de su sobrina se estaba asemejando a la de él, como si fuera alguna clase de círculo vicioso que cada marcado repetía generación tras generación.
- Dime muchacho ¿Por qué te molesta tanto que Kaori asuma sus rol que lleva haciendo desde hace 13 años?
Hitoshi se quedó pensativo por un momento pero a medida que lo iba recapacitando más, una voluntad y sentimiento se empezaba a fortalecer con el día.
- Porque tengo la impresión de que ella es infeliz. Yo se que ella es una marcada y que tiene sus deberes, pero también es una mujer humana que tiene sentimientos y emociones como uno. - Hitoshi ahora le devolvió la mirada a Kyo. - En medicina siempre nos enseñan que siempre debemos de trabajar en conjunto ya que de esa manera podemos todos aportar en la mejoría de quien nos necesite. Ser un relevo cuando nos toca apoyar a nuestros compañeros en una operación complicada. Un médico no puede trabajar solo y sin contar el apoyo de alguien más... lo mismo pasá aquí.
El brillo de sus ojos y la seguridad de sus palabras sorprendieron mucho al maestro Kyo. Ya no había duda alguna este joven empezaba a experimentar sentimientos muy especiales hacia Kaori.
- Así que tú también compartes el mismo sentimiento que todos los residentes del templo... - Susurró Kyo ahora entendiendo un poco más los motivos por el cual este joven todavía trataba de permanecer en el templo.- Quieres ayudarla...
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- ¡Señorita Nakamura! - Exclamó Hitoshi corriendo bajo la lluvia nocturna del bosque, por suerte tenía a la mano su rosario Juzu y su maletín médico. Llevaba puesto sobre su rostro una especie de antifaz blanco, tenía una especie de yukata blanca que era cubierta por una Mino y un sombrero kasa para protegerlo de la lluvia. - ¡Señorita Nakamura!
Entonces a la lejanía se escuchó...
- ¡Purificación Divina, Zai!
Con ello una luz lila se iluminó a un lado del bosque seguido del chillido de demonios; gracias a eso Hitoshi supo a dónde dirigirse y corrió hacia esa zona lo más rápido que podía.
"Era la primera vez, en mucho tiempo, que iba a participar en una misión con Kaori junto a los Yamabushis, sacerdotisas y sacerdotes de turno. El uniforme que me dieron era poco práctico para a lo que iba, atender a los heridos de batalla, y ni qué decir del antifaz blanco que me dieron ¿A quién se le habrá ocurrido esto? Pero como no quería tener más problemas de los Onmyōjis entonces solo me tocó seguir las reglas del templo."
"Ese día recuerdo haber notado un poco extraña a Kaori ya que por un momento la vi sobarse la garganta un poco y por algún motivo sentí que algo estaba pasando. Traté de explicarle a los dos Onmyōji que nos acompañan esta observación para que pueda revisarla, por si acaso, pero simplemente me ignoraron. Según ellos era imposible que una marcada o marcado se debilitara con algo tan insignificante teniendo en cuenta las múltiples batallas feroces que se enfrentaron y que solo me enfocara más en los demás ya que ella no me necesitaba. Realmente tuve que contenerme mucho para no darle un golpe por tal insensatez."
"¿Saben lo que pasó después? tenía la maldita razón. Alrededor de la medianoche empezamos a recibir una preocupante cantidad de heridos que llegaron a nuestra camuflada tienda médica gracias a las habilidades de los sacerdotes expertos en campos áuricos. Uno de los Yamabushi me informó de que Kaori les ordenó huir ya que repentinamente fueron emboscados con más demonios que dejó muy mal heridos a todos. Teniendo en cuenta que casi todos los combatientes estaban aquí entonces es solo significa una cosa..."
"Kaori todavía estaba peleando sola en el bosque."
"Eso me llenó de mucha angustia y preocupó a todos los presentes de la tienda que también se percataron de ese detalle. No podía abandonar a los pacientes, pero tampoco quería que algo le sucediera a Kaori ahora que no tenía a nadie. Eso casi me dejó en una encrucijada que casi me congela en mis sitio sin embargo..."
- ¡Yuuki-sensei nosotras podemos encargarnos de los pacientes! - Dijo la joven de cabello castaño y ojos rojos despertando al albino que ahora la miraba con los ojos abiertos. - ¡Usted recibió entrenamiento del hermano Kyo! ¡¿No es así?!
- ¡Es verdad! ¡Es el más adecuado de este grupo para buscarla! - La siguió una pelinegra de ojos verdes.
- ¡No se preocupe por nosotras, con ayuda de todos podremos manejar la situación aquí! ¡Por Favor encuentre a nuestra hermana!- Suplicó la castaña de listones azules.
Hitoshi miró sorprendido la convicción de las tres sacerdotisas jóvenes y luego observó al resto de su grupo, todos y cada uno de los presentes estaban apoyando su idea y hasta con sus miradas vio que también estaban de acuerdo con la petición... Ayudar a la matriarca Nakamura y regresar a salvo.
La respuesta de Hitoshi era clara y viendo que no estaban los dos Onmyōjis que se suponía debían estar presentes entonces tomó las riendas del mando sobre el personal por primera vez y actuó.
- Hanae. Hatsu .Haru. Díganme todo lo que saben del códigos de colores. - Hitoshi preguntó firmemente a las tres sacerdotisas.
- Verde es que aún puede caminar. - Dijo Hatsu mostrando seguridad en sus ojos verdes.
- Amarillo es observación. - Dijo Haru empezando a amarrar bien su cabello con sus listones azules.
- Rojo atención inmediata. - Respondió Hanae colocándose su cubre bocas.
- Negro va directo a la morgue...- Dijo una voz masculina.
Todos al instante giraron su cabeza hacia un Yamabushi que tenía una pequeña venda en su brazo. Hitoshi lo reconoció ya que también fue parte del grupo a quiénes les compartió sus conocimientos en medicina.
- ¿Cuál es la mayor prioridad cuando hay muchos pacientes en triaje? - Preguntó el albino acercándose a él.
- Atender a la mayor cantidad de pacientes en poco tiempo. - Respondió rápidamente en Yamabushi.
- Tú paciente no camina y no respira ¿Qué es lo que tienes que hacer?
- Abrir las vías aéreas, si respira pasa automáticamente a código rojo y si no es código negro.
- ¿Cómo abres las vías aéreas?
- Con RCP y masajes cardiovasculares..
- ¿Todavía puedes moverte?
El Yamabushi se quitó el incómodo Kasa sombrero y se paró con normalidad. Hitoshi lo observó cuidadosamente y por suerte la herida que tenía era superficial y todavía estaba lúcido.
- No me subestime, Doctor. - Sonrió el Yamabushi.
- En ese caso ayuda a colocar las etiquetas a los heridos, serás el encargado de la zona de triaje y una vez que acabes atiendes a los pacientes. - ordenó Hitoshi.
- De acuerdo. - Asintió el Yamabushi.
- Hanae. Hatsu .Haru. Ustedes están a cargo del área médica mientras estoy fuera. Asegúrense de priorizar a los pacientes de etiquetas roja y no descuidar a los de amarillo. Si ven a alguien que sepa de medicina póngalo a trabajar, necesitamos todas las manos posible para atender a todos los heridos.
- ¡Sí sensei! - Dijeron al unísono las tres sacerdotisas empezando a cumplir con sus labores.
- ¡Los que aún puedan moverse y que sepan de primeros auxilios ayuden a vendar las heridas de los heridos para detener las hemorragias! - Hitoshi exclamó a los restantes mientras tomaba su maletín y sacaba su rosario Juzu. - ¡Los que no sepan de medicina ayuden a los heridos a ubicarlos en camillas y traigan más insumos si se llegan a acabar! ¡Todos debemos ayudar un poco! ¡Muévanse ya!
-¡Sí Doctor! - Exclamaron muchos de los presentes lúcidos ahora empezando a moverse entre los heridos.
Hitoshi nunca en su vida se había sentido tan orgulloso de su grupo y de lo mucho que han aprendido en todos estos meses. En otro escenario quizás hasta podría llorar de la emoción pero por ahora eso no era importante, si había al menos una pequeña posibilidad de que todo saliera bien entonces tomaría el riesgo.
Ya tenía todo preparado solo faltaba salir del campo de protección en eso uno de los sacerdotes lo detuvo brevemente.
- Doctor Yuuki, tome esto. - Aquel hombre le entregó una cantidad considerable de sus cartas Ofuda. - Por si los necesitas.
Tomando las cartas, Hitoshi agradeció al hombre por el detalle.
- Trataré de volver lo más pronto posible. - Prometió el albino.
- Ve con cuidado.
- Lo haré.
- ¡Yuuki-sensei! - Ahora lo llamaron Hanae, Hatsu y Haru.
Hitoshi les regreso la mirada y al verlas ellas en conjunto le dijeron:
- ¡Buena suerte!
El albino solo les asintió con la cabeza y mirando hacia el frente ordenó:
- Abran el campo de fuerza...
Una vez que la membrana de energía hizo una abertura, Hitoshi, empezó a correr en medio de la lluvia dispuesto a buscar a Kaori a como dé lugar.
"El camino fue duró me topé con varios demonios que intentaron atacarme, pero gracias al rosario Juzu que el maestro Kyo me enseñó a fabricar pude continuar hacia adelante. Aunque ahora el número de cuentas estaban oscuras lo que significa que solo tenía un número limitado de intentos más para usar la energía áurica que reside en cada una de ellas antes de que ya no la pueda utilizar más o hasta que la vuelva a recargar con energía aunque hacer eso me llevará mucho tiempo."
"A pesar de ello y con unos cuantos espectros muertos llegué a la zona en donde estaba Kaori, la vi deslizarse por los cielos mientras esquivaba y atacaba las últimas hordas de Amikiris que quedaban. Era la primera vez que la veía pelear con una fuerza que derribaba a sus enemigos con aquellas hoces lilas que podía partir la tierra en dos y aquellos murales que lanzaban lejos a los demonios. Quedé muy asombrado por el poder que Kaori mostraba pero finalmente en pocos segundos ella logró ganar esta batalla de un solo movimiento de la Purificación Divina y con ello nuevamente regresó a la tierra."
"Inconscientemente sonreí de alivio al verla todavía de pie, pensé que quizás todo saldría bien, Pero mi sonrisa se esfumó cuando más pronto que tarde la vi como repentinamente empezó a toser con violencia a tal punto que terminó cayendo al suelo mientras que la lluvia y el lodo embarraron su pulcro traje ceremonial. Rápidamente me deslicé con cuidado por la colina pequeña y corrí hacia ella. Lo que encontré me preocupó mucho."
- ¡Señorita Nakamura! - Hitoshi la tomó entre sus brazos - Señorita...
Kaori, al ver de quien se trataba, endureció sus ojos e intentó decir algo pero nuevamente la tos la atacó y con ello sus manos automáticamente se llevaron a su boca. Realmente el carraspeo sonó mal y lo fue aún más cuando un sonido líquido se emitió. La sacerdotisa palideció, alejó sus manos muy lentamente y tanto ella como Hitoshi vieron como sus palmas estaban con gotas de sangre.
- Señorita Nakamura usted... - Susurró preocupado Hitoshi.
Entonces hubo un temblor, Kaori y Hitoshi abrieron sus ojos en grande ante esa sacudida y seguido a eso un violento retumbar sacudió el suelo de donde ellos estaban, mandándolos a volar a otra parte. Hitoshi de manera intuitiva protegió el cuerpo de Kaori con el suyo y tomó todo el impacto de los dos. Era una suerte que el suelo estaba blando por la lluvia pero los problemas todavía llegaban.
- ¡Lo huelo! ¡Sangre de marcado! ¡¿Dónde está la fuente?! - Sonó el horrible chillido de una horrible y alta Ame Onna que se lamía las manos con gula, tenía la mitad de su cuerpo saliendo de la tierra.
- "Demonios, apareció un Yokai..." - Pensó Hitoshi levantando la mitad de su cuerpo con el de Kaori. - "Debo llevar a la señorita Nakamura a un lugar seguro para poder atenderla antes de que su situación empeore bajo la lluvia..."
Hitoshi estaba apunto de tomar la mano de Kaori para largarse del lugar, pero ella la abofeteó con fuerza. En cualquier situación trataría de estar calmado, pero la paciencia tiene límites y teniendo en cuenta la tolerancia que tuvo frente al comportamiento frío de la matriarca y la situación crítica en la que su salud se encontraba esta vez ya no se contuvo.
- ¡¿Se puede saber qué diablos estás haciendo?! - Regañó Hitoshi.
- No me toques. - Jadeó enojada Kaori ahora intentando levantarse. - No necesito de tu ayuda... solo vete de aquí... escóndete lejos... o has lo que quieras con tal de que te alejes de aquí... Es una orden.
Kaori intentó dar un paso adelante hacia el Yokai pero una vez más la tos empezó a afectarla haciendo que tosiera más y estaba a punto de que casi cayera al piso, pero por suerte Hitoshi la atrapó a tiempo y la ayudó a levantarse a su vez que colocó su mano sobre su frente...
Ella había empezado a generar fiebre.
- ¡Entiéndelo, tu situación cada vez se vuelve delicada y si continúas así solo empeoraras tu salud! - Hitoshi la recriminó de nuevo. - ¡Debemos atenderte ahora!
- No puedo dejar que ningún demonio deambule por allí mientras aún pueda levantarme... Soy una marcada... no voy a fallar... y mi deber es el de exterminar hasta el último demonio que encuentre en mi camino - La compostura serena de Kaori se estaba rompiendo a causa de la fiebre ocasionando que ya no tuviera el control de sus emociones o pensamientos, generando así una discusión verbal. - Tsk... olvídalo. Un simple médico inconsciente, terco e ingenuo como tú, nunca lo entendería.
- ¡¿Hah?! ¡¿Y eso que tiene que ver con lo de ahora?! - Respondió ofendido Hitoshi.
- ¡Se suponía que te tenías que haberte ido la primera vez que te topaste con ese espíritu! ¡Pero no! ¡Te quedaste en el templo y empezaste a actuar como si nada horrible hubiera pasado! ¡Ves todo como si fuera tan perfecto cuando la realidad no es así! ¡Él quien no entiende la terrible situación aquí eres tú!
- ¡Pues lamento no derrumbarme y llorar como los otros quejicas que tuvieron como médicos al enfrentarse a su estúpida espada de Damocles sobre la cabeza! ¡Lamento tratar de dar lo mejor de mí para ayudar a la gente independiente si me tratan bien o como la mierda! ¡Lamento cumplir mi deber como médico al cuidar de los residentes que "oh, sorpresa" también te incluye a ti! - Dijo Hitoshi sacando rápidamente su sombrero Kasa para colocarla en Kaori al igual que la Mino.
- ¡¿Qué haces?! - Replicó Kaori deteniendo las manos de Hitoshi.
- ¡¿Qué te parece que hago?! ¡Te tienes que proteger de la lluvia! ¡No sabemos qué causa el sangrado interno y no pienso arriesgarme a que los síntomas empeoren! ¡Así que no seas orgullosa y usa esto! - Insistió Hitoshi.
El médico logró que Kaori ahora usará la Mino pero la discusión de ambos estaba lejos de terminar
- ¡Ya detente! ¡No necesito que me cuiden! - Kaori se alejó de Hitoshi. - ¡Puedo manejarme sola!
- ¡¿Y el insensato soy yo?! ¡Pensar de ese modo sólo te llevará a la muerte! ¡No trates de opacar tu malestar! ¡Tú sabias muy bien que estabas enferma y aun así fuiste a pelear bajo la lluvia, a la medianoche y con la temperatura a menos 3 grados! ¡¿Eso te suena lógico?!
- ¡Tú no lo entenderías!
- ¡Pues entonces explícalo "Su alteza"! ¡¿Por qué te rehúsas a recibir ayuda?!
Esa fue la gota que rebalsó el vaso y con ello, Kaori explotó:
- ¡PORQUE SOY LA MALDITA SACERDOTISA MARCADA!
Un trueno se escuchó a la distancia mezclado con el ruido de la lluvia...
La voz de Kaori hizo eco en el ambiente y su mirada estaba llena de resentimiento. Hitoshi no pudo diferenciar si el rostro de Kaori estaba empapado por lluvia o por las lágrimas, pero lo sí pudo notar era todo el dolor acumulado que ella había guardado en su interior.
-¡No puedo dejar que la imagen de una marcada decaiga mientras yo cargo con ese título, mucho menos la imagen de mi padre y la de su madre y todo el bendito árbol genealógico! - La voz de Kaori se empezó a romper. - ¡No puedo quejarme porque tengo que ser perfecta y calificada ante todo lo que caiga en mis manos incluso si eso significa que ya no pueda interactuar como antes con mi propia familia por más que quiero! ¡Yo ya no sé quién soy por ser la sacerdotisa Nakamura! ¡Debo renunciar a ser mujer, hija, hermana...TODO... solo para ser la marcada sacerdotisa y salvar a todos! ¡Pero tú...! ¡Tú! ¡¿Por qué me miras con esos ojos llenos de lástima y pena?! ¡¿Acaso me consideras tan miserable y débil que hasta te doy pena?!
- ¡Yo jamás dije que eras débil! ¡SOLO QUERÍA QUE ESTUVIERAS BIEN, PORQUE ME IMPORTAS MUCHO!
Un trueno iluminó el lugar.
Kaori se quedó estática ante la mirada firme del albino además de sus inesperadas palabras y con ello... la Ame Onna apareció detrás de Hitoshi.
- ¡DAME TU ENERGÍA! - Exclamó la yokai lista para atacar.
Las pupilas de Kaori se encogieron de preocupación, de manera involuntaria ella quiso alejar a Hitoshi a tiempo para que él no saliera herido, pero en lugar de eso el albino fue rápido y de un fuerte codazo golpeó la quijada del yokai para luego derribarla al suelo.
- ¡Ahora no! - Exclamó enojado Hitoshi.
- ¿Eh? - Dijo anonadada Kaori ante aquel rápido reflejo de Hitoshi.
La cosa no terminó allí porque una vez hecho eso, el albino, tomó del cuello de su yukata sucia del Yokai y con una gran fuerza bruta la arrojó hacia un árbol cercano como si no pesara nada.
Hitoshi jadeaba tratando de recuperar el aliento y una vez estabilizado miró fijamente hacia donde había lanzado al Yokai
- ¡Acaso no te enseñaron a respetar a los adultos cuando están teniendo una discusión privada! ¡No nos interrumpas ahora! ¡Grosera! - Sermoneó el médico.
- ¡MALDITO SEAS HUMANO! - Exclamó la Ame onna levantándose. - ¡ENTREGAME A ESA MAL NACIDA SACERDOTISA!
Esto aun no acababa porque Hitoshi sacó de su maletín sus bisturís y con una puntería de halcón y una gran fuerza se las lanzó al demonio para clavarla contra el árbol: Dos en cada extremidad y una en cada ojo.
La yokai ante el dolor y la ceguera sólo se retorció como una cucaracha.
- ¡Segunda advertencia! ¡Nada de maldecir a nadie! - Advirtió Hitoshi con una vena sobresaliente sobre su mejilla. - Si vuelves a faltarle el respetó a Kaori, a la tercera advertencia... ya no seré amable.
Kaori se sobresaltó. Esa era la primera vez que Hitoshi se refería a ella por su nombre y no por su título.
Otro trueno empezó a sonar.
- ¡ARHRH! ¡MISERABLE! - Gritó la Ame Onna jalando sus extremidades para salir del árbol y correr hacia donde estaban los aromas de Hitoshi y Kaori, aunque los bisturís del médico todavía seguían anclados. - ¡ESTAS MUY EQUIVOCADO SÍ CREES QUE TE TENGO MIEDO!
Y de un saltó se dirigió hacia Hitoshi, pero él ya lo tenía todo calculado.
- Que conste que yo te lo advertí. - Fue lo que dijo Hitoshi.
Otro trueno se escuchó y ahora el relámpago apareció. Debido a que la Yokai tenía los bisturís de Hitoshi anclados en su cuerpo entonces la carga eléctrica encontró un punto claro en donde caer y con una fuerte luz y fuerte estruendo el rayó electrocutó a la Ame Onna hasta el punto de que esta empezaba a carbonizarse y a desvanecerse a mitad del camino en forma de polvo.
Por fin la batalla había acabado y con ello Hitoshi nuevamente intentó calmarse. Detestaba perder la calma de esa manera ya que no era su estilo estar molesto por lo que ahora relajando sus facciones regresó su mirada hacia Kaori, pero ella también estaba en su límite.
Sus ojos escarlatas se empezaron a entrecerrar, su respiración disminuyó y se balanceaba de un lado a otro hasta que al final su cuerpo empezó a caer.
- ¡Señorita Nakamura! - Exclamó preocupado Hitoshi y rápidamente la atrapó entre sus brazos, evitando así que chocara contra el suelo. - ¡Oye! ¡Resiste!
El albino acercó su cara un poco cerca del rostro de la castaña y pudo escuchar cómo su respiración disminuía. Ya no quedaba mucho tiempo debía atenderla pronto por lo que cargándola en su espalda entonces se dirigió al bosque.
"El campamento estaba lejos y la lluvia aumentaba más, necesitábamos un refugio en donde atenderla y por suerte encontré una cueva con vegetación en su interior. No lo pensé dos veces y la llevé a allí."
"Con las hojas secas logré encender una fogata cerca de Kaori aparte de hacer una colcha improvisada, cubrir la entrada de la cueva con los pergaminos que me dieron para protegernos de los espíritus que merodeaban por la noche. Luego me quité el incómodo antifaz y comencé con los preparativos para la atención"
"Primero le había sacado las prendas mojadas para secarlas cerca del fuego, la cubrí con la mino para que no pasara frío, separe un cuenco que tenía bajo la lluvia para tener agua, la mediqué para bajar algunos de los posibles síntomas con sueros básicos para luego limpiar y vendar las heridas que ella no pudo curar antes. La atención duró como una hora y media pero ya había un progreso."
- La cantidad de sangre que escupió fue minúscula... saliendo de aquí debería hacerle más exámenes para descartar posibles infecciones. - Murmuró Hitoshi empezando a quitarse los guantes y el gorro sanitario.
Y a los pocos segundos Kaori empezó a abrir cansadamente sus ojos.
- ¿Dónde... estoy...? - Dijo ella mirando a su alrededor.
- Qué alivio, recuperaste la conciencia... - Suspiró aliviado el doctor. - Estamos en una cueva a metros de nuestro campamento. No te preocupes, cuando la lluvia termine saldremos de aquí e iremos a un lugar mejor para terminar su tratamiento.
Kaori no replicó y mucho menos puso resistencia, pero en lugar de ello bajó la mirada y vio como sus heridas tenían parches y vendas además de la parcial desnudez.
- ¿Me quitaste mi túnica? - Comentó ella un poco desorientada, aunque Hitoshi se puso un poco tenso creyendo que ella malinterpretó la situación.
Y eso era muy raro ya que él había visto muchos cuerpos a lo largo de su carrera pero con Kaori era la primera vez que se ponía tenso.
- Ahmm... sí, perdón por eso. Me vi en la necesidad de sacarla para no empeorar tus síntomas y curar tus heridas. - Trató de actuar profesional. - Además de eso, te administre un poco de soluciones inyectables para relajar un poco tus músculos y bajar la fiebre.
- Ya veo. - Comentó bajito Kaori subiendo un poco la mino hasta la altura de su boca, aunque luego de eso hizo una leve mueca y se tocó la garganta.
- ¿Qué pasa? - preguntó Hitoshi notando ese movimiento.
- Siento la garganta rasposa.
- Permíteme... - Se acercó Hitoshi con su pequeña linterna y un bajalengua. - Abre la boca.
Kaori al inicio dudó y parecía que lo estaba pensando mucho. Se podria haber llevado otra discusión pero en esta ocasión Hitoshi optó por el camino pacifista una vez más para convencerla de escucharlo.
- Por Favor, confíe en mí. Esto es por su bien... - Hitoshi la miró suavemente. - Solo quiero ayudar.
La sacerdotisa lo miró fijamente a sus confiables ojos azules bajo las llamas de la fogata y viendo en la situación en la que ambos estaban entonces bajo la mino y abrió la boca.
- Gracias. - Susurró Hitoshi ahora inspeccionando con cuidado las paredes de la garganta. - Hmm... Hay un poco de resequedad.
- ¿Eso es grave? - Preguntó Kaori cuando ya no tenía el palito de madera.
- Solo si perdura por varios días. Sé lo que puede ayudar por ahora. - Él guardó la linterna - Saldré un rato afuera, no tardaré mucho.
El albino estaba a punto de irse para recoger el cuenco que dejó afuera en la lluvia, pero inesperadamente su caminata se detuvo cuando una mano tomó la suya.
- Espera... - Dijo la susurrante voz de Kaori.
Hitoshi sintió un leve estremecimiento y luego giró su cabeza hacia la dirección de la matriarca. Lo que observó lo dejó sorprendido.
Parecía ser que por fin la muralla que los dividía a ambos empezaba a desaparecer de a pocos.
- ¿Qué sucede? - Preguntó Hitoshi.
Kaori en principió pareció morderse los labios como si le costara responder, pero dicha resistencia no duró por mucho ya que cuando ella levantó su rostro le pidió al doctor:
- No vayas afuera... - Kaori mostró unos ojos tristes y cansados. - la noche... es el lugar en donde hay más actividad demoníaca... no vayas...
El corazón de Hitoshi se ablandó aún más ante esa mirada. Esa era la misma mirada que vió la primera vez que la conoció en el estanque, por alguna razón no quería separar su mano pero si lo pensaba bien la salud de Kaori era lo más importante por lo que balanceando sus opciones entonces con su otra mano libre, sostuvo cálidamente las manos de Kaori y le dijo:
- Todo va a estar bien. No voy a tardar mucho, yo te prometo eso ¿Sí?
Ambos se quedaron viéndose mutuamente por un tiempo prolongado hasta que la mano de Kaori se relajó de poco a poco. El albino ante ese silencioso gesto asintió su cabeza y separó sus manos para buscar el cuenco.
No llevo mucho tiempo y en pocos segundos Hitoshi regresó con el agua.
- Lo ve... no demoré. - Saludó Hitoshi acercándose su maletín para tomar una taza medidora de vidrio nueva con el fin de separar un poco de agua para calentarla un poco y con el sobrante la uso para bajar la temperatura de Kaori. - Veo que el medicamento está funcionando, la fiebre está bajando.
- Oh... Te lo agradezco mucho. - Susurró ella.
Ese agradecimiento hizo que Hitoshi sintiera un leve cosquilleo en su interior y que inconscientemente sonriera tiernamente.
- No hay de qué. - Se acomodó su mojada cabellera blanca y se rasco la mejilla. - Era mi deber el que usted recupere su fuerza y es un gusto para mí el poder contribuir en su mejora Fu hu hu...
"Era la primera vez que Kaori y yo teníamos una conversación. No se si fue por alguna reacción al suero que le administré, pero esa fue la conversación más larga que ambos teníamos en ese entonces. Fue extraño al comienzo para los dos pero por algún motivo lo sentí agradable y conforme el tiempo pude notar como poco a poco ella se abría un poco conmigo."
"Por supuesto, uno de los temas que se tocó fue el porqué de aquella confesión explosiva que sucedió bajo la lluvia"
- Yo sé lo que piensan todos de mí... - Susurró Kaori mirando perdidamente las brasas de la fogata.
- No comprendo. - Hitoshi la miró extrañada mientras estaba sentado a su lado.
Él se había quitado parte de sus ropajes para secarlos y ahora solo llevaba puesto solo el hadajuban.
- Los residentes, mis familiares, todo el personal del templo... - La mirada de Kaori se entristeció. - Cuando tenía 11 años los Onmyoji no confiaban en que yo pudiera hacer este trabajo por el luto y ser joven. Dediqué todas las horas de mi vida para cumplir con sus expectativas a la perfección sabiendo que eso me iba a alejar de todos y en especial a mi tío, pero incluso hasta ahora siento como si todos me estuvieran vigilando... solo... solo...
- Solo quieren que te equivoques... - Completo Hitoshi compartiendo la mirada triste ya que entendía muy bien ese sentimiento de tener a alguien vigilando cada movimiento que hagas.
La mirada de Kaori era un poema ya que se notaba que no se esperaba eso de alguien tan optimista como lo era Hitoshi.
- Doctor acaso... ¿Usted pasó por lo mismo? - Preguntó ella.- Pero con todo lo que he escuchado del personal oí que usted es que es un médico excepcional y muy habilidoso. La única manera de ganar tal apreciación y destreza es por la experiencia ¿Entonces por qué...?
- Agradezco el cumplido señorita. - Él respondió humildemente. - Pero toda esa experiencia se lo debo gracias a que siempre me pusieron de ayudante, incluso antes de venir aquí.
- ¿Un ayudante? - Los ojos de Kaori se abrieron. - ¿Por qué? No lo entiendo ¿Cómo un doctor tan experimentado trabajaba como ayudante?
Parecía ser que ahora era el turno de Hitoshi de responder.
- Mis padres murieron de una enfermedad cuando iba en la secundaria y siempre me vi en la obligación de ver la manera en cómo costearme la vida y los estudios solo. Cuando por fin pude pagar los préstamos que hice para la universidad con mi participación en la milicia como médico practicante, me trasladaron al hospital central. Allí esperaba poder empezar a atender mis primeros casos clínicos pero siempre me daban el trabajo de ayudante... aun así daba todo lo mejor de mi. - Sonrió sarcásticamente.- Pensaba que haciendo bien mi trabajo reconocerían mi esfuerzo, pero la dura realidad fue que tanto los internos y yo solo éramos usados para que nuestros créditos pasará a otros doctores de más renombre y así que el hospital tuviera más prestigio. Al hospital no le beneficiaba que supiéramos demasiado entonces trataron de buscar la manera de tapar ese hecho con chantajes.
- ¿Chantajes?
- Dinero... cheques... recomendaciones... un buen puesto jerárquico en el hospital... mejores sueldos... Pero para muchos fui el mayor dolor de cabeza ya que me negué a aceptar esos "amables" favores. - Él hizo una breve pausa ya que frente a sus ojos veía su versión de él mismo dándole la espalda a los del consejo de médicos que lo miraban con malos ojos. - Al rechazarlos ellos optaron por empezar a sabotear mis trabajos con fin de buscar un modo de sacarme del hospital y como no tenía pruebas que lo demostraran entonces nunca pude demandarlos por más que quería. Técnicamente era un hombre contra todo un hospital, y así fue durante muchos meses hasta que todo eso se acabó cuando una pequeña paciente falleció.
Kaori jadeó con horror y Hitoshi recordó con tristeza aquel fatídico día.
- Muchas cosas fallaron, ella vomitaba sangre, tenía una mancha en su resonancia de pulmón, la tratamos con esteroides pero más síntomas aparecieron y solo teníamos menos de 24 horas para buscar una solución... - Los ojos de Hitoshi se ensombrecieron con tristeza. - No pudimos salvarla y en su autopsia se nos reveló que ella tenía una infección que no pudimos ver desde un principio... Pero aquel descubrimiento nunca lo sacaron a la luz.
Al instante los ojos de Kaori se abrieron al deducir lo que pasó.
- No me digas que... - Dijo ella casi sin voz.
- Era la excusa perfecta y el momento perfecto para los directores. Me hicieron responsable de aquella muerte ya que fue mi idea la de administrarle los esteroides cuando ingresó. Me despidieron y empezaron a escribir a otros hospitales para que no me volvieran a contratar.
- Lo volvieron su chivo expiatorio - Susurró Kaori.
- La ambición es la peor enemiga de los Doctores. Fueron días duros y como ya ningún hospital me aceptaba entonces decidí volver al país en donde nació mi padre a empezar de cero y olvidar todo lo malo que la pasé allá. Realmente estaba desesperado por buscar empleo ya que estaba muy atrasado con el pago del mes cuando me alojé en un departamento temporal. Allí fue entonces que escuche que en su templo necesitaban de alguien con conocimientos médicos... y ahora aquí estoy.
Hubo un breve silencio en el ambiente.
Con solo una charla honesta se aclararon muchas cosas que eran erradas del otro.
Sí que los caminos de la vida eran cortos y misteriosos.
- ¿Y eso no le frustra? - Preguntó Kaori perpleja ante la historia de su médico. - Prácticamente le arruinaron su vida y se vio forzado a salir de un país solo por la arrogancia de otros.
- No te miento. Sí me frustró mucho y hasta me enoje con el mundo por la desdicha que sentía al prácticamente perder muchas cosas... - Luego dio un suspiro para tranquilizarse y alejar los malos recuerdos. - pero al final me di cuenta de que no valía la pena el solo estar triste, ya que amargarse no iba a cambiar lo que ya pasó y mucho menos lo soluciona, solo era un triste intento de autocompasión a mi mismo. Hay cosas que se escapan de nuestras manos y siempre creemos tener el control cuando no es así.
Entonces la sonrisa de Hitoshi apareció de nuevo.
- Aunque no todo fue malo ya que, de no ser por ese despido, entonces nunca hubiera llegado con ustedes y jamás los hubiera conocido a todos los que me ayudaron a sanar esa herida, mucho menos podríamos haber tenido esta conversación... ustedes me dieron una razón más por la cual nunca debo rendirme aun si todo se torna oscuro y peligroso... gracias.
De repente la mirada de Kaori se mostró pensativa, como si hubiera recordado algo, y después se volvió avergonzada.
- Doctor Yuuki... - Kaori lo llamo. - Te debo una disculpa...
Muy bien, esta disculpa tomó muy desprevenido a Hitoshi, además este era un lado nunca antes visto en Kaori.
- ¿Por qué? - Preguntó él anonadado.
- Por ser injusta con usted... lo traté horrible pensando que de ese modo le hacía un favor sin pensar en cómo se sentía usted mismo.
- No lo sabias, recién nos estamos conociendo.
- Aun así me disculpó con usted, siempre pensé que eras alguna clase de loco que no sabía medir los peligros del entorno y que ni se daba cuenta de lo mucho que arriesgara su vida al ser parte de este templo...
Hitoshi pudo sentir como una piedra gigante de críticas golpearon su cabeza.
- Ah, ya veo. - Dijo lúgubre Hitoshi.
- Aun así... trataste de ayudarme. Me equivoqué contigo y además te subestimé. Me he dado cuenta de que tienes más habilidad de lo que pensé en especial con eso que hiciste con la Yokai y el trueno. - Ella reconoció esa virtud. - Fuiste muy valiente para incluso derribar a una con la mano limpia.
- ¡¿A sí?! - Al inicio Hitoshi se emocionó ante el cumplido, pero luego recordó la cara enojada que había puesto en ese momento y el sentimiento de vergüenza inundó su rostro, tiñéndose de rojo carmín. - No, de hecho no. Es más, hagamos que eso nunca pasó.
- Oye, no cualquiera podría haber peleado con una Yokai con las manos desnudas incluso si los Onmyōjis hubieran estado presentes entonces no se lo creerían.
Ante esas palabras el tono rojo de la cara del albino se borró y en lugar de eso un rostro lleno de conmoción se presentó.
- Un momento ¿Los Onmyōjis no estaban contigo? - Preguntó el albino.
- No ¿Yo pensé que estaban con ustedes? - Kaori también respondió del mismo modo.
Hubo otro silencio incómodo.
Una realidad se reveló...
... y con ello entonces la frente de Kaori se ensombreció al igual que su mirada escarlata. Estaba hecha una furia que hasta podría asustar a cualquier demonio de tan solo mirarla, claramente quería hacer añicos a alguien en estos momentos.
- ¡Esos ancianos buenos para nada! - Gruñó Kaori con un aura amenazante y tratando de levantarse de la colcha de hojas. - ¡Cada vez más están haciendo lo que les dé la gana y a mis espaldas! ¡Juro que los haré pagar por eso!
Pero antes de siquiera hacer algo entonces la tos seca la atacó de nuevo.
- Ah, espera es muy pronto para levantarse - Murmuró Hitoshi preocupado y sosteniéndola por los hombros para luego darle el agua que había separado. - No se sobreesfuerce aun te estas recuperando... cuando regresemos al templó mínimo tiene que descansar como una semana o dos para recuperarte.
- cough... ¿Una semana?... - Kaori echaba un pequeño vapor de humo sobre su cabeza por el enojo - Bueno al menos ya tengo una excusa para no ir a la capilla del templo a rezar por horas, el incienso de ese lugar es irritable.
- Sí, lo vi por fuera. Deberían instalar una ventilación. - Asintió Hitoshi. - Un día de estos alguien se sofocará con todo el humo acumulado allí y no me quiero imaginar si se ocasiona un incen... -Pero el albino se detuvo ya que una idea golpeó su mente. - Un momento... ¿Qué dijiste...?
- ¿Eh? Dije qué el incienso de ese lugar me irrita... - Respondió Kaori.
- ¿Cada cuánto vas a esa capilla?
- Dos o tres veces por semana.
- ¿Desde hace cuanto?
- ... Desde... Hace 10 años...
Los ojos de Hitoshi se iluminaron y rápidamente tomó su maletín para sacar su estetoscopio.
- Enderece la espalda. - Hitoshi se ubicó hacia la espalda descubierta de Kaori y colocó la campana a la altura de sus pulmones. - Respiré hondo.
Kaori hizo casó a las recomendaciones y respiró.
"Fue un alivio saber que los síntomas de Kaori dieron en una bronquitis aguda totalmente curable. Esto explicaba el sangrado ya que como sus bronquios estaban inflamados, sumado al hecho de que había peleado a una altura en donde había poco oxígeno eso le generó un leve desgarro . Aun así debíamos evitar que esa infección se vuelva crónica por la inhalación de humo."
"Cuando la lluvia se detuvo en la madrugada entonces ambos nos dispusimos a regresar al campamento. Kaori todavía tenía los músculos relajados por el medicamento por lo que la tuve que cargar a mi espalda todo el camino y no me mal entiendan no fue ningún problema."
"El reencuentro con todos los del campamento fue toda una escena emotiva desde mi punto de vista ya que tanto Hanae, Hatsu, Haru, los sacerdotes y todos los demás yamabushis ilesos empezaron a exclamar y a llorar de felicidad cuando nos vieron llegar a primeras horas del día e incluso se acercaron a Kaori preguntando si estaba bien, si necesitaba algo y hasta la abrazaron por la preocupación y el alivió. A Kaori la ví un poco tímida ante tanta atención tratando de responder todas las repentinas preguntas pero por otro lado ya no la ví tan triste a comparación de antes y eso me alegró."
"Todo iba tan bien hasta que dos personas interrumpieron esta burbuja de felicidad y a juzgar sus caras ese día no estaban para nada felices; se trataban de los Onmyojis que nos acompañaron en la misión trayendo una noticia que me dejó helado."
- ¡¿Cómo que lo están despidiendo? - Dijo enojado el Yamabushi encargado del triaje ante tal injusticia.
- ¡Es verdad! ¡Yuuki-sensei no hizo nada malo! ¡Solo fue a asegurarse que nuestra hermana estuviera bien! ¡Nosotros se los pedimos! - Exclamó Hanae con Hatsu y Haru apoyándola.
- ¡Ninguno de ustedes tiene voz ni voto en las decisiones que toma el consejo! ¡No se metan en lo que no les incumbe! - Dijo el onmyoji Osamu. - ¡Esto es algo que ya se ha decidido justo en el momento que abandonó su puesto al que se lo solicitó!
- ¡No puede hacer esto! ¡Es muy injusto! - Dijo uno de los sacerdotes.
- La carta ya fue firmada y acaba de llegar justo hace poco. - Osamu mostró el pergamino con todas las firmas del consejo. - En vista a que todo el personal del templo fue mucho más eficiente que ese hombre durante la atención médica de nuestros heridos entonces su presencia ya no es necesaria. - Luego miró duramente a Hitoshi que todavía estaba procesando la noticia en su mismo sitio. - Regresando al templo tomará sus cosas y se irá del templo lo más pronto posible.
Ese fue motivo para que muchos del campamento entrarán en la disputa a gritos con los dos Onmyōjis que no los estaba escuchando, pero para Hitoshi se sintió como un terrible deja vu, prácticamente era la misma situación que en la que vivió en América.
Él estaba empezando a apretar los puños con fuerza, quería gritar y explicarles los motivos de su decisión de dejar su puesto, pero luego se percató de un detalle. Si abría la boca entonces Kaori se vería también perjudicada ya que los Onmyōjis no iban a aceptar que ella estuviera enferma, su tratamiento se suspendería, la bronquitis podría volverse a una crónica y sin la atención necesaria la infección dañaría sus pulmones de manera permanente.
No sería capaz de perjudicar a Kaori de tal modo y si irse del templo era la mejor solución para ella en tal caso no se iba a oponer. Podría escribir un recetario para informarle a sus tres aprendices para que por lo menos ellas le dieran la atención médica a Kaori para que se mejore.
Estaba apunto de aceptar la repetitiva situación de su vida cuando entonces Kaori vio la polémica.
- ¡Ya es suficiente! - Exclamó firmemente Kaori, enmudeciendo a todos.
Ella calmadamente pasó de lado de Hitoshi para ahora estar frente a los Onmyojis mirando fríamente.
- Gran sacerdotisa Kaori. - Saludaron los dos Onmyojis con respeto.
Sin embargo Kaori no cambió su expresión fría.
- Onmyoji Ren, Quiero ver ese pergamino. - Ordenó ella.
El otro hombre entregó lo solicitado y Kaori empezó a leer carácter por carácter hasta finalmente suspirar.
- Es verdad que en el santuario Nakamura se debe de seguir una serie de reglas y protocolos que delimitan la paz y la armonía que priorizan más que nada la protección y bienestar de todas las víctimas. De ser el caso contrario se deben exiliar a todos los rebeldes que amenazan con romper nuestros pilares de protección y el bienestar de nuestra gente.
- Es tal y como usted lo dice Gran sacerdotisa. Todos aquellos que rompen la voluntad de Ichiro deben ser expulsados. - Asintió Osamu
- Sí, es una pena. Las palabras de mi antecesor tiene mas relevancia. Regla es una regla. - Kaori se encogió de hombros, alarmando al resto del personal preocupado por el inocente doctor.
- Así es, todos debemos seguir hasta la última regla de nuestro santuario. - Agregó Ren.
Ese dato fue más que suficiente para Kaori.
- Conque hasta la última regla ¿No? Pues en ese caso... - Los ojos escarlatas de Kaori se clavaron en los onmyoji. - Quiero sus cartas de retiro. Ustedes también son expulsados del templo.
Los onmyojis se quedaron petrificados, los sacerdotes también se quedaron petrificados, el resto de las personas se encontraban petrificadas y Hitoshi tenía los ojos bien abiertos y con la quijada desencajada.
Y entonces la bomba estalló.
- ¡¿EHHH?! - Todos exclamaron confundidos al mismo tiempo.
- ¡Gran sacerdotisa Nakamura! ¡¿A qué se debe esa decisión?! - Preguntó Osamu enojado y perplejo.
En eso Kaori empezó a emitir su abrumadora energía áurica a todo su entorno para meter presión.
- Mide tus palabras hermano Osamu. Soy la matriarca del templo Nakamura y como tú líder me vas a responder en este instante. - Kaori encendió el Ajna de sus ojos. - ¿Dónde estaban ustedes dos cuando yo y los yamabushi fuimos al área afectada?
Los dos hombres tragaron grueso y empezaron a sudar.
- ¡Respondan! - Insistió Kaori.
- ...El pueblo cercano tenía que ser evacuado. - Comentó Ren sintiéndose intimidado. - Le dimos prioridad a ellos para que no salieran perjudicados en caso la batalla pasara a mayores.
- ¡¿Con la orden de quien?!
Hubo un breve silencio y luego Osamu agregó pesadamente.
- ...Fue ... por orden mía.
- Se supone que cualquier orden que se emita tiene que ser notificada con el halcón mensajero para que yo la autorice sin importar que tan moribunda esté ¡Guardaron información a la Gran Sacerdotisa Marcada! - Regañó Kaori. - ¡Los Onmyōjis nunca deben guardar secretos a la familia principal! ¡Rompieron una regla y por eso son expulsados del templo!
- Esto es inaudito todo el consejo hemos acordado que... - Trataron de refutar.
-¿Así que todo el consejo también está implicado? perfecto ¡Ellos también son expulsados del templo! - Sentenció Kaori.
- ¡Espera no es lo que trato de...!
Pero Kaori no le permitió continuar ya que entonces ella miró hacia un lado del grupo de personas.
- Sacerdotisa Hanae, Sacerdotisa Hatsu y Sacerdotisa Haru. - Llamó enojada Kaori viendo como las chicas saltaron al escuchar sus nombres. - ¡¿Por qué no detuvieron al médico?!
Las mencionadas al ver detenidamente los ojos de su hermana y analizando la situación entendieron lo que Kaori intentaba hacer y sonriendo con travesura entonces cada una respondió.
- Ara ara, Es verdad. - Dijo Hanae sonriendo torpemente. - Fue mi idea que Yuuki-sensei saliera a buscarla.
- No movimos ni un dedo para detenerlo porque confiábamos en que sería de ayuda. - agregó confiadamente Hatsu.
- Y yo apoyé a mis hermanas para que el doctor cumpliera nuestra petición. - Asintió Haru.
- ¡En tal caso como no obedecieron mis órdenes ustedes también serán expulsadas! - Ordenó Kaori.
- ¡Sí hermana Kaori! - Respondieron alegremente al unísono las tres jovencitas.
- ¡Matriarca Nakamura! - Reclamó Osamu.
Pero Kaori lo ignoró.
- ¡Sacerdotes de protección! - Kaori ahora miró al tranquilo grupo de sacerdotes. - ¡¿Por qué abrieron el campo de fuerza sin la autorización de un cabecilla?! ¡También quedan expulsados del templo!
- Como usted ordene Gran Sacerdotisa. - Sonrieron el grupo de sacerdotes sin arrepentimiento.
- ¡Todos los yamabushis también son expulsados! ¡Nunca deben revelar la posición de un marcado en batalla a alguien que no sea de su mismo puesto!
Y así hubo una larga lista de personas que Kaori había expulsado hasta por el más mínimo detalle hasta prácticamente dejar el templo inhabitable y sin personal que la cuide.
- Señorita Nakamura... - Susurró sorprendido Hitoshi ante el accionar de Kaori.
- Con eso sería todo. Regresemos al templo para desalojar todo. - Kaori se estaba apunto de retirar. - En mi despacho dejarán todas las cartas para que las archiven como me corresponde.
- ¡Deténganse un momento! - Replicó Osamu rompiendo su compostura. - ¡Esto es acaso una clase de chiste para usted! ¡Debe de estar bromeando!
- ¿Bromeando dices? - Kaori regresó la vista a Osamu. - Si fueron ustedes quienes dijeron que cuando asumiera este puesto "Como marcada debo priorizar a como dé lugar las bases de nuestra familia para que de nuestro santuario funcionen en ventaja de la paz de los dos mundos sin importar quienes intervengan en su camino ya sean tus compañeros, amigos, familiares o amantes."
Y era verdad porque los dos Onmyojis no respondieron.
- Ahora entiendo que son unos imprudentes que no piensan en las consecuencias de sus actos y que sus descuidos solo causan problemas. - Miró duramente a todos los presentes. - No quiero esa clase de gente en mi templo - No es posible. Cómo pude permitir que idiotas así cometieran tales errores durante una importante misión de la que dependen muchas vidas... ¡Ellos deberían esfumarse de mi vista!
Esta vez nadie replicó todos se quedaron callados ya que no había nada ni nadie que contradijera tales argumentos que hasta harían temblar de miedo a un abogado.
- Eso quisiera decir pero lamentablemente los necesito para seguir manteniendo el templo de pie. - Kaori disminuyó su enojo. - Estos errores no quedarán marcados en el expediente, pero ahora van a tener que obedecer cada palabra que ordené de manera específica de ahora en adelante y sin cuestionar mi juicio ¿Quedó claro?
- Sí, Gran sacerdotisa Nakamura. - Respondieron todos los presentes excepto uno.
- ¡¿Quedó claro Onmyoji Osamu?! - Exclamó ella.
Osamu luego de un silencio respondió como si le costara:
- Si, gran sacerdotisa Nakamura.
- Así está bien. - Kaori volvió a la serenidad. - Como veo que les gusta mucho estar al tanto de los pueblos y de sus posibles amenazas entonces cada medio mes tú y el consejo de Onmyōji van a monitorear cada pueblo alrededor de Sachimura y me darán un informe de de todo lo que se puede mejorar para su protección contra los espíritus... Eso es todo.
Los Onmyōjis no replicaron y solo aceptaron la orden de Kaori, después de todo ella es la Gran Sacerdotisa Nakamura.
- Disculpe su excelencia. - Habló Hanae. - ¿Qué pasará con Yuuki-sensei?
Kaori lo pensó detenidamente y luego miró fijamente a Hitoshi. A comparación de las veces anteriores esta vez Hitoshi no se sintió estático sino que la miraba de una manera profunda.
- La carta que enviaron los Onmyojis está ya firmada. - Habló Kaori desviando la mirada. - Dado a que ahora su puesto fue deshabilitado debido a que ahora el personal tiene conocimiento de medicina ya no se lo puede volver a reinsertar como su médico.
- No puede ser. - Hanae miró con tristeza al igual que muchos.
- Pero aunque odie admitirlo no me he sentido bien y últimamente me está costando mucho respirar. - Kaori se llevó la mano al pecho. - Necesito de alguien que haya llevado muchos años en el campo de la medicina para entender porque estos dolores siguen regresando por más que intenté curarme con la marca. - Kaori comentó mirando como todos la miraron con perplejidad antes este nuevo dato.
- ¿Cómo la matriarca está convaleciente? - Dijo uno.
- ¿Aun así fue a pelear? - Agregó otro.
- ¿Por qué no dijo nada? - Habló otro.
Fueron muchas las preguntas que pidieron pero ella con una señal de que se callaran los silenció.
- No puedo poner en peligro mi linaje y como aun no he dejado descendientes la situación es crítica, así que por el bien de la familia Nakamura y como su líder he decidido que el Doctor Yuuki Hitoshi será mi médico personal...
Hitoshi quedó aún más asombrado. No se esperaba que Kaori tomara esa decisión para que él se quedará, pero apenas esto era el comienzo.
- ... pero como el puesto de médico fue eliminado entonces no me queda de otra que colocarlo en puesto Dai-gūji. De ese modo me servirás como mi mano derecha en todo momento y te cercioraras de sanarme.
Todos quedaron boquiabiertos.
- ¡¿Un puesto igual al de Onmyōji?!
- ¡Un momento! ¡¿Se da cuenta de lo que está diciendo?! ¡Es una locura! - Replicó Osamu.
- ¡Gran matriarca por favor reconsidere lo que dice! - Añadió Ren
- ¡Silencio! ¡¿Dudan de mi capacidad de juicio?! - Kaori afiló su mirada. - He sido testigo de las capacidades que este hombre ha demostrado al enfrentarse a una Yokai únicamente con sus manos e ingenio y además hizo todo lo posible para mantenerme con vida cuando ya no tenía energía debido a mi estado. Dicen que hubieran preferido que me hubiera muerto y poner fin a la marca de Buda junto con la paz entre los dos mundos ¿Eso es lo que me están diciendo?
- ¡No su excelencia! - Dijeron rápidamente los dos Onmyōjis.
- No olviden que su bienestar, como el de todos, depende de que yo aun siga peleando. Adquiriré a toda persona o poder necesario para cumplir mi destino... Pero también eso dependerá de la decisión del Doctor. - Kaori preguntó ahora a Hitoshi.- ¿Tienes alguna objeción con enfrentarte a todo lo que tendrás que afrontar de ahora en adelante si aceptas ser mi mano derecha? ¿Caminarías a mi lado aun si eso signifique poner en riesgo tu vida por el bien de familiares y gente desconocida?
Un mar de gratitud, respeto y cariño inundó el cuerpo del médico, no los reconocimientos sino porque alguien hizo que no se cometiera una injusticia en su contra, así que conteniendo las lágrimas de agradecimiento le dijo calmadamente.
- La labor de un médico es la de ayudar a quien lo necesite independientemente de quiénes sean las personas a las que trata... no tengo ningún problema en caminar a su lado.
- En ese caso sígueme, Yuuki Hitoshi. - Kaori le extendió la mano. - De ahora en adelante mantente a mi lado, incluso si piso por el mismo infierno. Apóyame para que yo pueda mantener en alto el nombre del templo Nakamura.
"Durante varios meses Kaori y yo nos fuimos conociendo aún más. Como los Onmyōjis ya no estaban tan cerca entonces ella finalmente pudo dejar de estar tensa aunque sea un poco y con el tiempo fuimos tomando decisiones que mejorarían la calidad de vida de muchos y en especial la de ella ya que ahora su carga fue dividida en secciones en las que cada miembro se encargaría de administrar. Un ejemplo de ello fue qué en lugar de que Kaori estuviera al tanto del campo protector ahora se usarían los pergaminos de protección ocultas en las paredes, el resultado fue un éxito en su función de proteger."
- ¿Pintura? ¿Te gusta dibujar? - Preguntó Hitoshi entregando brebaje medicinal a Kaori, quien estaba sentada en la cama de su habitación.
- Solo en mis ratos libres. - Ella respondió mirando la taza. - Aquí tengo una galería a la que solo yo tengo acceso y nadie me molesta.
- Entiendo...
- ¿Quieres verlos? - Ella lo miró tímidamente.
- Será un honor...- Sonrió Hitoshi.
"Nuestros lazos se profundizaron más al punto de llamarnos por nuestros nombres cuando íbamos de misiones juntos, muchas veces nuestras vidas corrieron peligro, pero nos teníamos de uno para el otro."
- ¡Tengu Tennin: tercera danza "Shirasagi"! - Exclamó Kaori en medio de una tormenta de nieve para luego lanzar una gran hoz lila a un Nue.
La bestia trató de esquivar el ataque moviéndose a otro lado.
- ¡Hitoshi va hacia a tí! - Ella gritó.
- ¡Déjamelo a mí! - Dijo el albino corriendo hacia el Nue, sacando su rosario. - ¡Anillo áurico del cielo! ¡Khan!
Un gran destello blanco en forma de aro atravesó a la bestia quien exclamó de dolor y empezó a expulsar una especie de neblina negra que trataba de irse a otro lado.
- Kaori ¿Esa es su verdadera forma? - Dijo Hitoshi.
- ¡Sí, es esa! - Kaori lanzó un pergamino a la neblina y la paralizó a medio camino para luego correr hacia ella, extender su mano y gritar fuertemente. - ¡Purificación Divina! ¡Zai!
Y con ello la neblina fue exterminada por completo.
- ¡Lo lograste! - Vitoreó Hitoshi.
Kaori recuperó aliento y una vez segura de que el área estaba despejada ella de manera natural e inconsciente sonrió levemente a Hitoshi, quien ante esa expresión no dudó en devolverla.
"Todavía recuerdo el día en que le propuse ir al pueblo de Sachimura para que lo conociera y se relajara un poco, al inicio se negó ya que temía que alguien la reconociera por los ojos pero luego, con un poco de ayuda de un par de lentes, ropas hechas por las hermanas Hanae, Hatsu y Haru y los amuletos protectores por parte de la cabecilla de las sacerdotisa Sachiko, la tía lejana de Kaori y Prima del sacerdote Kyo, para que los fantasmas no nos siguieran y también teníamos a favor la discreción del personal del templo. Fugarse se convirtió en una de nuestras rutinas cuando los Onmyōjis no estaban."
"Gracias a ello conocí nuevas facetas de ella como su lado tierno, inocente y curioso al asombrarse por lo mucho que el tiempo había cambiado un pueblo en una ciudad y por supuesto también conocí por primera vez su risa."
- ¿Y qué tal? ¿Qué opinas del nuevo Sachimura? - Preguntó Hitoshi tomando su té helado.
Ambos hicieron una parada de su paseo para detenerse en una cafetería/Karaoke. Habían comprado varios artículos que a Kaori le resultaron interesantes aparte de más pinceles para sus cuadros.
- Está irreconocible a pesar de la actividad paranormal durante el día. El templo solo guardaba fotos antiguas pero ya no es lo mismo. - Kaori respondió mirando con curiosidad por todo el lugar sosteniendo también un té helado de matcha. - Es un poco ruidoso, pero no está nada mal... sobre todo el acuario nunca había visto tantas clases de peces...
- Me alegra mucho que te gustara. - Hitoshi miró a la persona que estaba cantando en el estrado para luego observar a Kaori - Me gusta venir a este lugar en especial, el administrador de aquí es un conocido mío a quien le curé de las amígdalas a cambio de todo lo que pueda hasta completar el costó total.
- Admito que tiene un buen gusto... - Kaori le sonrió.
- Gracias... - Hitoshi le devolvió la sonrisa.
Y así se quedaron mirándose profundamente con mucho respeto y comodidad hasta que un reflector se iluminó sobre Hitoshi.
- Damas y caballeros, el siguiente número especial será llevado por el caballero de la mesa 16, así que recíbanlo con fuertes palmas para que canté la siguiente pista musical "Yell ga kikoeru " El clásico de H2 que conmoverá sus corazones.
(Cancion de referencia ya que no hay letras)
El sonidos de una guitarras y órganos eléctricos seguido de los aplausos inundaron el lugar confundiendo un poco a Kaori, pero dejando exaltado a Hitoshi
- ¡¿Pero qué estás haciendo Tetsu?! - Exclamó Hitoshi un poco avergonzado mirando hacia una cabina en donde estaba un hombre con un micrófono le estaba levantando su pulgar.
- Me lo agradecerás después hermano... sal y lúcete frente a tu chica. - Dijo Tetsu. - Este es tú momento.
- ¡Tú... hijo de tu respetable madre! - El albino tenía una vena roja sobre su cabeza.
En eso una suavemente y risueña risita se escuchó detrás del albino dejándolo casi petrificado e incluso se le fue el aliento cuando descubrió que la dueña de dicha voz no era ni más ni menos que la de Kaori.
Esa dulces expresión seguido de la risita hicieron que algo dentro de Hitoshi palpitara con más fuerza.
- Ara~ No tiene de qué avergonzarse. Tiene un talento natural para el canto así que no debería ser un reto para usted.
- ¡¿Cómo?! ¡¿Ya lo sabías?! - Hitoshi la miró ahora con la piel de gallina.
- Me percate de que suele cantar y tararear en voz baja cada vez que se concentra en algo. - Kaori luego puso sus manos sobre su mentón y con una mirada entrecerrada acompañada de una ladina sonrisa de lado le dijo. - Me interesa saber qué tanto puede llegar la voz de mi Dai-gūji... así que adelante... sorpréndeme...
Un fuerte sonrojo se dibujó en la cara de Hitoshi al punto de parecer un tomate maduro. Al final él terminó cantando en el restaurante.
"Fueron días espectaculares y a medida que pasaba el tiempo pude sentir como poco a poco había más confianza entre nosotros."
"Sin embargo..."
"Los Onmyōjis un día empezaron a pedir a Kaori que empezara buscar un marido para la sucesión de la marca. Todavía recuerdo el gran folder lleno de fotos de desconocidos que Kaori tenía que analizar para hacer un Omiai. Fue la primera vez en la que sentí mucho miedo ya que el simple hecho de verla unir su vida a lado de otro me hizo sentir como si se me hubiera quitado el aire y me estuviera ahogando."
"Eso me confundió mucho al principio pero todo quedó muy claro cuando por impulso aparté casi bruscamente la mano a uno de los posibles candidatos que claramente había incomodando a Kaori cuando rozó su mano con la suya."
"Normalmente me hubiera disculpado al instante por la actitud brusca... pero nunca lo hice. No me arrepentí de lo que he hecho."
"Con eso en mente entonces supe que yo me había enamorado de ella."
"El pánico me entró y en búsqueda de detener esto pensé que lo mejor sería callar estos sentimientos y negarlos ya que no quería perder la confianza que había desarrollado con Kaori. Muchas veces me auto engañaba diciendo que esto sería la mejor opción pero al mismo tiempo no lo quería aceptar."
"Fue la más larga y agonizante tortura que he vivido durante meses, y aun con eso mis sentimientos por ella no desaparecían, en lugar de eso solo incrementaron hasta un punto en que ya no pude contenerlo más."
- La luna está hermosa hoy. - Dijo Kaori en un lindo traje de otoño mirando el cielo iluminando el matsuri al que Hitoshi y ella fueron.
Estaba sentado en una banca cubierta de arbustos y flores que emiten un agradable aroma.
- Sí, en estas épocas del año es cuando el cielo se llena de tantas constelaciones que parecen hitodamas pegadas al cielo. - Sonrió Hitoshi también mirando el firmamento.
- ¿Hace cuanto que nos conocemos? - Preguntó Kaori.
- Como unos 3 años, 8 meses, 3 días, 20 horas, 50 minutos y 14 segundos. - Respondió Hitoshi en un tono muy seguro.
- Espera ¡¿Tomas el tiempo?! - Kaori se exaltó ante esa minuciosa respuesta.
Aunque Hitoshi empezó a reír.
- Claro que no, aunque sí es muy seguro que fueron tres años... - Hitoshi se tranquilizó. - ¿En verdad creíste que yo tomaba el tiempo?
- Es que lo dijiste con una seguridad que pensé que estabas diciendo la verdad. - justificó Kaori aunque luego de eso se puso a pensar en lo mucho que el tiempo avanzó para ambos. - El tiempo pasó muy rápido desde entonces, nunca me hubiera imaginado que estaría aquí a la espera de los fuegos artificiales es como un sueño y estar al lado de tí solo lo hace aún más especial.
- Opino lo mismo. Pasamos por mucho y esta es una de las pocas ocasiones en las que podemos disfrutar como se debe...- Está tan absorto con el firmamento y el escenario que de manera automáticamente dijo sin pensar. - ... Ojalá que el tiempo se detuviera ahora.
Kaori se sonrojó levemente ante el comentario y desvió su sorprendida mirada hacia Hitoshi.
- ¿Tú quieres que el tiempo se detenga? ¿Por qué? - Susurró ella sintiendo como sus latidos empezaron a latir.
- ¿Por qué? - Repitió Hitoshi ahora percatándose lo que acaba de decir.
Entonces los fuegos artificiales empezaron a volar hacia en el cielo y explotar en forma de flores de fuego que se evaporan con las estrellas, pero pese a ello tanto para Hitoshi como para Kaori fue como si todo se hubiera silenciado brevemente antes de que el albino sacará sus ojos del firmamento para desviarla hacia la castaña quien lo miraba expectante y de una manera que hizo que él sintiera como todo su ser desea grabar esta imagen por el resto de su vida aún si sabía que era prohibido.
- Porque... Estoy enamorado de tí Kaori - Confesó Hitoshi sin pelos en la lengua.
Kaori sintió como sus pulmones se le había cortado el aire al igual que su congelado cuerpo, todo lo que pudo alcanzar a decir fue:
- ¿Eh? ¿Qué dijiste? - Dijo sin poder creerlo.
- Es la verdad. - Asintió Hitoshi siendo muy seguro de sus sentimientos.
Ya no había vuelta atrás
La manera en cómo su pobre corazón se quería salir de su pecho por culpa de este enamoramiento y la incertidumbre del mañana, el calor de las mejilla, el cosquilleo en el vientre, el cómo cada célula de su cuerpo gritaba por protegerla incluso cuando peleaban juntos en las misiones, la manera en cómo disfrutaba pasar al lado de Kaori sin importar qué hacían y la manera en como ella únicamente sonreía para él hicieron que empezara a amar todo aquello que fue conociendo a Kaori.
- Kaori... te he empezado a amar desde que me volviste tu Dai-guji, nos fuimos conociendo y no me lo he permitido sentirlo hasta hoy, ya que siempre pensé que no habría futuro para los dos debido a que en cualquier momento realizarás tu Omiai con alguien apto para tí y la idea de que puedas comprometer con otro me duele y me atormenta al punto que quisiera morirme, pero al mismo deseo tu felicidad aun si no soy parte de ella.
A Kaori se podía ver que había perdido el aliento momentáneamente y el brillo de sus ojos iba incrementando más a medida que las luces de los fuegos artificiales la hacían aún más hermosa de lo que ya era.
Mierda ¿Por qué dolía y amaba tanto estos sentimientos que lo volvían un licuado de emociones?
- Sé que esto no es correcto, pero... soy terco y también egoísta... por eso ya no lo quiero ocultar más. No puedo evitarlo. Amo todo de ti: La forma en que tu ojos pueden expresar tantas emociones, me gusta escuchar las tantas palabras que salen de tus labios cuando hablas de algo que te ha interesado porque emites un hermoso brilló en tus ojos, tu fugaces sonrisas, adoro tu rostro sereno cuando pintas un cuadro, admiró el gran amor que sientes a los que crees dignos de tu confianza y sobre todo... - Llevó su mano a su pecho. - amo el cómo has cambiado mi vida, no tengo miedo de admitirlo...
- Suficiente... no digas más por favor... - Susurró conmovida Kaori ahora empezando a lagrimear mientras sus mejillas se teñían de un tono rosado.
- Kaori yo te am...
Pero Hitoshi no pudo continuar hablando ya que Kaori colocó sus manos a ambos lados de su masculino rostro sorprendido y lo atrajo hacia ella para juntar sus labios en un bello y suave beso cargado de sentimientos silenciosos que estaban ocultos desde hace tres años.
Hitoshi, ahora sin ninguna limitación, no tardó en cerrar lentamente sus ojos junto con los de ella y apegó más su cuerpo junto al suyo en un fuerte abrazó para sentirla más cerca, tratando de inmortalizar aquel momento para la eternidad en su memoria.
"Y así ambos empezamos a salir, muchos estaban felices de nuestra relación a excepción de los Onmyōjis quienes me impusieron toda serie de impedimentos y retos para supuestamente ser digno de la matriarca, pero eso no me importaba ya que por la mujer a la que decidí entregar mi corazón y mi vida haría lo se que sea por hacerla feliz... después de todo ella ahora es mi reina."
"El tiempo pasó y finalmente terminamos por unificar nuestros caminos en ahora de adelante en ese largo pasillo rumbo hacia el altar del templo, en donde ambos hicimos nuestras promesas frente a los dioses y al momento de haber bebido juntos los 3 sorbos del San San kudos de sake, que representaban nuestro intercambio de vidas, finalmente nuestros hilos de destino fueron unidas hasta que la muerte nos separe...
"Pero... nuestra felicidad solo nos duró unos pocos años porque... porque..."
- Hitoshi... Hitoshi... Amor despierta... - Dijo una familiar en voz femenina.
Hitoshi abrió rápidamente los ojos y lo primero que vio fue a Kaori vestida en un bello Shiromuku mientras que él tenía su impecable Kuromontsuki haori hakama. Ambos estaban sentados frente al estanque de Buda tomados de la mano bajo un hermoso cielo despejado.
- Kaori... - Susurró Hitoshi asombrado por verla tan radiante.
- ¿De nuevo te quedaste dormido? Vaya esposo tengo... - Regañó Kaori con un leve puchero.
- Perdóname Kaori. - Rió torpemente el albino sobándose los ojos.
- Ah~ Eres un caso, pero en fin... entonces... ¿Recuerdas lo que hemos estado hablando? - Ella relajó sus expresiones.
- ¿Ehmmmm? ¿Acerca de...? - Hitoshi la miró confundido.
A pesar de la cómica cara estoica de Kaori en uno de sus ojitos salió una diminuta lágrima.
Una invisible estaca atravesó con fuerza la cabeza y corazón de Hitoshi.
- ¡Gomen! - Dijo alarmado el albino abrazándola rápidamente como koala. - ¡No era mi intención ponerte así! ¡Lo siento! ¡I'm so sorry! ¡Lewid!...
Hitoshi está a punto de decir todas las posibles traducciones de la palabra perdón esperando así calmar a su esposa o al menos ese era el plan hasta que la escuchó aguantándose la risa.
- Pfff... Perdón querido... no pude evitarlo. Te ves tan lindo cuando estás en pánico. - Sonrió divertidamente Kaori
- ¡Moh! ¡Me tenías preocupado! Realmente pensé que te había hecho llorar. - Dijo Hitoshi sintiéndose estafado. - Así no se vale.
- Hmmm... descuide señor "soy amable" te estaba contando, que como ya que estamos casados, entonces la tradición del templo dicta que de ahora en adelante debemos ir pensando en los nombres de nuestra futura descendencia. - Explicó la castaña
- ¿Nombres? - El albino alzó una ceja.
- Sí, y verás y-yo... ya tenía planeado uno desde hace meses. - Kaori trató de sonar serena pero el sutil sonrojó tímido la delató. - Obviamente ellos vendrán con el tiempo, no tiene que ser pronto pero ¿Me preguntaba si te gustaría escucharla?
Hitoshi al instante cambio de cara y sonrió dulcemente ante los gestos de su esposa, por lo que acomodándose bien respondió:
- La escucho mi reina...
Kaori bufó suavemente ante aquel clásico apodo de Hitoshi para luego revelar el nombre.
- Veras quería que nuestro sucesor tuviera dentro de su nombre los caracteres de los nuestros, después de todo será nuestro futuro bebe... así que... - Ella metió su mano en una de sus mangas y sacó un pequeño pergamino para mostrarle lo que había escrito.
- ¿Shiori? - Leyó en voz alta el albino.
- El carácter "Shi" viene del último carácter de tu nombre "Hitoshi" y el "Ori" proviene de "Kaori", juntos forman la palabra "guía"... - Kaori lo miró expectante. - ¿Qué opinas?
- Hmmmm... Shiori... - Hitoshi repitió el nombre y luego de pensarlo se dio cuenta que le gustaba. - Me gusta, suena como el nombre de una princesa.
- Yatta... - Festejó bajito Kaori para luego recargar su cabeza en el pecho de su esposo y hablar risueñamente. - Te confieso algo, nunca en mi vida me había sentido tan feliz de qué este día llegará... Gracias Hitoshi. Gracias a ti ahora puedo sentir toda esta clase de lindas emociones de nuevo... como toda una mujer normal.
El albino rodeó sus brazos alrededor de su mujer y la abrazó.
- Soy yo el agradecido. - Susurro Hitoshi. - Tú eres lo más importante para mí... Me hiciste muy feliz cuando aceptaste mi propuesta de matrimonio.
- Aunque fue muy descuidado y atrevido de tu parte proponerme matrimonio en medio de una batalla de espectros, loco tonto. - Ella regañó.
- Llevaba días queriendo proponerte pero siempre había algo que me lo impedía. - Justificó Hitoshi. - Y no te quejes, al final aceptaste la propuesta de este tonto loco y ahora estas casada con él...
Pero ella no respondió.
- ¿Kaori? - La llamó el albino bajando la cabeza y lo que vio solo fue a Kaori ahora durmiendo con parsimonia. - Se durmió...
Una gentil sonrisa se dibujó en los labios de Hitoshi y acomodándose con Kaori acostó su cuerpo con el de ella en el césped y miró el brilloso cielo.
- Qué extraño... a pesar de haber despertado hace poco por algún motivo tengo más sueño... - Susurro Hitoshi.
"Papá..."
- "¿Eh? ¿Hay alguien más aquí?... ¿Una niña?..." - Pensó Hitoshi escuchando una voz distante, pero sintiendo como sus ojos empezaban a cerrarse.
"Hitoshi-san..."
- "Ahora es la voz de un niño... ¿Pero de dónde vienen?" - Hitoshi pensó cerrando más sus ojos hasta quedar en la oscuridad...
"¡Papá!"
Entonces Hitoshi nuevamente abrió los ojos, pero el cielo ya no estaba claro. Era de noche. Hacía frío. Su Shakujou estaba a un lado rota. Kaori ya no estaba a su lado y ni en ninguna parte. Se podía escuchar el grito paranormal de una bestia a la lejanía. Había mucho dolor en todo su cuerpo y se sentía muy cansado.
Fue entonces que se dio cuenta de donde estaba.
- ¡Papá! ¡No! ¡Abre los ojos! ¡Papá! ¡PAPÁ! - Gritó la voz de una niña que él supo reconocer bien.
Era la voz de su querida hija Shiori.
- "yo me estoy muriendo... ¿Verdad?..." - Pensó Hitoshi estando quieto en el césped con la gran herida de su pecho y escuchando como sus hijos y todos los del alrededor también estaban llorando.- "Teníamos una misión... ya ha pasado tiempo desde que he perdido a mi querida Kaori..."
- Papito... por favor no te vayas... no me dejes...- Shiori, en un mar de lágrimas, soltó la mano fría de su papá y lo abrazó por el pecho negando separarse de él.
En eso el recuerdo de la primera advertencia de Kaori pasó por la mente de Hitoshi.
"Regresa al pueblo, vuelve a ser un ordinario doctor y continúe con su vida normal antes de que se arrepienta de su elección..."
- "Ya te lo dije... soy un hombre terco..." - Hitoshi vio como todo su entorno se iba alejando como si viera desde el fondo de un pozo. - "No me arrepiento el haber entrado al templo Nakamura... No me arrepiento el haberte conocido Kaori... No me arrepiento de haberme enamorado de ti No me arrepiento el haberme casado contigo... No me arrepiento de que fueras la madre de mi hija..."
A pesar de que Hitoshi todavía podía sentir como el dolor físico iba disminuyendo, sus pensamientos, todavía seguían activos.
- ¡Perdóname!... ¡Fue mi culpa!... - Shiori enterró su carita más en el pecho esperando escuchar tan solo un latido. - Perdón ¡Perdón! ¡PERDÓN!
- "No... no fue tu culpa mi princesa... Era mi deber como tú padre el protegerte a como dé lugar... Yo soy responsable de mis propias acciones... tú no tienes que cargar con esa culpa..." - Hitoshi quería palmear la cabeza de su niña pero tenía las extremidades tiesas. - " ...incluso si hubiéramos reencarnado en otra época, en otro universo o hubiéramos tenido otra vida te volvería a proteger todas las veces necesarias porque te amo mi princesa... incluso si pierdo todas mis memorias o si mi propia existencia se transforme en otra persona... mis sentimientos de padre estarán contigo para protegerte siempre..."
Hitoshi pudo sentir como cada vez más se alejaba de esa imagen y ya no escuchaba claro el llanto de los niños.
- "Pero aunque diga eso... admito que si tengo un arrepentimiento..."
- Papá... canta como sueles hacerlo... quiero escucharte... por favor... - Suplicó la diminuta voz de Shiori sosteniendo con fuerza el rosario Juzu.
Si Hitoshi estuviera en su cuerpo estaría ahora empezando a llorar con dolor.
- "Lo siento... Lo siento mucho... Lamento mucho ser yo el quien te generé este horrible dolor, bebé..." - Muchos de los planes a futuro que quería hacer con Shiori pasaron a su mente. - " Ya no podremos ir a ese baile de padre e hijas como te lo prometí..."
La imagen de Hitoshi bailando con su niña en traje elegante apareció.
- ¡ha ha ha! ¡Esta es mi música favorita! - Dijo felizmente aquella Shiori pequeña.
- Qué coincidencia, la mía también... - Hitoshi le devolvió la sonrisa.
- "Ya no podré ir a tú ceremonia de graduación."
La imagen de la Shiori adolescente sosteniendo su certificado bajo las flores de cerezo ahora apareció.
- ¡Papá...! ¡Lo logré! ¡Yatta! ¡Yatta! - Sonrió la Shiori adolescente dando varios saltitos.
- "No podré conocer a tu futuro novio y ver si es merecedor de ser tu príncipe..."
La imagen de Hitoshi sentado frente a su hija, al lado de su inusual novio, se mostró.
- Papá... él es mi novio... - Shiori lo presentó tímidamente con un ligero sonrojo. - Y yo... ¡Lo amo mucho!
- Es un gusto finalmente conocerlo señor. - Aquel muchacho respetuosamente le extendió la mano.
Aquel Hitoshi, viendo como aquel joven miraba a su hija con un total respeto y amor, entonces supo que era él indicado y le devolvió el saludo.
- "Y... Nun... Nunca no podré sostener tu mano cuando vayas al altar."
- Estás tan linda... - Dijo la voz de una dama de honor
- Es un chico con suerte... - Dijo otra dama.
Ahora una sonriente Shiori adulta se encontraba mirándose al espejo mirando fijamente el hermoso vestido de novia que ella traía puesto mientras sostenía un ramo de blancas flores de peonías, hortensias y sobre todo azucenas, la flor favorita de su hija.
- Estás preciosa, Shiori. - Felicitó muy orgulloso aquel Hitoshi avanzado de edad extendiendo su mano a su hija adulta. - ¿Nerviosa?
- Un poco de hecho... - Respondió Shiori sin borrar su sonrisa y tomando la mano de su padre.
- No te preocupes yo seré tu punto de apoyo... aquí estaré para escoltarla siempre princesa.
- Gracias papá... - La Shiori adulta empezó a llorar. - Te amo.
A esto era lo que muchos llamaban los últimos pensamientos antes de morir. Comienzan cuando ves pasar tu vida frente a tus ojos, continúan con las crueles imágenes de los posibles futuros en los que ya nunca se vivirán y finalmente terminan en una conclusión común.
La vida de un hombre es efímera como en un abrir y cerrar de ojos, no es algo de lo que puedas escapar para siempre, Hitoshi sabía eso perfectamente pero aun así una parte profunda de él deseaba no morir tan pronto.
Muy pronto todo lo que lo caracteriza físicamente como Hitoshi Yuuki se iba evaporando como neblina menos la última esencia que lo ayudó a seguir manteniéndolo con vida incluso en esos últimos momentos... su alma.
- "Dios... Dioses... Buda... o quien sea que me esté escuchando... ." - Rezó el alma de Hitoshi aferrándose a su única voluntad. - "Si mis plegarias llegan a ustedes... por favor... Les pido que protejan a mi hija... quiero que ella sea feliz... quiero que ella pueda llegar a un futuro prometedor... denle a ella su merecido final feliz a lado de la persona a la que ella decida dar su corazón... es todo lo que pido... se los suplico... ¡Protéjanla como si fuera su propia hija!"
Y con ello la llama de la vela que representaba la vida de Hitoshi Yuuki se extinguió hasta solo dejar un fondo oscuro llamado el vacío.
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Ghost Married
(Parte 1)
Shiori abrió sus ojos de manera sorprendida, ella se encontraba en medio de un camino de mármol apedreado frente a la entrada del templo Nakamura. Había muchas decoraciones y una larga alfombra roja que guiaba hacia una de las dos puertas del salón principal. Con adornos así solo había unas ocasiones en las que el templo tenía tal pinta.
- ¿Acaso alguien reservó el templo para casarse? - Preguntó Shiori empezando a irse hacia otro lado. - Entonces debo ir a colocarme mi traje ceremonial antes de que empiece la ceremonia.
Pero un leve agarre en su mano la detiene de su carrera.
- ¿Eh? - Shiori giró su cabeza para ver al responsable. Grande sería su sorpresa al ver de quién se trata. - ¡¿Papá?!
Hitoshi ante la mención de su nombre sonrió gentilmente.
- Qué bueno que te encuentro. - Dijo el albino caminando con Shiori en la larga alfombra. -Vámonos, ya es hora princesa
- Espera ¿A dónde vamos? - Preguntó Shiori confundida.
- Fu hu hu ¿Acaso ya olvidaste que día es hoy? - Rio Hitoshi ante la cara confusa de su niña.
- ¿Hoy?... ¿Hoy debía de pasar algo?... - Murmuró Shiori tratando de buscar algún sentido. - Esto es un sueño ¿Verdad?
- Por cierto, luces muy preciosas en ese vestido.
- ¿Eh? ¿Vestido? - Entonces Shiori al bajar la mirada hacia ella se percató casi sin aliento y con sorpresa que estaba usando un familiar traje Shiromuku blanco y rojo con un velo que cubría su cabeza. - El vestido de mamá...
Pero repentinamente una sombra la cubrió de los fuertes rayos solares.
- Muchas gracias, caballero. - Agradeció Hitoshi a alguien que estaba detrás de Shiori. - En verdad le agradezco mucho el que sea usted quien llevé la sombrilla ceremonial.
- ¡Oh, no se preocupe señor! Después de todo soy una persona muy amable. - Dijo la otra persona.
- Esa frase... - Shiori volteó a su espalda y quien estaba tras ella era la persona que ella estaba pensando..
- Hola de nuevo polluelo. - Saludó Crowley alegremente cargando la sombrilla roja.
- ¡¿Director Crowley?! - Dijo Shiori con lo ojo casi saltones
- Nunca pensé que llegaría a vivir para ver este momento. Estoy tan conmovido hasta el borde de las lágrimas. - Lloriqueó un poco el hombre cuervo.
Eso no fue todo. Detrás del director también se encontraban no sólo el desfile compuesto de sus familiares del templo sino que también estaban Divus, Trein, Sam, Vargas, los alumnos del Night Raven y hasta Grim siendo acompañado por Koichi es su yukata formal y William, Billy y Bletcher llorando como magdalenas.
- ¿Es la dulce niña con la que hemos convivido? - Lloró William con un pañuelo.
- ¿Cuándo tan grande se volvió? - Añadió Billy sonándose la nariz.
- Apenas era solo una pequeña cuando empezó a vivir en el dormitorio abandonado. - Lloró William.
- ¡El secuaz ya creció y ahora se va a casar con un mocoso! ¡Fffgnaaa! - Lloró en cataratas Grim.
- ¡BBuuaaaaaaa! - Ahora se unieron al lloriqueo los tres fantasmas.
- Y más le vale que haga feliz a la enana porque sí no... - Koichi empezó a tronar los huesos de sus manos con una cara de pocos amigos. - Juro que le romperé cada hueso del cuerpo.
Pero eso solo hizo que Shiori se sintiera rara por el contexto y por el escenario bizarro.
- ¿Quéééé? Okey tiempo. Ahora si estoy confundida ¿Qué está pasando? - Shiori pidió explicaciones. - Acaso... Esta boda... ¡¿Es la mía?!
Aunque nadie respondió a esa respuesta porque más pronto que tarde todos ya estaban frente a la entrada tori ante una pequeña anomalía.
- Muy bien princesa... entonces ¿Hacia qué camino te gustaría ir? - Preguntó calmadamente Hitoshi.
- ¿Camino? - Shiori miró al frente.
- Así es, recuerda pensarlo detenidamente... - Continuó Crowley.- Después de todo compartirán vidas.
Y en efecto, frente a la albina, la alfombra roja se dividía en cinco caminos diferentes. Todas se conectaban hasta el mismo altar en donde los novios se sientan pero en medio de esos caminos había cinco atractivos muchachos vestidos en distintos trajes de novios, caminando hacia donde Shiori se encontraba con su padre y el director.
- ¡¿Eh?! ¡¿Chicos?! - Shiori tenía la piel de gallina ya que no esperaba que sus amigos estuvieran presentes aquí. - ¿Q-Q-Q-Qué hacen aquí?
Pero entonces el primer chico dió un paso al frente y le dijo a Shiori.
- Por favor Shiori ¡Cásate conmigo! - Dijo dulcemente Epel sosteniendo sus manos sobre su pecho como si fuera alguna clase de plegaria. Estaba vestido en un esmoquin blanco brillante.
- ¡¿Eh?! Epel yo... - Shiori quedó casi congelada ante esa propuesta inesperada.
Peró entonces, el segundo muchacho, al ver la confusión en la cara de Shiori entonces también dió un paso adelante y respondió:
- ¡No lo miré a él! ¡Shio-chan cásate conmigo! - Ace sonrió con su clásica sonrisa cómplice mientras le extendía su mano. Él llevaba puesto un esmoquin rojo con patrones a cuadros.
- Chicos no bromeen con esto... no es gracioso. - Dijo ansiosamente Shiori sintiendo como los colores empezaban a subir sobre su cara.
- Esto no es una broma. - Dijo el tercer muchacho saliendo al frente.
- Por favor, elígeme como tu compañero de vida, mi rosa blanca. - Sonrió encantadoramente Riddle vestido en una elegante gabardina roja y el cabello bien arreglado.
- ¡¿Riddle tú también?! - Exclamó Shiori ahora hecha un tomate maduro y con el pulso acelerado.
En eso la cuarta persona salió al frente para que en su seductor tono francés acompañada de su porte caballeroso le dijo a la albina:
- Reine des anges, mi preciosa mon chéri, Quiero ser tu "Sirviente de amor" para siempre. - Juró Rook guiñando un ojo en su esmoquin morado con guantes. - ¿Puedo tener el honor de casarme contigo?
- "¡No es tan bromeando! ¡Aawawawa! ¡¿Qué hago ahora?! " - A estas altura Shiori había activado su Ajna y estaba a casi nada de conocer a Buda en persona. - "¡¿Qué clase de referencia otome es este?!"
Y entonces llegó el inesperado quinto muchacho acercándose lentamente.
Shiori podía sentir cómo su cuerpo se quedó estático ya que la manera en cómo esos ojos ámbar amarillo transmitían fue totalmente única y nunca antes vista.
- ¿ I-I-I-Idia-Kun? - Susurró Shiori viendo como las mejillas de aquel alto joven junto con las puntas de su cabello de fuego se teñían de un ligero rosa.
- Shiori... no te vayas a ninguno de esos lados... - Idia, vestido en un esmoquin negro, le extendió su mano. - Seremos felices juntos. Quédate conmigo para siempre.
Entonces de manera sincronizada, los cinco muchachos, se arrodillaron de una pierna, extendieron un ramo de flores y al mismo tiempo le dijeron al unísono a la sacerdotisa:
- ¡Adelante, elige a tu novio favorito! ¡Princesa!
La tensa cuerda que representaba la cordura de la albina se rompió repentinamente. Tanta sobrecarga emocional, estrés, ansiedad y confusión sobre la pobre e inocente mente de Shiori terminaron por hacerla desmayar. Aunque gracias a eso por fin pudo despertar...
- ¡Whaa! - Shiori se levantó tan rápido que técnicamente terminó saliendo rodando de la cama hasta caerse de ella y golpearse la espalda y la cabeza contra el piso de madera tan fuerte que hasta empezó a ver estrellas.
- Ittai... Eso me dolió...- Susurró Shiori se llevó las manos a la cabeza. - ¡Moh, esto me pasa por despertar rápido!
En eso se percató que había un sonido pequeño sonando en su habitación y quitando guiándose por su oído vio que se trataba de su teléfono que estaba encendido.
Tomando el artefacto, Shiori, prendió la pantalla para ver la imagen como la imagen de un joven peliverde de cabello largo y sombrero corriendo con prisa mientras sostenía a una joven castaña en vestido de novia y que debajo de ellos había un cuadro de texto abajo en el que el chico reafirma sus sentimiento a la protagonista.
- Uy, debí saber que tú serías el responsable de esto... por haberme enganchado con tú historia... - Shiori frunció el ceño e hizo un puchero a la imagen del chico peliverde, tratando de estar enojada con él, pero a los pocos segundos terminó por sonreír con lagrimillas en sus ojos y abrazando el teléfono. - Ay, pero no puedo estar enojada contigo Ukyo... Sniff... Al fin me aseguré de que fueras feliz con la heroína luego de todo sus intentos por salvarla en su destino.
Y con esa distracción ella se olvidó totalmente del sueño que tuvo hace poco.
- ¿Por qué haces tanto ruido a las 6 de la mañana?. - la cabeza de un somnoliento Grim se asomó por el borde de la cama.
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Las horas avanzaron y todos los residentes del dormitorio estaban ayudando con la limpieza del día. William, Billy y Bletcher ya limpiaron el ático y el exterior del dormitorio desde temprano ya que iban a salir con algunos fantasmas del colegio a una especie de torneo de poker. Queen y Zeppelin colgaron la ropa limpia para secarla. Shiori se había encargado de la limpieza de la sala común junto con la habitación y a Grim le faltaba su última tarea.
- Noooo, por favor no. No quiero trapear el tonto piso. - Refunfuñó Grim sosteniendo la escoba. - Ya está barrida.
- No Grim, ya solo te falta una tarea de tu lista así que nada de berrinches. - Shiori lo corrigió ya estando vestida en su uniforme.- Además quedamos en rotar los turnos esta semana por haber perdido en piedra, papel o tijera.
- Una vez más ¡Solo una ronda más! No perderé esta vez. - Suplicó Grim.
Shiori estaba apunto de decirle que no fuera un mal perdedor y que cumpliera con sus tareas que prometió hacer cuando de pronto el presentimiento paranormal la golpeó de su pecho. Su piel se erizó, el Ajna se encendió automáticamente y sus ojos se abrieron en grande para mirar fijamente a un punto ciego de la habitación.
A Grim se le hacía extraño que Shiori que quedará quieta de ese modo a menos que sea el sinónimo a que algo grande estaba a punto de pasar.
- ¿Hola? - Grim dejó la escoba y se subió a un mueble cercano para estar cerca de la cara de Shiori y mover su pata esperando que reaccionará, lo cual no pasó. - ¿Yuju? Tierra llamando a la hermana Shiori... ¿Estás bien? Me estás asustando estando muy callada.
De manera veloz ella salió de su estado desconectado e hizo lo primero que tenía que su mente le gritó.
- ¡Grim aléjate de allí! - Exclamó Shiori tomando al felino en su brazo y se alejó una distancia prudencial de un salto.
Luego de eso Shiori sacó tres pergaminos de su cinturón y los lanzó hacia el mueble en donde estaba Grim.
Las cartas entraron en contacto con algo en aquel espacio y Shiori estaba a punto de dar la orden para emitir la corriente eléctrica, pero no pudo hacerla ya que de manera repentina algo la cortó en varios trozos a tiempo.
- ¡Ffgnaa! ¡¿Y ahora qué?! - A Grim se le pusieron los ojos en blanco ante la sacudida.
- Hay varias presencias entrando a la casa. - Dijo firmé Shiori sintiendo varias auras alrededor. - Son demasiadas.
Casi de manera espectral un gran grupo de fantasmas aparecieron en el umbral de aquel pasillo, todos vestían de unos blancos pero rasgados uniformes antiguos de caballeros de alguna guardia y además se parecían mucho a William, Billy y Bletcher.
- ¡Sucias ratas! ¡¿Qué están haciendo aquí?! - Exclamó uno de los fantasmas al ver a la albina y a Grim.
- ¡¿Oye porque el insulto?! ¿Es que acaso...? - Se quejó Grimm pensando que eran sus residentes, pero no tardó mucho en tomar en cuenta los pequeños detalles qué los diferenciaban esos fantasmas de sus fantasmas. - Un momento... no son nuestros fantasmas... todos llevan trajes distintos.
- A no ser... - Shiori se serenó un poco, colocando su manos en el piso de la casa para canalizar sutilmente su energía áurica que entró en contacto con todos los ocultos pergaminos de protección que había colocado en las paredes de su hogar cuando la reconstruyó, por suerte se percató que todo estaba intacto. - Ya veo... Si William, Billy y Bletch son los únicos que pueden pasan a este dormitorio y si no falta ninguna Ofuda. Entonces no hay duda, ustedes también son Yureis... fantasmas de personas fallecidas... - Dijo ella La albina quitando su mano de la superficie para ahora comunicarse con aquellos fantasmas sin romper su compostura.- ¿Qué conexión tienen sus almas en este terreno?
- ¡Esta sala será la recepción de su alteza real! ¡Los intrusos deben irse de inmediato! - Exclamó el líder de este grupo de fantasmas
- ¿Su alteza? ¿Sala de recepción? - Preguntó confundido Grim.
- Así que la casa les pertenecía a ustedes cuando vivían ¿Verdad? - Shiori preguntó minuciosamente las mismas preguntas que solía hacerle a las almas en pena de su mundo. - Viendo como ahora su energía entra en contacto con estas paredes debieron pertenecerles hace mucho tiempo atrás. Digamos que unos... 300... 400... 500 años ¿No es así?
Los fantasmas jadearon ante las palabras de Shiori.
- Tú... ¿Cómo sabes de eso? - Dijo un fantasma tratando de ocultar su sorpresa.
- La casa, la tierra y todo aquello que exista en este plano tiene vida, tiene alma y es un ser que transmite energía... - Shiori explicó usando sus ojos escarlatas para mirar a cada uno de los espectros. - ... de tan solo verlos y escuchar como mi pobre hogar ahora está llorando. Puedo decir con certeza de que algo terrible pasó aquí para que esté tan cargada de tantas vibras negativas. La casa me dice que aquí ocurrió una masacre...
Eso hizo que los fantasmas colocaran un rostro como si hubieran visto algo terrible lo cual ocasionó que uno de ellos por impulso rompiera la formación
- ¡Guarda silencio! ¡No sabes lo que dices! - Exclamó uno de los fantasmas lanzando a Shiori un ataque mágico con ayuda de alguna clase espada espectral que tenía cerca.
Pero ella con un suave movimiento de su mano derecha logró desvanecer el ataque a mitad de camino dejando aún más perplejos a los fantasmas.
- ¡¿Cómo?! ¡¿Deshizo mi ataque?! - Exclamó el fantasma.
- Afortunadamente para ustedes soy una dama que detesta pelear sin motivo alguno y por respeto a sus vidas anteriores, les perdonaré aquella falta. - Shiori luego envió una mirada fría. - Pero les advierto que si se atreven a nuevamente a atacarme o lastiman a mi hermano, no dudaré en regresarlos al gran después...
Muchos fantasmas tragaron grueso ante esos ojos escarlatas, nunca en su vida había sentido tanto frío en sus ya inexistentes vidas.
- Así que señores, bajemos las armas. Hablemos un poco... - Shiori relajó su mirada solo un poco. - ... No me gustaría que se iniciara una guerra espiritual entre nosotros...
- ¡Ja ja! ¡Ay pero que idiota! - Rio Grim a un lado. - ¡Este es nuestro hogar! ¡Los intrusos ahora son ustedes!
- Grim... - Shiori advirtió al felino.
- ¿Cómo se atreven a hablarnos de esa manera plebeyos? ¿Quiénes se creen que son? - Exclamó otro fantasma - Esta residencia ha pertenecido a nuestro país mucho antes de que nacieran.
- Cuando el día de tu muerte llega todo lo que alguna vez fue tuyo pasará a manos de otras personas innumerables veces sin importar quienes sean, lo único que te pertenece por siempre es sólo tu propia existencia. - Shiori respondió con sabiduría.
Los fantasmas fruncieron sus ceños, algunos querían acercarse para sacarla de los terrenos pero por algún motivo había algo dentro de ellos que les gritaban que no se acercaran más a esa joven albina.
- ¡Si no se van por su propia cuenta, los obligaremos a salir! - Advirtió el guardia fantasma levantando su espada como los demás.
Pero Shiori no dio media vuelta y en lugar de eso solo su ceño se frunció al ver la grandes cantidades de frustración que había en cada alma.
- Puede que no se hayan percatado pero ese apego relacionado con aquella terrible tragedia no les está permitiendo tener el pacifico sueño eterno, pero ¿Cuál es la raíz?... - Habló pasivamente Shiori empezando a cerrar los ojos para enfocarse en su audición. - Puedo oír claramente los gritos de su agonía, la ira, la tristeza, el arrepentimiento y el anhelante deseo de culminar algo que quedó pendiente muy dentro de ustedes, pero si siguen acumulando esas intensas energías entonces las cosas se van a salir de control.
- ¡Insolente! - Dijo muy enojado uno de los fantasmas pensando que Shiori los estaba amenazando, por lo que sin aguantarlo más se lanzó hacia ella para atacar.
- Es por eso que por su bien de sus almas... - Luego abrió sus ojos escarlatas. - ... Debo sellar esa energía antes de que esos deseos los transforme en algo de lo luego nunca podrán reconocerse.
Shiori, esquivando de manera rápida al fantasma, logró ubicarse hacia su espalda con el fin de ubicar suavemente su palma en aquel cuerpo translúcido para realizar la transmigración áurica y tener acceso rápido hacia algunas imágenes de su vida anterior antes de morir. Viendo lo que tenía que ver entonces ella se acercó hacia de donde estaba su supuesto oído le susurró:
- Lo lamento mucho. Peleaste hasta el final y diste todo para proteger ese terreno. Fue muy admirable, pero aun así no fue tu culpa... ya puedes descansar en paz y ser libre de tu sufrimiento. - Entonces Shiori encendió la luz de su tatuaje y dijo. - Purificación Divina, Zen.
Una cálida luz lila iluminó a aquel fantasma de una manera hizo que su espectral presencia sintiera somnolencia como si devuelta estuviera vivo. Fue una dicha tan única que no se percató que ya estaba cerrando los ojos como si estuviera dormido y finalmente se desvaneció al aire.
- Que los dioses de este mundo te guíen a tu nirvana... mereces descansar en paz...- Shiori sentenció dando una corta oración.
Hubo un breve silencio, todo el ambiente se quedó helado y si antes los fantasmas estaban asombrados ahora estaban petrificados.
- Ella... Ella... - Tartamudeó uno de ellos y finalmente todos exclamaron alarmados al mismo tiempo. - ¡LO DESVANECIÓ!
Entonces Shiori dejó a la vista su abrumante y colosal energía áurica en sintonía con sus pergaminos que salieron de su cinturón y empezaron a volar en círculos a su alrededor.
- Marca bendita que resides dentro de mi. Ayúdame a darles a estas almas su descanso eterno.- Rezó Shiori, extendió su brillante mano tatuada junto con el rosario. - ¡Almas de tragedia, dejen que sus almas se salven!
Sin embargo, en lugar de huir y salvarse, aquellos fantasmas se prepararon a pelear por el terreno.
- ¡Ataquen sin parar! ¡Es un enemigo de clase Mortal! - Ordenó un fantasma alzándose con el grupo. - ¡No podemos dejar que ella se acerqué a nuestra princesa!
- ¡Sí señor! - Exclamaron los demás.
Y por el otro lado.
- ¡Vamos secuaz! - Grim empezó a preparar sus llamas de fuego. - ¡Les voy a mostrar lo que el gran Grim puede hacer!
- Un momento Grim. - Lo detuvo ella.
Shiori tomó uno de los pergaminos flotantes, le susurró una breve oración que hizo que la superficie del papel se empezará a llenar de caracteres rojo.
- Usa este talismán, con esto tus llamas podrán purificar la energía espiritual de estos fantasmas pero solo hasta cierto tiempo limitado. - Shiori entregó un pequeño pergamino con sello a Grim para que se lo pegara a la frente como si fuera una pegatina. - No la vayas a perder el tiempo que duré ¿Hecho?
- Ya rugiste. - Asintió Grim haciendo brillar su gema mágica.
Y con esa advertencia Shiori y Grim también se dirigieron hacia los fantasmas para dar inicio a una gran pelea en el dormitorio abandonado.
Queen y Zeppelin al ver por la ventana toda la batalla se miraron con preocupación y empezaron a graznar entre ellos, como si discutieran sobre algo. Unos pocos segundos después, ambas aves se dirigieron con prisa hacia un solo sitio en específico.
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La batalla se fue prolongando cada vez más.
Algunos de los fantasmas lograron esquivar por suerte los veloces pergaminos de Shiori y trataban de evitar a toda costa que ella los tocará con esa mano adornada con aquel dichoso tatuaje aterrador y mucho menos los pergaminos que podían paralizarlos.
Las bajas fueron pocas pero aun así no podían bajar la guardia con ella.
Grim por otro lado, tras haber estado viviendo con una sacerdotisa y fantasmas durante varios meses entonces se podría decir que algo debió de aprender, ya que según él, tenía que tener un "por si acaso" en caso que algún fantasma random se metiera con él y hoy era el día en que pondría a prueba todo ese conocimiento.
- Y tu chamuco, cuando llegues al paraíso dile a Beatrice que Grim le manda saludos. - Con esa frase dicha, empleó la magia de su gema en conjunto con el pergamino para emitir las azules llamas que quemaron al fantasma que tenía al frente.
Pero todavía no se podía cantar victoria porque todavía llegaban más fantasmas que respaldan las bajas y además se le acabaron los pergaminos.
- "Mientras más purifique a estos fantasmas ellos seguirán llamado a más para extender la batalla. " - Pensó Shiori intentando recuperar el aliento mientras ahora realizaba los nueve sellos de sus manos para atrapar un puñado con el loto ascendente y atraerlos hacia ella con el fin de purificarlos. Pero repentinamente un ataque sorpresa le rozó la mejilla y antes de que la sangre empezara a salir ella usó la curación divina de manera inmediata para cicatrizar su herida. - "El deseo que ellos quieren cumplir es tan fuerte que incluso estas dispuesto a matarme sin dudarlo."
En eso más fantasmas empezaron a salir de las paredes del pasillo. Shiori se puso en guardia una vez más, lista para contraatacar pero repentinamente Grim salió al frente de ella.
- ¡AHHHH! ¡Ya me tienen harto! ¡¿Tienen idea de lo mucho que me he esforzado para barrer este piso?! ¡Me costó mucho! ¡Ffggnaa! - Chilló Grim escupiendo la más grande bola de fuego azul de su hocico que hizo retroceder a todos los fantasmas.
Shiori miraba asombrada la enorme energía con la que Grim empleaba en su ataque. ¿Realmente se trataba del mismo Grim?
Sin embargo la felicidad no dudaría mucho de no ser por un pequeño declive.
Al ser tanta la magia de fuego que expulsó hizo que su pequeño cuerpo terminará por cansarse al instante a tal punto que empezó toser mucho.
Los fantasmas, viendo que el gato se detuvo de su ataque, entonces lo vieron como una oportunidad para atacar y ellos nuevamente se lanzaron hacia él.
- ¡Grim! - Shiori rompió su máscara de sacerdotisa para mostrar su verdadero rostro preocupado.
Entonces palmeando sus manos ella creó un muro de mándalas y la empujó con una presión de aire para barrer con todos los fantasmas del pasillo hacia el otro extremo, todo con el fin de acercarse a Grim y agacharse para sostenerlo entre sus brazos.
- ¡¿Estás bien?! - Preguntó ella sobando su espalda. - ¡Grim...!
- Guhh... mi garganta se siente más seca que un desierto... - Respondió Grim cayendo rendido con los ojitos en blanco y tosiendo una nube de humo. - Ya no puedo escupir más fuego por mi boca, secuaz.
- Exorcizar a un fantasma quita mucha energía y lo es aún más si usas exorcismos fuertes. - Ella le quitó el pergamino que terminó desintegrándose como partículas de luz. - Lo hiciste muy bien para ser tu primer encuentro, Grim.
Después de eso ella lo cargó y empezó a usar la energía que había acumulado para poder ayudarlo a aliviar un poco la molestia a través de su marca.
- Debo llevarte a un lugar seguro para que recuperes más energía, salgamos de aquí. - Sentenció Shiori buscando una vía fácil para salir.
- Pero la casa... - Grim luchaba para hablar sin que su voz se escuchara rasposa.
- Grim, la casa ya no importa... - Susurró ella acariciando la cabeza de Grim. - Tú ahora eres lo más importante y no puedo ponerte en peligro si te has quedado sin energía.
Grim lo pensó por unos segundos y cuando vio que discutir con Shiori era una batalla perdida por lo terca que era y lo cansado que estaba ahora entonces solo asintió con la cabeza y parecía que todo iba a estar bien, cuando de pronto.
- ¡Apunten!
Los ojos de Shiori y Grim se abrieron en grande. Rápidamente ella giró hacia su atrás para ver a todos los fantasmas con las espadas levantadas y con varios hechizos de maldiciones listos para atacar en conjunto.
- ¡Fuego!
Y con eso, todos los hechizos salieron disparados con velocidad insana hacia Shiori y Grim.
Ella, por reflejo, extendió rápidamente su mano para crear varias capas de muros de mándalas, pero aun así las primeras se rompieron y así una por una se iban destruyendo hasta casi llegar a la última con la que Shiori trató de mantenerla firme.
Mordiéndose los labios Shiori con todas sus fuerza ella también incrementó el poder de su muro y con un gran sobreesfuerzo humano seguido de un grito. Al final tanto su defensa contra el ataque terminaron por anularse en forma de una explosión de energía áurica que que dispararon a todos los presentes por ambos extremos.
Shiori estaba a nada de que su espalda chocara con la pared, así que cubriendo el cuerpo de Grim con el suyo esperó el impacto doloroso.
Aunque dicho dolor nunca apareció porque repentinamente en la última ventana del pasillo se le dibujó una sombra que iba creciendo y seguido de ello la superficie de vidrio se rompió en varios pedazos a causa de un pie seguido del cuerpo de Crowley acompañado de los dos cuervos que, ni bien ingresaron, se dirigieron velozmente hacia donde fueron lanzados los fantasmas para crear una distracción.
Por cómo se veía la situación Crowley logró interceptar el trayecto de Shiori, atrapándola entre sus brazos a tiempo y deslizándose por el piso hasta frenar.
- ¡¿D-Director?! - Dijo sorprendida Shiori ante la llegada del hombre cuervo.
- Sostente fuerte. - Sólo logró decir Crowley para luego tomar el bastón con forma de llave y clavarla en el suelo para así crear un círculo mágico en la superficie.
Shiori ante lo que iba a pasar, por inercia rodeó un brazo alrededor del cuello del adulto, sostuvo bien a Grim y sintió como los tres iban bajando de piso a piso hasta aterrizar a salvo a la primera planta.
- No tenemos mucho tiempo, tenemos que sacarte de aquí. - Comentó rápidamente Crowley bajando a Shiori para sacar de su abrigo una especie de anillo con una gema azul y colocarla en el pulgar de la albina. - Por nada en el mundo te quites este anillo, nos ayudará a ganar más tiempo.
- No entiendo... ¿Cómo llegó rápido aquí? - Shiori trató de razonar este momento inesperado.
Aunque Crowley no tenía tiempo para explicar los detalles así que tomando la mano de la albina se dispuso a guiarla casi corriendo hacia la puerta.
- Te prometo que te lo explicaré más tarde, pero hay que irnos ya. - Fue lo que dijo el director abriendo la puerta con magia para salir del dormitorio.
Queen y Zeppelin viendo como Crowley ya se había llevado Shiori a salvo de la casa entonces dejaron de molestar a los fantasmas con su estruendoso graznido y también se dieron a la fuga.
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- ¿Novia fantasma? - Preguntó Shiori ya sentada en el despacho del Director con un Grim ya recuperado sentado en su regazo tomando su vasito de agua y siendo abrigando por los dos cuervos a sus costados, escuchando atentamente todos los detalles de aquellos esbirros fantasmales que invadieron su hogar.
- ¿Qué demonios? se supone que debo estar feliz o asustado. - Grim miró sin entender el contexto.
- Esos fantasmas son vasallos de la "Novia fantasma". - Asintió Crowley tomando asiento para recuperar el aliento luego de una rápida corrida. - Como el edificio estuvo desocupado hasta el año pasado, siempre hemos dejado que ellos se alojarán solo algunos días, pero al parecer han regresado otra vez.
- ¿Sabe algo más acerca de ellos? - Shiori quiso indagar un poco más mientras se cubría un oído.- Cuando entraron al dormitorio pude sentir como la casa lloraba y gritaba sin cesar. Aún estando aquí todavía lo puedo oír.
- ¿Llorar? - Crowley frunció levemente el ceño pero no lo desvió de la pregunta de la albina. - Oh, es debido a la tragedia que pasó hace 500 años.
- ¿Me podría contar lo que pasó, por favor?
Crowley ante la petición y la mirada serena pero preocupada de su protegida entonces no dudó en contarle los detalles de aquel suceso:
"Ella era la princesa de un país que fue destruido hace mucho."
"Su sueño era casarse con un príncipe maravilloso."
"Desafortunadamente, antes de cumplir su sueño ella perdió la vida."
"Aun así, incluso como un fantasma, ella todavía no se rinde sobre casarse con el príncipe ideal."
Shiori entrecerró levemente sus ojos ante la mención de "Príncipe ideal", aunque su compostura todavía se mantiene.
"Y alrededor de esta época del año, ella viene a Twisted Wonderland para encontrar a su novio."
Crowley finalizó la corta narración, pero aun con eso Grim no estaba del todo feliz de esta situación ya que perdieron la casa.
- ¡Si ya sabias sobre ellos entonces deshazte de ellos! - Exigió Grim.
- Créeme que mucho más tedioso el tratar de echarlos a todos con lo temperamentales que son. - Justificó Crowley. - Tú mismo fuiste testigo de eso, así que para evitar más peleas vamos a dejarlos en paz por ahora.
Grim solo refunfuñó ya que no sabía qué más decir, pero aun así todavía estaba molesto.
- En otras circunstancias diría que es un honor ser reconocido por la realeza fantasmal, pero... - Crowley miró el anillo que le había dado a Shiori - Nuestra situación ha cambiado ahora y en el tiempo que ellos hagan su búsqueda debemos de evitar que los fantasmas y usted se encuentren de nuevo, señorita Nakamura. Luego de lo que pasó en el dormitorio, comprendes la situación ¿No es así?
- Sin duda alguna es una horrible tragedia lo que les pasó. - Shiori suspiró procesando la historia de aquella fantasma. - Así que en poco términos me está diciendo que para evitar una innecesaria guerra espiritual ¿Yo tengo que abstenerme de purificarlos y no encontrármelos cara a cara? ¿No es así?
- Realmente lo captaste rápido. - Crowley entrelazó sus dedos.
- En efecto, no es difícil entender la situación cuando tienes varias piezas para armar el rompecabezas. - Luego ella miró detenidamente el anillo de su pulgar con ayuda del Ajna. - Eso también incluye al anillo que me dio. Puedo ver claramente que está hecho con la energía espiritual de Sam que está interactuando con la mía.
- Eso es correcto. - Asintió Crowley - El anillo que te dí es un artefacto que ayuda a ocultar la presencia de las personas que tienen una energía demasiado llamativa. - Crowley se acomodó el sombrero. - Así que con esto ninguno de esos fantasmas ya no podrán reconocer tu energía espiritual. Tenía pensado entregarlo con más calma, pero la llegada de los fantasmas fue muy repentina.
- A veces no entiendo tus actitudes... - Grim lo miró con un signo de interrogación. - ¿Por qué te tomaste la molestia?
Crowley lo pensó detenidamente, luego de unos segundos desvió su mirada hacia Shiori y con sinceridad le respondió:
- Porque no quería que los fantasmas nuevamente persiguieran a la señorita Nakamura. Ellos pueden pensar que ella es una amenaza debido a su naturaleza así que quería evitar que ella saliera lastimada.
Shiori abrió sus ojos sorprendida ante ese acto de preocupación y un ligero sentimiento de calidez la invadió.
- Le agradezco mucho su preocupación y por el anillo. - Apreció ella el detalle. - No debió haberse molestado.
- No te preocupes, todo sea por el bien de quien está bajo mi tutela. - Sonrió Crowley. - Después de todo soy muy amable.
Shiori sonrió levemente aunque todavía había algo que preocupaba a la sacerdotisa.
- Pero hay algo que me inquieta... - Explicó ella.
- ¿Qué cosa? - Preguntaron tanto el director como Grim.
- En mi mundo un alma que se niega a descansar luego de tantos siglos es catalogada como un alma en riesgo a corromperse.
- ¿Corromperse? ¿Algo así como desviarse del camino? - Preguntó Grim curioso por el tema.
- Aunque no lo creas el alma es como un cúmulo de energía que mantiene vivo a un cuerpo en el tiempo que dure...- Shiori vio que Grim tenía problemas para comprender su idea así que usó la analogía para explicar. - Es algo muy similar a la magia de un mago. Ellos dependen de ella para realizar un hechizo y sin ella no pueden hacer nada. Lo mismo pasa con el cuerpo humano, para que un ser exista depende de un alma para moverse, interactuar y hasta vivir.
Ahora sí Grim podía entender lo que ella decía.
- Dependiendo de cómo una persona trata a su alma puede mantenerla purificada o también la puede contaminar con cada acción que haga en su vida.
- Oh... ¿Algo así como el Blot?
Shiori asintió.
- Si no eliminas la contaminación de tu alma estas se van acumulando y a mayor pase el tiempo se van estancando hasta formar una bola de energía retorcida de emociones y maldiciones. - El rostro de Shiori se serenó. - Lo peor viene cuando la vida se acaba. Porque una vez que el cuerpo expulsa el alma, esta se encontrará con varios limites a las que no debe de cruzar. porque de lo contrario terminarían por desviarse del camino del descanso.
- ¿Y qué hay de William, Billy y Bletcher? - Grim mencionó a los fantasmas residentes del dormitorio. - Ellos se ven normales.
- La diferencia es que ellos se rehúsan a ir al gran después para descansar eternamente pero tampoco tiene un deseo o un apego pendiente a la que perseguir eternamente... Son simplemente almas estancadas en medio de las fronteras de la vida y la etérea.
- Así que las fronteras que mencionas son como tentaciones. - Comentó interesado Crowley.
- Por obsesionarse con el placer que yace al final de esos limites, en lugar de camino del descanso eterno, pueden llegar a ocasionar que un alma se pierda a sí misma y transformarse en algo de lo que ya no podrá reconocerse... lo equivalente al infierno mismo.
Hubo un silencio lúgubre en la oficina
- O al menos así en el caso de los fantasmas de mi mundo pero no sé cuántas similitudes existen aquí. - Shiori se cruzó de brazos mientras los presentes respiraron aliviados. - Pero lo que sí es claro es que esos fantasmas llevan como 500 años tratando de cumplir un asunto pendiente y a mayor pase el tiempo me preocupa que cuanta energía negativa fueron acumulando en todo este tiempo.
- Se que el tema con los fantasmas es muy delicado, pero le pido que solo por esta vez tratemos de tomar este caso con sutileza. - Se lo pidió el director ahora suavizando su mirada. - Como director debo tratar de velar que todo se desarrolle de manera tranquila y como tú tutor mi deber es el de priorizar que mi joven polluelo no se convierta en un objetivo de estos fantasmas que andarán rondando por solo unos pocos días.
- ¿Qué? ¿Solo estarán aquí unos pocos días? - Shiori alzó una ceja. - Me imaginaba que estarían por lo menos semanas por lo desesperados que están por conseguirle un novio a la fantasma.
- Verás, la razón por la que estos fantasmas por poco tiempo es porque nunca han encontrado a ese tal novio que tanto buscan.
- ¿No puede encontrar al novio? y ¿Por qué? - Interrumpió Grim.
- Porque el "Príncipe ideal" que ella quiere de novio es... - Crowley inhalo un poco de aire para narrar los siguientes puntos. - Tiene que medir más de 1.80 de altura, Cuerpo delgado sin músculo, Una piel hermosa llena de frescura, Ojos afilados, Una sonrisa encantadora. Cabello con cutículas brillantes y unos labios impresionantes que te dan ganas de besar... Combinando todos estos requisitos formas "A un hombre totalmente guapo".
Hubo un breve silencio incómodo en la sala.
- En resumen lo que está pidiendo es el típico arquetipo de perfecto husbando Ikemen sacado de una quimera. - Comentó Shiori ahora sintiendo un amargo sabor en la boca. - Si alguien solo se enfocara en el físico y en las grandes expectativas entonces nunca será capaz de ver lo que realmente ocultan en el interior.
- Así es, aquí solo hay puros monos hormonales y sin nada de tacto... - Crowley se riera sarcásticamente desde su asiento. - Ningún hombre en este colegio puede llegar a sus estándares ¡Jajajaja!
- "Porque siento que el director acaba de llamar feos a los chicos." - La sacerdotisa lo miró con una gota de sudor bajando de su cabeza.
Una vez terminada la gracia entonces Crowley volvió a su sonrisa ganadora.
- En fin, como el dormitorio abandonado es el único afectado ya me fui preparando para este momento. - En eso el director sacó una especie de permiso sobre su escritorio a Shiori y Grim. - Con esto tienes mi permiso de pasar con tus amigos en el dormitorio que te sea más cómodo.
Shiori y Grim se asombraron por esa inesperada decisión.
- Te digo algo, por un momento pensé con terror que diría que iríamos a vivir con usted. Por otro lado me siento aliviado. - Grim suspiró de alivio.
- Oh, al principio lo pensé; pero no quiero que mi polluelo se vea perjudicada si un alumno chismoso ve como anda caminando cerca de los recintos de los maestros, pueden ocurrir malentendidos y eso es lo que no quiero. Además no tengo de que preocuparme... - Crowley miró de manera cómplice a los cuervos, en especial a Zeppelin a quien le extendió la foto de algún chico random de la academia. - ... ya que se que estos pequeños estarán a tu lado como tus protectores ¿No es así Zeppelin? No dejarás que ningún mono se acerque al polluelo ¿Verdad?
En eso el cuervo negro, al ver como la foto del chico desconocidos se iban acercando a Shiori, empezó a sisear como si fuera un gato enojado para que luego con rápido numero de picotazos rompiera la foto en varios pedacitos.
- ¡Ese es el espíritu! ¡Sabía que podía confiar en tí! - Crowley miró satisfecho el trabajo del ave.
Grim, Shiori y Queen solo miraron con los ojos saltones el resultado que hizo Zeppelin.
- "Nota mental: Corregir a Zeppelin para que no arranque los ojos a alguien más." - Se auto aconsejo Shiori, pensando en sus queridos amigos.
- En momentos así me alegra ser un mago sin forma humanoide. - Comentó bajito Grim.
- Craw... - Fue lo que dijo impactado Queen.
Prácticamente eso casi sería todo. Crowley se iba a levantar de la silla para guiar a Shiori a su dormitorio temporal cuando repentinamente la puerta se abrió de golpe y con ella la imagen de un cierto niño con aire robótico y cabello en llamas apareció en la entrada del despacho del Director.
- ¡DIRECTOR! - Exclamó aquel niño en un tono muy preocupado y casi al borde del llanto.
Shiori al instante reconoció aquella voz infantil y girando su cabeza hacia la puerta, sus ojos escarlatas se abrieron a más poder porque allí se encontraba su pequeño amigo, Ortho Shroud.
- Oh, Ortho Shroud ¿Qué ocurre? - Crowley se acercó.
- ¡¿Ortho-Kun?! - Shiori lo llamó.
Ortho al ver que en la oficina también estaba Shiori entonces no dudó dos veces y corrió hacia ella gritando:
- ¡Shiori nee-chan! - El niño de cabellera de fuego se zambulló en el vientre de la albina como un asustado niño pequeño.
Shiori, ante el repentino contacto, por instinto lo abrazó con cuidado, tratando de calmarlo con caricias en su cabello
- ¿Qué pasa? ¿Por qué entraste de ese modo? - Shiori le preguntó suavemente.
- ¡Tenemos un problema!... M-Mi hermano. - Ortho levantó su rostro afligido.
Esas desesperación y abatimiento hicieron que Shiori se le encogiera el corazón ya que temía de que algo le pudiera haber pasado al hermano de su pequeño amigo.
- ¿Qué pasó con Idia-Kun? - Shiori trató de hablar más con Ortho.
La respuesta que dio alarmó a más de uno en varios sentidos.
- Mi hermano... ¡Fue secuestrado por fantasmas! - Exclamó Ortho.
- ¡¿Qué?! - Exclamaron impactados Crowley y Grim.
A Shiori se le heló la sangre ante la noticia y teniendo en cuenta la experiencia con todo este tema fue como revivir recuerdos de su otro mundo. No hacía falta mencionar que ella ni bien escuchó aquella respuesta supo que la situación acaba de tornarse mortal, ya que ahora se había involucrado una pobre víctima.
- ¿Cómo que fue secuestrado?. - Pidió ella tratando de tomar el caso con pinzas.
- ¡No miento! ¡Mira, tengo pruebas...! - Ortho extendió sus manos para mostrar un imagen holográfica seguida de algunos comandos que hizo. - ¡Es una grabación de la cámara de vigilancia de la escuela!
- ¡Ah! ¡No hackees el sistema de seguridad de la escuela! - Reprochó Crowley.
- ¡Solo será un momento...! - Suplicó Ortho ahora rebobinando una de las cámaras para después expandir el video y mostrarle a todos la grabación de esa madrugada.
En el video se podía ver la familiar cabellera de llamas caminando por el largo de la calle principal con una sudadera azul y un par de audífonos.
En eso la posición de la cámara se cambió a otra para tener un poco más de claridad de sus expresiones y lo que iba diciendo en el camino.
- No puedo creerlo, había ordenado la última edición a color de mi manga favorito ¡Pero no llegó en la fecha de lanzamiento! - Reprochó Idia hablando consigo mismo mientras las llamas de su cabello se movían fervientemente aunque luego se calmó un poco. - Si no lo consigues el primer día eres un fracaso como otaku.
Idia miró a ambos lados de la calle.
- No hay señales de nadie, así que iré a la tienda a comprarlo por mi cuenta. - Sentenció Idia seguro de su decisión.
Cuando de pronto hubo una anomalía en la cámara y por momento hubo estática seguido de una femenina voz en forma de eco.
- ...Tú
- ¿Eh? - Idia de detuvo a medio camino. - ... ¿De quién es esa voz?
- Finalmente te encontré... - Dijo la voz en eco.
Y entonces la estática volvió para repentinamente mostrar la mitad del cuerpo de una fantasma flotante, vestida en un vestido de novia y acompañada de dos almas que flotaban a su alrededor.
- ¡ENCONTRE A MI PRINCIPE!- Exclamó de felicidad la fantasma.
- ¡GGGAAAAAHHHHHHHH! - Exclamó Idia empezando a correr como alma que se lleva el diablo.
Pero ya era tarde porque aquella novia fantasma lo alcanzó y finalmente la grabación se volvió estática hasta oscurecerse.
- Acaso ese fantasma era... - Grim palideció ante la repentina imagen de aquella fantasma femenina.
- Oh no... - Crowley no podía creer lo que con sus ojos acaba de presenciar. - Acaba de pasar... ¡Creo que la novia fantasma ha encontrado a su novio ideal!
Un jadeo de horror se escapó de los labios de Shiori, este era el peor escenario que podría suceder.
- Idia-kun fue escogido para ser el novio de un muerto. - Susurró ella con mucha preocupación al recordar un caso similar al que sucedió en su otro mundo.
- ¿El novio idea?... ¿Idia? Pero no se parece en nada a la imagen de un príncipe en lo absoluto. - Reclamó Grim teniendo recuerdo de Vietnam con ese joven. - Es larguirucho, pálido porque se la pasa encerrado en su habitación, tiene una mirada fea y lo peor de todos... - Recordó con horror la cara qué Idia en aquel pasillo nocturno cuando le tocó comprar las botanas. - Su sonrisa es la meca de la irreverencia... ¡Es extraña y asusta!
Sin embargo Crowley había prestado atención a cada punto que iba diciendo Grim y lo relacionó con los requisitos de la novia fantasma. El resultado fue aterradoramente preciso.
- Alto, delgado, con piel hermosa sin rayos UV, ojos afilados y una sonrisa... - Crowley lo pensó por un instante. - ... que se puede llamar "encantadora", cabello brillante... o más bien ardiente y labios de color llamativo. - Luego miró a todos los presentes. - Por donde lo veas, es ciertamente el ideal de la novia fantasma.
- Pues claro. - Dijo Ortho orgulloso. - Mi hermano es bastante genial sin importar por donde lo mires ¡Si que los fantasmas tiene un buen ojos!
Pero internamente Ortho se dijo a sí mismo.
- "¡Pero no quiero que mi cuñada sea un fantasma!" - Refunfuñó Ortho - "¡La más indicada para ser novia de Nii-san es Shiori Nee-chan! ¡Ella tiene todas las cualidades para ser emparejada con él, sus personalidades son compatibles, tienen ciertas similitudes y además...!" - Ortho recordó las nuevas expresiones que ponía su hermano mayor cada vez que veía algo relacionado con Shiori en secreto. - "¡Es muy obvio que Nii-san prefiere a Nee-chan!"
Volviendo a la realidad.
- No estoy convencido. - Comentó Grim aburridamente.
- De todos modos, se ha convertido en un gran problema. - Comentó el director ahora muy serio.
- Tenemos que impedir esa boda... - Comentó Shiori casi estando pálida. - La vida de Idia-kun está en peligro si es sometido a un Meiko no Chigiri.
- ¡¿Qué es esa cosa?! - Grim no entendió ni una sola palabra de lo que dijo Shiori.
- Meiko no Chigiri es una tipo de ceremonia Matrimonial en mi mundo en el que se realizaban en épocas anteriores cuando el hijo o hija de alguien de renombre fallece soltero. - Shiori fue explicando lo mejor que podía. - Este ritual consistía en casar a los hijos fallecidos con otros cadáveres desconocidos para que no murieran solos y se acompañasen en el más allá.
Ese fue un golpe de espanto para los presentes.
- Recuerdo una vez que hubo un hombre que practicaba estos rituales a tal extremo de usar víctimas desaparecidas para ofrecer "cadáveres en buen estado" o compradas en el mercado negro. - Shiori ahora miró con horror a los presentes. - Esto es grave... Si Idia fue elegido para ser el novio de un fantasma, eso significa que él...
Pero entonces de nuevo el presentimiento paranormal la golpeó en el pecho con fuerza y toda su piel se erizó ya que pudo sentir como una gran infinidad de fantasmas empezaron a rodear el Night Raven.
Shiori salió de su zona con un fuerte jadeo y le advirtió a todos.
- ¡Tenemos que salir de aquí ya! - Exclamó ella.
Y no fue la única en advertir ya que un número de criterios afuera de la escuela empezaron a escucharse.
- ¡Es una emergencia! - Exclamó alguien detrás de la oficina.
Casi al instante todos los presentes de la oficina se movieron rápidamente de sus sitios y empezaron a dirigirse hacia el origen del ruido.
- Esto no puede estar pasando... - Comentó Crowley abriendo la puerta y luego de caminar por los pasillos finalmente todos pudieron presenciar el momento del caos.
Muchos estudiantes corrían por sus vidas por el comedor para salir del colegio rumbo a sus dormitorios para estar a salvo, pero otro grupo pequeño se quedaba luchando y dando lo mejor que podían, aunque los fantasmas regresaban cada vez que caían.
- Ya están aquí... - Shiori miró con seriedad la situación.
En eso a lo lejos dos siluetas familiares corrieron hacia la albina. Eran Ace y Deuce.
- ¡Director...! - Exclamó exaltado Ace. - ¡Oh Shiori y Grim! ¡Tenemos una situación!
- Fantasmas que nunca vimos antes dijeron "Vamos a convertir este lugar en el salón de bodas" y se adueñaron de la cafetería. - Explicó Deuce. - Por supuesto que nos resistimos, pero... al derrotarlos los fantasmas se levantaron de nuevo.
- Eso es debido a que son espíritus, no van a desaparecer con solo magia. - Resumió Shiori.
Los problemas no terminaron allí.
- ¡Alto allí! - Exclamó un grupo de fantasmas persiguiendo sorpresivamente a Lilia y Sebek.
-Solo estábamos jugando un poco. - Bromeó Lilia. - Eres un fantasma de mente pequeña para estar tan enojado.
Aquellos dos estudiantes estaban llegando al punto en donde estaban nuestros protagonistas.
- ¡Hay dios, Son los chicos de Diasonmnia! ¡¿Por qué traen a más fantasmas a nosotros!- Reclamó enojado Ace.
Regresando a la otra persecución, a Sebek no le gustó el tono que usaban los fantasmas con respecto a Lilia y rápidamente los fulminó con la mirada.
- ¡Oye, no tienes derecho a hablarle así a Lilia-Sama! ¡La pagarás muy caro! - Respondió el peliverde gritón sacando su pluma mágica.
y con un poderoso hechizó eléctrico logró desvanecer a los fantasmas en un abrir y cerrar de ojos.
- ¡Ja! ¿Qué te pareció eso? - Presumió Sebek.
- ¡No es momento de presumir! ¡Estos fantasmas no tardarán en regresar! - Exclamó el de pelo terracota.
Y tal como lo dijo Ace, su festejo no duró mucho porque nuevamente resurgieron los mismos fantasmas que había vencido.
- ¡Lo ves! - Señaló Ace.
- ¡Si tan solo no lo hubieras mencionado! - Refutó Sebek.
- ¡¿Me estás echando la culpa?!
-¡Ya basta los dos! - Crowley detuvo la pelea. - Esto nos llevará a ningún lado ¡Hagamos una retirada temporal!
- ¡¿Cómo?! ¡Por si no lo sabía este lugar está lleno de fantasmas! - Comentó Sebek empezando a preparar más hechizos.
- Déjenmelo a mí. - Dijo Shiori adoptando el rostro de sacerdotisa. - Ortho-Kun, dame impulso por favor.
- ¡Sí, Nee-chan! - En eso con magia de viento Ortho fue capaz de crear con magia una pequeña corriente de aire en el suelo.
Shiori, dirigiéndose a aquel hechizo, se deslizó por la corriente y finalmente pudo dar gran salto hacia el techo.
- ¡¿Pero qué?! - Exclamó Sebek viendo casi boquiabierto como Shiori equilibraba su cuerpo en aire hasta quedar prácticamente de cabeza. - ¡¿Qué estás haciendo esa humana?!
"Acabaré con quien ose perturbar la paz de estos terrenos..."
Shiori levantó dos dedos a la altura del mentón seguido del rosario Juzu que tenía en mano. Poco a poco cada cuenta de cristal empezaba a iluminarse como pequeñas luces.
- ¡Ah! ¡Es la humana mortal! - La reconoció un fantasma.
- ¡Acaben con ella! - Dijo otro empezando a apuntar sus ataques hacia ella.
- ¡Ah! ¡Mierda! - Sebek salió de sus pensamientos y al ver como varios fantasmas se iban dirigiendo a Shiori, entonces preparando su pluma mágica se estaba alistando para salvarla.
Pero no había nada de qué preocuparse después de todo Shiori ya había puesto en marcha su cántico.
"La marcada sacerdotisa Nakamura se presenta con el Juzu Nichiren Shu en mano..."
"Para espantar y alejar las impurezas existentes del entorno."
Shiori sacó sus alas para mantenerse un poco más en el aire y así extender su rosario.
- Shiori Nee-chan... ¡Qué genial es! - Dijo Ortho con los ojitos bien iluminados.
"¡Anillo Áurico del cielo... Zen!"
Y con eso el rosario emitió una onda de luz blanca que se expandió por toda la zona de la habitación, alejando a los fantasmas que trataban a toda costa de no ser tocados por esa energía.
- ¡Ah, retrocedan! ¡Que la luz no los toqué! - Dijo el fantasma junto con otros que atravesaron las paredes seguidos de la luz que iluminó el lugar con unos ligeros sellos que se dibujaron en las paredes.
Una vez que la zona fue purificada, Shiori, finalmente pudo aterrizar al suelo a salvo. Algunos de los alumnos miraron sorprendidos ante aquella técnica y los que eran cercanos a Shiori solo pudieron sonreír de alivio al verla ilesa.
En eso Grim ya está festejando su primera victoria del día.
- ¡Ja ja! ¡No pueden contra nosotros! ¡Somos cómo cucarachas, no nos morimos nos multiplicamos! - Exclamó Grim a las paredes. - ¡Tenemos a una sacerdotisa de nuestro lado! ¡Lo oyen!
- No cantemos victoria aún, Grim. - Intervino Shiori mirando como los sellos parpadeaban en las paredes. - Los sellos no durarán por mucho tiempo. Hay que aprovecharlos para movernos ya. - Luego ella, con su semblante serio, se dirigió hacia los alumnos. - ¡Atención alumnos! ¡Diríjase ya a la cámara de los espejos! ¡Tenemos que evacuar hacia los dormitorios antes de que más fantasmas lleguen aquí! ¡Andando!
Entonces Shiori se dirigió hacia la puerta del comedor y empujándola fuertemente se dispuso a correr junto con Grim quien la seguía por todos lados. El director tampoco se quedó parado y también la acompañó para evitar que algo le sucediera.
- ¡¿Hah?! ¡¿Y esa humana quién se cree al dar órdenes?! - Recriminó Sebek todavía estando en un estado de Shock al observar cómo aquella chica logró afrontar y espantar a varios espectros.
- ¡Tú solo síguela! ¡Ella sabe más de estas cosas que nosotros mismos! - Exclamó Ace corriendo con Deuce para alcanzarla.
Así todos los alumnos presentes, sin nada que perder, siguieron a la sacerdotisa y por último estaban los cuervos para cuidar la retaguardia y jalar a más alumnos que posiblemente se encontrarán cerca.
Durante el camino hubo muchos fantasmas que casi interceptaron su camino. Shiori sabía que esto pasaría por lo que usando su marca junto a su rosario se encargó de convocar varios de sus muros para empujar con fuerza a las presencias mientras que Crowley usaba su magia para abrir las puertas y así permitir que todos continuarán avanzando.
Casi parecía eterna la corrida pero finalmente Shiori y Crowley llegaron a tiempo a la puerta principal del colegio y juntos la abrieron para darle pase a los estudiantes para que uno a uno saliera del edificio. Ya cuando llegaron los últimos estudiantes salieron seguidos de los cuervos, Shiori, le dió una última mirada al vacío pasillo.
- Muy bien, ya no falta nadie. - Dijo Shiori.
- ¡Shiori apresúrate! - La llamó Grim junto a Ace, Deuce, Ortho, Sebek y hasta Lilia.
- Vámonos. - Crowley la dejó pasar para que se reuniera con sus amigos mientras que él cerraba las puertas del colegió.
Nuevamente todos hicieron una segunda carrera hacia la cámara de los espejos. Los minutos se fueron volando pero finalmente ya se encontraban en la calle principal, todo parecía que iban muy bien cuando de pronto Shiori otra vez sintió el presentimiento paranormal.
- ¡Cuidado! - Exclamó Shiori haciendo dos muros uno frente a ella y sus amigos y otra para empujar al otro grupo de estudiantes al frente.
Repentinamente dos energías malditas habían interceptado el trayecto. La primera cortó el camino a la mitad dejando que de un lado estuvieran los ilesos estudiantes que salieron volando con el muro pero lamentablemente en la otra mitad se encontraban el director, Grim, Ace, Deuce, Ortho, Sebek, Lilia siendo protegidos por la sacerdotisa quien con su muro sostenía el ataque de los fantasmas.
En eso, de aquel ataqué se empezó a generar una especie de energía que rozó con el brazo derecho de Shiori, ocasionándole un ardor insoportable.
- ¡Ugh! - Shiori se mordió los labios para no gritar.
- ¡Prefecta! / ¡Shiori! - Exclamaron todos los jóvenes presentes.
Pero aun los dolores Shiori se las arregló para devolver el ataque, pero lo malo era que ahora más fantasmas empezaban a llegar y Shiori tuvo que bajar su brazo afectado para no moverla mucho.
Los estudiantes al ver la situación quisieron ayudar pero Shiori rápidamente les ordenó:
- ¡Váyanse a los dormitorios! ¡Tienen que llegar a salvo! ¡Sigan adelante!
En eso otros dos ataques la iba a golpear de manera sorpresa pero Ace y Deuce siendo rápidos se colocaron a su lado y haciendo uso de su magias le crearon un barrera que anuló el ataque.
- ¡Gracias chicos! - Agradeció Shiori ahora lanzando sus hoces con su otro brazo libre para hacer retroceder a los fantasmas que iban llegando.
Los chicos del otro extremos parecían indecisos si huir o quedarse a ayudar, pero una vez más Shiori les recalcó:
- ¡Márchense ya! - Dijo ella ahora tratando esquivar a un fantasma para después purificarlo.
- ¡Obedezcan! ¡Retírense a sus dormitorios! - Añadió Crowley tratando de lanzar a cada fantasma que trata acercarse a sus estudiantes con su látigo.
Viendo que era imposible cruzar aquella brechas entonces los alumnos no le quedó de otra que obedecer, no sin antes decir:
- ¡Buena suerte! - Dijo de uno que otro de los estudiantes para que luego continuarán su recorrido.
- ¡Zeppelin! ¡Queen! ¡Por Favor ayúdenlos a llegar a salvo! - Shiori les ordenó a sus cuervos.
Ellos asintieron con la cabeza y volaron hacia los otros alumnos.
- ¡Señorita Nakamura, conozco un lugar para estar a salvo! - Comentó apresuradamente Crowley lanzando a otros dos fantasmas lejos. - ¡Tenemos que distraerlos!
- ¡Entendido! - Asintió Shiori teniendo una idea. - ¡Grim usa tu más fuerte magia de fuego!
- ¡En camino! - Grim acumuló magia en su boca y demás y con mucho esfuerzo creó una gran cortina de fuego que los rodeó.
- ¡Ace! ¡Deuce! ¡Sebek! - Luego Shiori llamó a sus amigos, quienes entendieron el mensaje.
- ¡Oye, Deuce! ¡Será mejor que no me arrastres hacia abajo! - Comentó Ace encendiendo su gema.
- ¡Estás tan lleno de ti mismo! ¿Con quién crees que estás hablando, Ace? - Comentó Deuce del mismo modo.
- ¡Dejen de hablar y muévanse! - Expresó Sebek
Y juntos invocaron un fuerte hechizo de agua que hizo contacto con las llamas de Grim, ocasionando una fuerte explosión de neblina que logró entorpecer la visión de todos los seres paranormales.
- ¡No veo nada! - Dijo un fantasma.
- ¡¿A dónde se metieron?! - Añadió otro.
- ¡Búsquenlos! ¡No deben de estar lejos! - Dijo un tercer espectro.
Sin embargo ellos nunca lograron encontrarlos porque...
- ¡Ahora Lilia-san! - Se escuchó la voz de Shiori en la neblina.
- Bye bye~ - Se despidió la voz de la Fae,
Segundos después hubo un leve brillo parpadeante. Una brisa de viento sopló el lugar y finalmente la calle principal nuevamente quedó totalmente vacía. No había ninguna presencia de aquellos humanos por ninguna parte.
¿En dónde se encontraban?
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Cerca de los alrededores de una cancha deportiva la imagen de nuestros protagonistas se había alojado allí para descansar.
- Llegamos tan lejos de los fantasmas. Ellos no podrán seguirnos hasta aquí. - Dijo Crowley mirando a la lejanía del instituto. - Señorita Nakamura...
- Lo sé perfectamente. - Ella afirmó usando su última tanda de cartas Ofuda, que Zeppelin le había traído a su regreso.
Usando los mismos cánticos de protección que se había memorizado en tantos años logró hacer que cada pergamino girara alrededor de los presentes para luego crear un campo de fuerza hecha de energía espiritual.
- Con esto estaremos a salvo. - En eso Shiori miró a sus amigos. - ¿Están bien?
- Ah... Ah... me duele el costado... - Jadeó Ace echándose al suelo, al igual que muchos.
- Descansen, necesitan reponer su energía. - Aconsejó ella.
Aunque su charla se vio interrumpida cuando cerca de ellos una cantidad de siluetas iban llegando al campo de fuerza.
- ¿Ace? ¿Deuce? - Dijo Riddle reconociendo a sus residentes.- ¿Ustedes también vinieron a refugiarse al patio?
- ¡Chicos! - Shiori les abrió una entrada para que los alumnos pudieran pasar sin problemas. - ¿Se encuentran bien?
- ¡Shiori! - Azul se acercó a su medusa. - Me alegra que estés bien.
Shiori solo asintió con la cabeza, seguido de eso Kalim también se unió al grupo.
- Nos echaron del auditorio principal por un fantasma que salió de la nada. - Explicó Kalim. - Estábamos estudiando juntos.
- Creo que el término más correcto sería "Te estábamos ayudando en tus estudios". - Corrió Azul recordando como Kalim trata de resolver una sola ecuación por su cuenta.
- ¡Ya casi estábamos a nada de que Kalim entendiera el problema...! - Suspiró Riddle
- Nosotros estábamos en un aula cuando apareció un extraño fantasma. Dijo "Este será el vestidor" y no echaron. - Explicó Vil acompañado de Rook y Epel.
- Es una pena, porque me hubiera encantado escuchar más de las lecciones de moda de Vil. - Comentó Rook dramáticamente.
- No importa a cuantos fantasmas nos enfrentamos, regresaban una y otra vez. - Añadió fastidiado Epel.
- A mi me dijeron "¡No entres en la sala de espera de los familiares!" y me echaron del laboratorio. - Cater suspiró decepcionado.
- Yo simplemente caminaba por el pasillo y esos fantasma querían pelear. - Comentó ambiguamente Leona.
- ¡Entonces, todos los que fueron obligados a abandonar la universidad fueron reunidos aquí! - Dijo Grim contando las cabezas que habían dentro del grupo.
- Parece ser que toda la escuela ha sido tomada por esos fantasmas vestidos de blanco. - Comentó Deuce ya casi estando recuperado.
- ¿Qué demonios está pasando, director? - Ace exigió respuestas.
Ortho, nuevamente recordando la situación en la que se había envuelto su hermano mayor, entonces bajó la cabeza mostrando su preocupación. Claramente Shiori notó esa angustia y acercándose a él lo rodeó con su brazo izquierdo y lo acercó a ella para darle su apoyo.
El pequeño de Ignihyde agradeció silenciosamente el gesto de la albina y apegándose a ella miró al resto de jóvenes para explicarles los detalles del secuestro de Idia.
- Permítanme explicarles, por favor. - Dijo Ortho. - Verán, ayer Nii-san...
...
- Ya veo... - Sentenció Riddle luego de unos segundos de silenció. - Así que ¿Nos estás diciendo el marido ideal que la novia fantasma escogió... es Idia?
Todo el mundo se quedó callado mientras dejaban que la información se procesara en sus mentes. Una vez que vieron el contexto no hicieron nada más que estalla en carcajadas.
- El príncipe idea es... ¡Jaja! ¡No estás hablando en serio! - Ace se sostenía el estómago tratando de respirar.
- ¡La novia sí que sabe tener buenos gustos! - Rio Cater.
- Idia, casi nunca deja su habitación y cuando lo hace le pasa esto. - Azul trató de ocultar su risa con su mano. - Es muy hilarante... es decir pobrecito.
Todos así continuaron riendo como si se hubiera tratado de el chiste más gracioso que hubieron escuchado, pero para el director, Ortho, Shiori y hasta Grim no lo fue. Claramente era obvio el porqué.
El director porque tenía que mantener el orden e integridad de la escuela.
Ortho porque se trataba de la vida de su hermano.
Y Grim porque sabía lo que estaba apunto de pasar con cierta fémina que se mantuvo en un inquietantemente en silenció.
Aquella albina tenía los ojos ensombrecidos ante la reacción de los demás.
- "Esos compas ya están muertos." - Pensó Grim mirando pálido a Shiori
El solo escuchar aquellas risas resonar en sus oídos hizo que en el rostro de la albina se le asomaran muchas venas palpitantes de enojo sobre sus mejillas.
¿Dónde estaba la gracia?
Para Shiori el ser forzado a casarse con alguien en contra de su voluntad era sumamente horrible y ser obligado a morir por decisión de un fantasma era algo de lo que no quería volver a vivir.
¿Por qué ellos no podían ver la gravedad del asunto?
Fue entonces que ella se percató de la gran diferencia...
Porque ellos nunca habían experimentado lo que era perder a alguien y mucho menos tuvieron que lidiar con las aberraciones que había en el mundo etéreo.
- Con que les da risa ¿Eh?- Susurró venenosamente Shiori.
- ¡Ja ja! ¿Ah? ¿Qué dices Shiori? - Ace se dirigió a Shiori.
Sin embargo su piel al instante se volvió de gallina y se estremeció porque Shiori había levantado su rostro para mostrar la mirada más fría y enojada que en su vida habían visto en la albina.
- ¿Les parece divertido todo esto? - Preguntó secamente Shiori, a pesar de seguir hablando con calma. - ¿Creen que esto es un maldito juego?
Al instante todo los presentes enmudecieron ante este atípico frío carácter que podía congelar un infierno y esa intensa mirada escarlata. En ese momento los muchachos supieron que acababan de cometer un muy grave error frente a alguien que perdió a una persona importante por un espectro.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué pararon de reír?... adelante... continúen... los estoy escuchando. - Exigió ella viendo a cada muchacho presente.
Ya no hubo ninguna risa, Shiori dejó muy en claro a estos jóvenes la situación crítica del caso con solo pocas palabras.
- ¿No?... Entonces tomen las palabras de Ortho con seriedad. - Shiori habló mordazmente. - Esto no es algo de lo que no deberías darles gracia. ¿Acaso no pueden ver lo que está sucediendo?
- ¡Es verdad! ¡No es gracioso! - Exclamó furioso Crowley. - ... ¿No saben lo que es ser elegido como el novio de un fantasma?
La atmósfera cada vez se volvía más espesa.
- ¿Qué pasa? están empezando a asustarnos. - La voz de Deuce tembló un poco.
- El tener un matrimonio con un fantasma es "Hacer un voto" con los muertos por la eternidad. Entonces, si te conviertes en su cónyuge... - Crowley miró directamente a todos. - ¡Morirás y serán llevados al más allá!
Finalmente todos jadearon de horror ante ese destino y Shiori solo apretó su mano.
- Siempre pensé que no existiría un novio que sea digno de la novia fantasma, pero bajé demasiado la guardia. - El director se masajeó la cienes sobre su antifaz sintiéndose avergonzado.
- No... ¡Mi hermano! - La voz de Ortho se rompió al punto que estaba empezando a temblar ahora mirando hacia el colegió infestado de fantasmas. El simple hecho de imaginar a su hermano perdiendo la vida lo aterrorizó mucho. - M-Mi hermano será un... ¡¿Un fantasma?!... ¡No! ¡No quiero que eso pasé!
- ¡Y no lo hará! - Intervino Shiori suavizando su mirada, agachándose a la altura de Ortho para mirarlo directamente a sus ojos amarillo y sostener con su mano izquierda la mejilla del pequeño Shroud. - No estás solo en esto Ortho. Te voy a ayudar a salvar a tu hermano...
- ¿L-Lo dices de serio Shiori Nee-chan? - Susurró Ortho con lágrimas en sus ojos y sintiendo un poco de esperanza.
Al ver esa expresión en la cara de Ortho, Shiori, recordó a sus pequeños y quitando su mano de la mejilla del niño le levantó su dedo meñique seguido de una suave sonrisa tranquilizadora.
- Te lo prometo, haré todo lo que pueda para salvar a Idia-Kun. - Ella le susurró solo a Ortho.
Ortho sintiéndose muy afortunado de tener a alguien apoyándolo hizo que el rápidamente rodeara sus brazos alrededor del cuello de la albina para abrazarla mientras le agradeció repetidamente.
Ella iba a proteger la sonrisa de Ortho porque se lo debía desde el día del torneo.
- Ciertamente. Si un compañero está en peligró, estaremos encantados de ayudarte. - Añadió Crowley estando de acuerdo con la motivación de Shiori para luego mirar hacia los jóvenes. - ¿A que así muchachos?
Sin embargo...
- De ninguna manera. - Dijeron todos simultáneamente.
- "Qué maravillosa armonía" - Pensó sarcásticamente Shiori sabiendo cual iba ser la respuesta de sus amigos.
- ¡¿Eh?! ¡¿Pero por qué?! - Ortho rompió el abrazo para mirar desconcertado a los alumnos. - ¡Por favor, ayúdenme!
- Él evita siempre a los demás pero confía en otros cuando está en problemas. Pides mucho. - Refutó Vil.
- Es el problema de tu "hermano" deberías ocuparte de él por tu cuenta. - Comentó Leona.
Esos comentarios solo hicieron que Ortho se enfadara más.
- ¡...Bien! ¡No importa! ¡Lo haré yo solo! - Exclamó Ortho frunciendo más los ojos y saliendo del campo de fuerza de Shiori.
- ¡Ortho-Kun, No! - Shiori trató de llamarlo.
-¡Espera! ¡Ir solo es traicionero! - Advirtió Kalim preocupado por el niño de Ignihyde.
Pero a estas alturas Ortho solo ignoró las advertencias y cerrando los ojos momentáneamente entró en pilotó automático.
- Protocolo de emergencia para recuperar a Idia Shroud. Condición: Dar prioridad al tiempo de rescate. - Habló monótonamente Ortho apuntando hacia el colegió. - La operación se ha completado con éxito. Ahora ejecutaré la operación. Carga de energía mágica. El objetivo es el edificio principal del Night Raven. - En eso su cuerpo se empezó a llenar de energía.- Cuenta regresiva antes de lanzar el rayo mágico... 5... 4... 3... 2...
Pero rápidamente Crowley salió del campo de fuerza y corrió hacía el frente del niño de llamas azules.
- ¡ALTO! ¡NADA DE RAYOS LÁSER MÁGICO! - Exclamó enojado Crowley deteniendo a Ortho. - ¡¿Acaso quieres explotar a toda una escuela fundada por años?!
- Pero nadie quiere ayudar aparte de usted y Shiori nee-chan- Lloró Ortho. - No tengo opción.
Mientras tanto dentro del campo de fuerza todos todavía estaban parados viendo la situación sin hacer mucho que digamos.
- ¿Entonces no van a ayudarlo? - Preguntó Grim mirando al grupo de jóvenes.
- No es nuestro asunto. - Respondió Ace. - ¿Qué caso hay en ayudar a alguien a quien no conoces?
- Lo sé, sé que es más fácil evitar el problema, pero a veces me preguntó y ¿si alguno de ustedes estuviera en su lugar? ¿Ustedes tampoco pedirán ayuda?
Cualquiera hubiera dicho que sí en el caso que hubiera sentido simpatía por la víctima, pero la realidad fue que...
- En primer lugar no nos hubiéramos dejado secuestrar por un fantasma. - Casi respondieron todos al mismo tiempo.
Es decir, eran un caso perdido.
- Si que todos tienen un corazón de piedra. - Suspiro Grim para ahora mirar hacia su secuaz. - Entonces Shiori... ¿Qué vas a hacer?
- Le di mi palabra a Ortho y pienso cumplirla, así que tengo la misión de ir pensando en algún plan para ayudarlo. - Respondió brevemente ahora agachándose para tocar la tierra y sentir las presencias de la lejanía. - El número de fantasmas aumentan con los segundos, lo que me deja con poco tiempo.
En eso ella nuevamente giró para ver a sus dos amigos más cercanos.
Puede que a Deuce le tomará un poco entender esa mirada pero Ace, al ver que la cara de Shiori ya no estaba tan enojada, pensó bien sus opciones y se hizo una breve idea de lo que ella posiblemente iba a pedir.
- Ah no loca, ya hemos dicho que no iríamos a ese lugar. - Dijo Ace.
Sin embargo era todo lo opuesto.
- Eso lo sabía perfectamente, no me sorprende- Recalcó Shiori.
Aunque esas palabras las dijo con una alta calma, él hubiera preferido que ella lo abofeteara en la cara. El modo en como Shiori le habló fue lo equivalente a ser golpeado por una pala de hierro, por lo que Ace de nuevo se estremeció.
- Ah... Eh... y haciéndonos sentir mal te va a funcionar. - Respondió él tratando de salir del aprieto.
- Igualmente no me esperaba nada. - Contestó ella.
Esa fue otra estaca en Ace y a más de uno también le dolió el comentario, pero esta conversación estaba lejos de terminar.
- Pero en vista de que se quedan aquí, lo único que les voy a pedir a ti y a Deuce... es que cuiden a Grim. - Fue lo único que dijo ella en un tono solemne.
- ¿Eh? - Fue lo que dijo Ace y Deuce muy desubicados al igual que los demás presentes.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que me voy a quedar también?! - Dijo Grim con la cola esponjada.
- Grim tu ya viste lo peligroso que es pelear con fantasmas si bajas la guardia, Si queremos que todo salga bien te tienes que quedar aquí. - Ella le explicó suavemente.
- ¿Pero y qué hay de ti?
Sin embargo, Shiori no le pudo responder con acierto esa pregunta y Grim, quien llevaba tiempo conociéndola, sabía lo que iba a hacer.
- Un momento... ¡¿No me digas que irás a pelear sola?! - Comentó Grim.
Si antes nadie estaba preocupada pues ahora gran parte de los jóvenes se alarmaron.
- Un momento Señorita, tampoco sería prudente el que se dirija a ese lugar totalmente desarmada. - intervino Lilia.
- ¡¿Es verdad?! ¡Esto no es algo de lo que una humana debe de hacer sola! - Exclamó Sebek.
- Aunque aprecio su preocupación, nunca dije que iría desarmada primero tengo que ir a otro lado a equiparme con lo necesario antes de afrontar lo que me espera. - Ella se colgó en rosario.
- Pero tú... - Dijo Sebek sin saber que agregar.
- Alto, no lo hagas. - Le recalcó Leona. - No vale la pena.
- Descuiden incluso si me pasara algo el campo de fuerza no se irá, así que eso es una preocupación menos para ustedes. - Suspiró ella.
- No me refiero a eso.
- Escuchen... - Ella los miró calmadamente. - Entiendo los motivos del porque no quieren ayudar y esta bien, no pienso obligarlos. Es más, de ser posible preferiría que casi ninguno de ustedes se involucre en esto.
Eso dejó a todo aún más fríos y descolocados ¿Acaso ella no quería su ayuda? ¿No tenía confianza en ellos?
- Esto no es algo de lo que los normales seres de la frontera de la vida deban de participar. - Shiori simplemente les dio la espalda. - Lo mejor que pueden hacer es esperar aquí, es lo más prudente que pueden hacer.
- "Siento que esta conversación ya la tuve antes" - Pensó Ace recordando a Akko cuando les hizo la prueba.
- Por favor Shiori... - Deuce la miraba con una infinita preocupación. - No vayas...
Pero aun así Shiori solo se disculpó con la mirada ya que luego ella una vez más les mostró la marca de buda.
- No te preocupes. Esto es algo a lo que ya estoy acostumbrada desde hace 16 años... - Ella los miró brevemente - ... me entrené y me preparé para momentos como este, así que nada cambia para mí.
Eso lejos de aliviar solo hizo que los jóvenes no estuvieran para nada tranquilos; no era normal el que Shiori actuara de esa manera tan lobo solitario, a menos que ella esté viendo este caso como lo pensaría la sacerdotisa del templó Nakamura.
Entonces Shiori empezó a caminar lejos del grupo con calma.
- Oye... ¿A dónde vas? - Preguntó Riddle dando un pasó al frente.
- A prepararme. El señor Sam tiene lo que necesito para este caso.- Simplemente respondió ella a casi nada de salir del campo de fuerza. - Nunca pensé que las volvería a usar.
Pero entonces Ace se interpuso en su camino para que ella no continuara.
- ¡¿Es enserio loca?! - Ace frunció el ceño. - No deberías ir.
Eso hizo que Shiori frunciera el ceño.
- Ace, hazte a un lado por favor. - Advirtió ella.
- No lo haré. No seas necia, esto tampoco es algo de lo que te deberías de meter.
- ¿Qué no me meta? - Regañó ella. - De hecho esto ya me involucró en más de un sentido. - Entonces ella empezó a desabotonar los botones de su saco. - Primero me atacaron sin avisar en mi dormitorio cuando les dije claramente que no quería pelear... - Ella retiró su saco. - Luego se atrevieron a atacar a Grim... - ahora se dirigió al botón de su manga derecha. - ... casi los lastima a ustedes por solo estar a mi lado, hicieron llorar a Ortho y por si fuera poco...
Entonces ella levantó su manga para revelar cómo la su piel se estaba llenando de manchas oscuras que se extendían lentamente, emitiendo una bruma oscura y un aroma como si algo se estuviera pudriendo.
- Ellos tuvieron el descaro de maldecirme... - Comentó ella serenamente. - Así que esto ya es personal.
Eso terminó por dejar impactados a todos los chicos dentro del campo.
- Tu brazo fue maldecido. - Comentó Vil observando con horror la gangrena de la extremidad.
- ¿En qué momento pasó? - Dijo Azul reconociendo las manchas mientras se acercaba a ella.
Su intención era inspeccionar la gravedad de la herida de su medusa y ver si había algún modo de curarla, sin embargo...
- No la toques... - Ella alejó rápidamente su brazo dañando. - Nadie debe tocarla. Está contaminada, si la tocas también se contagiaran...
- ¿Contaminada? - Preguntó alarmado Grim con los ojos en blanco.
- Es una clase de impureza. - Shiori miró la mancha. - Mi cuerpo es muy susceptible a este tipo de cosas, con el paso del tiempo se quedará ahí y se va comiendo la carne.
Realmente Shiori estaba aguantando lo mejor que podía el ardor, por lo que respiró hondamente bajo la tela de su uniforme y se cubrió la mancha.
- ¿Y no se puede curar? - Grim la miró preocupado.
Shiori sintiéndose un poco culpable por asustar a sus amigos, en especial a su hermano, entonces respiró hondo y calmadamente le dijo:
- No te preocupes Grim, por como luce le tomará un buen tiempo para tan solo desgarra la primera capa de mi piel, todavía se puede eliminarla con un específico exorcismo o una purificación especial.
Los chicos iban a decirle a la sacerdotisa que se apresurara en sanar su brazo, pero justo en ese momento Ortho y el director regresaron al campo de fuerza de la sacerdotisa.
- Ya lo hemos conversado... - Dijo Crowley mirando fijamente a todos los estudiantes, haciéndolos sentir incómodos. - Entonces han decidido abandonar al joven Shroud ¿Verdad?
Nadie respondió.
- Ya veo... - Crowley miró decepcionado a todos. - Polluelo.
- ¿Sí? - Ella respondió.
- Préstame la cámara fantasma.
Shiori solo levantó su ceja, pero viendo lo furioso que estaba entonces buscó en su cinturón la cámara y se la entregó al director.
Una vez con el artefacto en mano entonces Crowley empezó a acercarse a los estudiantes.
- ¿Ah? ¿Qué pasa? - Ace le alzó una ceja confundido. - No tiene sentido amenazarlos.
Inesperadamente...
- ¡Ah! ¡Ahí está! ¡Es un estudiante del Night Raven! - Exclamó Crowley señalandolo.
Ahora Ace y todos los demás lo estaban mirando como un loco.
- ¿Pero que carajo? - Dijo Ace.
Pero el director hizo casó omiso a su pregunta y continuó exclamando.
- ¡Soy reportero de TBC News! ¿Eres estudiantes de Night Raven?
- ¿Qué? Ah... Ya que lo pregunta, Sí... -Trató de responder Ace, pero en un abrir y cerrar de ojos ya tenía al director invadiendo su espacio personal. - ¡Está cerca! ¡Director está demasiado cerca!
- ¡¿Es cierto que la escuela está ocupada por fantasmas?! Por favor, responda a la pregunta. - Luego el hombre cuervo levantó la cámara y empezó a fotografiar como si no hubiera un mañana. - ¡Oh, lo publicaré en la edición de mañana así que tomaré una foto, por favor...!
Prácticamente Ace tuvo que cerrar sus ojos para que el Flash de la lente no lo dejará ciego
- ¡Ugh, el flash es demasiado brillante! - Se quejó Ace.
- ¿Es cierto que un estudiante fue secuestrado? ¡Y lo abandonaron! - Crowley continuó instigando a Ace.
- ¡Ah, está en un dormitorio diferente al mío! ¡No sé nada!
Shiori solo miró la escena muy confundida.
- "¿Qué diablos está haciendo?" - Pensó ella con una gota de sudor bajó su cabeza.
- ¡¿Lo abandonaron sólo porque no eran cercanos?! ¡Qué vergüenza, no tienen corazón! - Crowley siguió presionando el botón del flash. - ¡Debo hacer un reportaje sobre esto..! ¡Impresionante! ¿Este es el lado miserable de una prestigiosa escuela?
Hubo más destellos de la cámara.
- ¡Waaaa, deténganse! ¡No me apunte con la cámara! - Reclamó Ace.
Pero ahora Crowley lo llevó al límite y a una velocidad veloz, no solo tomó fotos de Ace, si no de todos los presentes al punto que pareciera como si varios reporteros estuvieran tomando fotos.
- ¡BASTA! - Exclamaron todos ya muy fastidiados.
Como si ya fuera suficiente Crowley finalmente detuvo la sesión de fotos y le devolvió la cámara a Shiori.
- ...Y si el joven Shroud nunca regresa. Los medios de comunicación estarán allí y todos serán entrevistados día y noche sin parar... - Ahora el director se tranquilizó un poco. - No puedo ver a mis preciosos estudiantes consumidos por la prensa. No puedo tolerarlo porque soy amable.
- Y si no cooperan, voy a hackear las estación de televisión y revelaré las imágenes de sus caras excepto la de Shiori nee-chan. - Ortho amenazó a los demás. - también pondré un mensaje que diga "Estudiantes que abandonaron a su amigo" ¡Y lo transmitiré!
Cuando Orto se lo propone es hasta capaz de hacer lo que sea por el bienestar de su hermano.
- Tal y como su hermano mayor... son rencorosos. - Suspiró Azul.
- Además creo que el director es quien estaría más avergonzado por un escándalo así , él debería hacerse cargo... - Señaló Riddle.
- Pero definitivamente es un problema, mi madre lloraría si viera una noticia así. - Pensó preocupado Deuce.
- "Ay no... ya veo por donde va esto..." - Shiori empezó a ver, con una cara de poker, el punto de aquella actuación del director.
- Los chismes pueden dañar mi imagen como celebridad. y eso lo odio absolutamente. - Dijo Vil.
- Al parecer no hay más opción que prestar nuestra ayuda. - También asintió Lilia pensando en su protegido. - Malleus es el próximo Rey del Valle de las Espinas, no quiero que se corra el rumor de que no ayudó a un compañero.
- ¡Así es! ¡Tiene razón, Lilia-sama! - Exclamó fuertemente Sebek.
- ¡En ese caso ya todos estamos de acuerdo! ¡Salvaremos al joven Shroud de las manos de la novia fantasma juntos! - Crowley miró directamente al colegio con una gran sonrisa. - Oh~~~ Qué feliz soy de tener estudiantes tan amables~~~
- ¡Esa es una sonrisa muy falsa! - Grim miró con sospecha al director.
- "La idea era alejarlos del peligro, pero ahora resulta que todos van a colaborar..." - Shiori se masajeó las sienes. - "Esto no puede estar pasando."
Aunque por otro lado Ortho ya no estaba enojado.
- ¡Entonces pensemos juntos en como salvar a mi hermano! - Dijo el pequeño.
- ¿Por qué no tenemos una charla sincera con la novia? ¡Y hacemos un banquete! - Sugirió Kalim. - Si le explicamos bien la situación estoy seguro de que dejarán ir a Idia.
- Aunque tu motivación es noble, no creo que estas tácticas funcionen con ellos. - Shiori explicó. - Son fantasmas de hace 500 años, sus anhelos son mucho más fuertes y dudo mucho que tengan la paciencia para escucharnos.
- Es una gran idea, Roi d'or. - Alabó amablemente Rook, para luego mirar de reojo a Shiori. - Pero estoy de acuerdo con la Reine de anges, una novia que siempre ha querido este novio no será fácil de convencerla... - Sus ojos se mostraron muy alegres. - Si fuera yo, nunca renunciaría al amor de mi vida.
Eso claramente estremeció la columna de todos los chicos, era una indirecta muy obvia que muchos lo interpretaron como una declaración de guerra jurada. A estas alturas ya muchos empezaron a matar con la vista a Rook.
- "Este sujeto..." - Pensaron tensos la mayoría.
- Al final, tendremos que hacerle entender a la fuerza. - Propuso Leona.
- Recuerda que son fantasmas, ellos ya han muerto lo cual van a seguir regresando a menos que los exorcices. - Shiori nuevamente negó esa opción. - En una enfrentamiento paranormal con ellos, el pelear, debe ser tu última opción cuando ya no hay salida porque de lo contrario ¿Quién sabe lo que puede pasar si haces enfadar a un espíritu?
- Además no pudimos vencerlos, es por eso que huimos todos aquí ¿lo has olvidado? - Añadió Vil.
- Si. Incluso si luchamos de frente no podremos vencer a esos fantasmas. Es muy problemático enemistarse con ellos, debemos evitar pelear tanto como sea posible - Pensó Crowley. - Por eso de antemano ya les digo que si alguien piensa en enviar sola a Shiori sola pues en ese caso que lo olvide, eso solo sería llevarla directo al matadero así que yo supongo que todos están de acuerdo con esto ¿Verdad?
Y no mentía porque, pensando en los muchos riesgos que la albina suele tomar por involucrarse en esta clase de situaciones entonces usaron ese argumento como excusa para evitar que Shiori no fuera a pelear sola, sin embargo, ella no lo veía del mismo modo.
- ¡¿Qué?! - Shiori refutó. - Un momento Director analicemos la situación. Soy la persona adecuada para esta misión.
- La decisión fue tomada así que esa petición es denegada. - Dijo firmemente el director.
- Confíe en mí, fui entrenada para esto. - Ella insistió de nuevo. - Tuve que aprender a cuidarme de cosas como esta durante toda mi vida. Puedo lidiar con ellos. Se lo pido, no quiero que los demás se expongan al peligro.
- ¿Y exponerte a ti te parece razonable? - Regaño el hombre cuervo, sorprendiendo un poco a los chicos ya que era una faceta nueva que veían de aquel hombre
Aparte de ello era increíble lo que estaba pasando, por primera vez Shiori y el director Crowley habían chocado ideas y ahora estaban en una discusión. Era como si la situación fuera la pelea entre un padre negando la salida de su hija.
- Puede que en tu mundo se diera de ese modo jovencita, pero ahora estás en nuestro mundo. - Luego la miró muy serio. - Como tú tutor te prohíbo que vayas sola... es una orden.
- ¡Pero..!
- No.
- Solo déjeme expli...
- ¡He dicho que no y punto! - Crowley a este punto ya alzó un poco la voz.
Shiori solo lo miró intensamente pensando que de ese modo lo haría entrar en razón pero aun con eso Crowley me mantenía firme a su decisión. Luego ella suspiró pesadamente mientras mantenía la mascara de la sacerdotisa.
- Usted sabe lo que soy... conoce todo lo que puedo hacer... ¿Qué hace diferente las otras situaciones de esta? - Ella le pidió una explicación. - No es como si me fuera a morir por fantasmas.
Crowley apretó las manos ante ese último comentario.
- ¡Eso ni lo digas en broma! - Replicó Crowley.
-¡Entonces dime...! ¿Por qué de pronto le preocupa demasiado que vaya sola?
Y sin pensarlo dos veces, el director, claramente le dijo a ella.
- ¡Me preocupa porque me importas!
Shiori abrió un poco los ojos con sorpresa ante esas palabras que la dejaron totalmente helada y lo fue aún más cuando el hombre adulto colocó sus dos manos con garras en ambas mejillas suaves de la niña para acercarla frente a su mirada y a una distancia prudencial.
- "¡AH!" - Gritaron internamente los jóvenes ante esa repentina escena.
- ¡Escucha claramente! ¡No por algo te elegí para ser mi protegida! ¡Así que vete olvidando la idea de ir sola, porque no lo harás! - Recalcó el director. - ¡Y si te atreves a pisar tan solo un pie en esa infestada escuela, sin la compañía de alguien, entonces no tendré más remedio que atarte a una silla de ser necesario! ¡¿Entendido?! - Luego fue suavizando su tono de voz. - Tú vida también es importante, no la menosprecies de ese modo.
Realmente con esas palabras la dejaron en Jaque a Shiori y casi resignada, ante ese director terco, ella sólo aceptó a regañadientes a trabajar con los demás chicos.
- Problema resuelto y que no se vuelva a repetir. - Finalizó ahora soltando las mejillas de Shiori para acariciar un poco la cabeza de la joven.
Parecía que esta vez ahora todo iba a ir muy bien pero no se podía decir lo mismo de la aura oscura del fondo y las miradas repulsivas que ahora los chicos le dedicaron al director.
- "¡¿Y a estos ahora qué les pasa?!" - Pensó Crowley mirándolos con una ceja alzada.
Lo que no sabía el pobre director era que por culpa de ese comentario honesto que hizo ahora ellos habían malinterpretado las inocentes intenciones del hombre cuervo porque...
- "¡ES UN ASALTA CUNAS!" - Pensaron en pánico muchos.
- Shiori, ven un momento aquí. - La llamó Vil haciendo un movimiento de mano.
Y muchos también la empezaron a llamar.
- ¿Eh? ¿Por qué? - Dijo ella saliendo de sus pensamientos anteriores.
- ¡Tú solo ven!
Shiori los miró raro, pero ni bien ella se acercó un poco a ellos entonces la alejaron del director a unos metros prudenciales, rodeándola entre ellos como si fueran guardaespaldas y vigilando meticulosamente cada acción del hombre pájaro con una cautelosa mirada muy prejuiciosamente.
- Ahora sí, regresemos a la charla de antes. - Dijo Riddle. - ¿En dónde nos quedamos?
- ¡¿Eh?! - El director ahora quien los miraba raro.
- Saben, lo he estado pensando... - Ahora hablo Lilia. - ... La señorita Shiori mencionó antes al chico Sam. El también sabe de fantasmas, almas y está familiarizado con todo lo espiritual ¿Por qué no hablamos con él?
- El chico Sam. - Deuce lo pensó detenidamente - ¿No me digas...? ¿Está hablando de Sam el dueño de la tienda Misteriosa?
- Sí, yo conocí a su tatarabuelo. - Sonrió el de mechones fucsia.
- Como siempre, no sé si lo que dice Lilia es en broma o en serio. - Murmuró Cater.
- En tal caso ¡Vayamos a la tienda de inmediato! - Sugirió el director.
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Una vez que todos llegaron a la tienda, esta los recibió con la puerta abierta...
- Eh, es el director, algunos diablillos ¿Qué es lo que quieren todos hoy? - Saludo el buen Sam con una sonrisa y un guiño. - ... ¿Qué? Ya lo sé... ¿Se trata de la novia fantasma?
- Estás hablando muy animadamente. Es como si hubieras sabido que íbamos a venir. - Comentó Riddle.
- Jeje. Tengo un amiguito secreto del más alla que me mantiene al tanto. - Rió el moreno.
- Y vaya amigo que es ¿No?... - Comentó Shiori asomándose por el grupo de jóvenes
- Hey corderito ¿Qué tan ruidoso fue tu día? - Sam se acercó a la albina.
- Aun puedo escuchar los gritos y los lamentos de mi casa y la de las almas desde aquí, así que se podría decir que es un 11/10. - Shiori lo miró preocupada. - ¿Y usted? ¿Qué tan movidos están sus "amigos"?
- Ah~ ellos son como niños... ruidosos y escandalosos cuando tienen hambre, pero se como mantenerlos calmados. - Sonrió al principio pero luego se serenó mientras sacaba algo bajo el mueble. - Después de todo este asunto de hoy es difícil.
Luego rápidamente Sam le lanzó algo a Shiori, que logró atrapar a tiempo con el brazo derecho. Era una botella de plástico con un líquido transparente
- Wow... -Dijo sorprendido Epel ante los rápidos reflejos de Shiori.
- Me sorprende que lo estés aguantando hasta ahora, otros gritarían por el dolor de tan solo moverlo. - Hablo Sam abriendo el mostrador a Shiori.
- En un terreno lleno de actividad paranormal no se debe mostrar emoción o debilidad alguna ante nadie. - Respondió ella pasando por la compuerta y dirigiéndose al lavado.- Pues los demonios me atraparían...
- Vaya comentario. - Alabó Sam.- Realmente sabes actuar como una fría sacerdotisa cuando se lo requiere.
- Y tú sabes cómo mantener oculta tu verdadera naturaleza Houngan. - Respondió ella remangando su brazo afectado.
- ¡Ah! ¡¿Pero qué te pasó?! - Dijo Crowley casi estando a nada de salir corriendo a ver la herida de Shiori, pero los alumnos se interpusieron en su camino de manera "inocente".
- ¿Eh? ¿él qué para qué? - Dijo Grim confundido ante la anterior charla de Shiori y Sam, al igual que algunos de los presentes.
Pero ignoraron la pregunta porque, Shiori empezó a abrir la botella de plásticos, luego le rezó un par de cánticos rápidos y lentamente empezó a inclinar el envace hacia su brazo.
- Yo si fuera ustedes me cubriría los oídos. - Dijo Sam sentándose tranquilamente en el mostrador. - A las maldiciones les gusta ser escandalosas.
Todos lo miraron interrogantes ante esa advertencia, sin embargo, al pensarlo demasiado no se percataron que Shiori ya había volcado el líquido de la botella sobre la mancha y, como si fuera alguna clase de reacción química, esta empezó a emitir una especie de vapor seguida del más agudo y penetrante chillido que hasta podría dejar en ridículo al grito de una mandrágora.
Todos exclamaron por el dolor y rápidamente trataron de cubrirse las orejas esperando a disminuir el ruido. Por suerte sólo duró unos pocos segundos, pero fueron los segundos más agonizantes que dejó a más de uno con un pitido resonante en lo profundo de sus oídos.
- Hacía mucho tiempo que un fantasma me maldecía, ya casi olvidaba lo que se siente purificar estas manchas. - Dijo aliviada Shiori, moviendo el brazo con mayor libertad ahora estando limpio. - Podemos continuar. - Dijo ella regresando la mirada hacía los demas,
Sin embargo ella se topó con la imagen chistosa de todos los pálidos chicos tirados al piso tratando de recuperar su audición con los ojos en blanco.
- ¿Qué están haciendo? - Shiori les alzó una ceja.
- Ay los jóvenes de ahora, ya no aguantan a una pequeña maldición. - Comentó Sam mirando divertido a cada joven.
- Es una suerte que siempre traigo conmigo esto en el listón. - Comentó Grim, apareciendo con una orejeras en sus oídos.
- Pudiste habernos avisado antes. - Comentó Ace con la cara el piso.
- No preguntaron.
...
Luego de una rápida recuperación y curación divina, entonces pudieron continuar la charla.
- Un fantasma es un ser que está retenido en este mundo por un fuerte "Anhelo" - Comentó Sam. - Puedes eliminarlos temporalmente con magia, pero pronto volverán. No pueden ser enviados al otro mundo a menos que se cumpla su "anhelo" o... - Desvió su mirada a Shiori. - ... a menos que cuentes con la ayuda de alguien con el suficiente poder espiritual que pueda hacerles frente a estos seres del otro plano, aunque dependiendo de la situación el resultado puede terminar tanto bueno como malo si te ganas el odio de los fallecidos.
- ¡Ah! Por eso los fantasmas en la cafetería regresaban sin importar cuantas veces los derrotaban ¡Ellos volvían! - Comentó Grim.
- Es por esa razón que te di mi pergamino cuando infestaron el dormitorio. - Comentó Shiori levantado el pergamino. - Hace falta más que magia para exorcizar a un espectro.
- ¡Ah! Eso es correcto. - Felicitó Sam. - Es difícil lidiar con fantasmas y lo es más si vas en solitario.
- ¡Lo ves, hasta Sam lo dice! - Señaló Ace reprochando a Shiori.
- Ya entendí. - Shiori solo le devolvió la mirada mordaz.
- Entonces, ¿Cómo se supone que salvaremos a mi hermano? - Preguntó preocupado Ortho. - No podemos enviar sola a Nee-chan y no hay ningún artículo conveniente que pueda resolver este problema de fantasmas.
Shiori al instante soltó un leve bufido, ya que aquel comentario no está del todo alejado.
- Aunque no lo creas Ortho, el Sr. Sam en una caja de sorpresas. - Dijo ella. - Si sabes que preguntar.
Y dicho y hecho porque...
- ¡IN STOCK NOW! - Anunció Sam con orgullo.
- ¡¿En serio las hay?! - Dijo Leona sorprendido.
- Así que tiene una variedad de estas cosas. - Asintió Azul estando acostumbrado al manejo del local de Sam.
- Las novias siempre han sido propensas a la tragedia. - Dijo Sam a modo de anuncio. - A menudo no cumplen su "anhelo" y se convierten en fantasmas. A mucha gente le preocupa esto y han creado medidas para contrarrestarlo. Si quieres librarte de la novia fantasmas, necesitas esto... ¡El anillo de desconexión!
Con un movimiento de manos, Sam, presentó sobre su mostrador una hermosa caja de terciopelo azul oscuro con un set de anillos de plata con incrustaciones de dos pequeñas pero relucientes gemas.
- Con solo decir "Juro seguir amándote hasta que la muerte nos separe." y colocando este anillo en su dedo anular izquierdo puedes obligar al fantasma a romper sus asuntos pendientes ¡Y enviarlos al otro mundo!
- Ya veo porque es una forma de decir "No estaré contigo cuando tu vida termine." - Rió Lilia.
- Aunque suene cruel, son útiles. - Dijo Shiori casi sorprendida al examinar los objetos casi de cerca. - Contienen sellos benditos que están ocultas en los patrones de la superficie para absorber las energías negativa del espíritu, tiene un sello incorpóreo para que ningún fantasma pueda detectar las energías proveniente de ellas y como último detalle está bañada con agua bendita para que, al mínimo contacto, evaporen el cuerpo incorpóreo de un ente hasta purificarlo.
- Sabia que tenias un buen ojo para estos artefactos. - Guiñó Sam. - Esto demuestra la eficiencia de mis productos confiables, después de todo solo quiero cubrir las necesidades de los pequeños demonios.
- Pero ¿Cómo vas a conseguir colocar ese anillo en el dedo anular izquierdo de la fantasma? - Dijo Vil.
- ¿Deberíamos regalarle? - Dijo Rook bastante animado. - Es decir es un regalo desde el fondo del corazón.
Muchos de los presentes, incluida Shiori, miraron con alarma a Rook.
- Honestamente me asustaría mucho que un desconocido me diera un anillo y me lo colocara en el dedo izquierdo. - Suspiró Vil conociendo las actitudes de Rook.- ninguna mujer permitiría eso
- A menos que sea en un Omiai. - Comentó bajito Shiori.
- ¿Un que? - Preguntó Kalim curioso.
- Ah... nada Kalim... solo cosas de mi mundo. - Respondió vagamente Shiori.
- Idia como novio podría haberlo hecho naturalmente, pero ya ha sido secuestrado. - Comentó Cater.
Entonces una idea llegó a la mente de tiburón de Azul.
- Entonces uno de nosotros debería ser el hombre digno para dar el anillo. - Dijo el joven de lentes.
- ¿Un hombre digno? - Dijo Deuce.
- En otras palabras, un prometido. El prometido es quien pone un anillo de compromiso en el dedo anular izquierdo de su pareja ¿No? - Sonrió Azul.
- Pero la novia ya eligió a Idia como su prometido. - Dijo Ace dando un masaje en su nuca. - Ahora si quieres ser ese prometido entonces eso significa que te vuelves...
- ¡La gata rompe hogares! - Dijo Lilia muy interesado. - Kufufu, robar una novia no es tan fácil. Es muy dramático e interesante.
- Proponerle matrimonio a la novia fantasma, ponerle un anillo y recuperar a Shroud sin la necesidad de enviar a al polluelo a la boca del lobo... - Pensó detenidamente Crowley para finalmente sentenciar. - Llamáremos a esta misión... ¡"Operación Propuesta de Matrimonio! Esta es la misión de la que todos ayudaremos. - Luego se dirigió hacia Shiori.- Señorita Nakamura... necesito que reúna aquí a los siguientes estudiantes que te diré...
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Frente a la tienda de Sam Crowley miró la formación de jóvenes que Shiori trajo con ella.
- Muy bien, ya todos estamos aquí. - Comentó Crowley mirando a cada candidato presente.- Trey Clover, Jack Howl, Jade Leech y Floyd Leech. - Luego miró al otro grupo. - Con la colaboración del joven Kingscholar, joven Schoenheit y Zigvolt.
- Así que los fantasmas nos han perseguido a todos y ahora estamos refugiados aquí. - Dijo Trey mirando a la cantidad de alumnos.
- Que bueno que nos hemos reunido todos. - Comentó Jade al lado de su hermano.
- Director, ahora que todos estamos aquí ¿Qué es exactamente lo que necesitas de nosotros? - Habló Vil.
- No hay mucha ciencia, ustedes le pedirán matrimonio a la novia fantasma. - Dijo Crowley de manera animada.
Hubo un breve silencio en el campo y finalmente surgieron los primeros gritos de sorpresa y confusión.
- ¡¿Qué?! ¡¿Qué quieres decir con proponernos?!" - Dijo Jack con la cola erizada.
- Esperen un momento. - Intervino Riddle. - Es una falta a mi deber dejar que Trey, mi sublider, vaya a una misión mientras que yo, el líder, sólo me siente y mire. - Luego se llevó la mano al pecho. - Director ¡Yo también iré!
El entusiasmo siempre suele ser algo positivo, sin embargo...
- Joven Rosehearts, no puedes ir. - Denegó Crowley.
- ¿Qué? - El entusiasmo de Riddle desapareció.
- Los siete jóvenes que hemos reunido aquí tienen una cosa en común: Miden más de 1.80 cm.
Un rayo invisible resonó tras un estático Riddle.
- ¡Ayyy! Hasta a mi, ese comentario, me dolió. - Comentó bajo Grim.
- ...Tratas de decirme... - Un par de venas se asomaron sobre el rostro de Riddle y finalmente chilló. - ¡¿Me estás diciendo que soy tan enano que para verme hay que hacerlo a través de una lupa?!
- Eso no fue lo que dijo Riddle. - Dijo Shiori con una gotita de sudor bajando de su cabeza.
- ¡Ajá! Lástima que no seas lo suficientemente alto, pececito dorado~ - Rió Floyd. - ¿Quieres que te comparta mi aleta caudal contigo?
Como si fuera un erizó con las puntas listas para atacar Riddle fulmino a Floyd con su mirada.
- No, gracias. - Negó él cruzándose de brazos. - ¿Elegir un esposo solo por la altura? O sea que mientras sea lo suficientemente alto ¿No importa que sea un idiota como Floyd? Es ridículo, esa fantasma está loca.
- Oh, vamos Riddle. - Apareció Trey a su lado para tratar de calmarlo. - La altura es sólo una cuestión de perspectiva.
- Eso también lo sé. - Riddle trató de mirar a otro lado.
- Sí, Sí. Está bien que un pez dorado sea pequeño... - Empezó a hablar Floyd, cuando de pronto su mirada se desvió a otros lados como si buscara algo. - ¿Eh? ¿Dónde estás pececito dorado? ¿Desapareció?
- ¿Y ahora qué te pasa, Floyd? - Riddle le levantó una ceja confundido ante su actitud.
- ¡...Oh, Ahí está! - Floyd regresó la mirada a Riddle y se agachó un poco para alcanzar su altura. - Eres tan chiquito que no te ví...
Una vez más la palabra "pequeño" resonó en la cabeza de Riddle y no tardó mucho en explotar.
- ¡AAAAAAHHHHHHHHHH! - El pelirrojo no dudó dos veces y se abalanzó hacia Floyd buscando taclear al Leech contra el piso.
Había iniciado una pelea.
- ¡Ri-Riddle! ¡Cálmate! - Trey hizo lo que pudo para separarlos.
Y claramente no podía faltar Shiori como el soporte del peliverde.
- ¡Espera! ¡Espera! ¡Vamos a calmarnos! ¡No lleguemos a los golpes! - Shiori rodeó sus brazos por detrás de Riddle y con su fuerza lo levantó del suelo para alejarlo del gemelo a unos metros prudenciales. - ¡Tú también Floyd, no lo provoques más! ¡Si no quieres que yo misma te exprima el tórax!
Al instante Floyd se quedó callado un momento para pensar detenidamente la propuesta y con una sonrisita dentada le dijo a la albina:
- ¡¿Entonces puedo molestarlo más?!
- ¡No es la idea! - Recrimina a ella.
¡Crack!...
El claro sonido de algo rompiéndose se escuchó en el entorno.
- Ugh... Shi-Shiori... no respiró... - La voz de Riddle se escuchó a su lado.
Shiori, volviendo su mirada en el pelirrojo, vio cómo el muchacho ya se estaba quedando morado debido a que ella le estaba exprimiendo la cintura.
- ¡Ah! ¡Gomenasai! - Se disculpó rápidamente ella bajando a Riddle al suelo. - ¿Estás bien?
- A veces se me olvida que tú todavía puedes hacer eso. - Respondió Riddle recuperando la respiración.
Aunque, al levantar la vista y ver los centímetros de altura que lo separan de Shiori a comparación suya, se desanimó un poco. Obviamente no por lo que siente por ella sino por sí mismo.
Ante ese desánimo sutil Shiori, suavizó su mirada y se preocupó de que quizás le hubiera movido un hueso a Riddle y que ahora tal vez le estuviera doliendo.
- ¿Te duele algo? - Preguntó ella con cuidado tratando de acercar su mano cálida a la cabellera roja de Riddle.
Uno de los gestos que a él le gustaba mucho de ella era cuando sus delicados dedos tocaban su cabeza, ya que era lo más cercano a la calidez que alguna vez podía sentir por parte de ella, Sin embargo...
- Che, no es justo... - Abucheó Floyd ahora colocando su peso sobre la albina, esperando así ganar su atención. - Dijiste que me exprimirías a mí no al pececito dorado.
- ¡Oye! - Exclamó Riddle celoso.
En eso, un látigo golpeó cerca del grupo. Llamó la atención a los presentes y separando a los dos muchachos de la jovencita. El único responsable fue Crowley.
- ¡Volvamos al punto de esta reunión! ¡Y más les vale que se controlen si queremos ganar tiempo! - Sermoneó el director con una vena sobresaliente en su mejilla en su rostro que inspiraba miedo como el de un mismo Oni enojado. - ¡Me entendieron!
A Riddle y Floyd no les quedó de otra que asentir, logrando calmar la ira del adulto hasta recuperar su compostura.
- En fin la novia fantasma lleva años buscando a su pareja perfecta. Es inflexible. - Comentó Crowley.- Tiene una amplia gama de requisitos para su novio, desde sus ojos hasta su físico. La mayoría son ambiguos por definición. En esta situación, lo único que está claro es que debe ser más alto de 180 centímetros. - Luego miró a Riddle. - Apreció tu entusiasmo joven Rosehearts, pero de esto depende el éxito de la misión. Por favor, ten paciencia conmigo esta vez.
- Si la altura es un requisito, entonces ¿Qué pasa con Malleus? También es alto ¿Por qué no está aquí? - Comentó Vil.
- Malleus es un verdadero príncipe tanto en el nombre como en la realidad. - Comentó Lilia pensando en su protegido. - Sí hiciera la propuesta sería un éxito, pero incluso si es mentira, el próximo rey del Valle de las Espinar no puede proponer matrimonio a una fantasma. Una propuesta matrimonial podría provocar un incidente internacional, por eso les daré a Sebek en su lugar, por favor déjenlo así.
- ¡Es un gran honor ocupar el lugar del joven maestro! ¡No pienso fallar en su nombre! - Exclamó con honor Sebek.
Dicha accion hizo que un sentimeinto de nostálgia se asomara dentro de Shiori, ya que la actitud de aquel joven siempre le recordó a la de su hermano Fudo y su enérgica aura.
- Usted debe de apreciar mucho al joven Malleus ¿No así? - Shiori sonrió levemente.
- ¿Algún problema con eso, humana? - Sebek renegó.
- Para nada, solo me hiciste recordar a alguien similar a tí. - Comentó ella. - Esa energía y devoción hacia Malleus. Admiro mucho por eso.
Aunque dichas palabras dejó un poco trastocado a Sebek el simple hecho de escuchar la palabra "admiro" hicieron tanto eco en su cabeza que hasta pudo sentir como poco a poco su cara se calentaba; pero, al tratarse de Sebek, obviamente bloqueó ese pensamiento e hizo lo único razonable. Miró hacia otro lado tratando de mostrarse rudo y refunfuñando.
- ¡Pues claro que le doy mi devoción al amo Malleus.! ¡¿Por quién me tomas?! - Respondió él, en alto volumen obviamente.
- ¡¿Y por qué tienes que gritarlo todo?! - Exclamaron casi todos tapándose los oídos.
- ¡Yo no grito, hablo fuerte!
- ¡Es lo mismo!
- Hmmp. Hablas muy confiado, pero eso no significa que Malleus hubiera sido el elegido. - Leona simplemente se cruzó de brazos, para nada sorprendido.
- Huh. El amo Malleus es una belleza excepcional. - Presumió Sebek. - ¡Por supuesto sería el elegido como novio! ¡NO ERES NADA COMPARADO CON ÉL! ¡NI SIQUIERA LE LLEGAN A LOS TALONES! ¡NO SABEN CÓMO CORTEJAR A UNA DAMA!
Ese dichoso comentario fue el detonante para que el gatillo de cierta persona con mucho orgullo saliera disparado.
- ...Ja. Lo dice el gritón con la boca suelta. - Se burló Leona, aunque también estaba fastidiado.
- ...Me hacen reír. Todas estas calabazas insufribles juntas. - Se unió Vil, también mostrando su desacuerdo.
- No necesitamos de Malleus. - Leona dió un paso al frente. - Lo haré yo mismo.
Pero ahora tenía competencia
- No, yo voy a hacer que funcione el plan. - Vil también dió un paso al frente. - aunque los de los demás no puedan.
- ¡No pienso perder! - Exclamaron al unísono Vil y Leona con un aura ferviente.
Por otro lado.
- Sí, sí. Me alegra mucho ver como dos de los líderes están motivados. - Aplaudió Crowley.
Ortho rapidamente invocó sus tabletas holográficas con el fin de enviar una serie de drones que se dirigieron hacia la universidad.
- Estaremos atentos a la operación a medida que avance con las cámaras de monitoreo. - Informó al niño de Ignihyde.
- ¡Estoy seguro de que Vil será elegido! No puede haber un novio más hermoso en algún otro lugar del mundo.- Asintió con confianza Rook para luego desviar su mirada hacia Epel - ¿No lo crees Epel?
- ¿Eh? Ah, así es... - Asintió Epel, aunque luego murmuró bajito. - Aunque hacer una propuesta de matrimonio... usar palabras melosas... si fuera yo me horrorizaría.
Como si el oído de Vil hubiera tenido un amplificador auditivo, giró rápidamente su cabeza hacia el ahora pobre muchacho de cabello lila se que resaltó por su mirada.
- ¡Creo que Vil puede hacerlo! - Corrigió rápidamente Epel.
- ¡Epel puedo escuchar todo lo que dijiste! - Regaño Vil.
- Vil, ¡Todos estaremos atentos al momento en que tu belleza y tu encanto brillen!
Y así todos los estudiantes se estaban preparando mentalmente para la operación propuesta de matrimonio, aunque a lo lejos Shiori los miraba un poco preocupada. Este era un muy raro escenario a lo que estaba acostumbraba; después de muchos meses de estar alejada de los fantasmas, de los ataques constantes que vivía en su mundo y que ahora ese aspecto de su vida regresaba aquí con sus amigos la dejaban tan confundida. Usualmente en situaciones así siempre trataba de mantener la máscara de la sacerdotisa sobre su rostro sin importar qué, pero ahora la ha roto un sin fin de veces ¿Sería perjudicial para todos eso? ¿Debería actuar como solía hacerlo en su mundo?
Shiori sacudió la cabeza de un lado a otro para alejar todas esas dudas. Este no era su mundo. La manera en cómo se trata a los fantasmas es muy distinta, aun así ella no quería bajar la guardia. Ya había comido una vez ese error y lo pagó muy caro.
Esta vez no iba a dejar que ese error se vuelva a repetir.
Shiori, mirando determinante hacia la universidad, se llevó la mano al pecho para calmar todos los presentimiento paranormales que su pobre corazón trataba de soportar.
- Espéranos Idia... - Susurró ella. - ¡No dejaremos que mueras!
Lo que desconocía Shiori, era que Ortho gracias a las mejoras de su audición, pudo escuchar la promesa susurrante de la albina. Ortho no podía estar más que feliz de que hubiera otra persona aparte del amigo online de su hermano que lo trataban bien y sin perjuicio.
Sin embargo, nadie fue capaz de notar que el anterior crujido que había escuchado antes no se trataba de la columna de Riddle... Si no la del anilló de Shiori, que ahora se había tenía una grieta en su gema.
...
Dentro de la cafetería, todos los muebles, mesas, paredes y candelabros estaban siendo decorados con una linda tela blanca con toques azules para que exista una armonía en el diseño del salón principal. Pasando entre el decorado de la mesa y las velas, flotando sobre mientras tarareaba alegremente en un fantasmal vestido de novia, se encontraba la responsable de esta boda fantasma... Eliza.
- Ufufu... Ufufufu... ¡Qué día tan maravilloso es hoy! - Rió risueñamente dirigiéndose a alguien. - No me he sentido tan feliz desde que estaba viva. Porque... porque finalmente...¡Finalmente he encontrado a mi príncipe ideal!
Ese alguien a quien se situó a su lado se trataba del pobre Idea sacudiéndose todo lo que podía para deshacerse de una soga controlada por los fantasmas que lo tenía atado de manos y pies sobre una silla tratando de luchar para huir del lugar.
- ¡QUÉ ALGUIEN ME AYUDE! - Exclamó Idia esperando a que alguien lo escuchara al punto que intentó saltar de la silla esperando así romperla por la gravedad, pero aun con eso no pasaba nada. - Fui rodeado por fantasmas, que estaban girando a mi alrededor con una cuerda, luego terminé atado aquí... y cuarto ¿Se me somete a matrimonio forzado? ¡No quiero casarme siendo estudiante!
- Ay Idia, mi amor, estás saltando como si te estuvieras divirtiendo. - Eliza lo miraba con brillitos en sus ojos. - Amo que estés tan lleno de energía.
En eso, una fantasma un poco mayor se acercó a Eliza.
- Por fin has encontrado al caballero ideal...Me alegro mucho, princesa Eliza. - Aquella fantasma, que parecía ser una institutriz, empezaba a emitir lo que parecía ser lágrimas fantasmales. - El sueño que anhelaba desde que era tan solo una niña era el de casarse con su príncipe ideal. Nunca pensé que perdería ese sueño junto con su vida... - Un nudo se hizo en su garganta. - ...En aquel terrible día, que terrible es el destino. Ahh... si esta anciana hubiera llegado antes a la habitación de su alteza, habría podido escapar.
- Oh... Nana - Eliza se acercó para tomarla de las manos y calmar el llanto. - ¿Otra vez hablando del pasado? No te deprimas tanto por eso. Toda esa tristeza y dolor fueron necesarios para que conociera al amor de mi vida, Idia.
- Oh princesa, eres usted tan dulce. - Dijo conmovida la nana.
- No. No. No. No. No... No hablen a su conveniencia. - Replicó Idia. - Yo... ¡¿No tengo derecho a "declinar" esta idea?!
En eso abruptamente alguien jalo de la silla de Idia hacia atrás, casi de manera brusca, tan solo para que el joven se topará con otro fantasma de aspecto un poco más rechoncho.
- Silencio, chico ruidoso. - Regaño aquel fantasma. - ¡Alégrate de haber sido elegido como novio de la princesa!
- ¿¡Alegrarme!? - Preguntó Idia sarcásticamente. - ¡Estoy siendo forzado a casarme con una fantasma desconocida sin tener derecho a negarme! ¡¿Dónde está lo positivo en eso?!
- Tú no lo entiendes. - El fantasma, a pesar de estar enojado, también se mostraba triste. Era como si recordara algo. - Estar con una princesa tan dulce e inocente para siempre, como Eliza, cualquiera sería dichoso a su lado. ¿Por qué te niegas a estar con alguien dulce como ella?
- ¡¿POR QUÉ?! ¡Porque!... Porque... - Idia se mordió la mejilla y sentía como su cara se empezaba a calentar, porqué inconscientemente sus pensamientos se empezaban a llenar de las imágenes de cierta persona de cabello color similar al álamo blanco y cuya fragancia era igual a la de las flores en primavera mezclada con menta. - Porque yo... - El líder de Ignihyde no quería admitirlo, pero las leves puntas rosadas en su cabello lo delataban - ¡Porque... YO...!
Pero entonces Eliza llegó a la escena de los dos muchachos.
- ¡¿Están peleando?! - Regaño Eliza. - ¡Chubby, no seas malo con Idia! ¡Pon su silla como estaba! - Luego regresó a su sonrisa. - ¡Después de todo es mi esposo!
- ...Sí, lo siento. - Dijo Chubby ahora calmado y enderezando la silla.
- ¿A propósito han visto al resto de mi corte? - Preguntó Eliza mirando por todos lados buscando a alguien. - No los he visto por ningún lado.
En eso muchos de los fantasmas se miraron entre ellos preocupados y esperando a que alguien dijera algo aparte del silenció tensó que se formó en el ambiente.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras? - Dijo Eliza sintiendo la tensión.
Uno de los fantasmas luego de pensarlo detenidamente se sacó el sombrero, se acercó a Eliza y con una mirada de pesar le dijo la verdad.
- Alteza, cuando llegamos a la residencia de siempre, fuimos intervenidos por una misteriosa mujer que... - Apretó sus manos. - ...que desvaneció a muchos de nuestros hombres.
- ¡¿Cómo que los desvaneció?! - Dijo Eliza preocupada.
- No tengo idea de lo que pasó, pero ella hizo algo con una extraña luz que no permite que los afectados puedan regresar a este plano.
- ¿Una mujer? ¿En una escuela de hombres? ¿Cómo es ella?
El fantasma tragó grueso un poco al recordar la imagen de la sacerdotiza.
- Es joven. Tiene cabello largo y blanco. Tez rosada. Unos fríos ojos rojos y... una aterradora energía muy similar al más allá.
Los ojos de Idia se abrieron, ya que sabía perfectamente a quién se refería.
- ...Shiori. - Susurró Idia, en un tono bajo pero casi alegre.
- No puede ser... - La angustia de Eliza subía cada vez más.
- ¿Dónde está ahora? - Pidió Chubby tomar cartas en el asunto.
- La vieron antes en el exterior, pero escapó. - Explicó el fantasma. - Tiene una enorme energía que cualquiera puede identificar pero ya no la podemos sentir cerca, es como si se hubiera desvanecido.
- No quiero que nada arruine el día más feliz de la princesa. - Pensó Chubby en voz alta.- Aumentaremos la seguridad de la recepción de ser necesario. Este día tiene que ser perfecto.
- A la orden. - Asintió el fantasma para buscar a su grupo.
Luego Chubby se acercó a Eliza y tratando de calmarla le dijo:
- No te preocupes Eliza, yo te prometo que haré todo lo posible para que este día sea perfecto para tí.
- Chubby ¿En verdad harías eso por mi? . - Eliza se conmovió.
Chubby sonrió.
- Es una promesa. - Él juró. - No dejaré que esa mujer arruiné tu momento.
Las palabras ayudaron porque Eliza se tranquilizó un poco.
- Gracias Chubby, siempre puedo contar contigo. - Agradeció ella.
Repentinamente las puertas del comedor se abrieron de golpe y con ello otro guardia fantasma llegó a escena.
- ¡Lo siento mucho! ¡Tenemos una situación! - Dijo el guardia.
- ¿Qué pasa Jiiya? ¿Por qué tanta prisa? - Eliza lo miró confundida.
- Uno de los guardias me ha informado... ¡Que han llegado varios pretendientes que desean proponerle matrimonio!
- ¡¿QUÉ?! - Exclamaron todos los fantasmas presentes.
- Sí. Todos parecen ser estudiantes del Night Raven como el señor Idia. - Comentó Jiiya.
Por otro lado, Idia:
- No sé lo que está pasando aquí... ¡Pero esta puede ser mi oportunidad para liberarme! - Finalmente Idia empezaba a calmarse para luego sonreír con total victoria. - Jejeje, los estudiantes del Night Raven tienen altas características que me sobrepasan. El adinerado, el genial, el tímido, el bonito, el inteligente... ¡Y muchos más! Es 100% seguro que alguno de ellos será un novio mucho mejor que yo.
- No te preocupes, mi querido esposo. - Eliza lo abrazó por detrás, algo que le generó un terrible escalofrío en Idia. - No importa qué tipo de persona venga, me aseguraré de rechazarlos. Así que , espérame aquí.
- "Sí claro. Como si pudiera ir a alguna parte." - Idia rodó los ojos para luego exclamar. - ¡No me estas escuchando en lo absoluto!
Pero Eliza no lo escuchó y se dirigió a dos fantasmas de su corte.
- Jiiya, Nana... Mientras yo me encargo de los pretendientes. Por favor preparen a Idia. - Ordenó Eliza.
- Sí majestad. - Los fantasmas se inclinaron ante ella.
En ese momento, Idia sintió el verdadero terror.
- Ehh... ¿Preparar? ¿Qué? ¡¿Qué quieres decir con "prepara"?! - Idia sudaba a mares.
- Nuestro primer encuentro será memorable y maravilloso... Estoy deseando que llegué. - Sonrió Eliza.
En eso tanto Jiiya como Nana se acercaron lentamente a Idia mientras extendían sus manos.
- Puede contar con nosotros. Lo haremos lo mejor posible. - Dijeron ambos al mismo tiempo, de manera tétrica. - Le entregaremos al novio perfecto.
- ¡Oye! ¡No! ¡Aléjense de mí! ¡Suéltenme! - Replicó Idia ahora sintiendo como la silla era levantada y transportada hacia otro lado. - ¡No! ¡No! Ugh... ¡Altooooooo!
El eco de la voz de Idia resonó en todo los pasillos del colegio.
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A las afueras del colegio el guardia miraba fijamente a todos los jóvenes que tenía al frente.
- Siete pretendientes para la princesa han venido a la vez. - Contó el guardia.
- Como lo menciona buen mozo. Yo soy el hombre adecuado para ser el novio más que cualquier otro. - Comentó Vil fluidamente y mostrando un ligero tiño de estar enamorado de alguien.
- ¿Mozo? - Jack lo miró como si fuera otra persona.
- Estoy segura de que ella también se enamorará de mí. Así que déjame conocer a la princesa.
- Oye, estás cambiando de personalidad. - Murmuró Leona.
- Soy modelo y actor profesional al mismo tiempo. - Explicó Vil. - puedo usar varias facetas diferentes dependiendo de la situación. Ellos quieren un "príncipe" ¿No? Soy un profesional que responde a lo que me solicitaron.
- Vil... Vas a engañar a alguien que ni siquiera te gusta fingiendo ser alguien más. - Comentó levemente Jack, pensando en que quizás Shiori pensaba los mismo si estuviera aquí. - El amor es... creo que es más serio que eso.
- ¿Hmm? ¿De qué hablas erizo de mar? - Sonrió Floyd.
- Umm... Yo sólo...- Jack se rascó la nuca. - ¡No quiero usar trucos fraudulentos...!
- Eres tan ingenuo, Jack. - Intervino Vil. - Este es un juego para ver cuál de los siete puede cautivar más el corazón de la novia y no voy a escatimar nada en ningún juego. Eso es todo lo que haré.
- Ugh esto es asqueroso. - Gruñó Leona. - Tu yo habitual es mejor que esto.
- Vaya, Leona... Acaso tienes miedo miedo de perder contra mí ¿Verdad? - Retó Vil. - Temes que pueda ser mejor partido no solo para la princesa.
- ¡¿Hah?! ¡¿De qué estás hablando?! - Leona lo fulmino con la mirada.
- Para mi esto no solo se trata de sólo actuar sino también... - Vil miró al dron que flotaba en el cielo. - Para mostrarle a alguien de lo que estoy hecho y lo que puedo ofrecer...
Leona no era un tonto, supo rápidamente a quien se estaba refiriendo.
- Ah no. Que ni se te ocurra acercarte a ella... -Amenazó Leona.
- Pruébame...
Tanto Leona como Vil intercambiaron miradas desafiantes y luego miraron al guardia fantasma.
- ¡Oye, fantasma! - Exclamó Leona. - He venido por todo este camino. Trae a esa princesa rápidamente.
- ¡Qué manera es esa de tratar a la princesa! - El fantasma los miró mal.- No se puede confiar en alguien que actúa así, sí quieres pedirle matrimonio a la princesa... ¡Entonces demuestra tus habilidades!
Mala elección de palabras porque ni bien dijo eso todos los estudiantes sacaron sus varitas y se fueron a cargar al fantasma con todo los hechizos de su arsenal.
...
Desde la tienda de Sam todos vieron cómo cada uno de los estudiantes luchaba contra el fantasma que trataba de esquivar todos los ataques.
- Ellos van a estar bien sin los cristales. - Comentó Ortho mirando en una cajita todos los cristales pertenecientes a los jóvenes.
- Esos cristales están hechos con energía del corderito. - Comentó Sam. - Mis amigos me informaron que están muy alarmados con su presencia, así que lo mejor para ellos es que nos hayan dejado sus cristales para que no hubiera fallas en el plan.
- Aun así, los chicos sí que les están metiendo ganas a esta misión. - Comentó Shiori con una gota de sudor bajando de su mejilla al igual que Grim, Queen y Zeppelin.
...
Luego de una ardua batalla, finalmente nuestros protagonistas pasaron la prueba.
- Oh, lo hiciste mejor de lo que pensé. - Dijo el fantasma tomando aliento. - ¡La verdad detrás de su perseverancia quedó clara! ¡Se les otorga acceso! ¡Abran las puertas!
Todos los presentes, incluidos los que miraban el evento desde los hologramas en la tienda de Sam, vieron como todo pasaron uno por uno hasta caminar por los largos pasillos de las instalaciones con el fin de llegar a la cafetería y reencontrarse con Eliza, quien los estuvo esperando pacientemente.
-... Así qué ¿Ustedes son los que quieren casarse conmigo? - Preguntó Eliza.
- "¡Ahí está! así que esa es la fantasma que secuestró a Idia" - Pensó Jack mirando a Eliza.
- Lo siento... - Se disculpó ella haciendo una reverencia formal. - Han venido hasta aquí para pedirme matrimonio pero... desafortunadamente yo ya tengo un novio, ese es Idia y ya tengo planes para entrelazar mi futuro con él... - Entonces sus ojos se llenaron de brillitos y nombre todas las características que la hicieron enamorar de Idia. - Es alto y delgado. Tiene una piel hermosa, unos ojos imponentes y una sonrisa encantadora solo para mí... Su cabello parece estar lleno de vida y tiene los labios más hermosos que jamás había visto...¡Es tan genial, es perfecto!
Casi todos se aguantan para no mostrar una mirada de poker.
- Hmm. Eso no encaja en lo absoluto con Idia... pero no se lo puede describir sutilmente. - Comentó Trey tranquilamente.
- Me halagan sus sentimientos, pero no puedo evitar compararlos con mi maravilloso Idia. - Explicó Eliza. - Es el hombre perfecto para cualquier chica.
Vil y Leona no se tomaron bien el comentario ya que avivó la llama competitiva de sus almas.
- ¡YO SOY MEJOR QUE ÉL! - Exclamaron Vil y Leona.
- Ahí va el propósito de la misión. - Sonrió tranquilamente Jade.
- ...Ya veo, si no puedo evitarlo. - Eliza pensó en una idea para poner a prueba a estos chicos insistentes. - Si están seguros, veamos si son dignos de ser mi "Príncipe ideal"
Primero Eliza fijó su mirada en Leona.
- ...Así que, empecemos por ti, el salvaje que tiene unas orejas bonitas.
Leona viendo que lo llamaba, entonces se acercó.
- Yo ¿Verdad? - Leona mostró un porte dominante.- Soy Leona Kingscholar. No importa cuál sea la prueba... - Sonrió con confianza. - Te haré elegirme.
- ¡Entonces empecemos! - Dijo Eliza preparándose mentalmente para... ¿Cantar?
Yo~
Que te he estado esperando~
- ¿Ah? - Leona la miró confundido.
Si~
Te he esperado por mucho tiempo~
Por ver~
Solo tu~
Sonrisa~
Eliza parecía hacer leves pausas en sus entonadas, aun con eso Leona todavía la miraba como si se le hubiera zafado un tornillo.
-"¿Por qué empezó a cantar de repente?" - Leona arqueó la ceja. - "¿Estuvo muerta tanto tiempo que se volvió loca?"
Ante el silencio, Eliza tuvo su veredicto.
- ¡RECHAZADO! - Exclamó Eliza, luego de propinarle una fuerte bofetada en la cara de Leona.
Muchos pudieron imaginarse el dolor ya que la huella de la mano de Eliza estaba marcada en su cara y lo más cómico de todo esto fue que Leona terminó cayendo al pisó.
- ¡Ay! - Leona gritó.
- ¡¿Qué pasó?! - Sebek dijo ahora en shock. - ¡¿De repente, esa fantasma lo abofeteó?!
- No puedo creerlo... - Eliza negó con la cabeza en total decepción. - Aunque el principio era sólo cantar ¡No puedes hacer un dueto! ¡No eres un príncipe en absoluto!
- Pero el líder Leona es el único verdadero príncipe entre nosotros. - Comentó Jack.
-Siguiente. - Eliza fijó su mirada en Vil. - El que tiene hermoso cabello dorado.
- Sí, mi nombre es Vil Shchoenheit. - Se presentó cordialmente el líder de Pomefiore.
- Bueno, entonces... ¡Ejem! - Eliza carraspeó su garganta.
Eliza comenzó la canción de nuevo
Yo~
Que te he estado esperando~
Pero a diferencia de Leona, Vil supo cómo complementarse a la situación.
Tú~
Que me has estado llamando~
Eliza continuó la letra y así sucesivamente.
Si~
Te he esperado por mucho tiempo~
Así es~
Me has estado llamando por mucho tiempo~
Por ver~
Solo tu~
Sonrisa~
Casi muchos de los candidatos estaban boquiabiertos.
- ¿Qué? ¡Está siguiendo la incomprensible canción de la fantasma! - Dijo Sebek sorprendido del resultado.
- Hasta la armonía es perfecta. - Añadió Jade.
Volviendo con la pareja.
- Podría cantar de este modo contigo siempre. - Dijo suavemente Vil.- Y eso es porque... quiero gustarte.
- ¡Qué encantador! - Comentó complacida Eliza. - Entonces... ¿Cómo se llama tu gran perro?
Muchos se quedaron confundidos con la pregunta e incluso Vil parecía un poco extrañado.
- ...¿Por qué de repente hablas de perros? - Preguntó Vil. - Vivo en un dormitorio escolar, no tengo ninguna mascota...
- ¡RECHAZADO! - Exclamó nuevamente Eliza, y al igual que Leona, Vil recibió una bofetada en la cara que lo tumbó al suelo.
- ¡Oye! -Exclamó enfadado Vil. - ¡No me lo puedo creer! ¡¿Tienes idea de cuánto vale mi cara?!
- Ah, Vil regresó a la normalidad.- Comentó Jack.
- También abofetearon al pez Betta. - Rió Floyd.
- Siempre tienes que tener un gran perro que acuda a tu ayuda cuando le des un silbido, si no tienes un perro, no eres un príncipe. - Explicó Eliza.
- Esa es una imagen muy distorsionada de un príncipe... - Dijo Trey mirando a los soldados caídos. - Leona, Vil. ¿Están bien?
Pero a pesar de todo tanto Leona como Vil todavía se mantenían quietos en el piso sin emitir movimiento alguno más que solo emitir un sonido como si se estuviera esforzando por hacer algo.
- ¿Qué pasó para que se congelaran los dos? - Comentó Trey confundido. - ¿Fue tan impactante recibir una bofetada?
Finalmente los afectados, luego de varios intentos de moverse sin éxito, supieron en la posición que se encontraban y con una cara de pánico dijeron al mismo tiempo:
- ¡No puedo moverme!
- ¡¿Ehh?! -Exclamaron todos los jóvenes.
- Es como si estuviera atado por todas partes. - Dijo Leona. - No puedo mover ni un dedo.
- Y no puedo usar la magia... ¿Qué ocurre? - Dijo desesperado Vil.
...
- Parálisis espectral. - Susurró interesada Shiori, viendo el estado de Vil y Leona desde el holograma.
- ¿Qué es eso? - Preguntó Grim.
- Normalmente cuando una persona tiene un primer acercamiento paranormal lo primero que sucede es que el cuerpo se petrifica debido a las emociones de miedo e impacto de la primera impresión visual sumado a la energía con la que el fantasma se manifiesta...- Shiori miró al Shroud menor. - Ortho ¿Puedes regresar el video unos segundo atrás por favor?
Ortho asintió y, haciendo una segunda pantalla, mostró el momento antes de la bofetada.
- Alto... - Pidió Shiori, observando como la imagen se quedó estática. - Como ella no genera ningún tipo de miedo a primera vista que pueda amedrentar a los muchacho, entonces para generar la parálisis ella usó su energía espectral acumulada en la palma de su mano para generar una sensación de petrificación, capaz de alterar el campo de auras, accediendo completamente a la energía del cuerpo y moderarla a su antojo.
- Tratándose de un fantasma de 500 años, tiene energía de sobra. - Comentó Sam entendiendo la conversación. - Era de esperarse de un Gede Loa, los ha maldecido.
- Evidentemente pero... ¡Mire esto! - Señaló la marca de la mano de Eliza en la cara de los chicos. - No tienen un Hanko para identificar el tipo de maldición e incluso la marca de la mano en sus caras no presenta rastros de contaminación.
- Fascinante. - Sam también se mostró fascinado.
- "Maldición, no entendí nada de lo que dijeron." - Dijeron la mayoría de los presentes todavía allí con una gota de sudor bajando sobre su mejilla.
...
Regresando al comedor.
- He pasado los últimos años esperando a mi príncipe ideal. - Explicó Eliza. - Todos ustedes se acercaron a mí y me han dicho "Soy tu príncipe", pero son solo unos farsantes que no conocen el corazón de una doncella, quiero que reflexionen sobre ello durante el tiempo que yo he soportado.
-¡¿Los próximos 500 años?! - Dijo Exaltado Sebek.
- Nunca he oído que un fantasma pueda paralizar a alguien por completo con una bofetada, a menos que tengas las habilidades similares a las de la señorita Shiori. - Comentó Jade, recordando la parálisis de Floyd cuando lucharon con ella bajo el mar y los ataques del loto ascendente. - No solo parecen ser delicadas y apasionadas, sino que también tiene un gran poder en la determinación.
Leona ya estaba a punto de matar a alguien con la mirada.
- ¡Tiene mucho valor para hacerme esto! Te atreves a dejarme por una razón incomprensible. - Gruñó Leona con enfado.
- ¡¿Te atreves a rechazarme y atacarme físicamente?! ¡Juro que voy a tomar represalia por eso! - Exclamó Vil, sintiéndose humillado.
Jack solo suspiro ante la situación.
- Soy reacio a mentir pero... - Jack tomó en serio la situación. - Ya que dos de los líderes no lo lograron. ¡Depende de nosotros hacer lo que podamos!
- Bueno, el siguiente es... - Eliza miró entre los jóvenes y finalmente escogió a otra víctima. - Tú, el robusto de grandes y blancas orejas.
Al ser el único robusto grande del grupo, Jack supo que se refería a él. Se fue acercando al fantasma y finalmente se encontraron frente a frente.
- Soy Jack Howl. - Saludo el chico lobo. - ¿Qué tan bueno eres con la espada? ¿Cuántos monstruos más grandes has matado? ¿Tienes una espada legendaria de tus ancestros?
-¿Una espada? - Jack entrecerró los ojos. - No necesito una espada. Sólo tengo mi puño.
- ¡RECHAZADO! - Dijo Eliza, procediendo con la marcación de la palma de su mano sobre la cara de Jack.
- ¡Auch! - Jack quedó paralizado en el suelo como tronco recién cortado.
- Un príncipe que no puede salvar a la princesa de un monstruo con una espada legendaria. ¡¿Cómo salvarás a tu amor?! - Regaño Eliza y siguió con el siguiente. - ¡Siguiente! Tú, el de bonitos ojos penetrantes.
Sebek dio un paso al frente y, como digno aspirante a caballero de Malleus, se presentó con la fuerza y potencia que podía tener.
- ¡Soy Sebek Zigvilt!
- ¿Qué instrumento puedes tocar? ¿Piano? ¿Flauta?
- ¿Instrumento musical? Hmmm... - Sebek lo pensó brevemente para luego sonreír. - ¡Buena pregunta, fantasma! Le diré que la habilidad del joven maestro con los instrumentos de cuerda ¡Es simplemente maravillosa! Su melodía del violín es en cierto triste pero hermosa que la melodía del violonchelo que me permitió oír una vez fue tan profunda que hizo temblar mi corazón. Es el misterio propio del joven...
Antes de que Sebek continuará su discurso, la mano de Eliza ya había abofeteado su cara.
- ¡¿PERO POR QUÉ?! ¡Que mujer tan grosera, todavía estaba hablando! - Alzó más la voz Sebek ya estando inmovilizado.
- ¡Es más grosero que hables de un extraño en una escena romántica! No mereces ser un príncipe en absoluto. - Justificó Eliza señalando al siguiente joven. - A continuación, el que le queda bien los lentes.
Ahora fue el turno de Trey.
- Mi nombre es Trey Clover. - Saludó amablemente el peliverde. - Encantado de conocerte, princesa.
Pero repentinamente.
- ...No puedo. No deberíamos vernos más ¡Adiós! - Eliza sin razón alguna se fue volando velozmente hacia el otro extremo de la cafetería.
- ¿Eh? De repente se fue... - Dijo Trey con los ojitos hechos unos puntos ante la inesperada acción de Eliza. - Pero luego lo pensó un poco. - ¿O acaso... espera a que la siga?
- ¿No es eso lo que busca? - Floyd señaló a la fantasma.
Ella se había detenido hasta cierto tramo del comedor y miró de regreso a Trey, como si estuviera esperando algo.
- Supongo que sí. Ummm... ¡Espera! - Dijo Trey tratando de darle alcance.
Ya para cuando Trey estaba cerca de Eliza ella continuó con la dramatización.
- ¡Oh, dije que no te volvería a ver! - Eliza giró a un lado su rostro dramáticamente triste. - Por favor, me estás confundiendo.
- "Bien, parece que tenía razón al ir tras ella." - Pensó Trey sintiendose seguro por esta ruta, sin embargo había otro problema. - "¿Y ahora qué?"
En eso la voz de la conciencia sonó a la distancia.
- ¡Usa una canción Trey! - Dijo Jade. - ¡Cántale una serenata!
Eso alertó aún más a Trey.
- ¡¿Una canción?! ¡¿Ahora?! - Trey respondió con los lentes casi caídos.
- Sí, necesitas crear un ambiente romántico. - Jade realmente luchaba para no reírse. - Utiliza una canción que debilite el corazón de la doncella.
Trey quería morirse.
- "¡No...! ¡No soy bueno cantando! ¡Ni siquiera las de Luis Miguel!" - Lloró internamente el chico de lentes, manteniendo su cara tranquila por fuera.
Pero no había otra salida que cantar lo primero que se le venía a la cabeza y entonando, lo mejor que podía, entonces empezó:
Uhh... tu... tu~
- ¿"Tu"~? - Repitió Eliza.
Tu... ve, velo es...
Es como un trapo recién blanqueado...
Y tus ojos, bueno, son como uvas...
Eres... Eres tan fresca~~
Y con ese párrafo, Trey terminó, hubo un largo silenció en la sala y finalmente se dió el veredicto.
- ¡RECHAZADO!
Una bofetada resonó en la sala y con ello Trey se unió al grupo de los descalificados.
- No pude hacerlo. - Comentó Trey.
- ¿Velo como trapo? ¿Ojos de uvas? - Dijo ofendida Eliza. - No es nada romántico ¡Un príncipe nunca diría eso!
Por otro lado Jade se acercó a Trey.
- Creo que la metáfora fue demasiado cotidiana. - Comentó el gemelo tranquilo. - Debiste usar algo como "Tus ojos son joyas"
- Soy un estudiante ¿No? ¡Fue tan repentino que solo dije palabras comunes! - Trey se defendió
Continuando con la lista de pretendientes.
- ¡Siguiente! Tú el joven de amables ojos caídos - Eliza se acercó a Floyd.
Pero a estas alturas Floyd ya se había aburrido de la situación.
- Sabes yo ya me aburrí. Has sido molesta desde el principio~ - Floyd se masajeó el hombro. - ¿Ya puedo estrangularte?
La respuesta fue más que obvia.
- ¡Ni hablar!
Floyd terminó siendo abofeteado con mayor fuerza que las anteriores.
- ¡AAYY! - Exclamó el gemelo sintiendo el picor de la palma seguido de la parálisis.
- Obviamente así sería. - Suspiró Leona, para nada sorprendido.
Y con una larga lista de chicos caídos, tan solo quedaba un rayo de esperanza.
- El último es... Eres tú. - Eliza señaló. - El de la bonita cara sonriente.
Aquel rayo de esperanza y milagro se trataba de Jade.
- Si. Mi nombre es Jade Leech. - Jade hizo una reverencia muy formal. - Por favor, se gentil conmigo.
- El único que queda es Jade ¡Contamos contigo...! - Le advirtió Jack.
Todos no sabían si alegrarse o estar preocupado.
- En primer lugar, como muestra de mi afecto ¿Puede aceptar este presente? - Jade le extendió un arreglo de flores exóticas que hizo con magia.
- Una hermosa flor... ¿Para mí? - Habló Eliza asombrada por el repentino detalle.
- Si. Es una flor que recogí para ti. Pensé que te quedaría bien. - Sonrió complacido Jade.
- Qué... ¡No sabía que tenía preparada tal cosa! - Se exaltó Sebek.
- Oh, qué encantador ¡Estoy muy feliz! - Eliza aceptó el arreglo. - No sé que hacer, mi corazón se agita.
- "¿En serio tiene un corazón?" - Muchos se preguntaron extrañados.
- ¡Pero creo que podría funcionar! ¡¿Qué podría salir mal? - Habló Trey depositando su esperanza en Jade.
Pero habló muy pronto.
- Jade estás exagerando. - Comentó Floyd. -Tú dijiste "Esta es una flor venenosa de las montañas". Sólo la estás dando porque no tienes dónde plantarla.
Pero Jade al contrario de regañar a su hermano solo mostró un brillo en su rostro al charlar sobre este tipo de cosas.
- Sí, esta flor es altamente tóxica y si se planta en un terrario arruinaría las demás plantas. - Sonrió Jade. - Si lo tocas con las manos desnudas, te saldrá sarpullido; pero veo que no funciona en fantasmas. Así que aprendí mucho.
...
Los que miraban el video solo se abofetearon la frente en conjunto.
- Allá va nuestra última esperanza. - Dijo Grim mirando como todos eran unos completos imbéciles.
...
- ¡COMO TE ATREVES! - Exclamó Eliza alejando las flores.
Y seguido a ello no tuvo piedad en abofetear a Jade.
- ¡Duele! - Dijo Jade siendo el último chico del grupo en caer.
- Si Floyd no hubiera dicho nada innecesario podría haber funcionado. - Suspiró decepcionado Vil.
- No quería ser el único que recibiera la paliza. - Floyd hizo un puchero.
- Ugh... todos fuimos rechazados. - Se resigno Jack.
- Al cabo que ni quería... Prefiero mil veces a Koebi-chan
Al menos algunos estaban de acuerdo, aunque no lo dijeran verbalmente.
- Son unos groseros... ¡Ustedes no son príncipes en lo absoluto! - Eliza les reprocho a todos.
Todos lo pensaron un poco y encontraron el mayor problema de su falla.
- Es verdad... - Todos comentaron.
...
- ...Oigan, me acabo de dar cuenta de algo. - Dijo Trey un poco preocupado. - "¿Acaso no sería dificultoso, para unos chicos de una universidad de hombres, el proponerle matrimonio a una princesa?
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Regresando con el respaldo de los infiltrados en la tienda de Sam.
- No esperaba que el grupo de los altos fuera derrotado tan fácilmente. - Crowley se lamentó.
- ¿Vieron eso? ¡Floyd siendo abofeteado por la fantasma tan pronto como habló! - Riddle rio. - Sabía que era un error juzgar a un novio por su altura ¡Así que se equivocaron!
- ¡Ja ja ja! ¡La canción de Trey fue malísima! - Carcajeó Ace como nunca. - ¡No se puede ser tan simplón! Es una locura ¡JAJAJAJA!
- ¡Oye! Détente Ace. Le faltas el respeto a Clover... jejeje.- Deuce trato de estar sereno, pero la risa también le estaba ganando. - No puedo, si lo recuerdo es... ¡Jaja!
- ¡Oh, Vil! ¡Hay una marca de hoja otoñal en tu mejilla transparente! - Se lamentó Rook. - Qué doloroso. Es una tragedia insoportable ver su belleza arruinada.
- Sí, eso es... Eh... -Epel trató de disimular un poco la risa. - ¡Cuando fue rechazado, la cara de Vil! ¡Pfft!
- No es divertido. - Regañó Shiori, callando a todos con su mirada.
- ¡No es momento de reírse! - Exclamó Crowley.- Esto no es un chiste ¡La vida de Shroud está en juego!
- Oh, qué se supone que hagamos ahora... - Suspiró Crowley.
Shiori levantó su mano pero rápidamente el director le respondió.
- Baja la mano Shiori, aun es muy pronto para enviarte.
- Hmp... Tocaba intentar. - Suspiró la albina.
En eso...
- ¡No se preocupen! - Intervino la voz de alguien.
- ¿Huh? - Kalim tenía un signo de interrogación sobre su cabeza.
- Me disculpo por el mal comportamiento de Jade y Floyd. No saben como tratar a una mujer. - Suspiró decepcionado Azul, para luego sonreír como todo comerciante. - Déjenmelo a mi, yo Azul Ashengrotto me aseguraré de poner en su dedo el anillo de desconexión.
Seguido de él llegó un segundo candidato.
- No, no, si quieres acercarte a una chica bonita. ¡Necesitas consultarme primero! - Saludó animadamente Cater haciendo el símbolo de la paz con sus dedos.
- Realmente estás emocionado ¿No? -Dijo Deuce bastante sorprendido con la actitud del pelinaranja.
- ¿Eh? Porque tengo confianza en eso. - Asintió Cater rodeando su brazo alrededor de Deuce. - ¡Cuanta más gente haya, más divertido será!
- Ehh... ¡¿Yo?! - Deuce se asustó y casi medio sonrojado. - No, recapacítalo. No estoy acostumbrado a este tipo de cosas... ¡No soy bueno conociendo los sentimientos de una mujer. - Aunque en pensamientos también se decía. - "No quiero confesarme a otra que no sea Shiori, no quiero engañar a nadie."
- Pero bien que te gusta perseguir a Shio-chan ¿No es así? - Se burló Ace en un tono bajito que fue escuchado por el peliazul.
- ¡Cállate!
- ¿Qué? Solo digo que me sorprende que abandones a Trey de ese modo. - Respondió Ace.
- ¡¿Abandonar?! - Deuce se enojó con Ace. - ¡No me refiero a eso!
Fue entonces que Ace sonrió ante su victoria.
- Pues entonces ve... Estoy seguro de que Trey está esperando tu ayuda. - Ace continuó picando la herida al orgullo de Deuce.
- Así será. - Deuce tomó la iniciativa, tronando los huesos de la mano. - Los menores deben cobrar venganza por sus mayores.
- ¡Ah claro! - Dijo con sarcasmo. - ¡Muéstranos tu mejor propuesta!
- ¡Pues prepárate! - Luego Deuce miró con determinación a Cater. - ¡Diamond-senpai! ¡Pasemos un rato por el salón de bodas!
- Deuce... ¡Ace está jugando totalmente contigo! - Murmuró bajito Cater.
- Pues entonces debería ir yo también. - Se apuntó Lilia. - Si ni siquiera puedes ocuparte del descuido de tu discípulo. Sería demasiado vergonzoso llamarme maestro.
- Eso sonó genial. - Dijo Epel, admirando la confianza de Lilia.
- Hmmm Déjenlo a mi. - Lilia se ubicó al lado de Cater y Azul.
- ¡No es el turno de brillar de Lilia-chan! ¡Es turno de Cay-Kun! - Dijo Cater.
- No, no. Les mostraré mis habilidades. - Presumió Azul.
Y así, los cuatro chicos, fueron rumbo hacia el colegió para hacer la prueba de la novia fantasma. Aunque ellos estaban seguros de poder lidiar esta situación debido a sus experiencias, la realidad es que "los hechos valen más que las palabras".
Con eso en mente el resultado de la prueba salió a la luz.
¡SLAP!
- ¡Ouch!
¡SLAP!
- ¡Ugh!
¡SLAP!
- ¡Oh, no!
¡SLAP!
- ¡¿Qué?! ¡¿Pero por qué?!
El resultado final... Cater, Lilia, Deuce y Azul perdieron y el comedor ganó otras cuatro estatuas.
- ¡¿Por qué me has rechazado?! - Exigió Azul, sintiéndose estafado y tirado al piso.
- ¡Ajaja! Azul ¡Te han abofeteado~! ¡Y muy fuerte~! - Rió Floyd.
- Utilicé los datos del primer grupo para crear una imagen ideal para ella. Debería haber sido perfecta. Le ofrecí un ramo de rosas y entoné en alto una canción de amor ¿Dónde diablos me equivoqué? - Azul despotricó.
- No le gustó que hablaras demasiado y parezcas nada sincero. Eso dijo. - Añadió Jade a su lado.
- Por supuesto. ¡Hablas demasiado! No eres nada bueno tratando con mujeres - Asintió Leona.
- No quiero que me lo diga a quien rechazaron primero. - Renegó Azul.
Al otro lado del comedor.
- Eh~ Que mal... pensé que podría hacerlo. - Suspiró Cater.
- Por supuesto que no quiere un bribón de novio, eres tan coqueto que la fantasma se desanimó. - Vil le recalcó su falla.
- Por cierto ¿Qué haces aquí Deuce? - Trey giró sus ojos al lado donde estaba Deuce.
- Quería ayudarlo, pero me pongo muy nervioso con las mujeres... - Justificó Deuce, cómo le gustaría subir sus manos a su cara para cubrir su sonrojo de vergüenza. - ¡No pude decir ni una palabra!
- ¿Entonces cómo puedes hablar con Shiori? - Preguntó el peliverde aquella duda contradictoria.
- Es que... me fui acostumbrando de a pocos con ella. Me tomó tiempo. - Admitió Deuce.
Con los de Diasomnia...
- Ella dijo que no le gustaba porque soy "demasiado lindo" - Unas cómicas lagrimillas se asomaron sobre sus ojos. - Que frustrante. Solo por verme adorable... Me voy a llorar.
Sebek jadeó con horror ante ese comentario.
- No puedo creer que Lilia-sama recibiera una bofetada. - Luego clavó dagas imaginarias en la fantasma y exclamó fuertemente. - ¡Por dios! ¡Solo porque Lilia es más lindo que ella!
- ¡Hablas demasiado alto! - Eliza se cubrió los oídos aunque luego de alejarse del grupo por fin pudo suspirar. - ¿Por qué los hombres de este mundo son tan groseros, violentos e insensibles? Con ese horrible comportamiento espantaron a cualquier chica. Vinieron a proponerme matrimonio y ni siquiera están vestidos de etiqueta. Es por eso que mi príncipe ideal es Idia ¡Ustedes no son nada comparados con él!
- Así es, princesa. - Asintió Chubby. - No pueden ser caballeros para una princesa tan gentil. Qué montón de inútiles.
Con las estatuas.
- Carajo, esto es frustrante... - Siseó Vil. - ¡Perder contra Idia, ese ermitaño!
- ¡Ni siquiera sabes que ese bastardo sombrío pueda cantar! - Complementó Leona.
- No lo compares contigo. - Eliza justificó. - ¿No te lo dije? Él es mi príncipe perfecto. Estoy segura de que me cantará, sólo está un poco tímido ahora.
A más de uno se le rodó los ojos e incluso Lilia lucia muy decepcionado.
- Cielo santo. Con todo lo que dices lo único que haces es fantasear... - Lilia negó ante la terquedad de Eliza.- Solo impones tus ideales pero ni siquiera miras como Idia es realmente. Si sigues mirando de lejos nunca encontrarás lo que buscas, aunque no lo creas lo más importante lo puede tener más cerca de lo que piensas.
Pero Eliza seguía teniendo oídos sordos ante las críticas de los demás.
- No sé de qué estás hablando, ya encontré lo que buscaba ¡Mi príncipe ideal es y siempre será Idia! - Reafirmó Eliza.
Aunque lo que Eliza haya dicho fuera solo para reafirmar sus sentimientos de algún modo hizo que Chubby casi a lo lejos se deprimiera y bajara la mirada como si algo le doliera a pesar de ya estar muerto.
...
Dicha reacción fue tomada en observación por Shiori quien estuvo muy atenta a cómo reaccionaba los fantasmas del entorno con Eliza.
- Será posible que... - Susurró Shiori enfocando su mirada en Chubby.
...
- Ya perdimos bastante tiempo. Tenemos que prepararnos para la ceremonia. - Sentenció Eliza, renovándose para continuar.
- Princesa. Has lidiado con muchos humanos. - Chubby se acercó preocupado. - ¿No estás cansada? No tengas tanta prisa...
- ¿Estás tan preocupado por mí? - Eliza sonrió gentilmente. - Jeje ¡Gracias Chubby! Realmente eres mi mejor amigo desde que estábamos vivos.
Se podía escuchar que algo dentro de Chubby se rompió pero aún así trato de lucir como si nada hubiera pasado.
- Sí, Solo un amigo. - Chubby solo respondió. - Estaré siempre para ti, Princesa Eliza.
...
La mirada de Shiori se cayó un poco al recordar el nombre de Eliza. Después de todo aquel nombre estaba muy relacionado con el nombre de una de las protagonistas del musical de su mundo llamado "Hamilton". La razón de ese sentimiento amargo era que ella junto con Helga habían cambiado la pista de su rutina para reemplazarla con otra melodía acorde a sus emociones en aquel momento que justamente se trataba uno de los temas de Eliza Schuyler, con el fin de cerrar un ciclo que decidió quemar en su memoria.
- Así que te llamas Eliza... - Susurró Shiori.
Mientras que por otro lado...
- ¡Ouch! ¡Lo enviaron a la friendzone brutalmente! - Comentó Ace llevándose una mano en el pecho por el soldado caído.
...
- En fin. - Eliza aplaudió. - Vamos, traigan a Idia.
- De inmediato. - Asintieron dos fantasmas de la corte de Eliza.
Ambos espectros se dirigieron hacia una de las puertas del comedor para abrirla de par en par y revelar la nueva y paralizante imagen del líder de Ignihyde, siendo transportado en una carretilla. Estaba vestido en un elegante traje de novio negro, con dos azucenas adornadas cerca de su pecho. su cabello estaba recogido dándole un aire fresco y aristocrático nunca antes vista y una cara que claramente decía "Me quiero morir ahora".
- ¿Dios, por qué me has abandonado...? - Susurró sombríamente Idia.
- ¡Oh... Idia! - Chilló Eliza locamente enamorada , que hasta tenía corazones flotando a su alrededor mientras se acercaba al rehén. - Esa chaqueta entallada y larga acentúa tu cuerpo delgado y alto. Con esa camisa negra gótica que resalta tu hermosa piel como un lirio blanco es tan encantador como la sonrisa de Idia.
- No olvidemos que hemos atado su largo cabello brillante. - Comentó Jiiya, el cabello de Idia que ya tenía las puntas rojas debido a la vergüenza que sentía. - Es un detalle pequeño pero importante.
- Destacando sus ojos rasgados y labios azules brillantes ¡Así disfrutarás viendo todo su rostro! - Informó Nana. - ¿Le gusta?
Eliza no podía mostrarse más que feliz.
- ¡Lo adoro! ¡Lo acepto! ¡Lo acepto! ¡Lo acepto! - Eliza gira alrededor de Idia. - Dios, este chico me tiene indefensa. ¡Es encantador! Como era de esperarse de Nana y Jiiya que fueron los asistentes en la boda de mi madre y padre. Estás vestido como un novio ideal ¡Te queda muy, muy, muy bien!
- ¿Qué clase de castigo es este?... Estoy tan avergonzado que no sólo mi cabello sino que mi cara va a arder... - Comentó Idia, sin poder moverse. - Si esto es un sueño, espero despertar pronto. Quiero volver a mi habitación ahora mismo.
Casi la mayoría de las estatuas humanas vieron casi con sorpresa la nueva apariencia de Idia.
- ¡Wow! ¡Está vestido como novio! - Comentó Deuce.
- Está tan rígido como nosotros, incluso fue traído en una carretilla. - Dijo Trey.
- Me pregunto si Idia también recibió una bofetada. - Suspiró Cater estando seguro de su teoría. - La novia realmente es ruda.
Aunque eso ofendió más a Eliza.
- ¡Que grosero! - Dijo ella echando humo sobre su cabeza. - Solo le di un leve toque porque quería escapar.
A estas alturas y con tantas emociones descontroladas que irritaban aún más a Idia hicieron que su timidez se hiciera añico y empezaba a hablar según lo primero que llegaba a su mente.
- Qué inútiles son todos...Todos fueron abofeteados sin reparo alguno y ahora se revuelcan como gusanos.
A nadie le pareció agradable la manera en como Idia se burlaba de ellos.
- ¡De qué sirvió esta retaguardia! - Idia empezaba a alzar el tono de voz y al igual que su cabello. - Suelen ser idiotas siempre pero ahora cruzaron el límite ¡¿No les da vergüenza?!
Todos cada vez más miraban mal al chico con cabello de fuego.
- Así es~ Es como dice mi amorcito. Todos los hombres que no sean él son solo insectos. - Eliza dijo totalmente complacida. - Me encanta la amabilidad con que se queja sinceramente ¡Es tan maravilloso! - Eliza se sonrojaba más de manera espectral. - Oh, no puedo esperar más, es demasiado maravilloso... ¡Celebraremos la boda esta noche!
Al instante el enojo de Idia se transformó en pánico al punto que sus ojos se abrieron como gacelas en peligro.
- ¡¿Esta noche?! - Dijo con pánico Idia mirando hacia la ventana para ver como el cielo ya estaba naranja por el atardecer.
- Sí, querido. Al sonar de la campana de medianoche, tomaremos nuestros votos y con un beso nos uniremos para siempre.- Dijo emocionada Eliza imaginando el momento. - Y al transformarte en sólo en un espíritu... ¡Tendremos nuestra Luna de Miel!
- ¡Oh no! ¡No puedo dejar este mundo sin leer ese nuevo manga que estaba esperando! - El pánico cada vez iba en aumento a lo que mirando a los demás trato de buscar ayuda. - ¡Chi-Chi... Chicos! ¡Hagan algo!
Pero recordando cómo los chicos eran de rencorosos, obviamente hicieron lo que mejor se les dio hacer.
- Tienes suerte. Alguien por fin te eligió a pesar de que eres tímido. - Comentó Vil ahora estando tranquilo.
- Sí. Ahora que lo pienso, ella es la pareja perfecta para ti. - Añadió Leona empezando a quedarse dormido, como si no le interesara lo que sucediera en el exterior.
- ¡¿Pero qué carajo?! - Exclamó Idia.
- Se están burlando porque están enfadados. - Comentó Jack siendo la voz de la razón a pesar de todo.
- Oh. ¡Finalmente esta noche, la boda de la princesa que llevamos esperando 500 años! - Lloró de emoción y pena Nana. - Originalmente, todo el país lo habría estado celebrando. ¡Malditos países vecinos! ¡Traicionaron a nuestro reino fácilmente!
- Oh, no importa cuántas veces lo recuerde... - Jiiya tan solo miraba amargamente al punto que las luces empezaron a parpadear como si fuera una falla eléctrica. - Los odio...
Pero por suerte Eliza estuvo allí para controlarlos.
- Ustedes dos, no empiecen a hablar de algo que ya fue hecho ¿Qué sentido tiene? - Dijo ella.
- Princesa. - Dijeron Jiiya y Nana como el resto de los fantasmas del comedor, calmando la ira interna.
- Tengo una idea. - Dijo emocionada Eliza. - Todos los chicos paralizados pueden ir como "Amigos del novio" ¡Los dejaré asistir a la boda! De ese modo será justo lo que quieren todos... una ceremonia animada. Todos en este nuevo comienzo para mí y para Idia ¡Celebremos juntos por favor!
Todo lindo y cutre pero Idia rompió esa burbuja de ensueño.
- ¡Me niego! ¡Ayuda! ¡Ahhh! - Exclamó Idia ahora mirando a su única salida viable. - Señor Azul. ¡Somos camaradas del mismo club! ¡Por Favor, detén a ese fantasma con su gran habilidad!
Azul lo pensó detenidamente.
- Hmm... Idia, el ermitaño, casándose joven. - Luego con una camuflada sonrisa cínica añadió. - ¡Estoy tan conmovido que las lágrimas no me dejan ver...! ¡Felicidades! ¡Mis más sinceras felicitaciones.
Adiós a la última esperanza de Idia.
- ¡NNOOOOOO! - La voz de Idia hizo eco en todo el comedor y pasillo.
Aunque Chubby a lo lejos solo podía mirar como Eliza seguía contenta. El no se lamentaba pues era su amigo de infancia y desde allí la contempla en silencio y sin poder hacer mucho.
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- La segunda división tampoco funcionó. - Comentó Shiori desviando la mirada del holograma.
- Fueron derrotados. - Crowley suspiró.
Y claramente los pocos que quedaban presentes dieron los últimos comentarios.
- ¡Jajajajaja! ¡¿Viste cómo se puso Deuce?! - Rio Ace al lado de Grim. - Se quedó mudo después de presentarse, como se esperaba. ¡Le fue imposible hacerlo! ¡Que divertido!
- Nyajajaja. Estaban todos tan confiados... ¡Pero recibieron una bofetada de inmediato! - Rió Grim a estas alturas.
Pero Ortho, quien había escuchado toda la conversación, se le estaba agotando la paciencia.
- ¡Esto no es un asunto de risa! ¡La boda es esta noche! - Regaño Ortho aunque las lágrimas y la tristeza se reflejaban en sus ojos. - A este paso, mi hermano estará en la tierra de los muertos y se lo llevarán.
- No tenemos mucho tiempo antes de medianoche. - Dijo Riddle mirando el atardecer del cielo con seriedad. - ¡Tenemos que hacer una propuesta exitosa lo antes posible.
- Pero incluso Azul también falló. - Comentó preocupado Kalim. - Los únicos líderes de dormitorio que quedan somos nosotros y Malleus.
A Crowley se le estaban acabando las opciones.
- Si esto es así, entonces... - Respiró hondamente y con su última carta disponible dijo: - ¡No hay más remedio que enviar a los pretendientes restantes!
Y mientras Crowley estaba apunto de enviar a los chicos para que traigan a los chicos faltantes, Shiori, miró como la tienda tenía la puerta abierta, como si la invitaba a pasar, y viendo cómo todo estaba distraídos entonces entró a la tienda y se topó con Sam.
- ¿Algún resultado positivo corderito? - Preguntó el moreno puliendo los anillos.
- Nada, el otro grupo no pudo con las pruebas de Eliza. - Respondió ella con preocupación.
- Ya no les quedan opciones ¿Verdad?
- El tiempo avanza y necesitamos ir actuando ya...- En eso Shiori mira fijamente a los ojos de Sam.
- Entonces has venido recuperar el arsenal que fuiste dejando aquí ¿Verdad?. - Sam leyó las intenciones de Shiori.
- Todavia quiero apegarme a su plan pacifista, pero solo por si las cosas salen mal necesito enfrentarme a lo que mi destino espera. - Shiori sacó su tarjeta con su fondos. - También voy a necesitar un disfraz completo para que los fantasmas no me reconozcan y una maleta deportiva para llevarme mis herramientas.
- ¿Una maleta simple? ¿Eso no sería llamativo o incluso hasta sospechoso? - Comentó Sam analizando las necesidades de Shiori.
Laa sacerdotisa pensó un poco en su idea y supo que Sam tenía razón en ese aspecto. Si llevaba un bolso como en su otro mundo sería muy sospechoso, por lo que a estas alturas había que pedir otra clases de objetos místicos de índole espiritual.
- ¿Qué es lo que me puede ofrecer? - Dijo Shiori calmada.
- Claro que mi tienda solo se limita a cosas académicas, no puede ser mucho... - Luego sus ojos purpuras se iluminaron con un brillo místico. - A menos que sepas esa palabra.
En respuesta Shiori también encendió el Ajna de sus ojos.
- Lo que busco puede ser más sencillo que cruzar sobre un... Infernáculo
Sam no pudo evitar sonreír de lado.
- ¿En que la puedo ayudar... sacerdotisa? - Preguntó Sam
- Busco algo que tenga la capacidad de llevar mis instrumentos sin que ningún fantasma las vea o las sienta a simple vista cuando la trasporte a todos lados. Quiero algo que pueda entregarme lo que necesito de mi arsenal cuando las requiera - Luego ella sonrió cómplice. - ¿Es muy ambicioso lo que busco?
Obviamente Sam con una sonrisa encantadora le dijo suavemente:
- En stock now...
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Todos los muchachos se separaron para buscar a las últimas personas que posiblemente podrían participar en el plan. Riddle, Ace y Grim se fueron a Savanaclaw, Kalim y Epel se fueron a Scarabia y Ortho y Rook se dirigieron a Diasomnia.
Las respuestas no eran para nada las esperadas.
El primero fue Ruggie.
- ¿Qué? ¿Pedirle a una fantasma que se case conmigo? ¿Solo porque atraparon a Leona y a Jack?- Ruggie alzó la ceja y negó con la cabeza. - ¡Claro que no quiero! Estoy seguro de que Leona volverá por su cuenta, lo siento no quiero más trabajo.
Luego, el siguiente fue Jamil.
- No. Me niego a ir y tampoco Kalim irá. - Dijo el moreno tomando al albino para entregarlo a los otros chicos del dormitorio que lo llevaron a dentro de las instalaciones de Scarabia. - Si Kalim está en peligro... Mi familia no me lo permitiría. Y si intento ir, seguramente dirá "¡Esto será divertido!" y me seguirá. Por eso cada cual debe cuidar de sí mismos.
Y finalmente fueron con Silver.
- Lo siento, no puedo ir. Como padr... Lilia y Sebek se han ido. Yo tengo que escoltar a Malleus. - El peliplata se disculpó.
- Aunque dije que no me importaría estar solo. - Comentó Malleus a su lado.
- No, Sí Lilia estuviera aquí estoy seguro que estaría de acuerdo conmigo. Por eso... ¡Lamento no poder ayudarlos!
...
Volviendo a la tienda todos dieron su reporte.
- Al final, los únicos que se reunieron fueron... ¡Cero personas! - Dijo Crowley casi rendido.
- ¡Esto ya es muy cruel! - Lloró Ortho en una esquina.
Sin embargo, no todo estaba perdido.
- No se preocupen más. ¡Nosotros estamos aquí!
Ortho levantó su mirada y al enfocar su vista vio, que quienes le hablaron, eran tanto Rook como Epel Juntos.
- ¡Rook Hunt! ¡Epel Felmier! - Los ojitos de Ortho se iluminaron.- ¡¿Irán a salvar a mi hermano?!
- Pero por su supuesto querubín. - Dijo Rook levantando a Ortho. - Ayudarse mutuamente es algo hermoso. Además, no puedo soportar que se denigre aún más la belleza de Vil. - Luego con su brazo atrajo también a Epel. - ¡Epel también está muy motivado!
Y Epel, lejos de negarlo, también asintió furiosamente su cabeza con determinación.
- ¡Sí! Definitivamente voy a rescatar al líder de dormitorio ¡Haré que reconozca mi poder! - Sentenció Epel, aunque luego murmuró bajito. - ¡Va a funcionar!
- Hay solo dos personas en el tercer equipo. - Contó Ace. - Bueno, como no quiero involucrarme en este problema...
Pero se vio interrumpido por Riddle.
- No hay excusa, Voy a ir con ustedes. - Anunció el pelirrojo.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¿Para salvar a Trey y a los demás? - Cuestionó asombrado Ace.
- Por supuesto que también en parte es eso. El fracaso de los estudiantes de Heartslabyul es mi responsabilidad como líder, pero hay algo más importante que eso. - Riddle miró al chico con el tatuaje de corazón. - Ace ¿No estás olvidando algo importante?
- ¿Algo importante? - Ace alzó la ceja
- Regla # 703 de la Reina de Corazones: "Quien quede en segundo lugar en un torneo de Croquet debe preparar el té para la Reina el día siguiente."
- ¡¿Eso importa ahora?! - Peró luego Ace lo recordó. - ¡AH! ¡Es cierto!
- Sí, el segundo lugar en el torneo de Croquet de ayer fue... ¡Cater! - Riddle pensó en el chico de cabello naranja. - ¡Antes de mañana, Cater, debe regresar al dormitorio! - Luego se señaló a sí mismo. - Es decir, yo el líder de dormitorio ¡Tiene que beber té hecho por el segundo lugar!
- ¿Qué? ¿En una situación de emergencia como ahora? Si quieres tomo el lugar de Cater y preparo el té. - Ofreció Ace buscando la manera de regresar ya al dormitorio.
- No. No. No. Ayer quedaste entre los 10 últimos lugares. - Negó Riddle. - Para cumplir con la ley de la Reina de Corazones debo traer a Cater antes de la medianoche.
- Huh... Como era de esperarse del demonio de las reglas... - Suspiró rendido Ace, pero en fin no se le quitaba el hecho que él sobraba en el grupo. - Bueno, es un poco tarde y mejor me voy antes. Sobre todo ¡No tiene nada que ver conmigo!
Ace ya emprendía rumbo de vuelta hacia el dormitorio pero Riddle lo detuvo.
- El próximo grupo en proponer matrimonio a la fantasma somos yo, Rook y Epel; pero contigo seriamos 4. - Razonó Riddle.
- ¿Qué? ¿Por qué debo ir? - Refutó Ace.
- Oh. Entonces no quiere ir ¿Verdad? - Riddle levantó una ceja.
- ¡Por su puesto! ¿Por qué tengo que tomarme todas estas molestias? - Fundamentó el joven con el tatuaje de corazón. - Lo odio absolutamente.
Pero Riddle, en lugar de enojarse, sonrió como si hubiera descubierto algo interesante.
- Bien. Entonces puedes volver al dormitorio y cuidar a los erizos. - Dijo Riddle.
Ace lo iba a agradecer, hasta que el pelirrojo agregó.
- Después de todo, me basta solo con tener a Epel. - Riddle habló puntualmente, para que Ace sintiera una punzada en el orgullo.
- Ehh... ¿Qué? ¿Yo? - Dijo asombrado Epel ante la mención de su nombre por Riddle.
- Así es, Epel. - Ahora Riddle ignoró a Ace.- Eres muy valiente, a diferencia de Ace.
Otra estaca golpeó a Ace.
- Los estudiantes de primer año en mi dormitorio son cobardes. - Riddle puso sal a la herida. - Desgraciadamente, no tienen ni un pelo de valor.
Otra segunda estaca golpeó a Ace.
- ¡¿Disculpa?! - Ace se ofendió.
- Bueno, sólo sería un estorbo si viene un debilucho. - Rió inocentemente Riddle. - Tenemos suerte de no traer uno, sería problemático.
Tercera estaca y con eso el orgullo de Ace quedó hecho papilla.
- ¡¿AH QUE SÍ?! ¡Pues fíjate que si iré! - Varias venas rojas se asomaron sobre su cabeza.- ¡Y si voy o no, no es por Epel o el líder de dormitorio!
- Oh, ¿Qué quieres decir? - Preguntó Riddle "interrogativamente".
- Ya lo verás... Voy a hacer la mejor propuesta que nadie haya hecho y robaré el corazón de la princesa. - Sentenció Ace. - El líder estará celoso cuando la novia se vuelva loca por mí ¡Tan solo mírenme!
A un lado Rook rio educadamente ante la reacción de Ace.
- Este lado del Monsieur Heart es bastante lindo. - Rook miró entretenido las reacciones de Ace.
- Jejeje, Los estudiantes de Heartslabyul deben unirse para trabajar como los soldados cartas. - Rio Riddle, feliz de que su plan funcionara.
- ...Pero la formación de este grupo me preocupa un poco. - Suspiró Ace, ahora que miraba la alineación que se formó.- Aparte de Rook, el líder y Epel son más pequeños que la novia.
El rayo de ira de Riddle de nuevo apareció.
- ...Ace ¿Tú quieres que te corten la cabeza? - Riddle tenía una vena roja sobre su cabeza.
- ¡No dije nada! - Respondió Ace, tratando de salvar su pellejo.
Ortho solo suspiró.
- Justo cuando pensaba que estaba resuelto, ya están peleando. - Dijo preocupado el Shroud menor. - Solo tenemos pocas horas hasta el beso y voto de medianoche.
- No cuenten conmigo... - Negó Grim. -¡No hay nada para mí ahí! ¡Yo me fui! ¡Me desapareció! ¡Así que nos vemos!
- Si ni siquiera te preguntamos en primer lugar. - Respondió honestamente Ace. - No es necesario tu presencia.
Ahora el orgullo de Grim fue golpeado.
- ¿Qué?
- Ciertamente, al calcular la probabilidad de que Grim san sea elegido como novio... Es lo más cercano a 0. - Ortho hizo cálculos en sus hologramas. - No lo digo yo, lo dice la ciencia.
- Grr... no quiero ir, pero me enoja que me digan eso. - Grim hecho humo por las orejas. - Tengo la ternura de mi lado ¡Te voy a enseñar el encanto de Grim! ¡Yo también voy!
- Todos están desesperados por ganar el amor de la novia ¡Esto es tan hermoso~! - Sonrió Rook
- En fin, dado el tiempo que queda hasta la boda. Esta es nuestra última oportunidad. - El director tomó la palabra. - Si la próxima "Operación" falla, la vida de Shroud desaparecerá.
Esta vez todos tomaron la seriedad del caso como era debido.
- La novia fantasma estaba enfadada con el primer y segundo grupo porque "Nadie vino vestido de etiqueta" - Crowley recordó retazos de la grabación. - Parecía bastante impresionada con la ropa de novio del joven Shroud. No debemos desaprovechar ese detalle. - Luego se volvió serio. - Asegurémonos de tomar las "medidas del príncipe ideal" con cuidado.
Todos asintieron.
Entonces Crowley se masajeó la nuca ya que ahora venía la otra parte.
- En vista a que esta es nuestra última oportunidad... No me queda de otra que enviarla con ellos polluelo. - Crowley desvió su mirada hacia donde supuestamente estaba la albina. - Asegúrate de ir con cuidado, tomaremos las medidas necesarias para que no...
Pero ni bien giró su cabeza no encontró a nadie más que solo la línea de puntos que había dejado Shiori.
- ¡Ah! ¡A dónde se metió?! - Dijo exaltado.
- ¿Hmm? ¡Ah! ¡Es verdad! ¡¿Ella no nos acompañó a buscar a los demás?! - Grim también se pudo a buscar por todos lados.
Y fue entonces que el resto de chicos se percató de ese detalle por andar pensando en otras cosas.
- ¡Nos hemos olvidado de Shiori! - Exclamaron alarmados ellos.
- Ay no, ay no, ay no... - Dijo Ortho volando de un lado a otro.
- Que no cunda el pánico. -Dijo Rook tratando de calmar al grupo.
- ¿Pensemos en donde pudo haber ido? - Dijo Epel.
- ¡¿Creen que se fue sola a la escuela?! - Preguntó Riddle.
- Mas le vale que no, Porque sino... - Dijo Ace señalando al director.
Crowley tenía un ojo temblando.
- Esa jovencita está en muchos problemas. - Regañó en voz alta el director empezando a sacar su teléfono para llamar al celular de Shiori. - La castigaré. Más que eso. Ella va a estar un año sin teléfono, sin citas y de monja.
- Pero ella ya es una sacerdotisa... - Comentó Grim.
En eso la puerta de la tienda se abrió.
- Tranquilos, ella no se fue. - Comentó divertidamente Sam.
- ¿Eh? - Dijeron casi todos.
- Gracias a los 7 grandes, ¿Sabes en dónde está? - Se acercó Crowley.
- Pues claro, ella solo se tomó un tiempo para prepararse para la misión... - Sam regresó su mirada hacia el interior de su tienda. - Pero mejor ¿Por qué no le preguntan los detalles a él?
- ¿Él? - preguntaron los chicos y Grim.
Esas palabras dejaron un poco confundido a todo, luego de eso una silueta se apartó del lado de Sam y empezó a caminar fuera de la tienda para revelar la imagen de un joven albino de cabello corto, ojos cerrados pero serenos, traje elegante con una bufanda blanca que mostraba su figura delgada, una alforja celeste con patrones en la cintura y una gargantilla en el cuello.
- ¿Eh? ¿Y este cuate quién es? - Preguntó Grim mirando al extraño chico. - ¿Lo conoces Ace?
- Claro que no. - Respondió Ace, todavía desubicado ante la aparición de otro chico en la instalación. - ¿Alguna idea Líder?
- No, también es la primera vez que lo veo. - Dijo Riddle mirando de pies a cabeza al albino.
- ¿Es de algún otro dormitorio? - Pensó Epel.
- No, conozco muy bien a todos los alumnos del instituto. Este Monsieur Trickster es nuevo.
- No hay datos de él por ningún lado. - Dijo Ortho.
Sam solo sonrió ante las reacciones de los diablillos.
- Vaya, realmente no saben quien soy. - Dijo el muchacho con una suave voz masculina similar a la de Hiroshi Kamiya, abriendo sus ojos para revelar el color escarlata que tenía. - Eso quiere decir que con esto nadie podrá reconocerme.
Crowley miró un poco al chico unos segundos y luego detenidamente sus ojos entonces finalmente encontró un patrón.
- No puedo creerlo... ¿Polluelo? - Dijo Crowley casi sin aliento.
Primero la mente de los chicos los procesaron, luego abrieron sus ojos como canicas y finalmente al ver los ojos del joven se dieron cuenta.
- ¡¿ES SHIORI?! - Exclamaron todos asombrados por el cambio.
En efecto el muchacho que tenían al frente era ni más ni menos que Shiori disfrazada de hombre.
Continuará...
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Capítulo Secundario: "Ghost married parte 2"
