Una sacerdotisa en Twisted Wonderland

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"Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos."

- Nicolás Maquiavelo

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[Hace tres años]

El eco de los aplausos, seguido de los últimos segundos de la rutina de una joven gimnasta que bailaba con tecnicismo y alegría al compás de una suave melodía que resonaba en las paredes. Era el día del concurso de gimnasia internacional de colegios y todos los familiares y amantes de la gimnasia se reunían para ver el fruto de los entrenamientos de cada gimnasta joven sobre la plataforma.

Cerca del estrado, a unos escalones detrás los cuidadosos jueces, quienes iban anotando los puntos por cada truco, se encontraban el maestro Kyo y Tomoe mirando expectantes el acto de la gimnasta y esperando con calma la entrada de Shiori. Los demás Onmyōjis y el personal tuvieron que quedarse en el templo para culminar sus actividades, pero estaban observando el evento en vivo con ayuda del televisor que habían instalado en el comedor general.

- Gambare hermana Shiori. - Susurraron los niños del templo sosteniendo carteles de apoyo.

Sin embargo, volviendo al coliseos, y al lado de Kyo y Tomoe se encontraba Koichi, quien desde hace mucho ya no había prestado ninguna atención a las concursantes, ya que su mirada filosa ahora estaba clavada en cierta zona de las gradas. Se podía ver claramente qué no estaba del todo contento.

No lo entendían mal, él no está molesto por tener que estar sentado varios y largos minutos en las gradas...

No...

Estaba muy furioso, porque por fin había encontrado al bastardo que tuvo el atrevimiento de hacer llorar a su hermana.

- "Tienes los cojones muy grandes como para aparecer aquí." - Escupió mentalmente Koichi frunciendo el ceño.

Era una suerte para Koichi el saber cómo camuflar su energía áurica de su cuerpo entre el mar de energías en el coliseo, porque de lo contrario Kyo y los demás hubieran notado el latente deseo de sangre del azabache.

- "Vas a pagar muy caro por jugar con los sentimientos de Shiori maldito infeliz." - Koichi miró venenosamente a aquel sujeto, con las pupilas de sus ojos verdes empezando a afilarse como la mirada de una bestia lista para acabar a su objetivo.

...

Por otro lado, dentro de los camerinos de terciopelo rojo; Shiori, con una bata roja puesta encima, le estaba dando unos últimos retoques a su maquillaje para cerciorarse de que todo estuviera bien.

Su cabello estaba bien recogido y no había ninguna mancha de imperfección en la cara. Un trabajo pulcro como dirían muchos, pero siendo francos, la verdad era que a nivel emocional, ella no estaba bien y eso se pudo notar claramente porque ella miraba con una infinita decepción a su reflejo.

Se suponía que esta presentación debería ser diferente.

Repentinamente, su teléfono empezó a vibrar sobre el tocador, en señal de que alguien le había enviado un mensaje. Deslizando su dedo, la pantalla lisa de su móvil empezó a abrir su mensajería para ver de quién se trataba, pero ni bien descubrió el título registrado del remitente, nuevamente los sentimientos de vergüenza, ira y decepción golpearon aún más en su cara.

- Necesito hablar contigo, búscame en el pasillo del coliseo cuando termines tu rutina... - Shiori leyó con cólera, apretando el teléfono. - Nanai... ¿Por qué viniste?... ¿Llegaste hasta aquí solo para burlarte nuevamente de mí?

¿Cómo es que ella llegó hasta este punto?

Aquella persona no había parado de escribirle desde el día que ella decidió abruptamente cortar todo tipo de contacto con él. No quería ni verlo a la cara, porque solo provocaría que ella nuevamente se sintiera miserable y una tonta por haber creído tantas mentiras de aquel muchacho que había decidido confiar ciegamente.

Cometió un pésimo error al aceptar que ese muchacho la engañara de esa forma tan tonta y humillante.

Esta horrible sensación de haber decepcionado a muchos nuevamente la estaban carcomiendo.

Lo más deprimente de todo, es que esta caída emocional estaba lejos de terminar, ya que este acontecimiento a penas fue solo el gatillo que inició este efecto dominó.

Por culpa de ese gatillo, sus planes de realizar un bello tributo a su padre en este día de su aniversario de muerte ya no se podría realizar debido a su estado de ánimo actual. En segundo lugar, de no ser por eso nunca hubiera se hubiera orillado a descubrir aquel crudo hallazgo que leyó cuando encontró las fichas de sus antecesores. Finalmente, y en tercer lugar, con la sumatoria de las emociones anteriores y sus sentimientos actuales, todavía se sentía como una total hipócrita, tonta y fraude al no poder manejar el nuevo dolor de su pecho que ya tenía que "haber superado" desde hace mucho tiempo. En lugar de eso casi comete la peor decisión de su vida que estaba segura iba a decepcionar a su papá.

Ella no lo entendía.

Se suponía que luego de tantas terapias y charlas, que había tenido, deberían de haberla ayudado a mejorar a controlar sus emociones. Supuestamente ya se había sanado, pero ahora todo ese trabajo de varios años se vino cuesta abajo cuando ella había llegado al puente que conectaba el bosque de Sachimura con el de Aokigahara.

Las únicas tres personas que sabían de ese incidente solo eran su psicóloga, la maestra Helga y Koichi, pero el resto de su entorno desconocía de ese detalle porque ella había decidió ocultarlo, con el fin de que nadie se enterará del horrible error que ella iba a hacer.

Sus ojos nuevamente empezaban a picar; estaba a punto de llorar nuevamente por tantas emociones que estaban destrozando su mente.

¿En qué estaba pensando cuando ella...

- ¡No! ¡Ya basta! ¡No necesito que me lo recuerdes! - Shiori golpeó sus manos sobre el mostrador del espejo, derribando casi todos los frascos y maquillajes que estaban en la superficie, para luego sostenerse la cabeza. - ¡¿Por qué simplemente no me dejas en paz?!

Shiori luchaba contra el nudo de su garganta y las ganas de quebrar en llanto a pocos minutos de su turno.

- ¡Por supuesto que no quería hacerlo! - Exclamó la albina. - ¡Pero es mucha presión!

En eso...

- ¿No te dije? - Dijo una voz muy similar a la de ella.

Con pánico, la albina levantó su mirada al espejo y nuevamente pudo ver el reflejo de ella misma con su traje de sacerdotisa y con una sonrisa arrogante al ver su dolor actual.

- ¿Eso era lo que esperabas de ser solo una niña normal? ¡Fue lo peor! - Rió el reflejo.

Shiori empezó a negar con su cabeza.

- No digas tonterías... - ella respondió a su reflejo.

- Eras consciente de lo que estabas haciendo y sé que muy en el fondo, deseabas poder concluirlo...

- ¡Te equivocas!... - Shiori desvió su mirada de su reflejo. - Ya no pienso hacer "eso", porqué... yo... yo...

Se quedó a la mitad de sus palabras cuando cuando el reflejo se inclinó hacia ella.

- Tú, ¿Qué? - El reflejo fingió pensar. - Ah, sí. Ya ni siquiera sabes lo que eres. Solo eres una chica sin salvación...

Shiori luego empezó a abrazarse a sí misma esperando a que toda esta charla sin sentido terminara, pero todavía ese reflejo seguía presente al igual que el dolor de cabeza.

- A nadie le gustaría vivir con una persona tan problemática e ingenua. - Negó la cabeza la refracción. - Es lo que te mereces por ser tan libertina...

Las lágrimas se empezaron a acumular en los ojos escarlata de Shiori, ante esas palabras.

- Nuestra familia solo te brinda un amor falso por pena... - Respondió el reflejo. - porque saben lo que té pasará muy pronto dentro de unos pocos años...

- No es cierto... - Negó Shiori, tratando de dar la contra.

- Todo lo que siempre creíste... no era verdad...

- ¡NO ES CIERTO! - Esta vez Shiori exclamó.

Sin embargo...

- Por eso, deberíamos cambiar turnos ¿No lo crees?

Las palabras del reflejo hicieron que Shiori levantara otra vez su mirada a la superficie del espejo.

- ¿De qué estás hablando? - Dijo muy confundida Shiori. Aquel reflejo no podía ser una representación de sus sentimientos ¿O sí? no lo sabía. - ¡¿Quién eres tú?!

- ¿Qué quién soy? Soy la matriarca Nakamura, la sucesora del templo de mi familia y la elegida de la marca. - El reflejó respondió como si fuera lo obvio. - La sacerdotisa que está dispuesta a cumplir con su destino y el designio que le corresponde.

El miedo automáticamente la invadió ante esas palabras.

- ¡No es así! - Negó Shiori. - Yo... yo soy solo una chica normal.

El reflejo solo empezó a reír fuertemente ante esa respuesta.

- Qué tonta eres. Nadie espera que lo sea, La verdadera Shiori que todos esperan soy yo... - Inesperadamente, el reflejó empezó a poner las manos sobre la superficie del espejo y poco a poco empezó a traspasarlo como si quisiera entrar a la realidad. Lo más terrorífico fue que la mirada de aquella segunda Shiori empezaba a oscureciendo poco a poco, como solo fuera simplemente unas cuencas vacías.- Deja de humillarte más de lo que estás... Es mi turno ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha! ¡Ha!

La marca de buda poco a poco se iba oscureciendo, el dolor de cabeza seguía aumentando, el ambiente se empezaba a sentir gélido y con ello los focos de la habitación empezaban a prenderse y apagarse consecutivamente.

Ya sin aguantar más esa risa, Shiori apretó con fuerza los dientes y rápidamente tomó la varilla de su lazo con todas las intenciones de romper el espejo y evitar que aquella otra Shiori saliera; pero, al regresar su mirada, el espejismo ya no estaba presente, al igual que las risas.

En lugar de eso pudo ver el reflejo real de ella misma estando alterada y a punto de romper el espejo.

La imagen que vio de ella misma no le gusto.

Lentamente, ella dejó caer su varilla al suelo y se quedó mirando lo que realmente el espejo le estaba mostrando. Una joven de ojos llenos de dolor y resquemor, respirando agitadamente como si hubiera corrido una maratón.

Esto la preocupó mucho, nuevamente estaba empezando a delirar. Cada vez más ella sentía como todos esos pensamientos oscuros, que guardaba en su mente, la estaban empezando a afectar a tal punto de ver ilusiones que no deberían estar presentes. Ya ni sabía diferenciar si las manifestaciones de los focos y el frío eran parte del delirio.

No podía seguir así, dentro de un par de minutos le tocaba hacer su rutina y no podía salir así. Ella sabía muy bien que esta era una de las razones por las que no podía darse el lujo de enojarse o dejar que su cuerpo se llenara de odio y duda; Porque, aparte de ser una gran invitación a que varios demonios ocultos la encontrase fácilmente, podría ocasionar que la marca se volviera inestable para su portador.

Necesitaba un alivio antes de seguir empeorando. No quería admitirlo, pero necesitaba de sus pastillas a pesar de su aversión contra ellas.

Shiori tomó su maleta rápidamente para sacar sus calmantes; pero, al momento de abrir la tapa de seguridad, sus manos empezaron a temblar tanto que terminó botando el frasco al piso. Las pocas cápsulas que le quedaban habían salido rodando por debajo de un pesado casillero.

- No. No. No. - Susurró Shiori desesperada agachándose al piso.

Trató de meter aunque sea sus dedos por debajo del pequeño espacio, esperando con suerte tomar una de las cápsulas, pero el hueco era tan angosto que apenas entraba la punta de los dedos.

¿Un falló más a tú lista de errores?

La pobre solo pudo exclamar un leve grito de frustración. Esto era malo, sin la pastilla podría empezar a hiperventilar, y de ser así podría comenzar a ahogarse. Lo último que necesitaba era estar en un hospital con varios médicos examinando y medicando su cuerpo como si fuera alguna clase de bicho raro el día de su presentación.

¿Qué opciones tenía?

Podría llamar a su psicóloga en este momento para hablar con ella, pero sabía que no estaba disponible esta semana porque su hijo hace poco fue hospitalizado por apendicitis, Helga en estos momentos se fue a realizar una llamada y tampoco podía salir a buscar a alguien porque de lo contrario podrían descubrir su identidad.

Tenía que quedarse en ese camerino, eso era claro y también debes de buscar otro medio para calmarse, así que con las pocas opciones reducidas no le quedaba más remedio que usar su último recurso que quizás podía calmarla, pero que probable generarían que una vieja herida se volviera a abrir.

Era lo mejor que podía hacer por ahora.

Así que sacando sus audífonos, tomó su teléfono, se fue a sentar cerca de una esquina y empezó a buscar entre sus carpetas un archivo.

Cuando por fin pudo encontrar lo que estaba buscando, rápidamente le dio a reproducir un video que ella tenía guardado en su móvil y se colocó los audífonos. Mientras esperaba a que el video cargará, ella se empezó a abrazarse a sí misma y trataba de respirar lentamente como su psicóloga le había enseñado para que no se ahogara.

Finalmente, el video terminó de cargar y empezó a revelar las primeras imágenes registradas bajo la pantalla azul.

La primera escena era la imagen de su padre frente a un espejo mostrando que está sosteniendo una cámara pequeña. Luego enfocó a su yo de 5 años en medio de varias cajas que contenían varias cosas guardadas del pasado de Hitoshi como objetos de valor, discos de vinilo y muchas fotos.

- ... Y listo. Con este botón se empieza a grabar el video. - Dijo Hitoshi enseñando su cámara a su hija mientras hacía la limpieza de primavera en su cuarto. - Saluda a la cámara princesa~

- ¡Hola a todo el mundo! - Saludo feliz, la pequeña Shiori levantando varias fotos con sus manitas. - Mi... Mi nombre es Shiori y estamos mirando los recuerdos de papá...

La pequeña niña se acercó a una mesa para colocar todas las fotografías en la superficie a la par que Hitoshi la filmaba. La primera imagen que Shiori mostró a la cámara era la foto de un alegre señor de lentes, con cabellos castaños y ojos marrones rasgados al lado de una mujer de tez morena, un largo cabello blanco y ojos azules cielo como los de Hitoshi.

- Ellos son mis abuelos y los papás de mi papá. - Señaló Shiori.

Luego la niña cambió la foto a otra de un pequeño Hitoshi alegre, mostrando una gran sonrisa mientras cargaba en su capucha a varios polluelos blancos.

- Este es mi papá de pequeño, le gusta mucho las aves.

- Me pregunto qué habrá sido de ellos. - Dijo Hitoshi.

La siguiente foto era una foto del adolescente Hitoshi tocando el violonchelo con su uniforme escolar.

- Papá, practicando el violín grande.

La otra era una foto del grupo de estudio de Hitoshi en la universidad.

- Papá y sus amigos, estudiando para ser Dotores.

- Se dice "Doctores" princesa ¿Tanta hambre tienes que hasta te comiste la "C"? - Bromeó Hitoshi ganándose una risa de Shiori.

Aun así Shiori siguió colocando más fotos sobre la mesa.

- ¿A le le? ¿Por qué las fotos de mamá están aquí? - Preguntó Shiori encontrar una que otra foto de Kaori infiltrada en el álbum.

- Ah... bueno eso es porque...

Hitoshi enfocó la cámara en la foto que una vez le había tomado a Kaori.

- Porque ella también forma parte de mis memorias...

Ella tenía una bella sonrisa plasmada en ella.

La Shiori de casi 14 años poco a poco podía sentir cómo la calma iba regresando y con ello el color verdadero de su tatuaje. Era un gran avance, pero ahora se sentía muy triste a tal punto que con una mano libre abrazó sus piernas y enterró un poco su cabeza en sus rodillas sin apartar la mirada de la pantalla azul.

Regresando al video, Shiori mostró otra foto de Hitoshi y Kaori en una de sus citas.

- Esta es otra foto de Papá y Mamá... y muchas más fotos. - Shiori se movía hiperactivamente en su sitio.

- Así es, muchas fotos más... - Asintió Hitoshi mirando cada una de las fotografías con una leve sonrisa. - Las fotografías son muy importantes para nosotros, ya que nos ayudan a inmortalizar momentos agradables y recordar los buenos tiempos.

- ¿Yo también puedo tener mi cámara? Porfis - Preguntó Shiori colocando ojitos de cachorro.

Con una mano libre, Hitoshi acarició la cabeza blanquecina de Shiori.

- Paciencia princesa, todavía estás chiquita para tener una cámara. - Hitoshi trato de razonar con ella.

Ante esa respuesta, Shiori se hizo bolita en su sillita con una sombra morada sobre su cabeza, por lo que el albino tuvo que agregar.

- Pero cuando sea un poco más grande y seas una buena niña... lo voy a tener en consideración. - Agregó el albino.

Al menos esa noticia alegró a Shiori.

- ¡Yatta! - Festejó la niña.

Hitoshi nuevamente se rio levemente ante el entusiasmo de su hija.

- Ser una buena niña... - Repitió la Shiori de 14 mirando brevemente el desastre que dejó. -... Gomenasai (perdón).

En eso una foto oculta llamó la atención los ojos de Shiori y con mucha curiosidad apartó las demás fotos que la cubrían. Al poco rato lo que encontró hizo que sus ojos brillaran como grandes estrellas.

- Ohhh... ¡OOHHHHH! - Exclamó emocionada.

- ¿Hm? ¿Encontraste algo princesa? - Shiori preguntó al ver aquella mirada brillante de su hija.

- ¡Papi era un cantante de Rok! - Shiori levantó una foto un poco arrugada de una versión joven de Hitoshi usando casaca de cuero negro, el cabello sujetado en una pequeña coleta, usaba piercing, gargantilla y hasta las uñas las tenía pintadas de negro. En aquella imagen él estaba sosteniendo una guitarra eléctrica mientras parecía que estaba cantando con fuerza frente a un micrófono.

La cara tranquila de Hitoshi automáticamente se transformó en un fuerte sonrojo que hasta podía rivalizar contra un tomate y seguido dejó salir un grito interno debido a la vergüenza y el pánico que sintió su cuerpo.

Esa foto era perteneciente a su etapa "Rebelde", una fase que hasta ahora le daba pena ajena de tan solo recordar.

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡No la veas! - Imploró tomando la foto y tratando de ocultarla.

Aunque para su mala suerte, la mente de Shiori era como una esponja que podía absorber toda clase de conocimiento, así que la imagen iba a perdurar en su mente por un largo tiempo.

- Nee Nee Nee ¿Cómo se llamaba tu banda? ¿Cuántos integrantes eran? ¿Eras el cantante? ¿Qué edad tenías? ¿Por qué te pintabas las unas de negro? ¿Por qué...? - Shiori bombardeó con muchas preguntas a su padre.

Hitoshi, tratando de controlar su sonrojo, hizo todo lo posible para calmar el entusiasmo de su hija.

- ¡Matte! ¡Matte! (¡Espera! ¡Espera!) - Hitoshi trataba de buscar respuestas rápidas en su mente. - Una pregunta a la vez. - Suplicó el albino.

- ¿Puedes cantarme una de tus canciones de banda? - Preguntó finalmente Shiori.

- ¿Qué? ¿Mis canciones? - Hitoshi se alarmó.

- Porfis papi. - Shiori nuevamente intentó usar los ojos de cachorrito. - ¿Una canción?

Una fecha imaginaria atravesó el corazón de Hitoshi, pero intento poner resistencia.

- ? - Shiori suplicó una vez más.

Hitoshi nuevamente trató de poner resistencias

- tōchan? - Shiori cambió el lenguaje.

- Hmmmggg... - Hitoshi de nuevo luchaba contra las palabras de su hija.

- Daddy - Nuevamente cambió el idioma.

- No, Shiori. Esa carita y esos ojos... - Hitoshi trató de luchar, pero Shiori seguía aumentando más brillos a sus ojitos. - Sabes muy bien que es injusto para mí cuando pones tus ojos así.

- Ándale, una canción... - Shiori insistió, pero ahora aplicando su última carta maestra. - Chichi~

Hitoshi trató de resistir ante esa mirada, pero esa última palabra infantil lo terminó matando de ternura.

El hombre albino solo suspiró.

- De acuerdo, cantaré... - Hitoshi se rindió. -... Pero solo una y luego de eso continuaremos limpiando la habitación señorita ¿Trato?

- Chi - Asintió Shiori.

Obviamente, Hitoshi no le iba a cantar las canciones que escribía en aquella época porque muchas de ellas contenían en sus letras muchas malas palabras que no iba a permitir que su linda y dulce bebe escuchara. Así que pensando en un plan de contingencia, entonces se le ocurrió que podía improvisar un poco, al fin y al fin y al cabo, para eso era bueno.

Inhalando y respirando tranquilamente, Hitoshi recogió las fotografías de la mesa para despejar la superficie de madera a la vez que dejaba la cámara a un lado, donde por fin la cámara enfocó su ahora rostro tranquilo.

Ya con el pase libre, el albino, se subió a la mesa y sacó su teléfono para sostenerlo como si fuera un micrófono.

- Vaya, que hoy no tenemos suficiente público. - Dijo Hitoshi mirando desde su sitio a Shiori, quien veía emocionada a su padre desde su silla. - Bueno, habrá que apañarse. Los principios son duros, pero al menos ha venido alguien.

En eso, Hitoshi se arrodilló para mirar directamente al rostro de Shiori.

- Buenas noches, damita. Somos los Black Tears. Bienvenida a nuestro primer concierto de Sachimura.

- Konbanwa. - Shiori sonrió tiernamente frente al halago de su papá.

- Haré que esta noche sea inolvidable. - Susurró Hitoshi seguido un guiño de su ojo.

Shiori solo trató de contener las risitas mientras veía como su padre se levantaba para empezar a marcar el ritmo lento con su zapato seguido de un leve meneo de su cabeza.

Cuando por fin Hitoshi escogió sus palabras, suavemente empezó a cantar:

Konna chiisana merodii ga / Esta pequeña canción
Tsuranuiteiku sekai ga mitai no / quisiera verla recorriendo el mundo
Maiasa okite sagashiteru / Cada mañana empiezo a buscarte

Hitoshi, miró brevemente a la dirección en donde había dejado la foto de sus padres y continuó cantando:

Anata no inai mirai wa / Un futuro sin tí
Souzou shitaku wa nai / No lo quiero imaginar
iya na no / No puedo hacerlo

La pequeña Shiori miró muy absorta e impresionada como la voz de su padre emanaba una cantidad de sentimiento en los timbres de su voz y en su entonación.

Demo mou inai / Pero ahora que no estas

seikai ga wakaranai / No sé qué es lo correcto
Watashi igai / Todo parece que funciona

umaku itteiru mitai / excepto yo

Soredemo ashita wa kuru / Pero aun así el mañana llegará

no deshou / ¿No es así?

Por otro lado, la Shiori actual solo empezaba a murmurar en un tono muy bajo la melodía de su papá.

Uta yo michibiite! / ¡Canción, sé mi guía!

Iya ni naru / Odio todo esto

minna, shiawase na no? / ¿Por qué todos están felices?

Aishiteiru hito ga iru no? Koushite / ¿Hay alguien a quien tú ames?

Hitori de iru to / Cuando yo estoy solo
fuan ni naru / Me siento muy nervioso

Uta yo michibiite! / ¡Canción, sé mi guía!

Donna koto ga okite mo ii! / ¡No importa lo que pase!

Luego de eso, Hitoshi nuevamente se arrodilló frente a Shiori y le murmuró:

Uta yo / Canción
Soba ni ite / Quédate conmigo

Ai yo / Cariño
Chikazuite / Acércate a mí

Cuando Hitoshi finalizó de cantar, la pequeña Shiori rápidamente empezó a aplaudir repetidamente mientras vitoreaba una que otra porra a su papá, quien empezaba a bajar de la mesa.

- Ara ¿Acaso ya tenemos a nuestra primera fan tan pronto? - Agregó Hitoshi cargando a Shiori en sus brazos. - Me siento honrado de que nuestra admiradora sea una linda y pequeña princesa.

- ¡Otra! ¡Otra! - Sonrió Shiori.

- ¿Hmm? Quizás más tarde, ahora tenemos que terminar la limpieza. - Recalcó Hitoshi la promesa que hizo su hija. - Fue lo que acordamos ¿No es así?

La carita sorprendida de Shiori ocasionó que Hitoshi soltara una leve risa.

Hasta allí llegó la filmación del video. La situación en el entorno por suerte regresó a ser normal. Ya no había frío y los focos dejaron de parpadear; pero Shiori todavía se mantuvo quieta en su esquina, con la cabeza enterrada en sus rodillas.

Por fin todo se sentía un poco más ligero en su entorno, pero no se podía decir lo mismo por su ahora melancolía y tristeza.

- Chichi... (papá) - Susurró Shiori empezando a derramar lágrimas. - Perdón... Esta no es la "yo" que te quería mostrar hoy...

En eso la puerta del camerino se abrió, Shiori no se molestó en levantar la mirada porque, por el aura, sabía de quién se trataba.

- Me informaron que en quince minutos es tu turno. - Dijo la voz serena de Helga terminando de escribir algo en su teléfono. - Debes empezar a calentar o de lo contrario te dará un esguince.

Al no oír respuesta alguna, Helga quitó su mirada de su celular y la dirigió hacia donde estaba Shiori. Ella no mostró reacción alguna a los sollozos de la niña mucho menos a los maquillajes y materiales tirados en el suelo. Todo lo que ella pudo decir en ese momento solo fue un cansado:

- Qué desastre...

Shiori pudo escuchar como los tacones negros de su maestra se estaban acercando hacia su dirección. Luego sintió como sus audífonos fueron retirados de sus orejas seguido de un agarré en su mentón ahora levantado hacia el techo.

Helga había levantado su cara para mirarla con sus ojos verdes inexpresivamente de frente, ni siquiera la albina puso resistencia. Todo lo que Shiori vio fue la cara de Helga frunciendo el ceño.

Aquí venía el gran sermón, según lo que Shiori deducía. Ella ya se estaba mentalizando previamente por lo próximo que estaba a punto de pasar.

Su maestra le dirá que nuevamente está volviendo a actuar imprudentemente al empezar a desahogar su frustración contra objetos que ni sentían nada, que se levantara del suelo para arreglar el desorden que hizo y que saliera a dar su última presentación que ambas habían acordado hacer.

Pero sorprendentemente, en lugar de eso, Helga se agachó a la altura de la menor y le colocó al frente una botella de agua junto con un pequeño blíster de dos cápsulas familiares.

- Tenía el presentimiento de que algo como esto pudiera suceder de nuevo. - Dijo Helga de manera neutral. - Tómatela.

Fue lo que ella dijo al inicio, confundió mucho a la albina, pero viendo que necesitaba de aquellas pastillas, entonces no tuvo opción más que recoger el blíster, sacar la píldora y con ayuda del agua finalmente ingerirla.

- ¿Y bien? ¿Qué fue lo que viste esta vez? - Preguntó Helga haciendo énfasis en el ataque de pánico.

De nada servía ocultar las cosas a Helga porque ella se iba a dar cuenta; así que una vez que Shiori terminó de ingerir un poco de agua, ella trató de hacer un pequeño recuento de lo que todavía podía recordar.

- Otra vez recordé lo que pasó ese día maestra... - Shiori respondió con tristeza. - ... recordé lo qué leí... y también me vi a mi misma juzgando mis decisiones e insistiendo que cumpla lo que la verdadera Shiori le corresponde...

- "¿La verdadera?" - Helga prestó mucha atención a cada palabra de su alumna.

- Pero... Siento que ya no sé nada de mí. - La frente de Shiori chocó nuevamente contra sus rodillas. - La sacerdotisa dentro de mi y mi lado humano... ¿A quién de hacerle caso?

- Dime ¿Cómo puedes estar segura de que la persona que eras... - Helga se cruzó de piernas. - ... hace un momento es la misma persona que eres ahora?

Shiori no respondió que hubo una leve sacudida en ella que indicó que escuchó esa pregunta.

- Un continuo torrente de recuerdos, miedo y aflicciones. - La mujer rubia giró levemente su mirada a donde Shiori estaba sentada. - Con eso creamos ilusiones en nuestro interior diciendo que todos somos una misma persona.

- Maestra, esto ya me está volviendo loca... ¿y si todo lo qué era la verdad? - Shiori nuevamente abrazó sus piernas, porque sentía nuevamente como el torrente de pensamientos invadieron su confundida mente, al igual que su boca floja. - Desde siempre hubo muchas señales que me dijeron que no puedo vivir una vida normal como los demás ¿Los infortunios eran la clara evidencia de mi desobediencia?... ¿Y si en verdad mi otro yo tenía razón?... y todo lo que vi solo fueron advertencias de a dónde debía de dirigirme... Tal vez si hubiera aceptado la responsabilidad que me correspondía entonces nunca hubiera conocido a ese chico... y si hubiera madurado antes o sí me hubiera esforzado más, entonces quizás mis familiares no se hubieran visto en la necesidad de hacer algo tan horrible como lo que hicieron en aquella expedición y tal vez mi papá quizás no hubiera muerto... tal vez si yo...

Repentinamente, una mano extendida palmea su cabeza con fuerza para sacándola de su mente de manera repentina. La responsable de ese golpe fue solo una persona.

- ¿Niña, puedes parar ya? - Regaño Helga. - ¿Estás hablando en serio? Estas que como cuando eras pequeña y creías que todo el peso del mundo debía recaer en tus hombros.

- Muchas de mis decisiones siempre terminaron con un final terrible para muchos ¿Y te extraña que sienta culpa? - Shiori se sobó su cabeza a la vez que levantaba su cabeza.

- ¿Y te he dicho que eres Jesucristo resucitado? y todo a tu alrededor se muere si cometes un error, o ¿Te he dicho las cosas como son? Y el sentimiento de culpa lo colocaste tú, porque buscas un modo de regresar a excluirte del mundo en esa habitación. - Helga frunció el ceño.

- Bueno, tampoco había necesidad de pasarse. - Murmuró bajo Shiori sobándose la cabeza.

Pero de todos modos Helga logró escucharla y no se calló.

- Tú solo eres una adolescente de 14 que apenas está empezando a conocer lo que es vivir, no el puto libro de profecías de Nostradamus. - En eso la cara de Helga se relajó un poco, pero aun así todavía tenía mucho que decirle a su alumna. - Sí, puede que no eres como los demás debido a tu situación bizarra con todo esto de los fantasmas, y el peligro que representa exponerte a diario. Pero, date cuenta el mundo no se acaba si tomaste una decisión, aprendes de ellas; como por ejemplo cuando decidiste salir de tu encierro en el templo y comenzaste a descubrir actividades que te gustaron mucho, luego llegaste hasta mi gimnasio y empezaste a descubrir lo que era verdaderamente levantarse del suelo cuando te caíste de cara en las colchonetas en más de una ocasión. La vida es así, se toman elecciones y aprenden de los obstáculos que irán apareciendo. Eso sí, siendo conscientes de que no siempre tenemos control sobre todo. No podemos controlar el ánimo de los demás cuando hay un mal clima, No podemos predecir todos los posibles futuros o infortunios de alguien y mucho no podemos predecir quién vive o muere. Lo único que podemos manejar es el curso de únicamente nuestras acciones de ahora, porque de lo único que somos responsables es de nuestras vidas.

La maestra de Shiori se levantó de tocador y colocando su mano en su cadera añadió:

- Lo que hicieron tus familiares fue por su decisión, si muchos de tus miembros del templo decidieron ir a ese lugar a pelear fue por la decisión que cada uno de ellos hizo y si tus padres entregaron sus vidas por ti también fue por su decisión... ¿Puedes al menos dejarles eso?

Shiori estaba absorta por todo lo que su maestra le dijo, y viéndolo desde ese enfoque que le había propuesto, había algo de razón en su gran mayoría de sus palabras, aunque ahora se sentía muy avergonzada e idiota por haber recaído .

- ¿Entonces qué estamos haciendo aquí? - Preguntó Shiori, tratando de buscar un sentido a todo este drama.

En este punto, Helga colocó sus manos en ambos hombros de la albina y con una mirada fuerte y una sacudida le dijo:

- Recuérdalo, has venido aquí para dar un cierre a un capítulo de tu vida. - Dijo Helga. - Para recordar como cuando te dan una apuñalada. No dejas de sentirte mal cuando te cosen, pero así dejas de sangrar y el tejido empezará a cicatrizar.

Era una explicación muy anatomopatológica, aunque Shiori en aquel entonces no lo entendía ¿Para qué haber entrenado intensamente durante 1 mes para tener una nueva cicatriz? Ya le bastaba con la que tenía en su espalda, pero decidió callarse esta vez porque no sabía cómo rebatir.

Al menos ya no había comentarios negativos y eso fue un gran avance desde el punto de vista de Helga.

- También estamos aquí para que permitas que la voz de tu corazón hablé, porque solo de esa manera podrás empezar a sanar en lugar de no hacer nada. - Poco a poco las manos de la mujer adulta se fueron relajando hasta aflojar el agarre. - De nada te sirve seguir aparentando que estás bien si luego te irás a llorar en soledad esperando a que nadie te escuche, solo para mantener una imagen perfecta ¿Qué fue lo que te dijo su psicóloga?

Shiori lo pensó un poco y le dijo:

- No debemos ignorar nuestro dolor... debo expresarlo o conversarlo, para que pueda continuar hacia adelante... o de lo contrario no sanaré.

En eso se pudo escuchar el eco de los aplausos del público. Esta era una señal para avisar a Shiori y Helga que su turno estaba a punto de acercarse, aunque ninguna de las dos mostraba signo de ir con prisa.

- ¿Qué harás ahora? - Helga nuevamente le preguntó a Shiori. - ¿Seguir llorando aquí y lamentarte por un pasado que ya no puedes corregir? o ¿Puedes salir a esa plataforma a expresar lo que sientes? Es tu decisión.

Levantando una vez más su teléfono, Shiori, solo pudo observar un poco con tristeza la imagen de la multimedia. Como deseaba que su papá estuviera presente para hablar con él, pero ahora con todo lo que pasó ya no estaba segura si él estaría triste o decepcionado.

Es más el solo pensar en la imagen de su padre frente a ella ahora...

Le causaba miedo...

Ella tenía miedo de preguntarle "si estaba decepcionado de ella".

Así que solo podía escoger otra opción.

Después de todo, era la única solución saludable que tenía en ese momento.

- "Lo siento papá. Espero que puedas perdonarme." - Pensó la albina, secándose las lágrimas con la manga de su bata.

Si quería regresar a la paz de antes, entonces ella necesitaba poder desahogarse esta noche y este era el único medio viable que tenía para sacar su dolor sin llegar a herir a nadie con su marca. No había otro camino, así que respirando profundamente, cerró la pestaña de su teléfono y cambió su rostro a uno sereno, mientras se paraba del suelo.

- Voy a salir. - Eligió Shiori quitandose la bata que traia para mostrar su spandex con falda de color azul. - Sacaré lo que tenga que sacar.

Helga, ante esa respuesta, solo sonrió a gusto.

- ¡Así se habla leichtfüßIg! ¡Al carajo con la opinión de los demás! - En eso la mujer rubia saca de su bolso una base para maquillar lo poco que se corrió del rubor.- ¡Expresa lo que sientes de una vez y destrúyelos como tú sabes hacerlo! ¡Esa es tu mejor arma! ¡¿A qué le tienes miedo?!

Luego de eso, clavó un hermoso broche azul en el cabello de la albina como detalle final.

Shiori le dió la razón a su maestra.

Esta noche ella no era la inexpresiva y fría sacerdotisa Nakamura.

Justo en ese momento, el teléfono nuevamente empezó a vibrar. La joven albina sabía de quién se trataba así que frunciendo el ceño empezó a navegar por el móvil para borrar todas las conversaciones y el contacto de Nanai de una vez por todas...

No sin antes dejarle un último mensaje.

- Ya lo sé todo... No me vuelvas a buscar NUNCA.

Luego de eso, guardó su teléfono en su maleta para luego sacar sus lentes de contacto marrones y colocárselos sobre sus ojos. Una vez listo todo lo necesario para la performance, ella se abofeteó sus mejillas dos veces para enfocarse.

- Voy a expresar lo que siento... - Juró la albina.

- Entonces que así sea. - Asintió Helga, empezando a caminar hacia la puerta para abrirla. - Adelante... ve y demuéstrales cómo se sintió Eliza cuando le rompieron el corazón y lo que debió de haber hecho.

Shiori asintió con la cabeza y levantó su lazo que había tirado en el suelo, caminó hacia la puerta que la iba a llevar hacia adelante. Aunque luego se había dado cuenta de un detalle que se estaba olvidando.

- ¿No habrá tiempo para levantar lo que tiré, verdad? - Preguntó tímidamente Shiori haciendo énfasis en el desorden que hizo su crisis.

Helga se abstuvo de darle otra bofetada en la cabeza de Shiori, así que tratando de tranquilizarse solo alcanzó a decirle:

- Déjalo así por ahora, cuando acabes la rutina ya verás si levantas tu desastre o no ¿Oiste?

- De acuerdo... - Asintió Shiori, para seguir caminando hacia adelante.

En todo el camino, Helga recordó cómo fue la travesía de Shiori desde que era una niña hasta ahora. Si bien había muchas cosas que la pequeña debía de ordenar en su vida además de aprender a no huir o callar sus problemas ignorando sus propias emociones, ella de alguna manera tenía la certeza de que con el tiempo y la experiencia misma de las vida le irán enseñando todo lo que ella no puede.

- "Puede que esto solo sea un alivio temporal. Sé que tu marca te da muchas limitaciones cuando se trata de tus emociones más dolorosas... y por esto decidí enseñarte un método viable para que puedas canalizarlas a través de esta disciplina, sólo así no podrás reprimirlas más." - Ella desvió brevemente sus ojos azules a la espalda de la albina. - "Pero todavía necesitas enfrentar tus obstáculos cara a cara y sin huir. Quizás con el tiempo lo podrás ir averiguando, incluso si desde este día dejemos de ser maestra y alumna ." - Lentamente ella apoyó su mano en su hombro para darle soporte. - "Fue divertido mientras duró nuestro entrenamiento, he saldado mi cuenta con el camarada Yuuki; pero, ahora es tiempo de que empieces a tomar tus propias decisiones en base hacia lo que tú quieres de verdad y no lo que los demás esperan de ti."

Finalmente, Shiori y Helga traspasaron el umbral que las llevaría hacia la entrada del coliseo.

- "Sí, esta es tu decisión." - Pensó Helga. - "Este es tu momento de brillar y de mostrarles a todos la verdadera naturaleza de los sentimientos."

A mitad del camino, Helga se paró en seco de su recorrido para dejar que Shiori avanzara sola en dirección a la plataforma.

La albina todavía podía sentir un poco de estrés dentro de ella, ya que había percibido aquella aura que le traía mucho dolor aparte de los múltiples ojos que la estaban observando.

Pero, antes de que cualquier pensamiento apareciera en su mente, una voz masculina en forma de cacofonía se escuchó detrás de ella:

- 𐌍Ꝋ 𐌄𐌔 𐌁𐌵𐌄𐌍Ꝋ 𐌐𐌀𐌓𐌀 𐌕𐌵 𐌁𐌄𐌋𐌋𐌄Ɀ𐌀 𐌓𐌄𐌐𐌓𐌉𐌌𐌉𐌓 𐌄𐌔𐌕𐌓𐌄𐌔. 𐌀𐌔𐌄 𐌵𐌓𐌀𐌕𐌄 𐌃𐌄 𐌄𐌔𐌅Ꝋ𐌓Ɀ𐌀𐌓𐌔𐌄 𐌋Ꝋ 𐌌á𐋄𐌉𐌌Ꝋ 𐌒𐌵𐌄 𐌐𐌵𐌄𐌃𐌀𐌔 𐌙 𐌄𐋄𐌐𐌓𐌄𐌔𐌀 𐌕𐌵𐌔 𐌔𐌄𐌍𐌕𐌉𐌌𐌉𐌄𐌍𐌕Ꝋ𐌔...

Shiori de manera rápida desvió su mirada hacia la pantalla del coliseo del para verificar si había alguien a su espalda, pero todo lo que vio fue nada. Fue extraño, al inicio pensó que era otro delirio suyo pero no era la primera vez que ese presentimiento ajeno aparecía y desaparecía, era familiar.

- ... y atención, representando al colegio ARC Taisho en Sachimura... Nakamura Shiori. - Dijo el comentarista del evento al mismo tiempo que muchos aplaudían con fuerza.

Viendo que no era tiempo para pensar en eso, la albina, rápidamente enderezó su espalda, sujetó bien su lazó y caminó sola en dirección hacia la plataforma rectangular.

Una vez ubicada en el cuadrante, saludo al jurado y se colocó en primera posición.

Trató de respirar tres veces y enfocarse en ofrecer la mejor presentación de su vida, por lo que empezó a conectarse con el dolor más reciente y unificarlo con cada músculo de su cuerpo. Luego de eso clavó una mirada más intensa al público y el jurado, ocasionando que a más de uno se estremeciera ante esos intensos ojos "cafés"; como si ella pudiera leer sus almas.

Y con un fuerte pitido, resonando en el coliseo, Shiori dijo:

- Soy real...

Al mismo tiempo que Helga metió la mano en su bolsillo para apretar un interruptor que tenía guardado, con el fin de encender un objeto que iba a ayudar a que muchos escuchen todo lo que Shiori tenía que decir.

...

Capítulo 58:

"El opresor de la belleza"

El sonido de las manecillas del reloj resonaban en un despacho con varios alegres carteles médicos que informaban mucho sobre la importancia de cuidar tanto la salud física y mental. Shiori se encontraba sentada en una de las sillas frente al gran escritorio jugueteando con sus dedos como señal de que estaba ansiosa y nerviosa. Este examen iba a delimitar un antes y un después en su vida.

- "¿Cuál será el resultado?" - Pensó preocupada Shiori.

- ¿Estás bien? - Dijo Crowley a un lado de la menor, vestido en una formal ropa de civil, pero conservando la máscara. - Te siento un poco inquieta.

Su pregunta hizo que ella detuviera sus manos.

- Sí, solo estoy un poco ansiosa por la espera. No soy muy fan de los hospitales... pero el que me esté acompañado hoy me tranquiliza un poco.- Asintió Shiori con una pequeña sonrisa nerviosa. - Nuevamente se lo agradezco. Creía que estaría ocupado hoy con todas sus reuniones.

Y era toda una sorpresa de parte de la albina, ya que ella sabía que Crowley frecuentemente sólo podía acompañarla raras veces debido al trabajo excesivo que tenía.

- Alguien tenía que acompañarle, y qué mejor que con tú tutor para estar al tanto ¿No lo crees? - Sonrió con orgullo Crowley mientras pellizca levemente la mejilla de la albina picándole la mejilla con suavidad. - ¿A que no soy amable?

Aunque siendo francos, en medio de esas palabras, también se ocultaba un segundo motivo.

- "Además no iba dejar que alguien más viniera en mi lugar." - Pensó Crowley con victoria, recordando con gran furor el gran drama de aquel día.

...

Una de las hojas se había caído accidentalmente del archivador que el director tenía a su lado durante la reunión de maestros. Crewel, ante la situación, pudo actuar primero y levantó la hoja; pero por cosas del destino y sobre todo curiosidad leyó su contenido. Al principio Crowley pensó que el docente de alquimia no le daría importancia...

Pero ¡Gran error al siquiera pensar tal pensamiento ingenuo!

- Nunca imaginé que la cachorrita tuviera tantas observaciones en una ficha ¡¿Qué diablos es toda esta lista?! - Dijo Divus leyendo cada punto de la nota con rostro levemente pasmado. - Estrés agudo episódico, amenaza de posible fibrilación ventricular, recuento de hemoglobina bajo, insuficiencia de hierro, amiloidosis primaria, posible adherencia en órganos... ¡¿y hay más?!

- Eh... sobre eso... - Crowley trató de explicarse, pero fue interrumpido.

- ¡¿Qué?! ¡¿Enserio?! - Vargas comentó en un tono exaltado, acercándose al maestro de cabello bicolor para leer esa ficha. - ¡¿Por qué no me lo informaste antes Crowley?!

- Eso... - Crowley intentó nuevamente hablar, pero otra vez fue interrumpido por Vargas.

- ¡He sometido a todos tipo de ejercicios a esa pequeña en mi curso! ¡Esto podría haberla matado si no le hubiera dado las medidas necesarias!

- ¡Explíquese! - Al final exclamaron Divus y Ashton, queja tras queja sin poder dejar que el hombre cuervo respondiera.

- ¡E-Esperen! ¡No nos precipitemos! - Crowley trató de calmar el enojo de ambos profesores. - ¡Déjenme que les explique...!

Pero, en lugar de que eso sucediera, la discusión continuó.

Parecía que no iba a terminar y que los gritos todavía irían subiendo de tono cada vez más fuerte, sin embargo alguien tuvo la suficiente seriedad y madurez para poner fin a esta discusión.

- Calmemonos todos. No se llegará a nada si no lo dejan responder. - Regañó Trein con su voz serena a los tres adultos. - Director, yo supongo que ante esto habrá tomado alguna medida necesaria ¿Verdad? o nuevamente esto es algo de lo que una adolecente joven debería de hacerlo por su propia cuenta, en un mundo que desconoce, y sin la supervisión de un adulto.

La "acusación" hasta ofendió a Crowley.

- ¡Por supuesto que tome todas las medidas necesarias! - Refutó Crowley levantándose de golpe de su asiento. - Siempre estuve pendiente de ella en lo más que podía.

- ¡¿Eh?! - Divus y Ashton respondieron inesperadamente sorprendidos cuando escucharon la respuesta del director.

- ¡¿Qué pasa con esa reacción de sorpresa?! - Refunfuñó el hombre cuervo. - De hecho "ESE" examen médico fue a inicios del año escolar cuando llegó. - El director apuntó con su dedo el papel. - ¡¿Acaso pensaban que no me iba a tomar en serio este caso y que lo dejaría al aire sin hacer nada?!

- Sobre eso... - Divus y Ashton trataron de pensar en una respuesta rápida, pero les fue muy difícil debido a como era el director.

- ¡Por favor niéguenlo!

- Espere un momento ¿A inicios? - Trein tomó énfasis en ese dato.

- Yo necesitaba un registro médico para poder iniciar su ficha estudiantil... - Respondió Crowley con un leve escalofrío, al recordar el pánico que se llevó aquel día cuando leyó las cifras rojas de Shiori, haciendo que él ahora empezará a murmurar y hablar rápido. - ...Pero, al ver la larga lista de observaciones que el médico dejó, decidí que lo mejor sería llevarla a la clínica más cercana de la isla para que la atendieran lo más pronto posible para que no fuera perjudicada en sus estudios debido a su salud. Por ese motivo tiene que hacerse un chequeo cada cierto tiempo y solo pude asistir a unas pocas debido al trabajo.

Los profesores lo vieron con una gota de sudor bajando de su cabeza ante tanta información en poco tiempo. Por lo que Crowley en síntesis les dijo:

- Pero les puedo asegurar que está mejorando y muy pronto estos chequeos terminarán... bueno todo depende de la última revisión que se viene. Así que, si eso es lo que querían escuchar "de nada". - El hombre cuervo terminó su discurso girando su cabeza a un lado.

Bueno, al menos ese comentario pudo aliviar un poco al resto de maestros pero ahora había otro tema que los había dejado pensativos...

¿Crowley tomando la responsabilidad de un alumno por su propia cuenta?

Eso era muy raro de ver conociendo como era el hombre realmente.

¿Quién era este sujeto y que le hizo al director?

- Supongo que no tengo nada que refutar esta vez. - Trein vio esta actitud como un gran cambio en el director. - ¿Bien hecho? Pero... Por favor no vuelva a ocultar información como esta, nosotros como docentes debemos estar al tanto de nuestros estudiantes ¿De acuerdo?.

El director solo asintió la cabeza ya que no quería que Trein lo regañara por diez minutos si decía algo, así que era una suerte que la conversación fuera corta.

Era un gran cambio.

- Así que ha estado llevando un control desde entonces. - Suspiró Divus mirando nuevamente la hoja.

Hubo un silencio en la sala, pero que no duró mucho tiempo.

- ¿Cuándo será su próxima cita? - preguntó Crewel dejando la hoja en el escritorio.

La pregunta hizo que a Crowley se le levantara una ceja, pero como no sospechaba nada en ese momento le había respondido con sinceridad.

- ¿Eh?... Hmmm... - Crowley miró el calendario de su teléfono. - En la semana después de las vacaciones de invierno casi cerca de nuestra próxima junta del mes ¿Por qué?

Hubo un breve silenció la sala...

- Ya veo... - Respondió tranquilamente Crewel, dejando la hoja sobre la mesa. - ... bueno, si no hay nada más que decir, entonces nos vemos en la siguiente reunión.

El profesor de alquimia estaba apunto de retirarse de manera calma de la junta, pero unos pocos segundos después una mano lo sostuvo de su hombro, deteniendo al hombre a mitad de su caminata.

Fue Crowley, sintiendo una leve punzada de inquietud.

- Profesor Crewel... No es por ser entrometido pero ¿Qué tienes en mente? - Preguntó directamente el director.

Crewel solo soltó un leve suspiro, mientras alejaba la mano de Crowley.

- Es tal y como Trein lo mencionó director, este tipo de consultas no es algo que una adolescente deba de hacer sola. - Lentamente el profesor de alquimia giró su mirada hasta toparse cara a cara. - Mucho menos si se trata de la última posible consulta de la cachorrita... Un tutor responsable debe de estar a su lado cuando le den una noticia muy importante como esa. - Crewel hizo énfasis en las últimas palabras.

- "No me digas..." - En ese momento, fue cuando Crowley se percató de las intenciones de Crewel.

Y sus sospechas fueron confirmadas por el mismo hombre bicolor.

- Sabemos lo muy "ocupado" que estás "siempre" con tu trabajo y no lo culpo... es por eso, que pensaba en que quizá no habría algún inconveniente si un maestro como uno de nosotros podría acompañar la cachorrita. - Crewel terminó su oración con una sonrisa de lado. - Yo podría acompañarla, no me molestaría, después como profesor de alquimia debo tomar las medidas necesarias para evitar algunos químicos y estar pendiente de mis cachorros, en especial si se trata de mi pupila, Crowley ¿No lo crees?

Crowley no lo podía creer.

- "¡Ahhh! ¡TÚÚÚÚ! ¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡¿Me quiere quitar la tutoría de mi polluelo?!" - Gritó internamente el director.

Y además de eso, Trein añadió:

- Viendo que la señorita Nakamura no cuenta con ningún pariente o familiar cercano; no me imagino lo solitario que ella podría haber estado, al estar en un hospital sola y con varios chequeos distintos, ir a clases sin que nadie se percatara y estar al tanto de muchos estudiantes revoltosos... - El hombre canoso reflexiona, mirando de reojo la lista de observaciones con una ligera expresión de preocupación en su inexpresivo rostro.

- Meow... - Añadió Lucius en un tono bajo.

Trein se estaba preguntando "¿Cómo no lo había notado?" Se suponía que él era muy perspicaz ante este tipo de detalles mínimos de sus alumnos, en especial con el grupo de alumnos que se esfuerzan en su curso. Una cosa era estudiar para esforzarse a mejorar con creces, pero otra cosa es sobrecargarse al punto de estar estresado.

En eso un sentimiento de deja-vu pasó por la mente del hombre mayor.

- "¿Acaso ella no dijo nada, porque pensaba que nos íbamos a molestar?" - Pensó el profesor de historia mágica.

De algún modo, este actuar de la joven albina, le recordaba mucho a como era una de hijas en épocas anteriores. Todavía recordaba lo muchos que había guardado muchos secretos en silencio y a sus espaldas. No era una época agradable de recordar, por lo mucho que su niña sufrió por ese silencio y el motivo por el cual lo hizo.

- " Terminando esta reunión quizás la llamé para saber cómo está..." - Trein anotó mentalmente esa actividad pendiente para hablar un poco con su hija.

Pero por el otro lado...

- "¡¿Tú también Trein?!" - Chilló mentalmente Crowley, malinterpretado las palabras del maestro canoso. - "¡Un momento! ¡No me gusta por donde está yendo todo esto! ¡¿Desde cuándo estaban interesados en mi polluelo?! ¡Pensaba que yo era el único que se preocupaba y ahora resulta que hay dos más! "

Lo irónico de todo esto, es que tampoco debía de mostrar signos de rechazo o sobre todo exaltación ante las propuestas, porque eso significaría que los maestros posiblemente pudieran malinterpretar sus intenciones y llegar a hacerse ideas erróneas.

"Lolicon..."

Pensó alarmado Crowley imaginando la mirada de asco de sus docentes sobre él.

No debía de llegar a ese punto, solo estaba siendo responsable. No había segundas intenciones. No era un delito. Solo tenía que buscar la manera de oponerse a la propuesta de otro adulto acompañando a su polluelo sin que se viera sospechoso.

Inesperadamente, uno de los docentes habló en medio de la conversación.

- Aunque ¿Ese día no cae el mismo día no tienes una asesoría con el club de ciencia? - Añadió Vargas al ver la fecha.

Esa fue una fuerte embestida para el argumento de Crewel y un himno de aleluya para el director.

- "¡Alabado seas Vargas!" - Exclamó Crowley mentalmente, en un tono aliviado. - "¡Me has quitado un peso de encima y ni siquiera tuve que pedírselo..."

- Pero como en ese día no tengo nada pendiente, yo puedo llevarla a su revisión... - propuso Vargas levantando su pulgar en alto. - Luego podría contarles los detalles.

- "¡Hijo de su respetable madre!" - Crowley golpeó sus puños sobre la mesa de manera estrepitosa. - "¡¿AHORA SON TRES?! ¿Quién sigue después? ¿Sam? "

- De todas las personas posibles, no me esperaba que tú también estuvieras interesado en esto Ashton. - Crewel le levantó la ceja.

- ¿Qué te puedo decir? La pequeña doncella ha sido todo un giro de 180 grados en el instituto desde que llegó a este instituto. - Ashton recordó con una leve sonrisa todas las sesiones de clases que tuvo con el salón del 1A. - Tan enérgica, competitiva y de un gran espíritu alegre que logra impulsar e influenciar a los jóvenes a seguir entrenando cada vez que tenemos clases. - Pero la sonrisa disminuyó un poco cuando nuevamente miró de nuevo el papel. - Aunque me enorgullece decir que ella haya superado los retos de mi arduo entrenamiento, no quita el hecho de que ella hizo una grave omisión en su salud que podría haber sido perjudicial si no nos hubiéramos dado cuenta. Por ese motivo, como su profesor de educación física, también debo estar al tanto de su salud y asistir a su cita médica.

Casi todos los profesores se quedaron sin habla y miraban con total admiración las palabras que salieron de la boca de Ashton.

Parece ser que no era el único adulto que cambió de carácter...

- Además he oído que hay una bella dama rondando cerca del recinto y me da curiosidad saber quien es. Así que sería matar a dos pájaros de un tiro hahahaha - Agregó Vargas con una risa fanfarrona.

Retiro lo dicho.

Al final Crowley, Divus y Trein miraron con una cara agria ante el comentario del profesor.

- "Definitivamente no hay nadie como él" - Pensaron los tres al mismo tiempo.

Pero volviendo al punto central, Crowley necesitaba jugar bien sus fichas y no quedar expuesto por lo que tuvo que usar su vieja confiable... el parafraseo.

- Si bien es cierto que todos quieran estar al tanto de la señorita Nakamura, la verdad es que no tienen nada de qué preocuparse de ella, más allá de la relación de respeto entre alumno-profesor, como se dicta dentro de los protocolos de comportamiento del docente. - Crowley les habló con la mayor seriedad posible, para que lo tomaran en serio. - Yo asumiré la responsabilidad de la salud de la señorita Nakamura, y como parte del consejo de Docentes del Night Raven les aseguro, que tan pronto den sus resultados médicos, yo se los estaré notificando a ustedes para que estén al tanto.

Los tres adultos se quedaron mirando por un largo rato al director.

- "¡Eso hasta se escuchó genial!" - Pensó Crowley con orgullo y brillitos imaginarios. - "¡Con esto no me pueden refutar!"

Crowley pensaba que quizás esto sería el final de una larga conversación, pero la realidad era que esta conclusión estaba lejos de terminar.

- Ha dejado en claro lo mucho que está al pendiente de ella, lo cual es bueno, pero... - Agregó Divus cruzándose de brazos. - ¿No te estás contradiciendo a ti mismo?

Esa afirmación hizo que al instante toda la inspiración y seriedad, que Crowley poseía, se fuera al caño.

- ¿Qué? - dijo Crowley a Crewel.

- Según lo que dijiste, los docentes y los alumnos deben de mantener una relación alumno-profesor en base al respeto. - Crewel hizo una breve pausa. - Pero tú vas más allá de esa relación al punto que... y no te lo tomes personal... asusta.

La tensa cuerda invisible, que habitaba en la cordura de Crowley, en un instante se rompió, desatando el caos en la sala.

- ¡¿HAH?! ¿POR QUÉ PIENSAS ESO? - Exclamó el director.

- ¿Cómo qué por qué? ¿Ya olvidaste todas las veces que has irrumpido en mis clases? - Crewel respondió recordando días anteriores.

- ¡¿Y qué tiene eso de raro?! ¡De vez en cuando voy a las clases a ver el rendimiento de los alumnos!

- La palabra "de vez en cuando" es cuestionable.- Crewel le dió una mirada juzgadora. - De todas mis clases con los otros grados, siempre has estado presente en todas las sesiones en el salón del 1A y no fui el único quien lo notó.

- ¿No lo estás exagerando un poco?- Crowley trató de justificarse.

- ¿Un poco? - Esta vez dijeron los tres maestros recordando las veces que Crowley los visitó.

...

Durante la clase de Historia

Todos los estudiantes se estaban esforzando para no cerrar los ojos la clase ante la charla matutina de Trein. Grim ya se había rendido contra morfeo, Ace estaba jugueteando con su pluma y Deuce con Shiori anotaban todos los datos importantes de la retroalimentación de Trein.

- Señorita Nakamura... - Llamó el profesor Trein.

El hecho de que el profesor la estuviera llamando era una alarma para todos los alumnos que estaban distraídos o dormidos dejaran de procrastinar y actuaran como si de verdad hubieran estado atentos a la clases.

Ya sea suerte o no Trein, no se percató de su jugarreta de los alumnos gracias a que Lucius estaba dormido en el escritorio del maestro.

- ... recite y analice el fragmento de la Chronica Slavorum en relación a las costumbres y creencias de varias tribus de Wendos y polabios, según el sacerdote Helmond. - Continuo Trein.

Shiori, asintiendo con la cabeza, tomó su libro de texto entre sus manos y se levantó de su asiento para iniciar su lectura; cuando de pronto...

- ¡Visita sorpresa! - Nuevamente el director salió de la nada del techo.

Muchos alumnos miraron sorprendidos el techo, esperando ver un hueco o algo, pero no había nada.

¿De dónde había salido?

El director Crowley había pasado una mirada fugaz sobre todos los presentes hasta que se topó con la imagen de la jovencita parada mirándolo. El hombre al instante la saludo silenciosamente y la albina estaba apunto de devolver el saludo, sin embargo Trein intervino en ello.

- Enfóquese en lo solicitado, señorita Nakamura. - Regañó el maestro.

Entonces Shiori viendo que el saludo tenía que esperar solo se enfocó en realizar su actividad y aclarando su voz recitó:

- Los eslavos, también, tienen una extraña falsa convicción. En sus festivales y carruseles pasan un cuenco al que profieren palabras, no diré de consagración sino de execración, en el nombre de los dioses - del bueno, así como del malo - profesan todo tipo de buena fortuna por el dios bueno, y la adversa, por el malo. Por lo que, también, en su idioma llaman al dios malo Diabol, o Zcerneboch, esto es, el dios negro...

En todo el rato, en el que Shiori leía y hablaba, había un alumno de Octavinelle que se iban distrayendo, de manera muy sutil, con los suaves movimientos que hacía la albina cuando acomodaba su cabello largo, en especial en cómo se movía la falda que ella llevaba puesta para mostrar aquellas hermosas pierna en mallas negras.

Se sentía muy afortunado de estar detrás de la albina, podría hasta quedarse despierto en esta clase viendo su perfil.

El joven poco a poco fue bajando sus manos hacia uno de sus bolsillos para lentamente ir sacando su teléfono móvil, con todas las intenciones de sacarle una foto a escondidas.

Pero rápidamente su accionar se vio interrumpido cuando un fuerte golpe en el hombro, lo obligó a botar su teléfono al piso.

- "¡¿Pero qué...?!" - El joven se asustó, creyendo que Trein lo había descubierto en pleno acto.

Pero no fue así.

No fue así porque Trein todavía estaba escuchando la explicación de Shiori.

Entonces si no fue él ¿Quién fue?

Tap...

Hubo un pequeño sonido que se escuchó aun lado de él. El joven, curioso por saber aquel ruido repentino, bajó su mirada hacia el piso y todo lo que vio allí solo fue su teléfono boca abajo al lado de un pedazo de tiza quebrada.

- "¿Qué?" - Se preguntó el joven, recogiendo su teléfono.

Por suerte su pantalla no estaba rota...

Pero, cuando incorporó nuevamente su espalda, su mirada se posó al frente del salón para solo encontrarse cara a cara con el verdadero terror. Allá, en una esquina oscura, el director lo estaba mirando fijamente, parado tan estáticamente y con la mirada sin pestañear.

El joven sintió un escalofrío ante esa mirada.

- "¿Y a este qué le pasa?" - Pensó el joven, con una gota de sudor bajando de su mejilla. - "¿Por qué me mira así?"

Estaba a punto de ignorarlo como de costumbre, cuando algo en él llamó su atención. Bajando tan solo un poco la mirada, notó que en una de las manos libres del director, claramente había una tiza muy similar a la que vio en el piso.

- "Un momento... ¿El director fue quien me lanzó la tiza?" - Pensó alarmado el joven.

Allí no terminó la situación, luego el director empezó a vocalizar lentamente una serie de palabras silenciosas que al momento de analizarlas detenidamente decían:

- A-cér-ca-te un po-co más y te ha-re de-sa-pa-re-cer. - Leyó en voz baja el joven.

¡¿ESO DIJO ÉL?!

Si antes no tenía miedo, pues ahora ya estaba con pánico, al punto que soltó un jadeo de horror que obviamente no pasó desapercibido por todos los presentes quienes ahora miraban al joven de manera extraña.

- Detención, ahora. - Informó a Trein con un semblante enojado ante la interrupción.

Durante el resto de esa clase y las próximas el director siempre estuvo allí presente, o al menos lo estaba hasta que Shiori le devolvió el saludo.

...

Durante la clase de alquimia.

Crewel había terminado de escribir, en la pizarra, una fórmula química bastante extensa y complicada.

- ¿Alguien sabe lo que es esto? - Preguntó el profesor buscando a un cachorro para que respondiera la pregunta.

Todos los jóvenes estudiantes, quienes no paraban de mover sus cucharas de madera sobre sus calderos, levantaron sus miradas para mirar la ecuación. Cuando de la nada, el director entró por el techo con una caída llamativa.

- ¡Visita sorpresa! - Exclamó la voz cantarina de Crowley mirando a todos los alumnos.

Los jóvenes y el mismo director Crewel solo miraron con una gota de sudor sobre sus cabezas al mismo tiempo que lanzaban una que otra mirada extraña ante la entrada dramática.

Los presentes ya se estaban empezando a acostumbrar a este tipo de rutinas raras del hombre mayor. Por experiencia propia, y por todo lo que han visto, ya sabían que el director Crowley no se iba a ir del salón en un largo rato, a menos que cierta personita en la sala interviniera.

Claramente, como era de costumbre, Shiori fue la última en levantar su mirada.

Quitándose sus lentes con un poco de hollín, Shiori, logró notar la presencia de Crowley en unos pocos segundos, como si hubiera encontrado fácilmente a Waldo si hubiera llevado ropas aún más llamativas a lo usual. Gentilmente ella saludó con una adorable y silenciosa sonrisa, acompañada de un leve movimiento de lado a lado de su mano enguantada.

Al instante, la fae mayor mostró una sonrisa radiante en su cara y como si eso no fuera suficiente, casi a los pocos segundos, este le devolvió el saludo de una manera un tanto animada y hasta exagerada.

- Hizo una caída dramática... - Dijo susurrando Ace, extendiendo su mano a Deuce. - Págame.

Este último solo rodó los ojos y le pagó un par de madols a Ace.

...

Y en medio de la clase de Educación Física.

El pitido del profesor Vargas resonó en todo el campus al mismo tiempo que el vitoreo de todos los alumnos presentes.

- ¡Recta final! ¡Solo queda 1 minuto! - Informó Vargas mirando con mucho entusiasmo a Shiori junto a un estudiante de Pomefiore del 1B manteniéndose colgados en las barras por mucho tiempo. - ¡El primero en soltar la barra pierde!

- ¡Acábalo Shio-Chan! - Exclamó Ace dando ánimo.

- ¡Tú puedes! - Añadió Deuce.

- ¡Flexiona los brazos para que no te canses! - Recomendó Jack también mirando con suspenso y ánimo esta competencia.

- ¡DALE SECUAZ! - Esta vez gritó Grim. - ¡MI ATÚN DEPENDE ESTO!

Shiori y un joven de Pomefiore, de cabello castaño claro, estaban sudando como nunca en su vida. Habían permanecido por 2 minutos colgados en las barras que habían instalado en el campo deportivo, como parte de la actividad del entrenamiento de Vargas. Cada estudiante de cada clase exclamaba porras para ambos jóvenes y haciendo sus apuestas para saber quién iba a ganar esta recta final.

Ninguno de los dos estaba dispuesto a soltar sus manos en las barras.

En eso...

- ¡Visita sorpresa! - Informó Crowley apareciendo inesperadamente al campus y mirando la competencia.

Tanto Shiori y el alumno de Pomefiore se distrajeron con el repentino susto de sus compañeros, que en un mal movimiento de manos, ambos ahora terminaron liberando una de sus manos de las barras. Vargas había estipulado previamente que sí uno de los dos llegara a soltar tan solo una mano de la barra, entonces deberían continuar el ejercicio con la mano sobrante.

Todos los estudiantes al instante dejaron en segundo plano la visita de Crowley y nuevamente se enfocaron en este inesperado giro de lo acontecido. Hasta los dos docentes también se quedaron con el suspenso de la escena respirando en sus nucas.

Crowley estaba a nada de intervenir, pero Vargas intervino para que dejara que sus alumnos continuarán su competición.

Shiori y el joven ya estaban en sus últimas, los brazos se empezaban a cansar por el peso más la gravedad y en cualquier segundo ambos se iban a caer por el peso y las manos sudadas.

En eso, la albina viendo que necesitaba recuperar un poco de fuerza y cambiar la masa de su peso por unos segundos más; entonces, aprovechó el sudor de sus manos para comenzar a balancear las piernas y su cuerpo hacia adelante y hacia atrás como si fuera un mono columpiándose en una misma rama.

- ¡¿Shiori, pero qué estás haciendo?! - Exclamó Ace con los ojos en blanco.

Shiori hizo casó omiso a los gritos y se enfocó en empezar a balancear con más fuerza su cuerpo. Poco a poco iba tomando más impulso al punto de parecer un columpio humano.

- ¡Dame tu fuerza, Tarzán! - Chilló Shiori continuando balanceándose.

Cuando sintió como todo su peso se balanceaba a una gran altura, entonces tuvo la inercia suficiente para elevar todo cuerpo hacia la parte superior de la barra, con el objetivo de frenar en medio del trayecto y abrir sus piernas para lograr un hermoso y equilibrado One Arm Handstand y quedarse anclada.

Aprovechando esta posición, la albina finalmente pudo ganar un poco más de estamina y también saludar con su mano libre al director.

- ¡Hola director Crowley! - Dijo Shiori, tratando de balancear su cuerpo

El directo entre la preocupación y la emoción del momento solo pudo saludar con la mano mientras observaba con suspenso el esfuerzo de su polluelo.

- ¡A la bestia! - Exclamó el castaño con los ojos casi saltones sobre el acto de su rival, Lamentablemente el peso de la gravedad fue mucho para el joven y terminó soltando la barra.

En pocos segundos, y por fin teniendo el resultado final, el bando a favor de Shiori terminaron rugiendo en felicidad y jolgorio. Por otro lado, el resto de los estudiantes solo se pudieron lamentar de todo el dinero que iban a perder de esta apuesta.

Ni bien la competencia terminó, los brazos de Shiori también se pudieron relajar por lo que terminó por completar la vuelta y soltar su mano de la barra.

- ¡YATTA! - Exclamó con energía la albina mientras caía.

Por suerte tanto Jack, Ace, Deuce y un grupo de jóvenes lograron atraparla a tiempo entre sus manos para nuevamente hacerla brincar muchas veces mientras vitoreaban:

- ¡EEYYY! ¡EEYYY! ¡SHIO! ¡SHIO! ¡SHIO! ¡SHIO!

- ¡TÓMALA! ¡PAGUEN MI ATÚN! - Vitoreó Grim llegando a Shiori, para después ser sostenido por ella.

Shiori no paraba de reír fuertemente mientras gritaba:

- ¡YOOSHAAAA!

-¡YOOSHAAAA! - Repitieron sus compañeros, a pesar de no saber qué significaba esa palabra.

Y a lo lejos tanto Vargas como Crowley terminaron con una catarata de lágrimas desprendiéndose entre sus ojos y sonriendo con mucho orgullo.

...

Y así, Crowley siempre iba yendo de salón en salón durante casi todos los meses.

...

¡Visita sorpresa!

...

¡Visita sorpresa!

...

¡Visita sorpresa!

...

Todavía parecía como si la discusión hubiera sucedido el día de ayer para Crowley, pero al final de todo este drama, él las arregló para ganar la discusión. Por otro lado, el precio de esa ganancia es que ahora posiblemente su oficina esté plagada de una gran cantidad de documentos esperándolo.

La puerta del consultorio se abrió repentinamente en el ambiente, causando un repentino espasmo y chillido leve que Crowley y Shiori emitieron de manera simultánea.

- Siento la demora... - Se disculpó una médico de mayor edad. - ...Ya revisamos los últimos informes de la señorita Nakamura y, a pesar de algún que otro obstáculo con la maquinaria de la prueba de esfuerzo, finalmente ya tenemos todos los diagnósticos...

Tanto la albina como el fae azabache se tensaron ansiosamente en sus asientos ante las las palabras de la médico, tragaron en grueso y sudaban en frío. Todavía recordaba claramente aquel día, en su primera consulta médica, la gran inquietud y sosiego que tanto ellos y los médicos pasaron cuando aquellas maquinarias misteriosamente empezaron a averiarse o manchas picos exagerados en los EKG. Por suerte, se logró buscar una segunda alternativa para hacer el examen, pero nadie había vuelto a hablar del tema desde entonces.

- Y... ¿Cómo está ahora? - Preguntó Crowley con cautela y tratando de no dejar que su preocupación se mostrará. - ¿Todo está en orden?

La doctora hizo una leve pausa dramática para pensar bien en sus palabras sin ser consciente de la gran cantidad de ansiedad que generaban en sus dos pacientes.

Crowley y Shiori odiaban esta parte de los exámenes. Ambos no entendían el porqué la mayoría de los médicos hacían esto, además de las miradas fijas que daban y los jeroglíficos que escribían en los recetarios. Es más, si todo esto fuera una telenovela de la india, con un poco de apoyo de la mano de obra de un sobreexplotado editor de video con sobredosis de cafeína, podría hasta duplicar una de esas raras transiciones que hacían para que el silencio de ese preciso momento no fuera aburrido.

Aunque, para suerte de ellos, el silenció por fin tuvo un fin y con las palabras empezando a salir de los labios de la doctora finalmente se llegó a una conclusión que dejó con los ojos abiertos a Shiori...

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Shiori abrió lentamente la puerta del dormitorio abandonado con una gran lentitud muy atípica de ella. Aún quitándose los zapatos en la cornisa para colocarse sus pantuflas afelpadas, todavía su cabeza estaba procesando mucho la noticia que acababa de recibir y desde que salió del consultorio no había dicho nada aun. Ni siquiera había dicho su clásico "Tadaima".

Había varios motivos detrás de ese silencio, y justamente se encontraban esperando sentados en esa sala común del dormitorio abandonado.

- ¡Ah, ya llegó! - Avisó Ace a Grim, Deuce y Jack mientras se levantaban sus miradas a la recién llegada.

- Te tardaste mucho. - Comentó Grim sosteniendo su lata de atún. - Ya nos estábamos aburriendo de tanto esperar.

- Si tanto te quejas de eso, entonces ¿Por qué no fuiste a acompañarla? - Deuce frunció sus ceño.

- ¿Has ido alguna vez a ese lugar? ¡Es una congeladora gigante! ¡Técnicamente te vuelves una paleta de tan solo entrar a la puerta. - Refuto Grim. - Mis patitas son sensibles al frío así que prefiero quedarme en casa, además iba a estar el director y ni lo quiero ver ni en pintura... no después de no contestar nuestras llamadas cuando estábamos en Scarabia.

Deuce estaba a punto de replicar y estaba esperando a que Shiori primero lo haga, pero cuando no hubo respuesta alguna el ambiente de la sala cambió.

- Oye... ¿Qué te pasa? - Preguntó Jack, viendo como la mirada de Shiori seguía sin pestañear.

- Oh no... - Ace ya se podía hacer una idea.

Después de todo, tanto él grupo ya habían visto lo mucho que Shiori se había esforzado cada mes para que todo hubiera salido como lo había planeado y verla así les dió a entender que este día no iba a ser el caso.

- Ehmm... Shio-chan...- Ace trató de buscar las palabras correctas. - Miralo por otro lado, todavía se puede hacer algo, solo será por un tiempo más. Ya sabes "No es el fin de todo" ¿Verdad Deuce?

Deuce al inicio tartamudeo ante el pedido de ayuda de Ace, al quedarse sin ideas.

- Ahh... Ahh... sí, es verdad. Quizás hay algo que se pueda hacer. - Dijo Deuce.

- Espera... ¿Nuevamente su examen salió mal? - Añadió Grim como último comentario, ya que Ace y Deuce no tardaron en cerrarle el hocico con sus manos.

- ¡Grim, cállate! - Chilló Deuce.

- ¡No te cuesta nada usar tus neuronas para leer el ambiente! - Añadió Ace.

Y así ambos jóvenes siguieron regañando al gato, quien luchaba para liberarse de aquella manos. A pesar de ello, Ni Shiori y Jack se vieron inmutados.

Es más, Shiori no respondió a los chillidos, pero en cambio, lo que sí llegó a hacer, fue que sacó los papeles que trajo consigo misma y lentamente se los entregó a Jack.

Ace, Deuce y Grim, parando su discusión al instante y curiosos por saber lo que decía el dichoso papel, se trasladaron en un abrir y cerrar de ojos a los costados de Jack y empezaron a leer de manera rápida lo que decía el documento hasta que finalmente todos abrieron sus ojos.

Lentamente sacaron sus miradas anonadadas del papel y dirigiendo sus miradas hacia la albina, finalmente, ellos pudieron ver como ella tenía una cara que parecía como si ya no podía contener más la risa.

- No más pruebas. - Fue lo que ella finalmente respondió.

Un segundo paso lento... luego fueron dos... y finalmente, a la tercera, Ace terminó tacleando a la albina para atraparla en su antebrazo y sobar sus nudillos sobre su cabeza albina.

- ¡Babosa! ¡Por un momento pensé que estarías deprimida! ¡Me diste un susto! - Exclamó Ace con una venita roja sobre su cabeza. - ¡Ahora sí te volveré calva como castigo! ¡Sufre mi ira!

- ¡Ha ha ha! ¡No! ¡Piedad! ¡Ha ha ha! ¡Piedad Ace! ¡Por favor! - Shiori reía a carcajadas mientras intentaba picar los costados de Ace para liberarse.

- ¡Ha Ha! ¡Oye no! ¡No me toques allí! ¡Ha ha! - Reía Ace tratando de mantener el ceño fruncido. - ¡Para!

- ¡Tú para primero!

Sip, ya era hora de volver a la rutina de siempre.

- Fuera de todo esto, felicidades por... ¿finalmente darte de alta? - Habló Jack dejando el documento sobre la mesa del centro..

- Entonces ¿Esto quiere decir que finalmente ya no es necesario que regreses al consultorio? - Preguntó Deuce.

- ¿Eh? Bueno... - Shiori dejó de picar los costados de Ace, al igual que él la liberaba de su castigo. - ... los médicos me recomendaron que ya no es necesario regresar ya que ahora todos mis signos se encuentran dentro de los valores normales, pero que aun así nunca olvide cuidarme como siempre.

- Conociéndote sé que lo harás al pie de la letra. - Comentó Ace con una leve sonrisa.

Sin embargo el día todavía está lejos de terminar

- Entonces, si todo salió bien... ¿Saben lo que eso significa? - Comentó Grim con una sonrisa cómplice dirigida a todos los presentes.

Los jóvenes ya sabían la respuesta a esa pregunta. Todos ya lo habían planeado desde hace mucho tiempo y hoy era el día y la excusa perfecta para ponerlo a prueba. El cuerpo lo sabe muy bien y esta vez no había nada que se interpusiera en su camino después de todo mañana iba a ser un día de descanso así que no iba a haber ningún inconveniente con algún maestro o algún líder de dormitorio.

...

La luces de neón iban intercalando entre los focos del dormitorio abandonado, la mesa estaba llena de bocadillos y bebidas para entretener la tarde, los glowstick brillaban de un bonito tono azul sobre la mesa y el volumen de la música resonaba en cada pared.

Throughout the night

¡Party time!

El remix de los instrumentos no se hizo de esperar al tono de los bajos, y con ello los gritos de emoción de los implicados.

- ¡NOCHE DE KARAOKE! - Exclamaron Shiori, Grim, Ace, Deuce y Jack

- ¡Vámonos a la mierda! - Exclamó Ace al micrófono inalámbrico que sostenía además de usar lentes de sol.

Grim sacudió las maracas que traía en sus patas mientras Deuce y Jack no tardaron en tirar el hilo del pequeño cañón de confeti que traían para dar inicio a la reunión mensual del ahora crecido grupo del 1A "Todavía sin nombre".

- ¡IKUZOOOOOO! - Shiori levantó su corbata hacia su cabeza como si fuera una diadema deportiva mientras levantaba en alto su bebida.

Una vez iniciada la reunión, finalmente todos empezaron sus rondas para cantar hasta el amanecer.

Yeah

Party time

¡Yeah!

¡HOPE IN THE DARK!

Y esto solo era el comienzo de una larga lista de canciones revienta gargantas.

Obviamente cada uno tuvo su momento para brillar... de manera única...

...

El primero claramente había que pasar principalmente el rito de iniciación de los nuevos miembros...

Es este caso Jack.

- ¡¿Por qué tengo que ir primero?! - Exclamó Jack.

- Porque eres el nuevo de nuestro grupo. - Ace le entregó los lentes. - Los nuevos tienen que cantar la canción que escoge el grupo, así que esta ronda no puede iniciar sin ti, es parte de tu rito de iniciación.

- ¡Ánimo Jack! - Deuce dio su apoyo desde la distancia con una pandereta.

A primera vista los chicos parecían dar su apoyo, pero la realidad era que esto era una trampa para que ese dúo ganara confianza en ellos mismos, para colmo, fueron lo suficientemente obvios que incluso no pudieron trataban ocultar su sonrisita de complicidad.

- Porque siento que me están enviando al matadero. - Jack murmuró en un tono bajo.

- No hay de qué avergonzarse Jack-Kun, al fin y al cabo todo al final tendrán que cantar algo. - Sonrió Shiori. - Es cuestión de ser valiente y sobrellevar los que tenga que pasar.

- Lo dices porque tú sabes cantar...

- Ni creas. Yo tampoco me salvó de esto, hoy apagaré ese interruptor para estar igual.

- ¿Por qué?

- Porque así es más divertido - Sonrió Shiori.

- ¡Listo, Jack! ¡Esta es la canción que tienes que cantar! - Aviso Ace presionando el botón del parlante, no sin antes salir corriendo lejos del alcance de Jack. - ¡Y si no la cantas eres débil!

- ¡¿A qué te refieres con esto?!

En eso los coros empezaron a sonar.

(Oh-oh-oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh, oh-oh-oh)

(Caught in a bad romance)

La cola de Jack se terminó esponjado al igual que sus orejas altamente levantadas, ya que para él el peligro se estaba acercando.

De todas las canciones que existían, tenían que haber puesto esa...

- ¡¿Quién fue?! - Exclamó enojado Jack.

- ¡No seas gallina y solo canta! - Exclamó Grim, conociendo qué llaga picar. - ¡Demuestra que no tienes miedo!

- ¡OIII!

- ¡WOOOOOOW! ¡DALE CON TODO! - Chillo Shiori haciendo porras contadas las buenas intenciones del mundo. - ¡VAMOS JACKIE VAMOS! ¡VAMOS JACKIE VAMOS!

- ¡JACKIE! ¡JACKIE! ¡JACKIE! - Animaron también Ace, Deuce y Grim, aunque tratando de no reírse.

No era su estilo caer ante las provocaciones de Acey Deuce, pero viendo que tocaron una fibra sensible entonces no tenía salida más que seguir su juego y vengarse después.

Jack demostró lo poco que sabía cantar por lo que casi de manera quejosa murmuraba cerca del micrófono.

Oh-oh-oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh, oh-oh-oh

Caught in a bad romance

Pero lo que no contaba era que al ser un hombre mitad bestia hacían que algunos tonos melódicos en vez de sonar como si fueran barítonos, salían como el gruñido casi similar al de un animal.

Grah, grah-ah-ah-ah

Grohma, Grohma-ma

Gaga, ooh-la-la

Want your bad romance

Grim, Ace y Deuce no lo aguantaron más y explotaron de la risa al punto que rodaban por el piso.

- ¡NO SE RIAN BASTARDOS! - Jack les gritó trato de no sonrojarse.

- ¡Tasukaruuuuuu! - Fue lo que gritó Shiori al ser bendecida por esos aullidos, ya que para ella fue la cosa más adorable que nunca en su corta vida logró ver en vivo y en directo.

Ella fue quien eligió la canción.

...

Ya con la confianza establecida, el siguiente de la lista fue Ace.

You're never not on my mind
oh my
oh my

I'm never not by your side
your side
your side

I'm never gon' let you cry
oh, cry
don't cry

I'll never not be your rideor die
alright

Ace podía cantar decentemente, obviamente tuvo sus momentos de gallitos pero nada que matara su momento y además el resto lo seguía en rap.

Let's call it what it is, it's a masterpiece

Got a whole lotta love for them city streets

...

Él siguiente de la lista, Deuce, en lugar de estar cantando parecía estuviera gritando o algo parecido.

I'M STUCK IN THE ABYSS

- ¡Pew! ¡Pew! ¡Pew! ¡Pew! - Ace y Grim simularon el ruido de una pistola disparando.

LIKE A NEVER-ENDING PIT

- ¡Pew! ¡Pew! ¡Pew! ¡Pew! - Chilló ahora Shiori. - ¡Ahora en japonés Deuce!

KABE WO BUCHI KOWASE

- ¡Yoshaa! - Respondió ella.

'CAUSE STUCK IN THE ABYSS

I'M STUCK IN THE ABYSS

I'M STUCK BUT I'M STILL

...

El siguiente fue Grim aunque a él le tocó una canción que fácilmente era fácil de cantar.

Grim solo estaba parado frente a todo sosteniendo el micrófono con una cara de poker, porque la instrumental que le tocó no sabía si era para llorar de risa o para que el karma se riera de él.

En eso ya llegó su hora de cantar y todo lo que dijo fue:

Tequila

Y eso fue todo de la letra, ya que nuevamente regresó a la instrumental.

- ¡ESO! - Shiori le dió su visto bueno mientras bailaba al ritmo de la canción con los muchachos quienes ocultaban sus risas de la triste canción de Grim.

- Los odio... Los odio mucho... - Murmuró el felino.

- Aw, también te amamos Grim. - La albina respondió.

...

Finalmente llegó el turno de Shiori y, aunque ella había prometido apagar su botón melódico, aún así la muy pequeña no paraba reírse en ciertas partes de la canción que por poco la hacían sonar como si tuviera asma..

Rainbow-colored skies invite us to take a ride

- Ahhhh... Me duele el diafragma Ha ha. - Rio la albina.

I know time won't wait 'cause it only leaves behind

Don't cry, look in my eyes and you might find

A shimmering light that will guide you through the night

En ese momento de la canción, todos se pararon de sus asientos, sostuvieron los glowsticks entre sus manos y en conjunto empezaron a gritar como si estuvieran dentro de un concierto:

JINZOU FAIYA

FAIBO WAIPAA

TAIGA TAIGA T-T-T-T-TAIGA

CHAPE APE KARA KINA

CHAPE APE KARA KINA

MYHONTSUSUKE

Todos dieron una palmadita para continuar el coro.

WAIPAA!

FAIYA FAIYA

TORA TORAKARA KINA

CHAPE APE FAMA

AMA AMA JYASUPA!

TORA TAIGA

TORA TAIGA!

JINZOU SENI

IETTAIGAAAAAAAAAA!

Y así la divertida reunión duró casi toda la noche hasta que todos amanecieron con la voz rasposa y todo un desastre que había que limpiar.

Pero, a pesar de todo, fue una buena conclusión para terminar un día más en la vida de Shiori.

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Finalmente, ya era de noche del siguiente día. Todos ya se habían recuperado de la reunión y ahora estaban preparándose para dormir en sus respectivos dormitorios, Grim ya estaba bañado y abrigado bajo las sábanas, pero Shiori todavía no se unió a la cama ya que estaba conversando con alguien en el teléfono.

- ...Hm y eso fue lo que pasó en todo el día de ayer. Me divertí mucho hoy. - Shiori comentó con una linda sonrisa. - Lamento si la llamé a esta hora, pero siento que necesitaba compartir estas emociones ¿No fue un mal momento?

- No hay necesidad de disculparte. - Dijo una suave voz femenina detrás de la llamada.- Es más, me alegra mucho el que me compartas todos tus pensamientos y emociones. Ahora que ya tienes celular podrás contactarte más rápido conmigo si quieres programar citas o si necesitas que alguien te escuche.

Shiori pudo escuchar como en la otra línea un repetitivo tintineo empezó a sonar.

- Siguen siendo mis favoritas, no sean celosas. - Suspiró la voz.

- Jeje... Extrañaré mucho a sus mariposas mensajeras. ¡Ah! Pero pueden seguir visitando mi jardín si gustan, he incorporado todo lo necesario para que no sientan frio. - Rio la albina, escuchando como el tintineo dejó de escucharse.

- Vaya compañeras consentidas resultaron ser. - Bromeó la fémina. - Antes de que te conocieran, no eran así.

- Tehe, gomen... - Shiori cambió de mano para sostener el teléfono.- Hablando de eso, Aun recuerdo la primera vez que la vi fue durante mi segunda cita en el hospital de la isla.

- Ese día te perdiste en el hospital con tu "pequeño hermano". - Rio con gracia la fémina.

- Era mi primera vez yendo sola. - Trató de justificar la albina, mientras hacía un puchero.

- Lo sé pequeña, pero a pesar de que fue divertido verte dar vueltas en el mismo punto, de no ser por eso ambas no nos hubiéramos conocido.

- Nuevamente le agradezco mucho su apoyo aquel día, Doctora Aleister. - Shiori nuevamente sonrió

En el otro lado de la línea, dentro de una oficina llena de luminosas mariposas morphos azules volando de un lado a otro, una hermosa fae de orejas puntiagudas, hermoso cabello ondulado de color azul cobalto y de unos brillantes ojos cían.

- No hay necesidad de tanto formalismo por solo ser tu psicóloga mágica Shiori. - La fae sonrió levemente mientras giraba el asiento de su despacho para mirar el gran ventanal, que proyecta la brillante luna. - Puedes llamarse simplemente Rose.

- Jeje, de acuerdo señorita Rose. - Asintió la albina.

- ¿Y... cómo van las cosas entre tú y el muchacho de Scarabia? - Preguntó la peliazul, extendiendo uno de sus dedos para que una de las mariposas se posara en ella. - ¿Algún progreso?

- Jamil ha estado manteniendo su distancia ahora cada vez que nos vemos... - Shiori suspiró, recordando todas sus interacciones con el mencionado luego de la fiesta en el desierto.

- "Hmm, veo que alguien todavía se siente culpable" - Pensó la hada, escuchando atentamente cada palabra de la albina al mismo tiempo que la mariposa azul de su dedo empezó a agitar sus alas y antenas.

- Pero, puedo decir que no se ha alejado del todo.

- ¿A qué te refieres con que no se ha alejado de todo? - Preguntó la hada.

- Bueno hay momentos en el que sí hemos conversado de cosas triviales, puede que sean pocas pero al menos me sigue hablando... - Respondió sinceramente la albina.

- "Está intentando ir a su ritmo" - Rose miró a su mariposa para que ella pudiera memorizar sus pensamientos. - Es como una criatura salvaje, al inicio se mostrará tímido frente a una mano que trata de ayudarlo, pero con el tiempo y la distancia poco a poco se podrá ir acostumbrando a esa presencia hasta que nuevamente se sienta cómodo.

- ¿Habrá algún modo de que deje de sentirse culpable? - Preguntó Shiori.

- Eso depende mucho de él. No eres responsable de cómo él debe sentirse. - Rose dejó que la mariposa de su mano saliera volando. - La redención viene de la mano con la voluntad y sin ella no hay una verdadera redención. Dale un tiempo para que reflexione, y si quiere seguir siendo tu amigo, entonces él tendrá que tomar esa decisión.

- Ya veo... - Shiori pensó en cada palabra de su psicóloga.

- Pero, si en tí está el querer hablar con Jamil, y no sientes ninguna molestia, entonces eres libre de decidir si hablarle o no. - Rose bajo su pluma. - Después de todo, ¿Tú sinceramente quieres ser su amiga?

En ningún segundo, Shiori, dudo de sus palabras.

- Sí, quiero. - Asintió la albina.

- Entonces, que así sea. - Rose también asintió con la cabeza.

Repentinamente el reloj de madera dentro del dormitorio abandonado resonó la hora de la siesta.

- Bueno, la dejo descansando. Mañana tengo clases. - Informó Shiori, empezando a caminar rumbo a su cuarto.

- De acuerdo, que descanses muy bien. Cualquier cosa que pase eres libre de informarme a mí o a mis compañeras si las encuentras merodeando. - Se despidió Rose. - Espero que tengas dulces sueños.

- Eso espero y muchas gracias, lo tendré en consideración. - Asintió Shiori ya echándose al borde de la cama. - Buenas noches señorita Rose.

- Buenas noches, Shiori.

La llamada ya había terminado.

Rose dejó su teléfono a un lado y su mirada que alguna vez fue calmada luego se tornó un poco preocupada.

- Con esta ya van 4 ataques. ¿Qué está pasando en el Night Raven? - Susurró Rose, viendo ahora como otra mariposa iba acercándose a ella.. - Cuidate mucho pequeña...

La fae extendió su dedo para tocar al insecto luminoso. Al momento en el que la patas del animal hicieran contacto con la piel de Rose, cerró sus ojos y empezó a recordar con mayor detalle cada imagen, expresión y palabras que ya había visto antes en las antiguas entrevistas con Shiori. En especial, la última sesión que tuvo con ella cuando nuevamente quiso hablar con su inconsciente haciendo uso de su magia. Había esperado ver alguna diferencia a comparación de las anteriores sesiones. Lo bueno era que tuvo más acceso al subconsciente de la niña, pero todavía había muchas zonas bloqueadas en su mente que, incluso estando dormida, no revelaba.

- ¿Por qué tu inconsciente sigue a la defensiva? ¿Hay algo dentro de ti que quiere proteger de tu mente? - Rose hizo que su mariposa empezará a mover sus alas de manera rápida. - ¿Será que quizás "ese hombre" tiene algo que ver?

En eso la mariposa dejó de aletear en el dedo de Rose, y por fin pudo regresar con el resto de los lepidópteros. La fae lentamente abrió sus ojos y con un suave balanceo de su cabeza, un poco mareada por la información, desvió su mirada hacia un calendario que tenía cerca y miró la fecha muy pensativamente.

- Ya no falta mucho para que "esa" fecha llegué...- Murmuró ella, ahora pudiendo recordar con claridad una confesión que Shiori le compartió. - ¿Va a estar bien, Shiori?

Tantas preguntas y tan pocas respuestas en una mente humana.

Por otro lado, Shiori dejó su teléfono a un lado y hundiéndose bajo las sábanas, junto con Grim, poco a poco fue cerrando sus ojos para sumergirse en el mundo de los sueños.

- Mañana será un buen día. - Proclamó ella estando segura que el universo la escuchara.

Y fue cuando la cortina oscura del sueño empezó a reproducir las primeras imágenes.

En medio de la oscuridad, durante la génesis del sueño, la voz de una joven empezaba a resonar en un eco que iba y regresaba en forma de una suave melodía. Aquella voz emitía una dulce melodía que para Shiori resultaba familiar.

- Hay alguien... ¿Cantando? - Dijo Shiori tratando de ver más allá de aquella oscuridad.

Shiori caminaba y caminaba, y cuando por fin sintió que estaba llegando al final de aquel camino, extendió su mano hacia el frente y pudo ver como esta poco a poco iba introduciendo a algo sólido pero maleable. Con mucha curiosidad, se fue sumergiendo en aquella masa oscura y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba dentro de una habitación hecha de mármol. Estaba un poco oscuro, pero gracias a la poca luz que había dentro pudo ver que había muchas cortinas de terciopelo, elegantes columnas y un familiar espejo de gran tamaño situado al final de unos escalones.

- ¿El espejo de la oscuridad? - Se preguntó Shiori muy confundida mientras subía cada peldaño. - ¿Por qué el espejo de la escuela está aquí?

Cuando ella llegó al último escalón, puedo observar como la superficie de aquel espejo, en vez de reflejar la imagen de Shiori, proyectaba el reflejo de una reina que puso los pelos de punta a la albina.

- Grimhilde - Shiori dió un paso hacia atrás.

- Esclavo del espejo, sal de la oscuridad. Yo te invoco, ven a mí del más allá. - Llamó la reina malvada, empezando a extender sus brazos. - Con mi voz a través de los vientos y del fuego ¡Te conjuro!

Un fuerte viento empezó a llenar la habitación. Shiori tuvo que sostener bien su cabello y falda para que no se levantarán, pero a pesar de entrecerrar los ojos para que el polvo no entrará, pudo ver con claridad como el reflejo se llenó de llamas de fuego hasta revelar la imagen de aquella cara blanca flotante.

- Dime majestad tus deseos. - Habló aquel rostro con mucho respeto.

- Sabio espejo consejero... - Grimhilde respondió. - Saber quien es la más hermosa, quiero.

- Bellísima eres tu majestad, pero existe otro ser celestial. - El espejo expresó una mueca sonriente. - Es una criatura tan linda y graciosa, que es la más bella de toda la tierra.

Grimhilde frunció levemente el ceño y cruzándose de brazos le ordenó al espejo:

- La quiero conocer. Revélame su nombre. - La reina malvada levantó su tono de voz.

El espejo, siendo obediente, respondió a la orden.

- Su boca es de rosa... Color negro es su cabello... piel de blanco candor... - Fueron las características que el esclavo del espejo recitó.

La reina malvada, sabiendo a quién se refería, cerró la mano en forma de puño y de una manera hostil reveló el nombre de aquella pequeña rival que le había arrebatado su puesto como la más hermosa en el mundo.

- Blancanieves...

En eso, el escenario cambió. Shiori recordaba esta escena, ya que según lo que recordaba en esta parte de la historia, como Blancanieves iba cantando sobre el pozo que creía que era milagros, y a los pocos segundos llegó el príncipe Florian. Como era de esperarse, Blancanieves, se asustó ante la presencia de ese desconocido y había regresado al castillo; sin embargo, aquel hombre empezó a cantarle una melodía de amor en donde le ofrendaba su corazón y lo mucho que se había enamorado de ella.

Shiori por uno segundo se había quedado mirando la escena, pero de manera repentina una bandada de palomas blancas y ojos rojos volaron a un costado de ella, obligándola desviar su atención hacia dónde se fueron aquellas palomas.

Tal y como recordaba en la película, detrás de una ventana de cristal, la reina malvada se encontraba mirando con una mirada fulminante, y llena de celos y envidia, a la joven azabache para luego cerrar las cortinas de manera repentina.

A estas alturas y uniendo los puntos de este familiar patrón, Shiori, llegó a una conclusión que la alertó mucho.

- No otra vez. - Shiori se masajeó la frente con preocupación. - ¿Va a ocurrir de nuevo? ¿Pero ahora quién será? Mucho más importante ¿Cuándo sucederá? Y ¿Por qué tiene que pasar esto tan pronto?

La joven albina empezó a caminar lejos del castillo, en búsqueda de un sitio calmado para pensar. Ella trató de pensar detenidamente las cosas. Hasta ahora Shiori creía que estos ataque solo afectaba únicamente a los líderes de dormitorio, pero aquella hipótesis se vino cuesta abajo cuando llegó el turno de Jamil. No, debía ser algo más que no estaba viendo.

- Riddle, Leona, Azul y Jamil... Lo único que los puede unir es que guardan un parecido con los villanos que representan sus dormitorios. Riddle estaba muy apegado a las reglas como la reina de corazones. Leona odiaba ser la sombra de su hermano, al igual que Scar. Azul realizaba contratos por beneficio propio, al igual que Úrsula y Jamil no quería ser un esclavo como Jafar. - Shiori fue enumerando cada punto mientras caminaba con más velocidad. - Y si ahora la siguiente persona es la reina malvada, entonces...

En eso, el pie de Shiori se tropezó con una rama, ocasionando que ella terminara cayendo cuesta abajo de una colina llena de más árboles y pasto. Por suerte el recorrido no fue largo, pero, a pesar de que fuera un sueño, dolió mucho.

- ¿No se suponía que uno ya no siente dolor en los sueños? - Murmuró Shiori levantando su mirada adolorida. - Bueno, al menos no fue una parálisis de sueño...

La albina intentó levantarse del suelo; sin embargo, repentinamente sus piernas dejaron de responder a sus órdenes.

- ¿Qué? - Dijo Shiori desolada intentando mover aunque sea un dedo, pero no pudo hacer nada.

No podía moverlas, era como si pesaran como plomo. Quizás si usaba su marca podría intentar ver el problema, así que acomodándose con ayuda de sus brazos estaba a punto de colocar su mano sobre la zona afectada, cuando de pronto el ruido de una rama rompiéndose se rompió detrás de ella.

Shiori se quedó helada en su sitio. En su mente se estaba preguntando de dónde venía ese ruido y si se trataba de alguien peligroso. Esta era la parte más indecisa del suspenso de los sueños y la única manera de averiguar la respuesta era volteando a su espalda.

Ella no quería voltear, ya que temía que se enfrentara a alguien que quizás su subconsciente escoja. Ya había pasado en sueños anteriores, pero sea lo que sea, esta vez debe de intentar ser valiente y enfrentarse cara a cara a lo que tenga que pasar.

De una forma lenta y agonizante, ella fue girando la cabeza a un lado. El ruido del bosque se silenció y lo primero que los ojos de Shiori pudieron captar fue la imagen translúcida de aquella aparición que tomó prestada la forma de su madre, durante los sucesos del torneo de Magic Shift.

- "¿El ente que vive dentro de la marca de buda?" - Pensó Shiori, sobándose los ojos y pensando que aquella imagen era solo espejismo.

Una vez que ella creyó que sus ojos estaban limpios, regresó la mirada otra vez al mismo punto y por suerte aquella imagen se había ido.

Sin embargo...

Ahora, en lugar del espejismo, está un colosal ciervo de grandes cuernos y emanando un celestial brillo lila, miraba fijamente la imagen de Shiori tirada en el suelo.

- "¡ES ENORME!" - Pensó Shiori petrificada, esperando que el animal perdiera interés en ella y se pasará de largo.

Para su mala suerte, el animal no se fue, en cambio, empezó a acercar su hocico largo para olfatear a la sacerdotisa. Esta acción provocó que Shiori se sintiera un poco nerviosa, ya que aquella nariz húmeda y fría hacía mucho contacto con su piel y ropa.

- Oye... amigo... papá de Bambi... Gran príncipe del bosque, no traigo ninguna galleta conmigo. - Informó Shiori de antemano.

Ella todavía recordaba vívidamente el gran incidente de las galletas, cuando visitó el templo Todaiji. El sitio era muy conocido por ser un lugar sagrado en donde vivían una gran cantidad de ciervos y ciervas. Sin embargo, pobre de aquel inocente que intentara alimentarlos, porque una vez que sirves una galleta a uno, el resto de la manada vendrá a buscarte cuál Michael Myers en Halloween.

El ciervo, al percibir un poco su miedo de la joven, alejó un poco su hocico para darle un poco de espacio y agachó elegantemente la cabeza, como si estuviera haciendo una reverencia de disculpa.

- ¿Eh? - Dijo Shiori un poco confundida por la reacción del animal.

A pesar de todo, el animal nuevamente ubicó su mirada a la altura en donde estaba la jovencita. Shiori se quedó mirando por unos instantes esos enormes y luminosos ojos lilas. La mirada que este ciervo era sin duda la mirada más esplendorosa que cualquier ser vivo podía ver, ya que emanaba una aura tan pacífica y humilde que podría hasta tranquilizar a la criatura más feroz que existiera.

Este animal era muy raro, pero no quitó el hecho que Shiori, casi de manera inconsciente, fuera acercando con cautela su mano tatuada hacia el largo hocico del animal, después la posó con cuidado y finalmente, empezó a acariciarlo.

El ciervo cerró brevemente sus ojos y se dejó tocar por Shiori. Eso ayudó a que la sacerdotisa dejará de temerle, es más, la preocupación que tenía antes también desapareció.

- He conocido a ciervos aterradores anteriormente, pero eres el primero que me trata bien. - Dijo Shiori sonriendo un poco.

Al sentir el cambio de emociones de la sacerdotisa, el ciervo fue inclinando un poco su cabeza para que sus astas estuvieran a los costados de la albina y nuevamente se quedó quieto. Shiori se quedó mirando con curiosidad el brillo luminiscente de aquellos cuernos y mirando una vez más al ciervo le preguntó:

- ¿Quieres que me sostenga de ellas? - Preguntó ella.

El animal levantó un poco su cabeza y nuevamente la bajó, como si estuviera asintiendo a su pregunta.

Shiori no entendía como aquel animal la podía entender y viceversa, pero teniendo en cuenta que sus piernas estaban inmóviles, entonces aceptó tomar la propuesta del ciervo.

Ubicando firmemente sus manos en cada asta del ciervo, Shiori, sintió como sus pies dejaban de tocar el suelo para ahora balancearse cual fideos flácidos. Ella tuvo que aferrarse fuertemente al hueso para no caerse al vacío; pero, para su suerte, el animal la ayudó a trasladarse con una leve inclinación de su cabeza, con el único fin de que ella pudiera sentarse con mayor comodidad en la corona de su cabeza.

Era una extraña manera de montar a un ciervo, teniendo en cuenta sus tamaños, pero Shiori lo dejó pasar por alto. Una vez que todo estaba listo, el mamífero luminoso empezó a trotar hacia lo profundo del bosque.

- ¿A dónde me llevas? - Preguntó Shiori.

El ciervo no contestó, pero siguió aumentando la velocidad de su caminar sin descuidar la elegancia y orgullo que emanaba.

El viento soplaba suavemente por el rostro de Shiori, casi como si fuera una dulce acaricia. Fue lindo y reconfortante, al punto que Shiori cerró brevemente los ojos e imagino que estaba volando por los cielos claros como una pequeña paloma blanca.

Sin embargo, aquel dulce sentimiento no sería eterno, ya que a los pocos minutos el ciervo dejó de correr y además hacía mucho frío. Shiori, extrañada por aquel cambio, abrió sus ojos con curiosidad y finalmente pudo vislumbrar como el bosque ahora estaba lleno de nieve.

- ¿Tan pronto llegó el invierno? pero hace poco todo estaba soleado. - Shiori preguntó en voz alta.

Eso no fue todo. Mirando a su entorno pudo ver una especie de gran caverna cuyo interior tenía un estanque de agua cristalina. El techo era rocoso y estaba lleno de picos cristalinos que emitían un hermoso brillo espontáneo como las de una gema.

- ¿Qué es este lugar? - Dijo Shiori, mirando embelesada aquel cristal y sintiendo un pequeño sentimiento de familiaridad ante ese brillo y color.

El mamífero cuadrúpedo no respondió nuevamente, pero lo que sí hizo fue emanar de su hocico una especie nube de vapor caliente que se elevó hacia aquellos picos puntiagudos con el fin de empañar la superficie de unos de aquellos cristales. Una vez ocurrido el contacto, un cristal empezó a emitir una especie de brillo y luz muy similar a las de una aurora boreal que iban encendiendo a los demás picos. Además de ello, como si hubieran estao hechas de hielo mágico, un chorro liquidó de color turquesa luminiscente empezó a descender lentamente por la superficie de aquel material cristalino hasta caer en el estanque en forma de una delgada y fina cascada.

Las aguas de aquella cueva, al entrar en contacto con aquel misterioso líquido, también adquirieron ese color turquesa luminiscente.

- No lo entiendo. - Shiori miró abajo hacia los ojos del ciervo. - ¿Por qué me trajiste hasta aquí?.

Ciervo, devolviendo la mirada a la albina, dirigió su hocico muy cerca de las aguas cristalinas y pronto se quedó quieto. Shiori de algún modo supuso que el animal la estaba invitando a que se acercara; así que, con mucho cuidado, fue deslizándose lentamente por el hocico del animal. Ella procuró no agarrar muy fuertemente de su pelaje para evitar lastimarlo y apoyándose de sus manos y codos, empezó a gatear por todo el puente de la nariz hasta llegar a la punta.

Una vez que Shiori estuvo cerca aquel líquido turquesa, todo lo que pudo ver fue solo su reflejo tal y como ella lo recordaba.

Esto abrió una interrogante en su cabeza y desviando su mirada, nuevamente estaba a punto de preguntarle al ciervo. Cuando de la nada...

- Oye... Kantokusei ¿Nuevamente estás soñando despierto?

Shiori soltó un jadeo de sorpresa.

Esa voz.

Conocía muy bien esa voz.

- Vamos a llegar tarde a la clase, hay que apresurarse. - Dijo otra voz familiar.

- Y no olvides luego comprarme mi atún, secuaz. - Agregó una tercera voz Chillona.

- Nuevamente vas a comenzar con eso. - Se unió una cuarta voz.

De manera veloz, la albina dirigió de vuelta su mirada en el estanque y abriendo sus ojos de par en par pudo ver como en aquella superficie líquida se proyectaba la imagen de la calle principal con Ace, Deuce, Jack y Grim esperándola con sus clásicas sonrisas de siempre.

- ¡¿Chicos?! - Dijo Shiori sorprendida.

De manera inconsciente, ella acercó la punta de sus dedos hacia la superficie y haciendo contacto con el agua cristalina. En un parpadeo, ella ahora también se encontraba en la calle principal, además otra vez volvía a estar de pie.

- ¿Pero qué? - Dijo ella girando por todos lados, tratando de buscar al ciervo, pero no lo encontró.

Clank... Clank...

La campana del instituto resonó

- ¡Diablos la campana! ¡Apresurémonos antes de que el profesor Trein nos ponga más tareas! - Dijo Ace tomando la mano de Shiori, y empezando a correr al igual que el resto.

- ¡Ay! ¡Cuidado Ace me estás apretando mucho la mano! - Shiori se quejó ante el fuerte apretón de manos de Ace.

- ¡Acelera las piernas Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢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! - Respondió Ace. - ¡El líder de dormitorio ya nos castigó una vez y no pienso volver a usar ese collar!

- ¿Eh? ¿Cómo me llamaste? - Shiori lo miró confundida ante ese extraño nombre.

- ¿Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̦̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘? ¿Estás bien? - Deuce la miró con preocupación.

- ¿Porqué me están llamando Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̦̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ ? - Shiori nuevamente insistió. - Ese no es mi nombre.

- Ace, espera. Algo no está bien. - Deuce llamó al joven de pelo terracota para que se detuvieran frente a un pasillo del colegio. - ¿Qué ocurre? Tú piel está pálida.

- ¿Le sucede algo a Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̦̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ ? - Preguntó Grim a un lado de ella.

- ¿Tú también Grim? - Shiori miró raro a Grim. - Les juro que si es otra de sus bromas...

En eso la gran mano de Jack se posó en su hombro.

- ¿Qué sucede Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢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? ¿Estas actuando extraño? - Jack frunció levemente el ceño..

- Lo mismo me pregunto yo. - Shiori liberó su mano del agarre de Ace. - ¿Qué les ocurre al estar llamándome Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢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?. Mi nombre es...

Repentinamente una fuerza invisible hubiera empujado su cuerpo, ella terminó saliendo volando hacia un lado de la pared con fuerza.

¿Qué acaba de pasar?

- ¿Qué? - Dijo Shiori adolorida, intentando lentamente levantarse del suelo. - ¿Qué está pasando?!

Quiso regresar a donde estaba para darle una gran reprimenda a los chicos, pero algo sólido impidió su paso. La albina nuevamente levantó la mirada y pudo ver como frente a ella había una especie de capa cristalina muy sólida.

Shiori colocó sus dos manos, intentando empujar esa pared. Incluso la golpeó un par de veces para llamar a sus amigos. Pero había algo que estaba mal, porque cuando ella miró detenidamente a sus amigos, estos no la estaban mirando. Es más ni se habían inmutado, ya que todas sus miradas estaban sobre otra persona que estaba siendo tapada por el cuerpo de Jack

- Lo siento chicos, sentí un poco de mareo. - Dijo una suave voz que no pudo identificar. - Últimamente tuve unos sueños extraños que no me dejaron dormir.

La albina sintió un repentino nudo en la garganta y todo su cuerpo se paralizó.

¿Quién era esa persona?

Todo lo que ella podía ver de aquel individuo era solo el uniforme del Night Raven y la cámara fantasma que estaba cargando alrededor de su cuello.

De pronto el ambiente alrededor de Shiori empezaba a calentarse. Era tan caluroso que en pocos segundos su frente se llenaba de sudor ¿A que se debía ese repentino cambio de temperatura?

Muy pronto, Shiori lo averiguó, cuando una luz azul empezaba a iluminar a sus espaldas. Girando la cabeza rápidamente, vió con pánico como una gran cantidad de columnas de fuego azul incandescentes iban acercándose hacia donde ella se encontraba.

- ¡Ace! ¡Deuce! ¡Saquenme de aquí! - Shiori empezó a golpear aquel muro de vidrio con todas sus fuerzas. Incluso intentó usar su marca esperando a que eso funcionara, pero nada funcionó. - No. No. No... ¡Jack! ¡Grim!

La temperatura del lugar iba en aumento, es más poco a poco se iba llenando de humo.

- ¿Sueños extraños? - Dijo Ace levantando una ceja.

Aquel joven lo había pensado detenidamente y curvando sus labios hacia abajo les dijo a los jóvenes.

- Sí, pero no algo de qué alarmarse. - Dijo aquel desconocido. - Es solo que... a veces algunos no me dejan dormir.

- Viejo, si necesitas decirlo sabes que puedes confiar en nosotros. ...- Dijo Ace, rodeando su brazo alrededor del cuello de aquel individuo. - ... Pero tendrá que ser una vez que lleguemos a clases.

Y con eso Ace nuevamente se llevó a esa persona, juntos con los demás jóvenes siguiendoles el paso.

- Cof... No... Esperen... - Dijo Shiori nuevamente tratando de empujar aquella pared, sin mucho éxito. - No se vayan ¡Ayudenme! ¡No me dejen aquí!

Shiori pudo ver en cámara lenta como sus amigos la dejaban atrás como si no existiera y sonriendo como si nada. En eso la cabeza de aquel individuó giró nuevamente hacia donde estaba Shiori y levantando su cabeza sólo pudo dedicarle una mirada llena de tristeza y culpa.

- Tiempos difíciles se aproximan señorita... - Dijo aquel desconocido. - Ten mucho cuidado...

- Cof... Coff... ¿Quién eres tú? - Tosió Shiori empezando a perder poco a poco la conciencia a causa del humo, a tal punto que cayó al suelo mientras intentaba conservar el poco aire que le quedaba.

- ... Yo soy Ỳ̴̵̶̡̢̧̨̛́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̧̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͟͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̖̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̼̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͙̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̘̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘͏̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͞͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͎̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̺̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̣̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̤̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̜̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͈̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̮̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̹̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̡̛̀́̕͘ừ̴̵̶̡̢̧̨́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̵̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̷̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̸̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͜͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̨̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̀́̀́̕͘̕͘͠͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͕̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̱̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛͔̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̪̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̟̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̰̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̡̢̧̨̛̛̥̀́̀́̕͘̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢͝͞͠͡҉̴̵̶̡̢̧̨̛̀́̕͘͏̸̷͜͟͢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- Fue lo único que aquel desconocido pudo decir antes de que una gran cortina de fuego se levantara frente a los ojos de Shiori.

La albina no podía moverse, solo podía mirar llena de temor y petrificación como aquella llamas, de una manera lenta y mortal, se iba acercando hacia donde ella se encontraba. Es más, si trataba de mirar más allá del fuego, había un par de ojos centellantes que le devolvieron la mirada. Sin embargo, esta mirada no era como las de ciervo, era algo más maligno. Lo supo cuando vio como un hocico se iba asomando para resoplar y gruñir de manera bestial antes de que aparecieran una especie de colmillos del tamaño de su cara. Si hubiera estado parada su cabeza se hubiera inclinado hacia atrás lo suficiente como para romper su cuello.

La bestia abrió sus fauces y de ellas salió más de ese fuego azul que había salido disparado hacia ella seguido de un rugido:

- ¡RRROOOOAAAAARRRRR!

La mirada de Shiori se encogió y, a modo de reflejo, cerró los ojos esperando a que el dolor del fuego apareciera. Sin embargo, todo pasó tan rápido que muy tarde captó el ruido de unas rápidas pisadas pasando a su lado seguido de un extraño ruido centelleante muy similar a las de un ataque chocando con algo.

Shiori abriendo con lentitud su mirada casi borrosa pudo ver como dos sombra, de una complextura muy familiar, estaban protegiendo a Shiori de las llamas de aquel mortal fuego. No podía ver sus rostros por la luz y la leve ceguera, pero sabía que estaban extendiendo una de sus manos que hacían que el ataque no siguiera avanzando.

La visión de Shiori cada vez se volvía difuminada. Ella intentó hablar pero no podía emitir palabra alguna.

Captando aquel ruido, una de las dos sombra había volteado su mirada hacia donde estaba nuestra sacerdotisa. Sin pensarlo dos veces, caminó hacia su dirección con el objetivo de agacharse a su altura y empezar a acariciarle su cabeza de una manera tan suavemente, que de algún modo hizo que el ruido del fuego o el ataque se volviera un cálido y tranquilizante ruido blanco.

Luego de ello, un suave voz femenina en forma de eco le dijo:

- No te preocupes, nosotros estamos aquí para protegerte.

Shiori hizo lo que pudo para intentar hablar, pero solo pudo soltar un leve balbuceo que fue silenciado por el susurro y la caricia de aquella silueta.

- Tranquila, lo malo ya pasó... ya puedes despertar...

Con lo poco que tenía, Shiori dirigió sus ojos hacia la otra silueta. De algún modo, sumado a la poca visibilidad de su visión, pudo captar un poco mejor la segunda figura. Esta sombra giró lentamente su cabeza a un lado y todo lo que Shiori pudo ver fue tan solo el familiar color blanquecino de una cabellera casi corta y una suave mirada azul cielo.

Como si la respuesta fuera obvia, de los labios de Shiori se escuchó un susurrante:

- Pa...pá...

Antes de que Shiori pudiera continuar, la silueta de su padre regresó la mirada al frente y abrió en grande sus brazos para contraatacar el ataque al mismo tiempo que la otra silueta movió su mano hacia sus ojos para darle paso a la cortina negra del final del sueño.

- Abre los ojos... mi niña... - Finalizó la suave voz de Kaori. - Ya estás a salvo.

- Ma...má.. - Fue lo último que Shiori susurró.

Abriendo lentamente los ojos, Shiori poco a poco se fue levantando lentamente de la cama. Hacía mucho tiempo que no volvía a soñar con su mamá y su papá juntos, y a decir verdad esa experiencia siempre le dejaba con un sabor agridulce en la boca. Ya no era tan fuerte como antes, pero, aun así, los extrañaba mucho, en especial a su padre.

Ella abrazó un poco las sábanas y se quedó sentada por unos momentos girando entre sus dedos las cuencas del rosario Juzu. De manera consciente, ella activó su Ajna para ver las cada esfera diminuta contenía rastros de su energía áurica lila; sin embargo, al final en una de las cuencas había algo que las diferenciaba de las demás.

Dos de esas cuencas tenía almacenado una energía áurica que era de color blanco.

Según lo que Shiori sabía, el rosario que ella tenía fue fabricado a mano por su padre para poder combatir y tocar a los espectros que habitan en su mundo cuando había ingresado al templo. Desde aquel incidente con la tribu Ainu, Shiori siempre se había asegurado de guardar muy celosamente esas dos cuencas que guardaba el último rastro de energía de su padre.

- Ya ha pasado tiempo desde la última vez que volví a soñar con papá. - Shiori apagó su Ajna. - Esta vez mamá también apareció.

Hablando de quimeras, Shiori también había recordado los otros dos sueños que tuvo. En primer lugar, La filmografía de la bella durmiente. Claramente, esa era una advertencia de lo que se aproximaba, lo sabía muy bien, ya que no era la primera vez que pasaba esto y tenía que prepararse. En segundo lugar, estaba el misterio del ciervo y la persona desconocida que vio. Posiblemente, esta quizás sea algún mensaje oculto de su subconsciente, como lo se lo mencionó una vez su psicóloga Rose. Y finalmente, la bestia que aparece en el mar del fuego ¿Sería otra manifestación de su mente?, o quizás ¿Podría ser algo más?

Mirando por todos lados, la albina, observó cómo todos los muebles del dormitorio abandonado estaban tal y como ella lo recordaba. La cama, el sillón, las mesitas de noche, el librero, el cuadro de pintura, el reloj, la chimenea y en especial el espejo en donde pudo comunicarse con Mickey. Ese era otro misterio adicional en su lista de cosas por investigar.

Pero regresando al caso, tomando mucha importancia en este último objeto, ella se bajó de la cama y empezó a caminar hacia su dirección hasta quedar mirándolo fijamente su reflejo invertido.

Hablando de cosas invertidas, en todos los sueños que Shiori tuvo en relación con aquellas películas de su infancia, pudo notar que siempre iniciaban con una visión de ella misma sumergiéndose en ese espejo. Cada parte y frase que observó y escuchó, era tal y como ella lo recordaba; sin embargo, si los comparaba con las historias que narraba los documentos de este mundo, todo era diferente. Había mucha omisión de ciertos datos y además estaban torcidas, pero lo que sí quedaba claro era que...

- "En este mundo la fantasía es la realidad, pero en mi mundo la fantasía es solo ficción." - Shiori lentamente fue levantando su mano hacia la superficie del espejo. - "Es como un mundo al revés... ¿Será que quizás este espejo...?"

La mano de Shiori estaba a punto de tocar la superficie de aquel objeto reflectante, cuando repentinamente la voz chillona de Grim interrumpió la concentración de la joven.

- Hace mucho frío, me gustaría poder ir a la escuela envuelto en mantas. - Grim tomó parte de las sabanas y se abrigó con ellas, esperando poder así mantener su calor.

Shiori se quedó quieta por unos segundos frente al espejo, pero no había respondido a Grim devuelta. Eso, extraño un poco a Grim y dirigiendo su mirada hacia su secuaz/hermana, le dijo extrañado:

- Miras mucho el espejo ¿Tiene algo malo?

Como si recién lo hubiera escuchado, Shiori salió de sus pensamientos, bajó su mano y dirigió su mirada hacia Grim para responderle con una solemne calma:

- No es nada... solo pensaba en el sueño que acabo de tener.

- ¿Tuviste otra pesadilla? - Grim nuevamente preguntó un poco preocupado.

- Algo así... no lo sé ... Vi muchas cosas... pero no te preocupes por ellas. - De alguna manera esto trajo un sentimiento de Déjà vu cuando la persona misteriosa de su sueño dijo lo mismo acerca de sus sueños.

Y ahora que lo pensaba...

¿Por qué nunca le dijo a sus amigos sobre los sueños?

Era entendible el porqué la primera vez no lo hizo. Todo era nuevo, ella recién llegó y apenas los conocía. La segunda vez, se había enfocado mucho en los accidentes de los jóvenes lesionados y en superar su trauma. El tercero, había que estar enfocados en cumplir el trato con Azul y no le dio mucha importancia. Finalmente, el cuarto, tuvo problemas para recordar uno que otro sueño a raíz del sello...

- "Tal vez... si me distraje mucho..." - Shiori pensó con una gota de sudor bajando de su cabeza. - "Sin embargo, si les cuento a los chicos sobre los sueños, y cómo se desarrollaron las historias de los siete grandes en mi mundo, ¿No sería lo equivalente a decirle a un creyente que Dios no existe?"

El solo hecho de imaginar a Deuce y Ace haciendo el Harakiri, le causó un leve pánico. Claro que quitando la exageración de su imaginación, lo más probable que sucedería sería que quizás Ace y Deuce no le creyeran. Después de todo, ella era la que venía de otro mundo desconocido, pero ¿Estaría mal si les ocultaba esta verdad?

- "¡Ah, yo y mi moralidad!" - Chilló entre pensamientos Shiori. - "¡¿Qué tengo que hacer?!"

La respuesta a esa pregunta la tendría que pensar muy bien durante la mañana, antes de siquiera tomar una decisión en la actualidad. Por ahora, irá con calma y cumplirá con sus deberes durante el día para no estresarse y mantenerse fresca como lechuga.

- Muy bien, hay mucho que hacer hoy. Tengo que bañarme, cocinar el desayuno, regar mis plantas y devolver los libros que tome prestados de la biblioteca. - Shiori empezó a hacer una nota mental

- Sí que hay algunos hábitos que son difíciles de cambiar. - Comentó Grim con una gota de sudor bajando de su cabeza.

Con dos golpecitos en sus mejillas, Shiori estiró sus brazos hacia el techo para alejar las malas vibras y sentirse un poco más renovada.

- Grim ayúdame a preparar la bañera. - Shiori tomó el cepillo cercano al espejo para empezar a desenredar los pequeños nudos de su cabellera. - Hay que ganar tiempo y mientras tanto iré a por algunas hierbas medicinales y flores aromáticas para el baño.

- ¿Es necesario? - Se quejó Grim.

- Claro que lo son o cómo me explicas que tu pelo brille más que el sol de verano. - Shiori le sonrió brevemente antes de continuar cepillándose el cabello.

- Siempre haces eso cada mañana, pero no tienes ni un pelo fuera de lugar. - Grim se levantó a regañadientes de la cama.

- Tengo que desenredarlo cada mañana o de lo contrario los nudos se vuelven un nido de aves. - Shiori con una mano libre tomó una diminuta bata blanca y se la entregó a Grim para qué se abrigará del frío.

Por el reflejo del espejo, Shiori vio a Grim dirigiéndose al baño del cuarto y pasado unos pocos segundos escuchó el ruido de la regadera que de seguro ya estaba llenando la tina. Eso ya era un punto menos en la lista, así que se apresuró a terminar de cepillar su cabello cuando de repente empezó a notar algo que hasta ahora no se había dado cuenta.

¿Era idea suya o su cabello y flequillo habían crecido un poco más largo?

- Habrá que cortarlo más tarde. - Shiori movió su flequillo a un lado.

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Vistiendo ya su uniforme escolar junto a su bufanda roja, Shiori y Grim, iban caminando todo el recorrido de la calle principal ya llena de nieve, cuando a lo lejos pudieron escuchar las voces familiares de sus amigos.

- ¡Buenas! ¡Shiori, Grim! - Saludó Ace con una sonrisa evidente en su cara.

- Buenos días, hoy en verdad hace frío. - Añadió Deuce, estremeciéndose un poco.

- Ni que lo digas... - Shiori se rió, apartando un poco su cerquillo.

Pero cuando ella giró hacia un lado, sus ojos se posaron en la Reina Malvada y por un instante las imágenes del sueño volvieron a la mente de Shiori.

- "Es verdad... el sueño..." -Pensó Shiori.

Tan fuerte eran sus pensamientos que ni siquiera sintió a Grim chochando con su pierna.

- ¡Owow! No te detengas de golpe enfrente de alguien. - Grim se sobó su hocico. - Me golpeé la nariz en tu pierna.

Aun así, los ojos de Shiori nunca dejaron de ver la estatua preguntando nuevamente si decirles a los chicos respecto a la idea que tenía o mantenerlo todo como un secreto y no involucrarnos como siempre.

- ¿Por qué miras a uno de los grandes siete, Shiori? - Preguntó Ace, alzando una de sus cejas.

Tan rápido pasó la pregunta de Ace por el oído de Shiori que salió del mismo modo por el otro lado.

La reina de corazones... Scar... Ursula... Jafar... y ahora La Reina Malvada...

Finalmente, una vez que miró a todas las estatuas, ya había tomado una decisión.

No diría toda la información de golpe.

Empezará a decir poco a poco los detalles que por el momento son más importantes, como por ejemplo los sueños premonitorios. Quizás más adelante, conformé vaya averiguando mejor las cosas, podría decirles la verdad sobre su conocimiento de los grandes 7 en su mundo.

- Shiori ¿Te sientes bien? - Deuce apoyó brevemente su mano en el hombro de la albina para despertarla de su mente, realmente se veía preocupado. - Luces muy distraída.

- Ha estado así de rara toda la mañana. - Comentó Grim.

- ¿Ehhh? ¿Pasó algo más durante las vacaciones? - Preguntó Ace

Siendo sincera para sí misma, pasaron muchas cosas incluso antes de eso.

- Chicos... hay algo que debo decirles... - Comenzó a hablar Shiori con solemnidad. - No sé cómo se lo van a tomar, teniendo en cuenta la fecha, pero solo espero que puedan ser comprensivos hasta el final.

Ace, Deuce y Grim miraron un poco extrañados a su amiga, pero al ver su mirada seria y preocupada ellos sabían que era algo muy serio.

- ¿Es algo de lo que debamos preocuparnos? - Deuce preguntó un poco curioso.

Analizando la pregunta, Shiori asintió con la cabeza lentamente.

- Algo así. Esto es algo que nunca se lo conté a nadie, ya que ni yo estaba segura de ello hasta hoy; pero, viendo lo que han pasado las cosas aquí por aquí... - Shiori se frotó nerviosamente las manos. - Creo que lo mejor será que les advierta desde ahora.

- ¿Advertirnos de qué? - Habló Ace en un tono intrigado.

- Oye, ya me estás asustando cuando pones tu voz así. - Dijo Grim, bajando las orejas. - Y el frío del ambiente no ayuda.

Habría que moverse a otro sitio.

- Es verdad, vayamos al salón de clases. - Comentó Shiori empezando a caminar con sus amigos. - Allí le explicaré mejor los detalles.

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A pesar del murmullo de los otros estudiantes dentro de la amplia aula de defensa mágica, Shiori trató de explicar a Ace, Deuce y Grim los datos más importantes acerca de los sueños premonitorios y hasta incluso se la arregló para traer un mini pizarrón para graficar toda su explicación. Cuando ella terminó su discurso, los chicos terminaron mirándola con sorpresa.

- ¿Has estado soñando con los siete grandes en el espejo del dormitorio abandonado? - Dijo extrañado Ace, todavía manteniendo el tono de sorpresa. - Bueno, no creo que sea extraño, ya que vemos sus estatuas todos los días...

Aquí era la parte en donde Shiori tenía que empezar a soltar con cuidado la información.

- Es aquí cuando las cosas cambian. - Shiori bajó la pizarra a sus piernas. - Muy a diferencia de las leyendas que se cuentan de ellos, en mis sueños eran diferentes...

- A veces suelo recitar los nombres de las figuras importantes estando dormido antes del examen de historia, pero eso no suena parecido a lo que dices. - Comentó Deuce.

- La cuestión, chicos, es que estos sueños de los siete grandes han ido apareciendo en una única situación que tienen en común. - Ella les hizo una señal a los tres para que se acercaran y una vez que ellos estuvieron lo suficientemente cerca de la albina, ella les susurró muy bajito. - Son sueños que aparecen antes de enfrentarnos Overblots...

Los estaban a punto de jadear de la sorpresa, pero rápidamente Shiori les cubrió la boca y en el caso de Grim solo le metió un trozo de pan que tenía en su maleta.

- Shhhhh. Lo sé, parece una locura, pero este patrón se ha ido repitiendo durante los 4 ataques. - Shiori luego los miró preocupada. - Y empiezo a temer que posiblemente pueda aparecer otro, que quizás está relacionado con la estatua de la reina más bella.

Luego de que Shiori retirara la mano de sus bocas, Ace, Deuce y Grim se encontraban procesando esta noticia con mucho detenimiento. De alguna manera, el ver la duda en sus caras, hizo que Shiori se entristeciera un poco, ya que probablemente no estaban creyendo nada de lo que ella dijo.

- No me creen ¿Verdad? - Murmuró Shiori bajito.

Eso advirtió una alerta en los jóvenes que rápidamente trataron de aclarar ese malentendido.

- ¡No! No eso... - Negó Deuce al instante.

- Lo que tratamos de decir, es que esto es muy inesperado, además de raro, pero... - Ace se masajeó un poco la nuca. - Te conocemos lo suficiente, y sabemos cuando haces bromas o cuando hablas en serio.

Shiori empezó a abrir sus ojos con sorpresa, ya que no se imaginaba que tanto Ace como Deuce realmente la habían escuchado.

- Te creemos. - Finalizó Ace.

Nunca en su vida, Shiori sintió un alivio tan grande en su cuerpo que incluso se había desparramado en su escritorio debido a la tensión de la mañana.

- ¡Menos mal! - Shiori suspiró aliviada con lágrimas cómicas bajando de sus ojos. - Ya me estaba preocupando de que quizás pensarán que me volví loca.

- Bueno, siempre has sido una loca. - Añadió Ace, ganándose varios golpecitos en el hombro por parte de Shiori. - Oye, tranquila. No lo digo en un mal sentido. A lo que quiero llegar es que a pesar de todo lo que has hecho estando aquí en el colegio, no creo que seas la clase de persona que miente con algo tan serio como... - Luego susurro. - Los overblots.

- ¿De verdad? - Shiori preguntó a sus amigos.

- Es la verdad Shiori . - Añadió Deuce con una leve sonrisa. - Si hay alguien que se toma muy en serio estos temas... esa eres tú.

Shiori contuvo las ganas de chillar en ese momento a mares por las lindas palabras de Ace y Deuce, pero ya por lo menos pudo advertirles a los chicos.

- Así que... otro ataque... - Susurró pensativamente Ace. - Relacionado con la estatua de la reina más bella.

- ¿Sabes cuándo sucederá? - Preguntó Deuce.

- Eso no lo sé... lo malo de todo esto, es que estos sueños aparecen fragmentados cada cierto lapso de tiempo... - Shiori respondió con sinceridad. - No puedo predecir cuándo puede suceder.

- En tal caso, trata de avisarnos si vuelves a tener otro de esos raros sueños. - Dijo Grim, terminando de comerse el pan. - Si sabemos más, quizás podríamos estar más preparados.

- No puedo creer que vaya a decir esto, pero no es una mala idea. - Agregó Ace.

- ¿Qué? ¡¿En serio?! - Dijo Grim muy esperanzado. - ¡Al fin admites mi supremacía! ¡Vuelve a decirlo!

- ¿Para qué? ¿Para que vuelvas a regodearte? No gracias. - Ace entrecerró los ojos.

Los dos estaban a punto de pelear cuando rápidamente Shiori intervino.

- Ya basta los dos. - Shiori tomó a Grim en sus brazos, a pesar de que este último ya le estaba lanzando rayitos invisibles por sus ojos a Ace.

- Aparte de eso, ¿Hay algo más que debamos saber? - Deuce cambió el tema.

De hecho, había un último punto que quería hablarles antes de que comenzara la clase.

- Bueno, hay una cosa más que quería comentarles... - Shiori respirando hondamente, antes de soltar la segunda bomba. - Digamos que últimamente hay una sombra de orejas redondas llamado "Mickey" que se ha estado apareciendo en el espejo de mi cuarto.

Tal vez, no fue la mejor manera de resumir la simpática imagen del amigable ratón del señor Walt Disney, ya que a juzgar por las miradas de pánico de los chicos podría deducir que ellos ya se estaban haciendo una idea equivocada.

- ¡Okey! ¡Eso ya da miedo! - Dijo Ace. - En primer lugar, ¿Quién es ese tal Mickey?

- Tal vez no me expresé bien, pero tranquilos... - Shiori se apresuró a explicarles. - Es inofensivo.

- ¿Estás segura de eso?

- 100% segura. - Aseguró Shiori.- De todas las cosas paranormales que he experimentado con espejos, este ha sido el más tranquilo que he visto.

- Honestamente, no creo que sea alguien de la escuela. - Dijo Deuce. - Solo para estar seguros ¿Cómo luce?

Shiori nuevamente levantó su mini pizarra.

- Hmm veamos... aparte de las orejas redondas. - Shiori sacó la tapa de su plumón y comenzó a dibujar. - Tiene unos grandes ojos completamente negros. Su cara es como la de un ratón enorme, pero no puedo decir que es un animal del todo porque a pesar de tener rasgos de un ratón, tiene una figura casi humanoide, tiene manos... ¡Oh!, y tiene esa enorme sonrisa pegada en la cara.

Mientras Shiori dibujaba, los chicos, para nada, estaban tranquilos con la descripción que la albina dio. Ya que ellos, se estaban imaginando a un horrible ser sacado directamente del averno, y el simple hecho de que esa cosa horrorosa estuviera sonriendo los hacía poner los pelos en punta.

- ¡Cómo puedes llamar a eso inofensivo! - Regañó Ace.

- ¿De qué hablas?, hubiera preferido que sea él antes que cualquier demonio o ente atrapado en el espejo, además... - Shiori reveló el simpático dibujo que hizo. - Es muy adorable como para ser malvado.

Los chicos miraron el dibujo y por lo menos pudieron sentirse un poco aliviados, sin embargo, el hecho de mencionar al espejo y el cuarto del dormitorio abandonado, hicieron que en la mente de Grim regresará un recuerdo de hace varios días.

- Momento, ¿Estás hablando de esa vez que me pisaste mi colita de camino al espejo?

- ¡¿Lo recuerdas Grim?! - Dijo Shiori esperanzada, ya que eso significaba que si había ido al espejo antes de aparecer en su cama al día siguiente, demostrando así la veracidad de la palabra de Shiori en un porcentaje.

- Entonces si eso no fue un sueño, entonces tal vez... ¿Puede ser un fantasma? - Comentó Deuce.

- Es posible considerando lo mucho que a nuestros fantasmas les gustan las bromas de este tipo ¿No? - Grim le preguntó a Shiori.

- Sí, pero Willian, Billy y Bletcher ya no nos hacen bromas desde que casi los asustamos la primera vez que nos conocimos. - Dijo ella recordando las interacciones que tuvieron con ella a lo largo de los meses. - Es más, hasta ahora se han portado amables con nosotros.

- ¡Oh, ya lo tengo! - Ace, chasqueo los dedos. - Si ese tal Mickey vuelve a aparecer en el espejo ¿Por qué no intentas tomarle una foto con la cámara fantasma que te dio el director? Esa es una herramienta mágica que puede revelar la forma del alma. Incluso un fantasma debería salir sin problema.

- Ace, esa es una excelente idea. - Shiori estuvo de acuerdo con la propuesta. - Evidencia fotográfica.

- ¡Ya veo! Si tenemos una foto, podemos averiguar quién es este "Mickey" - Dijo Deuce.

- ¡Voy a hacer que me dé algunas latas de atún, ya que te hizo pisarme la cola! - Añadió Grim.

Ya para bajar un poco la tensión del día. Ace agregó un comentario más de manera burlesca.

- Pero si no aparece nada, entonces sabremos que la pequeñita Shio-chan está en drogas.

Oh, Ace está entrando en terreno peligroso y lo sabía muy bien.

- Ven aquí. - Shiori se levantó de su silla para buscar a Ace. - Ven aquí. Acércate, no te voy a hacer nada.

Rápidamente, Ace se levantó para empezar a alejarse de la albina.

- ¡No! ¡No! ¡Aléjate de mí! ¡No me toques! ¡Lo siento! - Dijo Ace casi conteniendo la risa. - ¡Ew, no me toques!

- No. No. No. No temas, no te voy a hacer nada. Vamos a conversar. - Dijo calmadamente Shiori con una cara que decía todo lo contrario. - No es como si te quisiera abrazar o algo por el estilo.

- ¡Ahh! ¡No! - Exclamó entre risas Ace.

Pero la campana de la clase sonó en todos los pasillos.

- Uyyy, salvado por la campana Trappola. - Dijo Shiori, aun lado de un Ace suspirando de alivio. - Pero ni creas que te salvas. Cuando baje la guardia, tu columna será mía.

Todos los estudiantes finalmente se ubicaron en sus asientos, listos para comenzar su clase, al mismo tiempo que aparecía el profesor Divus Crewel en su galante forma de siempre.

- Tomen asiento, cachorros. - Divus los miró con su encantadora sonrisa diabólica. - En el aula, es hora de tomar sus correas y tirar la holgazanería que disfrutaron durante las vacaciones. Estoy bastante seguro de que, a estas alturas, todos están al tanto del Festival Cultural Integral de la Escuela Nacional de Magia que se hará en febrero. - Informó el docente. - Este año se realizará en el Instituto de Night Raven.

Sin embargo, aquel mes mencionado hizo que toda la paz emocional de Shiori se desplomara por los suelos en un santiamén.

- ¿Febrero? - Susurró Shiori con la mirada perdida.

Por suerte nadie se había dado cuenta de su cara debido a que muchos de sus compañeros estaban distraídos con la información que acababa de mencionar el profesor de Alquimia.

- ¿Fgna? ¿Vamos a tener un festival? - Dijo Grim curiosos.

Pero como ya lo sabrán, la curiosidad mató al gato.

- ¿Quién de tus cachorros dijo eso? - Crewel clavó su mirada en los alumnos. - ¡Todo lo que puedo escuchar es prueba de que ninguno ha mirado los tablones de anuncios de la escuela que se han actualizado desde septiembre!

Y en con eso, Crewel golpeó su fuete contra su guante rojo de cuero. Todos los alumnos casi saltaron de sus asientos por el ruido que se originó, o mejor dicho, casi todos.

- Pero en fin, los Bad Boys necesitan ser disciplinados para aprender sus lecciones, después de todo. El Festival Cultural Integral es una oportunidad para que todas las principales escuelas mágicas vengan y asistan a una reunión. Durante dos días, organizamos concursos para exhibir arte, música e incluso nuevos descubrimientos mágicos. Es muy similar a un interescolar pero para las artes culturales. Los estudiantes de cuarto año visitan los centros de investigación y más sitios relacionados con magia. Luego, regresaran a la academia para compartir sus investigaciones.

- Ya que lo mencionan, nunca he visto a ningún estudiante de último año en los pasillos. - Dijo Ace.

- Sabía que estaban investigando fuera, pero supongo que habrá que mostrarles nuestra gratitud apropiadamente. - Añadió Deuce. - ¿No es así Shiori?

Gracias al llamado Shiori salió de su mente y tratando de recordar lo que mencionaron, ella respondió:

- Oh... ya veo, incluso los magos tienen que hacer prácticas.

Aquella respuesta confundió mucho al peliazul, ya que no tenían nada que ver con lo que menciono, pero cuando dirigió su mirada hacia la joven de alguna manera supo que algo no andaba bien, porque la albina estaba un poco pálida, como si hubiera visto a un muerto o algo por el estilo. Él quería preguntarle si todo iba en orden, pero Divus nuevamente había hecho énfasis en su explicación.

- El Ministerio Mágico, la Junta de Educación Mágica y la Universidad Mágica, las corporaciones mágicas, la Junta de Investigación Mágica e incluso las celebridades vienen el día del festival para mostrar muchas cosas. - Crewel empezó a caminar por el salón, golpeando repetidamente el fuete de su mano. - Tengo que asegurarme de acicalarlos y prepararlos, cachorritos, para que no nos deshonren durante el Festival Cultural.

- Ah~ Así que solo los Clubs de cultura... - Murmuró Ace.

- Supongo que los clubs deportivos no tendremos mucho que hacer. - Deuce comentó.

- ¡Hey, Hey! ¿Creen que haya muchos puestos de comida esta vez como durante el Torneo de Magift? - Los ojitos de Grim se llenan de brillitos al mismo tiempo que una línea de baba caía de su hocico.

- ¿Acaso la comida es todo lo que pasa por tu mente? - Una gota de sudor bajó por la cabeza de Ace.

- Ese era el aviso. - Finalizó Crewel con el primer punto antes de pasar al platillo principal. - Ahora, la lección de hoy será sobre magia defensa.

En eso, moviendo de manera elegante su fuente, todos pudieron ver como la parte del mango, donde se situaba la gema mágica del profesor, se iluminaba en un intenso tono rojo.

- ¡Vengan al frente, pequeños cachorros! - Llamó Crewel a todos para que formaran en un círculo alrededor del maestro.

Sin embargo, para Shiori solo había un pensamiento en su cabeza.

- "Febrero... papá..." -Pensó ella, sosteniendo entre sus manos el rosario Juzu.

Más específicamente, aquellas únicas cuencas que contenía aquel aura blanca.

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Finalmente, la hora de las clases se había terminado y con ello los alumnos ya se iban dispersando entre los pasillos para realizar el resto de sus actividades del ocaso. Por otro lado, Shiori se encontraba caminando sola entre los pasillos de la biblioteca, cargando una considerable cantidad de libros entre sus manos. Ella tenía que devolverlo a los estantes que correspondía, ya que el encargado del recinto se encontraba ocupado archivando varios libros que muchos estudiantes habían desorganizado. Por suerte avisó de antemano a sus amigos que podría demorar un poco.

...

- ¿Vienes con nosotros Shiori? - Preguntó Ace recogiendo su maleta al finalizar la clase, al lado de Deuce y Grim.

- Me reuniré con ustedes después, tengo que devolver unos cuantos libros que tomé prestados de la biblioteca. - Respondió la albina.

- Últimamente, has recurrido mucho a ese lugar. - Comentó Deuce.

- Digamos que solo me interesaría saber un poco más acerca de su mundo. - Shiori miró la tapa de su libro. - Quizás, si lo conozco mejor, podría encontrar las respuestas que estoy buscando...

- ¿Respuestas? - Preguntaron los tres.

- No se preocupen por ello. Me reuniré con ustedes en el dormitorio cuando termine de devolverlos. - Luego sus ojos se posaron en Grim. - ¿Grim, vienes conmigo?

- Hmmmm, de hecho me gusta ir a comer algo ahora. - Comentó Grim. - Me muero de hambre y además hace mucho frío afuera.

- De acuerdo, ve con ello. - Pero antes de que se fuera le dio una última advertencia. - Eso sí, no quiero que durante mi ausencia te metas en problemas. Ace y Deuce me contarán si hiciste algo y créeme que según tus acciones, la vida de tu atún, dependerá de ello ¿Wakaru?

- Ugh, sí, sí, entiendo. No me meteré en problemas. - Digo vagamente Grim.

Y con eso fue más que suficiente para que Shiori los dejara brevemente.

...

Regresando a la biblioteca fue colocando cada libro a su lugar correspondiente

- "Esto no está funcionando". - Pensó la albina. - "No encontré nada respecto a los viajes entre mundos y mucho menos algún hechizo que puedan realizar algo similar. Lo único que hay son solo teorías sobre mundos paralelos y multiversos. No creo que sean de mucha ayuda cuando se trata de regresar a mi mundo." - Luego bajó su cara un poco preocupada. - "¿Habrá siquiera una manera de regresar a casa? ¿Me pregunto qué estarán haciendo todos ahora? ¿Qué estarán haciendo desde que desaparecí?"

A medida que iba devolviendo cada libro, más teorías empezaba a idealizar en su mente, pero sobre todo un misterio que hasta ahora la persigue.

- "Hablando de eso, no recuerdo nada de lo que estaba haciendo antes de llegar aquí. Todo lo que aparece en mi mente son esos caballos oscuros y el carruaje" - Shiori dio un suspiro. - "¿Será que también sean algo relevante? El director dijo que aquellos animales aparecen cuando van a recoger a los estudiantes, pero ¿Qué estaba haciendo yo cuando ellos aparecieron?"

Shiori fue apilando otro libro al estante; sin embargo, como estaba muy alto, ella intentó pararse de puntita para acomodarlo mejor. Lo que no se esperaba, fue que los otros libros a su lado, al estar muy mal acomodados, terminaron cayendo muy cerca de la cabeza de la albina que por suerte pudo moverse a un lado a tiempo.

- "¡Por amor a buda! ¡Eso estuvo cerca!" - Chillo Shiori, con el corazón en la boca. - "¡¿Por qué los alumnos no pueden colocar bien un libro en su estantería?! Un día de estos, un Atlas podría partirle la cabeza a alguien."

Una vez tranquila, Shiori, se agachó al suelo para levantar, empezar a levantar cada libro que se cayó. Por suerte, ninguna hoja se dobló y la pasta estaba intacta; sin embargo, cuando nuestra sacerdotisa iba quitando el polvo de la cobertura de uno de libros, sus ojos, de manera casual, se toparon con el título que encabezaba dicho objeto.

- Magia Espiritual de antaño. - Shiori leyó interesada el texto antes de abrir la portada y continuar leyendo la introducción. - La magia es un tipo de energía mundial que, al igual que los hechiceros y las brujas, comparten un origen histórico que fue regado en el mundo en forma de vestigios y rastros imperceptibles como prueba de su existencia... - Pasó la hoja con la mano que sostenía su rosario. - Los escritos de varios pueblos antiguos rumoreaban que la magia más poderosa provenía de aquellas energías que contenían espíritus del pasado y que dependiendo de la zona podrían derivar como la magia blanca, actualmente conocida como luz, y la magia negra, conocida como oscura.

El término espíritus del pasado llamó mucho la atención de la albina, a tal punto que brevemente miró su tatuaje.

- ¿Espíritus del pasado?... ¿Al igual que la marca de buda?... - Shiori dio vuelta a la página. - El primer rastro de magia blanca registrada, proviene cerca de las más altas montañas de nieve. El manto mágico que protege nuestro mundo entra en constante contacto con los rayos solares y lunares, también fuentes de energía mágica, que mezclados con el poder de los espíritus, según las tribus, podían crear un nuevo tipo de energía mágica que ellos llamaban Magia Espiritual...

...

Mientras tanto, al otro lado del colegio, dentro de la sala de conferencia, junto al espejo de la oscuridad, se estaba llevando a cabo una reunión de líderes junto al director. Bueno, realmente no estaban todos los líderes, ya que Lilia iba en representación del líder de Disomnia. Todos estaban dando los detalles con relación a la coordinación correspondiente de las actualizaciones de la Junta Cultural Integral que se llevará a cabo en febrero.

- Joven Rosehearts, por favor diga la actualización del estado del líder del comité ejecutivo. - Dijo Crowley.

Obedeciendo al pedido, Riddle levantó una serie de hojas que tenía en su poder.

- Bien, repasando la información aquí delante. Estamos viendo solicitudes de presentaciones y actuaciones de todas las escuelas. - Riddle dio vuelta a la hoja. - Ya terminamos de evaluar la comida y puestos de artesanía.

- ¿Qué clase de artesanía? - Preguntó Kalim.

- Ropa, cerámica, esculturas y más, es una buena oportunidad para vender cosas. También habrá puestos de pintura y películas de cine independiente.

- ¡Oh! ¡Eso suena divertido!

- En el escenario serán los concursos de oratoria y presentaciones de investigación de los de 4.º año. Pensamos establecer tres etapas distribuidas en el campus. Rojo en el patio, azul en el gimnasio y el más grande será el morado en el coliseo. Desde que anunciamos las etapas, recibimos solicitudes de medios de comunicación nacionales, pero...

Al instante Riddle entrecerró los ojos un poco al leer una parte del documento. Aquella expresión no pasó desapercibida por Kalim.

- ¿Por qué pones esta cara Riddle? - Preguntó el líder de Scarabía.

- El escenario morado se utilizará para la competencia de música. En otras palabras, el "Campeonato de Canto y Baile". Este es el único evento que parece estar recibiendo mucha atención de los medios - Comentó Riddle.

- Bueno, tiene sentido. - Intervino Azul. - El VDC, como se le conoce, es un gran torneo de fama mundial en el que participan los grandes cantantes de cada escuela.

- Pensé que sería una simple competencia coral basada en el título. - Riddle alzó una ceja.

- Efectivamente. - Intervino finalmente la voz del famoso líder encargado del dormitorio de Pomefiore, Vil Schoenheit. - Al inicio, el VDC, solo era una típica competencia de canto escolar, pero la música fue mejorando conforme salían nuevos géneros. - Luego el hermoso hombre rubio, se cruzó de brazos. - Ahora se califica canto, baile y todo el performance. Si tienen éxito podrían salir ahí como cantantes profesionales.

- Y que el público pueda votar por sus favoritos en tiempo real. Crea un sentimiento que atrae a las multitudes, es posible ver cómo nace una estrella en el escenario.- Habló Azul, ahora mirando a la dirección donde estaba Vil. - Además, con Vil como participante es normal que pidan entrevistas a gritos.

- Hmp. - Fue todo lo que Vil respondió, como si eso ya lo sabía.

- Así que... ¿Es por eso? - Riddle empezaba a entender las circunstancias.

- ¿Hm? Pensé que nuestro excepcional Riddle se actualizaría con las últimas tendencias. - Azul dio su típica sonrisa. - Veo que no eres consciente de lo que ocurre en el mundo en el que entra Vil.

- Sí que te gusta hacer que la gente suene antagónica ¿No? - Riddle tenía una gota de sudor bajando de su cabeza. - Soy consciente de que Vil está en la industria del entretenimiento.

- Ah, ¿De verdad? Vil es una celebridad muy popular que comenzó con la moda ¡Pero ahora incluso se ha aventurado en el cine! - En este punto, Azul ya estaba haciendo uso de su entonación llamativa en cada palabra. - Ni se diga la cantidad de invitaciones que recibe cuando llega la semana de la moda, fue el modelo #1 en la colección otoño-invierno hace un año y además es de los pocos estudiantes que tienen más de 5 millones de seguidores en las redes sociales. Dicen los rumores que todo lo que anuncia se acaba inmediatamente ¡Es todo un influencer!

- Vaya~, es muy popular. - Comentó Riddle asombrado.

- Sí que eres bueno para la publicidad sin fundamentos, Azul. - Informó Vil sin cambiar su expresión. - ¿Podrías dejar de exagerar las cosas? Tampoco es para tanto.

- Hablando de influencers... Vil no será el único en el VDC. - Interrumpió la monótona voz de Idia por medio de su Tablet. - Neige LeBlanch también estará en el escenario. Los medios perdieron la cabeza cuando dieron la noticia hace como unos 5 días, pero no es sorpresa.

- ¿LeBlanch? - Riddle pensó brevemente antes de repasar sus hojas. - Ohh... recuerdo haber visto su nombre en redes cuando lo anunció. Es el estudiante de 2.º año que representará a la academia Royal Sword.

Pese a que todos estaban enfocados en la reunión, disimuladamente Vil emitió un suspiro de queja mientras fruncía el ceño levemente.

- Actualmente, es el actor número 1 por su adorable rostro y su personalidad ingenua. - Comentó Lilia reconociendo el nombre. - No puedes pasar un día sin ver su rostro en la TV o en redes. No tenía idea que asistía a la academia Royal Sword.

...

Al mismo tiempo de la reunión, Shiori todavía estaba leyendo aquel misterioso libro. Es más, hasta había se había topado con datos interesantes que no sabía.

- Vaya~ La magia al inicio se hacía por medio de cánticos. - Susurró sorprendida. - No solo eso, también había especies de chamanes que podían tener acceso a ellas y realizar cambios significativos con ayuda de esa energía.

Ella siguió girando las hojas hasta que llegó a una fotografía de un escrito muy antiguo, por suerte su lengua madre la ayudó a entender aquellas letras con normalidad.

- Los cánticos de los chamanes derivan de cada persona. - Shiori luego pasó a la traducción del texto, pero al leerla detenidamente y compararla con la foto se había percatado de que algo estaba mal. - El texto está mal traducido... veamos que dice en la foto.

Entonces ella, acomodando bien el libro en la mano que tenía el rosario y leyendo pausadamente cada letra, empezó a entonar cada vocablo:

Ma Linn a / Ven conmigo
Ki nuu taa mun / te llevaré ahora

Irr u sil ua taa mun / a un lugar al que temes

Casi de manera imperceptible, Shiori no se estaba percatando que su tatuaje bajo el libro empezó a iluminarse junto con su rosario.

...

Al mismo tiempo, la reunión de los líderes continuaba de manera normal:

- Si gustas, te puedo dar una mano Riddle con mi magia única. - Habló Azul mirando brevemente a Leona, quien estaba al lado del pelirrojo. - Después de todo, sé que la viste en el torneo de Magift.

Leona no se anduvo con rodeos y también lo fulminó con la mirada.

- Oye Octo-bastardo, ¿Qué tal si te arranco la lengua de la boca? - Leona lo amenazó.

- Qué aterrador... - Susurró Azul con una leve risa.

...

Na lu ru na kii / Sin razón alguna

Naa la gni si nai qsu tin / tu corazón se ha alejado de mi

El sol ya estaba ubicado entre el cielo y el mar para dar inició el gran y luminoso atardecer. Donde los últimos rayos solares brindaban su última luz antes de hundirse entre las aguas del océano.

A estas horas del día y durante esta época de invierno, los rayos solares hacen contacto con el campo de fuerza mágico que protegía al colegio, haciendo que por momentos revelan unas poquísimas luces neón, casi como si fueran los colores, los rastros de una aurora boreal.

...

- Aún falta un mes, trata de abrir grande la boca y hablar con claridad. - Riddle ahora estaba hablando con Idia, ya que había ingresado a una discusión con respecto a la presentación del último mencionado. - Puedo ayudarte a practicar después de cada clase.

- Ugh... No gracias, ya me las arreglaré. - Fue lo que Idia respondió rápidamente, antes de agregar un comentario en forma de murmullo. - No seré víctima del demoníaco evento de Riddle.

- Que bien, ya quiero ver tu presentación.- Finalizó Riddle para luego mirar al director. - Eso es todo por parte del comité ejecutivo.

...

Kah ee li so tee / Y te lo haré

Gee seev see / entender

A estas alturas ya era imposible no notar que algo extraño estaba sucediendo, y Shiori, ahora siendo consciente de la comezón que había empezado en su mano, cerró el libro grueso con los ojos bien abiertos, por fin pudo ver lo que había hecho.

- "¿Eh? ¡¿Por qué la marca y el rosario se iluminaron?!" - Gritó entre pensamientos la albina.

Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, aquella luz se comprimió en su mano en forma de una pequeña esfera de luz blanca que, de manera repentina, se convirtió una onda de sonido invisible que para ella fue muy similar al campaneo de una campana japonesa que iba traspasando las paredes y vidrios de la biblioteca, hasta dónde podían llegar.

...

Por un momento, la oreja de Leona se movió hacia un lado y mirado extrañado, miró hacia la ventana para solo ver cómo el atardecer ya estaba a punto de finalizar.

- "¿Qué rayos fue eso?" - Pensó extrañado Leona, ante aquel breve y silencioso sonido que percibió.

- Entonces daremos por terminada la reunión de líderes del dormitorio. - Anunció Crowley, empezando a levantarse de su asiento. - Sigan con...

Pero al momento que el director se paró, un repentino tropiezo lo desequilibró momentáneamente y lo obligó a poner su mano sobre la mesa para que no se cayera del todo. Los líderes dieron un espasmo ante aquel tropiezo y giraron sus miradas hacia el hombre adulto, quien ahora se estaba agarrado de pecho.

- ¿Director se encuentra bien? - Preguntó Lilia ante aquel repentino evento.

Sin comprender nada de lo que había pasado, el director, bajando la mano y tratando de incorporarse nuevamente como si nada hubiera pasado, habló:

- No es nada... solo me tropecé con la capa... - Se excusó Crowley, para luego finalizar lo que estaba diciendo. - Solo... sigan con los preparativos del gran día.

Luego de eso, Crowley salió con calma del lugar, al igual que los otros líderes, que solo se encogieron de hombros ante lo sucedido, también empezaron a regresar a sus dormitorios y comenzar sus actividades.

Aunque el último en salir fue Vil, quien todavía mantenía aquella expresión irritada en su cara.

...

Sin embargo, en la biblioteca todo se había quedado en un silencio blanco. El único ruido perceptible en estos momentos eran los pasos del encargado de la biblioteca, quien iba verificando si todo estaba en orden. Cuando dobló la esquina, pudo ver cómo a lo lejos estaba Shiori parada muy quietamente y sin mover ningún músculo.

El encargado estaba a punto de hablarle, pero antes de que dijera algo notó como ahora la joven había dejado caer el libro que sostenía. Claramente, eso ameritaba una llamada de atención.

- ¡Oiga! ¡Mucho cuidado con eso! ¡Es propiedad de la escuela! - Gritó el encargado.

Ella no respondió al llamado, es más, ni siquiera le importó, porque repentinamente Shiori empezó a correr hacia la salida de la biblioteca.

- ¡Oye! ¡Nada de correr en los pasillos! - Gritó el señor.

Al empujar la puerta con fuerza, Shiori por poco se tropieza con congelado el piso de piedra de la entrada principal, pero nuevamente no le importo. Jadeando repetidas veces el aire frío de la calle, miró desesperadamente hacia todos los lados con el Ajna prendido y una mirada llena de Shock.

- ¡¿Dónde?! - Jadeó ella con los ojos bien abiertos, con las iris temblando y sosteniendo su mano en el pecho, como si hubiera sentido algo en su corazón. - ¡¿Dónde está?!

Entonces, mirando hacia la dirección de donde estaba la escuela, pudo ver con sus ojos cómo una pequeña sombra blanca se había evaporado lentamente hasta desaparecer por completo.

Casi al instante, las piernas de Shiori, perdieron su fuerza y la obligaron a sentarse en el congelado suelo mientras temblaba como un pequeño cervatillo asustado. Juntando sus manos temblorosas hacia su boca y soltando su llanto silencioso, solo pudo susurrar una palabra que nunca en su vida creía que volvería a usar en mucho tiempo.

- ... (Padre)

Una brisa sopló en el lugar y con ellas el rosario empezó a balancearse lentamente, revelando como ahora solo había una cuenca con aquella aura blanca almacenada.

¿A dónde se fue la otra?

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En la calma de una habitación de Pomefiore, Vil se había sentado en el borde de su cómoda cama y agarró su teléfono para abrir un aplicativo y preguntar:

- Mira, Mira. Responde a mi llamado.

Al instante la pantalla del teléfono de Vil se iluminó para que la inteligencia artificial respondiera:

- Dime, ¿Qué es lo que estás buscando?

- En este momento, ¿Quién es el más hermoso de todos? - Nuevamente preguntó Vil con calma.

- Buscando en la web menciones de la palabra "Hermoso". Resultado: Neige LeBlanche.

Los ojos de Vil se abrieron brevemente antes de volver a endurecerse con proeza y desafío.

- Neige... Finalmente, está sucediendo.

- No pude escuchar lo último que dijiste. - Interrumpió la inteligencia artificial.

Goteo...

Goteo...

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A los pocos días, luego de aquel estrepitoso evento en la biblioteca, por fin las cosas se calmaron para la mente Shiori. Se había disculpado con el encargado de la biblioteca, pero al mismo tiempo se había llevado aquel libro para indagar más acerca de lo que pasó.

¿Qué había pasado? De la nada, su marca había actuado involuntariamente.

Sea lo que sea que haya pasado, había ocasionado que ella perdiera una parte de la energía áurica de su papá en el rosario, pero a cambio pudo volver a sentir su presencia por unos instantes. Era como si se hubiera materializado por unos segundos y estaba muy segura de que era real, porque lo sintió en su corazón.

No era un engaño ni nada por el estilo.

Pero sabía que no debía de perder la cabeza o su cordura. Ya había pasado por esa fase y no tenía la intención de volver a recaer dos veces. Por suerte, no volvió a intentarlo, incluso si se vio tentada en más de una ocasión, porque de lo contrario habría gastado la última energía que tenía de su padre y no estaba ni segura si iba a funcionar bien, siendo la primera vez que experimenta este otro tipo de experiencia paranormal.

Esta vez hizo una nota mental para tratar de mantener la cabeza fría y centrada mientras investigaba.

Es más, para abrir mejor su campo visual, primero era necesario recurrir a fuente confiable que esté relacionado con el tema, un maestro, quizás él podría ayudarla a buscar pistas que orientaran su mente a una nueva adquisición de conocimientos que quizás esté omitiendo.

- "El señor Sam podría ayudarme a aclarar el misterio sobre lo ocurrido." - Pensó Shiori ahora atando su rosario cerca de su mano.

Es más, era justo al lugar a donde ella se dirigía ahora, la tienda misteriosa de Sam. No hacía falta mencionar que ni bien llegó a su destino, la puerta del local, la recibió como de costumbre con las puertas abiertas.

- Ya me estaba preguntando ¿cuándo ibas a aparecer corderito? - Habló calmadamente Sam, terminando de acomodar la despensa con sus nuevos productos.

- Buenos días, Señor Sam. - Saludó ella cerrando la puerta a su espalda.

- Ya sé por qué estás aquí...

- ¿Lo sabe? - Murmuró ella, aunque si lo pensaba mejor fue tonto preguntar, ya que ella sabría muy bien el por qué Sam ya lo sabía. - Verdad... las sombras...

Sam la invitó a que se sentara en una de las mesas que tenía cerca de su mostrador, es más, hasta le ofreció una taza de té.

- Supongo que en estos momentos estás buscando respuestas sobre lo que pasó hace días ¿Por eso acudiste a mí, Verdad? - Dijo Sam, viendo como Shiori asintió con la cabeza.

- Para entender lo desconocido, no solo me tengo que valer de lo que sé. - Dijo la albina mirando su reflejo en la taza de té. - No es algo que se deba instruir sola, no sin antes consultarlo con un experto de aquello que nadie puede entender.

- Bueno, viniste al sitio correcto, como ya lo sabrás en nuestra experiencia paranormal, a eso lo denominamos una llamada espiritual. Las personas que están en contacto con lo desconocido se subdividen en varias categorías según lo que pueden hacer.

- Hay gente que puede ver entidades, otros pueden exterminarlos, en raras ocasiones algunos pueden llegar a invocar espíritus y... - Shiori una breve pausa para pensar bien en sus palabras. -... Solo muy pocos pueden contactarse con el alma de aquellos que ya no están

- Así es, pequeña corderito. - Suspiro Sam. - La muerte tiene sus misterios y lo que hay después también es otro misterio. Sin embargo, aquella brecha no es imposible para los que sirven como un medio entre lo real y lo espiritual, como tú, por ejemplo.

- Allí es a donde quiero llegar. - Comentó Shiori. - En toda mi vida, solo me he limitado en aprender las cosas básicas que hace un médium mental. Puedo ver el color de las emociones, de las auras y de las almas, puedo escuchar y ver entidades que nadie más puede ver, pero de allí a algo más físico, nunca lo he desarrollado o al menos no hasta ahora cuando ocurrió "eso".

- Teniendo en cuenta de que eres una sacerdotisa, alguien ligado con un dios o entidades, es más que lógico que seas, en parte, una médium mental ¿De qué otra manera harías tu trabajo? - Sam se sentó en el mostrador. - Pero tampoco sería tan descabellado pensar, de que tal vez hayas despertado una habilidad como una médium física cuando hiciste el llamado.

Shiori tragó grueso. La llamada hacia los que ya no están, era un terreno peligroso en el que uno tenía que ser cuidado, ya que si se llega a hacer algo mal, entonces se desencadenaría una serie de consecuencias que podrían terminar en tragedias para todos los involucrados.

- Dime corderito. - Sam desvió su mirada serena hacia la albina. - ¿Qué fue lo que hiciste para desencadenar ese evento?

La sacerdotisa no dudó en contarle a Sam todo lo que había paso en ese día, le mostró el libro que encontró, la traducción de la fotografía y un poco del trasfondo del el rosario Juzu y a quien pertenecía originalmente.

- Esto sí que es nuevo. Que bueno que has venido conmigo. Tuviste mucha suerte de que no haber invocado a un demonio por error. - Suspiró aliviado Sam. - Afortunadamente, tenías una pertinencia de tu padre, eso ayudó a que el llamado fuera más específico.

Ante aquella revelación, un leve sentimiento de miedo y culpa inundó el corazón de Shiori.

- ¿A qué hora me dijiste que era cuando pasó todo eso? - Preguntó Sam tomando el libro que Shiori trajo para analizar más detalles.

- No lo sé, ya era de tarde y habían terminado las clases. - Shiori respondió.

- A la salida... fue en la tarde... - Sam chasqueó los dedos. - ¡Ah! Ya lo tengo.

- ¡¿En serio?! - Dijo Shiori sorprendida.

- ¿Alguna vez has escuchado el término la hora dorada?

- ¿La hora dorada?

- La hora dorada es un estado del día en el que ni es mediodía ni tampoco es de noche. - Sam, haciendo uso de sus manos, hizo una mini proyección de la isla del sabio durante el atardecer. - Prácticamente, son dos planos temporales que se encuentran en un mismo espacio y un mismo tiempo, donde las fronteras de los mundos desaparece y podemos encontrarnos con algo no humano. Una hora en donde no hay ni día ni noche, no hay luz ni oscuridad y mucho menos no hay vida...

-... Y tampoco muerte... La hora mágica. - Shiori complementó la analogía, al mismo tiempo que recordaba algunos fragmentos del texto. - Pero ¿Por qué ahora fue mucho más visible que con otros crepúsculos? ¿Cuál es la diferencia?

Sam ojeó brevemente el libro hasta encontrar la página que buscaba.

- Esto quizás se debe a solo una sola cosa. - Sam bajó el libro abierto frente a Shiori para señalar la foto de una montaña de nieve con las auroras boreales. - Porque el cielo Twisted Wonderland, durante la época de invierno, se llena de auroras boreales, lo que significa un contacto directo con un tipo de magia de antaño que actualmente ya nadie usa, pero que sigue presente.

Los ojos de la chica se abrieron en grande para luego mirar a su tatuaje.

- Magia que estuvo en contacto directo con un tipo de energía espiritual. - Jadeó Shiori.

- Hora mágica + Energía espiritual + Auroras boreales + Cántico + Objeto vinculante - Sam enumeró en la pequeña protección. - fueron los elementos necesarios para ayudarte a desarrollar un canal espiritual, en donde puedes contactar con entidades estancadas.

Hubo una breve pausa en la tienda. Shiori se llevó la mano a la cabeza tratando de procesar la nueva información que fue revelada.

- ¿Esto es serio? - Suspiró ella totalmente anonadada.

- Ya estás entendiendo. - Sam le señaló con un bastón que tenía cerca, antes de devolverlo con los otros bastones de exhibición.

- ¿Qué se supone que haga con todo eso ahora? - Se preguntó Shiori ahora sintiéndose muy dudosa.

- Lo obvio, despertar más habilidades conlleva una gran responsabilidad y preparación. - Sam lo pensó detenidamente. - Sería muy peligroso dejarte a la intemperie sin orientación. Si no llegas a dominar esta técnica apropiadamente, como médium físico, ... - Al instante su voz se volvió muy seria. -... Entonces la habilidad podría terminar yendo en tu contra. Después de todo, es como si dejáramos un canal abierto a seres que podrían encontrarte y perseguirte por el resto de tu vida.

Los ojos de Shiori se alarmaron. Una vida en donde entidades te persiguen sin descanso, sería como volver a aquella tormentosa rutina de vida que tenía en su mundo. Ella no quería, que ni en este nuevo mundo ni en otro, volver a ese estilo de vida. Tenía que aprender a dominar esta nueva técnica, la cuestión ahora era ¿Cómo hacerlo sin la necesidad de interrumpir un descanso eterno?

Antes de siquiera pensarlo, Sam, apoyó su mano en el hombro de la joven, quien levantó su mirada hacia el hombre de tatuajes.

- Pero no te preocupes, por suerte cuentas con una habilidad que te ayuda a distinguir cuál fue un alma humana y cuál es la demoníaca ¿Verdad? - Preguntó Sam, volviendo a su sonrisa de siempre. - Con eso, a tu favor, aprender a controlar el llamado será menos peligroso y hasta quizás beneficioso en un futuro.

- Pero ¿Hacer una llamada no significa irrumpir el sueño eterno de las almas? - Dijo Shiori preocupada.

- El alma humana pasa por muchas etapas. - Aclaró Sam liberó a la joven y se desplazó a un lado de la despensa para buscar algo. - Dependiendo de cada religión y cultura hay un proceso, sin embargo, todas se resumen en 4 partes: Cielo, infierno, reencarnación y estancamiento. A lo único que podrías llamar solo serían almas estancadas

Shiori lo miró sorprendida.

- Tenía entendido que la reencarnación formaba una parte del estancamiento. - Comentó la albina. - Después de todo, el alma de un reencarnado no descansa hasta que cumpla una deuda pendiente.

- Es una forma de estancamiento, sin embargo, regresas con otro cuerpo. Lo que significa que empieza otra vida como otro individuo. - Respondió Sam. - Son raros los casos de seres que hayan recordado su vida pasada, pero es uno de los posibles destinos que puede tener un alma.

- ¿Entonces el alma de mi papá puede que esté estancada? - Shiori miró preocupada su rosario. - ¿No ha podido descansar desde entonces?

- No podría responder a esa pregunta con detalle, lo siento. Son varios los motivos por lo que un alma decide no descansar, además estamos hablando de un alma que proviene de otro mundo... - Se sinceró Sam, pero al ver la mirada acongojada de Shiori añadió:. -... Pero lo que sí te puedo asegurar es que si pudiste percibirlo ahora, puede que quizás tenga un asunto pendiente que quiere saldar contigo.

Shiori tuvo sentimientos encontrados, por un lado, estaba feliz y esperanzada, ya que la idea de volver a verlo la llenaba de un anhelo que siempre había deseado desde hace siete años. Por otro lado, estaba muy asustada y nerviosa. Había un temor dentro de ella sumado a la preocupación de volver a abrir aquella herida del pasado y sobre todo estaba asustada si posiblemente ese asunto pendiente no fuera algo de lo que se esperaba.

- ¿De casualidad no tienes otro objeto de tu padre? - Sam sacó a Shiori de sus pensamientos.

- No, todo lo único que me queda de él, es esta última cuenca con su energía. - Miró su rosario.

- Ya veo, en tal caso, postergar ese encuentro, yo te recomiendo que vayas aprendiendo a cómo controlar ese don desde ahora. - Recomendó Sam dirigiéndose a otra despensa.

Sam tenía razón. Si Shiori quería cerrar ese canal, entonces tendría que apresurarse a controlar esta habilidad. Sin embargo, y ahora que lo pensaba, está en una tienda mágica donde hay uno que otro producto en relación con el mundo espiritual ¿Podría ser qué...?

- ¿Y de casualidad no tendrá algo que me ayude a practicar este poder? - Preguntó Shiori.

Sam hizo un murmulló como si lo estuviera pensando.

- Hmmm, bueno, lo que pides no es nada sencillo. Aquí solo se vende material estudiantil. - Respondió Sam con labia.

- Bueno, tocaba intentar... - Suspiró Shiori.

- Pero viendo en la situación en la que se encuentra, podría ser perjudicial si pierdo a mi mayor productora de Aconitco así que ... - Los ojos de Sam brillaron en un luminoso brillo morado. - Puedo hacer una pequeña excepción.

Shiori frunció el ceño en señal de confusión, pero cuando Sam pasó su mano sobre la mesa, entonces la imagen de lo que parecía ser...

- ¿Un diario? - Comentó Shiori activando por si acaso el Ajna. - Esto es...

- El grimorio de Allan Kardec. - Respondió Sam. - Todos los sabios hechiceros espiritistas nacieron de sus palabras. Contiene todas las anotaciones y códigos de cómo controlar el poder de un médium, como realizar tus propios cánticos para la invocación y apagar los canales de comunicación "que despertaron de manera accidental". - Usó sus dedos para hacer énfasis.

- ¿No sería más seguro utilizar los cánticos del otro libro? - Sugirió Shiori.

- Leí el diario y es mejor que crees tu propio cánticos. - Recomendó Sam. - De esa manera la comunicación con el espíritu será mucho más amplia a comparación de los míseros segundos que tuviste. Si quiere tener más tiempo con tu padre, ¿No sería justo que él tuviera el tiempo suficiente para hablar?

Shiori no respondió al instante, de alguna manera tendría que pensar bien las cosas. Primero quería apagar ese canal y ya luego vería cómo lidiar con ese asunto pendiente.

- Yo, ya veré lo que puedo hacer... - Fue lo que comentó ella finalmente tomando el diario.

- Vaya confianza para tomar el libro. - Sonrió el moreno. - Muchos lo pensarían dos veces antes de tocarlo, pero descuida, el libro no está maldito. Es muy adecuado para las manos de una sacerdotisa.

- Incluso si estuviese maldecido. - Shiori ahora lo miró con el Ajna. - Me las arreglaría para eliminarla. Soy experta en el exterminio de maldiciones.

- Y de eso no lo dudo pequeño corderito. - Sam apagó el brillo de sus ojos. - Aun así, aprovecha estos meses de auroras para cerrar ese canal y practica tu nueva habilidad. Hay muchos espíritus menores que no son parte de la escuela, práctica con ellos, son muy inofensivos.

- Lo haré, le agradezco mucho el que me haya ayudado. - Shiori apagó sus ojos, para luego agradecerle a Sam de manera respetuosa.

- Ha pasado mucho tiempo desde que hablé con alguien de estos temas. - Sonrió de manera nostálgica el hombre. - Es agradable hablar con alguien quien te entiende ¿Verdad?

Shiori solo soltó un leve bufido alegre.

- Bueno, no te miento, si lo fue. - Admitió ella. - Solo una última pregunta.

- Adelante~

- ¿Sabe algo más acerca de estas montañas? - Shiori tomó el otro libro. - El libro menciona que muchas tribus las adoraban demasiado y me gustaría saber el porqué.

- Uy...- Sam nuevamente chasqueó los dedos. - Me temo que esa información ya se escapa de mis dedos.

- Ya veo... - Shiori empezó a guardar el diario y el libro en su maleta.

- Pero, puede que el maestro Trein sepa algo. - Sam tomó la taza vacía de la albina. - Después de todo tiene un amplio conocimiento en el arte de la historia mágica.

- El maestro Trein... De acuerdo, lo tendré en mente. - Asintió Shiori sacando su billetera. - Cuanto te debo por el diario y el té.

Puede que Sam tenga que ser un hombre de negocios, pero teniendo en cuenta la buena experiencia e información que aprendió de esta conversación entonces con Shiori, con una gentil sonrisa le dijo:

- Por esta ocasión considéralo un regalo de la tienda. - Él acomodó su sombrero. - Me ha ido bastante bien la venta de tus flores de Acónitos, así que considéralo una bonificación por tu trabajo. - Terminó su frase con un guiño en su ojo.

Shiori solo soltó una leve risa ante dicho acto.

- Se lo agradezco mucho. - Nuevamente ella agradeció.

- El gusto fue mío, corderito. - El hombre hizo un movimiento de mano para que la puerta de la tienda se abriera. - Si nuevamente necesitas de algún artefacto especial, solo necesitas recitar la palabra Infernáculo. Después de todo, en esta tienda "solo vende materiales escolares."

Ya con el fin de la charla, Shiori salió de la tienda, preparándose mentalmente para lo que será "La operación personal: Apaga el canal".

- ¡Yosh! ¡Ikuzo! - Shiori se dio autoanimó bajo el cielo de la mañana. - ¡Me voy a esforzar!

...

Y a la caída de la noche, sobre un escritorio lleno de papeles y pizarras, con varios hilos unidos, se encontraba la pobre Shiori tumbada sobre su escritorio, con los pelos parados y despeinado, con su espíritu salido de su boca y con su mano sosteniendo la pluma con la que estaba escribiendo.

- ¿Por qué demonios es tan difícil decodificar este grimorio? - Se podía escuchar como un triste lamento fantasmagórico se escapa de los labios de Shiori.

- Has estado encerrada aquí desde hace un día con ese libro. - Preguntó Grim con una gota de sudor sobre su cabeza al ver la montaña de papeles. - Insistió a que salgas, a tomar sol, a bañarte o lo que sea.

- ¡No! ¡Si paró ahora, estaría admitiendo la derrota! - Replicó la albina recuperando su alma.

- ¿Eso es un problema? Aunque sea, date un descanso de 30 minutos. - Aconsejó Grim. - Te estás quedando como el Gollum.

Viendo que el felino en parte tenía razón, entonces decidió hacer una pequeña pausa a su investigación. De nada le servía pensar estando estresada por la prisa, Sí quería hacer las cosas bien, tampoco se debe de descuidar.

- Desde cuando nuestros roles se han invertido. - Comentó Shiori saliendo de aquella habitación.

- Bueno, es mi deber como tu hermano ¿No? - Replicó Grim subiendo a su hombro.

- Ese es mi rol como hermana. - Respondió Shiori sobando su cabeza.

- Sé que me dijiste que esta cosa es un proyecto personal, pero es ¿Necesario que le dediques tanto tiempo? - Preguntó el felino.

- Creo que ser capaz de poner todo tu corazón en algo, es de por sí es un talento. - Respondió Shiori.

- Oh... sabias palabras hermana. - Rió Grim mirando a Shiori. - A veces me siento así, es especial cuando veo solo una cosa.

- ¿El atún?

- Sí... ah, y también a ti.

Shiori soltó una leve risa.

- Pues entonces, esa persona se pondrá a trabajar duro luego de este descanso...

...

Los días pasaron y entre prácticas después de clases, tareas, decodificaciones del diario, buscar pequeños fantasmas vagabundo, muchas montañas de papeles y mucho momento de estrés por parte de albina que por poco hacían que la albina se rindiera, finalmente Shiori tenía todo lo necesario para iniciar la primera fase de su operación y cerrar el bendito canal del demonio por medio de la meditación.

- "Aún me cuesta mucho entablar el llamado espiritual con el borrador de mi cántico..." - Pensó Shiori haciendo la posición de flor de loto frente al atardecer. - "Pero mi meta no era el llamado, sino ese canal. Finalmente, puedo sentirlo."

Poco a poco en el cielo puedo ver cómo unas pocas luces boreales se formaban en el cielo al mismo tiempo que iniciaba la hora mágica.

Esa era la señal para comenzar y respirando hondamente, dio inició a su tarea personal...

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Varios días después, de muchos sacrificios y torturas, finalmente nuestra sacerdotisa, quien se había trasnochado varios días practicando hasta quedar con ojeras y tratando de entender el diario bendito, por fin había logrado cerrar el canal a voluntad.

- "Wohoo, una preocupación menos." - Festejó mentalmente Shiori, sintiéndose en un valle de rosas.

¿Valió la pena? Había valido cada maldito segundo. Nunca en su vida se había sentido tan realizada. Hoy era un buen día, su uniforme estaba presentable, estaba de muy buen humor, no hubo sueños raros y de seguro ya había sacado un 98 en su última prueba de historia mágica. Fue mucha su alegría que estaba tarareando una canción al lado de sus amigos, mientras caminaban rumbo hacia la cafetería.

- ¡Fnga! Me muero de hambre, el día es más largo cuando tenemos educación física. - Comentó Grim bostezando.

- Tú siempre tienes hambre, tengamos educación física o no. - Comentó Ace.

Sin embargo, antes de siquiera llegar a la cafetería, nuestro grupo miró cómo cerca de ellos había un gran cúmulo de estudiantes que estaban mirando el mural con mucho detenimiento.

- Parece que todos ven algo en la pared. - Dijo Deuce tratando de ver el panfleto.- Dice... ¿Una audición para el Campeonato de canto y baile del Festival Cultural integral...? Oh, es ese concurso de música para el festival cultural.

- Los he visto transmitirlo en la televisión antes, pero no sabía que los concursantes adicionaron para aparecer en el escenario. - Dijo Ace, continuando la lectura. - "¡Ven y únete a nosotros! ¡Aspirantes a cantantes y bailarines, esta es su oportunidad para alcanzar el estrellato! ¡Tú representarás a nuestra gloriosa escuela! En el caso de que seas elegido para ser parte de los finalistas, el premio en físico de 5 millones de Madols se dividirá entre los miembros participantes".

Hubo un breve silencio en la sala. Luego Shiori, Grim, Ace y Deuce, con los ojos saltones, exclamaron en simultáneo:

- ¡¿5 MILLONES DE MADOLS?!

Y como si eso no fuera suficiente.

- ¡Le atinaron! ¡Qué maravilloso, ¿No es así?! - Dijo la repentina y animada voz de Crowley.

- ¡GAHH! ¡QUÉ MIEDO! - Exclamaron los tres jóvenes mientras que Shiori soltó un suspiro de alivio al ver que solo era el director.

- Director, ¿Podría dejar de aparecer de la nada? - Dijo Ace tratando de calmar los latidos de su asustado corazón.

- Oh, una disculpa. - Crowley moderó un poco su voz. - No quería asustarlo

- Bueno, al menos fue el director antes que otra cosa. - Comentó calmada Shiori, recordando las veces que los espíritus de su mundo intentaron tomarla por sorpresa.

- ¿No es así? - Asintió el director ahora ubicándose a un lado de la joven.

- Shiori no apoyes a ese hombre. - Comentó Ace en un tono bajito.

- A propósito director ¿A qué debe ese precio elevado? - Ella preguntó.

- Bueno, la razón de cómo ese premio puede ser tan alto es que recibimos muchos patrocinadores para el evento.- Explicó el adulto. - El VDC tiene mucho más público que un concurso de canto normal, puede que los finalistas del evento reciban varias ofertas de sellos discográficos y entretenimiento. No exagero al decir que serían la sensación de la noche a la mañana. Es una batalla musical sincera con el nombre de la escuela y tu futuro en juego. Y, por supuesto, el premio debe ser igual de grandioso para garantizar actuaciones innovadoras.

- Tiene sentido, los patrocinadores podrían conseguir un generador de dinero, así que 5 millones de madols es un cambio justo para los que participan. - Dijo Ace totalmente interesado.

- ¡Con tanto dinero podría hacer una montaña de atún de calidad! - Dijo Grim emocionado.

- Espera, espera, ahí dice que el premio se reparte en partes iguales en el equipo. - Intervino Deuce. - Entonces un equipo de cuatro obtendría uno... un millón tres...

Ace ya había sacado el cálculo rápido en su mente y dijo:

- 1.25 millones, podrías comprar unas 4000 mil latas de atún de alta calidad.

- ¡Woo hoo! ¡4 mil latas! - Festejó Grim para luego mirar a Shiori y correr a sus brazos. - Oye, Oye, hay que participar. Con tu talento en canto y baile ganaríamos la competencia en un abrir y cerrar de ojos. Seríamos millonarios.

Shiori se quedó pensativa, quizás no iba a participar, pero viendo que la fecha del evento del VDC coincidía justo con la fecha del aniversario de la muerte de su padre. Entonces una brillante idea se le vino a la cabeza.

- "Oh... ¡OHHHHHH!" - Pensó Shiori con los ojos echando brillitos.

Esta quizás era una oportunidad para finalmente brindar el tributo que siempre quiso darle a su padre hace mucho tiempo.

Que él libró apareciera en su vida, no era una coincidencia ¡Era destino! Era una clara señal de que esta podría ser su última oportunidad para finalmente redimir aquel asunto pendiente que necesitaba saldar. Era el tiempo y motivo perfecto para finalmente hacer algo lindo y especial para su papá. Por lo que actuando como siempre le dijo a su amigo felino:

- Primero tiene que pasar la audición. - Shiori le recordó. - Además, no creo que te comas 4000 latas de atún en un día.

- Lo normal sería que seleccionen a los coros o Clubes de canto, pero en el Night Raven todos los estudiantes pueden probar suerte por medio de la audición. - Respondió Crowley.

- ¿Así que todos pueden probar suerte, eh? - Sonrió Deuce, totalmente interesado.

- Eso sí, tengo que recalcar que muchos de los que van a audicionar se están preparando desde hace un año. - Informó el director, en dirección a los 3 estudiantes. - Pero todos tienen derecho a soñar ser unas estrellas. - Luego soltó su clásica risa silenciosa. - ¿No creén que soy amable?

La única que respondió esa sonrisa con otra era Shiori, ya que ya estaba acostumbrada a aquella frase; pero, Deuce y Grim lo miraban con una cara agria.

- Solo basta con que sean estudiantes de aquí para que puedan audicionar. - Casi lo dijo cantando el adulto. - Espero ver muy pronto las presentaciones.

Shiori solo pudo soltar una leve risita ante el entusiasmo del directo, y con una sonrisita le respondió:

- ¡Daremos lo mejor como siempre! - Ella hizo un leve movimiento de ánimo con su mano. - Espere hasta entonces.

La mirada de Crowley se enterneció mucho con esa respuesta y, antes de que saliera del lugar, llevó su mano a la cabeza de la albina y como de costumbre, acarició suavemente su cabeza.

- Da todo lo mejor de ti. Sé que lo harás genial. - Dijo el director con una gentil sonrisa.

Los ojos de Shiori se abrieron con sorpresa, pero halagada con ese apoyo, ella asintió con la cabeza seguida de un tono de afirmación.

Una vez hecho eso, Crowley, la liberó de su mano y finalmente salió de la zona caminando con mucha tranquilidad rumbo hacia donde sus pies lo llevaban.

- ¿Y a este que bicho le pico? - Ace miró raro al director. - Está más raro de lo habitual.

- Él nunca le dice eso a nadie. - Se quejó Grim. - Ni siquiera me ofrece ni un mísero chicle.

- Dejemos por el momento eso, regresemos a lo del concurso. - Dijo Shiori.

- Ah, verdad. La canción de la audición será "Piece of my World". - Ace siguió dando los detalles al grupo. - La entrega de solicitudes se deberá presentar a Rook Hunt de la clase 3-A.

Como si Ace hubiera tenido también una idea, se dirigió a Deuce y le dijo:

- Los clubs deportivos estarán detrás de escena, no sería divertido ¿Verdad? - Ace vio cómo Deuce asentía. - Si logramos pasar no tendremos que hacer ninguno de esos tontos trabajos.

- ¿De nuevo buscando manera de cómo librarte del trabajo? - Shiori levantó una ceja. - Sí que eres un flojo sin remedio.

- Llámame lo que quiera, pero a eso se le llama estrategia. - Ace contraatacó.

- Si gano el dinero podría ayudar a mi familia... - Deuce también estaba de acuerdo con el concurso, pero había un pequeño detalle. -... pero, aunque tengo condición física, nunca he intentado cantar o bailar.

- "Oh, es verdad." - Dijeron mentalmente Ace, Shiori y Grim, recordando la noche de karaoke

Aun así, Ace le quiso dar una esperanza.

- Mira, ya que todos escucharon "Piece of My world" hace un año, entonces hay muchos videos en Magicam de cómo bailarla. - Dijo el joven de pelo terracota. - Aprendamos un baile sencillo.

- Es verdad, ahora podemos ver el Magicam con el teléfono que nos dio el director. - Sonrió Grim. - ¡Bien! Aprenderé un baile bien perron y pasaré la audición.

- Valdrá la pena verte bailar, por varias razones. - Shiori le sonrió a Grim. - Pero, a ensayar, se ha dicho.

Viendo cómo todos se estaban subiendo al mismo barco, Deuce también se animó.

- Voy a intentarlo, aunque no creo que tengamos oportunidad de ganar. - Comentó Deuce.

- ¡Ah~! No te deprimas a la primera. - Comentó agriamente Ace.

Ante ese comentario, Shiori colocó sus manos en ambos cachete de Deuce y con un ánimo encendido como nunca antes visto, le dijo muy apasionadamente:

- ¡Nunca digas nunca Deuce! - Los ojos de Shiori botaron más brillos. - ¡¿Cómo puedes pensar así si nunca lo has intentado de verdad?! ¡Es más, si lo tomamos en serio podrás ver la diferencia! ¡Es más, permítanme ser su coach!

- Está bien... - Contestó Deuce, con las mejillas aplastadas.

- ¡Oh, buena idea! - Dijo Ace. - ¡También quiero a Shio-chan de coordinadora! ¡De seguro entraremos fácil con la ayuda de Shiori!

- Espera un momento. - Dijo Deuce finalmente siendo libre de las manos de la albina. - Primero, no deberías participar si no lo tomarás en serio.

- Solo es una audición, no creo que sea tan difícil. - Suspiró Ace.

- ¡Epa allí, Ace! - Shiori lo regaño. - Esto no solo es una audición simple. - Luego el aura de Shiori se encendió como un fuego candente. - ¡Es una guerra de talentos en el que solo sobrevive el más apto de la manada!

- "¡¿De dónde salió el fuego?!" - Exclamó Ace en su mente.

- ¡Debes tener la suficiente fuerza y poder, y prepararse en cuerpo y en alma para que puedas sobresalir y destruir a tus adversarios de tu camino! - Añadió la albina ahora con fuego en sus ojos.

- "¿Qué pasó con la Shiori pacífica?" - Ace la miró raro.

- Hmp, eso es correcto Shiori. - Asintió Deuce estando muy de acuerdo y sonriendo de manera cómplice, al lado de Shiori. - Si no lo quieres tomar en serio Ace, entonces no sufras si no pasa la audición~

- Ah no, jódanse. No asumas que voy a fallar. - Ace le levanto el dedo medio en burla. - ¡Te mostraré! ¡Pasaremos de seguro!

- ¡Tiene razón! - Sintió Grim. - ¡Prácticamente, ya puedo saborear ese atún de la victoria!

- Está bien... - Deuce asintió para luego mirar su reloj en su teléfono. - Tenemos clases de pociones en el siguiente bloque. Hoy me toca ayudar, así que debo ir al laboratorio para preparar los suministros. No podemos quedarnos viendo, así que deberíamos ir pidiendo el almuerzo.

- ¡Claro! Me muero de hambre. - Nuevamente informó Grim emocionado.

Y con eso el trío se fue caminando hacia la fila del comedor.

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Luego de la Clase de alquimia, nuestro grupo de jóvenes se encontraba caminando por el patio.

- Y en las tardes después de clases me dan mucho sueño. - Grim bostezó en los brazos de Shiori.

- A la próxima no te quedes dormido y hagas que las cosas exploten ¿Entendido? - Regaño Ace.

- Ya, ya, tranquilos los dos ~ - Shiori detuvo la futura disputa.

De repente, una hermosa voz se llenó en el ambiente, resonando una melodía a través del aire. En un claro y rítmico monosílabo que detuvo a nuestros 4 protagonistas.

- ¿Fgna? - Grim movió sus orejitas.

- ¿Qué fue eso? - Preguntó Deuce.

- Parece que alguien está haciendo ejercicios de vocalización. - Comentó Shiori afinando su oído, aunque al seguir escuchando la voz frunció un poco el ceño.

- ¿Por qué esa cara? - Preguntó Grim.

- Bueno, tengo que admitir que es un bonito tono, pero si sigue presionando los falsetes de ese modo, pues...

La voz volvió a cantar, pero se había esforzado demasiado que la nota al final se rompió, terminando en un gallito seguido de una tos.

- ... Eso pasa. - Shiori terminó su explicación.

- Señores, el niño se murió. - Ace se encogió, mientras todos se acurrucaron detrás de unos arbustos para averiguar lo que estaba pasando.

Y al salir de los arbustos, los cuatro observaron cómo, un joven de Pomefiore, de complexión pequeña, rizado cabello lavanda y grandes ojos azules, se estaba apoyando sobre el pozo que tenía la academia.

- Cantando así de la nada, ugh... sabía que no funciona. -Dijo aquel joven sobándose la garganta.

Shiori, pisando una ramita por error, emitió un ruido que exaltó al joven de manera estrepitosa.

- ¡¿Q-Quién está ahí?! - Exclamó el joven.

- Ah, perdón la interrupción. - Se disculpó Deuce, tomando la palabra de todos. - Escuchamos a alguien cantar y... espera...

Las disculpas de Deuce se detuvieron en un santiamén, ya que un recuerdo pasó rápidamente por su memoria cuando vio al niño.

Claro, este era el mismo joven con el que se había tropezado cuando todos regresaron de las vacaciones.

No solo Deuce, sino también Shiori, Ace y Grim lo reconocieron.

- Eres el chico con quien choqué en el camino principal, el primer día después de vacaciones. - Dijo Deuce.

El joven dejó salir un jadeo, ya que también los había recordado.

- Ohh, lo siento por eso... - Se disculpó el peli-lila.

- No te preocupes, también fue mi culpa por no mirar.

- Si mi memoria no me falla... tu nombre es Epel ¿Verdad? - Añadió Shiori mirando al chico bajito.

Los ojos de Epel se abrieron en grande.

- ¿Uh? ¿Por qué sabes eso? - Dijo el joven sorprendido.

- Bueno, Jack nos habló sobre ti. - Shiori saludó.

- Después de todo están en la misma clase. - Añadió Deuce.

- Sí, ustedes deben ser... Deuce, Ace... - Epe pasó de mirar a los mencionados, para luego mirar a la albina y al felino. - Y también están... Grimm y La prefecta Shiori ¿Cierto?

- Ohh~ Finalmente alguien reconoce mi existencia. - Festejó Grim. - Es agradable saber que nos conocen ¿No es así Shiori?

- Sí, Sí, - Asintió la albina, siguiendo la corriente al felino.

- En realidad disfruté mucho ver su participación en el torneo de Magic. - Comentó Epel con una sonrisita.

Aunque automáticamente el grupo de 4 terminó con una sombra en sus cabezas ante la mención de dicho evento. Más pronto que tarde estaban sentados en una bolita cerca del pozo.

- Señor, me has mirado a los ojos. - Susurró Deuce.

- Aunque no dejamos la impresión que queríamos. - Murmuró fantasmagóricamente Ace.

- Perdón por el golpe del disco. - Dijo Grim.

- Descuida, ni quiera lo recuerdo... como el resto de los partidos. - Fue lo que añadió Shiori.

- "Siento que acabo de abrir una caja de pandora" - Pensó Epel con una gota de sudor bajando por la cabeza. - ¡Ah, pero todos lucieron geniales! - Añadió emocionado. - ¡La técnica que usaron fue genial y además que Shiori pudiera volar sin la necesidad de una escoba también fue genial!

Eso de algún modo ayudó a subir un poco el ánimo del grupo.

- Por cierto, Epel ¿Qué hacías cantando en el pozo? - Preguntó Deuce.

- Como tiene eco, puedo escuchar mi voz proyectada más claramente si canto junto al pozo. - Dijo Epel.

- Oh, nada mal. - Felicitó Shiori. - Es primordial en el canto definir las dimensiones del sonido en función del tiempo de reverberación para escuchar la acústica de la voz.

- Es justo lo que mi líder de dormitorio Vil, me dijo. - Epel suspiró cansadamente. - Me dijo que practicara aquí.

- Aunque es un buen consejo, tienes que tener cuidado al distribuir tu respiración. - Aconsejó Shiori.

- ¿Disculpa? - Dijo Epel.

- Sí, deja que te enseñe. Discúlpame...

Repentinamente, Shiori se acercó a Epel y colocó su mano en la zona abdominal del joven de pelo lavanda, ocasionando que casi este último mencionado soltara un pequeño chillido de sorpresa.

Hubo un breve momento de silencio, y repentinamente la bomba estalló en la cabeza de Ace, Deuce y Grim.

- ¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH! - Exclamaron a todo pulmón los tres, como si fuera el chillido de una rana amarilla

La respiración de Epel se cortó, hubo un repentino sonrojo en sus mejillas debido al contacto. No entendía lo que estaba pasando, pero tampoco era algo de qué quejarse mucho.

- "Ah, su rostro está muy cerca." - Pensó Epel tratando de evitar pensar en la mano en su vientre.

- En el mundo del canto existen diferentes posturas con respecto a tu diafragma. - Explicó Shiori sintiendo la respiración del joven. - Está bien formado, lo cual es bueno. Aun así, una voz balanceada, equilibrada, correcta y estable depende de otros sistemas como el respiratorio, emisor, resonancia y articulador. Pero cuidado, como tu diafragma forma parte de tu sistema respiratorio, si solo trabajas esa zona, tu voz puede estar desbalanceada.

- ¿Eh? - Fue todo lo que dijo Epel ante el tecnicismo que usó Shiori.

Shiori, viendo que nuevamente se estaba dejando llevar por su emoción, entonces le dio otro ejemplo.

- Es como cuando vas al gimnasio. - Dijo ella soltando finalmente el vientre del joven, ahora aliviado. - Si solo te ejercitas una zona, ya sea por ejemplo brazos, pero descuidas las demás áreas como pecho y piernas, puede ocurrir un desbalance corporal. Puedes terminar con los brazos mamados pero con piernitas de pollo.

El solo hecho de escucharla, hablar con jerga y charlar de ejercicios, hizo que Epel olvidará completamente lo que pasó hace poco y se enfocara animosamente en la conversación.

- ¡Jeje! Sí, he escuchado sobre eso. - Respondió él. - En el club de Magift siempre me recuerdan que no solamente debo enfocarme en los brazos, sino también en todo el cuerpo si quiero tener resistencia.

- Es lo mismo que pasa con el canto. - Respondió la albina. - Si desarrollas bien las zonas que te mencioné, entonces podrás desarrollar una mejor resistencia para cantar sin la necesidad de forzar tu voz.

- Lo tomaré en cuenta. - Sonrió Epel.

Pero antes de que la conversación continuara, Ace tomó de los hombros de Shiori y la alejó de Epel, quien los miró confundidos.

- ¡Shiori, pero diablos está haciendo! - Regañó el joven de pelo terracota.

- ¿Eh? Solo estaba dando unos consejos de canto. - Ella se justificó.

- ¡¿Pero era necesario tocar su vientre de esa forma?!

- ¡Pues claro! - Dijo muy segura. - Tenía que saber cómo se movía su diafragma luego de esa nota.

Ace y Deuce querían pegar un grito al cielo ante el comentario ingenuo de la joven.

- Shiori hay cosas de las que debes tener cuidado. - Dijo Deuce tratando de no tartamudear. - "En especial si tocas de manera inesperada a un hombre."

- Demasiada acción por hoy Shiori. - También regaño Grim. - Bájale una rayita a tu emoción.

- "¡No es justo, maldito suertudo!" - Pensaron Ace y Deuce.

Por suerte la escenita de celos no duró mucho, antes de regresar a la realidad, claro que vigilando cada acción de Epel.

- ¿Hay alguna regla en Pomefiore que diga que tienen que cantar en el pozo? - Preguntó Deuce, tratando de desviar el tema.

- No es como en Heartslabyul. - Aseguró Ace manteniendo cautiva a Shiori en sus brazos. - Estoy seguro de que no tienen tantas reglas y de seguro su líder no debe ser como el nuestro.

...

En medio de sus estudios, Riddle se encontraba escribiendo su informe cuando de la nada las antenas de su cabello se levantaron repentinamente.

¿Alguien estaba hablando de él?

...

- Pues, no es una regla... pero... - Al instante la voz de Epel disminuyó un poco, pero por cómo colocaba su expresión incómoda, había algo que no estaba bien. - Estoy ensayando para el VDC.

- ¡Wow! Suena genial. - Deuce lo miró con admiración.

- Trato... - Hubo un leve fruncido en su ceño. -... De que mi voz suena dulce y encantadora.

Aunque Shiori pudo notar que las palabras de Epel ya no sonaban tan seguras como antes, ahora se escuchaba cansado y hasta incómodo.

- Desearía que todo esto acabe pronto. - Murmuró Epel en un tono muy bajo.

Deuce soltó un murmuró en señal de confusión, pero para alguien quien sabe identificar emociones como los ojos de Shiori, Ella pudo ver con preocupación cómo una capa de tristeza rodeaba al joven.

Sin embargo, antes de que ella pudiera decir algo, una nueva presencia empezaba a acercarse a la zona donde estaban.

- Vaya, Epel ¿Otra vez estás descuidando tus lecciones para hablar con algunas palomas? - Habló una nueva voz.

- Mierda... - Susurró muy bajito Epel, antes de desviar su mirada preocupada hacia un punto. - ¡Vil!

Todos los presentes desviaron sus miradas hacia el recién llegado.

Vestido en un pulcro uniforme bien arreglado, de porte elegante y refinado y un hermoso rostro, Vil Schoenheit, hacía acto de presencia.

- Ese es el líder del dormitorio de Pomefiores, Vil Schoenheit. - Comentó con asombro Deuce.

- ¡Whoa! De cerca es muy apuesto e intimidante. - Comentó Ace.

- ¡Sus piernas son un metro más largas que las de Shiori. - Habló Grim.

- Buenas tardes. - Saludó brevemente Shiori, sin añadir nada más.

Luego de eso, no hubo más comentarios. El grupo esperó un poco más la voz de su compañera, pero vieron que Shiori no respondía, tanto Ace como Deuce y Grim la miraron con un interrogante.

- ¿No vas a decir algo más? - Comentó Ace.

Shiori, viendo que sus amigos les estaba hablando, solo le respondió:

- Ahmmm, ¿Se supone que diga algo más? - Ella les arqueó una ceja.

Como si hubiera dicho una mala palabra, no solo Ace y Deuce, sino todos los presentes miraron a Shiori como si fuera una especie de alíen ¿Acaso era alguna clase de bait?

- "¡¿Qué fue lo que dijo?!" - Exclamaron mentalmente los jóvenes presentes.

- "Esto es imposible." - Pensó Deuce.

- "¡¿Cómo es que Shiori no cayó ante este sujeto?!" - Pensó desesperado Ace.

- "Ni siquiera la presencia de Vil la inmutó." - Fue lo que pensó Epel. - "¿Qué diablos es ella?"

Vil frunció levemente su ceño y simplemente no le dio importancia a la falta de reacción de la joven. Ahora lo más importante solo era una cosa.

- Ustedes, patatas. - Vil señaló al grupo en un tono sereno.

- ¡¿Qué?! ¿Nos está hablando? - Se preguntó Grim mirando hacia otros lados, viendo si había alguien más.

- ¿De quién más? Salvo la paloma que sabe saludar, en este momento Epel está en medio de algo muy importante. - Vil los estaba regañando.- Faltan menos de dos meses para el VDC. No tiene que perder el tiempo fraternizando con las patatas. - Luego nuevamente frunció un poco el ceño. - Por favor, no traten de molestarlo mientras está dando sus lecciones.

Aquel comentario no fue del agrado de Ace, quien con cara agria, soltó a Shiori.

- ¿Ah? ¿Cuál es tu problema? - Ace se puso a la defensiva.

Shiori viendo por donde iba la situación, lo tomó a tiempo del brazo.

- Alto Ace. Recuérdalo. Nada de peleas en el instituto. - Shiori le recordó. - Si Riddle se entera, te cortará la cabeza.

- No queríamos interrumpirlo. - Añadió Deuce, intentando apoyar a Shiori a que Ace no iniciara una pelea.

Epel, también siendo consciente de lo que estaba pasando, rápidamente se puso frente al grupo y los defendió

- ¡Vil, por favor deja de hablarles así! E-Este... esto es mi culpa... - Epel trató de defender al grupo. - Es más, me 'taban aconsejando sobre mi técnica de canto.

El pobre Epel no se percató que por un descuido había usado su dialecto erróneamente, lo que significaba que Vil lo terminaría regañando más.

- Epel. ¿Cuántas veces debo de decirte que dejes de hablar tan vulgar? - Fue lo que dijo el hermoso hombre de ojos amatistas. - No podemos hablar cuando pierdes los estribos cada vez que te emocionas. Seguro que no quieres que te vuelvan a llamar "La manzana roja venenosa" ¿Verdad?.

Esas palabras fueron un aviso para Shiori.

- "¿La manzana envenenada?" - Pensó la albina recordando el sueño con la reina malvada. - "¿Acaso él será el siguiente?"

- Regresemos, Epel. - Fue lo último que Vil ordenó antes de empezar a caminar lejos.-

Sin embargo,

- ¡PERO YA NO QUIERO ESTAR INVOLUCRADO EN ESTO! - Exclamó enojado el de primer año.

Vil paró en seco y regresó hacia donde estaba Epel.

- ¿Acaso ya olvidaste lo que me prometiste? - El tono de voz de Vil fue tan fría como un glaciar. - Guarda silenció y camina.

Epel solo pudo morderse la lengua mientras apretaba sus manos en forma de puños.

Esa manera de hablar le resultó ser un tanto familiar para Shiori. Recabando en lo más profundo de su memoria, la única persona que aparecía en su mente cuando se trataba de ser alguien firme y serio a la hora de la verdad, esa era su entrenadora Helga.

En eso la voz de Ace interrumpió sus pensamientos.

- ¡Oye imbécil! Qué seas el líder del dormitorio no significa que lo puedes tratar de ese modo. - Escupió Ace.

- "¡Ace no!" - Exclamó mentalmente Shiori.

- No me quedaré de brazos cruzados luego que me llamaste patata. - Grim se unió al bardo.

-¡Oigan basta! - Intervino Deuce. - Recuerden las reglas del dormitorio que dice "Prohibido participar en peleas"

- Deuce está en lo cierto, detengámonos aquí. - Apoyó Shiori, mirando a todos seriamente.

- ¡Chico, no es necesario! - Añadió Epel rápidamente, esperando que no empeorarán las cosas. - Estaré bien, no se preocupen.

La valentía de los jóvenes de primer año hizo que Vil sonriera con gracia al final.

- Sí que tienen las agallas para desafiarme, patatas. - En un rápido movimiento de manos, Vil ya estaba sosteniendo su pluma mágica. - Bueno, este será el ejercicio perfecto después de una comida ¿Qué están esperando? Vengan ahora, los convertiré en puré de papas.

- Maldición. Ven, Epel. - Shiori tomó la mano del joven peli-lila y se alejaron prudencialmente de la zona de pelea, preparándose para lo que posiblemente estuviera a punto de pasar. - Bueno, supongo que lo bueno en algún momento se termina.

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Para los ojos de Shiori, las cosas se estaban saliendo de control. Ni siquiera sabía cómo y en qué momento Deuce terminó también involucrado en la pelea. Los caminos de la vida no son lo que uno esperaba, sin embargo, habría que admitir que había una gran diferencia de habilidades frente a las técnicas de combate del dormitorio de Pomefiore.

- "Sus movimientos son muy coordinados y hay un gran impacto en cada ataque, sin embargo..." - Shiori analizó minuciosamente el estilo de combate de Vil. Gracias a su experiencia en combate leyó cada movimiento y la intención con la que atacaba. - "No siento ningún aura de hostilidad y desprecio, además no atacando con todo su poder."

Shiori vio cómo Vil únicamente usaba poca magia para realizar distracción y se enfoca en realizar golpes técnicos de combate cuerpo a cuerpo de manera calculada y precisa. Ni que hablar de sus habilidades de esquivar golpe con gracia y hasta podía admitir muy estéticos.

Shiori movió su flequillo a un lado.

- Interesante... - Susurró Shiori.

Por otro lado, Epel miraba el desarrollo de la pelea con un sentimiento de culpa.

- Esto es mi culpa... - Murmuró bajito Epel.

Claramente, eso fue escuchado por Shiori, quien apoyó sus manos en ambas mejillas del joven y le dijo:

- No, Epel. Tú no eres culpable de las circunstancias que suceden. - Shiori lo miró serenamente y con madurez. - Los chicos han decidido protegerte, porque así lo han decidido. Las decisiones que ellos tomaron o las que Vil toma no son algo de lo que tú hayas provocado. En cada momento ellos eran conscientes de lo que podría ocurrir si pelearan. Es su responsabilidad. - Luego de eso suavizó su mirada. - Ellos podrían haberlo discutido conversándolo, pero lamentablemente no parece ser una opción aquí. No te culpes por ello ¿De acuerdo? No te hace bien.

Epel se quedó mirando expectante aquella suave mirada escarlata, que la albina, le dedicó. Era muy cándida y acogedora, pero, aun así, la impotencia y la culpa no se fueron fácilmente.

- Aun así, no quita el hecho de que ahora puedan meterse en problemas si los ven peleando. - Comentó el peli lavanda cerrando sus manos.

Shiori suspiro, ya que si atrapan a Grim, entonces por default, también la castigarían a ella.

- Sí, es verdad. - Respondió ella colocando su mano en el suelo para percibir cuantas auras estaban próximas a acercarse al patio. - Vamos a estar en unos serios problemas si un profesor ve este teatro o si un alumno graba el pleito.

Así que ideando un plan, para que nadie se metiera en problemas, Shiori miró momentáneamente los movimientos de Vil y luego a sus amigos.

Ya sabía lo que iba a hacer.

- Creo que voy a necesitar un par de manos extras, para terminar con este drama. - Luego la mirada de Shiori regresó a Epel, mientras se quitaba su cinturón. -¿Te gustaría echarme una mano?

- ¿Eh? ¿Yo? - Epel la miró sorprendido.

- Así es, voy a necesitar de unos brazos fuertes para que me ayuden a transportar a mis cansados amigos a un lado más seguro del patio, mientras que yo me encargo del show principal. - Shiori le sonrió extendiendo la mano. - ¿Qué dice Epel? ¿Puedes con el paquete?

¿Acaso Epel escuchó bien lo que esta chica le dijo? ¿Fuerte? ¿Ella lo consideraba fuerte? El joven Felmier tuvo sentimientos encontrados, usualmente lo primero que siempre pensaban de era que posiblemente era delicado o que era lindo, pero nunca fuerte, salvo por unos pocos amigos. Pero que ella lo reconociera a la primera lo hizo sentir con mucha seguridad de sí mismo.

- ¡Sí puedo! - Asintió Epel tomando la mano de Shiori.

Shiori ahora sonriendo con los ojos, respondió:

- It's Showtime now... (Es hora de la función) - Susurró Shiori con una leve risa.

Los jóvenes hicieron de todo para derribar a Vil. Trataron de usar todo el arsenal disponible que los tres podrían hacer, creyendo que de esa forma ganan una ventaja, pero todo simplemente era un truco visual. Bajo esa forma ágil y larguirucha había en realidad músculos fuertes que podrían hacer frente a cada ataque con un nivel de pulcritud y elegancia nunca antes vista.

De un rápido movimiento de muñeca, Vil, envió un fuerte viento que levantó polvo frente a nuestros jóvenes magos, dejándolos ciegos momentáneamente. Trataron de quitarse el polvo de sus caras, pero al hacerlo Vil los sorprendió frente a ellos y desarmó a sus tres contrincantes.

¡Pum!...

- ¡Fgna!

¡Bash!...

- ¡Gha!

¡Pum!...

- ¡Ah!

Los tres vieron cómo sus plumas salieron volando hacia otro lado y por si fuera poco también ya estaban empezando a jadear por el cansancio, aun así, iban a seguir peleando.

- No es difícil si se mueven tan lento. - Vil suspiró muy decepcionado, caminando hacia el trió con el único fin de terminar esta sosa batalla. - Sus movimientos no tenían nada de gracia. De 100 puntos, les doy 5. Si siguen entrenando, quizás en el futuro...

Repentinamente, el tatuaje oculto de sus manos se iluminaron en señal de su activación, seguido de la aparición del nuevo muro de mándalas que separó a Vil y al trío.

Vil, actuando de manera rápida, cambió su posición de ataque a un defensivo y pudo mantenerse al margen para estar alerta ante este repentino cambio.

- Vaya que eres muy atento ante el más mínimo detalle. - Interrumpió la voz femenina de Shiori.

El viento despejó el polvo levantado y de ella salió Shiori caminando con la frente en alto.

- Me causa mucha curiosidad tu estilo de pelea. - Agregó la fémina apoyando su mano en su mentón, como si su lenguaje corporal ya diera a entender que estaba curiosa.

- Hmp ¿Es todo lo tienes que decir? - Respondió Vil irguiendo su columna y moviendo su cuello para acomodar su cabello hacia atrás.

Shiori soltó un bufido divertido y solo enfocó su mirada en los ojos de Vil, y del mismo modo ocurrió en viceversa.

Hubo un duelo de miradas entre los dos implicados, pero gracias a eso Epel pudo rápidamente salir de donde estaba y se dirigió hacia donde estaban los jóvenes y felinos cansados para sacarlos de allí.

- Vengan. - Les dijo Epel, asegurándose de que ambos jóvenes se apoyaran en él a la vez que se las arregló para levantar al gato y ubicarlo en su cabeza.

- Espera, todavía Shiori está allí. - Deuce refutó.

- No la podemos dejar con ese sujeto. - Añadió Ace.

Claramente, la llegada de Epel hizo que brevemente la mirada de Vil se desviara hacia un lado, cosa que Shiori aprovechó para actuar y hacer los 9 sellos de sus manos.

- Rin, Pyou, Tou, Sha, Kai, Jin, Retsu, Zai... - Shiori empezó su cántico.

Rápidamente, Vil, regresó su vista al frente y al ver cómo la albina empezaba a mover sus dedos, de manera deductiva, bajo la mirada al piso y logró ver a tiempo como un patrón se dibujaba bajo sus pies.

El líder de Pomefiore salió rápidamente del piso iluminado, cosa provocó que Shiori dejará su técnica a medias y empezará a desplazarse hacia Vil.

Viendo los puntos de presión más cercanos donde presionar, Shiori levantó su falange y primero apuntó hacia el hombro del joven rubio. Sin embargo, el joven no fue tonto y tomo la muñeca de Shiori con la fuerza suficiente para no lastimarla, pero sí trasladarla hacia su otro lado y soltarla.

La albina, con una sonrisa felina en su cara, usando el empuje que le dio Vil, empezó a dar unas varias vueltas en su eje; en primera, para quitarse su sacó y en segunda, para terminar la vuelta en un seconde low Arabesque Turns que la ayudó a disminuir su velocidad.

Muy pronto la mirada serena de Vil poco a poco se fue cambiando a una mirada un poco más abierta, sin olvidar la ceja curiosa al ver el tecnicismo y velocidad a la que Shiori empleó sus movimientos para frenar.

En efecto, había abierto la mirada curiosa del Líder de Pomefiore.

- Nada mal... - Susurró Vil para sí mismo.

En menos de lo que alguien pueda decir, Shiori enfocó su mirada hacia donde estaba el aura de Vil. Como era de esperarse, él ya estaba a unos centímetros de ella, a punto de aplicar lo mismo que ella quería hacer con él. Por suerte, como ya no tenía su saco, entonces ella pudo libremente doblar su espalda y realizar un perfecto Bridge. Una vez que sus manos se apoyaron en el suelo, Shiori pudo levantar sus piernas en un Back Walkover para desviar el brazo de Vil y levantarse una vez más.

- Olvídalo, ella puede sola. - Comentó Ace con una gota de sudor bajando de su cabeza.

- A veces se me olvida que ella puede hacer eso. - Añadió Grim del mismo modo.

- Increíble... - Susurró Epel muy sorprendido al ver cómo Shiori podía mantenerse al margen con Vil.

- ¿Sin embargo, esta pelea no se les hace un poco rara? - Comentó Deuce.

Ahora que estaba de pie, Shiori se lanzó hacia Vil con todas las intenciones para ahora apuntar a sus costados y paralizar su sentido del equilibrio.

Sabiendo hacia donde ella iba a atacar, Vil, tomó impulsó y realizó justo a tiempo un Backflip con único fin de despistar a Shiori y tomarla de las manos. Maniobrando hábilmente, con ayuda de la albina, pudo atraer su cuerpo contra el suyo y quedar pegados cadera con cadera, manteniendo una distancia prudencial de sus caras e intercambiando miradas desafiantes pero divertidas.

- ¿Qué pasa, palomita blanca? - Preguntó Vil con una sonrisa socarrona. - No tendrás miedo ¿No?

- ¿Miedo, yo? - Shiori fingió indignación, antes de juntar sus piernas y pegar un salto con el fin de desplazarse a la espalda de Vil.

El joven se vio obligado a soltar las manos de la chica para ahora llevarlas a su cadera pequeña. La albina rápidamente apoyó sus brazos en el hombro masculino del joven para tener un mejor campo de su espalda y ver cuál sería el siguiente punto a presionar. Sin embargo, Vil no se la iba a dejar fácil y, aprovechando el salto de Shiori, empezó a dar un par de vueltas de forma dinámica para que ella se concentrará en sujetarse de él y así evitar que se cayera de bruces al suelo.

Debido a la fuerza y peso, Shiori, tuvo que guiar a Vil a que terminara la segunda vuelta para que la soltara y continuar repitiendo este repetitivo ciclo de estocada, desvío, bloqueo y separación.

Bloqueada tras bloqueada, los movimientos tanto de él como las de la albina se imitaban como si fuera un espejo.

- ¿Siguen peleando, verdad? - Preguntó muy confundido Deuce.

- ¡Definitivamente, ellos ya no están peleando! - Exclamó Ace con los ojos abiertos.- ¡Están bailando!

- ¡¿Eh?! - Exclamó el resto del grupo junto con Epel.

Si bien es cierto que la pelea de Shiori y Vil parecía un baile, la verdad era que ambos estaban tratando de evitar que su contrincante tuviera la ventaja de someterlo. Por ello trataban de atacar de manera camuflada a modo de distracción, además de hacerlos lucir muy fabulosos en cada movimiento estético. Aunque debían de admitir que estaban tan concentrados el uno con el otro que no se percataron de los transeúntes que pasaban por allí interesados o quienes los miraban.

Finalmente, Vil y Shiori terminaron conectado muñeca con muñeca, con las palmas extendidas y manteniéndose quietos por unos instantes. Ambos respiraban de manera pausada y rítmica para no mostrar cansancio. Sin embargo, el momento se vio interrumpido con el ruido de aplausos y silbidos que hicieron que los dos jóvenes desviaron sus miradas hacia donde provenía el ruido.

A lo lejos se pudo ver a un grupo de estudiantes que aplaudían y daban porras de aliento.

- ¡Woow! ¡Eso estuvo genial! - Dijo uno.

- ¡Maravilloso! ¡Háganlo otra vez! - Dijo otro.

- Lo que hubiera dado por estar bailando en medio de los dos. - añadió otro con lágrimas cómicas en sus ojos.

Y así comentarios positivos se fueron formando hasta que finalmente todos se dispersaron. Sin embargo, en los pensamientos de Vil no tardó mucho en sumar dos más dos para percatarse de algo que había dejado pasar.

- "Acaso ella fue consciente de esto" - Pensó Vil sorprendido. - "¿Hizo todo esto para que nadie se metiera en problemas?"

- "Fiu, estuvo cerca." - Pensó Shiori finalmente separando su mano a la de Vil.

- No es la primera vez que te veo pelear, Shiori Nakamura. - Comentó Vil, sacándola de sus pensamientos. - He visto tu participación antes en el partido de Magift y sé lo puedes hacer ¿Por qué te contuviste? ¿Acaso no soy digno de ver tus técnicas? O quizás ¿Debo de suponer que me consideraste tan débil que no te atreverías a usar tus técnicas conmigo?

- Hmmm, tengo mis motivos, pero ¿Qué hay de tí? - Respondió Shiori, colocando su dedo índice bajo su mejilla. - Tú también te contuviste. Dos veces. ¿Debo pensar que tampoco soy digna de verlas? ¿También fui débil para tí?

Vil respondió con una silenciosa risa y Shiori solo sonrió de lado.

- Mira, yo nunca dije que eras débil. - La albina respondió. - Pero tampoco iba a perjudicar a un modelo, no es mi estilo ser así.

- Ara, entonces sí sabes quien soy. - Vil se cruzó de brazos.

- Solo sé lo básico, Cater me cuenta mucho sobre los seguidores que él sigue. - Respondió ella.

- Ah, el chico Playboy... - Murmuró Vil, pensando en Carter.

- Pido disculpas de antemano por mis amigos, son buenas personas cuando los conoces bien. - Shiori caminó a un lado para recuperar su saco.

- No deberías consentirlos mucho. - Regaño Vil. - Tienen que aprender a ser responsables de sus actos.

- Soy consciente de eso. - Asintió Shiori acomodándose su flequillo. - No era nuestra intención interrumpir el entrenamiento de Epel. Lo vi esforzándose mucho para cantar en el pozo que no pude evitar darle unos tips que no perjudica su voz. - Sacudió un poco su prenda para quitarle un poco de polvo antes de devolver la mirada a Vil. - Aunque me dio la impresión de que no quiere cantar.

- Es una larga historia. - Vil respondió suspirando.

Shiori iba a preguntar más acerca de ese detalle, pero sus amigos junto con Epel llegaron casi cojeando a la escena de los hechos.

- Espera, aún no acabo contigo por llamarme patata. - Se quejó Grim.

- No, Grim. - Shiori lo detuvo. - Nada de batallas por hoy.

Luego de eso, ella desvió a sus amigos y su manera de cojear.

- ¿Les duele mucho? - Preguntó ella.

Deuce al saber a lo que se refería, simplemente le dijo:

- Ah... No. Solo que fue mucho el sobreesfuerzo de hoy que mis piernas se cansaron.

- Maldición, aun así, sus golpes sí que tuvieron un gran impacto. - Añadió Ace.

Dichos comentarios solo hicieron que Epel mirara al suelo avergonzado. Nuevamente, la culpa había aparecido.

- Lo siento, chicos... por mi culpa... - Habló Epel en un tono frágil y triste.

El solo escuchar eso hizo que Vil nuevamente regresara a su rostro sereno.

- Ara ¿Ahora soy el villano? En tal caso... - Vil se paró frente a Epel. - Epel... de lo único que eres responsable es de saltarte tus lecciones durante las vacaciones. Aún tienes una montaña de complejos que no te dejarán ser finalista del VDC. - Luego frunció su ceño. - Ser el número uno no es algo sencillo de lograr, vámonos.

Vil se dio media vuelta y comenzó a caminar lejos del grupo.

- Sí... - Fue todo lo que pudo responder Epel cabizbajo, con leves lagrimillas formando en sus ojos. - ... Lo siento mucho, los veré luego.

Pero antes de que se fuera Epel, Shiori rápidamente le secó las lagrimitas con su pulgar y le dijo:

- No fue tu culpa Epel... No lo olvides. - Se despidió ella con un rápido guiño. - Eres fuerte, puedes con ello. Ánimo.

Epel pese a que todavía tenía esa aura deprimente alrededor de él, Shiori pudo ver cómo al menos él dibujaba una pequeña sonrisa agradecida por tratar de animarlo y por las palabras.

Por otro lado, Vil se detuvo a medio camino de su trayecto esperando a Epel, había volteado un poco su mirada hacia donde estaba el grupo, pero luego colocó sus manos en su cadera y miró hacia el frente para decir:

- ¡Paloma blanca! - Vil levantó la voz para que Shiori lo pudiera escuchar.

La albina, escuchando aquel apodo, dirigió su mirada hacia donde estaba Vil. A estas alturas ella se estaba preguntando a sí misma ¿Para qué la llamaba?

Bueno, esa pregunta se respondió sola cuando Vil respondió:

- 92 puntos.

Dicho lo que se tenía que decir, Vil siguió caminando y tras de él estaba Epel secándose los últimos de sus lágrimas y hacer caso del consejo de Shiori para sobrellevar toda esta presión con fuerza.

- ¿Eh? ¿Me acaba de calificar? - Dijo Shiori con los ojos en blanco.

- Ugh... ese chico parecía que estaba jugando con nosotros. - Comentó cansado Grim.

- Es espeluznante... ¿Acaso hay una regla que diga que solo puedes ser líder de dormitorio si eres un bastardo? - Añadió Ace, sobándose el costado.

- Aún no entiendo por qué tenías que pelear con un líder de dormitorio. - Deuce miró mal a Ace. - Si el líder Rosehearts se entera de la pelea, perderás la cabeza.

- ¡Lo que nos lleva al siguiente puntito! - Intervino Shiori ahora ubicándose al lado de Ace y Grim.

Oh no, ¿Acaso eso fue un diminutivo?

Lamentablemente, Ace y Grim reaccionaron tarde para siquiera escapar, porque Shiori les estaba jalando las orejas. Ambas víctimas soltaron quejidos ante el minúsculo dolor, aun así no apaciguaron la furia de la sacerdotisa.

- ¡AY! ¡AY! ¡AY! ¡¿Por qué me estás jalando la oreja?! - Exclamó Ace.

- ¡¿Cuántas veces les he dicho que no se peleen cada vez que hay conflictos?! - Exclamó Shiori con los cabellos moviéndose como medusa.

- ¡Pero nos llamó patata! ¡Nos ofendió! - Replicó Grim.

- ¡¿Y por ese motivo se van a ir a los golpes?! ¡Nunca subestimen a su adversario, mucho menos si es un líder de dormitorio! - Respondió ella, siguiendo sermoneando a los dos sin parar y dejando rojas sus orejas.

Mientras esto sucedía, Deuce no pudo evitar desviar su mirada hacia donde se habían ido Epel y Vil. Es más, recordó las palabras que Epel mencionó cuando estaba en el pozo.

...

- Desearía que todo esto acabe pronto. - Murmuró Epel en un tono muy bajo.

...

- El campeonato de baile y canto... ¿No? - Susurró Deuce de manera interrogante, preguntándose a sí mismo ¿Por qué el joven de Pomefiore diría tales palabras? Al mismo tiempo que sentía como un viento soplando en el patio.

Lo que nadie sabía era que en uno de los árboles del patio. Un par de ojos ocultos miraron el desarrollo de todos los hechos con mucha curiosidad e interés. En especial la joven de cabellos blancos como la nieve y ojos escarlata como una joya brillante. Realmente había sido tan afortunado de ser el espectador en primera fila de tal hermoso espectáculo que había elaborado con Vil y ella para que nadie quedara mal.

Sin duda alguna fue un acto muy deliberado.

- Ya veo... - Murmuró suavemente aquella sombra. - Un acto tan desinteresado y amable como ese es digno de un ángel, ¿No lo crees? ... Reine des anges...

Continuará...

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Próximo capítulo: Rumbo a la cima