Día 13: Oculto
Los datos en el Espacio Digital circulaban en varias direcciones sin parar, siendo un ciclo sin fin.
Aquella zona de datos verdes, que era el camino que separaba tanto al Mundo Digital con el Mundo Humano, e incluso a este con el Digiquartz. Un lugar que, si un digimon de bajo nivel pisaba, terminaría absorbido por el río digital y moriría al su sistema no soportar el curso de datos.
Pero, claro está, que MetalFantomon no tendría ningún problema en semejante lugar.
Levitando entre los datos verdes, el digimon encapuchado sonrió, absorbiendo con gusto los datos rosados que salían de la esfera de cristal que sostenía en su mano.
Pensar que un artefacto humano como ese sería tan potente. Pensar que la otra esfera incluso se mantuvo por horas en el cielo, digitalizando su apariencia para que la fachada se mantuviera…
Jamás pensó que trabajar con humanos sería tan beneficioso, pero debía recordar que el Rey alentaba a los digimon a relacionarse con esos seres de carne y hueso…
¿Quién era él para negarse a las sugerencias del Rey? Especialmente si estaba consumiendo tal buffet de pesadillas, sintiendo como venía a su mente el rostro de los niños por cada pesadilla que consumía.
Una delicia de verdad.
Y ahí, oculto, podía disfrutar ese banquete, mientras su copia digital actuaba igual que él, engañando a cualquiera que estuviera tratando de salvar a esas pobres crías humanas…
… Pero su risa se detuvo cuando sintió una leve brisa en su espalda…
No pudo darse la vuelta de la impresión, mientras un vórtice de energía blanca aparecía detrás de él.
MetalFantomon reaccionó a los segundos, sorprendido, pero cuando se volteó su rostro fue agarrado con fuerza por una mano con guante blanco.
El resto del cuerpo de Luke emergió del vórtice, mirando seriamente y con un poco de curiosidad al digimon que acababa de encontrar.
