Capítulo 1: In loco parentis


La actividad en Diagon Alley era lenta durante esas horas de la madrugada. Muchas tiendas estaban cerradas y sólo los locales de comida comenzaban lentamente a abrir sus puertas y a atender a quienes comenzaban su día tan temprano.

Sin embargo, ninguno se percató de la presencia de una mujer encapuchada caminando hacia Gringotts, mirando con atención su entorno, alerta a cualquier movimiento o cualquier cosa fuera de lo normal, en especial si pudiera ser peligrosa.

Entró por los pórticos del banco y, al haber una mínima cantidad de gente, se acercó al mesón y, saludando al goblin en su idioma, indicó:

— Necesito hablar con Rangrok y con el encargado de las cuentas Potter.
— ¿Y con qué autoridad lo solicita? — le respondió el goblin.

Ella, en respuesta, levantó su mano en el cual, en su dedo cordial, mostraba una insignia que hizo que quien le atendía comenzara a toser, avergonzado de su expresión anterior.

— Mil perdones, mi Dama, hace mucho que los suyos no se inmiscuían en cosas de magos — se excusó.
— Lamentablemente, las circunstancias y mi propio juramento han hecho que regrese a este lugar. Por favor, que mi petición se cumpla rápidamente, ya que no deben descubrir que estoy aquí — habló ella, a un volumen en el que sólo el goblin podría escucharla.
— Comprendo… ¿No prefiere esperar al subdirector Rangrok en un lugar más privado? Recuerde que en estos muros la ley de los magos es válida sólo en cuestiones relacionadas al dinero. Al resto, sólo rige nuestra ley. Pero, como debemos guardar su identidad, embajadora, podemos proveerle un lugar donde nadie cuestione su presencia.
— Por favor, indíqueme el lugar, antes que ingresen más magos al banco…
— Por supuesto. ¡Griphook! Lleva a la Dama a la antesala del centro de reuniones.

Un goblin aparentemente más joven se acercó y, con una reverencia, indicó a la mujer que lo siguiese. Ella, agradecida, se despidió en el idioma goblin y siguió a Griphook.

La mujer y el goblin caminaron por los pasillos de mármol del banco, recibiendo miradas furtivas de los demás goblins y de más de algún mago que trabaja con ellos pero que, por su contrato, no podían revelar la presencia de la extraña en el sitio, por muy sospechosa que fuera.

Finalmente, llegaron a un salón de espera que tenía varios sofás, una mesa de centro y algunos libros, tanto en lenguaje humano como en goblin, los cuales ella sospechaba que no cualquier persona podría llegar a tomarlos y leerlos con calma. También había unas mesas con diferentes artefactos y una jarra con agua, ideal para la espera, acompañada de una bandeja de vasos.

Sin embargo, no alcanzó a acercarse, cuando se abrieron las puertas de la sala de reuniones de Rangrok y el goblin, mirándola con respeto la saludó:

Lady Faewood, creí que seguía en estado de exilio.

La mujer sacó su capucha para mostrar su enfado.

— Creo que como uno de los líderes de los clanes goblin, debes saber que siempre pediré la ayuda de Gringotts cuando sea necesario, Rangrok. Que tu día sea provechoso y lleno de ganancias — saludó ella, de forma respetuosa.
— Y que sus enemigos caigan y su día esté lleno de batallas victoriosas, mi Dama, pero creo que sigo sin entender el motivo de su visita… Y del motivo para llamar también a Brihbag, como encargado de las cuentas Potter — replicó él, con cautela.

Cuando fue mencionado, el goblin nombrado justo estaba ingresando al cuarto y, al ver a la mujer, intentó escapar, siendo interceptado por la magia de Faewood, quien hizo cerrar las puertas de golpe con su magia.

— ¡Creo que sabe bien que no puede utilizar magia en Gringotts! — exclamó Brihbag, molesto.
— Creo que, si te estás escabullendo, Brihbag, es porque sabes algo que yo no sé, y te has ganado justamente la furia de Lady Faewood — dijo Rangrok, con molestia.
— ¡Es sólo porque se está metiendo en lo que debe! — exclamó el otro, con voz nerviosa.

Mientras discutían, Faewood se acercó al goblin representante de los Potter y lo alzó, provocando las protestas de ambos.

— ¿Oh? ¿Será quizás porque debo tomar mi labor de madrina de Harry Potter y que deseas impedirlo? ¿O crees que no me estoy dando cuenta de que estás siendo infiel a la Casa que había permitido formar tu fortuna? — preguntó ella, con una sonrisa ladeada: — Dime, Brihbag, ¿cuándo ibas a llamar al joven Potter a que tomara su anillo de heredero, que debió ser a los once años, y que no fue así?
— ¡Claro que así fue! ¡El heredero Potter sabe de sus finanzas…!
— No mientas, Brihbag. Gringotts se está encargando de contactarse con el joven Potter y no con su guardián, y ha sido infructuoso… ¿Acaso tú conseguiste que fuera así? ¿De qué forma? — preguntó Rangrok, curioso ante la interacción.
— Yo sé que Harry Potter no se ha puesto su anillo de heredero porque de esa forma habría activado mi vínculo con él y podría haber actuado con anterioridad, Brihbag. Tal como era la voluntad de James y Lily Potter, que me hicieron su guardiana in loco parentis, en especial si Sirius Black, Alice Longbottom o Severus Snape fallaban en su misión — explicó ella, haciendo que el goblin la mirara a los ojos: — Sin haber estado en el Reino Unido durante todos estos años, conozco perfectamente las noticias de lo que ocurre aquí…

Y, acto seguido, lo arrojó al suelo, sin piedad.

— Me temo, Rangrok, que este adefesio que se hace llamar un goblin honorable ha estado trabajando a espaldas de los clanes de Gringotts, causando daño económico y mágico a la familia Potter — acusó ella: — Es por eso que mi superior, en nombre de Madre Magia, me ha enviado a retomar mi posición de madrina de Harry Potter, para impedir que él siga siendo víctima de manipulaciones del mundo mágico y de todas sus criaturas.
— ¿Su superior ha hablado? ¿Ha tenido una visión? — preguntó Rangrok, preocupado.

Ella asintió y su mirada se volvió sombría.

— A su vez le ha enviado esto… Que, si prefieres usar tu tiempo juzgando a esta bazofia, me otorga la autoridad de llevarme a Harry Potter por el camino de la Niebla hacia donde se encuentra el actual y futuro Rey.

Los dos goblins agrandaron sus ojos de la sorpresa ante la declaración de la mujer.

— El… ¿El Rey?

Ella asintió.

— Madre Magia siente cómo sus criaturas están desapareciendo por las manipulaciones de aquellos que creen tener el poder. Por eso ha ordenado a mi Superior y a toda la Orden que vuelvan a activarse los protocolos, ya que el Rey volverá — explicó: — Y el joven Potter, como está profetizado, debe retornar al lugar de origen para regresar como Espada del Rey. Información que James y Lily Potter conocían, al igual que sus más cercanos.

Mientras explicaba, se sentó cómodamente en uno de los tantos sillones.

— Lamentablemente, un vejete prefiere exterminar la línea Potter, como ya lo ha hecho con los Prewett, los Bones, la línea paterna de los Black, y quizás cuántos más para él alzarse como un prospecto de Rey, impidiendo que Madre Magia vuelva a alzarse para unificar todo el Mundo Mágico. Por eso me gané la expulsión del Reino Unido, porque, aunque soy humana, no soy tan fácil de matar y soy una espina en su zapato. Y, obviamente, no iba a permitir que estuviese cerca de mi ahijado, mostrándole el real camino de la magia.

Los goblins la miraron, entre aterrados y expectantes. Madre Magia había hablado y su emisaria había regresado. Mas, aún había mucho que hacer para permitir que esos planes se llevasen a cabo.

— Me extraña que lo hables abiertamente, pese a que al parecer hay un traidor — dijo el subdirector, mirando a Brihbag.
— No me preocupo de escorias. Ambos sabemos que lo encontrarás culpable y, por su traición a Madre Magia, él y su familia directa pueden ser ejecutados. Además, junto con sellar la sala con magia, también me aseguré de que esta basura no ande soltando la lengua sin motivo alguno — dijo ella, encogiéndose de hombros.
— ¡Sólo hice lo mejor para la familia Potter! — exclamó Brihbag, molesto.
— ¿Para la familia Potter? ¿O para Albus Dumbledore, quien se autoproclamó guardián mágico de mi ahijado? ¿Fue bueno para la familia Potter que no ejecutaras su Testamento? ¿De que el muchacho no sepa nada de su herencia ya que, a falta de figuras adultas, podía iniciarse en la historia de la familia Potter de forma independiente? ¿Fue bueno para la familia Potter que se cortaran sus vínculos económicos, arriesgándose a caer en la desgracia y que pierda su título nobiliario? — preguntó ella y sacó de su costado una espada que parecía forjada con un mágico acero de color negro: — ¿Qué fue lo que ese anciano te dijo para convencerte de tu traición? ¿Cuánto dinero te dio por fallar a la familia que sostuvo tu clan por generaciones?

Se puso de pie y, alzando su espada, avanzó nuevamente al goblin, con enfado.

— Dime, goblin, ¿a quién más traicionaste para que nadie más en Gringotts se enterara de tu maldad?
— No sé de qué hablas, humana, todo es por el bien mayor — y, asustado, comenzó a alejarse de la espada.
— ¿El bien mayor? Esa es una frase propia de Grindelwald, goblin… y ambos sabemos que él no es el único que gustaba de esa frase — y sonrió cruelmente: — Con esas palabras has afirmado tu traición y, para sellar más tu suerte, ¿recuerdas cómo los Potter condenan a los traidores?
— Con una muerte cruel y violenta, como siempre — respondió.
— Error. Y ese sí que es fatal, mi estimado Brihbag — enfatizó ella, colocando la espada a la altura del goblin: — Los Potter, a diferencia de las otras familias, saben cómo y cuándo matar a alguien, o si la muerte no es más que un acto de piedad. Cada uno de ellos, con la espada o con sus pociones, conocen bien que la muerte puede ser un regalo en lugar de un castigo y, peor aún, saben que la vida de cada ser tiene su enlace con Madre Magia, por lo que no alzan su espada para matar sin ton ni son, porque reconocen el daño que pueden hacer a la Madre de Todos por una simple rencilla — y bajó su espada, haciendo que el goblin suspirara de alivio.

Sin embargo, no sería por mucho tiempo. Sintió la magia de la mujer alzarse y, junto a ella, una presencia superior, la que supuso era de Madre Magia siendo convocada por ella. La mujer sacó su varita y, haciendo que ésta brille, continuó.

— Y, por lo mismo, actuando in loco parentis del último heredero Potter, con Rangrok de testigo y con Madre Magia habiendo observado tus acciones y tus palabras, te condeno a ti y a tu familia, Brihbag, a que toda la fortuna Potter que hayas conseguido legal o ilegalmente vuelva a las arcas de la familia Potter en Gringotts de Gran Bretaña, y en todas las sedes en las que tú o alguno de los tuyos tenga sus manos puestas. Que tu casta ya no pueda tocar ninguna moneda de oro que sea para fin propio, que todo lo que emprendas con el fin de tener ganancia quede en nada, y que los frutos de la tierra sean sólo para alimentarte lo necesario para vivir el resto de tus días. Que sólo cuando tu corazón o el de tus descendientes sienta real arrepentimiento sean liberados del juicio que la misma Madre te ha hecho, y contigo, a toda tu familia. Que lo dicho se cumpla. Así sea.

Y, sintiendo como la Magia se hacía presente en las palabras de la mujer, Brihbag comenzó a llorar, ya que ningún goblin en los últimos trescientos años había sido víctima de una maldición así por parte de algún mago o de alguna creatura mágica. Rangrok, en tanto, observaba con tono sombrío la sentencia de la hechicera, ya que también sentía el poder de Madre Magia tras ella y, por lo mismo, sabía que no podría intervenir.

Sintiendo como la sentencia se cumplía, Faewood bajó su varita y suspiró con algo de tristeza.

— Ahora sólo queda que se realice la sentencia de tu gente, Rangrok. Sé que no debía actuar tan precipitadamente, pero el daño que ha hecho este ser a mi ahijado es grave, por mucho que haya sido por órdenes de alguien más — y miró al subdirector, haciéndole ver que hablaba con sinceridad.
— Comprendo perfectamente. Su acto ha sido de alta traición y, tal como has dicho, la muerte sería una sentencia demasiado misericordiosa para él y para cualquiera de los suyos, pues, aunque quizás no participaron directamente, tampoco hicieron algo para que él detuviera sus actos. También con esto ya tenemos un precedente para juzgarlo nosotros mismos. Ahora… ¿Podrías desactivar la barrera? Necesito que los guardias se lleven a esta cosa — y miró con asco al otro goblin, quien lloraba incesantemente.

La mujer accedió, chasqueó los dedos y, tras unos instantes, un grupo de guardias entró para llevarse al desafortunado, quien seguía llorando por el infortunio caído sobre él y su clan por su excesiva ambición.

— Y ahora, ¿qué es lo que desea, mi Dama? — preguntó Rangrok, con seriedad.
— Lo que toda madre o madrina desea, Rangrok. Asegurarse que los bienes de su hijo, o ahijado, en mi caso, estén bien. Necesito que realices una auditoría con todos los bienes de Potter y los de Evans. Revisar qué bienes están disponibles, aparte de Lily's Cottage y, si no hay más, necesito encantamientos en la propiedad para que ningún mago, humano o goblin, aparte de Harry, tú y yo, podamos entrar — explicó: — Para el cumpleaños número trece de Harry vendremos, tanto para que él reclame su anillo, como para verificar el testamento de Lily y James Potter..
— Eso último no se puede hacer a espaldas del Ministerio, mi Dama — interrumpió el goblin.
— Bajo el acuerdo de 1779, luego de la última rebelión goblin, ustedes pueden omitir esa información hasta que el futuro Lord Potter y yo estemos de acuerdo. Y, como él no ha sido informado de su legado, puede apelar a ese acuerdo sin ningún contratiempo — contradijo ella, con seriedad: — Por último, de confirmarse los contenidos del testamento, puede que se necesiten tomar otras decisiones que permitan el bienestar de Harry, y yo lucharé para que esto se asegure — concluyó: — No quiero apelar al Alto Concilio que se encuentra en Suiza ni al Consejo Mágico, que de momento se encuentra en Rumania, así que sinceramente espero que nos ayudes con esto, Rangrok.

El goblin pareció enfadarse al mencionar al Alto Concilio y al Consejo, pero sabía que ella tenía la autoridad para apelar frente a ellos, y eso haría que Gringotts de Gran Bretaña entrara en desgracia ante los otros países.

— Veré que se haga a la brevedad. Además, necesito colocar a un nuevo clan a cargo de la fortuna Potter y que sea de confianza — dijo el goblin, secamente.
— Deberías dejar a alguien de tu clan, tal como has hecho con la fortuna de los Cuatro Fundadores, con las cuentas de los diferentes druidas y con la de Lady Le Fey — y ella sonrió: — Que, a propósito, en la misma carta se indica que las cuentas deben estar totalmente activas para cuando regrese el Rey.

Rangrok asintió, nervioso.

— Leeré la carta cuando me encargue de esa desgracia — dijo el otro: — Si no hay más…
— No, ya he cumplido con mi cometido y nos veremos nuevamente cuando venga con el futuro Lord — indicó ella: — Que tus enemigos caigan bajo tus pies, Rangrok.
— Y que la fortuna abunde en su casa, Lady Faewood.

Con la despedida, ella se puso nuevamente su capucha, activó con su varita unas runas que le permitirían mantener el anonimato y, luego de esconder su varita, se marchó, dirigiéndose a la salida del banco.

Rangrok se quedó leyendo la carta entregada por la mujer. A medida que iba leyendo, sus ojos se agrandaban cada vez más de la sorpresa, sabiendo que las órdenes entregadas en esa carta eran, para Madre Magia, la condena para prácticamente todo el centro mágico de Gran Bretaña.

El Rey va a volver… Y su centro no será Londres.


Notitas de autor

Holis

Bueno... sé que me leen y ya me han dejado un review, por lo cual estoy agradecida y me dan ganas de continuar la historia, eso está bien, ¿cierto?

Nos centramos nuevamente en Alanna y sus pretenciones en torno a la figura de Harry Potter. Si estuviésemos en AO3 (que bueno, hay crossposting ahí), podría colocar ya sobre lo que significa todo lo que se viene (y todo el estudio que conlleva esto de mitología Arturiana y otras cositas más... ¿se dieron cuenta que ya hay referencias aquí?)

No puedo poner muchos spoilers de lo que se viene, así que no hagan preguntas y sólo esperen el desarrollo de esta historia.

Saludos y nos vemos la próxima semana :D