"A" se lesiona y "B" lo cuida
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi. Esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
*Día 12
Historia AU
Como cada mañana íbamos los dos caminando en dirección al instituto, Akane platicaba de una tarea que deberíamos hacer por la tarde, la verdad es que intentaba prestarle atención pero mi mente y corazón no dejaban de verla de otro modo. Hace unos días atrás mi prometida había cumplido dieciocho años y estaba más linda que nunca. Su voz, su forma de expresar, ese bendito uniforme que le apretaba un poco de la parte superior dejando claro que mis estúpidas burlas del pasado no eran ciertas, sí, estaba convertida en una bella mujer.
Estaba tan ensimismado, que no vi cuando un coche perdió el control viniendo en dirección hacia ella, sus ojos se abrieron del susto y para cuando reaccioné alguien más la salvaba de ser atropellada.
Con el corazón desbocado y el alma fuera de mi cuerpo observé la escena, Ryoga la tenía entre sus brazos y ella estaba muy sorprendida y pálida.
—¿Estás bien? —preguntó y Akane solo asintió —¿Segura? —insistió.
—Lo estoy, muchas gracias por salvarme —respondió ella con sinceridad.
Agradecí enormemente la acción acertada de Ryoga, pero también odié el hecho de no haber sido yo quien la salvara.
—¡Inaceptable Ranma! Debiste estar más atento —me recriminó el muy infame.
Más no supe que decir, me acerqué pero sentí una punzada latente en mi tobillo en cuanto di el primer paso.
Sin nada más que agregar, continuamos nuestro camino a Furinkan. Estuve en silencio y muy pensativo lo que restó de día, Akane me veía como intentado comprender qué me sucedía más no preguntó ni dijo nada. Al final del día, cuando ya estábamos por irnos a casa me increpó cómo solo ella sabe hacerlo.
—¿Qué te pasa? —preguntó apenas estuvimos solos en el aula, todavía guardaba mis libros.
—Nada, estoy algo cansado —murmuré evadiendo sus mirada.
No obstante, ella tomó mi barbilla ente sus suaves dedos obligándome a verla a los ojos.
Deseaba tanto poder expresarle todo cuanto me hacía sentir, pero era tan imbécil para las cosas del amor, simplemente no se me daba.
—¿Es por el accidente de esta mañana?
—No…
—Mientes —replicó —Esto no tiene que ver contigo, fue un accidente estoy bien porque no sé cómo pero Ryoga estuvo cerca y me ayudó.
Entonces bufé, miré hacia la ventana terminando con el contacto visual.
—Está bien, no quieres decírmelo no insistiré mejor vamos a casa ¿sí? —agregó.
Me puse de pie pero el dolor de mi tobillo me hizo hacer una gran mueca de disgusto, y ella se dio cuenta de todo.
—¿Qué sucede? —preguntó poniendo su mano sobre mi pecho, ese simple roce me puso nervioso y acto seguido empujó haciéndome retroceder chocando mi espalda con la ventana.
—Akane ¿qué haces? —cuestioné más nervioso que nunca.
Entonces ella ni tonta ni perezosa comenzó a palpar mi cuerpo, sus manos ya no tocaban mi pecho sino que también mi vientre, piernas, rodillas y ahí, justo donde me dolía el tobillo.
—¡Mierda! —me quejé.
—Eres un tonto —gruñó viendo la notable hinchazón.
—No es nada…
—Sí como no —replicó enojada.
—Iremos a ver al doctor Tofu y…
—No, no iremos, no quiero verlo —repuse ofuscado.
Akane se incorporó y se acercó tanto que creí lo peor, su sola presencia era amenazante.
—Iremos y no hay discusión —sentenció haciendo que pasara saliva.
Ella cogió mi bolso y me pidió que apoyase mi brazo alrededor de su cuello y hombro.
Caminamos despacio y en absoluto silencio, fue un camino más largo de lo habitual pero al fin llegábamos a la consulta.
Luego de que el doctor diagnosticara un esguince y reposo por una semana para bajar la hinchazón, ella se aseguró de que el vendaje quedara bien puesto.
—Sé muy bien que esto te ocurrió por intentar salvarme Ranma —pronunció dejándome en ascuas ¿Cómo se había dado cuenta? —Pero terminaste accidentándote al pisar mal cuando bajaste de la barda —Y así había sido, creí volar pero Ryoga fue más rápido y caí doblándome el pie.
—Eso no me lo recuerdes, te pudo pasar algo…
—Entonces eso es lo que te tiene ¿así? —cuestionó.
—Así cómo.
—Molesto —solo asentí ya no tenía sentido negarlo, más ella sonrió derritiéndome por completo —Bien señor sensible, te cuidaré toda la semana que estés en reposo ¿Qué te parece mi oferta? —preguntó muy animada.
Y bueno, la caída tuvo su pro y su contra aunque sin duda tenerla de enfermera personal era un sueño hecho realidad, pues esa misma noche cuando fue a dejarme un vaso de leche a la alcoba me robó un beso mientras fingía estar dormido.
Nota del autor
Estimado lector, tan tímido que es Ranma para algunas cosas. Menos mal Akane no le sigue las andanzas ¿no creen?
Gracias a todos por leer, lo aprecio mucho.
Sweetsimphony._
