FIC
Historias de Albert y Candy
Ambición y Poder
Por Mayra Exitosa
Capitulo IX
La noche se hizo larga, se puso de pie con ella en brazos y continuo con la pasión que despertaron la cual los hacía sentir cálidos y por primera vez, a salvo. Quizás fue la obscuridad, la soledad, la lluvia, o lo que era notorio, la compañía que ambos se dieron cuando más se necesitaron, que no hubo poder humano que detuviera esa situación que nunca quiso ser provocada. Ella le comentaba que Stear la quería, pero que era el hermano de Archie y que les había tomado un cariño de hermanos que ya no se sentía bien, a penas y lo conocía un poco, ambos tuvieron esa relación de entrega apasionada sin premeditarlo, por lo que le aseguraba que se sentía avergonzada y a la vez no quería entrometerse en sus asuntos familiares, más la respuesta de él a sorprendió. - No nos cuidamos y… no puedo dejarte ir, cuando nos hemos entregado de esta manera, soy un hombre que no se deja llevar por pasiones inesperadas y… soy responsable de todo lo sucedido, permíteme cuidar de ti, sentir que puedes estar a mi lado pase lo que pase. - Gracias, yo… me sentí bien contigo, pero… es tan inesperado. - Lo sé, no digas nada, nuestras ropas están aun mojadas y tendremos que ponérnosla por la mañana. - ¿pasaremos toda la noche aquí? - es imposible irnos desnudos o con las prendas así, no traemos nada para ver y puede que salga algún animal de cacería nocturna, estoy seguro de que no querrás que nos enfrentemos a eso. - ¡no! mejor nos quedamos aquí. - Seguiremos así, abrazados, por mi encantado, lo que no quisiera es lastimarte. - No lo has hecho, me siento igual. Ella bajaba su rostro, aunque ninguno d ellos dos se veían, se apenaba de lo sucedido y él estaba más que complacido con ella cubriéndolo como un cobertor ardiente, su cuerpo generaba mucho más calor que el de ella, y solo la ajustaba, besándola y haciéndola sentir todavía lo que él ansiaba de ella. - No puedo contenerme, por más que lo quisiera, no lo logro, tengo tu cuerpo en mis brazos y… - Si lo deseas ¿puedo alejarme? - No estoy loco, nos enfermaríamos, estamos mejor uniendo nuestro calor, y por nada del mundo te soltaría. Él tomo su boca para continuar con la mejor actividad energética que había ene se lugar, no se detuvieron y continuaron por mucho tiempo más, hasta quedar exhaustos y dormidos.
El guardia que los había visto llevaba algo de cobijas para cubrirlos y toallas para secarse, dos impermeables y algunas cosas para iluminarlos y poder saber hasta donde habían logrado cubrirse, por lo que no había huellas y recordó la propiedad vieja que no estaba en buenas condiciones, así llegaba hi a altas horas de la madrugada. - ¡Señor Andrew!, ¡señor Andrew!
De inmediato la recostaba sobre su camisa, ya que sus prendas estaban aun mojadas, se colocaba el pantalón y abría la puerta quitando el pasado oxidado. - ¿trajiste algo de ropa? - Espero les sirva esto. - gracias, deja le paso a la señorita para que se cambie. - Tome la lampara, para que puedan ver, la casa no tiene luz ni nada para encender. - Lo sé, llevamos horas aquí. Gracias por venir, dame unos minutos. - Traje solo un par de caballos. - Con eso será suficiente.
El ingresaba donde ella estaba, la cubría con una toalla y luego con la cobija, él se secaba y se colocaba el impermeable, tomaba todas sus prendas y las colocaba en el sino morral en el que habían llegado las cosas, para luego le entregaba el morral y salía con ella dormida en sus brazos. - Vamos, ella estará bien. - Si señor. - Ni una sola palabra de esto con nadie. - Por supuesto.
La habitación de él servía para ambos, el baño caliente, la ayudaba a cambiarse y la cuidaba mimoso. - ¿podrás concederme tu mano para que seas mi esposa? - ¿casarme? - Es lo mejor en estos casos, puedo asegurar que lo haremos legalmente y después lo veríamos por la iglesia, debido a la partida reciente de mi sobrino. - Me da pena que tengamos que… - No es que tengamos que, es que me gustaría mucho que me aceptaras. – ¿No habrá problemas con… Stear? - No tiene porque haberlos, lo hablaré con él, al final lo que nos pasó, no les pasan a todas las personas, nosotros lo deseábamos y eso es lo más importante. - Si.
Stear regresaba por la mañana con dos guardias, asegurando que Anthony tenía muy buen avance y que debían estar con él para que no estuviera solo, por lo que hablaría con Candy para llevársela a la casa de resguardo donde él se encontraba. Cuando llegaba, ella no estaba, por lo que cuestionaba a ala joven que hacia la limpieza. - Mi compañera Candy, ¿Dónde se encuentra? -No lo sé señor, no durmió en su habitación. - ¿Cómo? - No la he visto, ni siquiera desayunó esta mañana.
William en la oficina de registro entregaba sus documentos y manejaban los papeles para una boda legal, a lo que llenaban la solicitud y los requisitos de manera privada con el juez encargado, para que la pareja pudiera contraer nupcias legalmente, ya después tramitarían las demás cosas. - Me aceptan todo, requerimos un estudio medico y con ello, nos prepararan los documentos esta tarde, quisiera levarte a comprar algo para ti. - me puse un vestido, no es necesario gastar en nada. - Me gustaría comprar otros detalles que te agraden, y darte esto - ¿Qué es? - Un anillo, perteneció a mi madre. - ¡Es hermoso! - sería bueno ajustártelo a tu dedo y si deseas escoger algunas argollas o detalles que me gustaría que tuvieras. - Gracias, para mí esto es suficiente. - En la iglesia nos pedirán muchos requisitos más, pero hoy te llevare a comer, ya almorzamos fuera y estaremos con los guardias todo el tiempo. - Con quieras, ¿ya sabes donde se encuentra Stear? - Si, se fue con mi sobrino Anthony. Debe estar conversando con él.
Gracias por continuar comentando esta historia deseando culminarla lo antes posible.
Muy Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alterna, en parte o completa ninguno de estos.
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
