.

I. Heridas Abiertas.

.

Pasado el rato y luego de una muy incómoda comida dónde el silencio reinó aun con los múltiples intentos de God de sacar tema de conversación acerca de algún dato curioso de la región por el interés de Naomi en la historia de Johto, y con Zeke trataba temas como lo eran de los pocos comics que conocía o algún que otro dato sobre la los show que tanto le gustaban a Daisy y gracias a eso conocía de que trataban. Ninguno funcionó y el buen rato se hizo tan incómodo que Zeke después de comer todo lo que pudo se alejó del grupo y rodeado de su Onix se dispuso a tomar la siesta. Luego de tantas cosas en esos días, era mejor tomárselo con calma.

.

La noche llegó rápido y para estar preparados para el día siguiente decidieron quedarse a descansar en la zona. Era una bendición el que el Centro Pokemon les hubiera regalado tiendas de acampar junto a un kit de entrenador novato. Tiendas básicas, un repelente para alejar pokemon temporalmente de un solo uso, y algunas provisiones patrocinadas por La Liga. Claro que solo Naomi y Amber lo usaban siendo que God prefería descansar a la intemperie por deseo propio, y Zeke de alguna forma desaparecía a cierta hora y regresaba al día siguiente por la tarde. Esto le molestaba a God quién le esperaba desde las 6 de la mañana. De cualquier forma todos estaban más o menos descansando a excepción de una del grupo por la noche.

.

A lo lejos del resto donde la montaña ya empezaba a descender y había una parte de la zona donde era más boscosa y menos rocosa. En ella Naomi estaba sentada en una roca donde su mirada podía contemplar un bosque a la lejanía hasta donde se dividía el horizonte adornado por el gran cielo oscuro lleno de estrellas. Todo eso iluminado por el leve brillo plateado que desprendía la gran luna llena que adornaba aquel panorama como una fresa en un pastel. No todos los días se podía disfrutar una vista así, a decir verdad valía la pena el haber escalado toda la montaña con ver aquella vista que eran muy poco conocida debido a que la casi todos los entrenadores cruzaban la cueva Unión. De verdad era una delicia para la vista disfrutar la belleza de la naturaleza de aquel bello ecosistema, y Naomi disfrutaría aquel panorama si hubiera levantado la cabeza en aquel momento.

.

Ella agachaba la cabeza mientras sostenía una pokeball entre sus dedos. Estaba vieja y tenía un par de raspones en ella, pero Naomi la veía con cierta nostalgia incrustada en sus ojos mientras el amargo recuerdo de la derrota hace un par de horas regresaba a su cabeza. Empezó a caerle un par de gotas en esa pokeball a lo que aquel sentimiento de frustración que sentía en aquel momento le traían recuerdos un tanto dolorosos para ella, mucho tiempo atrás en la región de Kalos.

.

Muy lejos de las rutas para entrenadores, escondido en lo que era un bosque perdido una estructura parecida a un viejo castillo se había derrumbado dejando en el sitio lo que alguna vez fue una enorme construcción medieval ahora no era nada más que ruinas que complementaban la belleza natural del lugar. Lo que llegaba a la vista era un bello jardín en donde un número sin fin de flores multicolores abundaban y pintaban aquel jardín conocido por tan poca gente. Era el hogar de un monstruo especial.

.

En aquel lugar Naomi era rodeada por una tormenta de pétalos de diferentes colores. Enfrente de ella una silueta que parecía ser femenina de dos metros la veía con cierta lastima, y en uno de los extremos de ese jardín se encontraba una pequeña niña de no más de 8 años de edad con cabello azul índigo.

.

Ella estaba en el suelo de rodillas mientras que en sus brazos abrazaba la cabeza de aquel Dratini debilitado y completamente herido mientras lágrimas bajaban por sus mejillas hasta tocar la frente. Esto hizo que despertara por unos segundos y pudo contemplar como los ojos amatistas de su entrenadora brotaban aquellas lágrimas de dolor.

.

Aquel Dratini volteó lentamente para ver aquella silueta humanoide que hace un momento le había superado por completo, y con el miedo y frustración envueltos en sus ojos los cerró al no poder resistir más. Todo el combate, todo su esfuerzo fue en vano al no haber podido hacer nada contra ella. Un orgullo estaba lastimado y todo era culpa de la soberbia de su entrenadora. Eso era algo que Naomi siempre recordaría.

.

De vuelta en la realidad, Naomi sin notarlo había empezado a llamar un poco la atención de los que estaba en el lugar. Un par de geodudes curiosos empezaron a acercarse y al ver a Naomi de tal forma solo pasaron de largo. En la naturaleza no toda eran batallas por supervivencia, y algunos solo vivían en calma. No obstante, al ver que había otro de ellos cerca y que este si parecía estar preparado para luchar cosa que ellos querían evitar y salieron corriendo. Poco a poco se iba acercando a Naomi por la espalda mientras esta lloraba, al poner su mano en su hombro alarmó a la joven haciéndole dar un pequeño salto levantándose. En un segundo, Naomi se puso en guardia por reflejo y God solo levantó las manos.

.

– Oye, tranquila. – God le dijo con una sonrisa mientras le pedía que no gritara. – No soy Wallace, pero tampoco es para que te asustes. –

– Ah, perdón. Creí que estaba sola. – dijo Naomi tranquilizando un poco su corazón tras ese pequeño susto. Un poco molesta trato de mantener un poco su apariencia disimulando mientras se limpiaba las lágrimas. – Desde... ¿Cuánto tiempo has estado ahí? –

– Acabo de llegar, aunque si oí a alguien con algo bastante grande guardado en su pecho. –

.

God le respondió con un tanto de humor mientras le cerraba un ojo con un gesto de todo un bufón. Trataba de animarla, pero el hecho de que la había escuchado le hizo sentir pena evitando su mirada y pasaba su mano en su otro brazo mordiéndose el labio. A God le tomo un segundo pensar en sus palabras. No era el más adecuado, pero veía a Naomi desilusionada. Tenía dos opciones, pero la de huir no era la mejor opción cuando ya estaba presente en el lugar.

.

– Sé que no se siente bien perder, créenme que yo sé más que nadie lo frustrante y desanimado que puede ser. Pero, hey, mi abuelo siempre me decía que mientras sigas avanzando jamás estará perdido de todo. –

No... No es solo haber perdido... – Naomi veía el suelo mientras se sentaba en aquella roca, God de inmediato se sentó a lado de ella. Claro que al estar tan cerca de él se sentía un tanto agobiada ante el contacto y aprovechando una distracción se alejó un poco de él sin que se diera cuenta. – Aunque debió verse vergonzoso el perder así. –

– ¿Que estás diciendo? Estuviste genial. Jamás esperé que fueran a combatir mientras me iba, pero lo que pude de verdad me dejo flipando. – decía God energético recordando como en cada uno de los movimientos que hacía Nitro y Wrecker bailaban a la par. – Amber me contó que acabaste fácil con el Golbat que nos había causado problemas en la cueva. Me da rabia el no haberlo visto. –

– Tampoco es algo para enorgullecerse. Al final no fue suficiente y perdí contra el Têtu. – Naomi veía el suelo decepcionada de sí mismo. – Croconaw y Nitro no pudieron con su Onix, incluso cuando tenía la ventaja de tipo. –

– Nao... –

.

God con un movimiento tomó su hombro llamando su atención y con solo dos dedos golpeó lo más suave que pudo la frente de Naomi. Aunque se había contenido lo más posible si le hizo soltar una lagrimita por el inesperado golpe.

– ¡Auuuh! ¿Por qué?– Naomi hizo un gesto de dolor tan tierno que God no pudo soportar sacar una sonrisa al verla. – No, no es gracioso. –

– Jaja ¿Tú crees? No puedo evitarlo cuando te ves así. – God reía un poco haciéndole molestar a Naomi. – En fin, perdón por el golpecito pero necesitaba reventar tu burbuja. –

– ¿Eh? ¿Burbuja? –

– Si, ya hemos viajado más o menos dos meses juntos y sé que tú también tienes el mal habito de atormentarte cuando le das muchas vueltas a un tema. – Naomi abrió los ojos dándole señal a God que había acertado. – Me pasa seguido cuando corro solo, a veces mi cabeza da muchas vueltas y terminó pensando en que he hecho mal y me lamento por ello.

– Cia... Una vieja amiga siempre me daba un golpe en la frente para hacerme reaccionar, siempre decía: "Deja de pensar tanto" y también "Deja de correr alrededor mío, me mareas" – Decía God tratando de imitar una voz femenina regañona muy estereotipada en forma de burla. Naomi soltó una risa. – ¿Ves? Te ves más bonita cuando estas sonriendo. –

– Tarado... – dijo soltando otra risa y devolviendo el golpe en el hombro. God se sobo el hombro fingiendo que le había dolido ganándose un empujón y ya no pudo aguantar la risa más. – Gracias... Lo necesitaba. –

– Claro, todos alguna vez necesitamos reír de vez en cuando. – decía God sentándose en forma de indio a su lado cruzando sus brazos con más confianza y solo viendo a Naomi con un ojo fingiendo una actitud confiada solo para que Naomi soltara otra sonrisa a la parodia. – Es lo bueno de no viajar solo. Claro que voy a ritmo shuckle con todos ustedes, pero es más divertido ir en grupo. –

– Ja. Ja. Ja. – Naomi reía sarcásticamente, al ver que había hecho se sorprendió. God se rio aún más, le había cambiado de actitud y le había hecho ganar más confianza. Naomi reía, pero luego su mirada regreso a una más seria a lo que una pregunta paso por su cabeza. – God, quisiera preguntarte algo ¿Me lo permites? –

– Eh claro ¿Por qué no? – decía God sorprendido del cambio de atmosfera tan veloz, pero aun así no se dejaría vencer por la tristeza de Naomi y le esbozaba una sonrisa pasando sus brazos por detrás de su cabeza. – Pregúntame lo que quieras, soy un libro abierto. –

– Si, bueno... ¿Un libro para niños, tal vez? –

– Auch. Ow, eso dolió... – God sobreactuaba y Jajaja eso Nao, ya estas aprendiendo. –

– Si... Parece... (Por Celestia ¿De dónde fue que salió eso? ¿Será que me ha contagiado algo? – Naomi en parte se reía mientras que por dentro Naomi se preguntaba el motivo de eso le daba tanta gracia. De hecho, hace un rato estaba llorando y ahora de alguna forma estaba riendo. Estaba atónita el como un par de bromas le hicieron cambiar su ánimo tan fácil, ¿Acaso era un talento oculto que no les había enseñado, o que ella era la influenciable? – ¿Como... Como lo haces? –

– ¿Que, los chistes? Ah, bueno. Es más fácil de lo que parece, verás... –

– No, eso no. – Naomi le decía mientras intentaba no verlo a los ojos, mientras God dobló un poco la cabeza hacía la izquierda curioso. – ¿Como... Como haces para siempre estar tan positivo? Has pasado por muchas experiencias que cualquier otro no pudiera soportar. Incluso te has arriesgado a tal punto que ya deberías estar muerto. –

– Bueno... – God se quedó callado mirando hacia el cielo mientras se rascaba la cabeza. Naomi fijo su vista en él y en sus ojos parecía estar esperando una respuesta que pudiera aclararle su cabeza. Aunque claro que God no sabía que ella esperaba, así que solo soltó una sonrisa un tanto forzada. – Supongo que si soy un hueso grueso de roer. –

– Por favor, God. Según lo que he visto has sobrevivido a la caída de un edificio para salvar a ese Têtu, haz peleado frente a frente con un Suicune y de alguna forma sacaste fuerzas de alguna parte para terminar atraparlo. –

– (Tampoco es que lo haya hecho solo...) – Pensó God al recordar en lo que tuvo que hacer para poder enfrentarse a Suicune. Miró de reojo el extraño aro con la piedra roja que debía de cuidar a cambio de aquella ayuda. – (Ojalá pudiera decírselo, pero el señor Destiny me dijo que lo guardara por el momento). –

– No solo es que lo hayas eso y salieras invicto, es que tu hayas llegado tan lejos en tan poco tiempo. – Estas palabras llamaron la atención de God, desde el momento en que había salido del asunto de las ruinas había tenido su cabeza enfocada en dominar la Mano del Cielo y no se había fijado en eso. – Sé que lo que estoy diciendo suena egoísta, pero cuando comenzamos a viajar juntos creía que estábamos al mismo nivel y me alegraba el encontrar a alguien así. Ahora se siente... Diferente. –

– Nao... – God escuchaba cada palabra y la verdad le achicaba el corazón el oír a Naomi hablar de esa forma. No era como cuando hablaba seria y fría dándole información o un dato que él no sabía, ahora en sus palabras podía oír como dudaba en su tono de voz. – No sé qué decirte, esto es algo que nunca he pensado y la verdad... Nunca pensé en que tenías eso guardado todo este tiempo. –

– Ese es el problema, tú ni siquiera piensas en eso. Yo... Yo debería ser quién salga victoriosa, quién no pierda contra otros. –

– Nao, tampoco hay que ponerse así solo por perder un combate. –

.

Trató de calmarla a lo que puso su mano en su hombro, pero Naomi en un movimiento brusco le alejó. Ella estaba molesta.

– Ce n'est pas seulement un combat! (¡No sólo es el combate!) – Naomi gritó enojada volteando a ver a God a los ojos. Fue tan repentino que God no pudo reaccionar el cómo Naomi se acercó al rostro de God furiosa, el solo ver los ojos color amatista de Naomi humedecidos al sentirse frustrada hizo que tragara saliva. Al ver que había gritado se disculpó con él mirando a otro lado. – Lo siento... No debería... –

Naomi se iba a alejar de él, estaba muy apenada de cómo había actuado. Él no tenía la culpa de sus problemas, por lo que no debía desquitarse con él quién había sido muy amable con ella. Iba a regresar a dormir en la tienda que compartía con Amber, pero le tomó de la mano llamando su atención.

.

Pudo ver en el rostro de God seriedad y el cómo la atajó a que se sentara junto a él, sujetando su mano con firmeza sin requerir fuerza hizo que se sentara a su lado y ella ni siquiera pudo reaccionar. El simple hecho de estar tomados de la mano la dejó sin palabras y el hecho de que cambiara tan de repente de actitud hacía que su imaginación sobrevolara.

.

Era algo que le apenaba y prefería ocultarlo, pero Naomi era fan de las novelas románticas. Como cualquier otra chica en esa época de su vida siempre había querido tener una relación así, y el hecho de que ese momento se parecía a uno que había leído en sus novelas le hacía pensar cosas raras. Dudaba si resistirse o dejarse llevar.

.

– Nao, es cierto. No sé cómo te debes sentir, pero por eso mismo estoy aquí para ti. – Con voz seria y un tanto más grave cayó por completo a Naomi que veía con perfección los ojos carmesí que eran iluminados por la leve luz de la Luna de aquella noche. – Por favor, ayúdame a entenderte. Te prometo que escucharé lo que necesites. –

.

Naomi titubeo un poco tratando de apartar la mirada, pero dudaba de sí misma en ese momento. Al final, no entendía el motivo, pero sentía cierta confianza en la mirada del chico enfrente de ella.

.

D... De acuerdo. – dijo suavemente viendo ahora al suelo apartando la mirada. – ¿Qué quieres saber? –

– Empecemos por el comienzo. Si no estás así por perder entonces dime que te hace llorar. –

– Bueno... –

.

.

.

II. Ojos desde Arriba.

.

.

.

/CUEVA UNIÓN/ARRIBA/CAMPAMENTO/

,

En la tienda de campaña la mayoría de pokemon del grupo descansaban, la tienda era bastantes grande al casi ser una habitación. Nitro descansaba sentado en el lugar y charmeleon ultra cómodo lo usaba como almohada con sus garras detrás de su cabeza. Charmeleon era el más ruidoso al roncar de manera escandalosa y soltando uno que otro gruñido al parecer estar soñando que estaba combatiendo, o la saliva que salía de su boca al pensar en comida.

.

Por el molesto charmeleon, Mareep dormía lejos del grupo al no confiar en ellos hecho bolita con su lana, aunque tanto Beedrill como Croconaw no le importaban dormir cerca del charmeleon siendo que Beedrill parecía no dar señales de vida y Croconaw se la pasaba mordiendo un gran tronco de madera que Naomi le había conseguido para que dejara de molestar y este lo mordía sonámbulo.

.

A sorpresa de todos Amber sacó a Fuyupe, la pequeña cría de Lapras, para que durmiera con ella. Fuyupe se acomodaba en una lona inflable y sobre ella Amber estaba recostada de tal forma que ponía su cabeza entre su cuello y su caparazón, con ese contacto para Fuyupe le bastaba para poder descansar profundamente sabiendo que Amber está encima de ella. Claro que el celoso growlithe variocolor tampoco se quedaría atrás estando acostado completamente inmóvil encima de los suaves muslos de su entrenadora. Amber acariciaba a Natsu mientras veía por la ventana de la tienda contemplando el cielo de afuera. Las estrellas que llamaban mucho la atención tenían ese par de ojos de color miel completamente inmersos en su brillo celestial.

.

– Son hermosas desde aquí ¿No les parece...? –

.

Amber observaba con nostalgia aquellas estrellas recordando años atrás, pero más que nada al haber dicho aquella frase la imagen de God apareció en su cabeza y sin querer una sonrisa se dibujó en su rostro. Natsu al no sentir más su mano acariciándole levantó la cabeza y pudo ver que estaba viendo hacía el vacío con aquella cara que le molestaba que tuviera.

.

Natsu sabía que significaba esa cara, era obvio que cada vez que Amber pensaba en la misma persona siempre perdía la mirada en el espacio. Sus ojos se humedecían a lo que sus pupilas se hacían más grande, sus mejillas se acaloraban un poco y mordía la parte de adentro de su labio. Ya conocía las señales de que el niño de ojos rojos estaba de visita en su cabeza, y por celos el growlithe le llamó la atención con un ladrido. ¿Qué tenía el que el que le llamara la atención? El sí tenía pelaje y no olía a ceniza como ese tipejo? O eso era lo que pensaba Natsu. Ella solo sonrió más tiernamente al ver a su pequeño growlithe mostrándole la pansa mientras movía la cola y sacaba la lengua. Como todo capricho que le pedían Amber se lo consentía, y Rayo que estaba alto veía la escena con un semblante muy serio y unas chispas salían de sus mejillas.

.

Rayo era el que se encontraba en uno de los muebles del sitio cruzando sus pequeños bracitos naranjas esperando a su entrenador y en parte vigilando tanto que nada les ataque como que nada se descontrole. Rayo ciertamente era el más maduro del grupo, no solo al ser el de más nivel sino que era quien razonaba y sabía que cosas pueden pasar con una mala acción. Desde lo que había pasado con Natsu al haber atacado a su propio compañero le era imposible el poder verlo como igual. Era caprichoso, egoísta, muy orgullo, muy celoso de todo aquel que se acerque a Amber, y volátil y violento ante la más mínima provocación.

.

El simple hecho de que no había hecho algo aún con él era porque se escondía en los brazos de Amber, y el hecho de que le diera una paliza enfrente de ella no se vería nada bien. Aun con lo que le hizo a beedrill cuando este le estaba ayudando fuera despiadado, tampoco podía rebajarse a su nivel, era un cachorro que no superaría dos años de edad y al parecer Amber lo había consentido toda su vida.

.

El growlithe era sumamente poderoso y talentoso, pero eso no justificaba para él el ser un cretino que hacia lo que quería y mucho menos lastimar a quienes les rodean solo por un capricho. Ambos eran variocolor, pokemon de un color distinto que son extremadamente raros, pero la diferencia entre Natsu y Rayo era el valor que tenían por los que le rodeaban. A decir verdad no le tenía rencor al cachorro, pero tampoco le tenía confianza alguna. Si en caso de que estuvieran en una crisis como lo fueron combatir contra Suicune o el asunto de la cueva, a la primera que hiciera algo contra otro de su grupo Rayo lo noquearía sin dudarlo.

.

Amber volvió a contemplar el cielo oscuro por la ventana, solo que esta vez se fijó que esa precisa noche había luna llena. Al contemplarla por unos segundos la imagen de Naomi le cruzó la cabeza, y luego recordó en cómo tanto ella y God llegaron al ayudarla.

.

– (La trajo en sus brazos...) –

.

El recordar cómo la había atraído de esa forma hizo que su sonrisa se borrara de su cabeza e inflara un poco sus mejillas rojizas. No solo era eso pues entendía que God la había traído así debido a que se encontraba inconsciente y le era más fácil el cuidarla para que no le atacaran por la espalda, pero no podía ver bien el simple hecho de que ella se acomodara en su pecho, y más el hecho de que hubiera dicho su nombre acomodándose hasta que se dio cuenta que no estaba en brazos de God.

.

– (Ellos... Son muy cercanos...) –

.

El pequeño cachorro movía su cola y pata ante la acaricia de su entrenadora, más su cabeza no estaba ahí en ese momento y eso le molestó. Amber veía el vacío del suelo de la carpa donde estaban, su cabeza variaba entre pensamientos buscando valor en lo más profundo de su subconsciente.

.

– (Sabía que era posible que no me recordara... Sabía que también en estos años podría haber encontrado a alguien más, pero...) – Amber se cuestionaba en su cabeza mientras recordaba el cómo había actuado con él la última vez siendo que se había ocultado de manera muy vergonzosa. Se lamentaba de haber actuado así, aún más enfrente de él a lo que una lágrima se le escapó empezándose a preocupar de lo que dirían de ella. – (Quizás ya sea muy tarde... Quizás... ya lo... ) –

.

De repente, la Lapras le dio una suave lamida en su mejilla llevándose la lágrima que se le había escapado. Ella no se lo esperaba dando un pequeño saltito por la sorpresa al estar muy metida en su cabeza pero al voltear a ver a la pequeña vio que la veía con preocupación. Fuyupe restregaba su cabeza tanto con el pecho izquierdo como con el rostro de Amber tratando de consolarla, este gesto hizo que Amber tomará su cabeza y le diera un ligero beso en su mejilla.

– Tienes razón, pequeña. No es bueno que me deprima solo por eso. Gracias... – le dijo a la Lapras a lo que le dio otro suave beso, Fuyupe se acostumbraba más y más a Amber a tal punto que ya le tenía bastante cariño. – (No hay que estar triste ahora, ya he llegado muy lejos para rendirme. Incluso si no puedo hacer que me recuerde, entonces deberé de repetirlo hasta que sea otra vez así). Quiero vivir como prometimos... –

.

Rayo observaba la escena de reojo y sentía un poco de nostalgia al verla actuar así, no porque le había visto antes sino porque recordaba cómo alguien muy parecida a ella actuaba con su entrenador.

.

El suave sonido de un aleteo llamo la atención de sus orejas y abriendo el otro ojo veía por la ventana a lo lejos a un golbat revoloteando a lo lejos, era la tercera vez que el mismo golbat pasaba por ahí y claro que él le había visto por lo que soltaba un par de chispas de sus mejillas como si fuera una advertencia. Golbat al reconocerlo bien como "El Eléctrico", aquel que por su cuenta casi se carga a toda una armada de sus viejos compañeros. Era notable su fuerza a tal punto que golbat no se quería acercar más, pero la advertencia no era para él sino para quien veía del otro lado de la cámara que golbat llevaba en la boca.

.

– Tcch, maldito Pikachu aguafiestas. – En un lugar oscuro Zeke veía un gran monitor enfrente de él mientras este estaba sentado en una silla gamer. – Supongo que no puedo hacer nada mientras la ratita cuqui este cerca, supongo que ese par puede esperar un poco más. De cualquier forma parece que la última que me falta es ella, dejare todo para el postre. –

– ¡AMMOOOOO, NO ES JUSTO! – Aquella voz de la I.A por poco le revienta el speaker a Zeke obligándole a taparse los oídos. – ¿POR QUE ME VISTIÓ ASÍ? ¡PARESCO UNA ELFA! –

– Es tu castigo por insolencia y ruidosa. Ahora baja el volumen y agradece que 03 no ha encontrado el error en tu algoritmo que te da tanta libertad, así que ha comportarse. – dijo Zeke molesto aunque el tono de su voz era más cómico que nada. –Sirve de algo y dime el reporte, pudiste… -

– ¡MALO! –

– ¡Reporte, ahora! –

–... – Una pestaña se abrió en el monitor y mostró varios datos en la pantalla junto a las fotos de God, Naomi y sus pokemon. – Ya tengo analizada la información del entrenador Godofredo Forcehold y Naomi Mitzuki, tengo las estadísticas y con la información de hoy ya empecé el desarrollo de estrategias contra ellos. Deme algo de tiempo para conseguir sus historiales. Aquí les dejo los datos mientras tanto. –

– Muy bien, un paso menos. – Zeke veía la lista de defectos de God con sumo cuidado y con una expresión seria en su rostro observaba aquella tabla de datos. – Esto no es cierto, ese bastardo... –

.

.

.