La prometida de Kuno

Capítulo 1: Una prometida del demonio.

- ¡ME NIEGO!

-P-Pero mi señor…

- ¡ME NIEGO ROTUNDAMENTE! ¡Las únicas chicas que pueden reclamar el privilegio de ser mi futura esposa son solo Akane Tendo y la chica pelirroja! ¡No pienso aceptar tal absurdo compromiso con una completa extraña, Y MENOS AÚN SI ESTA FUE ESCOGIDA POR MI IRRITANTE PADRE! –exclamó Kuno con fuerza, mostrando una expresión sumamente decidida y enojada.

-Entiendo muy bien su descontento, joven amo, pero esto es algo que ya está decidido. Así que me temo que no le queda más que aceptarlo-al oír de esa voz a sus espaldas, el joven kendoka se giró hacia ella.

-Chigiri…-pronunció este nada más verla, con una ligera frustración marcada en su tono y expresión.

Sarugakure Chigiri, la kunoichi sirviente de su loco padre y prima de su sirviente Sasuke…A pesar de todos los años que había pasado sin verla (los cuales eran los mismos que los que su progenitor había ¨desaparecido¨), esta lucía prácticamente igual a la última vez que la vio: cabello azul oscuro muy corto (puede que incluso más corto que el de su querida Akane Tendo), ojos verdes que se mantenían serenos ante casi cualquier situación, pequeños y redondos aretes negros que resaltaban sobre su blanca piel, y un pulcro traje de oficina (compuesto de una chaqueta azul oscuro, una camisa blanca y un pantalón negro) que denotaba elegancia…al igual que contenía una tenue aura de sensualidad (la cual solo podía ser notada parcialmente gracias a sus bien marcadas caderas y buen busto).

-…El compromiso con la heredera de la Oni Corp. ya está prácticamente sellado. De hecho, ella ya está en camino hacia acá para conocerlo…-mencionó la kunoichi entre un suspiro monótono y algo cansado.

Nada más terminar su frase, la puerta de la sala se abrió de par en par y por ella corrió por un momento un fuerte viento helado que hizo que el joven kendoka se tuviera que cubrir los ojos y que Sasuke se tuviera que aguantar de su pierna para no salir volando.

-…Oh vaya, ya ha llegado-detalló con simpleza la kunoichi al cesar el viento, dirigiendo su vista hacia la invitada con una expresión de desgano, manteniendo su postura serena y sus manos tras su espalda.

Kuno miró curioso y algo confuso hacia la oscura figura parada ahora en el umbral de la puerta. La figura inclinó ligeramente la cabeza y esbozó una misteriosa sonrisa. Esta dio un firme paso hacia el interior de la sala y por un instante, a Kuno le pareció ver diminutos copos de nieve salir volando de allí. En presagio de todo lo que no sabía que le esperaba, un escalofrío recorrió la espalda del kendoka…y su expresión rápidamente se tornó inquieta.

-Más tarde, en casa de los Tendo-

Nabiki estaba anotando gustosamente las ganancias de este último mes. Como siempre, la venta de fotos más las diferentes ofertas y eventos costeados a partir de las batallas de Ranma contra sus prometidas y/o rivales le habían dado una muy buena cantidad de dinero para su preciada cartera. Ahhh, que bonito sería si la mitad de este no tuvieran que gastarlo cada tanto para poder reparar la casa cada vez que Ranma y compañía la destruían en sus combates.

-Mah, bueno, siempre le puedo sacar más dinero a Kuno-chan-comentó para sí misma Nabiki de forma simple, cerrando y guardando su libreta en una gaveta de su escritorio.

Tras estirarse un poco sobre su silla, la mediana de los Tendo se paró y salió de su habitación. Se dirigió a la habitación de Akane, pero al escuchar y reconocer su voz discutiendo con Ranma, supo inmediatamente que esta estaba ahora mismo en la planta baja. Sin poder evitarlo, Nabiki movió la cabeza en un cansado movimiento de ¨No¨ y soltó un suspiro.

-Tsunderes…Tsunderes a más no poder-solo dijo esta al aire.

Si bien la relación de amor/odio de su hermana y su prometido era bastante entretenida a su manera (y había traído consigo una cantidad inmensa de ganancias y situaciones muy divertidas), había momentos en los que esta se le tornaba un tanto cansina…Pero por suerte, estos momentos nunca solían durar mucho, pues siempre solía llegar una nueva y loca ¨aventura¨ a sus puertas para darle otra vez algo de ¨chispa¨ a su día a día.

¡Ding-Dong!

¡OH! Y hablando de eso…parece que ya por fin llegó la nueva aventura del día.

-Oh, ¡buenos días Kuno! –oyó cómo Kasumi abría la puerta y saludaba afablemente a su mejor cliente.

-B-Buenos días…-respondió el kendoka con cierta dificultad. A juzgar por el tono algo cansado de sus palabras y su respiración… ¿este había venido corriendo? -… ¿N-Nabiki Tendo está?

-Ah, sí, ¡Nabiki está…! –antes de que Kasumi pudiera terminar su frase, Kuno salió disparado corriendo por las escaleras como alma que lleva el diablo, dejando a su paso unas simples motas de polvo-…arriba-terminó de pronunciar la mayor, con una cara de sorpresa y ligera confusión ante el impulsivo actuar de su conocido invitado.

- ¡NABIKI TENDO! –nada más encontrarla, el kendoka la tomó por los hombros con una fuerza casi desgarradora, y con una cara de puro pánico, añadió- ¡Necesito de tus servicios, IN-ME-DIA-TA-MEN-TE!

- ¿Q-Qué pasa Kuno-chan? ¿P-Por qué estás tan agitado…? –preguntó Nabiki entre tensa y descolocada, shockeada por la repentina y rara petición más el extraño actuar de su ¨querido amigo¨.

¡Ding-Dong!

El kendoka prácticamente saltó y gritó aterrado ante el oír del timbre y temblando como una gelatina, se escondió instintivamente detrás de ella. Desconcertada (y sinceramente algo espantada) por la extrema extrañeza de todo esto, la mediana de los Tendo se asomó por el borde de las escaleras hacia abajo, hacia la puerta.

-Oh, ¿hola…? –saludó Kasumi algo confusa ante la nueva figura tras el umbral de la puerta, mirándola con una clara curiosidad presente en el rostro de toda la familia e invitados (quienes se habían acercado al lugar ante el oír del raro revuelo).

La hermosa joven esbozó una educada sonrisa. Con simple elegancia, la joven desconocida llevó una mano a su pecho y alzó parte de su falda mientras hacía una ligera reverencia.

-Encantada de conocerlos, miembros de la familia Tendo. Mi nombre es Fubuki Onigawara-si ya por su gesto anterior esta había parecido una princesa, con la gracia y belleza de su voz y palabras, este efecto se había intensificado a niveles exponenciales-Disculpen la intromisión, pero… ¿se encuentra aquí por casualidad Tatewaki Kuno-san?

Nabiki vio y sintió cómo el mentado se retorcía aún más de miedo en su puesto, lo cual la hizo levantar una ceja extrañada.

(¿Pero qué rayos…?)-no pudo más que preguntarse esta en su mente, pero pronto regresó su vista hacia la ¨invitada¨ en busca de una respuesta.

Su cabello era largo y sedoso, de un color negro azabache que solo resaltaba más aún gracias al lindo lazo rosa que lo mantenía atado en una pequeña coleta al final. Sus ojos eran verdes y aún en esta distancia mostraban una belleza comparable a la de un par de esmeraldas. Vestía un peculiar sailor fuku*: la parte superior era azul con detalles en rojo, con una pequeña parte en blanco y un lazo rojo; por otro lado, la falda era larga y blanca, con unas pequeñas rayas rojas al final de la misma; y sus zapatos negros y aretes rojos completaban toda su elegante esencia. Sin duda, era una chica súper guapa, así que… ¿qué diablos habría hecho esta para dejar a Kuno en tal estado?

-A-Ah sí, pero… ¿s-se puede saber el por qué lo busca? –inquirió Kasumi un tanto nerviosa.

- ¿Oh? ¿El por qué? Pues…simplemente quiero ver a mi prometido-aclaró con simpleza Fubuki, dejando escapar una ligera risa al final de sus palabras.

- ¿¡P-P-PROMETIDOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!? –un gran grito conjunto de shock dejó la boca de los presentes (excepto la de Kasumi, quien solo e cubrió parcialmente la misma en señal de pura sorpresa) tras un muy corto momento de silencio.

(¿A-Are? ¿¡Q-Qué!? ¿¡CÓMO!? ¡E-Esto no tiene sentido! ¡Se supone que el de las prometidas es Ranma!)-gritó atónita Nabiki en su mente.

Incrédula por la extraña realidad frente a sus ojos (la cual casi que parecía más un mal chiste), Nabiki le dedicó una…¨curiosa¨ mirada al pobre kendoka, quien cubría sus orejas (con manos temblorosas) en señal de negación.

-Nabiki Tendo, te pagaré cualquier cantidad exorbitante de dinero que quieras, ¡pero POR FAVOR! ¡AYÚDAME A SALIR DE MI COMPROMISO CON ESA LOCA! –le suplicó desesperadamente Kuno apretando nuevamente sus hombros, en un tono y expresión de asustado.

Nabiki parpadeó dos veces, con una cómica cara de sorpresa y tras un corto momento de silencio, dijo:

-…Tatewaki Kuno, el gran Rayo Azul de Furinkan, ¿asustado de su propia prometida?¿Tanto como para querer romper el compromiso y pedirle ayuda a Nabiki Tendo? Uy, esto sí que es serio.

-Oh ¿así que está arriba? Gracias por decírmelo-al oír de esas palabras y sentir de sus pisadas subiendo las escaleras, Kuno se sobresaltó.

-Por favor Nabiki, por lo que más quieras…-repitió este en un tono más bajo, apurado y necesitado, con una expresión tan lastimera que casi que habría podido ablandar el corazón de una verdadera reina de hielo.

Nabiki apretó los labios con fuerza, mostrando una expresión un tanto contrariada. No era la primera vez que el kendoka le pedía algo, pero esta era sin duda la primera vez que lo hacía con tanta desesperación…eso era alarma más que suficiente para saber que podría estar entrando en un peligroso terreno del que sería mejor alejarse lo más pronto posible. Pero…él había dicho que le pagaría lo que ella quisiera (y ciertamente, esa era una oferta muy tentadora) y también…prácticamente le estaba rogando por ayuda… ¡OH, AL DIABLO CON ESO! ¡Nabiki Tendo nunca dejaría pasar una oferta tan buena! Total, no es como si fuera la primera vez que lidiaba con prometidas locas.

-De acuerdo, Kuno-chan. Déjamelo a mí-asintió Nabiki decidida y antes de girarse de vuelta a las escaleras, agregó con un tono más bajo y pícaro-Después me cuentas los detalles y acordamos el precio por mis servicios~.

Kuno empezó a gruñir molesto por su descaro, pero al ver llegar ya a su prometida, este se escondió rápida y cobardemente detrás de Nabiki Tendo.

-Vaya Kuno-san, conque aquí estabas-le saludó Fubuki con un tono suave y alegre, pero al percatarse de la presencia de la mediana de los Tendo, esta preguntó curiosa-Oh, perdona, ¿interrumpí su conversación?

-No-No, descuida, justo habíamos terminado de hablar-correspondió Nabiki de forma afable.

- ¿Ah sí? Qué alivio. Y… ¿usted es…?

Nabiki esbozó una sonrisa educada e inusualmente alegre y tras estrecharse de forma amorosa contra uno de los brazos de su acompañante, dijo sin más:

-Mi nombre es Nabiki Tendo, y soy la novia de Kuno-chan.

N.A: Fiuu, ¡por fin pude terminar de escribir esto! Créanme, por un momento pensé que la corriente no me dejaría terminar este cap a tiempo TT w TT. En fin, las cosas se ven muy interesantes por aquí, ¿eh~? OwO. Peeero no hago auto-spoilers así que solo diré que esperen el próximo cap con ganas XD. ¡Oh, por cierto! El nombre de Fubuki significa ¨ventisca¨ en japonés y el carácter de Oni en su apellido significa ogro o demonio. Ajá, así que de ahí viene el título ¨Una prometida del demonio¨, jeje. En otro momento les hablaré más a detalle sobre los personajes que aparecen dentro de esta historia…En todo caso, espero que hayan disfrutado este capítulo aunque sea solo un poco. Y así, sin nada más que decir, ¡espero nos leamos pronto~!