Sorprendida, estupefacta, perpleja, pasmada, desconcertada. Había unas cuantas palabras que podían definir como Tiff se sentía en aquel momento.
Ya había intuido que las cosas no iban a ser como esperaba nada más había vislumbrado el castillo en lo alto de una montaña. En principio, ni siquiera lo había identificado como el castillo de Dedede. No sólo era más pequeño y menos ostentoso, dándole más aspecto de ser una fortaleza que un castillo, sino que además tenía un par de ventanas que junto al portón le daban un aspecto de "cara enfadada", como si la propia arquitectura estuviera diciendo "aquí vive un villano". La única pista que había encontrado en el exterior de que el castillo fuese de verdad de Dedede era un cartel que decía "bienvenidos al Monte Dedede" al pie de la montaña.
El interior del castillo también era totalmente diferente al que ella conocía. Los colores rojo y dorado de las decoraciones, así como los estandartes con su reconocible logo, dejaban bien claro quien era el dueño del castillo, pero la vibrante iluminación lo hacía mucho más acogedor que el de su dimensión. El conjunto de elementos creaba un fuerte contraste con el exterior que le tenía bastante fascinada.
En cuanto a sus habitantes, Kirby ya le había informado de que no había una versión alternativa de ella, sus padres o su hermano viviendo allí, así como tampoco parecía haber un Escargoon o un Capitán Waddle Doo (aunque los Waddle Doo sí existían como una especie variante de los Waddle Dee y muy pocos trabajaban para Dedede en aquellos tiempos). El Meta Knight de esa dimensión tampoco parecía vivir allí y tenía su propia base en otro lugar.
Aunque el mayor cambio del castillo eran los propios Waddle Dees. Los que custodiaban la puerta no sólo les habían dejado pasar sin problemas al reconocer a Kirby y a Gooey, al fin y al cabo les estaban esperando, sino que les habían saludado y les habían dicho donde podían encontrar a Dedede y Meta Knight.
Sí, los Waddle Dee de ese mundo podían hablar. Tiff no sabía cómo ni por qué, pero tampoco tenía tiempo de pararse a pensarlo. A parte de eso, los Waddle Dees de ese castillo parecían de algún modo más felices con su trabajo que los de su mundo. Parecía que el Dedede de allí les trataba mejor, lo cual no era muy difícil.
Pero lo que había dejado de piedra a la niña era el lugar donde le había conducido Kirby: un ring de combate, donde Dedede y Meta Knight estaban luchando el uno contra el otro, martillo contra espada en un intrincado baile de bloqueos y contraataques en el que cada golpe parecía estar medido con precisión. El Dedede de esa dimensión no sólo era capaz de seguirle el ritmo al caballero, sino que además parecía estar en igualdad de condiciones que este. Y no era que ese Meta Knight fuese peor luchando que el que ella conocía: por la manera de moverse parecía tan experimentado e incluso más ágil. Además, ese Meta Knight también era el portador de la espada legendaria Galaxia. Todo eso sólo hacia que ver Dedede luchando contra el caballero fuese aún más increíble.
–Si no lo veo, no lo creo–se le escapó a Tiff.
–¿El qué?– le preguntó Gooey, confundido.
–El Dedede que yo conozco no duraría ni tres segundos luchando contra Meta Knight– sentenció ella.– ¿Estáis seguros de qué no está usando ningún artefacto maligno o algo de ese estilo para hacerse más fuerte?
–Creo que después de lo de las máscaras, ni Dedede ni Meta Knight se van a acercar a un artefacto maligno voluntariamente– replicó Kirby con una respuesta que sólo conseguía crear más preguntas en la cabeza de Tiff.
–¡Eh, Kirby, Gooey!– les saludó un Waddle Dee que llevaba una bandana azul desde una de las gradas. Tiff supuso que debía ser el mismo que aparecía en las fotos de la casa de Kirby.
–Hola Bandee, poyo– saludó Kirby con energía al Waddle Dee mientras este se acercaba donde estaban ellos. Kirby y Gooey recibieron al peculiar Waddle Dee con mucha alegría y entusiasmo, dando a entender que eran buenos amigos.
–¿Quién es vuestra nueva amiga?– preguntó el Waddle Dee con curiosidad al ver a Tiff.
–Se llama Tiff. Tiff, este es Bandana Dee o Bandee para los amigos– presentó a ambos la bolita rosa.– Oye, ¿les queda mucho? Tengo hambre, poyo– le preguntó refiriéndose a los dos combatientes.
–No creo, pero se están tomando en serio lo del torneo de la Tierra Olvidada– respondió Bandee.–Creo que esta vez lo vamos a tener más difícil para vencerles.
–¿Vencerles?– repitió Tiff extrañada. ¿Por qué iban esos dos a luchar contra Dedede y Meta Knight? Contra Dedede podía entenderlo viniendo de Kirby (aunque no del Waddle Dee), pero no veía un motivo para que la bolita se enfrentarse al caballero.
–Ah, en unas de semanas vamos a celebrar un torneo por parejas en la ciudad Waddle Dee de la Tierra Olvidada– le informó Kirby.– Gooey, ¿te vas a apuntar al final?
¿Ciudad Waddle Dee? ¿Tierra Olvidada? Las diferencias entre ese Dreamland y el suyo no dejaban de aumentar y a ella ya empezaba a dolerle la cabeza. "Mira, por tu salud mental simplemente aceptalo y déjalo estar. Centrate en encontrar la manera de volver a casa" se recomendó a si misma. Aunque la picase curiosidad, no debía olvidar cual era su objetivo.
–Nah, no creo que lo haga, pero me pasaré por allí– respondió Gooey tras pensárselo uno segundos.– Tengo muchas ganas de visitar ese sitio después de todo lo que me has contado. Quiero ver sobre todo el parque de atracciones.
–¿Y tú, Tiff? ¿Te animas?– le invitó Bandee.– Es benéfico.
–Bueno, yo no soy una luchadora así que no pego mucho en un torneo– negó ella.– Además, espero estar de vuelta en casa para entonces.
Bandee parecía estar a punto de preguntarle a que se refería con eso, pero su actitud cambió de pronto al mismo tiempo que una sombra se cernía sobre los cuatro niños.
Tiff se giró, solo para comprobar que quien estaba detrás de ellos era el Dedede de aquella dimensión, con una expresión de molestia en su cara. Junto al rey, estaba Meta Knight quien mantenía su mirada fija en ella sin decir nada, lo cual la ponía un poco nerviosa.
–Eh tú. Estabas espiándonos, ¿verdad?– le dijo el rey a a Kirby mientras lo levantaba con las dos manos, la bolita soltando un ruidito de sorpresa.
"Ya está, seguro que ahora le va pegar o algo del estilo," gruñó Tiff internamente mientras se preparaba a defender a ese Kirby. Aunque ese Dedede fuese más fuerte que el que ella conocía (y carecía de ese acento tan particular que tenía el de su dimensión), no iba a dejar que hiciera daño a ninguna versión de su amigo.
Pero en lugar de eso, una sonrisa se dibujó en el rostro del autoproclamado Rey, mientras le preguntaba a su rival:
–¿Se puede saber por qué habéis tardado tanto tú y Gooey, granujilla? Hemos tenido que alargar el entrenamiento porque Bandana no quería merendar sin vosotros, así que agradécemelo.
–Perdón, pero es que surgió algo imprevisto– disculpó este mientras señalaba a Tiff.
Fue entonces cuando el pingüino reparó en ella por primera vez:
–Anda, ¿y esta quién es? – preguntó mientras volvía a dejar a Kirby en el suelo.
–Me llamo Tiff, y esto va a sonar un poco difícil de creer pero vengo de un Dreamland alternativo.
Aquello pareció provocar alguna clase de reacción en Meta Knight, pero Tiff no podía saber cual era. Parecía que este los ojos de ese Meta Knight no cambiaban de color según su estado ánimo, lo que hacia incluso más complicado leerle.
El rey y el caballero intercambiaron una rápida mirada, que Tiff no supo interpretar, antes de que el primero proclamase:
–Bueno, Tiff de un "Dreamland alternativo". Yo soy el gran, todopoderoso, perfecto y genialoso Rey Dedede– se presentó. Bueno, al menos en el ego era idéntico al que tenía el que ella conocía.–Y este es mi fiel caballero y compañero Meta Knight– presentó al aludido.– Venga, Meta. Se que te cuesta mucho abrirte y todo eso, pero es de mala educación no saludar– insistió el rey al aludido mientras le daba unos toquecitos con el martillo.
–Cierto, mis disculpas– se disculpó el caballero haciendo una pequeña reverencia como saludo. Tiff notó que su voz sonaba más grave e intimidante que la de su dimensión (¿estaría usando alguna clase de efecto para que sonara así?) y, al igual que Dedede, tampoco tenía un acento peculiar.– No puedo evitar ser cauteloso ante una cara nueva, especialmente cuando dice ser de un Dreamland alternativo– añadió con cierta sospecha.
Tiff no sabía muy bien que pensar de esos dos. Una cosa es que ambos entrenasen juntos, pero otra cosa muy distinta era las confianzas que el rey se traía con Meta Knight. Es decir, ni ella que se llevaba bastante bien con el de su dimensión le llamaba por su primer nombre. Allí, además, Dedede nunca se referiría a Meta Knight como su fiel caballero, y mucho menos como su compañero, fuera lo que fuera a lo que se refiriese como compañero.
Meta Knight en cambio, a parte de la voz, no parecía diferenciarse mucho del que ella conocía. Era al menos, tan precavido, cauteloso y misterioso como el suyo.
De pronto, a ese Dedede y Kirby les sonaron las tripas prácticamente a la vez. Parecía que, independientemente de la dimensión, si esos dos se parecían en algo era en su voraz apetito.
–Bueno, confío en que nos expliques todo eso de venir de otra dimensión durante la merienda– dijo Dedede intentando recuperar una postura digna.–Eso sí, no pienso tolerar que mi porción de tarta se vea reducida– añadió mirando a Bandana Dee. Aunque el tono sonaba autoritario, la mirada que dirigió a su vasallo estaba llena de súplica.
–Tranquilo, Gran Rey. Me aseguraré de que su porción sea la más grande y jugosa de todas–le aseguró Bandana Dee, haciendo que una sonrisa un tanto infantil se dibujase en el rostro del monarca.
Después de esto, abandonaron el ring de combate y se dirigieron a la azotea donde alguien había desplegado una mesa de picnic repleta de comida. Tiff miró de reojo a Kirby: a la bolita rosa se le hacia la boca agua. Si se hubiera tratado del bebé que ella conocía probablemente hubiera tenido que detenerle para que no saltara hacia la mesa y se zampase todo el sólo, pero este Kirby parecía tener más auto-control sobre su gula. "Debe ser algo habrá adquirido con la edad."
Al ver que faltaba una silla para Tiff, Dedede llamó rápidamente a un Waddle Dee cercano que hasta ese momento había estado vigilando el horizonte con un catalejo.
–Traele una silla a la amiga de Kirby y luego tómate un descanso– le ordenó el rey a su vasallo.
El Waddle Dee asintió, dejó su puesto de vigilante y salió corriendo escaleras a bajo. No tardó en regresar con una silla. Dedede le dio las gracias y después de que el monarca le frotase suavemente la cabeza, el Waddle Dee se puso unas gafas de sol y se acostó en una tumbona cercana.
"Vale, esta persona no puede ser Dedede. Seguramente algún impostor lo sustituiría hace mucho tiempo y nadie ha dicho nada porque prefieren esta versión" dijo Tiff en su mente. Ver a Dedede siendo amable con su sirviente había sido la gota que colmó el vaso. Su mente, acostumbrada a lo mezquino que era el de su mundo, ya no podía procesar a ese pingüino como Dedede.
–Eh Tiff, si no vienes estos tres se van a comer todo– le llamó Bandana, sacándola de su ensimismamiento. Sus cinco acompañantes ya se habían sentado a la mesa y Dedede, Kirby y Gooey habían comenzado a comer, o mejor dicho, devorar la comida.
Tiff se disculpó y se sentó a la mesa. Entre bocado y bocado, Dedede preguntaba a Gooey que tal le habían ido sus viajes, pero Tiff no podía prestar atención a la conversación porque Meta Knight, quien estaba sentado al lado del rey, no paraba de mirarla de manera un tanto intimidatoria. No era difícil suponer que no se fiaba de ella lo más mínimo. Y en el fondo no podía culparle. Ella tampoco se fiaría de un Meta Knight que dijese venir de una versión alternativa de Dreamland en la que Dedede fuese amable.
O quizás esa forma de mirarle se debía que Meta Knight no quería quitarse la máscara delante de una desconocida y, por lo tanto, no podía disfrutar de la merienda. En su lugar, el caballero metió su porción de tarta en un táper y lo guardó dentro de su capa.
Cuando, Kirby, Dedede y Gooey dejaron de comer de manera aparatosa, Meta Knight aprovechó la ocasión para comenzar hacerle preguntas:
–Así que un Dreamland alternativo– dijo el caballero intentando sonar casual sin lograrlo. Tiff asintió.– ¿Puedes contarnos más detalles?
Tiff procedió a explicar las principales diferencia que había encontrado entre ambos Dreamlands. También les contó lo poco que sabía de la GSA y de los Guerreros Estelares, cosa que cómo había predicho Kirby, había atrapado el interés de Meta Knight. Por último, les habló de Nightmare y cómo le habían vencido en su dimensión.
Lo único que evitó mencionar en todo momento fue a Dedede. No sabía si debía de hablar de alguien a quien detestaba tanto delante de una versión alternativa suya.
–Tu dimensión es fascinante sin duda– comentó Meta Knight una vez Tiff terminó de contar su historia.– Pero dime, ¿cómo has acabado aquí?
–Lo siento, no lo recuerdo– respondió Tiff, con cierto pesar.– Por mucho que me esfuerzo en recordar qué es lo que pasó, no consigo hacerlo.
–Cuando la encontré, tenía una fiebre muy alta, poyo– recordó Kirby.– ¿Podría ser una pista?
–Mmm, habrá que consultarlo con Magolor– respondió Meta Knight, pensativo.
–Bueno, todo eso ha sido bastante interesante, pero ¿qué hay de mi?– preguntó Dedede.– ¿Cómo es mi versión de ese mundo? ¿Es tan guay cómo yo?– quiso saber el monarca, con entusiasmo.
En el fondo, Tiff tendría que haberlo visto venir. Claro que alguien sentiría curiosidad por saber como era su vida en otro mundo. Ella misma se preguntaba cómo sería su versión en esa dimensión, si es que la tenía. Viendo que no tenía forma de escurrir el bulto, le preguntó:
–¿Quieres que sea sincera?
–Bueno, por tu forma de mirarme puedo imaginar que mi versión de ese mundo actúa de manera diferente y que no te cae precisamente bien– respondió este.– Pero sí, sé sincera.
–¿Me prometes que no te lo tomarás mal?
–¿Por qué iba a tomármelo mal? Es como si Meta Knight se tomase mal lo que dicen de Dark Meta Knight o yo mismo me tomase mal lo que dicen de Shadow Dedede– repuso este, cómo quitándole importancia al asunto.
–¿Y esos quiénes son?– preguntó Tiff, extrañada. Aquello sonaba a como si fuesen versiones malvadas o algo similar de esos dos (aunque no podía imaginarse un Dedede más malvado que el que ella conocía).
–Versiones nuestras de otra dimensión. Dejémoslo en que ninguno de los dos es una persona agradable– respondió Meta Knight bruscamente. Tiff podía intuir que el caballero estaba omitiéndole información sobre ese asunto a propósito.– Por favor, cuéntanos sobre el Dedede de tu mundo– insistió el caballero.
Tiff tomó aire. Por fin tenía la oportunidad de sacar de su pecho todo lo que sentía acerca del monarca de su Dreamland y no la iba a dejar pasar. Sólo esperaba que ese Dedede no la metiese en el calabozo, como haría el suyo, por lo que estaba a punto de decir.
–No aguanto al Dedede de mi mundo. Compartir techo con él es un suplicio. Como monarca es un tirano incompetente debido a lo vago, estúpido y avaricioso que es. Como persona es incluso peor. Es creído, mezquino, egocéntrico, cruel, y se enfada con la más mínima tontería. Se cree que es superior a los demás pero en realidad es una persona patéticamente débil tanto física como mentalmente. Siempre va a por Kirby pese a ser un bebé, poniéndolo en peligro con sus estúpidos planes, que además suelen tener a la naturaleza o a la Ciudad Cappy como daños colaterales. Y lo peor es que cuando incluso sé que él está detrás de la mayoría de problemas, nadie me cree por falta de pruebas y él siempre se aprovecha de eso para meterse conmigo, porque si algo le encanta es meterse con los que son más débiles que él. No puedo imaginarme nadie más indigno del título de rey que él.
Las seis personas que estaban con ella le miraban sin dar crédito. Hasta ese momento, la habían tomado como una persona modesta y tranquila, por lo que no se habían esperado que ocultase tanta rabia hacia una persona.
–Lo siento– se disculpó tras serenarse.– Hacia tiempo que quería desquitarme. Le odio mucho, y el sentimiento es mutuo.
–Vaya... no sé qué decir– comenzó a decir Dedede, rompiendo el silencio incómodo que se había creado tras el arrebato de Tiff.– A ver, yo tampoco he sido un santo precisamente pero creo que nadie me ha odiado tanto como tú odias a mi versión de ese Dreamland.
–Aunque, en cuanto a personalidad, sólo suena ligeramente peor a cómo eras hace unos cuantos años– le echó en cara Meta Knight en un tono burlón.
–Meh, supongo. Esos años no fueron mi mejor momento– admitió Dedede a regañadientes, dejando claro que no estaba orgulloso de aquella época de su vida.
Aquello llamó la atención de Tiff. ¿Significaba aquello que ese Dedede había sido alguna vez cómo el de su mundo y que por lo tanto el que ella conocía podía cambiar? No, aquello era absurdo. El Dedede de su mundo era demasiado terco. Haría falta un milagro para que cambiase. O sea, no podía ni imaginárselo entrenando para volverse tan fuerte como Meta Knight, menos aún siendo amable con alguien salvo que el mundo estuviese a punto de acabar.
–Pero no sé. Eso de atacar a un bebé suena descabellado incluso para mi yo de esa época– añadió Dedede tras pensarlo un poco.
–La primera vez que perdiste contra Kirby tampoco es que fuese muy mayor precisamente– le recordó Gooey.
–Aunque fuese pequeño, era más mayor que un bebé y ya había derrotado a todos mis esbirros cuando me enfrenté a él, así que sabía que no era un niño normal. Además, ¿qué sabes tú? Aún faltaba bastante tiempo para que llegases a Pop Star cuando ocurrió aquello– replicó Dedede.
–Por favor, no discutamos más sobre ese tema– pidió Bandana Waddle Dee. Luego, se giró hacia Tiff y le dijo en un intento de cambiar de tema:– ¿por qué nos cuentas otra cosa sobre tu dimensión? Por ejemplo, ¿qué hacéis tu y Kirby en vuestra dimensión ahora que habéis derrotado a Nightmare?
–Normalmente, nos dedicamos a desbaratar los planes de Dedede y Escargoon, su mano derecha. Antes, Dedede le compraba monstruos a NME– aquello hizo que el Dedede de esa dimensión diera un respingo, pero Meta Knight le tranquilizó con un gesto. ¿Por qué había reaccionado así? Sin embargo, no dejó que aquello detuviese lo que estaba explicando:– ahora sin embargo se dedican a hacer robots y otras máquinas, aunque la verdad no sabemos de donde sacan las piezas y la tecnología para ello.
–Entonces, ¿Escargoon es mi ayudante allí en vez de Bandana?– preguntó Dedede, como evitando hablar del tema de NME a propósito.– Eso sí que es raro: no me imagino a ese caracol amante de la tranquilidad viviendo en un castillo tan ajetreado como este. Aquí es un ingeniero que en el pasado me ha ayudado en varios proyectos personales, aunque ahora está retirado– le explicó a Tiff al ver lo extrañada que se había quedado.– Incluso le enseñó a Armero Dee todo lo que sabe.
Esa información dejó pensativa a Tiff. Escargoon existía en esa dimensión pero tenía una vida totalmente diferente al margen de las aventuras de Kirby. ¿Se aplicaría lo mismo para las caras nuevas de ese Dreamland en su dimensión? Por lo que había dicho Dedede, Gooey llegó a Pop Star mucho después de Kirby. Igual en su dimensión aún no había llegado si quiera y por eso no lo conocían. Bandana Dee podría fácilmente ser uno de los muchos Waddle Dees que trabajan para Dedede. Pero ¿y el resto de seres que aparecían en las fotos de Kirby?¿Llegaría a conocerlos algún día? ¿Quería conocerlos?
–Oye, me aburro– dijo de pronto Kirby.– ¿Podemos irnos a jugar y luego seguís preguntando a Tiff? Si seguís así, sólo vais a conseguir agobiarla, poyo.
–Sí, venga. Iros a tomar un descanso– concedió Dedede.–Ya seguiremos con el interro... digo, preguntándole cosas a tu amiga más tarde. Además, tenemos que pensar cuál es la mejor forma de que vuelva a casa. Elfilin y Magolor serían nuestra mejor baza, y cómo último recurso podemos tratar de invocar a NOVA.
Tiff no puedo evitar notar que Dedede la miraba de una forma peculiar cuando mencionó eso último, como si esperarse alguna reacción viniendo de ella. Pero antes de que pudiera preguntar que era NOVA, Kirby la agarró de la mano y se la llevó a otra parte de la azotea para jugar con ella. Gooey y Bandana Dee no tardaron en seguirles.
Una los niños se alejaron, Dedede se giró hacia el caballero y le preguntó:
–¿Qué opinas, Meta?
–Sus respuestas parecían sinceras y sus historias muy detalladas para ser improvisadas, en especial todo lo que ha contado sobre Nightmare y los Guerreros Estelares. No creo que nos haya mentido o que esté tratando de manipular a Kirby para que consiga algo por ella. Aunque eso de que no pueda recordar cómo ha llegado aquí, me intriga y me inquieta por partes iguales– expuso Meta Knight.–¿Qué hay de ti? Te veo un poco contrariado.
–No me gusta lo que ha contado de mi versión de su dimensión, la verdad– respondió Dedede.
–Bueno, está claro que ese Dedede no le cae bien, así que dudo que haya sido objetiva en su descripción. No le des muchas vueltas– le quitó importancia Meta Knight.– Después de todo, tú ya no eres así.
–A ver, que haya alguna versión mía por el multiverso que aún actúe de esa forma no es lo que me molesta. Me molesta más el echo de que haya apoyado a Nightmare– gruñó Dedede. Aunque lo único que había dicho Tiff era que ese otro Dedede le había comprado monstruos, ¿no era eso básicamente lo mismo que apoyar su causa? Siempre había la posibilidad de que ese Dedede no hubiera sabido cual era el verdadero propósito de la empresa de Nightmare, pero esa posibilidad significaba que había que ser muy muy tonto para no atar cabos. Meta Knight iba a decir algo más, pero Dedede le interrumpió.– Déjalo, son sólo paranoias mías.
Meta Knight podía intuir que era lo que de verdad había molestado al rey, pero no dijo nada. Cuando Dedede se cerraba en banda de esa manera, lo mejor era no presionarle. Más temprano que tarde, el rey le acabaría contando todo igualmente.
Meta Knight iba decirle unas palabras de apoyo a Dedede, pero algo le interrumpió. El dispositivo de comunicación que tenía para recibir mensajes de su tripulación se había activado.
–¿Sailor? ¿Qué ocurre?
–Señor, ¿usted está con Dedede en este momento, ¿verdad?– preguntó el Waddle Dee de manera un poco nerviosa. Podía oírse un estruendo en el fondo de la llamada, pero Meta Knight lo atribuyó a su tripulación siendo caótica cuando él no estaba presente.
–Sí, estamos en su castillo– confirmó Meta Knight, extrañado por la pregunta.
–¿Ves? ¡Te dije que ese tipo era un impostor y no que el Rey estuviese poseído, Mace!– le dijo Sailor a su compañero, aunque la respuesta de este quedó ahogada por el ruido de fondo, que parecían ser gritos.
–¿Qué está pasando, Sailor?– preguntó Meta Knight preocupado.
–Bueno, cómo nos ordenó, fuimos al mercado para intercambiar por provisiones y...– respondió Sailor, pero sus palabras se vieron interrumpidas por el sonido de algo rompiéndose al fondo.– Pero bueno, ¡¿quién lo ha desatado?! Pues nada, otra vez hay que reparar la ventana. Menos mal que no ha saltado.
–Sailor, céntrate por favor– pidió Meta Knight, un poco exasperado.
–Pues como iba diciendo, estábamos intercambiando en el mercado cuando de pronto ha llegado el Rey Dedede y ha empezado comportarse como un auténtico cretino. Comenzó exigir cosas gratis a todo el mundo y cuando nadie se las dio se puso a insultar. Estuvo así un rato hasta que Bonkers se enfadó y, bueno, las cosas se estaban descontrolando un poco así que decidimos intervenir y acabamos capturando a Dedede.
–Fue extremadamente fácil. Casi parecía que se le hubiese olvidado cómo luchar– se oyó comentar a Javelin de fondo.
Meta Knight se quedó en silencio unos momentos. ¿Otro Dedede? ¿Uno que actuaba de manera similar al que había descrito Tiff? No podía ser coincidencia.
–¿Señor? ¿Cómo debemos proceder con este impostor?– quiso saber Sailor.
–Mantenedle bien vigilado. Vamos para allá– ordenó este.
Dedede se quedó mirando a Meta Knight, esperando una explicación. Él sólo había oído lo que había dicho el caballero durante su parte de la conversación, así que no había entendido de que habían estado hablando.
–Mucho me temo que Tiff no ha sido la única que ha llegado desde su dimensión– informó el caballero al rey, el cuál se quedo con una expresión de asombro en su cara.
Ambos podían sentir que se avecinaba una tormenta.
