Harry Potter le pertenece a JK Rowling.
Pareja: Ron Weasley y Hermione Granger.
Capítulo 12: Uno lesionado, el otro le cuida.
Hermione observó a su prometido dormir en la cama, palpó su frente, tomó un pañuelo limpiando el sudor que llenaba su frente.
Tenía fiebre, su cuerpo estaba cubierto de algunas heridas, había sufrido una emboscada junto a Neville Longbottom mientras trabajaban en una misión para encontrar a algunos mortífagos que aún seguían al servicio del ya extinto señor Tenebroso.
En la enfermería lo tenían reposando esperando que las pociones suministradas pudieran hacerle algún efecto.
Hermione estaba preocupada ya que el pelirrojo estaba inconsciente, a pesar de que no había perdido tanta sangre en los ataques recibidos estaba sumamente pálido.
A pesar de todo ella lo quería estaban a unos meses de casarse. Ella trabajaba para el ministerio de magia, esperaba algún día llegar a ser la ministra de la institución.
Ron se movió en la cama, abrió lentamente sus ojos viendo a Hermione sentada a un lado de la cama, en ese momento recordó todo, estaba en medio de una batalla cuando todo quedó sumido en la oscuridad.
-¿Hermione? ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? Preguntó tratando de ponerse de pie, pero la castaña no se lo permitió.
-Ron, estás en San Mungo. Te atacaron junto a Neville. Harry los trajo acá.
-¿Neville está bien? Necesitaba saber si su compañero estaba a salvo.
-Si, Neville está a salvo. Llegó consciente y fue dado de alta hace algunas horas.
Ron se relajó, trató de levantarse de la cama, pero Hermione no se lo permitió. Solo bastó una mirada de parte de la castaña para que el pelirrojo se diera cuenta que ella no lo dejaría salir de la habitación.
-Herms, me siento bien. No es necesario que siga aquí.
-Ronald, tienes fiebre, la pócima no te ha hecho efecto, debes reposar hasta que estés bien. Y no aceptaré que te levantes de esta cama hasta que estés recuperado.
-Bueno es que tengo hambre y por eso quería levantarme.
-Ron, debiste haberme dicho algo al respecto.
-Es que Herms, quiero comer pollo frito.
-¡Ronald! Esto es un hospital aquí solamente sirven comidas al vapor para todos. -Puso los ojos en blanco al ver a su prometido que agachaba la cabeza al escuchar que no estaba disponible lo que quería- Está bien, está bien no te pongas triste, le pediré a tu madre que te traiga algo de pollo para ti. Tu hambre es señal de que te recuperaras pronto.
-Gracias Herms. -Le sonrió mientras tomaba su mano entre las suyas- Te agradezco por cuidarme aunque me regañes por todo. Te amo.
Hermione se sonrojó mientras besaba la mejilla del pelirrojo olvidando por completo que estaba a punto de regañarlo porque quería salir de la cama. Estaba tan preocupada por él que había pasado toda la tarde cuidándolo.
Ron volvió a quedarse dormido mientras esperaba lo que iba comer, las pociones sanadoras hicieron efecto en su cuerpo. Debía recuperar sus fuerzas. Empezó a creer que era el momento idóneo para dejar su trabajo de autor, tal vez George le dejaría ayudarle en Sortilegios Weasley.
Hermione acarició sus cabellos rojos mientras lo veía dormir limpió por última vez su frente, le dio un beso en la frente, se quedaría con él hasta que estuviera completamente recuperado.
Sabía que Ron era muy valiente al luchar y ser parte del escuadrón de aurores. Pero no quería que se siguiera exponiendo al peligro. En esta ocasión sobrevivió pero no quería verlo lastimado otra vez.
No era la primera vez que ella lo cuidaba, recordaba la vez que Ron fue envenenado, la vez que ella le cuido en la enfermería mientras discutía con Lavender. La vez que curó sus heridas en la batalla final contra Lord Voldemort.
De igual manera él cuidó de ella cuando en su segundo año estudiantil ella fue petrificada por el basilisco. Los dos se amaban aunque fueran tan diferentes uno del otro. Uno había crecido en el mundo mágico desde su nacimiento, la otra había llegado a él por llevar sangre mágica en sus venas. Aunque sus ancestros eran muggles.
Tenía la esperanza que algún día cuando tuvieran hijos, los dos cuidarían de sus pequeños. Volvió a acariciar su cabello, vio a Ginny entrar en la habitación donde estaba el joven Weasley.
Molly estaba esperando afuera para ver a su hijo menor.
-¿Cómo está mi hermano? Preguntó la pelirroja viendo a Ron dormir profundamente.
-Despertó un momento, pidió pollo frito para comer.
-Típico de Ron. -Ginny sonrió para finalmente agregar- Eso quiere decir que se va a recuperar pronto.
-Lo sé. Eso es lo que me tranquiliza que después de todo lo que le pasa esta hambriento, aunque la pócima hizo efecto y se quedó dormido.
-Mamá quiere verlo, saldré para que ella pueda verlo.
-Claro, dile a Molly que pase.
La señora Weasley entró a la habitación, vio a su hijo, y abrazó a Hermione sabiendo que las dos seguían preocupadas por él.
-Estará bien. El es fuerte, toma te traje algo de comer a ti también. Es necesario que los dos estén bien, que no estés debilitada por cuidarlo.
-Gracias, Molly.
El olor de la comida que la señora Weasley había preparado hizo que Ron despertara.
-Mamá. Que gusto verte, ¿Me trajiste mi pollo frito?
-¡Ronald! Tú solo piensas en comer. Al menos eso me alegra porque quiere decir que estás bien. Toma aquí está lo que Hermione me encargó para ti.
-Gracias a las dos. La verdad no sé qué haría sin ustedes dos.
Ron abrió la bolsa que su madre le entregó y procedió a comer las piezas que Molly le había preparado en casa. No había comido nada desde el ataque donde resultó herido.
-Yo tampoco sabría que hacer sin ti, Ron. Susurró débilmente Hermione mientras lo observaba comer, le parecía tierno verlo en ese estado.
Molly sonrió sabiendo que su hijo estaba bien. Que Hermione siempre lo cuidaría a pesar de los obstáculos que pudieran enfrentar, pero sobre todo le agradaba saber y estaba agradecida que una chica como Hermione estuviera enamorada de su Ron, que ella lo haría muy feliz, en cada etapa de sus vidas que fueran a compartir juntos.
