Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
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Ochenta
Bueno... ya no estoy duro.
De hecho, me estoy volviendo loco.
Pero luego debo recordarme a mí mismo: estos son artículos cotidianos. Tras una inspección más cercana, el trapo tiene pintura, el mismo color púrpura claro que está en las paredes del baño. Y las bridas...
Bueno, puedo pensar en todo tipo de usos para las bridas. Uno de los cuales puede o no ser atar los brazos de Bella detrás de su espalda mientras follo su boca. O su culo.
Las posibilidades son infinitas…
Tomando una respiración profunda, agarro el aerosol para azulejos y una esponja, pero mi mente está acelerada todo el tiempo.
¿Qué más ha escondido por aquí? No estaría de más echar un vistazo...
Pero eso está mal. ¿Cierto?
Por un lado, husmear un poco podría tranquilizarme sobre todo este asunto de "la chica con la que estoy saliendo puede ser una asesina en serie". Por otra parte, si encuentro algo, obviamente tendrá el efecto contrario. ¿Realmente puedo vivir si descubro que mis peores temores son verdaderos después de haber tenido tanta intimidad con ella?
A la mierda. Soy un investigador de corazón y se me presenta una oportunidad perfecta. Me patearía el trasero para siempre si lo dejara pasar.
Estoy muy callado mientras me dirijo a su sala, abro los cajones, hojeo los papeles en la mesa esquinera. No me sumerjo demasiado profundo en caso de que se despierte. Debo ser capaz de encontrar una buena razón por la que estoy buscando donde sea que ella me encuentre.
Y luego veo el cuaderno en el que la he visto garabatear un puñado de veces. Siempre supuse que eran listas de compras y esas cosas, pero sobresale de su bolso como si me estuviera llamando.
Mira aquí, está diciendo.
Tan pronto como lo abro, me arrepiento de mi decisión de husmear.
Cada página está llena con el nombre de un hombre y toda su información. Su trabajo, cómo es su horario diario, sus vínculos personales.
Mi estómago se hunde hasta la planta de mis pies.
Jódeme; creo que acabo de encontrar su lista de asesinatos.
―Oye, ¿qué estás haciendo? ―escucho que me llama una voz suave y somnolienta detrás de mí.
Cerrando el cuaderno de golpe, lo tiro sobre la mesa de café y niego con la cabeza, mi corazón se dispara instantáneamente desde mis pies hasta mi garganta.
—Nada, simplemente no podía dormir —ofrezco, apoyando los codos en las rodillas y mirándola por encima del hombro.
―Mm, no sé cómo no estás agotado. ―Los pies de Bella hacen pequeños ruidos suaves mientras camina hacia mí, y mi cuerpo se abre para ella sin ningún esfuerzo consciente.
Definitivamente todavía hay una parte de mí que está alarmada, pero creo que, en algún lugar más profundo de mí, sé que ella no es un peligro. Al menos no para mí, y eso hace que sea fácil, aunque un poco cuestionable, continuar con lo que estamos haciendo aquí.
Ella se para entre mis piernas, mis manos acariciando la suave piel de la parte posterior de sus muslos y mi frente descansando sobre su estómago.
―No, probablemente aguante algunas rondas más. ―Estoy bromeando, sobre todo, pero ya me estoy poniendo duro por tenerla en mis manos de nuevo.
―Bueno, yo no. ―Se ríe, pasando sus dedos por mi cabello y rascando mi cuero cabelludo.
Me calma instantáneamente, mis ojos se cierran aleteando. Mierda, casi empiezo a ronronear.
Honestamente, ¿a quién le importa si es una asesina? Cien por ciento no creo estar en peligro por ella, ya sea que haya sido contratada para asesinarme o no.
Con ese pensamiento, la jalo hacia mi regazo, donde se acomoda en mi pecho como si estuviera hecha para estar allí. Los dos todavía estamos desnudos, y puedo sentir su sonrisa contra mi piel cuando se da cuenta de mi "problema" que ya crece.
―¿Por qué mi cuaderno está fuera? ―Ella suena... insegura. Vacilante. ¿Culpable?
―Iba a ser un idiota y escribirte una nota. ―La mentira fluye de mi boca con tanta libertad, es sorprendente, y mis dedos recorren su columna para distraerme de lo asqueroso que se siente.
―¿Leíste algo ahí? ―Su uña dibuja círculos en mi pecho, envolviendo los pocos pelos que tengo alrededor de su dedo.
―No, ¿por qué? ―Otra mentira descarada, pero es necesaria.
―Ninguna razón…
Suena tan cautelosa, tan renuente; decido dejarlo ir por ahora.
En cambio, la levanto al estilo nupcial, haciéndola chillar, y la llevo de vuelta al dormitorio.
Y cuando la tiro sobre la cama por segunda vez esta noche, me aseguro de mostrarle con la fuerza de mis caderas que estoy seguro de que nunca me saciaré de ella.
