CAPÍTULO 7
Podía decir que había llegado a un equilibrio. Reorganizó algunas cosas del Departamento para que todo se agilizara y no dependieran tanto de él, delegó responsabilidades y aunque el caso que lo atormentaba seguía sin avances, sólo su equipo y él trabajaban en él, pero contaba con Talbott que había sido de gran ayuda, no sólo en ese caso, en el DS en general. De esa manera disponía con un poco más de tiempo para estar en casa y ocuparse de otras cosas que no fueran trabajo, como regresar a sus usuales visitas a la Madriguera, donde Molly siempre lo recibía con los brazos abiertos (y la cocina), o reunirse con su primo después de años de no verlo, e incluso se tomó la molestia de hacer una breve visita a su tía Petunia, al menos para restregarle en la cara que seguía saludable y bien para su infortunio. Le había costado recuperar su estabilidad, tanto en el trabajo como en su matrimonio y la relación con sus hijos tuvo que trabajarla mayormente a distancia, pero aparte de las visitas a Hogsmeade, se las arregló para estar en contacto con ellos. No era el padre ejemplar, distaba mucho de ello, pero sí podía decir que había fortalecido su relación con cada uno, incluso con Al, que había marcado más su distancia con él. Habían pasado pocos días desde que sus hijos regresaron del colegio para pasar las vacaciones de diciembre, y mientras James y Lily se mostraban entusiasmados y ansiosos por poner a sus padres al día, Albus estaba más callado que nunca y parecía ausente. Hasta que finalmente, decidió acercarse él primero, pues no iba a esperar a que las cosas se salieran de control.
- Dime todo lo que piensas entonces, Al - la habitación de Albus le pareció el escenario más indicado, lejos de las miradas curiosas de sus otros hijos, aunque seguramente no lejos de sus oídos, pues esos dos se la apañaban para conseguir información.
- Todo el mundo espera que sea como tú - confesó algo fastidiado después de varias evasivas. Estaba muy interesado en un punto fijo en los zapatos de su padre, tal vez incómodo o avergonzado por hablar - Me ven y buscan la cicatriz en mi frente prácticamente. No es mi culpa que me parezca tanto a ti, y además, siempre salen con "Harry Potter hizo esto, o lo otro", "Tu padre a tu edad ya había matado a un basilisco y salvado a tu madre, ahuyentado a un centenar de dementores él solo, se enfrentó a un dragón…" y la lista sigue.
- Bueno, en primera sabes cuánto exageran las cosas - se sentó a la orilla de la cama para quedar frente a su hijo, que estaba sentado en la silla de su pequeño escritorio.
- Pero hiciste todo eso, lo veas por dónde lo veas, son cosas que pasaron, si al final de la primera prueba del torneo de los tres magos domaste al dragón y lo montaste para dar un recorrido alrededor del castillo es lo de menos - Harry rio por esa ocurrencia - Porque por si no lo sabías, esa es la versión oficial que corre en Hogwarts - la risa desapareció - Y todo el mundo espera que el hijo del gran Harry Potter pueda ser el mejor al menos en algo de lo que tú hayas hecho.
- Yo nunca fui el mejor en nada, Al - en meterse en problemas sí, pero no le diría o encontraría un objetivo.
- Pero al menos no eras el peor - y ahí estaba lo que realmente incomodaba a su hijo. Sabía que su vida en Hogwarts no era gloriosa, pero no imaginaba los miedos que pasaban por él - Todos se decepcionan de mí y de ti seguramente, por tener un hijo como yo.
- Al
- Quisiera que no esperaran a que sea igual a ti ni que repentinamente muestre algo extraordinario digno de recordar, porque eso nunca sucederá – levantó la vista, pero seguía decepcionado.
A Harry le hubiera gustado tener las palabras precisas que necesitaba su hijo en ese momento, temía no encontrarlas y que no pudiera ayudarlo.
- Sigue haciendo lo que te gusta, nada más, nunca intentes demostrar nada a nadie.
- Lo dices porque eres tú, no un simple mortal como yo.
- Lo digo porque soy tu padre - puso una mano en su hombro, agitándolo un poco y Al lo miró finalmente.
- Sí, pero no cuenta si eres el mago más poderoso de los últimos no sé cuántos años y tienes un historial increíble en tus primeros catorce años de vida – apreció sus ojos idénticos, aunque tristes, lo que sin duda compartía con él a esa edad.
- Tuve muchas desgracias, muchas pérdidas y mucho sufrimiento en mis primeros catorce años de vida, Al, esas historias heroicas que te cuentan no pasaron así – Al apretó los labios, repentinamente afligido - Te aseguro que ser una persona normal es lo mejor sin duda.
- Sólo… no sé, a veces me gustaría que Harry Potter no fuera mi papá - dijo cabizbajo y el corazón de Harry dio un vuelco. No esperaba ser el padre del año, pero se mantenía optimista pensando que estaba logrando convertirse en el padre que sus hijos necesitaban. Por lo visto estaba muy equivocado - No, no, no quise decir eso - alzó las manos en disculpa, tal vez captando la expresión de su padre - Me refería a que a veces me gustaría que sólo fueras Harry Potter, no ¡Harry Potter! - hizo más grave la voz para dar a entender la diferencia - Sin la fama y todo eso, no que quisiera que tú no fueras mi papá.
- Sé que no he sido el mejor y…
- No, papá, está bien – se apresuró a intervenir – No te cambiaría por nada, de verdad – pero Harry guardó silencio, incitándolo con la mirada a que terminara de sacar todo lo que sentía – Confieso que… antes sentía un poco de coraje o rencor hacia ti por…
- Por mis ausencias – terminó por él. Al asintió - ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Porque no quería arruinar el ambiente cuando tú estabas, sentía que debíamos aprovechar el tiempo que estabas con nosotros… - pareció lamentar sus palabras, pero Harry sabía que el dolor que sentía por escuchar aquello, era nada en comparación de lo que su hijo sintió por su culpa – Bueno, quiero decir que…
- No, Al, no ocultes lo que realmente sientes, no trates de suavizar tus emociones para que no me sienta mal, jamás lo hagas – se ajustó las gafas, mirando a su hijo que finalmente se decidía a sacar todo lo que llevaba encima desde hacía mucho – Dímelo.
La indecisión de Albus desapareció ante la atenta mirada de Harry, resaltando sin duda el parecido a su madre, mirándolo ahora con seguridad.
- Siempre supe que eras alguien importante, y que por eso te necesitaban muy seguido, pero estabas con nosotros de todos modos, sólo que cuando entré a Hogwarts me enteré de un montón de cosas que nunca me habías dicho y comenzaste a ausentarte más. Y me costó trabajo entender que pudiste hacer todas esas cosas y seguías enfrentándote a la oscuridad, pero no podías pasar tiempo con nosotros – Harry apretó la mandíbula, entendiendo que ahora Al se lo decía con calma, pero que en su momento era algo que le dolía y que él no hizo nada para aclararlo. James y Lily seguramente también sintieron algo así, pero lo expresaban de otra forma – Pensé en que cómo era posible que prefirieras cazar magos tenebrosos a estar con tu familia, después de todo lo que pasaste – sí, sonaba absurdo. Para él era muy claro, desde el momento que había decidido convertirse en auror, antes de casarse con Ginny – Pero después entendí, apenas en realidad, que justo lo hacías por todo lo que pasaste - pudo ver en los ojos de Albus que eran sentimientos que guardó para sí mismo por mucho tiempo. Hubo un momento de silencio, donde padre e hijo no apartaban la mirada del otro - Entiendo que quieres alejar la oscuridad del mundo para que no se repita lo que tú viviste, y que tus ausencias son para protegernos. Es lo que te hace ser tú.
- De todo lo que has escuchado de mí – dijo después de una pausa – Lo único valioso e importante que he hecho en mi vida son ustedes tres – Al sonrió – Y que no te quepa duda que son lo más importante para mí, cada paso que doy siempre lo hago pensando en ustedes.
- Lo sé – podía ver su alivio.
- Y te pido perdón por esas ausencias, por no estar contigo cuando me necesitabas.
- Todavía te necesito – levantó las cejas.
- Pero ahora estoy aquí – sin duda era una promesa, una que iba a llevar a cabo a toda costa – También lamento que te esté arrastrando con mi pasado del que creí haberme librado hace mucho, pero nunca, nunca, nunca, vayas a hacer algo tratando de seguirme - su hijo negó con la cabeza sin dudar.
- No estoy tan loco, papá – los dos rieron - Siempre creí que ser Harry Potter sería genial pero ahora creo que sólo es genial porque eres tú.
- Bueno, actualmente te puedo decir que sí, que todo lo que pasé me llevó a ser la persona que soy ahora, pero te mentiría si te dijera que no deseaba ser cualquier otra persona antes, con una vida normal.
- ¿Aunque fueras malo en todo como yo?
- En primera no eres malo en todo, sé que te va bien en el equipo y que sobresales en pociones.
- En quidditch no soy tan bueno como James o Lily, y en pociones Anne es la mejor.
- No se trata de ser el mejor, sino de hacer lo mejor y disfrutarlo - Al se permitió asentir, pero parecía seguir desanimado - No cambiaría nada de ti, hijo, eres maravilloso y te amo. Lo sabes, ¿verdad? - Al lo miró un momento, procesando sus palabras. Creía que les decía con frecuencia que los amaba, pero al parecer o no lo hacía tanto, o era algo que Albus necesitaba escuchar en ese momento.
- Sí pa, lo sé - se permitió sonreír genuinamente.
- Y de cualquier manera, me tienes a mí y a mamá y aunque no siempre se llevan bien, tienes a tus hermanos.
- Ellos siempre son el alma de todo - rodó los ojos con fastidio.
- Es porque se parecen a mamá - explicó - Pero si le preguntas a ella, negará todo. De todos modos, me gustaría que te acercaras a mí cuando pasen estas cosas Al, lo que sea que te incomode o lo que sientas en general, puedes confiar en mí para hablarlo, no tengo la respuesta a todo, pero juntos podemos encontrarla o hacer más liviano el problema ¿De acuerdo?
- De acuerdo - repentinamente le pareció el mismo niño pequeño que estaba temeroso al abordar por primera vez el expreso de Hogwarts - Y también podrías… ¿Enseñarme a hacer un patronus?
- Claro, vamos - se puso de pie, entusiasmado porque su hijo le había pedido algo finalmente.
- ¿Ahora? - su rostro se iluminó.
- Sip - lo animó a ponerse de pie.
- Qué hay de no hacer magia fuera de…
- Nadie lo notará - le restó importancia, conduciéndolo fuera del cuarto.
- ¿Entonces no es cierto que los centauros eran tus amigos?
- Los centauros no son amigos de nadie - bajaron las escaleras.
- ¿Que mataste a una acromántula?
- No
- ¿Mataste a un troll en tu primer año?
- No.
- ¿Mataste a un basilisco con la espada de Gryffindor?
- Sí – al parecía maravillado.
Ginny intercambió miradas con él cuando llegaron a la planta baja, aliviada de que pudiera hablar con él al fin y que Albus se viera notablemente más relajado.
- ¿Venciste a un hombre lobo?
- No - sólo lo había sobrevivido.
- ¿Mataste a un profesor? - Harry meditó esa pregunta. Técnicamente él no había matado al profesor Quirrell, había sido la magia de su madre.
- No - Al lo miró dudoso.
- ¿Hablas sirenio?
- No.
- ¿Enfrentaste a un nundu tú sólo?
- No - era sorprendente la cantidad de inventos a esa fecha.
- ¿Saliste con Chang, la subdirectora de la oficina de relaciones internacionales? – Ginny lo miró alzando una ceja, divertida.
- Sí - Al se sorprendió, como si de todas las preguntas, esa fuera la más descabellada para ser cierta.
- ¿Tuviste un duelo con Voldemort a los catorce?
- Algo así.
- ¿Hablas pársel?
- Ya no.
- ¿Y por qué ya no? - Harry se detuvo cuando estaban por entrar al estudio y volteó a verlo. Ya estaba más alto, tan despeinado como él y sí, eran muy parecidos, aunque afortunadamente no usaba lentes y sus ojos verdes eran apreciados sin algo que le estorbaran. No se vio a él reflejado en su hijo, Al contaba con muchas cosas que él no, y si estaba en sus manos, jamás viviría algo ni remotamente parecido a lo que él vivió.
- Prometo que les contaré todo a tus hermanos y a ti, para que conozcan la verdad y no las historias que cuentan de mí, pero quiero esperar un poco más, como te dije, no es muy agradable.
Al no insistió más y con un nuevo aire de confianza, entraron al estudio, dónde se dedicó de lleno a las indicaciones que le daba, más teórico en realidad, pero era la primera vez que compartía un momento así con él. Y confiaba en que no fuera la única vez.
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Llegó al DS y lo primero que hizo fue analizar el muro con los relojes como cada mañana y noche para vigilar a los aurores. El muro constaba de al menos una docena de grandes relojes con 20 manecillas cada uno. Similar al reloj de la familia Weasley, cada manecilla portaba una pequeña foto y nombre de un auror, y en lugar de números, alrededor se podían leer cosas como "en peligro de muerte, en combate, en misión, reunión, extranjero" y palabras parecidas que describían el día a día de los aurores, y también otras como "en descanso, San Mungo, Azkaban, retiro temporal, etc". Así monitoreaba la condición de cada uno y tenía todo bajo relativo control. Si las manecillas estaban fuera de la zona de tres niveles de "peligro de muerte", consideraba que todo estaba tranquilo. Cuando alguno estaba en esa zona, sonaba alarma para solicitar refuerzos, sólo que debían saber la ubicación del auror en cuestión, de ahí que el registro y control de las misiones era esencial. Se sentó finalmente en su oficina después de estar de reunión en reunión toda la mañana. Todavía pensaba en la plática que había tenido con Albus, sobre todas esas dudas que tenía y las cosas que circulaban en torno a él que no sabía cómo habían escalado tanto en exageración. Cuando los niños eran pequeños, Ginny y él acordaron que les contarían todo lo ocurrido en la guerra cuando fueran más grandes. Albus tenía 14, y aunque Harry sabía que a esa edad ya podía procesar todo mucho mejor, quería hablar con sus tres hijos a la vez, y Lily tenía 12, así que lo seguía retrasando. Había logrado dejar su pasado atrás, después de mucho trabajo (y ayuda profesional) logró seguir adelante sin voltear atrás más que sólo para recordar, no para torturarse. Ginny le había dicho que todas esas cicatrices eran las marcas de dolor y sufrimiento, pero también de aprendizaje y, en el caso de su cicatriz en la frente, la marca de una magia poderosa a la que había sobrevivido. Todas tenían en común que lo habían convertido en la persona que era en ese momento. Permaneció sentado un momento, procesando sus propios pensamientos y lo que acababa de decir para sí mismo.
Las cicatrices son marcas de magia poderosa…
Con un movimiento de varita quitó los hechizos de seguridad del cajón de su escritorio, donde almacenaba la información del caso principal. Sacó el sobre con las fotografías y las extendió en su escritorio, apartando algunas del sitio de ambos ataques. En el 2016, el centro ennegrecido tenía unas marcas que lo rodeaban en aproximadamente una tercera parte, como raíces enredándose entre sí, extendiéndose cada vez menos profundo hacia los árboles. En el 2019 estaban esas mismas marcas alrededor del círculo del centro, pero abarcaban más espacio, tal vez dos tercios. Con la respiración agitada por la expectación, tomó las fotografías de la mujer. En la primera foto, en Kent, no tenía la suficiente nitidez para apreciar la cicatriz que tenía alrededor del ojo izquierdo, pero en la foto en Northumberland se apreciaba mejor. Formaba un círculo perfecto, marcas como raíces que se perdían en el nacimiento del cabello y se difuminaban en su mejilla. Rodeaban su ojo en dos tercios…
Cómo no lo había notado antes.
– Eso la convierte en la responsable, ¿no? – Edwards pasó las fotografías a la siguiente mano. Adam las analizó con la nariz casi pegada a ellas. Había reunido al equipo después de que corroboró la información con sus recuerdos en el pensadero.
- ¿Seguros que no es una marca cualquiera? La tierra estaba muy seca, claro que se iba a…
- Adam…
- Bien, bien, sí es demasiado obvio – pasó las fotografías a Jack, rendido.
- La tuvimos justo en nuestras narices – Ethan parecía tan decepcionado como Ron.
- No hay caso en lamentarse – Harry comenzó a pasear por su oficina, trabajando su mente al cien – Ahora debemos seguir. ¿Alguna idea de lo que significa esa marca?
- Yo creo que la marca en sí es al azar, pero… - Jack miró las fotos con atención – Parece que está haciendo una especie de… ¿ritual? ¿proceso? No sé, creo que debe completar el círculo.
- Y no es por ser pesimista, pero parece que está a punto de lograrlo – Ron se recargó en la pared más próxima, rendido – Ese círculo se ve casi completo, faltará un tercio a lo mucho.
- Eso nos reduce a una oportunidad – coincidió Talbott – Si esto es cierto, significa que el siguiente movimiento es el último y el definitivo.
- Bueno, tal vez se decida a terminarlo en más pasos, después de todo parece que se le va la vida en cada uno - propuso Jack
- Pero no sabemos nada de ella, Sam… se fue todo lo que sabía – el pinchazo de dolor se hizo presente como cada vez que alguien lo mencionaba.
Se hizo un momento de silencio en la oficina, cada uno absorto en sus pensamientos. Se escuchaban los murmullos de la gente afuera de la oficina con el movimiento habitual del Departamento, todos ellos ajenos a lo que ocurría dentro.
- A menos que… - comenzó Edwards, como dando una vaga idea – No sea británica – el resto la miró sin comprender – Después de lo de Sam, investigamos con la gente de Registro Mágico Británico y aseguraron que no faltaba nada, inspeccionaron tres veces y nosotros también. Un par de personas que vieron a Sam por última vez, aseguraron que llevaba unos papeles en la mano – Harry comenzaba a entender la idea de su compañera – Pudo haberlos sacado del archivo exterior, no del británico.
- Pero puede no estar registrada ¿no?
- El registro no es voluntario, cuando un mago o bruja se queda mucho tiempo en un lugar, fuera del país de origen, se genera un registro por las marcas de magia – explicó Adam.
- Pero la magia oscura tiene muchas restricciones – alegó Stevens confundida – No se puede monitorear igual que la magia normal.
- Sí, pero la gente no se la vive haciendo magia oscura únicamente, todo el mundo requiere de un lumos aunque sea una vez en la vida – terminó Talbott.
- Bien, necesito que vayan a investigar, dos de ustedes, porque no me quiero arriesgar a que uno sea atacado o algo similar – indicó Harry.
- Yo puedo ir – Chloe levantó la mano, determinada.
- ¡Y yo! – se apresuró Ethan, levantando también la mano.
- Bien, en cuanto sepan algo, me lo hacen saber inmediatamente, y ya saben, no…
- No comentamos nada con nadie más que contigo, anotado, jefe – asintió Ethan.
- Y en cuanto al resto… - miró a Ron, dedicándole una expresión de "lo siento, amigo"
- Leer e investigar, supongo – dijo el pelirrojo sin ganas.
- Debemos saber qué significan esas marcas y descubrir qué es lo que está haciendo.
- ¿Qué pasará si termina lo que sea que está haciendo? – Sanders hizo la pregunta que todos se hacían internamente y siete pares de ojos lo miraron.
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Pero conocer la identidad de la mujer no resultaría tarea fácil, por supuesto, eso le había costado la vida a su compañero. Ethan y Chloe llegaron con noticias al día siguiente, no eran buenas, pero permitía que supieran en dónde buscar. En el registro exterior faltaba un archivo, sólo uno, el 3023, pero no había alguna copia o un lugar en específico dónde buscar, sólo que el mago o bruja de ese archivo, pertenecía al continente, así que la tarea se complicó más al tener que llevar a cabo la laboriosa misión de buscarla. Con ayuda de Hermione en la parte legal y de Cho Chang en la parte de relaciones exteriores, Harry se puso en contacto con las Oficinas de Registro Mágico de otros países. Primero los más próximos a Reino Unido y después tuvo que extenderse más a falta de respuesta. El papeleo era terriblemente tedioso, muchas restricciones, muchos permisos, firmas, consultas, documentos… y con todo eso tuvo que emplear el recurso que odiaba pero que sin duda seguía siendo efectivo: usar el poder de su nombre. Comprobó que las cosas se agilizaban más si Harry Potter lo solicitaba, no sólo dentro del Ministerio británico, también en el de otros países. Así que muy a su pesar se tuvo que ocupar de esa parte tediosa porque a sus compañeros les costaba más. Descubrió que tenía algunas habilidades que no se había visto en necesidad de usar hasta ese momento. Podía ser un Harry Potter estricto e imponente que intimidaba a la persona frente a él si se mostraba más renuente a cooperar, o podía ser un Harry Potter simpático, todo sonrisas y amabilidad para agilizar algún proceso, dependiendo de la primera impresión que le causaba su interlocutor. En lo que sus colegas colaboraban era en ir personalmente a las oficinas de registro una vez que obtenían todos los permisos para buscar el archivo de la misteriosa mujer. Pudieron haber solicitado ayuda, pero Harry quería seguir manteniendo todo en la mayor discreción, y también sentía que de esa manera protegía a los aurores del caso. De momento ya habían descartado Francia, España, Portugal, Irlanda, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Polonia y Alemania, pero quedaban todavía muchos países dónde buscar. Así que las cosas iban lentas, muy lentas para su gusto y aunque intentaba mantenerse optimista, la desesperación le ganaba con frecuencia.
Por fortuna, al menos la parte más importante de su vida estaba estable y lo mantenía fuerte. No es que se tomara tiempo libre, pero procuraba respetar su horario de salida para estar más en casa, salir a correr y mantener su mente despejada. Había comprobado que resultaba más eficiente en su trabajo si él estaba bien en general.
- Están convocando a una salida espontánea por el cumpleaños de Ford - Ron entró a su oficina con su caminar desgarbado - Imagino que no irás, no - Harry había denegado todas las salidas desde hacía mucho tiempo. Ya no recordaba cuándo había sido la última vez que había salido con sus compañeros. Sentía demasiada presión encima como para tomarse un momento de recreación como un festejo.
- Pues…
- ¡Ey jefe! - Jack entró con aire risueño, seguido de una mujer tan hermosa que la habitación pareció iluminarse - Me encontré a la dama en el pasillo y la escolté hasta aquí - hizo una exagerada reverencia hacia ella y extendió el brazo como abanico, indicando que continuara.
- Si sabes que así no sumarás puntos con Harry, verdad Sanders - Ginny lo miró altiva conteniendo la sonrisa.
- No quiero sumar puntos con él, sino contigo - ella arqueó una ceja, vislumbrando a dónde iba con todo eso.
- ¿Holyhead Harpies contra Puddlemere?
- ¡Sí por favor! - juntó las manos como si estuviera rogando - Ya no conseguí entradas porque alguien me mandó a otro país por dos semanas - Harry estuvo tentado a reír ante la actitud infantil del hombre.
- Es una pena que no hayas podido ir a comprar unos boletos para un partido de quidditch por estar cumpliendo con tu deber - Ron soltó una risotada y Jack dejó caer la cabeza, derrotado.
- Tenía que intentarlo - con los brazos colgando sin ánimo y arrastrando los pies se dirigió a la puerta. Ginny caminó hasta Harry y sin dejar de sonreír le dio un corto beso en los labios que él correspondió gustoso - Ah por cierto, vamos a festejar a Ford, fue algo que surgió de pronto, estaremos en Mazo de Trol en una hora, por si gustan ir a convivir con el barrio bajo del departamento - miró a Ron - Dile a Hermione a ver si puede también - en las ocasiones en que salían por asuntos ajenos al trabajo, solían ir acompañados de sus respectivas parejas, al menos en celebraciones de ese tipo, porque cuando cerraban un caso, salían solos para comentar los mejores momentos, pero hacía bastante tiempo que no ocurría.
- Gracias, le diré, pero no prometo nada.
- ¿Contaremos con su presencia, señora Potter? - ella se cruzó de brazos al ver que Jack no se iba a rendir. Se la pensó un poco.
- Si invitas una ronda, puede que me piense lo de los boletos - Sanders hizo un gesto de triunfo con el puño cerrado y salió de la oficina. Ron miró de Harry a su hermana y de regreso un par de veces.
- ¿En serio te apetece ir? - preguntó Harry. No es que la convivencia con su gente le desagradara, pero tenía mejores ideas para pasar el resto de su tarde y noche, involucrando desde luego a la pelirroja junto a él.
- No es por mí - se puso frente a él, quitando las arrugas inexistentes de los hombros de su capa y acomodó en eje perfecto su Insignia de jefe del Departamento de Seguridad y la de auror nivel 3 - Para ser el mejor jefe debes conocer bien a los que guías, así que iremos con la mejor actitud a esa reunión y te portarás bien.
- Creo que los veo luego - Ron rodó los ojos y girando sobre sus talones llegó a la puerta - Mejor cierren con un hechizo… - dijo al cerrar con algo de fastidio.
Se quedaron en silencio por un momento. Harry no sabía lo que pensaba Ginny, pero en su mente estaba tentado de hacerle caso a su amigo.
- Entonces - comenzó él, mirando los labios de su esposa.
- Entonces te pondrás a adelantar papeleo y lo que sea que tengas que hacer para que no estés pensando en trabajo - le sonrió con satisfacción ante su expresión de sorpresa y se alejó de él. Harry entrecerró los ojos. No es como si antes no hubieran… "desordenado" un poco su oficina, y no se sentía orgulloso, pero tampoco era algo que le pesara. Bien, sí se sentía orgulloso y era algo que le apetecía repetir cada vez que Ginny llegaba a verlo a su oficina, pero también sabía que no era apropiado - Voy a ver a Hermione un momento y regreso para que vayamos con tus amigos.
- ¿Y luego? - pero llamaron a la puerta y Harry ya no escuchó la respuesta de Ginny.
- Están llamando - señaló la puerta - Puede ser importante y ya me voy. Apúrate.
- ¡Adelante! - indicó Harry muy a su pesar, desechando la opción de romper las reglas. La puerta se abrió y una mujer de cabello negro y corto se asomó por ella.
- Harry, te traigo… - Cho se detuvo al encontrarse de frente a Ginny, llevaba unos papeles en las manos - Oh, disculpen.
- Hola, Cho, ¿Cómo estás? - saludó la pelirroja, dedicándole una sonrisa sincera.
- Bien, gracias, qué gusto saludarte - no conocía suficiente a Cho para saber si ella también era genuina, pero parecía que sí lo era - Vuelvo más tarde entonces…
- No hace falta, ya me retiraba - le lanzó una fugaz mirada a Harry a modo de despedida - Que estés muy bien, Cho.
- Igualmente, Ginny - se despidió mientras la pelirroja salía de la oficina - Lamento haber interrumpido, te traje los últimos permisos para que los firmes - se acercó a él, extendiéndole los papeles que llevaba en la mano.
- Perfecto, muchas gracias - los leyó sin tanto detalle, pues ya estaba familiarizado con el formato - Aunque no tenías que venir, yo puedo ir a tu oficina, suficiente ayuda me estás dando.
- Sé que te urgen - se encogió de hombros y esperó a que terminara de firmar para recibir los papeles de regreso - Mañana mismo tendrás el oficio para enviarlo a Austria, República Checa, Hungría y Eslovaquia.
- Muchas gracias - le entregó el último papel.
- No es nada - le sonrió y se dirigió a la puerta - Buenas noches - una de las muchas ventajas que ofrecía su vida adulta, es que los comportamientos incómodos habían quedado atrás hacía mucho.
En cuánto ella salió de su oficina, se sumergió en la torre de pergaminos sobre su escritorio, la mayoría eran reportes de las misiones ya firmadas y selladas por Watson, otras eran peticiones ordenadas por prioridad y otra era de quejas. Cuando sentía que apenas había leído un par de papeles, Ginny estuvo de vuelta acompañada de Hermione, que lucía un tanto resignada.
- Listo, vámonos.
- No puedo creer que también arrastraste a Hermione en esto - se puso de pie y se estiró un poco.
- ¿Has visto lo pálida que está? - señaló a su amiga - No me extrañaría que se volviera vampiro por no salir de esa oficina. Necesitan otro ambiente, aunque sea por una noche.
- Sólo será un rato, ¿De acuerdo? - acordó Hermione recogiéndose el cabello en una coleta alta.
- Sí, sí, un rato.
Harry se colocó la capa y siguió a las dos mujeres fuera de su oficina. Ron lo alcanzó en el pasillo, mostrándose tan sorprendido como alegre de ver a Hermione unos pasos más adelante tomada del brazo de su hermana.
- Tiene el poder de convencimiento o la ha hechizado - dijo su amigo acomodando el cuello de su capa.
- Creo que las dos cosas - salieron del Departamento y caminaron hacia los ascensores.
- Así que… todo bien entre ustedes ¿No? - habló en voz baja para que ellas no escucharan, aunque parecían muy sumergidas en su plática para darse cuenta. Después de esa ocasión en que Harry le confesó sus miedos con respecto al futuro de su matrimonio, no habían vuelto a tocar el tema. Sabía que, si se hubiera acercado a Ron, él lo hubiera escuchado y acompañado, pero su amigo respetó el espacio que quería con respecto al tema.
- Trabajamos en eso - disminuyeron un poco el paso para que aumentara la distancia con ellas.
- Hombre, los ví en tu oficina y parece que los problemas que hayan tenido se han ido - Harry esperó que esa mirada que decía Ron fuera de puro amor y que no revelara las intenciones ocultas que tenía de tomar a Ginny sobre su escritorio - Hasta me sentí incómodo, arg - sacudió el cuerpo fingiendo estremecerse, asqueado.
Harry soltó una risa - Sólo estamos bien - tenía la confianza de que podían enfrentar cualquier cosa.
- De cualquier manera, me alegro por ustedes.
Harry agradeció el gesto de su amigo, sabía que lo decía con sinceridad. El ascensor llegó y los cuatro se metieron para llegar a las chimeneas y encaminarse hasta su destino.
Aunque la noche había comenzado con algo de pesar porque hacía mucho tiempo que no tenía una reunión "recreativa" con tanta gente, al paso de los minutos se fue relajando. Ginny parecía estar más en su ambiente que él mismo e incluso había terminado tan mareada después de hacer una absurda apuesta con Sanders que decidieron regresar caminando a casa. Fue un momento divertido observar a Ginny decir tontería y media, riendo, tropezando, cantando e incluso bailando en medio de la calle. Tenía mucho tiempo que no sucedía algo así, tal vez desde antes que James se anunciara y se sintió muy aliviado y en paz. Al día siguiente le contaría a Ginny lo sucedido, pero las mejores partes las guardaría para él, tal vez resultarían efectivas al momento de invocar un patronus.
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Por mucho que su mente se hubiera despejado, el trabajo seguía presente en todo momento. Pasaron los días sin noticias, con papeleo tras papeleo, sintiéndose tentado de hacer un comunicado general a los países de Europa, pero sabía que sólo ocasionaría pánico. Hasta que finalmente recibió la nota que tanto esperaba.
Jefe.
¿Sabía que en Austria vi a un mooncalf?
Sanders.
Y ahí estaba, la habían encontrado en Austria. Sanders se lo había hecho saber empleando su palabra de seguridad que era uno de sus animales favoritos. Acordaron que en cuanto tuvieran algo se lo harían saber y que él personalmente iría hasta allá para tener la información en sus manos y que no hubiera riesgos. Fue un viaje corto, entrada por salida, y de nuevo comprobó la ventaja que le ofrecía su nombre para agilizar la autorización de sacar los documentos que necesitaba. Al llegar de nuevo al DS reunió al equipo en una de las salas de entrenamiento que funcionaban de manera similar a la sala de los menesteres, brindándoles el material y equipo que requerían para prepararse para las misiones. Había logrado reunir información básica de ella y de sus familiares inmediatos, lo que incluía unos cuantos documentos oficiales, fotografías y registros.
- Conozcamos a la responsable de todo esto.
Harry colocó la foto más reciente en la amplia pared blanca frente a ellos y con la varita escribió el nombre arriba.
- ¿Su nombre es Azure Vecto? ¿En serio? - Ron parecía extrañado - Pensé que sería algo más oscuro o imponente como Voldemort.
- Así se hace llamar, su nombre sí es Azure pero el apellido es un misterio, toda su familia es un misterio en realidad - explicó - Es de ascendencia romaní, sinti para ser más específicos y adquirieron nombres diferentes por generaciones. Su familia se asentó en Austria y tras la ocupación nazi, fueron desalojados a Polonia - leyó de nuevo entre líneas el papel para resaltar lo más importante - Sus abuelos fueron… perseguidos y asesinados por ayudar a la gente de la comunidad con… algunos recursos de magia oscura - todos se miraron entre sí - Así que eso viene de familia, parece que todos en algún momento fueron amonestados por eso. Sus padres regresaron a Austria y ahí es donde ella nació. Su padre murió misteriosamente, algunas teorías son que él perdió el control en algo oscuro que estaba haciendo y otra es que su esposa lo mató por lo mismo - colocó unas fotografías más antiguas que correspondían a los padres - Su madre fue aprehendida cuando la encontraron haciendo una especie de ritual con una familia muggle y… parece que murió en prisión.
- Y ella está siguiendo los pasos de su familia - terminó Ron, aterrado por el historial.
- Se ve que viene de generaciones, por eso emplea magia antigua - observó Talbott - Su familia fue muy perseguida por lo visto.
- Pero cómo que no se sabe mucho de ella.
- No asistió a alguna escuela de magia y toda su familia y la pequeña comunidad a la que pertenecían se mantuvieron apartados del resto del mundo mágico.
Con un movimiento de varita, Harry multiplicó los documentos que levitaron en orden a cada uno.
- Y qué hace en Inglaterra - se extrañó Edwards, recibiendo los documentos - Puede hacer lo mismo aquí que allá, en su país de origen.
- ¿Tiene antecedentes allá? - Williams levantó la mano para preguntar.
- No en realidad, su familia sí, muchos, pero ella tiene un historial limpio - rebuscó de nuevo en los papeles por si se le había escapado.
- Es extraño que haya decidido cambiar de país para hacer algo - Edwards seguía pensativa - No quiero elevar tu ego, jefe, pero todo el mundo sabe que estás aquí y se la pensarían dos veces antes de hacer algo.
- Entonces es a propósito - opinó Adam - Podría ser una especie de reto para ella o una gloria personal lograr su cometido en presencia de alguien como Harry.
- ¿Cómo vanagloriarse más con mi humillación? - era extraño sin duda, pero no quería especular - No lo creo, por la forma en que se han dado los ataques y lo que Dolohov me dijo, hay un plan. Que se esté moviendo en Inglaterra tiene un propósito.
- ¿Los sacrificios? - propuso Jack - Tal vez no quiera manchar más de sangre su país, después de todo lo que pasó su familia y su gente.
- Aquí también se ha derramado mucha sangre, no creo que sea por ahí - negó Ron, analizando la foto en sus manos - Tal vez se sintió inspirada por Voldemort y quiera seguir sus pasos.
- Voldemort tenía un propósito también, pero era despiadado, mataba gente por placer. Ella no sigue ese patrón - se quedó mirando la fotografía en la pared, como si tratara de conocer sus propósitos con sólo mirarla, pero sus grandes ojos oscuros no le decían nada.
- Bueno, ya la identificamos, conocimos un poco de su historia, pero ¿Y luego? ¿Cómo damos con ella?
- Es alguien que sabe esconderse bien, no será fácil - coincidió Talbott - Yo sé que quieres mantener este caso lo menos público posible, y entiendo bien porqué, pero nos vendría bien algo de ayuda.
- Sé que es mucho para nosotros ocho, pero de momento no quiero que ella sepa que la estamos conociendo y saben que tenemos un infiltrado - cruzó los brazos, negando - De momento no hará nada y no saldrá de dónde sea que esté, así que tomemos este tiempo para descubrir qué quiere.
- Al menos sabemos el tipo de magia que le gusta emplear, buscaremos por ahí - dijo Stevens con un toque optimista que la mayoría había perdido.
- Y sé que no se los tengo que repetir, pero manténganse alertas más que nunca - los siete asintieron, como siempre.
- Debemos prestar atención a los casos menores, recuerden que ese es el aviso cuando algo más grande se acerca - añadió Talbott.
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- Te dije que las cosas seguirían su curso, Potter - Dolohov estaba más demacrado que la última vez que lo había visitado. La prisión tenía ese efecto, aunque ya no hubiera dementores.
- Yo soy el curso, Dolohov - dijo calmado. Cuando interrogaba sospechosos o hablaba con prisioneros, empleaba una actitud confiada, segura, puede que hasta arrogante, tratando de demostrar que tenía el total control de la situación y que su cooperación sólo influenciaba en su juicio o su sentencia, pero no aportaba nada al caso en cuestión porque ya estaba todo cubierto, aunque no fuera cierto.
- Sigues confiado, eh – sonrió de lado – Esa seguridad no te ayudará, en cambio puede hacerte perder mucho.
- ¿Qué es lo que ella quiere quitarme? – dio un paso más al frente para poder analizar los gestos del hombre más a detalle, pues seguía sentado en la pequeña cama, recargado en la pared. Dolohov no contestó de inmediato, procesando tal vez lo que Harry podía saber – Azure – continuó, diciendo el nombre clara y lentamente. El hombre no pareció sorprendido de que la mencionara.
- Ella no quiere quitar nada – recargó la cabeza en la fría pared de piedra y cerró los ojos – Todavía no lo has entendido, Potter.
- Ha quitado vidas – apretó los puños dentro de sus bolsillos ante la indiferencia del mago, pero se mantuvo firme, sin permitir que reconociera sus sentimientos a través de su voz.
- Todo beneficio tiene un costo – su calma lo estaba haciendo querer sacar su varita y sacudirlo.
- Te costó tu libertad también – tal vez, si lo provocaba un poco, lograría conseguir más - ¿Lo vale?
- Yo no decido eso.
- Tú ya no decides nada, Dolohov, ¿es que no lo entiendes? Jamás saldrás de aquí.
Dolohov sonrió y respiró profundamente, como si estuviera en una terapia de relajación con efecto inmediato.
- ¿Cómo están los niños, Potter? – no abrió los ojos, lo cual Harry agradeció o vería que su rostro había cambiado de inmediato ante la mención de sus hijos - ¿Y la pelirroja? Sigue tan guapa como siempre, me imagino.
Harry contó mentalmente hasta cincuenta. Uno de los puntos que lo debilitaban sin duda era que la persona que estaba siendo interrogada mencionara a su familia, lo tomaba como amenaza, y en este caso sin duda lo era.
– Deberías preocuparte más por ti – logró que su voz se mantuviera en el mismo tono que al principio – Temo que la prisión esté causando daños permanentes, y dudo mucho que la nueva ama que servías te ayude a cambiar tu posición.
- Ya lo has dicho, no tengo nada – volvió a suspirar – Nada que ganar y nada que perder, a diferencia de otros – su voz se hacía más lenta, como si le costara trabajo hablar – Lo que sí tengo es sueño, así que si no te importa… - se dejó caer de lado para recostarse en la cama – Estas ya no son horas de visita.
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Les dije que Cursed Child no era canon para mí, pero hubo ahí un conflicto que quise abordar de otra manera porque me desesperó mucho en la obra. La relación de Harry con Albus. Fue una escena pequeña pero que muestra ese lado paternal de Harry, dispuesto a ser el padre que a él le hubiera gustado tener. Y finalmente conocemos a la responsable de la oscuridad. Han sido capítulos medio lentos, pero ya falta poco para llegar a la fecha del primer capítulo.
Gracias por seguir la historia y nos leemos en el siguiente capítulo.
