Disclaimer: Ni Highschool DxD, ni las técnicas, personajes y objetos agregados en la historia me pertenecen. Todo es de su respectivo autor y creador.
-Hola – Diálogos.
(Cómo estás) – Pensamientos
[Compañero] – Ddraig, Albion o algún otro ser en una Sacred Gear o arma.
{Hola} - Comunicaciones por teléfono, hologramas, círculos mágicos, etc.
Capítulo 11: La caída del Phoenix inmortal.
-Residencia Hyodo-
El silencio y la luz lunar adornaban una de las habitaciones de la residencia siendo acompañadas de una hermosa joven castaña dormida, dicha joven reposaba sobre una cama siendo arropada por unas sábanas hasta la altura de su cuello. Murayama abrió sus ojos de golpe despertando repentinamente, tardó unos segundos en levantar la parte superior de su cuerpo observando la habitación en la que se encontraba descansando.
Ella suspiró de alivio al notar que todo parecía normal, exceptuando el hecho de que no sabía en dónde exactamente se encontraba, se levantó de la cama y noto que vestía una camiseta sencilla junto con unos shorts.
-¿Cuándo fue que…? - Se preguntaba la Peón a sí misma.
La puerta de la habitación se abrió y para su sorpresa se encontró con Asia quien traía una toalla húmeda en sus manos, dicha toalla cayó al suelo debido a que Asia había corrido a abrazar a su amiga.
-¡Murayama-san, me alegra que hayas despertado! - Exclamó muy alegre la rubia de ojos verdes.
-Asia, también me alegra ver qué estás sana y salva - La castaña correspondió al abrazo alegre. -¿Pero dónde estamos? - Preguntó ella curiosa mirando a su alrededor.
-Está es una de las habitaciones de la casa de Issei-san. - Explicó Asia disipando las dudas de su amiga con una sonrisa.
Asia tomó la mano de Murayama y la guío hasta llegar a la sala de la residencia, cabe de más decir que la Peón se encontraba sorprendida de todo lo que poseía el lugar. Ambas llegaron hasta la sala de estar donde se encontraba Issei sentado en uno de los sofás al lado de la peliplata.
Antes de terminar de bajar las escaleras notaron que ambos tenían una conversación sería con un holograma de una persona pelirroja..
-Tranquilo, fue algo difícil pero logramos hacer que Grayfia pueda estar en el Inframundo sin problemas, los viejos del consejo pueden ser muy tercos. - Corroboraba la persona del holograma riendo un poco al mencionar lo último.
-Le agradezco esto que hizo por mí, Sirzechs-sama. - Grayfia mostraba su respeto haciendo una leve reverencia al hombre.
-No tienen nada que agradecer, me tomó algo de tiempo pero pude completar nuestro trato de hace años, Hyodo-kun ganó la pelea y como Rey debo cumplir mi palabra. - El Rey Demonio devolvió el gesto. -¿Entonces cuento contigo? Se que te pido demasiado puesto que esté asunto no tiene que ver mucho contigo pero se me terminaron las opciones.- Preguntó el Super Demonio volteando a ver al pelinegro.
-Cuenta con ello, tengo un par de asuntos que resolver con ese sujeto. - Confirmó Issei con determinación notoria.
-Sin embargo, deben ser conscientes de que Grayfia-san será reconocida por los nobles, las reacciones pueden ser variadas. - Advirtió seriamente Sirzechs ante posibles escenarios.
Ante lo dicho el pelinegro suspiró pensando en una solución a eso.
-Supongo que ningún líder de clan va a querer al Dragón Rojo como enemigo. - Dijo Issei con gracia en su voz.
-¿Planeas revelarte cómo el actual Sekiryuutei? - Preguntó Sirzechs un poco sorprendido ya que él sabía el perfil bajo que Issei quería mantener.
-¿Por qué no? Después de todo Grayfia muestra su título de Reina del Hielo de la Aniquilación y además, Azazel me dijo que el Dragón Blanco ya apareció. - Respondió Issei de manera analítica ante su decisión.
-Entiendo, en ese caso deja en mis manos tu introducción. - Sugirió el pelirrojo con una sonrisa confiada.
Ante esta sugerencia Issei asintió de la misma manera.
-En ese caso me retiro. - Se despidió Sirzechs desvaneciendo su proyección.
Issei no negaría que el tener interacción con el Rey Demonio Rojo ayudó a que le agradará más y cambiará un poco su percepción de él a comparación de antes.
-Murayama despertó, Issei-san. - Avisó Asia llegando a la sala junto a su amiga.
-Oh veo que ya despertaste. - Saludó el pelinegro casualmente.
-Issei ¿Que pasó? - Preguntó Murayama sentándose en el sofá.
-Después de que te eliminarán en el Rating Game, Riser y su Reina tuvieron contra las cuerdas a Rias Gremory, si ella atacaba a alguno entonces el otro atacaría a Asia y para evitar que ella saliera lastimada cedió la victoria. - Contó Issei seriamente viendo como su prima tenía una expresión complicada.
-Aunque no era el resultado que se esperaba, fué la mejor decisión, de continuar solo sería frustrarse en vano. - Comentó Grayfia con un tono natural.
-Entonces se acabó, perdimos y la presidenta tendrá que pasar el resto de su vida al lado de ese bastardo. - Decía Murayama frustrada por su derrota.
-En diez días lograron crecer en cuanto a su fuerza y poderes, pero no era una victoria segura. - Respondió la peliplata a lo que decía la castaña.
La Peón no pudo evitar apretar sus puños con gran fuerza, quería hacer algo para impedir esa boda pero sus límites se lo impedían, por más que le doliera aceptarlo no tenía el poder suficiente para ganarle al Phenex pues solo era una recién iniciada y su estatus como Demonio aún no le permitía actuar por su cuenta sin considerar a su Maestra.
-Supongo que por fin llegó la hora. - Comentó Issei relajadamente mientras se ponía de pie.
-¿Eh? ¿La hora? ¿A dónde vas? - Fueron las tres preguntas hechas por Kaori sin entender a que se refería su primo.
-Da la casualidad de que me invitaron a la fiesta de compromiso de Rías Gremory. - Dijo parándose en un espacio abierto.
-¿Entonces irás a ayudarle, Issei-san? - Preguntó Asia esperanzada mirando a Issei.
-Ella las ayudó a ustedes, es lo mínimo que puedo hacer. - Respondió Issei con una sonrisa mirando a Asia.
-Entonces yo iré contigo. - Declaró la castaña levantándose.
-No, aún tienes que recuperar energías, debes descansar - Contestó Issei seriamente mirando a su prima. - Asia se quedará contigo para ayudarte en lo que sea necesario. - Explicó Issei con calma.
-Me sentiría más agusto si Grayfia fuera contigo. - Dijo Murayama aún con un poco de preocupación en su voz.
-Tranquila, observar la pelea de ustedes me ayudó a saber que es capaz de hacer Riser, honestamente no me preocupa del todo. - Buscó tranquilizar Issei a Murayama.
-Murayama-san, me encargaré de que Issei-sama regresé sano y salvo. - Declaró Grayfia en un tono reconfortante con una ligera sonrisa.
Estás palabras lograron tranquilizar más a la castaña quien solo veía con felicidad a la peliplata y asintió
Sacando el papel que le dieron de sus bolsillos hizo uso de su magia y a sus pies aparecía un círculo mágico color dorado.
-Asia, te encargo por favor a Muruyama. - Pidió Issei mirando a la rubia.
-Si, yo cuidaré bien de ella. - Respondió Asia de la misma manera. - Issei-san, por favor trae de vuelta a Buchou. - Pidió el Alfil Gremory preocupada.
-No te preocupes, ella no sufrirá ese terrible destino. - Aseguró Issei con confianza.
El Dragón Maligno y la Demonio fueron envueltos en un brillo para luego desaparecer de la sala de la residencia dejando a las chicas solas.
-Inframundo, Fiesta de compromiso.-
Un círculo mágico se presentaba en el centro de un lujoso pasillo de gran espacio adornado con todo tipo de cuadros aparentemente costosos.
-De verdad que a ustedes los Demonios les encanta hacer todo a lo grande. - Comentó Issei al mirar a su alrededor.
-Issei-sama. - Llamó la peliplata la atención del pelinegro.
Issei al voltear a ver a dónde se encontraba la puerta, notó que era custodiada por un par de guardias.
-Supongo que esto será más laborioso de lo que esperaba. - Se quejó Issei suspirando.
[No sé de qué te quejas, podrías ver esto como parte de tu rutina de entrenamiento.] - Comentó en un tono burlesco Ddraig.
-Vaya, veo que por fin estás despierto. - Respondió el Dragón Oscuro de la Media Luna a su compañero.
[Siempre observo lo que pasa, pero nunca veo necesario entrometerme, además quiero presenciar la paliza al heredero Phenex, no me agradó la forma en que nos veía y nos trataba ¡Somos seres superiores a él!] - Contestó Ddraig con orgullo notorio en sus palabras.
Ante estás palabras tanto el pelinegro como la peliplata soltaron una ligera risa y continuaron su camino hasta acercarse más a la puerta.
-¡Hey! ¿¡Cómo llegaron aquí!? - Exigió saber uno de los guardias apuntando su lanza contra los invitados al ver al par de intrusos acercarse.
-Vaya manera de recibir a sus invitados. - Comentó en voz baja al ver cómo los guardias se preparaban para atacar.
Antes de que ambos guardias pudieran reaccionar fueron congelados en su totalidad cortesía de la maid quien no quitaba su mirada neutra mientras que sus manos aún emitían un poco de hielo.
-¿No te excediste un poco? - Fue la pregunta hecha por Issei con una sonrisa algo nerviosa.
-No sé de qué te quejas, creí que te gustaba cuando me volvía ruda. - Contestó Grayfia en un tono coqueto.
Esto tomó por sorpresa total a Issei puesto que muy pocas veces Grayfia hablaba así, esto hizo que un sonrojo se hiciera presente en el rostro del pelinegro. Las palabras dichas por la maid estaban llenas de verdad, durante los entrenamientos que llevaban a cabo, Issei llegó hacer el comentario de que le gustaba cuando ella atacaba con más fuerza y se volvía más ruda, cada enfrentamiento que realizaba Issei, se dejaba llevar por la sangre heredada de su padre.
Ambos reanudaron su camino atravesando las puertas pasando a los guardias congelados, tal parecía que nadie se había percatado de su presencia, exceptuando por algunas personas.
Del otro lado de las puertas se encontraba una gran cantidad de invitados disfrutando de conversaciones amenas y una copa de vino adornada entre sus dedos degustando su sabor. De entre la multitud un grupo de personas específicamente veía todo el lugar con seriedad, como si esperarán el momento para actuar.
Issei miraba entre los invitados con curiosidad divisando al grupo de Rías Gremory, al verlos solo pudo suponer que venían a intentar romper de nuevo el compromiso de su Rey, él respetaba el aprecio que se mostraban entre ellos al hacer todo lo posible por ayudar el uno al otro. Al divagar entre la multitud llamó su atención un par de mujeres en específico, la primera era una chica rubia no mayor que él con un particular peinado de dos colas en forma de taladro vestida con ropas dignas de un miembro noble acompañada de una mujer mayor en sus veintes con un atuendo de motociclista y lo más particular era que vestía la mitad de una máscara y su cabello castaño mostraba unos mechones rojizos, la mujer castaña actuaba como un guardaespaldas de la chica rubia.
El portador del Dragón Emperador Rojo reconocía ambas féminas como el Alfil de la nobleza de Riser y su hermana menor, mientras la otra mujer era la Torre de dicha nobleza, parecía que particularmente tenía un apegó y lealtad al Alfil, además, el encontraba interesante la manera en que peleó contra la Torre Gremory y el como tenía a su prima contra las cuerdas.
Grayfia no pasó por alto el interés de Issei, sin modificar su expresión desprendía una muy ligera aura oscura con intenciones asesinas, Issei no era del todo consciente porque temblaba ligeramente y sentía un escalofrío en su espalda.
(Siento que estoy en peligro mortal.) - Pensó Issei para sí mismo mirando como sus manos temblaban.
[Compañero, será mejor que continúes con tu plan y dejes de observar los alrededores por un buen rato.] - Fue la sugerencia del Dragón Rojo con un ligero nerviosismo en su voz, como si él también temiera por lo que pudiera pasar.
De repente un círculo mágico apareció en un lugar determinado de la sala, de dicho círculo brotaron llamas formando la silueta de un hombre; Riser había aparecido vestido de manera elegante con un traje blanco, su rostro mostraba una sonrisa arrogante y confiada totalmente digna de él.
Todos y cada uno de los invitados miraban detenidamente a Riser poniendo su atención sobre él.
-Nobles del Inframundo, les agradezco su asistencia la noche de hoy, dos de las familias más fuertes e importantes del Inframundo han decidido unir lazos mediante el matrimonio para prevalecer el futuro de nuestro mundo. - Riser daba un discurso con los brazos extendidos. - ¡Ahora sin más preámbulos, quiero presentarles a mi prometida! ¡Rías Gremory! - Presentó Riser a Rias quien solo mostraba una expresión de molestia e incomodidad al usar un vestido de novia..
-¡Son ellos! - Se escuchó una voz masculina llegando al salón captando la atención de todos.
Varios guardias habían aparecido en el lugar para buscar a los responsables de que sus compañeros estén fuera de combate. Al distinguir a los culpables no dudaron en rodearlos, sin embargo los esfuerzos serían en vano puesto que Grayfia no tardó en congelarlos de la misma manera que lo había hecho con los guardias anteriores. Todos en el lugar miraban sorprendidos los acontecimientos, la mayoría de los nobles no tenían idea de que estaba pensando pero sí reconocieron a la maid, algunos pensaron que se trataba de un ataque a traición. Rias estaba al igual que los demás pero el motivo de ella era que no esperaba ver a su amigo en la fiesta de compromiso, sabía que había un motivo tras todo esto pero no lograba figurar cuál era; Riser por su parte estaba molesto, no esperaba ver al sucio humano que no le dió el respeto que según él se merecía en la celebración de su victoria.
-¿¡Quién demonios crees que eres para venir aquí como si nada!? - Exigía saber el rubio más que enfadado.
-Son invitados especiales de mi parte. - Se acercaba a ellos el Rey Demonio Rojo con un tono sereno.
-Hermano. - Decía asombrada Rías al ver que todo el alboroto fue ocasionado por él.
-Sirzechs-sama, no es necesario que… - Intentaba contradecir Riser las acciones de su Rey.
-Riser, el juego entre tu y mi hermana fue entretenido pero ella no contaba con las piezas necesarias ni la experiencia en juegos. - Argumentaba Sirzechs en un tono neutro.
-¿Tiene alguna queja del juego? - Preguntaba molesto el tercer hijo de los Phenex.
-Para nada, si alguien como yo tuviera quejas entonces los Rating Games se volverían inútiles. - Respondió Sirzechs sin problemas. - Honestamente, me enteré que el Dragón Emperador Rojo había aparecido y se había vuelto aliado de mi hermana, mi curiosidad es muy grande sobre lo que es capaz de hacer. - Explicó Sirzechs confiadamente.
Sin embargo todos sin excepción se mostraban sorprendidos de saber que el joven pelinegro era el actual Sekiryuutei, nadie esperaba que alguien como él se fuera aparecer por mero capricho.
Rias por su parte se encontraba atónita, nunca esperó que su amigo y aliado fuera el portador del Dragón Rojo, sus emociones eran un mar de confusión en estos momentos. Sentía sorpresa por la revelación, alegría porque su aliado era alguien destinado a ser poderoso y una ligera molestia al darse cuenta que él le estaba ocultando semejante información.
-Ya veo, entonces… - Riser entendía a dónde quería llegar el Rey Demonio Rojo.
-Dragón contra Fénix, creo que animaría un poco la fiesta un encuentro entre dos bestias míticas. - Propuso el pelirrojo con una sonrisa.
-Si es lo que Sirzechs Lucifer-sama desea ¡Entonces mostraré mi llama antes de ser un hombre casado! - Declaró Riser con orgullo notorio en sus palabras.
Sus expectativas eran las mismas que las de hace unas noches en el juego contra su prometida, no le importaba cuánta resistencia pusiera su contrincante, el resultado sería el mismo.
-Muy bien, Hyodo Issei-kun ¿Aceptas esté desafío? - Preguntó el Rey Demonio buscando corroborar el encuentro.
-Si, para mí está bien. - Aceptó sin bacilos Issei mirando a Rias.
-¿Qué te gustaría recibir a cambio? - Preguntó interesado Sirzechs nuevamente.
Ante está pregunta los Demonios se mostraban sorprendidos y varios argumentaban que no era necesario darle nada al Sekiryuutei pues él no era un Demonio noble, solo era un humano. Por su lado, el Rey Demonio cortó toda queja al decir que el pelinegro estaba cumpliendo un capricho de él por lo que era justo cumplir un capricho suyo a cambio.
-Quiero que está ridiculez de compromiso se cancelé y Rías Gremory sea libre de decidir con quién estar. - Declaró en un tono alto para que todos en la sala lo escucharán.
Los nobles se sorprendieron al escuchar al joven pelinegro, no entendían el porqué hacer algo así por una persona. Los rumores de que posiblemente se trataba de un pretendiente de Rías Gremory no tardaron de surgir entre tanto murmullo, cabe decir que Rías sintió sus mejillas calentarse al escuchar a los demás y algo nerviosa, ella se extrañaba del porque se sentía así. Sin embargo, nada de esto pasó desapercibido por la matriarca del clan Gremory quien solo sonreía de manera jocosa.
Ante semejantes palabras tanto el Rey Demonio Lucifer como la matriarca del clan Gremory sonreían satisfechos por tal petición, parecía ser que no habían cometido un error al confíar en aquel joven de cabello negro cómo su último recurso para librar a la hija menor del compromiso sin intervenir directamente..
-Entonces Sonia los transportará a una dimensión de bolsillo para la pelea. - Declaró Sirzechs tranquilamente mientras volteaba a ver a su Reina.
La descendiente Zagan por su lado asintió para tomar distancia y comenzar a preparar la dimensión mencionada para el espectáculo de los nobles.
[Trata de disfrutar esto tanto como yo] - Mencionó Ddraig con una sonrisa colmilluda de manera en que solo Issei lo escuchará.
-Ten por seguro que así será. - Respondió Issei de la misma manera.
Riser chasqueó los dedos y un círculo mágico apareció rodeándolo y cambiando sus ropas elegantes por unas más cómodas para pelear.
Pasados unos minutos, tanto Riser como Issei fueron transportados para la arena de pelea dónde el Dragón Emperador Rojo saldará cuentas con el tercer hijo de los Phenex, no le agradó el cómo lo trató cuando recién se conocieron, por algún extraño motivo le molestaba como incomodaba a Rias y Akeno al estar cerca de ellas.
Uno estaba frente al otro a una considerable distancia mirándose fijamente, esperando la señal de inicio.
-Demos comienzo a este combate. - Habló el Rey Demonio Rojo expectante de todo junto a su esposa y hermana.
-En vista de que no quieres ceder, no me culpes por tu muerte. - Se mofó Riser extendiendo sus alas de fuego.
Issei por su parte no decía nada, solo lo miraba analizándolo de manera neutral, cada palabra dicha por el prometido de Rías pasaba por alto para él, parte de su entrenamiento fue a no ceder a provocaciones hechas por los oponentes ya que eso podría nublar su juicio en el combate. Posteriormente vió varías bolas de fuego dirigirse contra él de un tamaño considerable, sin problemas dió saltos tomando distancia de dónde colisionaban los ataques del rubio.
Al dirigir su vista a la derecha vió el puño de su oponente dirigirse a su rostro con gran fuerza, rápidamente se agachó y le propinó un duro golpe en las costillas y una patada en el pecho mandándolo a estrellar contra uno de los muros.
[Por más fuerte que seas, no vayas a confiarte] - Le recordó el Dragón Celestial a su compañero y amigo.
(¿Entonces no puedo divertirme?) - Preguntó burlonamente el pelinegro con una sonrisa interna.
[¿Necesito que Tannin te dé una lección?] - Preguntó de la misma manera Ddraig.
A la par de que hablaban, Issei no dejaba de esquivar los ataques de su oponente, Riser comenzando a desesperarse porque nada de lo que hacía surtía efecto.
Los Demonios expectantes del encuentro, no ocultaban su asombro al ver cómo el humano evitaba los ataques sin problemas, definitivamente no era alguien ordinario como para ganarse incluso una recompensa del propio Rey Demonio Lucifer.
Issei lograba contraatacar encontrando aberturas en los ataques y defensa de Riser sin problema alguno, la desesperación y molestia del rubio se hacían más notables conforme avanzaba la pelea.
-¡Deja de moverte! - Exclamó enojado Riser tratando de acertar un golpe.
Posteriormente a eso Riser envolvió sus puños en fuego y la velocidad así como la fuerza de sus puños aumentaban considerablemente, Issei no pudo ocultar sorpresa ante esto y al ver que uno golpe estaba apunto de acertarle en la cara.
[Dragon Booster]
Fue el sonido que hizo eco a la par de que un deslumbrante destello rojo se hacía presente en la pelea, una vez se desapareció el brillo la mano izquierda de Issei se encontraba cubierta por el poderoso guantelete de metal color rojo, la Boosted Gear se encontraba deteniendo el puño de Riser sin sufrir efecto alguno.
-¿Cómo? - Fue la única pregunta que pudo formular el tercer hijo de la familia Phoenix en shock.
Los demás Demonios no se encontraban muy distintos de Riser, los murmullos de nuevo se hicieron presentes preguntándose qué hacía el Sekiryuutei en ese lugar y cuál era su relación con la heredera Gremory.
Rías no se encontraba muy distinta de todos los demás, a pesar de las palabras de su hermano mayor hace unos instantes lo que presenciaba ante sus ojos solo confirmaba la declaración del Super Demonio.
Aunque su alianza con Issei iba muy bien, ella no sabía qué clase de poder almacenaba su amigo, nunca esperó que el Dragón Emperador Rojo fuera a estar de su lado.
Riser se apresuró a continuar con su ataque sin resultado alguno, no podía tolerar el hecho de que su imagen quedaba en vergüenza en su propia fiesta de compromiso.
(Este sujeto ni siquiera sabe que está haciendo. Solo sabe invocar sus llamas pero no pasa de eso) - Pensó el pelinegro mientras evitaba los intentos de ataques.
[Déjame algo de diversión también compañero.] - Pidió a Ddraig mostrando deseos de pelear..
(Vaya, se supone que soy yo el que se emociona.) - Le respondió divertido el Dragón Maligno a su amigo y compañero.
-[¡Empecemos con la verdadera pelea!] - Declaró el Dragón Celestial algo emocionado.
-¡Esto se acaba aquí y ahora, disfruta ser solo ceniza entre todo este escombro! - Grito lleno de ira mirando detenidamente a su oponente.
Riser tomó distancia para expulsar de su cuerpo lo que sería la llamarada más grande que alguna vez había hecho, aparentemente había lanzado su ataque definitivo, después de esto era poco probable que tuviera fuerzas para durar mucho más en la pelea.
Issei por su parte ni siquiera se movió de su lugar, el fuego lo cubrió en su totalidad para pánico de Rias y su séquito, la mirada seria de la maid peliplata y el Rey Demonio. Los demás espectadores se mostraban sorprendidos pues nadie negaría que ese ataque pudiera incinerar hasta a un Demonio de clase alta de gran poder, como el líder de un clan.
Las llamas cubrían una parte considerable de la arena y el lugar se encontraba en completo silencio. Riser creyó que por fin lo había puesto en su lugar y por fin sonreía de manera habitual. se deshizo de la molestia y sería un camino totalmente libre hasta su más profundo objetivo.
[Welsh Dragon Balance Breaker]
Seguido de entre las flamas un ligero destello rojo se hacía presente momentáneamente para después de entre aquel lugar la silueta de una armadura se hacía notar poco a poco y con un movimiento de manos generaba una ráfaga de aire dispersando todas las llamas del lugar abriendo paso al Balance Breaker del Dragón Emperador Rojo, las joyas color jade de la armadura emitían un brillo cálido y a la vez poderoso.
-¿Balance Breaker? ¿Tanto es su manejo del Sacred Gear? - Los invitados se hacían preguntas al ver lo que el joven pelinegro era capaz de hacer.
Riser por su parte extendió sus alas y tomó distancia del pelinegro flotando en el cielo mirando a su oponente apretando los dientes.
-Este canalla piensa que podrá ganarme con tan solo eso. - Habló para sí mismo enojado.
-¿Entonces porque estás temblando nervioso? - Fue la pregunta hecha por Issei quien ahora estaba a espaldas de Riser.
-¿Qué demon…? - Riser se había volteado sorprendido solo para recibir un fuerte golpe en la cara que lo mandó a estrellar contra el piso, generando un cráter.
-Por tu reacción puedo suponer que no sabes pelear mucho ¿No es así? - Decía Issei mirando despectivamente a Riser desde las alturas. -Todos tus oponentes no pudieron con tu regeneración y no te viste obligado a esforzarte enserio. - Analizaba fríamente el Dragón Rojo.
-¡No eres nadie para mirarme de esa manera! - El Demonio rubio extendió de nuevo sus alas de fuego y se acercó a toda velocidad tratando de propinar un golpe con su mano cubierta en llamas.
Issei por su lado solo se movía ligeramente para esquivar el ataque, desde que había empezado la pelea no se veía que sudaba ni una gota, Rias se encontraba sumamente sorprendida por todo lo que estaba mirando, ella no esperaba que su amigo pudiera manejar de esa manera a Riser, su emoción mezclada con felicidad comenzaba a surgir al ver la salida de ese infernal compromiso.
-Tu orgullo y arrogancia te ciegan. - Mencionó el pelinegro de manera cortante mientras colocaba una pequeña esfera color roja en el abdomen del rubio.
Seguido la esfera estalla mandando a volar al Demonio de clase alta contra uno de las estatuas agrietando.
-No seré humillado por un insignificante humano como tú. - No paraba de decir Riser con un tono de ira en sus palabras.
[Está aprendiendo cuál es su lugar en la cadena.] - Comentó el Dragón Celestial con tono de gusto.
-(Ddraig ¿Cuántos ataques podría aguantar la armadura? - Preguntó Issei algo curioso.
[En tu caso puedes soportar sin problemas los ataques de un Demonio de clase alta.] - Informó el Dragón Rojo. - [¿Que tienes en mente?] - Preguntó sin entender a dónde quería llegar su compañero.
-¡Riser, te propongo algo! - Gritó Issei llamando la atención del rubio. - ¡Dame tu mejor ataque, muéstrame de lo que es capaz la flama Phoenix! - La determinación de Issei demostraba que no estaba jugando.
-¡Issei no lo hagas, el fuego de los Phoenix no es algo para tomar a la ligera! - Exclamó Rías preocupada.
Issei no respondió a esas palabras, más sin embargo, no estaba ignorando la advertencia, no la pasaba por alto pero se sentía confiado como para hacer tal acto por más imprudente que fuera. Por otro lado Riser apretaba los dientes con total enojo, aunque dicho sentimiento rozaba la furia.
-¿¡Quién te creés que eres para subestimarme de esa manera!? - La ira de Riser no dejaba de crecer a cada momento.
Issei por su parte comenzaba a aburrirse, el molestar al tercer hijo de los Phoenix ya no era tan divertido como él pensaba que lo sería.
Cada ataque hecho por el Demonio de clase alta era esquivado sin problemas por el pelinegro de armadura roja. A su vez el tercer hijo de la familia Phoenix no era muy diferente de un saco de boxeo, cada golpe que recibía lo regenera pero no servía de mucho pues las heridas no tardaban en volver a abrirse.
[¿Está tratando de cansarte?] - Preguntó Ddraig curioso viendo cómo todo parecía un ciclo repetitivo.
(Personalmente tenía expectativas más altas de él al momento de pelear.) - Comentaba Issei aún golpeando a su oponente.
Rápidamente el pelinegro tomó uno de los pies del rubio para empezar a girar a gran velocidad, al soltarlo el Demonio de clase alta salió volando contra una de las estatuas de las orillas, sin embargo, Issei apareció rápidamente detrás de él para darle un duro golpe con el puño y cambiar de dirección su trayectoria. El portador de Ddraig al ver a su oponente alejarse solo disparó una esfera de su poder del tamaño de una pelota de béisbol, dicha esfera al chocar con su objetivo ocasionó una explosión de considerable tamaño levantando una cortina de humo.
El pelinegro extendió sus alas tomando una considerable distancia de su oponente, abrió su mano izquierda y el entorno tomó un aspecto amarillento para empezar a contraerse en la palma de la mano hasta formar una pequeña esfera de poder de la Devastación, Riser comenzaba a levantarse sanando sus heridas al ver a la armadura tan tranquila en el aire envolvió de nuevo sus brazos en fuego para después disparar un torrente del mismo, el pelinegro al ver el ataque acercarse solo lanzó despacio su pequeña esfera para ver qué cuando ambos ataques se tocaron el suyo tomó un tamaño descomunal y empujaba las flamas del rubio, el tercer hijo de la Familia Phoenix trataba desesperadamente de evitar que la esfera llegará hasta él.
Sonia veía con interés todo el encuentro pues tenía curiosidad de cuánto había mejorado Issei desde su encuentro hace 5 años.
(Si usará el ataque con el que me ganó, podría matar a Riser. Se está midiendo, no, me atrevo a decir que solo está jugando con él.) - Pensó Sonia analizando al Dragón Rojo con una media sonrisa.
La Reina más poderosa volteó a ver a su Rey y juzgar por su expresión supo que estaban pensando en lo mismo.
Los intentos en vano sólo hacían que sucediera lo inevitable y la esfera colisionó contra el Demonio de clase alta ocasionando una sumamente fuerte ráfaga de aire, para cuando todo terminó solo quedaba un gran cráter con un Demonio rubio dentro de él. El pelinegro aterrizó en la arena de pelea y miró a Roser salir débilmente casi arrastrándose de dónde estaba. Issei daba lentos y tranquilos pasos hasta donde se encontraba el rubio tirado.
-Regenerate. - Fueron las secas palabras escupidas por Issei.
-Esto no debería ser posible. - Riser apenas podía hablar, solo sentía dolor, no podía concentrar su magia para sanar sus heridas.
Riser se encontraba en un estado nada favorable, sus heridas sanaban cada vez más lentamente y su respiración agitada solo mostraba lo obvio.
La mayoría de la gente no daba crédito a lo que veía, un humano joven y para ellos inexperto tenía contra las cuerdas a un Demonio de clase alta proviniente de una reconocida y poderosa familia, su experiencia en Rating Games debía darle supuesta ventaja pero está ni siquiera existía.
Debajo de la serena mirada del Rey Demonio pelirrojo se encontraba oculta una sonrisa de satisfacción y no era el único, la matriarca del clan Gremory sentía un alivio al ver que el compromiso de su hija básicamente ya estaba anulado. La nobleza de Riser se preparaba para teletransportarse a la arena de batalla contra el Sekiryuutei pero fueron paradas por una voz sería y dominante.
-No planean interferir ¿Verdad? - Fue la pregunta hecha por un hombre rubio mayor que Riser pero aún de aspecto joven.
Sus ropas elegantes denotaban su clase y su cabello así como color de ojos eran los mismos que los de su hijo, la diferencia era la actitud calmada, denotaban que no tenía intenciones que ocultar a simple vista. Lord Phoenix no quería que la nobleza de su hijo hiciera un movimiento tonto y en vano.
-Lord Phoenix, no podemos dejar que… - Intentaba razonar la Reina de Riser con el padre de su rey con un tono mezclado entre preocupación y nervios.
-Mi hijo aceptó esté enfrentamiento con una venda en los ojos. La victoria causó su propia derrota y su dependencia hacia la regeneración no fue estrategia. - Fueron la palabras dichas por el Líder de clan rubio. - Si de verdad lo quieren hacer adelante, pero tengan en mente las futuras repercusiones que sufrirán por interferir en un encuentro en el cual no debían y manchar el nombre del clan. - Fue la dura advertencia lanzada por Lord Phoenix en un tono algo tajante.
Las siervas de Riser al escuchar las palabras de Lord Phoenix se quedaron en su lugar mas no tranquilas. Irónicamente la única que no tenía intención de moverse ayudar era la Torre Isabela, ella todo el tiempo de la fiesta y el combate se mantuvo al lado de Ravel protegiéndola y expectante de alguna orden a recibir.
De vuelta a la dimensión de pelea, ya no quedaba nada por hacer, el resultado era obvio y solo era cuestión de escuchar las palabras que darían fin a todo.
-No entiendes lo que significa esté matrimonio para el Inframundo. - Trató débilmente de hacerlo entender.
-La verdad eso no me interesa, quería evitar que gente cercana a mi tuviera un terrible destino, no me importa nada de lo que ustedes los Demonios piensen. - Fueron las indiferentes palabras de Issei ante lo escuchado.
De repente un círculo mágico de transportación apareció en medio de los dos hecho por Ravel Phoenix, sin perder su tiempo extendió sus brazos con los ojos cerrados para proteger a su hermano de cualquier ataque que pudiera recibir, al no sentir nada abrió lentamente los ojos y notó que Issei había retirado su casco mostrando una ligera sonrisa.
-Es muy arriesgado lo que hiciste, tranquila, ya no haré nada. Solo estoy esperando a que lo diga. - Fueron las palabras de Issei dándose cuenta de las intenciones de la rubia.
Al ver la sonrisa del portador del Dragón Emperador Rojo no pudo evitar sonrojarse al mirarlo detenidamente.
-Me rindo. - Tal parecía que esas palabras le dolían más a Riser que todo lo que pasó en el combate.
Rías no cabía de la felicidad que sentía en ese momento, una de sus manos estaba sobre el pecho mientras veía a su aliado retirar la armadura y transportarse de vuelta con ellos.
Zeoticus miraba con interés todo el panorama de la situación, un joven aparece de la nada en la fiesta de compromiso de su hija acompañado de la Reina del Hielo de la Aniquilación y dominaba como si nada a un Demonio de clase alta y finalmente pero no menos importante es el actual portador del Dragón Emperador Rojo. Sin duda alguna es alguien que no se puede pasar por alto y sobre todo su atención se vió atraída al poder que utilizaba, sin duda podía decir que es igual al poder de su esposa pero a la vez es diferente.
Sirzechs daba pasos tranquilos hasta llegar con su hermana menor, notó como tenía colocada su mano y la mirada en sus ojos, su sonrojo no era obvio pero si veía cuidadosamente te dabas cuenta de él. El Rey Demonio rojo solo esbozó una sonrisa divertida, había vivido lo suficiente como para reconocer ese mensaje, después de todo él no negaría que eso es lo mismo que hizo cuando recién conoció a su esposa.
-Rias, puedo ver qué estás feliz. - El pelirrojo llamó la atención de su hermana.
-Hermano. - Fue lo único que artículo la heredera del clan Gremory saliendo de su trance volteando a ver al Rey Demonio.
-Fue un buen espectáculo. - Dijo Sirzechs mirando al joven pelinegro.
-Si. - Concordó Rías con una sonrisa en verdad aliviada.
-El consejo no estará feliz con todo esto, a veces es difícil ser Rey Demonio. - Comentó Sirzechs de manera divertida y un poco cansada sabiendo lo que se venía.
Ambos hermanos se dirigieron hacia donde se encontraban todos, el grupo de Rías estaba hablando con el pelinegro y la maid felices y agradecidos de que él viniera a ayudar a la par de su sorpresa por ser el portador del Dragón Rojo.
-Hyodo Issei-kun. - Llamó la atención el mayor de los hijos de Gremory. - Has ganado limpia y justamente el duelo, por lo que tus condiciones serán cumplidas. - Declaró con toda satisfacción en sus palabras. Ante esto Issei esbozó una sonrisa y asintió de acuerdo con el Super Demonio.
La maid se mantenía en silencio pues no veía necesario interferir con la corta conversación de ambos pero esbozaba una ligera sonrisa cálida hacia su amado pelinegro. Sin embargo, todos pasaron por alto que aquella sonrisa cálida se volvía un poco maliciosa y traviesa, como si tuviera algo en mente.
-Issei-san. - La pelirroja llamaba la atención del pelinegro quien volteó curioso. - Te agradezco esto que hiciste, no sé cómo voy a reponer el favor. - Dijo Rias con una hermosa sonrisa llena de alegría y sus ojos cristalizados.
-No tienes que agradecer, no podía permitir que alguien muy importante y cercano para mí se sintiera frustrada y viviera una vida al lado de ese sujeto. - Respondió Issei con una sonrisa de confianza y seguridad.
Rías sentía que sus latidos se aceleraban como nunca y sus mejillas rojizas a más no poder.
[Compañero, tal vez deberías de elegir bien tus palabras antes de hablar.] - Comentó Ddraig para sí mismo al notar un ligero detalle en la frase de Issei.
(¿Se refiere a Murayama o a ella?) - Se preguntó a sí misma Grayfia en una combinación entre extrañada y algo celosa.
En ese momento todo era una confusión para la maid y el Dragón Rojo pues conocían que Issei lo decía honestamente pero la situación se podía malentender.
-Issei-sama es hora de volver – Mencionó Grayfia acercándose a los demás.
-Esta bien, nos vemos en la escuela Gremory-san y chicos. - Se despedía Issei amablemente apartándose junto a Grayfia.
Debajo de ambos apareció un círculo mágico color plateado transportando a ambos de vuelta a la casa dejando a los Demonios.
-Tal parece que fue un evento afortunado ¿No crees Rias? - Preguntó Sirzechs con una sonrisa algo divertida.
Rías al ver esto entendió que todo había sido planeado por su hermano y su amigo, agradecía haber conocido tanto a Murayama como a Issei, su futuro parecía brillante al lado de su séquito y todos aquellos que los acompañaban. Por ahora era libre y era todo lo que podía pedir.
-Residencia Hyodo, Habitación de Issei.-
El Dragón Maligno se encontraba sentado en la orilla de su cama preparandose para acostarse a dormir, agradecía la pequeña práctica que tuvo con el tercer hijo de la familia Phoenix, después de todo había hecho un poco entretenida su noche. Después de regresar a casa de la pelea decidió tomar una ducha para acostarse cómodamente a dormir
-Aún me falta crecer. – Comentaba para sí mismo Issei suspirando en un tono de cansancio.
[En todo el sentido de la palabra, compañero.] – Respondió Ddraig riéndose de su amigo y portador.
-Creí que estabas dormido a estas horas. - Contestó el pelinegro algo divertido a el Dragón Rojo mirando el dorso de su mano.
[Te lo dije, siempre estoy al tanto de lo que pasa, solo que no intervengo siempre. En fin tal vez sea necesario ir a dormir ahora, descansa mocoso.] - Se despidió Ddraig sin perder tiempo de su compañero.
Después de esa corta conversación la puerta de la habitación se abrió para permitir entrar a Grayfia la cual vestía de un camisón de tirante como pijama. La peliplata se acercó a la cama hasta sentarse al lado del joven pelinegro quedándose unos segundos en silencio.
-¿Grayfia? ¿Está todo bien? – Preguntó extrañado Issei mirando a su pareja.
Ante la pregunta no hubo respuesta, la maid se quedó igual que hace unos segundos sentada en silencio con sus ojos ensombrecidos por su fleco mirando hacia adelante, justo antes de que el actual Sekiryuutei pudiera decir algo más, fue recostado en la cama con Grayfia estando arriba de él mirándolo fijamente.
-Issei, he estado pensando por un tiempo que tal vez ya es hora de dar el siguiente paso entre nosotros. – Decía Grayfia sumamente sonrojada pero su mirada demostraba pasión pura al hombre abajo de ella.
Decir que Issei no estaba igual de sonrojado debido a lo dicho por su pareja sería una completa mentira, el corazón de ambos latía más rápido que nunca, inconscientemente ambo se acercaban el uno al otro hasta sellar sus labios en un beso el cual se fue volviendo más y más apasionado, al separarse por la falta de aire un muy delgado hilo de saliva los unía y su vista no se apartaba del otro.
El pelinegro quiso desviar su mirada debido a los nervios que le invadían en ese momento, pero Grayfia tomo su rostro con ambas manos para verlo de nuevo. Sin perder el tiempo ambos reanudaron el beso mientras poco a poco se quitaban mutuamente la ropa. El único testigo de todo sería la luna que se asomaba por la ventana de la habitación.
Hasta aquí el capítulo gente, la verdad hubo puntos buenos y malos a la hora de la creación de este capítulo. Espero les guste y lo disfruten, debo decir que el capítulo me presentó uno que otro problema para terminar, principalmente por la pelea, puesto que no soy bueno escribiendo ese tipo de cosas y menos si se trata de armas.
Como siempre les pido una disculpa por tardar en actualizar pero si soy honesto mi rutina diaria me consume poco a poco, entonces cualquier cosa que afecte la historia se los haré saber.
Me despido no sin antes agradecerles por seguir la historia, esperarla y leerla, de verdad que eso significa mucho para mi.
Pasen buen dia/tarde/noche.
