Las seis (veinte, de hecho) etapas de la separación
Sumario: Dicen que hay seis etapas que debes vivir tras separarte de alguien a quien amabas. Pero las de Draco incluyen a su enemigo y de pronto todo es un poco confuso.
Género: Hurt/comfort. Romance (lento).
Claves: Drarry/Harco, sexto año. Voldy ya no está, digamos que le han ganando en el Ministerio en quinto año. Puedes llorar, pero hay final feliz.
Disclaimer: la última vez que revisé, HP todavía le pertenecía a la Innombrable.
Etapa 17: Besas a tu enemigo
A Harry le gustaban mucho las noches de verano en La Madriguera, pero esta era especial de un modo que le resultaba difícil de explicar.
Quizás tuviese que ver con la presencia de una persona en particular.
Quizás no.
Quién lo sabría.
Sirius estaba cantando desafinado mientras Arthur lo animaba, más motivado por el whisky de fuego que Sirius le dio que porque le gustase la canción, y Molly regañaba a alguien a lo lejos. A George, probablemente. Poco a poco sus voces se perdían mientras Harry alcanzaba uno de los techos inclinados de la casa.
Draco estaba sentado a una distancia prudente del borde, observando el cielo. Harry se acomodó a su lado y le ofreció el vaso que tenía lleno hasta la mitad con el whisky de fuego que Sirius le sirvió, pese a las miradas severas que Molly le estuvo dando desde que descubrió sus intenciones.
Él negó.
—Yo no bebo.
—Oh, bien. Tú me sacarás de aquí si Sirius me sigue sirviendo entonces —alegó Harry, dando otro trago al vaso. Lo colocó a un lado de inmediato.
Consideraba que ya tenía un mínimo de resistencia, al menos la necesaria para no actuar como un idiota con un vaso, pero no tenía planes de ponerlo a prueba.
Prefería sólo quedarse ahí, sentado junto a él.
Eso se sentía bien. Se sentía como algo correcto.
—¿Un knut por tus pensamientos? —ofreció Harry.
—Mis pensamientos son más valiosos que eso —argumentó Draco. Sus labios se curvaron un poco.
—¿Uno de mis pensamientos por uno tuyo?
—Eso podría ser más interesante —Draco ladeó el rostro para verlo.
La poca luz con la que contaban provenía de los cuartos y no había una ventana cerca de la parte en que se sentaron, por lo que veía muy poco de Draco. Lo suficiente para pensar que parecía una especie de criatura mágica en medio de la noche.
Tal vez no podía ni con un vaso de whisky.
O tal vez ese pensamiento sí era suyo y no del alcohol.
Harry se inclinó hacia un lado y puso su cabeza entre el cuello y hombro de Draco. Notó que este se tensaba durante un segundo y luego se relajaba.
—Me gusta muchísimo que seamos amigos. Que estés cerca.
Tras unos segundos en silencio, Draco levantó la mano y sus dedos le rozaron el cabello. No sabía si lo alejaba de su rostro o era una caricia. O ambos.
—¿Cuánto bebiste? —se burló.
—Estoy hablando en serio, Draco.
—Yo también —replicó él—. ¿Tendré que levitarte para bajar sin que te rompas la cabeza o algo así?
—¡Draco!
A manera de "protesta", Harry frotó el rostro contra su cuello. La punta de su nariz le rozó la piel varias veces y creyó percibir un débil estremecimiento en Draco, así que se detuvo.
No sabía con exactitud qué le sucedía. Draco había estado muy presente ese verano en su vida y parecía que no fuese la primera vez, que ese fuese su lugar. Lo vio reírse bastante de estupideces que Sirius decía durante la comida y su pecho simplemente se llenó de una sensación que era demasiado cálida y agradable para que pudiese ignorarla.
—Hablo en serio —repitió, levantando la cabeza sólo lo justo para que quedase frente a la de él.
De esa manera, estaba tan cerca que podía distinguir el tono del gris en sus ojos cuando la luz no lo alcanzaba. Draco examinó su rostro durante unos segundos, en silencio.
—A mí también…me ha gustado tenerte cerca —susurró.
Una sonrisa se abrió paso en el rostro de Harry. Volvió a poner la cabeza en el hombro de Draco y siguió haciendo eso de frotar su rostro ahí, sacándole una risita.
—¿También eres un animago y no me he enterado? ¿Un gato tal vez?
—Hm, no sé, aún no consigo la transformación…
—Apuesto a que será un gato mimado.
—Tal vez, tal vez…
No había ninguna queja sobre lo que hacía y Draco incluso sonaba divertido, así que tampoco encontró un motivo razonable para detenerse. Estaba demasiado cerca y seguía acercándose sin notarlo. La piel de Draco estaba fría y podía sentir la vibración de su pecho cuando soltaba otra risita.
¿Podían tener más noches así?
Sólo quería más noches así.
Harry seguía jugando de una forma muy absurda y Draco riéndose. Acabaron casi pegados a la pared y Draco emitió un débil quejido por un mal movimiento.
Él se detuvo y levantó la cabeza para decirle algo. Su mente decidió que era momento de asimilar lo cerca que estaban. Que el aliento de Draco rozaba su rostro, que quería…
¿Qué quería?
Harry se sorprendió al darse cuenta de que su cabeza estaba llena de pensamientos acerca de que si avanzaba un poco más, sólo un poco más, podría…
Es que faltaba tan poco para sus labios.
¿Eso era lo que quería?
Probablemente era la persona más obvia del mundo porque estaba viendo su boca mientras pensaba. Vio que se curvaba un poco en una sonrisita avergonzada, y sí, estaba seguro de que era eso lo que quería.
Sólo que no quería lanzarse sobre él de repente. Le sonaba muy mal. No era así cómo lo quería.
—Draco —murmuró.
—¿Hm?
—¿Te puedo besar? —Harry tragó en seco—. ¿Me dejas besarte?
Percibió un ligero cambio en la respiración de Draco. Miró hacia otro lado, recordó que no le gustaba que lo evitase así y volvió a observarlo.
Se relamió los labios y luego los apretó y Harry casi se colapsa ahí mismo ahora que sabía lo que quería hacer.
Su respuesta fue muy, muy baja.
—No.
Harry se tardó unos segundos en entenderla y se alejó por reflejo.
—Perdona, no quería-
—No, no, no entiendes, espera, calma, calma —Draco sujetó sus hombros para que no se apartase más. Luego sus manos subieron por el cuello de Harry y hacia los lados de su cabeza y él decidió quedarse ahí, siendo sostenido por Draco—. Sí quiero. No es eso. Sí quiero. Sólo…sólo no ahora.
—¿Hay algo malo con que sea ahora? —susurró Harry.
Ahora que sabía que no era un rechazo rotundo que arruinaría la relación que formaron, no se preocupó por alejarse, sino que se recargó en su agarre.
—No me siento listo —admitió Draco—. Todavía hay cosas que estoy rearmando por aquí, ¿entiendes? Quiero besarte. Quiero tanto besarte, tuve que dejar de mirarte un momento cuando lo dijiste porque me iba a colapsar de lo mucho que quería que lo hicieras…
Se rio de sí mismo al reconocer esto y Harry no pudo evitar sonreír. Todo su cuerpo parecía disolverse en emociones suaves, cálidas, y lo más relevante eran las manos de Draco en su cabeza y su voz.
—Es que tú no eres una opción, Harry —continuó en voz muy baja—. No lo eres y no pienso hacerte sentir así, por eso sólo…sólo no todavía.
Harry asintió moviendo la cabeza lo mínimo para que él no lo soltase. Draco rozó la nariz con la suya, y por un segundo, estuvo seguro de que se había derretido ahí mismo.
Draco le mostró una sonrisita y besó su frente. Se demoró unos segundos en separar los labios de su piel. Harry cerró los ojos sin pensar y esos labios después bajaron por su rostro, besándole las cejas, los párpados, los pómulos.
Era extremadamente suave con él. Besó sus mejillas varias veces y la línea de su mandíbula. Le acarició la cabeza, jugó con su cabello y volvió a dejar besos en su cara.
Y Harry sabía, sentía, que sólo era él. Que sólo estaba pensando en él, incluso al decir que no. Que no había nadie más que él, simplemente requería un poco de paciencia.
No había ningún tipo de inseguridad o duda allí. No sentía que tuviese que "ganarse" algo. Ni tenía que preocuparse porque se arrepintiese o porque cambiase de opinión.
Harry soltó una risita feliz y también le llenó el rostro de besos, haciendo especial énfasis en sus mejillas. Sentía que Draco sonreía incluso cuando no lo estaba viendo. Luego él también besaba su rostro y Harry sólo quería volver a reír, porque aquello era lindo, aquello le gustaba mucho y sus emociones se desbordaban. Y todas eran buenas.
Ni siquiera sabía que alguien pudiese ser desbordado sólo con emociones agradables.
Sí, quería más noches así.
