Después de días sin poder entrar, pongo el segundo capítulo. Por favor, dejen reviews!
En este capítulo y los siguientes, vamos a contar lo que pasó en el quinto y sexto libro. Esto no estaría escrito en el libro
verdadero, pero al saltear dos libros, debo relatar lo que pasó. Así que, cuando termine de contar eso, sigo con el libro.
Si se quisiera hacer el libro en serio, suprimimos esos capítulos, así que no la tomen como parte del libro, es una explicación
para que puedan seguir la historia. Gracias.
- ¡Harry! ¡Harry!- Era Sirius, que estaba junto Arabella en la puerta trasera. Como pensaban que estaba dormido, evidentemente
sonámbulo, no querían despertarlo.
- ¿Qué pasó?- Preguntó Harry, saliendo de la pileta y entrando a la casa. Tenía los labios morados y estaba temblando.
- Eso deberías contestarlo vos- le dijo Arabella- ¿Qué hacías en la pileta a las tres de la mañana?
- No tengo idea... de lo único que me acuerdo es de ese sueño extraño, y despertar en la pileta.- le contestó confuso Harry.
- Bueno, vení, abrigate, tomá algo caliente y hablamos.- Dijo Sirius, haciéndolo pasar e a la cocina. Se fue un rato, y volvió
con una toalla, un par de chinelas y un abrigo para Harry. Arabella le estaba haciendo un chocolate caliente, Sirius, encendió
la chimenea del living, y lo hizo sentar en uno de los sillones.
- Bueno, contanos de que trataba en sueño- Dijo Arabella, llevando una bandeja con una taza de chocolate caliente.
- Era... era muy confuso- Harry se relajó al sentir el calor del chocolate. Se acomodó en el sillón- Era un remolino de ideas...
veía manchones verdes y dorados... unos ojos rojos que me miraban, y... y... unas palabras en pársel que no llegaba a
escuchar.- Terminó, causando la sorpresa de su padrino.
- Es muy raro, Harry. ¿Pársel? ¿Ojos rojos? -Sirius lo miró como examinándolo.- Y encima despertás en la pileta...
- No tengo idea de cómo fue eso, sólo sé que me desperté al sentir el frío del agua. -Interrumpió Harry.
- ¿Vos estás bien, no? -Le preguntó Arabella. Harry asintió -Bueno, en todo caso te conviene dormir. No creo que haya sido
nada grave, sólo una pesadilla acompañada de sonambulismo. Propongo que te vayas a dormir.
-Bueno, pero primero quiero darme un baño caliente.
Harry subió y la pareja entró en la cocina. En realidad, él no creía que pueda dormirse, pero quería averiguar porqué
cuando Ara dijo eso, había lanzado una mirada inquietante a Sirius. Así que abrió la ducha para que pensaran que se estaba
bañando y bajó las escaleras sigilosamente. Se detuvo en la puerta de la cocina a escuchar,
- Sirius... ¿tú qué crees que puede haber pasado? ¿Crees que pudiera estar relacionado con...? -No pudo terminar la frase.
- No lo sé... algunos mortífagos siguen sueltos. Aunque no puede haber sido bajo el hechizo imperius porque Harry lo
resiste -Le contestó Sirius.
En ese momento Arabella lo vio:
- ¡Harry! ¿Qué hacés acá? -Harry no sabía que decir. Sirus y Arabella lo miraban sorprendidos, cuando él, nervioso entró en
la cocina.
- No... es que... que... me estaba por meter a la ducha y me pareció ver que venía Hedwig, entonces vine por la carta. -Dijo,
causando miradas de desconfianza en la pareja.
- No.. Hedwig no vino, Harry. -Sirius lo miró con una cara extraña, como si estuviera analizando cuanto llegó a escuchar.
Harry salió corriendo de la habitación, cerró la ducha y se acostó a pensar.
No puede haber sido él... el año pasado lo reducimos Pensó, acordándose del enfrentamiento del año anterior con Voldermont.
Empezaron los recuerdos...
Después de que el mago más poderoso de todos los tiempos renació, todo el mundo mago era un conflicto. El ministerio
trataba de ocultarlo todo, pero nadie podía parar ese pánico que se iba extendiendo en todas las familias. Empezaron a
aparecer marcas tenebrosas arriba de casas, toda la masacre se repetía. Parecía que nunca hubiera ocurrido el incidente de
Harry.
Por suerte, aunque él no lo sabía, Harry estaba protegido en la casa de Los Dursley, por un potente hechizo y por la
auror hija de Ojo loco Moody, que vivía a dos cuadras. Esa auror, se llamaba Arabella Figg.
Con la edad de Sirius, Arabella vivía con su madre y llevaba su apellido, ya que sus padres eran divorciados. Por pedido
de Dumblendore, siempre en el verano, protegía la casa de esos extraños vecinos. No tenía idea porqué, ya que nunca se
acercaba a esa casa (no sabía quienes la habitaban) y sus superiores no le decían nada. Hasta que el 31 de julio (cuando
Harry cumplía 15) se enteró.
Un anónimo le decía que vigilara muy bien esa casa, o algo andaría mal. Toda temerosa, ella se acercó y tocó el timbre.
Si ella, por alguna razón, lograba entrar, la casa estaría protegida totalmente.
-¡¡Ve a abrir, mocoso mal educado!!- se sintó
que le gritaban a alguien desde adentro. En ese momento abrieron la puerta. La persona que estaba del otro lado hizo que
Arabella se sorprendiera. Flaco y un poco bajo, con grandes ojos verdes, anteojos de montura redonda, pelo negro azabache
despeinado y una cicatriz con forma de rayo en la frente, Harry Potter la miraba con cara de aburrido.
-¿Si? ¿Qué desea?- preguntó, con toda naturalidad. Arabella se quedó muda, haciendo que el muchacho la mirara con cara
inquietante.
-¡¿Harry?!- fue lo que logró decir antes de caer desmayada.
En este capítulo y los siguientes, vamos a contar lo que pasó en el quinto y sexto libro. Esto no estaría escrito en el libro
verdadero, pero al saltear dos libros, debo relatar lo que pasó. Así que, cuando termine de contar eso, sigo con el libro.
Si se quisiera hacer el libro en serio, suprimimos esos capítulos, así que no la tomen como parte del libro, es una explicación
para que puedan seguir la historia. Gracias.
- ¡Harry! ¡Harry!- Era Sirius, que estaba junto Arabella en la puerta trasera. Como pensaban que estaba dormido, evidentemente
sonámbulo, no querían despertarlo.
- ¿Qué pasó?- Preguntó Harry, saliendo de la pileta y entrando a la casa. Tenía los labios morados y estaba temblando.
- Eso deberías contestarlo vos- le dijo Arabella- ¿Qué hacías en la pileta a las tres de la mañana?
- No tengo idea... de lo único que me acuerdo es de ese sueño extraño, y despertar en la pileta.- le contestó confuso Harry.
- Bueno, vení, abrigate, tomá algo caliente y hablamos.- Dijo Sirius, haciéndolo pasar e a la cocina. Se fue un rato, y volvió
con una toalla, un par de chinelas y un abrigo para Harry. Arabella le estaba haciendo un chocolate caliente, Sirius, encendió
la chimenea del living, y lo hizo sentar en uno de los sillones.
- Bueno, contanos de que trataba en sueño- Dijo Arabella, llevando una bandeja con una taza de chocolate caliente.
- Era... era muy confuso- Harry se relajó al sentir el calor del chocolate. Se acomodó en el sillón- Era un remolino de ideas...
veía manchones verdes y dorados... unos ojos rojos que me miraban, y... y... unas palabras en pársel que no llegaba a
escuchar.- Terminó, causando la sorpresa de su padrino.
- Es muy raro, Harry. ¿Pársel? ¿Ojos rojos? -Sirius lo miró como examinándolo.- Y encima despertás en la pileta...
- No tengo idea de cómo fue eso, sólo sé que me desperté al sentir el frío del agua. -Interrumpió Harry.
- ¿Vos estás bien, no? -Le preguntó Arabella. Harry asintió -Bueno, en todo caso te conviene dormir. No creo que haya sido
nada grave, sólo una pesadilla acompañada de sonambulismo. Propongo que te vayas a dormir.
-Bueno, pero primero quiero darme un baño caliente.
Harry subió y la pareja entró en la cocina. En realidad, él no creía que pueda dormirse, pero quería averiguar porqué
cuando Ara dijo eso, había lanzado una mirada inquietante a Sirius. Así que abrió la ducha para que pensaran que se estaba
bañando y bajó las escaleras sigilosamente. Se detuvo en la puerta de la cocina a escuchar,
- Sirius... ¿tú qué crees que puede haber pasado? ¿Crees que pudiera estar relacionado con...? -No pudo terminar la frase.
- No lo sé... algunos mortífagos siguen sueltos. Aunque no puede haber sido bajo el hechizo imperius porque Harry lo
resiste -Le contestó Sirius.
En ese momento Arabella lo vio:
- ¡Harry! ¿Qué hacés acá? -Harry no sabía que decir. Sirus y Arabella lo miraban sorprendidos, cuando él, nervioso entró en
la cocina.
- No... es que... que... me estaba por meter a la ducha y me pareció ver que venía Hedwig, entonces vine por la carta. -Dijo,
causando miradas de desconfianza en la pareja.
- No.. Hedwig no vino, Harry. -Sirius lo miró con una cara extraña, como si estuviera analizando cuanto llegó a escuchar.
Harry salió corriendo de la habitación, cerró la ducha y se acostó a pensar.
No puede haber sido él... el año pasado lo reducimos Pensó, acordándose del enfrentamiento del año anterior con Voldermont.
Empezaron los recuerdos...
Después de que el mago más poderoso de todos los tiempos renació, todo el mundo mago era un conflicto. El ministerio
trataba de ocultarlo todo, pero nadie podía parar ese pánico que se iba extendiendo en todas las familias. Empezaron a
aparecer marcas tenebrosas arriba de casas, toda la masacre se repetía. Parecía que nunca hubiera ocurrido el incidente de
Harry.
Por suerte, aunque él no lo sabía, Harry estaba protegido en la casa de Los Dursley, por un potente hechizo y por la
auror hija de Ojo loco Moody, que vivía a dos cuadras. Esa auror, se llamaba Arabella Figg.
Con la edad de Sirius, Arabella vivía con su madre y llevaba su apellido, ya que sus padres eran divorciados. Por pedido
de Dumblendore, siempre en el verano, protegía la casa de esos extraños vecinos. No tenía idea porqué, ya que nunca se
acercaba a esa casa (no sabía quienes la habitaban) y sus superiores no le decían nada. Hasta que el 31 de julio (cuando
Harry cumplía 15) se enteró.
Un anónimo le decía que vigilara muy bien esa casa, o algo andaría mal. Toda temerosa, ella se acercó y tocó el timbre.
Si ella, por alguna razón, lograba entrar, la casa estaría protegida totalmente.
-¡¡Ve a abrir, mocoso mal educado!!- se sintó
que le gritaban a alguien desde adentro. En ese momento abrieron la puerta. La persona que estaba del otro lado hizo que
Arabella se sorprendiera. Flaco y un poco bajo, con grandes ojos verdes, anteojos de montura redonda, pelo negro azabache
despeinado y una cicatriz con forma de rayo en la frente, Harry Potter la miraba con cara de aburrido.
-¿Si? ¿Qué desea?- preguntó, con toda naturalidad. Arabella se quedó muda, haciendo que el muchacho la mirara con cara
inquietante.
-¡¿Harry?!- fue lo que logró decir antes de caer desmayada.
