Esta es una mera casualidad del destino, creada en
una tarde fría y aburrida... espero que les guste :-)
Eran las 5 de la tarde, en la tranquila
mañana de aquel día se divisaban tres
hombres con varita alzada, que trasladaban a un hombre de rubio pelo rizado
hacia el gran catillo que se erguía amenazante ante los ojos de estos.
- ¡Lockharts!, jajaja... ¡¡¡soy Gilderoy
Lockharts!!!
-
¡Sabemos
que lo eres, estúpido!-dijo uno
-
¡Nos
los has dicho todo el camino!- replicó otro.
-
¿En
serio?
-
No...
para nada- dijo irónicamente uno de los tres, él con nariz ganchuda.
-
Entonces
se los repito... Soy Gilderoy!! el famoso Lockharts! ¡¡¡el más amado, el
sex-simbol de todas las brujas!!!- mientras decía esto trataba de acomodarse el
desordenado rizo que le caía en la frente, pero le era imposible debido a la
fuerza que se aplicaban en las varitas para mantenerlo quieto -a todo esto...
¿Vamos a la ceremonia de entrega de mi 4to
premio como mejor sonrisa del año otorgado por la revista corazón de
bruja... no?
-
Claro...
¿a que otro lugar iríamos, si no?
-
Al
hospital de locos para magos-dijo Lockharts esta vez mirándolos seriamente, sin
hacer ningún escándalo, ningún alarde.
Los tres
hombres se detuvieron y se miraron
sorprendidos, era la primera vez en todo el trayecto que escuchaban que Lockharts decía algo
cuerdo...
-
Jajajaja...
- se rió Lockharts con sus carcajadas exageradas de siempre- ¡¡se la creyeron!!
Gua ja ja ja!!!! Es muy entretenido bromear con Uds.
Sin más alardes los tres hombres continuaron con su
trabajo y después de muy poco tiempo ya habían llegado al
castillo, y en otras palabras como el mismo Lockharts lo dijo, el hospital de
locos para magos y brujas.
Lockharts
torpemente fue trasladado hacia el interior, pero esta vez sólo lo acompañó el
hombre de nariz ganchuda... caminaban lentamente, Lockharts se veía sorprendido
y a veces se reía solo, al ver una mosca revoleteando a su alrededor o por un simple cartel pegado en la pared.
-
¡Mira!-le
dijo al hombre de nariz ganchuda indicándole a varios magos locos que se
paseaban por el lugar- ¡ todos ellos vienen a mi ceremonia de premiación!.
-
¡Claro!
así veo...
-
¿Adonde
me llevas? ¿No deberíamos ir hacia el salón principal?¡me están esperando!
-
¡Primero
tienes que ir a tu camerino, no puedes salir sin arreglarte antes!
-
Ahhha...
Después de subir 5 pisos ya había llegado al
frente de una puerta con pequeñas rejillas en su parte superior. El de nariz
ganchuda abrió la puerta e introdujo lo introdujo a la pequeña sala.
- Aquí es Sr. Lockharts... au revoir!! arrivederci!
-
¡Adiós!
¡Saludos a su esposa!, ¿¿no quiere que le de un autógrafo para ella...??
Pero ya era muy tarde, el
hombre ya había encerrado a Lockharts con llave y se había marchado.
Lockharts se ganó al lado de la puerta y trató de mirar hacia
el pasillo sin muy buenos resultados, luego de un momento aquella actitud de
estúpido que traía siempre consigo fue reemplazada por una serena y tranquila,
su altura de pronto aumentó al enderezar su postura y se asomó a sus labios una leve sonrisa, una sonrisa que hace
mucho tiempo no se dibujaban en ellos.
"Bellos labios, bella sonrisa" pensó Lockharts y luego dijo:
-
Es
muy fácil engañar a estos estúpidos! Y veo que para ud. señor tampoco fue
muy difícil burlar la vigilancia y
llegar hasta aquí.
Desde el fondo de la oscura sala se escuchó una voz
fuerte y dominante:
-
Admiro
tu intuición Gilderoy querido, muy buena tu actuación... ¿o debería decir
sobreactuación?
-
Jajaja...
una buena sobreactuación diría yo, no lo creerás, pero la mejor manera de no
levantar sospechas es hacerte pasar por un engreído idiota, fue muy fácil...
todos hasta el mismísimo Dumbledore no se dio cuenta de lo yo era en realidad y
cual era mi verdadero propósito.
Lockharts se dio media vuelta y soltó una
carcajada que muy pronto se esfumó con un grito se sorpresa:
-
Veo
que tiene un cuerpo y un rostro nuevo ahora – dijo mientras se paseaba por la
pequeña pieza- y veo que por fin pudo arreglar cuentas con ese mocoso de
Potter...
-
No-
aquel hombre excesivamente pálido y de fisonomía indescriptible cerró sus puños
enojado- el causante de mi caída aún no ha recibido su merecido... de eso te
encargarás tu Lockharts...
-
¿Yo?-
Lockharts pareció de pronto tener un pequeño traspié, pero se repuso
rápidamente- Como mande mi lord, pero esta vez será preciso no fallar.
-
De
eso te preocupas tu, de no fallar- dijo levantándose y mirando fijamente a
Lockharts- lo demás lo haré yo y los demás...