Prologo.
Mono recordaba cómo empezó todo esto, la torre de señales, alzándose sobre todos los edificios. La señal que emitía atraía a todos los adultos y los convierte en monstruos. Mono sabía que en ese momento todos se valían por sí mismos, aun así no podía tener la necesidad de ayudar a otros. Aun cuando todos lo dejaban de lado, el siempre que tenía un objetivo nunca pararía hasta completarlo. Uno de esos objetivos era averiguar cómo detener la transmisión de la torre de señales y devolver todo a la normalidad.
Claro, decirlo era más fácil que hacerlo. El era solo un pequeño niño en un enorme mundo cruel lleno de pesadillas vivientes, lo único que podía hacer era correr y esconderse. Su vida dio un giro enorme cuando el orfanato en el que él y otros niños vivían, se incendió, eso y la enorme silueta que los cazaba a él y a los otros, le hizo abandonar al resto de niños que habitaban en el orfanato mientras se escondía en un televisor roto. Cuando por fin pudo librarse de las garras de esa criatura. Se escondió en las profundidades del bosque y no era tan seguro que digamos, las trampas, los animales y un terrible cazador que por alguna razón tenía el deseo por atraparlo. Una vez en sus días de huida se trepó a un árbol para alejarse del cazador, y mientras contemplaba la luna, un ruido lo hizo voltearse para contemplar a la persona que alguna vez fue su compañera de aventuras.
Era una niña por lo que podía ver de un año menor que el, su rostro estaba oculto por su cabello negro azabache, vestida de un suéter azul y unos shorts cortos grisáceos. La niña lo miraba con sorpresa y él a ella con confusión. Pero en ese momento de distracción el cazador apareció alumbrando a la chica con su linterna, el volvió a esconderse en el árbol antes que ese monstruo lo alumbrara y solo pudo observar cómo se llevaban a la chica, ahora tenía un nuevo objetivo, salvaría a esa niña y juntos podrían superar los retos que se les presentarán.
(Que estúpido fue)
Realmente lamentaba como terminaron las cosas, despertarse en el bosque por un mal sueño con un televisor extrañamente encendido, era extraño, pero que cosa en este podrido mundo no lo es. Recordó a la niña que el cazador rapto lo puso en marcha hacia un camino incierto y misterioso que ninguno que fuera él sabría cómo llevar las consecuencias que tendrían sus elecciones. Recordó tener que deambular por la tenebrosidad del bosque evadiendo trampas, viendo las innumerables caserías del cazador, tanto para llegar al hogar de dicho monstruo. Recorriendo los pasillos de la cabaña en busca de la niña y la tonada de una caja de música lo guió al sótano, estaba ahí, sentada con una caja musical que tocaba una extraña melodía, trato de llamarla pero sus llamados no eran escuchados, tenía que encontrar la forma de romper la puerta. Corriendo a la habitación de al lado, encontró un hacha clavada en una caja, salto para agarrarla y espero a que cayera. Cuando el hacha cayó, tomó la herramienta y con todas sus fuerzas se dirigió a la puerta que mantenía aprisionada a aquella chica. Una vez cerca, levantó el hacha y golpeó la madera con todas sus fuerzas, tuvo que repetir la acción unas cuantas veces para que por fin tuviera una abertura por la cual entrar. Entró inspeccionando el lugar buscándola, la vio escondida debajo de la cama, lo que él hizo tal vez la asustó. Con lentitud y cautela se agacho para invitarla a salir y supiera que quería salvarla.
-Ey- Con calma la llamó, ofreció su mano invitándome a salir.
Ella desconfiaba de él, pero poco a poco se fue acercando. Salió gateando de la cama y se acercó para estrechar su mano. Esa escena la vería muchas veces. Pronto, los otros acontecimientos pasaron por su memoria, como salieron huyendo del cazador quien les disparaba, teniendo que esconderse en cajas, el pantano donde a veces se sumergían en aguas malolientes para esconderse y el cobertizo donde se le dio fin al cazador con poco de su propia medicina.
El tiempo que pasaron cruzando el agua con una puerta que encontraron, ellos llegando a la ciudad pálida, el camino hacia una escuela llena de muñecos de porcelana vivientes y huir de una maestra que estiraba su cuello para atraparlos, caminar sobre la lluvia que los empapaba y encontrando el distinguido impermeable amarillo de Six. El hospital, con sus pacientes maniquíes, las manos vivientes y un escalofriante doctor obsesionado con perfeccionar a sus pacientes. El cómo lo incineraron en un horno de cremación mientras oían sus lamentos, su primer encuentro con ese hombre larguirucho.
Ver como se llevaba a Six mientras se escondía cobardemente debajo de una cama, ella le extendió la mano por ayuda y él solo se escondió por el miedo de ser atrapado.
Se decidió a recatarla, se dirigió al mismo televisor por donde esa cosa vino y sincronizó la señal para traspasar el otro lado, cuando lo hizo juro ver mucha carne y un ojo viéndolo para después aparecer de otro televisor. Así lo haría evadiendo a los espectadores y huyendo del hombre delgado, hasta al punto de abordar unos vagones de tren para alejarlo. El desplazamiento de los carriles llevaron al vagón a estrellaste y el chocar con la puerta, lastimandolo en el proceso. Aun así, herido y cojeando, salvaría a su amiga de esa torre, subiendo las escaleras de una alcantarilla y al salir se encontraría cara a cara con el mismo monstruo que lo andaba persiguiendo.
Cansado y abatido, solo pudo arrodillarse en el frío suelo, mientras ese monstruo se acercaba más y más. Cuanto había huido, cuanto corrió, cuánto sufrió, la torre estaba al frente de él y lo único que se interponía en su camino era ese hombre, ya no más...ya no más, estaba harto de correr y esconderse.
Con esas palabras en mente, tomó su decisión, ya no huiría, ya no correría, el...enfrentaría sus miedos y pelearía. No por él, sino por Six, que lo estaba esperando en esa torre. El se saco la bolsa de papel de la cabeza y dejó que el agua se lo llevara, justo antes de que el hombre delgado lo alcanzara, el se levanto y desató un poder que ni él mismo pensó que poseía, con sus poderes a pleno uso, hizo que el hombre delgado se retorciera mientras aún trataba de alcanzarlo, con esfuerzo lo obligó a retroceder. Unas dos o tres veces bastaron para poner fin al monstruo larguirucho, contemplo como se desvanecía en el aire sin dejar rastro alguno. Sin perder tiempo usó sus nuevas habilidades para acercar la entrada de la torre a su posición. Y las puertas se abrieron por sí misma ,como diciéndole que entrara.
Al entrar, una luz púrpura invadía el lugar, las cosas flotaban sin rumbo fijo y un sinfín de escaleras se alzaban sobre él con una altura que no parecía tener fin. Restándole importancia, subió las escaleras buscando a su amiga. No fue fácil. Al cruzar las puertas lo transportaban a distintas partes, fue frustrante encontrar la puerta correcta, subiendo mas y mas, hasta que llego a una puerta entre abierta. Al pasar por ella, se encontró con una habitación repleta de juguetes de todo tipo, y a su querida amiga y compañera, pero no como esperaría.
Lo que quedó de su compañera fue reemplazado por un enorme monstruo de brazos largos y deformes, aun llevaba su impermeable que se ajustaba a su altura, se arrastraba con sus piernas también deformes hasta estar lo suficientemente cerca de él. No se le veía el rostro, sus cabellos caían como hilos bajo la capucha, lo que llamó su atención fue que sostenía una caja de música muy similar a la de la cabaña del cazador. Incluso la melodía era igual, trato de acercarse. La palabra correcta fue "trato". Cuando intentaba acercarse ella lo empujó lejos, no fue tan fuerte como para lastimarlo, ella debía pensar que quería quitarle su caja de música. Pues la protegía interponiendo sus enormes manos, mirando por la habitación, encontró una maleta y en medio de esta un mazo de madera que reposaba allí, tuvo la teoría de que si destruía la caja de música ella volvería a la normalidad.
Pero tenía que hacer desproteger la caja de música, pensó y pensó, luego le vino la idea de llamarla, con eso en mente se dirijo a un lado de la habitación y llamo.
- !Hey!- Le grito el.
Pareció funcionar, ella se acercó un poco a su posición, parecía reconocer su voz, pero aun mantenía oculta su caja. Tuvo que hacer lo mismo otra vez para hacer que acercará la bendita caja musical. Cuando se acercó a su posición por fin descubrió sus manos mostrando la caja, con rapidez tomó el mazo y se acercó a su objetivo. Dando una última mirada a su deformada amiga, él con todo su esfuerzo, alzó el mazo y golpeó.
Al hacerlo, lo primero que vio, fue una habitación en penumbras, hasta que todo volvió a la realidad. Six seguía igual, pero enfadada, con temor a ser lastimado, corrió fuera de la habitación tratando de huir de su monstruosa amiga, que con un alarido de furia lo siguió hasta la otra habitación tratando de atraparlo, siguió corriendo por un pasillo hasta otra puerta que lo transportó al otro lado del pasillo con six comiéndole los talones. Saltando a una abertura en la pared, se encontraba en una habitación con muebles, viendo a six aproximarse se ocultó debajo de la mesa de luz. Podía escucharla buscándolo rompiendo y desparramando todo a su paso, sin siquiera fijarse en el último mueble, se dirigió a la puerta de la habitación. Mono la siguió, primero tuvo que atravesar una puerta que impedía el paso al otro lado, afortunadamente había un hacha con la cual romper la puerta para entrar.
Tropezando al acabar, contempló a six arrinconada en el fondo protegiendo la caja musical, Tomando el hacha le gritó haciendo alterarla, dirigiéndose hacia la puerta rota reapareció de otro lado y rápidamente fue a golpear otra vez esa condenada caja.
!CLANK!
Tuvo que hacer lo mismo una y otra vez. Llamar la atención de six, usar las puertas para esquivar los ataques, solo para golpear una tonta caja de música…
!HEY!
!CLANK!
!HEY!
!CLANK!
!HEY!
!CLANK!
En todo el tiempo que llevo haciendo esto, no noto lo que sucedía con las paredes, todo a su alrededor cambiaba conforme golpeaba la caja. Pero eso no le importó. Aguanta six, pronto todo acabara. Con todo su esfuerzo se acercó a la caja ya muy dañada, una six muy dedil también se acercó tratando de salvar su tesoro, pero no pudo llegar a tiempo.
!CLANK!
Con eso su amiga dio alaridos de dolor, mientras poco a poco se iba encogiendo y destransformado. Mono se levantó aturdido por lo ocurrido y buscó a su amiga. La luz púrpura le ayudó a encontrarla, había vuelto a la normalidad y miró a todos lados confundida, cuando lo vio, se puso de pie como él y solo se quedaron contemplándose.
De pronto todo tembló y las paredes ahora convertidas en masa de carne se movían revelando un ojo gigante que los observaba. Sin perder tiempo, Six emprendió la huida con el detrás de ella. Todo a su alrededor sufría de temblores y la masa y ojos los perseguían. Tuvieron que saltar y de nueva cuenta correr, Six era más rápido que él por lo tanto llevaba la delantera, cruzando una puerta vio un puente de concreto que unía por donde vinieron con lo que parecía ser la salida de la torre. Con los temblores de la torre el puente no resistiría, de hecho por detrás de él puente se rompía y caía abajo hacia una profundo abismo.
Apresuró el paso, six casi no llegó pero saltó al último momento y estaba a salvo de un extremo que se mantuvo en pie. Se giró en su dirección tendiéndole la mano preparada para agarrarlo. Aumentando la velocidad y saltando antes de que el suelo cayera al abismo, pudo llegar y agarrar la mano de su querida amiga. Estaba feliz, por fin todo esto acabaría y el y six huiría de aquí. Esperando que lo subiera levantó su cabeza para mostrarle a six cuan contento estaba. Pero lo único que vio fue el rostro sin emociones de six, su sonrisa se deshizo cuando vio en sus ojos, lo miraba con una combinación de enojo y miedo. El miedo empezó a recorrer su cuerpo rogando en silencio que lo levantara. Pero ella solo…... .lo soltó. Y mientras caía al oscuro abismo solo se pregunto una cosa…
- ¿Por qué?..- Dijo en duda y shock mientras una lágrima caía de su ojo.
Y allí estaba él, sentado en una silla en una habitación pequeña mirando sus manos, recordando cómo fue que llegó aquí. Cuando despertó lo que vio no fue más que un suelo carnoso que se movían como pequeñas olas, caminando sin rumbo, buscando lo que fuera para salir de allí. En su camino todo se iluminó, sobre una colina de carne y ojos se alzaba una silla, sin ninguna opción aparente se dirigió hacia la silla. En su camino todos los ojos lo miraban y seguían, llegando a la silla la trepó y se paró sobre ella. Los ojos y la carne se aproximaron con una sensación abrumadora que hizo que se sentara y agarrara la cabeza tratando de alejar todo a su alrededor. Como si cumplieran su demandó todo a su alrededor se desvaneció reemplazando el suelo por concreto y arriba de él una luz morada se alzaba en el lugar.
Dejando de ver sus manos, Mono se sentó en la silla reposando su espalda en la madera y resignados a su situación actual. Él nunca saldría de aquí. Ahora era un prisionero, solo, sin nadie, con la única compañía de la soledad. El cansancio y el sueño se empezaron a apoderar de él. Creyendo que este era su fin mono solo pudo articular una palabra.
- ¿Por que Six?, ¿por que me abandonaste?- Y con esas últimas palabras de lamento, se entregó a lo que él pensó sería un sueño eterno del cual nunca despertará. Sin saber que este solo sería el comienzo de sus nuevas aventuras.
