Bueno aquí estoy nuevamente con otro cap, que espero que les guste

ONE PIECE NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN, PERO LA HISTORIA SÍ

Sin más que decir ¡A leer!

THE REALLY IMPORTANT

CAP 2

"ENCUENTRO DESAFORTUNADO"

Abrí los ojos gracias a los molestos rayos de sol que provenían del ventanal, había olvidado cerrar las cortinas, me pegaban directamente en la cara y me traían a la realidad. Me levanté con un poco de pesadez, el punzante ardor en mi tobillo me hizo soltar un quejido y me obligó a sentarme en el mullido colchón. Solté un suspiro era un lunes, un horrible lunes, tomé aire y volví a levantarme arrastrando el pie.

Me di un baño y me puse una camisa manga larga roja junto a unos shorts negros ajustados que me llegaban 10 cm debajo de los glúteos, unas medias color negras hasta por encima de las rodillas y unos botines del mismo color y procuré poner vendas lo suficientemente ajustadas en mi tobillo para no cojear, podría aguantar un poco de dolor, con tal de no verme vulnerable ante todas esas víboras. Tomé mi mochila ladeada color marrón, arreglé un poco mi largo cabello naranja, si, naranja y me puse una leve capa de maquillaje que consistía en un brillo labial, base y una sombra roja. Finalmente me fui a la Universidad en un Lamborghini, no podía arriesgarme a usar la misma moto que usaba para robar por más que la amara

Llegué a la lujosa institución y estacioné el auto, después de todo era para niños ricos y mimados, yo no era precisamente una niña rica ni mucho menos mimada, solo aparentaba serlo, una ridícula fachada, la fachada de Arlong. Caminé por los pasillos hasta llegar a mi aula, noté las miradas que me dirigían, unas eran morbosas, como si yo fuera una puta barata que podrían cogerse cuando les apeteciera, otras burlonas, quién sabrá la razón, quizás por ser una pobretona con "delirios de grandeza" y por último, las peores, las asqueadas, esas eran las que más me molestaban. Tomé aire y conté hasta 10 mentalmente "Ignorarlas Nami, son solo unos niños idiotas superficiales" Una vez crucé el pasillo logré huir de las miradas y los cuchicheos, no me había interesado en relacionarme con nadie allí, después de todo nadie merecía la pena, mi reputación no era la mejor y tampoco es que tuviera mucho tiempo libre para formar amistades ni nada por el estilo.

Por lo menos agradecía que toda esta mentira me permitiera estudiar la carrera que me apasionaba, economía, se me daban muy bien las cuentas y las finanzas, me hubiera gustado estudiar también meteorología pero ya era mucho pedir, quizás en un futuro, uno bien lejano

Sentí un dolor agudo en mi cara, en especial en mi nariz, por estar metida en mis pensamientos había chocado contra algo duro. Cerré los ojos por inercia, mis piernas perdieron toda su estabilidad, maldita suerte la mía, y de un momento a otro ya estaba en el suelo. Mi tobillo empezó a palpitar por el dolor, ahogué un chillido en mi garganta. "Estoy bien, ya pasará, estoy bien"

-¿Oi Estas bien?-me preguntó una voz masculina. De seguro era con quién me había chocado, solo esperaba que no me diera problemas, ya había tenido suficiente con esto

Abrí los ojos y enfoqué mi vista en el dueño de esa voz, que en cierta forma se me hizo familiar. Al ver a quien pertenecía me quedé en shock, era el mismo chico de ayer... Mi cuerpo se tensó por completo, si tenía Dios algo de misericordia para mi persona, él no me reconocería y seguiría su camino

-¡Pero si eres Namizai!-exclamó después de verme unos segundos, ofreciéndome su mano

La tomé y me levanté con cuidado para no agravar el dolor de mi tobillo. Una vena empezó a hincharse en mi cabeza, no se acordaba bien ni del nombre falso que le había dado, el muy idiota

-Es Nami, me llamo Nami-le aclaré ya de nada valía que supiera mi verdadero nombre, no sabía que estudiaba aquí. Maldito Arlong que no me daba bien las informaciones

-Yo soy Luffy- quise decirle que ya lo sabía pero me contuve

Me fijé en él por primera vez en toda nuestra conversación, tenía una camisa blanca junto a una chaqueta de cuero roja, unos jeans azul oscuro y finalizando el atuendo unos Converse rojos. Debía admitir que se veía bien en esa ropa "Nami ¿Qué estás pensando?" Me reprendí mentalmente mientras sentía un pequeño escozor en mis mejillas. No, sonrojarme no, decidí enfocar mi vista en su cara para distraerme, pero me llamó la atención un collar que no combinaba mucho con su estilo de ropa, tenía un dije de en forma de un sombrero de paja

-Nami ¡NAMI!-gritó trayéndome de vuelta a nuestra conversación si es que se podía llamar así

-¿Ah? Disculpa ¿Qué me decías?-pregunté algo desconcertada y apenada ¿Cómo es que me había distraído tanto mirándolo?

-Tu tobillo shishishi -sonrió

-¿Mi tobillo?- Y ahí hice la pregunta estúpida, rápidamente caí en cuenta que él me había visto cuando sufrí la caída- Ah sí, está bien, me tengo que ir tengo clases ahora

Me di la vuelta lo más rápido que mi tobillo me permitió y me adentré en el aula sin mirarlo nuevamente. Se sintió raro hablar como si nada con ese chico, es decir, había intentado robarle y él se portaba amable, aunque creo que no se percató que había entrado a su casa para eso, normalmente no veía a mis víctimas después de los robos y no, no me gustó la sensación. Me sentí ¿Culpable? De pronto vi a Luffy sentándose al lado mío. Esto era el colmo, una cruel pesadilla, una maldición

-¿Tu estudias economía?-pregunté insólita, intentado no sonar grosera

-Así es shishishi- confirmó sonriendo como siempre ¿Cómo es que podía sonreír todo el tiempo? Era incluso hasta un poco envidiable, o puede que estúpido

Desvié la mirada y me centré en mis pensamientos. No era de extrañar que no me hubiera percatado de la existencia de Luffy, era mucho decir que me sabía el nombre de dos de mis compañeros, me centraba tanto en las clases y Arlong me ocupaba tanto que poco me preocupaba por la gente que estaba a mi alrededor. Tanto así que me sentaba siempre en el último asiento junto a la ventana y poco intervenía en clases. Quizás por eso no había notado a Luffy, a pesar de que estoy empezando a notar que es muy ruidoso

Me pasé la clase completa escuchando las ruidosas y energéticas intervenciones de Luffy, de verdad no sé cómo no lo había notado antes, debí de haber estado sorda o bueno quizás era el efecto de normalmente usar audífonos cuando la clase se ponía muy aburrida, o quizás estaba incorporándose hoy a esta clase, era lo más probable, era imposible pasarlo por alto, no funcionaría ni que tuviera unas cornetas al lado

Una vez terminó la clase me levanté de mi asiento y estaba dispuesta a irme a un lugar alejado a leer un buen libro o tal vez sólo a escuchar música, pero esos planes fueron interrumpido por cierto pelinegro muy muy ruidoso

-Hey Nami, ven a conocer a mis amigos-ordenó sin preguntarme el muy descarado

Iba a ignorarlo pero me arrastró fuera del aula tomándome por la muñeca y sin escuchar ninguna de mis réplicas

-Idiota suéltame-dije ya enfadada por enésima vez, el tobillo aún me dolía y la velocidad con la que atravesábamos los pasillos era demasiada para lo que yo podía soportar- Me duele el tobillo...

Luffy se detuvo abruptamente haciendo que chocara nuevamente con el ¿De qué estaba hecho su cuerpo? ¿De piedra?

-Auch ¿Por qué rayos te detienen así?-reclamé enojada

-Lo siento shishishi

Sorprendiéndome me tomo por las piernas y me cargó entre sus brazos

-¡Qué haces! ¡Bájame!

Ese chico estaba loco de remate, primero me ve en su habitación y me trata como si fuera su amiga y ahora me carga por toda la Universidad. Deje de quejarme después de unos minutos, era malgaste de saliva

Cuando por fin llegamos a la cafetería me bajó, vaya que tenía fuerza no parecía cansado, solo un poco sudado, pero nada fatigado, aparte de que conservaba su característica sonrisa de oreja a oreja. En seguida le di un golpe ¿Quién creía que era? ¿Su muñequita de trapo? Pues no, Iba a aprender a respetarme por la buenas o por las malas

-Iteee Nami ¿Por qué me pegas?-se quejó como un niño chiquito

-Por hacerme correr y luego por cargarme sin mi permiso, hago mucho con no cobrarte

-Itee lo hice porque me dijiste que te dolía el tobillo y no quería que te lastimaras

-Oh-fue todo lo que pude decir, todos mis argumentos se fueron al piso, no, al subterráneo. Ahora me sentía avergonzada, el calor ardiente volvió a mis mejillas con fuerza

Ignorando mi reacción volvió a hablar

-Ven-dijo tomándome de la muñeca y arrastrándome nuevamente ¿Acaso no había aprendido?

Nos detuvimos frente a una mesa con varias personas que se me hacían familiares, de seguro me las había cruzado en algún momento dentro de las instalaciones

-¿Oi Luffy dónde estabas?- preguntó amigable un chico narizón de tez morena, cabello encrespado y contextura atlética. Para nada atractivo a mi juicio

-Shishi les presento a Nami-dijo sin dejar de reírse mientras yo empezaba a sentirme incómoda, todos me estaban observando, pero no eran las típicas miradas que me dedicaban, solo podía sentir su curiosidad, nada de asco, morbo o burla. Ningún rechazo

-Nunca había visto tanta belleza en un solo ser, tu mirada es como la miel dulce y atrapante y yo soy solo una pobre abeja deleitada por el néctar de tu piel. Vivamos juntos una historia de amor ¡mellorine!-exclamó un tipo raro dando vueltas como loco, era alto de tez clara, cabello rubio que le tapaba mitad de la cara y lo más destacable en él era su ceja en espiral, vaya tipo raro-Soy Sanji para lo que se te ofrezca bella dama- se arrodilló y tomo mi mano para depositar un suave y galante beso en ella

-Si me vuelves a tocar te cobraré doscientos mil berries, así que aléjate de mí, Sanji-le dije cortante

Hace tiempo había adoptado esa aptitud con todos los chicos de la facultad que creían que con dulces y atrevidas palabras lograrían acostarse conmigo después de haberme llamado zorra por lo bajo, si querían una zorra ahí la tenían. El pobre que decía que podía pagar esa suma, le concedía el honor de sentir mi tacón en la cara

El chico se quedó de piedra mientras que otro de cabello verde, musculoso a su medida, de tez tostada, alto y con una fina cicatriz atravesando su ojo derecho empezó a reírse a carcajadas

-Te lo mereces ero-cook-se burló con ganas

-Respeta el sufrimiento de un caballero herido espadachín mierdoso

Apenas dijo eso el peliverde que Luffy me dijo que se llamaba Zoro, se abalanzó sobre él y empezaron a pelear, literalmente

-¿A qué son divertidos?-me comentó Luffy riéndose

-Yo no le veo a eso nada de divertido-contradije viendo el intercambio de puños y patadas

A pesar de verse como una pelea cualquiera, se veían muy sincronizados, como si ya supieran de memorias sus movimientos, por eso no se hacían daño alguno o por lo menos nada significativo. Interesante

Quité mi atención de lo que sea que fuera eso y se la di a la presentación del chico narizón, dijo que se llamaba Ussop y un poco de zarandeses que no iban al caso ni me interesaban

-A partir de hoy Nami comerá con nosotros-anunció Luffy sacándonos a todos de onda y con todos me refería a mí también

-¡QUE! yo no he aceptado eso

-Yo tampoco-protestó el peliverde mandándome una mirada asesina

Eso me molestó ¿Qué rayos le pasaba? ¿Acaso le habían pegado en la cabeza y me lo había perdido?

-¿Tienes algún problema conmigo?-pregunté apoyándome en la mesa mientras le mandaba mi mejor mirada intimidante

-Lo tengo- dijo limitándome-No me caes bien

-Pues tú tampoco me caes bien

Nos mandamos una mirada asesina y nos sentamos a la vez cruzándonos de brazos, era un arrogante, engreído "No me caes bien" repetí en mi mente con una voz más aguda y burlona. Tremendo imbécil

-Se llevan muy bien-opinó Luffy riéndose divertido. Cuando repartieron el sentido común definitivamente Luffy llegó tarde, bien tarde, de último

-¡NO NOS LLEVAMOS BIEN!-le aclaramos ambos golpeando la mesa y volviendo a cruzar miradas

Luffy se empezó a reír con fuerza, no le veía para nada la gracia. Lo miré mal, pero ni cuenta se dio o simplemente me ignoró. No tenía escapatoria así que me resigne a sentarme en la mesa, todos empezaron a hablar conmigo como si me conocieran de toda la vida, eran personas muy extrañas, El narizón contaba historias obviamente falsas sobre sus aventuras en el Amazonas, el de ceja rara, Sanji creo que es, se la pasaba dando vueltas a mi alrededor alabándome, simplemente lo ignoré, tenía algo diferente a los demás que me habían intentado cortejar, él no lo hacía con malas intenciones, parecía sincero, podría llegar a caerme bien. Luffy por otro lado se ponía a hacer ridiculeces con la comida y Zoro simplemente me miraba mal y yo me divertía haciéndome la desentendida

La verdad es que a pesar de ser raros, eran agradables a su manera, quizás no fuera mala idea pasar mi tiempo académico con ellos. De pronto el celular sonó sacándole de mi burbujita de tranquilidad y de ingenuidad, todos se quedaron viéndome

-¿Acaso nadie aquí nunca escuchado un celular sónar?-me quejé a lo que volvieron a sus chácharas

Me levanté y me aleje hasta el jardín trasero de la institución que no estaba tan lejos de la cafetería sintiendo todo el tiempo la mirada de Luffy taladrándome la espalda hasta que desaparecí de su rango de visión. Me puse en un lugar solitario y contesté la llamada

-Hasta que contestas Nami, Ya pensaba que me estabas huyendo por tu gran fracaso de ayer- empezó con su voz burlona y al mismo tiempo amenazante y tétrica

-Sabes que no soy ninguna cobarde, solo estaba buscando un lugar aislado-le respondí con todo el veneno que podía transmitir con mi voz

-Tu fracaso fue muy decepcionante Nami debería castigarte-me amenazó

-Sabes que no fue culpa mía, me dijiste que no habría nadie allí y resulta que estaba...-lo. Interrumpí, había fallado por su información mal dada no por mí

-No más excusas Nami, un fracaso es un fracaso, pero como soy tan tolerante y benevolente te la dejaré pasar está vez y porque ahora será muy difícil que te infiltres en esa casa nuevamente.

-Vaya gran Arlong gracias-dije con sarcasmo y veneno en la voz cuanto lo odiaba y odiaba más sentirme como su esclava

-Tendrás otra misión-inició ignorando mi burla- ve a la calle 90...-me dio una dirección- Allí encontrarás a unas personas que te darán los datos para tu próximo encargo, no quiero más fallas, la próxima no tendré tanta paciencia

Colgó la llamada y me quedé con rabia acumulada y el mal sabor de la amenaza, me mordí el labio con fuerza para contener mi furia, siempre terminaba de esa manera cuando hablaba con él. Me calmé mentalmente y anulé la presión en mi labio que quedó un poco hinchado. Solté un suspiro y me relajé todo lo que pude

No volví a la mesa en donde estaban los demás, después de todo no quería involucrarme con ellos, no quería involucrarlos en mis problemas ni yo relacionarme con ellos, quizás no fueran como los demás niños mimados pero yo no era alguien con quien ellos deberían tratar, fui una completa ilusa al pensar que podría pasar tiempo con ellos, ellos eran niños de cuna, yo una simple ladrona y debía centrarme en mi trabajo y nada más.

El resto del día fue tranquilo o bueno más o menos, apenas terminaban las clases salía como una bala del aula para que Luffy no me atrapara como en la hora del desayuno, no me atreví a ver su rostro, a lo mejor luego escucharía todos los rumores sobre mí y no volvería a buscarme, ni su grupo tampoco y no los culparía, a pesar de que los rumores en que me tildaban de Puta, ramera, arrastrada, aprovechada, sinvergüenza, sucia, hipócrita y muchos otros más eran completamente falsos, yo sabía lo que era, una sucia ladrona.

Me oculté en una de las áreas verdes debajo de un árbol que estaba un poco apartado, el sitio era solitario, la mayoría estaba en los patios principales con la fuentes lujosas y las mesas de cristal con paraguas incluido para el Sol o en la cafetería, casi nadie frecuentaba ese sitio ya que sólo estaba ese árbol unos arbustos con mandarinas, unas cuantas flores y pura grama. Adoraba ese lugar, me traía un poco de paz en medio de mi tormentosa vida

Cuando terminó la jornada tomé mis cosas y salí igual de rápido, si tenía suerte Luffy de seguro me dejaría en paz y no me hablaría más, bueno si es que eso se podía llamar suerte. Salí de la Universidad con mi Lamborghini, no me crucé con nadie para mí tranquilidad y me dirigí a la dirección que me había indicado Arlong, era una de las peores áreas de la ciudad, uno de los barrios con mayor índice de delincuencia, si es que no era el peor. Estacioné el auto antes de adentrarme en la calle, no quería que me lo robaran y tener un problema mayor con Arlong, cada cosa de su propiedad que dañara o perdiera la añadiría al monto que necesitaba pagar para liberar mi pueblo y eso no me lo podía permitir

Me bajé sin el celular, ni el bolso, solo con una pequeña navaja dentro de mi botín derecho. Caminé unas dos cuadras rápidamente adentrándome entre la gente para no llamar la atención, por suerte a esa hora mucha gente transitaba esa calle y no me podía dar el lujo de caminar en una acera sola porque la ropa me delataba, delataba que yo no pertenecía a ese lugar y me ponía como carne fresca para los ladrones y no es que no me pudiera defender sino que prefería la lucha innecesaria, maldije a Arlong todo el camino

Entré en un callejón oscuro y allí un grupo de 5 hombres estaban sentados encima de unas cajas viejas y agrietadas. El callejón olía fuertemente a cigarrillo, alcohol y a orina. Un olor completamente desagradable, tres de ellos aparentaban más o menos mi edad, 20 años aunque las ropas que llevaban y el aspecto descuidado que tenían los hacía aparentar mayor edad y los otros dos parecían tener el doble o más

Todos pusieron su mirada en mi produciéndome un escalofríos, sin embargo me mostré firme, confiada. Era como estar rodeada de perros rabiosos, un solo rastro de miedo y sería devorada

-Oh tú debes ser la ladronzuela de Arlong, tan bonita y decente que te ves, quien lo pensaría-dijo uno de los mayores mirándome morbosamente

Guardé el desagradable comentario en mi baúl de cosas para ignorar

-Entrégame la información de una buena vez, no estoy aquí para charlar-exigí lo más cortante que pude

-Pero por qué tienes tanta prisa, bellezas como tu no se aparecen por aquí todos los días-dijo otro haciendo reír a los demás

-¿Dónde están los papeles con la información?-reclame una vez más, quería irme de una maldita vez de ese horrendo lugar, el olor empezaba a darme náuseas

-Aquí están-dijo uno de los jóvenes de aspecto simpático entregándome un sobre amarillo

Prácticamente se lo arranqué de las manos en un movimiento rápido y estaba dispuesta a irme cuando el mismo chico me tomó la muñeca con fuerza lastimándome y atrayéndome hacia él. Intente pegarle en la cara pero me atajó la otra mano. Desprendía un hedor desagradable a alcohol rancio y cigarrillo

-¿A dónde crees que vas gatita? ¿No te piensas quedar un ratito a divertirte con todos nosotros?-dijo riéndose burlón

-Tengo que irme y a mí no me llames gatita-contesté metiéndole una patada en la entrepierna

Sabía que no me daría tiempo de correr antes de que llegaran los otros, así que solté la carpeta y agarré la navaja que estaba en mi botín. No dejaría que me tocaran, no sin luchar al menos

Uno de ellos intento agarrarme pero le enterré la navaja en el brazo

-¡PUTA!-gritó mientras la herida abierta empezaba a sangrarle

Agarré la carpeta y me dispuse a correr mientras la mayoría se ocupaba en auxiliar al hombre. Lo que no preví fue que uno me agarrara por la espalda, le di un codazo con fuerza y una patada en las piernas haciéndolo caer

Escuché como me maldecía, así que le saqué la lengua y me di la vuelta para por fin irme, pero el mismo me agarró por el tobillo que tenía herido haciéndome caer y soltar un chillido de dolor, me dolía como los mil infiernos y el hombre me apretaba con mucha fuerza, como si quisiera partírmelo

-¡SUELTAME!-grité empezando a sentir desesperación

Uno de los jóvenes, el que le había dado la patada en la entrepierna precisamente, se acercó a nosotros

-Por zorra te voy a castigar, voy a arruinar esa cara tan linda que tienes-dijo con una mirada macabra e impulsó su pierna hacía atrás para pegarme una patada en la cara

Cerré los ojos esperando el golpe, mientras unas lágrimas de dolor se escapaban de mis ojos, el tobillo me dolía, sin embargo, después de unos segundos abrí los ojos, la patada nunca llegó

-¡No se te ocurra tocarla maldito!

...

Muchas gracias por haber leído hasta aquí, disfruté mucho haciendo este cap, las palabras fluían por sí solas, espero que les haya gustado. Si tienen algo que comentar o algo que quieran decirme, háganlo, me encanta leer los comentarios