Hola, sé que me he retardado en publicar pero aquí estoy, cumpliendo con esta historia. Espero que les guste

ONE PIECE NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN PERO LA HISTORIA SI

Sin más que decir ¡A leer!

THE REALLY IMPORTANT

CAP 5

"AHNELOS IMPOSIBLES"

Las cadenas que me mantenían de pie, me soltaron sin piedad, tirando mi cuerpo maltratado al suelo con fuerza en un golpe seco. Aquella sensación de ardor punzante a la que me había acostumbrado no tardó en llegar, sacándome un lastimero gemido de dolor. Los hombres de Arlong dejaron la celda abierta, dándome carta abierta para irme. Era un chiste de mal gusto para mí, porque no podía ni moverme. Pasaron unos minutos o quizás horas no tenía la más mínima idea, hasta que por fin me sentí con fuerzas para intentar levantarme

Me aferré a la pared, no iba a dejarme morir allí, clavé mis uñas en los mugrientos ladrillos. Hice uso de toda mi fuerza de voluntad para obligar a mis piernas a reaccionar, poco a poco en medio del dolor que me recorría el cuerpo logré mantenerme en mis dos piernas, pero un mareo me atacó sin piedad mandándome directamente al piso nuevamente. Solté unas lágrimas, todo dolía, pero más que todo vivir. ¿Por qué todo tenía que ser tan duro? ¿Por qué no podía ser como cualquier otra persona con una vida normal? Por qué...

Todo se volvió oscuro y me dejé llevar porque no tenía más fuerzas para luchar ni para soportar más humillaciones

POV LUFFY

-Este número no puede ser localizado, por favor...

Lancé el teléfono con fuerza, era la milésima vez que la llamaba desde el día de concierto. Por suerte cayó en la cama, mi padre me hubiera dejado sin carne un mes si dañaba otro, este era el tercero ¿O el cuarto? Nah que importaba, no servía de nada si no podía encontrar a Nami

¿En dónde está metida? ¿Estará bien? ¿Por qué se fue? Todas esas preguntas se repetían una y otra vez en mi cabeza como una grabadora, había ido a su apartamento todos los días y el viejo con cara de limón del edificio me decía que no estaba ¿Me estaría mintiendo?

-Tsk Luffy deja de llamar esa bruja- Había olvidado que Zoro estaba a mi lado

-Nami no es una bruja, es mi nakama-le respondí un poco molesto, Nami era buena, nadie me convencería de lo contrario

-Sinceramente no entiendo que le ves-dijo mientras se recostaba en la pared

-¿A qué te refieres?

-Nada Luffy, de seguro aparece en estos días

-Zoro... Por cierto ¿Qué haces aquí?

-¿Acaso eres idiota?-dijo enojado-¡Tú mismo me llamaste!

-¿En serio?- realmente no lo recordaba

Esquivé un golpe que iba directo a mi cabeza, menos mal que tenía buenos reflejos. Zoro pegaba muy fuerte, pero era divertido

-Eres muy lento Zoro

Le saqué la lengua y Zoro se puso rojo, se veía gracioso. Empecé correr y de pronto sentí un dolor agudo en mi dedo chiquito, me había golpeado con la cama

-Iteee

-Idiota

POV NAMI

Todo estaba oscuro, absolutamente todo, no podía ver ni mis extremidades

¿En dónde estaba?

Apareció una luz en medio de toda esa penumbra, corrí hacia ella, todo con tal de salir de esa oscuridad. A medida que me fui acercando pude ver que había alguien en medio, su silueta alta y delgada se me hizo conocida era... ¿Luffy?

-¡Luffy!-grité con todas mis fuerzas empezando a correr hacia él

Me acerqué aún más casi llegaba, él me extendió su mano mientras sonreía con esa sonrisa suya tan característica de oreja a oreja. Corrí con todas mis fuerzas y extendí mi mano para alcanzar la suya

Casi llegaba

Un poco más...

Mis dedos ya rozaban los suyos, estaba a punto de alcanzarlo, pero de pronto detrás de Luffy apareció Arlong.

-¡Cuidad...

Antes de que pudiera terminar Arlong le cortó la garganta con una navaja, la sangre se dejó ver en gran medida como un torrente sin fin.

¡Luffy!

Abrí los ojos algo exaltada, mi pecho subía y bajaba con violencia, mi corazón latía a mil por segundo y las lágrimas se agolpaban en mis mejillas. Me las limpié rápidamente con el dorso del brazo, había sido una pesadilla, solo una pesadilla, una horrible pesadilla. Luffy de seguro estaba bien ¿Verdad?

Contuve mis ganas de llamarlo para asegurarme

Inhalé y exhalé varias veces hasta lograr tranquilizarme. En seguida caí en cuenta que no estaba en la celda, miré todo a mí alrededor con perspicacia, era la habitación del apartamento. Estaba en la ciudad

¿Cómo?

Claro. Los sirvientes de Arlong de seguro, mi cuerpo estaba lleno de vendas, las heridas seguían doliendo, pero en menor grado. Podía resistir. Intenté levantarme con suma paciencia y vi el reloj y el calendario, aún tenía tiempo de ir a la universidad. Había pasado una semana ya, una semana en la que cada día Arlong me había torturado como un animal en Cocoyashi. Ni siquiera me permitió ver a Nojiko ni a Bellemere y mucho menos a la gente del pueblo, era mi castigo. No había estado nada contento con lo que había pasado con la información, no la pude tomar debido a la pelea que se formó y también su furia se debía a mis dos semanas de ausencia, no me dejó darle una explicación. No me reclamó nada sobre Luffy por lo que me sentía tranquila por ese lado, sin embargo...

"Vuelves a fallar y tú castigo no serán unos simples golpes"

Decidí dejar de recordar lo sucedido para no amargarme el día que apenas empezaba, en lugar de eso me puse a pensar por un minuto que haría con Luffy y su grupo, después de esa pesadilla, no podía permitir que Luffy se involucrara más conmigo, Arlong lo mataría si se enteraba. No podría resistir que una persona como él muriera por mi culpa. Aparte de que no podía explicarle mi ausencia sin mentirle, no quería mentirle, no quería decirle más mentiras de las que ya le había dicho, no a la única persona de toda esa maldita universidad que había confiado en mí ciegamente

Ya lo había decidido, me alejaría por completo de él aunque implicada romper mi promesa, era por su bien y por el mío, no quería sufrir más. Estaba bien sin conocerlo, sin preocuparme por nadie más que mi familia y las personas del pueblo

Me di una ducha rápida y me puse ropa cerrada que evitara que se vieran los moratones que tenía por todo el cuerpo, no era invierno para ir tan cubierta pero no tenía más opción. Me puse unos jeans ajustados, unos botines caobas de tacón y una manga larga de un tono vinotinto totalmente cerrada. Apliqué en mi rostro más polvo de lo normal para cubrir la marca roja que tenía en la mejilla, por suerte ya no estaba inflamada. Finalmente me solté el cabello, no se notaba nada a simple vista ¡Perfecto!

Tomé un nuevo auto que me había mandado Arlong idéntico al que me robaron y eso por supuesto no significaba en lo absoluto que estaba exonerada de pagar el anterior, cada vez era más difícil para mí conseguir dinero. Pasé todo el camino pensando en cómo solucionar mis problemas económicos, cuando me di cuenta ya estaba en la universidad. Una vez estacioné, bajé del auto y entré dispuesta a ir a mi aula, todo seguía exactamente igual que siempre, la mayoría se negaba a mirarme o solo se limitaban a cuchichear como las ratas que eran. Cobardes, era una pérdida de tiempo prestarles atención

Cerca del aula, vi la silueta de la persona que justamente no quería encontrarme, en medio del camino hablando con Zoro. Sentí un alivio instantáneo de forma inconsciente, estaba bien, de espaldas a mí, vivo y seguiría así. Quise saludarlo, pero no podía hacerlo, no debía involucrarme más con él ¿Y si le pasaba algo? ¿O si Arlong descubría que él me había ayudado? No podría con la culpa. Me escabullí un poco hacia la pared y empecé a caminar por allí, el salón estaba cerca y podría deshacerme de mis pensamientos y estar a salvo por dos horas al menos, solo necesitaba un poco de tranquilidad

Pero nada podía salir como yo quería

-¡Nami!

Apuré el paso lo más que pude, pero Luffy se interpuso, estaba igual que siempre aunque ¿Qué tanto podía cambiar en una semana?

-Se me hace tarde Luffy-dije con la esperanza que me dejara ir

No quería tratarlo mal, ni ser tan cortante, pero era necesario y actuar como una maldita era mi especialidad, aunque no estaba orgullosa por ello

-Aún no es hora de entrar Nami shishishi-me respondió como si nada ¿Por qué tenía que ser tan extraño? Cualquier otra persona se hubiera molestado

-Ah creí que sí- fingí demencia con respecto al tema

-Nami ¿Dónde has esta...

Por fin Dios tuvo piedad de mí y el timbre sonó dándome una excusa para huir de esa conversación. Me adentré en el salón casi corriendo dejando a Luffy con la palabra en la boca, me sentí un poco mal por eso

Me senté en una esquina con vista al patio. Sería suficiente para distraerme si la clase se tornaba tediosa, aunque con una semana perdida dudaba que no hubiera nada nuevo que aprender. La clase pasó con una velocidad vertiginosa. Tenía todo en mi cabeza, fue una clase interesante, la verdad es que la disfruté, mantuvo mi mente entretenida y alejada de todos mis problemas existenciales

Me levanté rápidamente y hui como estaba acostumbrada, me relajé al no sentir la voz de Luffy llamarme, aún no se había dado cuenta de seguro. A veces llegaba a ser muy despistado y demasiado terco para mí desgracia

-Luffyyyy- una voz cantarina me irritó de sobremanera ¿Quién estaría llamando a Luffy con ese tonito?

Me fue imposible privar mi curiosidad, necesitaba ver. Era una chica de piel mucho más pálida que la mía, parecía de porcelana, sus ojos eran azules y grandes, tenía una cabellera negra que le llegaba a las caderas y para qué negarlo, era muy bonita.

Me sorprendió ver cómo se lanzaba encima de Luffy poniendo sus senos en su cara descaradamente. El pobre parecía estarse ahogando. Una sensación extraña se instaló en mi pecho. Tenía ganas de decirle que lo soltara y lo dejara respirar

¿Quién era esa chica? ¿Por qué se tomaba tantas confianzas con él? ¿Acaso él ya me había reemplazado?

Ese último pensamiento me dolió

Luffy la apartó luego de unos minutos y se empezó a reír mientras ella le entregaba ¿Un almuerzo? ¿Acaso ella creía que estaban en el instituto? Él lo recibió con los ojos brillantes, alcancé a oír un gracias Hamock . No soporté ver más, no entendía por qué me sentía así, como si me hubieran traicionado ¿No era lo que quería? Que él me dejara en paz, que era lo mejor. Ella pudiera ser mejor para él que yo, como amiga claro ¿Por qué eso eran ellos no? amigos ¿O serían algo más?

En primer lugar ¿Por qué me importaba tanto? ¿Acaso yo...

Sentí un golpe leve en el hombro y recordé que estaba caminando hacia algún lugar alejado de la escena, ni siquiera sabía dónde estaba yendo. Había tropezado con alguien

-Stk ¿No te piensas disculpar?- reconocí esa voz en seguida

Decidí reprimir todo lo que estaba sintiendo por el momento, no podía mostrarme débil frente a él, ni frente a nadie

-Pensaba, pero vi que eras tú-lo miré a los ojos poniendo mi mejor sonrisa soncarrona

Alzó una ceja, empecé a recordar lo divertido que era molestarlo

-Bruja- refunfuñó

-Idiota verde

Pensé en continuar mi camino, no podía seguir haciendo lo mismo con ellos, no más. Antes de que pudiera continuar su voz me detuvo

-Luffy ha estado preocupado todos estos días ¿No piensas darle una explicación?-la seriedad en sus palabras era notoria incluso se notaba algo molesto, más bien, muy molesto

-No tengo por qué dársela- oculté cualquier emoción en mi voz, tenía que ser lo más convincente posible, con él no sería difícil. Ya de por sí me odiaba de a gratis, aunque tenía razón al hacerlo

Sentí su mirada escrutarme y juzgarme al mismo tiempo. Podía imaginar lo que estaba pensando, solo que hubiera preferido no escucharlo

-Luffy se equivocó contigo, eres todo lo que dicen que eres. No te vuelvas a acercar a él ni a ninguno de nosotros-Sentí la fuerza de sus palabras, cada una como un cuchillo filoso que me apuñalaba sin piedad

-Lo entiendo- fueron las únicas palabras que logré expulsar de mi boca y las más sinceras en toda nuestro intercambio de palabras

Él me dio la espalda y se fue sin más. Me quedé paralizada con las ganas de llorar acumuladas, no quería hacerlo, no quería sentirme tan patética. Sabía que era lo mejor, que él tenía razón en todo lo que me había dicho, sin embargo, no hacía que dejara de dolerme como si me estuviera desangrando por dentro

Tenía que irme, no soportaría estar el resto del día fingiendo ser una mujer de piedra. Corrí al auto, las lágrimas cayeron por mis mejillas sin que pudiera retenerlas más. Lo superaría, estaría bien, Luffy estaría bien y yo ocuparía mi mente en el próximo robo. Todo tenía que seguir su ritmo, porque así estaba destinado a ser

POV LUFFY

No encontraba a Nami por ningún lado, ya me estaba dejando de parecer divertida la manera tan rápida en que desaparecía, aparte de que Hamock no se separaba de mí. Lo mismo había sido los últimos 3 días desde que la ayudé con unos libros que se le habían caído, Hamock me caía bien y me daba comida deliciosa incluso era un poco divertida a veces, estaba estudiando... no recordaba qué, pero en verdad quería buscar a Nami y no me dejaba en paz

-¿A dónde vamos Luffy?- me preguntó mientras apretaba mi brazo- ¿Qué te parece si mejor vamos a mi casa? Tengo un montón de carne lista para ti

La idea me sonó tentadora, no importaba el lugar, ni quien la hiciera, la carne era deliciosa. Aunque puede que la persona que la hiciera si porque Sanji la hacía especialmente deliciosa, pero no podía. Nami era más importante, un nakama está por encima de la carne, podría comer después

-Ahora no. Estoy buscando a Nami- dije intentado que se soltara, me repentizaba el paso

Me miró como si hubiera dicho algo extraño y su cara se arrugó como cuando Zoro se molestaba

-¿Quién es Nami?-preguntó con un tono raro o quizás fuera el de siempre, no importaba

-Mi nakama

-¿Tú nakama?

-Si-le repetí por segunda vez ¿Acaso estaba sorda?

-Te ayudaré a buscarla, no te dejaré hacerlo solo- se ofreció Hamock era muy amable

Solo pude asentir y esperar encontrarla. Tenía muchas preguntas que hacerle y quería que estuviera con nosotros otra vez

POV NAMI

La noche llegó rápida suplantando cualquier rastro de luz natural. Todo mi armamento estaba en su lugar al igual que mi apariencia, tenía un vestido rojo con un escote de corazón que se ajustaba hasta mi cintura y caía hasta el suelo dejando una abertura en mi pierna derecha. Se ajustaba como anillo al dedo a mi cuerpo, solté mi cabello dejándolo caer en ondas libres y me encargué de cubrir los moretones en mis hombros y en mi pecho con maquillaje. Para hacerle compañía me puse una cadena de oro y unos tacones negros y un maquillaje llamativo, siendo el principal atractivo mis labios rojos

Me miré en el espejo y no logré sentirme complacida conmigo misma por primera vez. Solo veía reflejada la persona patética que era y la persona que nunca podría ser, una feliz joven millonaria, con una familia unida sonriente por ir a una gala dónde encontraría a un chico con quién pasar gratamente la velada.

No tenía ganas de salir, solo quería quedarme en mi habitación unos días sin que nadie me molestara en un intento de evadir mi realidad, porque sentía que ahora me pesaba más que nunca, quizás porque había conseguido "amigos" o quizás personas con las que divertirme y las tuve que abandonar sin más, sin siquiera poderles dar una explicación. La vida me volvía a decir que no y no de forma agradable, siempre de la peor manera posible, quizás porque me empeñaba en querer cosas que no podía tener, no aún. Debía dejar de lamentarme y olvidarlo

Quizás algún día podría tenerlos

Quizás algún día podría liberarlos a todos

Quizás algún día podría ser libre.

Dejé de pensar en ello y me puse en marcha, con la cabeza fría. Mi objetivo era seducir al hijo del gobernador del estado en la celebración del cumpleaños de su padre, Trafagal. D Frank, también era dueño de una línea de hospitales de las cuales su hijo tomó el cargo. Arlong se enteró por sus medios que estaban desarrollando un virus, ganarían mucho dinero cuando se esparciera y solo ellos tuvieran la cura, tenía que conseguir su ubicación o la de la fórmula al menos para que Arlong pudiera chantajearlos y tenerlos bajo su control. Lo único que me reconfortaba era que un chantaje era mejor que una enfermedad, aunque hace tiempo había dejado de sentir lastima por la gente que entraba en mi lista de víctimas, todas eran iguales, ambiciosas, arrogantes, creyéndose omnipotentes por el dinero. Todas excepto él...

Por Dios ¡Por qué siempre tenía que aparecer en mi mente!

El claxon del auto que me llevaría al evento me hizo salir de mis pensamientos. Era hora de trabajar, de ser la Nami de Arlong. Después de un corto recorrido el auto que tenía por chófer a uno de los hombres de Arlong para aparentar se detuvo.

-Si fallas le pediré a Arlong ser el que penetre ese cuerpo pequeña-me habló y no pude sentir más asco.

Era uno de sus hombres de confianza, siempre había estado rondándome, pero gracias a la orden de Arlong de no tocarme un pelo al menos que él lo autorice me he mantenido a salvo

-Sigue esperando y lo único que recibirás será un corte en donde más te duela

-Tienes agallas pequeña pero un día no te servirán de nada- rio estrepitosamente

Me bajé frente a la gran estructura que estaba frente a mí dando un portazo a la camioneta. Odiaba todo lo relacionado con Arlong, sus hombres, su base, todo. Me relajé un poco, no podía fallar esta vez, porque esta vez estaba segura que las consecuencias no serían unos simples golpes. Miré el lugar con atención por primera vez, tenía la estructura de una mansión, solo que se veía más antigua y al mismo tiempo sofisticada por las gruesas columnas que la sostenían.

No perdí más tiempo y decidí entrar, los periodistas no perdían la oportunidad de tomar fotos como si fuera una celebridad, no era de mi agrado verme tan expuesta al ojo público por las cosas que hacía, el anonimato era lo más conveniente, pero era imposible ser la "hija" de un millonario y no llamar así sea un poco la atención, más cuando eras una prueba andante de la benevolencia de Arlong. Intenté pasar lo más rápido posible. La seguridad me pidió mi identificación y la invitación al evento y se las entregué

-Señorita Park-Sonreí al escuchar el apellido que tanto odiaba- Pase por favor todo está perfecto

Las luces y la música clásica invadieron mis sentidos apenas puse un pie en el reluciente salón. Era una celebración elegante, llena de personas hipócritas, no era la forma en la que yo celebraría mi cumpleaños. Al parecer el cumpleañeros haría su presentación cuando no hubieran más invitados por ingresar. Alguien tenía que hacer de anfitrión y ya tenía claro quién era, era una buena oportunidad para empezar

En seguida uno de los criados al verme puso una copa de champán en mi mano la cual no pude evitar beber de golpe, el licor pasó por mi garganta dejando esa sensación de ardor y quemazón al mismo tiempo. Sentí muchas miradas sobre mí, las normales para una invitada que acababa de ingresar y entre ellas estaba la de mi objetivo. No tardó en hacerme compañía

Concordaba totalmente con la fotografía que había recibido en la información. Alto, Porte elegante, piel morena, cabello negro y barba en la barbilla, según sabía era un hombre serio, inteligente y reservado. No sería fácil pero no me quedaba de otra que intentarlo

-Le agradezco que haya venido señorita Park-dijo besando mi mano con elegancia, sin interesarse mucho en mí, su mirada solo mostraba aburrimiento de la monotonía

-Debe de ser agotador realizar esta misma rutina señor Trafalgar-respondí- Puede llamarme Nami si gusta, las formalidades no van conmigo-sonreí intentado mostrarme abierta a una conversación

Su mirada cambió por una escéptica, para luego volverse filosa

-Me gustan las formalidades señorita Park y justo ahora debo recibir otros invitados

Me dio la espalda sin más. Apreté la copa vacía más de la cuenta, estaba hecha una furia ¿No pudo haber sido más amable ese cretino? Respiré tendría que intentarlo nuevamente, tenía que conseguir esa maldita fórmula

Un estruendo resonó en todo el salón. Una copa rota por el sonido, hecha añicos en el suelo. Todos en el salón voltearon al ver el causante de tal estruendo y casi dejo caer la mía al ver quién era el autor de tanto desastre

-Shishishi Lo siento

Luffy..

Y hasta aquí el cap ¿Qué les pareció? Me encantaría saber sus opiniones buenas, malas, lo que quieran. Sin más que agregar me despido bye bye

Anie: Muchísimas gracias por tu review, me hace feliz saber que te gusta, espero no decepcionarte. Saludos J