Hola a todos, hace mucho tiempo que no nos vemos por aquí. He estado muy ocupado con el trabajo y todo, pero bueno. De pura casualidad me topé con una historia que explora este concepto (¡No spoilers!) en FimFiction pero al final la historia terminó siendo demasiado incoherente para mi gusto; pero no pude evitar pensar en que sería un concepto interesante. Y henos aquí, celebrando la temporada de las brujas. Espero que les 1:
Parte 1:
Rainbow Dash estaba volando en los alrededores de Ponyville, calentando los músculos hasta que finalmente empezó a acelerar para dar una serie de piruetas en el aire y finalmente aterrizó en las afueras con una sonrisa de satisfacción. Entonces miró casualmente a la torre del reloj y soltó una palabrota. Le había prometido a Pinkie Pie que iba a ayudarla con algo a las tres de la tarde. ¡Y eran las tres y quince minutos!
Aceleró al máximo y en menos de un segundo ya estaba frente a Sugar Cube Corner.
Comenzó a tocar la puerta con su casco. ― ¡Hey Pinkie Pie! Soy yo, abre por favor.
Pinkie Pie le abrió a su amiga con su típica sonrisa. ― ¡Hola Dashie! Vaya, por solo un pequeñísimo minuto pensé que no ibas a venir. ¡Pero me alegra que sí hayas podido venir!
Rainbow se encogió de hombros a modo de disculpa. ― Sí, lo siento. Estaba volando, practicando mis maniobras y ya sabes, solo perdí la noción del tiempo. En fin, lo importante es que no lo olvidé. Entonces, ¿para qué quieres mi ayuda Pinkie Pie? ¿Acaso estás planeando una broma? Por favor dime que es una broma. ¿A quién, a Twilight? O…
Pinkie negó con la cabeza con una risita. ― Oh, no. No es una broma Dashie. Aunque sería divertido ahora mismo necesito tu ayuda coooooooon…
Alargó dramáticamente la última palabra y guio a Rainbow Dash a la cocina.
― ¡Cupcakes! Ricos y deliciosos cupcakes ― dijo Pinkie Pie alegremente. ― ¿Estás lista?
Rainbow gruñó. ― ¿Hornear, es en serio Pinkie Pie? Sabes muy bien que soy pésima horneando, ¿no prefieres la ayuda de Applejack mejor? O Fluttershy si quieres pero…
― No, no Dashie tienes que ser tú. Solo tú puedes echarme un casco para asegurarnos que mis cupcakes tengan ese sabor súper extra especial ― la cortó Pinkie dándole un cupcake a su amiga. ― No te preocupes, tú déjame el horneado a mí y tú solo siéntate y relájate.
Rainbow Dash se dejó caer una silla y tomó el cupcake. ― Ya veo, solo me quieres para evaluar el sabor, ¿verdad? Sí, supongo que uno bocadillo me vendría bien después de todo ese ejercicio. ― Estiró su cuerpo y sus alas. ― ¡Gracias Pinke, buen provecho!
Se tragó el cupcake de una mientras Pinkie la veía sonriendo. Por unos instantes Rainbow juró que las pupilas de su amiga estaban dilatándose pero tal vez solo imaginaba cosas.
La habitación entera comenzó a dar vueltas y Rainbow empezó a tambalearse mientras que Pinkie observaba con esa sonrisa suya que de pronto se amplió bastante.
― Dulces sueños Dashie ― dijo Pinkie suavemente antes que todo se pusiera negro.
Lo último que recordaba Rainbow era esa expresión en su amiga. Su aterradora sonrisa y sus pupilas dilatadas que le daban un toque siniestro.
…
Rainbow Dash se despertó.
― Mmhmm… ¿dónde estoy? ― Se preguntó ella mirando alrededor.
Todo estaba oscuro a excepción de una lámpara que iluminaba un letrero pintado con grandes letras rojas:
LA VIDA ES UNA FIESTA
Trató de moverse pero se dio cuenta que estaba sujeta con grilletes en los cuatro cascos y en la cintura. Empezó a intentar de soltarse.
― ¡Hey, Pinkie Pie! Muy divertida tu broma ahora suéltame y podrás decirles a todos que me engañaste.
No hubo respuesta.
― Ah, ya veo ¡todas están aquí! Jaja, muy divertido. ¡¿Podemos terminar con esta broma de una buena vez?! ¡Oigan!
Escuchó unos pasos detrás de ella.
― ¿Pinkie?
― Buenas noches, mi pequeña Dashie…
Se rio como loca, mientras poco a poco entraba en el campo de visión de Rainbow Dash. Estaba oscuro, pero Rainbow podía ver que estaba vistiendo un atuendo extraño.
― ¿Pinkie, qué significa esto?
Trató de zafarse con más fuerza.
― ¡Pinkie basta ya! Si sigues con esto te juro que te vas a arrepentir.
Ya no sonaba asustada, sonaba molesta.
― Vaya, vaya. Qué respuesta tan llena de coraje y valor. Digna de Rainbow Dash.
La figura empezó a caminar hacia el interruptor.
Encendió las luces y Rainbow no pudo evitar soltar un gemido de sorpresa.
Era una habitación blanca, toda cubierta manchas de sangre, huesos y unas bolsas plásticas en una esquina.
Pero lo más inquietante de todo era el atuendo de Pinkie Pie. Estaba vistiendo una capa hecha de lo que parecían ser cueros de muchos colores toscamente unidos entre sí, en donde resaltaban Cutie Marks de varios ponis.
Rainbow reconoció a varios de ellos, incluyendo a los padres de una de sus amigas.
Para colmo, el traje venía con un accesorio de lo que parecían ser cuernos de varios unicornios. Y alas de pegasos.
Pero su expresión de shock no duró mucho y en su lugar se puso furiosa
― Es tu última advertencia Pinkie Pie. O me dejas ir o te vas a arrepentir.
Pinkie Pie soltó una escalofriante carcajada.
― ¿Es que no te das cuenta de tu posición Dashie?
― La que no se da cuenta de su posición es otra. Sabía que eras tonta, pero no estúpida ― dijo Dash.
Pinkie Pie caminó hacia la camilla.
― ¿Es que tienes una idea de lo que hago aquí Dashie?
― Te diría que no, que solo es un montón de utilería pero reconocería el olor a carne podrida donde fuera.
Eso hizo que Pinkie se detuviera. Era cierto. La mayoría de sus víctimas vomitaba al apenas sentir el olor pero no Rainbow Dash.
― Eres mucho más interesante de lo que creía, ¿lo sabías Dashie? Voy a disfrutar esto mucho más de lo que pensaba.
Rainbow Dash se limitó a mirarla a los ojos.
― Ven si te atreves.
Pinkie Pie se rio y sacó de detrás de la camilla unos cables para pasar corriente.
― Veamos qué tan valiente sigues siendo cuando haga esto.
Conectó los cables a una batería y la corriente empezó a pasar haciendo que Rainbow se retorciera y gritara del dolor.
Pinkie Pie se rio como loca.
― ¿Qué tal, eh?
Desconectó la batería.
El cuerpo de Rainbow temblaba con la electricidad aun recorriendo su cuerpo pero su expresión seguía siendo seria.
Pero esta vez Pinkie decidió ignorarla y sacó un bisturí de su melena.
― ¿Sabes? Cuando estás asustada tu cuerpo se pone tenso y la carne es difícil de cortar y disfrutar. Pero nada que no se soluciones con un shock, ahora la carne está relajada y blandita.
Hizo una incisión justo alrededor de la Cutie Mark de Dash.
Ella gritó de dolor.
― No te atrevas ― dijo.
― ¡Al fin tengo la reacción que necesitaba! ¿Es que finalmente entendiste lo que va a pasarte?
Con un corte certero arrancó la Cutie Mark de Dash y un buen poco de carne debajo de esta.
Rainbow volvió a gritar de dolor y Pinkie soltó una gran carcajada, y luego se comió un pedazo de la carne que le arrancó a Rainbow Dash.
― ¡Pero dónde están mis modales! Ten un poco.
Le metió por la fuerza otro pedazo de carne en la boca a Dash, que lo escupió de inmediato.
― Ay vamos, no es como si no hubieras comido de mis cupcakes antes, ¡jajajajajajajajaja!
Rainbow Dash vomitó.
― Eres una maldita asquerosa, ¿lo sabías? ― Preguntó Rainbow mirando a los ojos a Pinkie. ― Increíble, podré ser muchas cosas pero jamás caníbal. O eso pensé, pero gracias a ti… voy a recordar esto. Más te vale que te prepares.
― ¿Es que no te cansas de evadir la realidad? ¡Eres tan estúpida!
De nuevo acercó su bisturí, esta vez hacia el ojo de Rainbow Dash, pero esta vez la pegaso estaba preparada. Usó una de sus alas para arrebatarle el bisturí.
Pinkie se quedó paralizada por un milisegundo, que fue tiempo suficiente para que Rainbow le clavara el bisturí en su propio ojo.
― ¡Aaaaaaaaahrggggg!
Retrocedió por el shock, pero de inmediato empezó a reírse como loca.
― Ajajajajaja, sabía que eras hábil Dashie, pero no tanto. Eres genial… mucho más entretenida que los otros. Tal vez deba tener un ojo abierto con los pegasos de ahora en adelante.
Rainbow sonrió.
― Y eso no es nada.
Dislocó sus propios cascos traseros y al estar en una posición anormal, pudo deslizarlos de sus grilletes. Luego los reacomodó.
Pinkie se levantó.
― Ya veo…
― Exacto. No me atrapaste, ― se relamió los labios. ― Tú estás atrapada conmigo.
Pinkie sacó el bisturí de su ojo y concentró el que le quedaba en Rainbow Dash.
― Ehehehe… ya veo, pero sigues atrapada.
Cargó a toda velocidad para clavarle el bisturí también, pero Rainbow la recibió con una patada en la cara.
Ella rodó por el suelo, mientras que Rainbow volvía a hacer el truco de dislocarse los cascos para liberar sus cascos delanteros.
― Ya veo… aprovechas mi punto ciego.
Rainbow usó toda su fuerza para zafar el grillete que la sostenía.
― Tal como lo imaginaba, los tornillos están oxidados por tanta sangre que les has salpicado. Deberías pensar en darle mantenimiento básico a tu equipo de vez en cuando.
Rainbow Dash avanzó amenazadoramente a Pinkie Pie. Cojeaba un poco por culpa de la herida que la otra le hizo, pero no importaba.
― Te lo advertí, ¿no es así?
Pinkie Pie se levantó.
― Ya veo, el cazador se convirtió en presa. Es muy normal en este negocio. Mordí un cupcake que tal vez no sea capaz de terminar.
Con eso se lanzó sobre Rainbow Dash y las dos rodaron por la sala de sus sacrificios.
Pinkie sonrió y una vez más trató de clavarle el bisturí en el ojo a Rainbow Dash para igualar las cosas, pero Rainbow puso su casco y el instrumento se hundió en este.
Ella apretó los dientes por el dolor y arrojó a Pinkie Pie sobre la camilla de metal donde la había atado.
Pinkie Pie rebuscó de detrás de la camilla y sacó un largo y afilado cincel.
Rainbow miró a su alrededor y corrió con Pinkie persiguiéndola.
―¿Ah, a dónde crees que vas a escapar Dashie? ¡Vamos a seguir jugando!
Pero Ranbow solo tomó una de las bolsas de plástico negras en la esquina del cuarto y golpeó a Pinkie con ella.
La bolsa era pesada tanto que Pinkie rodó por el suelo. Ella se levantó con dificultad mientras que Rainbow se dio cuenta que la bolsa se había roto por el impacto y todo su contenido se desparramó frente a ella.
Tal como lo imaginaba, eran huesos.
Entonces se fijó en un cráneo que era particularmente diferente a los demás.
― Un minuto… ¿Gilda?
― Ah, sí. Ella era casi tan terca como tú. Pero claro, ella no pudo liberarse a tiempo.
Rainbow Dash rechinó los dientes.
― Ahora sí me enojé.
Saltó sobre Pinkie Pie, que trató de apuñalarla con el cincel, pero solo logró hacerle un corte en la mejilla.
Rainbow Dash tomó el cráneo de Gilda y lo estrelló contra la cabeza de Pinkie Pie. El pico hizo un corte bastante notorio en su frente.
Pinkie sacudió la cabeza, aturdida por el golpe, cuando Raibow Dash le quitó el cincel y se lo clavó en el flanco.
Ella no gritó, solo rio como loca.
― ¡Ajajajajajajajajaja! Sí… tal vez no debí involucrar a una de mis mejores amigas en toooodo el mundo, jajajaja.
― Es una lástima, en verdad voy a extrañarte Pinkie Pie. ¿Sabes? En Cloudsdale tenemos una solución para mantenernos bajo control. A los ponis como nosotras.
― Ah, ¿de veras?
Dash le sacó el cincel del flanco y se lo puso sobre el pecho.
― Ajá. Nos dan trabajo en la Rainbow Factory.
Entonces descargó todo su peso sobre el cincel, hundiéndolo en el corazón de Pinkie Pie, con su última sonrisa para siempre congelada en su rostro.
Pero no contenta con eso, ella empezó a apuñalar la cara de Pinkie con el cincel una y otra vez hasta borrar su sonrisa enfermiza para siempre. Finalmente paró cuando la cara de Pinkie fue reducida a una pasta roja sin forma.
Había pasado un largo tiempo desde que mataba a alguien con sus propios cascos y no con la "Super Speedy Filly Squeezy 6000", pero claro alguien se escapaba de cuando en cuando y a veces tocaba hacerlo.
Cojeó hacia afuera de la habitación, dirigiéndole una última mirada a su amiga.
― Supongo que nos veremos en el infierno cuando me toque.
…
Habían pasado dos semanas.
El jefe de Rainbow Dash, el doctor Atmosphere, la llamó a su despacho.
― ¿Cómo estás de tus heridas?
― Nada de lo que no me pueda recuperar. Tranquilo, estas dos semanas fueron todo lo que necesitaba.
― No es normal que los que operamos en las sombras crucemos caminos, pero supongo que cuando pasa, todo se reduce a la ley del más fuerte, ¿no? ― Dijo Atmoshpere.
Rainbow asintió.
Entonces Atmosphere le pasó una lista.
― En, fin no te llamé para ver cómo estabas sino porque el examen final de la escuela de vuelo de Cloudsdale es mañana. ¿Estás lista para recibir a los nuevos reclutas?
Rainbow Dash examinó los nombres de los ponis que se someterían al examen. Entonces sus ojos se toparon en un nombre. Scootaloo.
― ¿Quieres apostar? Casi todos creemos que la tal Aurora Dawn se unirá a nosotros en Rainbow Factory.
― No, estoy bien. Si tengo que apostar, apostaría entonces a que Scootaloo pasará con honores.
Con eso dejó el despacho del Doctor y se dirigió a practicar. Esperaba con ansias a los nuevos reclutas, y tenía la esperanza que uno de ellos escapara para tener algo de diversión extra.
Con esto les presento esta idea de Rainbow Factory vs. Cupcakes. Tomé prestados elementos de ambos fics (y sus fandoms). Espero les haya gustado, y bueno, no sé qué tan enterados están del lore de Cupcakes o Rainbow Factory pero la comunidad en inglés tiene todo una serie de secuelas oficiales y no oficiales y aunque no las he leído todas sí una buena parte.
Chao; nos leemos!
