Bueno, ya solo me queda decirles que no abandonaré esta historia por más que me tarde.

ONE PIECE NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN, PERO LA HISTORIA SÍ

Sin más que decir ¡A leer¡

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THE REALLY IMPORTANT

CAP 12

NOCHE TORMENTOSA II
LLAMAS

-Nami... Nami... ¿Estás bien?
¿Quién me llamaba? Hice el esfuerzo de abrir los ojos, poco a poco las cosas empezaban a adquirir más nitidez. Unos ojos oscuros me miraban preocupados. Sería posible...

-Luffy...

Todo volvió a su lugar en cuestión de segundos, la decepción me golpeó más fuerte que ilusión que me había embargado; después de todo Luffy no era un príncipe azul típico de los cuentos de hadas que iría a mi rescate cada vez que estuviera en peligro, mucho menos el mío, sin embargo, mis percepciones no estaban tan alejadas de la realidad, era Ace. No entendía que hacía allí, se veía bastante sorprendido.

-¿Conoces a mi hermano?- preguntó de pronto rompiendo el silencio.

Mierda

No tenía tiempo de decir mentiras, ni siquiera de estar acostada, tenía que encontrar a Law. Intenté levantarme apoyándome en mi mano izquierda, el dolor debía pasar a segundo plano. Si perdía más tiempo cuando llegara podría ser demasiado tarde.

-Necesito salir de aquí- susurré más para mí misma.

Ace al parecer captó que no era el momento para hacer preguntas, salió de su ensimismamiento y recorrió mi cuerpo con la mirada, sin una pizca de lujuria.

-Tenemos que tratarte primero, hay algo de tiempo antes de que alguien venga a revisar la situación.

Rasgó varios trozos largos de la costosa tela de las sábanas, se dirigió al baño y regresó al instante. Sus manos cuidadosas, como si estuvieran habituadas a ese tipo de trabajo, empezaron a dar pequeños toques suaves a las heridas de mi frente, limpiando todo rastro de sangre. Hacía tiempo que alguien más curaba mis heridas, inevitablemente me recordó a todas esas veces que Nojiko me regañaba y al mismo tiempo me curaba con cariño antes de que mamá llegara y se diera cuenta que me había vuelto a meter en un lío, sonreí melancólica ante el recuerdo; capaz trataba así a Luffy también.

Al terminar la tela envolvió delicadamente mi cabeza presionando lo necesario, hizo lo mismo con mi muñeca ajustando lo suficiente para que al realizar algún movimiento no se agravara la agonía; las demás áreas no fueron en absoluto circunstanciales, simples moratones que desparecerían por completo en unas semanas.

-Frank va en busca de Law, mi deber era distraerlo mientras el creaba un antídoto para el supuesto proyecto al que estás contribuyendo, en realidad es un virus que matará una gran cantidad de personas.

- resumí lo mejor que pude, poniéndolo al corriente de la situación. A estas alturas estaba conmigo o en mi contra.

-Parece que tomé la impresión equivocada.- respondió en medio de una suave carcajada lúgubre.
Estaba de mi lado al parecer

-Podemos conversar en el camino, si es que no piensas detenerme, no conozco tus intenciones. No podía ser desconfiada.

-Vamos. -afirmó sin un tinte de duda, se asomó por la puerta y en seguida me hizo una señal con su mano. No había gente en los alrededores.

Me levanté firme y salí tras su espalda, mi instinto me decía que podía confiar en él, no tenía muchas opciones después de todo. Las personas seguían disfrutando la velada tranquilamente sin sospechar de absolutamente nada, los pálpitos en mi cabeza habían cesado casi en su totalidad, no había nadie resguardando el pasillo además de los hombres que ahora estaban desvanecidos en la habitación.

-¿Puedes cubrirme un momento?- pregunté deteniendo su paso.

-Confía en mí-agregué antes de que hiciera alguna pregunta. Algo osado de mi parte tomando en cuenta que no llevábamos suficiente tiempo de convivencia. Era raro experimentarlo, si quiera creer que en situaciones así hay relaciones que se forman solas, que aún existe gente con la que se puede bajar un poco la guardia.

Asintió colocándose frente a mí, tomó una postura casual al recostarse del balcón, perfecto. Ya oculta de la vista de todos, procedí a sacar una diminuta aguja que siempre procuraba llevar en el cuero cabelludo cercano a mí oreja, por suerte no se había caído con el pequeño altercado que había tenido.

Maniobré un poco para trancar la puerta, no quitaba que pudieran derribarla pero me daría algo de tiempo, esperaba que el suficiente. Me adelante dándole a entender a Ace que había terminado, Law debía estar en laboratorio, es el único lugar donde podría encontrar las muestras; el plano de la casa estaba claro en mi mente, cada habitación, cada pared, cada pasadizo...

-Sígueme. Tenemos que salir de la mansión.

Tomé su brazo, acomodándolo a la típica posición de una dama y un caballero de alta sociedad, él se dejó hacer como un muñeco dispuesto a mi voluntad, me sorprendía de sobremanera que con tan pocas explicaciones y tan poco tiempo juntos realmente confiara en mí. Pocas personas estaban realmente conscientes de nuestra presencia bajando por los escalones en forma de caracol, pero como era de esperar las pocas que lo estaban empezaron a hacer lo único que sabían, murmurar.

Me preguntaba cómo había hecho Frank para justificar que estaba subiendo a una mujer desmayada a una de sus habitaciones, estando el en condiciones tan poco actas para un hombre inocente de tal hecho.

Lo descubrí en seguida, personas que ni conocía se acercaron de inmediato.

-¿Se encuentra bien señorita Nami? Debe tener cuidado con esos desmayos, menos mal que el señor Frank estuvo allí para sacrificar su atuendo y ayudarla. Lástima que usted no tuvo la suerte de conseguir otro.

- Mencionó con sorna haciendo referencia a mí vestido manchado levemente por la tierra y un poco de sangre, no había caído en cuenta de ello, realmente me veía terrible. No desvié la mirada en absoluto.

-No puedo evitar sentir envidia por usted, no debe desaprovechar oportunidades así, aunque bien Frank merece una mujer que realmente pertenezca a una casa honorable.-Soltó maliciosa echando hacia atrás uno de sus sedosos mechones oscuros.

La hipocresía de ambas competía entre ser irritante o completamente asfixiante, el maldito de Frank se hizo ver como un caballero atento. Por supuesto nadie nunca sería capaz de poner en duda su palabra por más inverosímil o sospechosa que fuera, el dinero y su posición lo convertían en una especie de Dios omnipotente. Lástima que fuera una simple analogía, sigue siendo un ser humano que puede fallar y caer profundo, muy profundo.

-La verdad señorita Alvida, me encuentro mucho mejor. Frank realmente sabe con quién estar en los momentos adecuado.

-Refuté sin buscar demasiado conflicto. Sus indirectas para mí en vez de ser afilados cuchillos, tenían la misma capacidad de corte que una hoja de papel común, inofensivo pero molesto.

-Señor Ace discúlpenos nuestra mala educación, no habíamos notado que también estaba rescatando a Nami, pobre de ella ha sido un día desafortunado al parecer. -se burló.

-Siento mucho no poder hablar señoritas, tengo unos asuntos urgentes que atender y pues entenderán que una mujer tan bella y delicada como lo es la señorita Nami, no debe estar sola bajo ningún concepto.

Agradecí que cortara la conversación. Nos alejamos antes que pudieran responder algo, definitivamente odiaba por completo todas las personas presentes en el salón.

-Nami, mientras salimos, sería una buena idea que me explicaras mejor.- tenía razón, había sido muy vaga hasta ahora.

-Yo realmente vine a este baile para detener el virus junto con Law, la idea era robar un ingrediente que debía de estar en el laboratorio, no contamos con que ya estuviera listo. Todo se ha salido de control como podrás haber notado.
Ace sonrió, no entendí que le parecía tan gracioso como para sonreír de esa forma tan jovial.

-Lo siento, te juzgué mal al principio cuando Arlong se acercó- rio- debí seguirme por mi instinto.

-No te preocupes, lo puedo entender perfectamente. No soy como él.- aclaré nuevamente, la simple idea de comparación me repugnaba.

- ¿Tú cómo llegaste aquí? Su rostro recobro la seriedad de antes sin llegar a ser demasiado duro.

-No te mentí antes, me volví socio mayoritario independiente de mi padre que supongo que sabrás que es el primer ministro, Frank estuvo reacio al principio pero logré convencerlo de mis intenciones con el proyecto y más cuando le ofrecí información de los movimientos en el gobierno. Mis fuentes me informaron sobre lo que este implicaba así que vine aquí simplemente a recabar evidencia para mí padre. Muchas vidas están en juego, al igual que tú, no esperaba que estuviera listo. A estas alturas la única opción que me queda es seguir tu plan. Las cosas pocas veces salen como uno realmente espera ¿No?- sonrió

Pude sentir un alivio interno, sus palabras eran totalmente genuinas como las de Luffy, lograban darme esa certeza de tranquilidad, pero no tenía idea que gente del gobierno estuviera involucrada, había subestimado el alcance de todo esto. Arlong se había metido en algo ambicioso, si él caía me arrastraría con él ¿Cabría la posibilidad de traicionarlo y entregarlo sin poner a la isla en riesgo? No era el momento de considerarlo

-Tengo una última pregunta- volví a la conversación

Me miró expectante.

-¿Por qué confías en mí? No te he dado motivos para creer que mi historia es cierta.

Sonrío, otra vez. Esa estúpida sonrisa que me traía recuerdos.

-Te puedo hacer la misma pregunta Nami, pero siéndote sincero, ví todo lo que pasó con Frank- quedé sorprendida al escuchar eso- sabía que no te mataría, no en ese momento por lo menos, Arlong sigue aquí, aunque fue difícil de ver esperé el momento adecuado.

- Su voz sonaba un poco impotente, pero el tono cambio de inmediato a uno más dulce-Además, parece que tienes una buena relación con mi hermano.

No pude evitar sentirme un poco avergonzada ante esa acotación. El aire nocturno me pegó nuevamente de lleno, por fin habíamos atravesado toda la multitud de personas, que aunque no fuera extensa para ese tipo de eventos, era bastante tediosa y escrupulosa. La seguridad de inmediato se enfocó en nosotros, la excusa de una pareja en busca de privacidad en los espacios verdes y naturales de la mansión pareció ser suficiente para a duras penas continuar sin inconvenientes.

Ace seguía mi juego perfectamente eliminando cualquier sospecha, no recorrimos mucho tramo entre flores apagadas por la oscuridad y el césped levemente humedecido cuando logré vislumbrar una parte de la pared sobresaliente, difícilmente pudiera haber sido notado, pero por supuesto el plano de Law me hacía plenamente consciente de la estructura.

-Es por aquí- le indiqué a Ace para desviarnos con cuidado, fingir que íbamos a hacer algo inadecuado despistaría a los guardias de seguridad que desde que salimos no habían dejado de seguirnos con miradas acusadora.

Antes que pudiera responder lo empujé sin ser excesivamente brusca, enrollando mis brazos con cuidado en su cuello, creando así un abrazo íntimo que parecía dar pie a otra situación indecorosa. En unos cuantos pasos llegamos a la pared en cuestión, el simple movimiento me recordó mi muñeca lastimada, reprimí cualquier queja.

-Hasta este punto no cuestionó en absoluto tu habilidad de actuar sobre la marcha, sería un fiel admirador si fueras actriz- bromeó mientras deshacíamos la posición, contagiándome con su ánimo, solo un poco, me parecía increíble lo tranquilo que estaba.

-Bueno, te imaginarás que no es la primera vez que estoy envuelta en este tipo de situaciones. La experiencia hace el maestro ¿No es así el dicho?- alardeé divertida.

Palpé un poco hasta encontrar el panel, introducir los 4 dígitos con esa falta de luz no era fácil. Ace solo me observaba pasivamente mientras al mismo tiempo vigilaba el perímetro, como la vez anterior. La puerta se desplegó en un sonido seco y poco estruendoso, el contraste de iluminación nos hizo cerrar los ojos por un instante, pero no dudamos en entrar rápidamente antes que la puerta se cerrara o fuéramos descubiertos. Unas escaleras con una bella cerámica entre grisácea y azulada, se perdían como único camino hacía un sótano seguramente, allí debía estar nuestro laboratorio.

Las seguimos expectantes, nuestras respiraciones eran palpables en medio de tanto silencio, asimismo, las paredes blancas solo lograban ponerme los nervios de punta. Ciertamente quise ir al laboratorio porque era lógico que Law estuviera allí y Frank También, pero no pensé en ningún momento como podría detener a Frank, ni en qué situación podrían encontrarse.

Había una gama de posibilidades, si descartaba las más ridículas producidas simplemente por mi ansiedad, quedaban tres factibles: la primera y más positiva, que Law ya hubiera destruido el virus antes de que Frank llegara, la segunda que Frank haya llegado antes y estuvieran confrontándose, la tercera... Pues Law para estos momentos estaría muerto. Una sensación amarga en mi estómago apareció ante ese pensamiento, no es que fuera cercana a Law pero había aprendido a interpretarlo lo suficiente como para sentirme confiada en sus decisiones, además de que prometió ayudarme...

-Nami

La voz de Ace llamándome me sacó de mis pensamientos nada alentadores.

-No hay más camino

Caí en cuenta que solo quedaban tres escalones para chocar con una puerta igual que la de la entrada. Ahí entraba el segundo código... Nuevamente lo hice con dificultad, no tenía un mal manejo de la izquierda ya que la había preparado un poco para estas situaciones, pero nunca era lo mismo que la mano dominante. Los dedos me temblaban... Respiré y la puerta se abrió silenciosa. El olor a químicos predominó por completo, la luz pálida resaltaba los tonos grises de las paredes y de los tres grandes mesones sofisticados repletos de los típicos instrumentos químicos de los que solo pude identificar: embudos, trípodes y tubos de ensayo llenos de sustancias totalmente ajenas a mis conocimientos.

Al rededor del laboratorio había grandes tanques metálicos que tapaban parte de mi rango de visión ¿Dónde estaba Law? No pude detallar gracias a un gruñido desgarrador irrumpió el fúnebre silencio, seguido de unas cuantas maldiciones. No había que pensar mucho para saber a quién pertenecían.

Me desesperé y perdí toda mi calma, mis nervios crispados reaccionaron dándome frenesís para moverme, no podía seguir allí parada evaluando el lugar, seguí el sonido detrás de uno de los tanques. Palpé entre la abertura de mi vestido con la esperanza que tuvieran algún arma a mi disposición, por suerte aún tenía una pequeña cuchilla que podría ser efectiva si la manejaba con eficacia.

Un poco de seguridad vino con mi descubrimiento; controlé la ansiedad que me invadía lo mejor que pude, apreté mi mano derecha produciéndome dolor, era necesario para tranquilizarme, tenía que pensar en frío; Ace al parecer pensó lo mismo ya que tenía una pistola en su mano. Una sonrisa fantasmal o bien un intento de ella cruzó mi facciones, estaba mejor preparado de lo que pensaba, eso me quitaba un gran peso de encima, no tendría que protegerlo.

Nos quedamos ocultos observando con la mayor parsimonia posible como un charco de sangre espesa emanaba de la pierna y el costado de un desesperado Trafagal. D Frank que gritaba sin vergüenza alguna, la desesperación humana en todo su esplendor cuando la muerte se convierte en una amenaza real. La visión no me afectó demasiado, mentiría si negara que sentí una satisfacción cruel al verlo retorcerse en el suelo como el perro que era intentando penosamente cubrir sus heridas y Ace parecía igual de frívolo ante la escena, cuánto habría visto ya para estar tan tranquilo. Sin embargo, la sensación no duró mucho, Law estaba al otro extremo, de espaldas a un mesón con una expresión un poco turbada.

-Entrégamelo, no tendré problemas con deshacerme de ti también fufufu

-No, de seguro eres esa mujer que ha estado indagando en esto ¿Para quién trabajas?

Esa voz era de esa chica Me apresuré y me encontré sorprendida al descubrir a esa mujer con la que había hablado en la fiesta, Nico Robin. Todo cobró sentido de repente, la familiaridad que sentía, su mirada, sus palabras; ella se había divertido viéndome la cara de estúpida. De seguro había entrado por las rejillas que según el mapa que me había dado Law debían estar encima de los tanques.

La ira se me subió a la cabeza, Miss Sunday siempre había estado consciente de quién era, mientras que yo... Acababa de descubrirlo como una idiota, había perdido ante ella en ese juego de ingenio, por suerte no era demasiado tarde como para que me ganara nuevamente teniendo como premio lo verdaderamente importante tanto para ella como para mí. Esta vez le demostraría que los gatos siempre caen de pie.

-Haces muchas preguntas...- dijo con esa sonrisa frívola y burlona apuntándolo.

Los gritos desgarradores del culpable de todo, resonaban volviendo más pesado el ambiente. Caí en cuenta con una mirada rápida que habían otros cuerpos en el piso a unos pocos pasos, dos en específico. Ignoraba si seguían vivos, probablemente no. Esa mujer había planificado todo y le había salido bien, hasta ahora.

Lancé el cuchillo con suma precisión hacia su muñeca, sorprendentemente logró esquivarlo moviéndose un poco, logrando que la cuchilla impactara con la superficie del arma, perdiendo su potencia y rebotando inmediatamente hacía el suelo, no obstante, ese no era mi objetivo. Law logró ocultarse detrás del mesón saliendo del rango de peligro momentáneamente. Me mantuve oculta, Ace ya no estaba a mi lado, tenía otras cosas de las que preocuparme. De un arma apuntando hacia mi dirección tal vez.

-Sabía que terminaríamos encontrándonos aquí nuevamente bajo estas circunstancias Nami o debería llamarte Gata Ladrona.

La voz agónica que antes invadía el laboratorio se volvió casi inaudible. Salí de mi escondite, podría ganar tiempo conversando con ella, mi instinto me indicaba que ella no dispararía. Había algo entre nosotras que teníamos que discutir.

-¿Debí darme cuenta antes cierto, Miss Sunday?- reiteré con ironía amarga.

-Siempre hay personas que nos sobrepasan gata ladrona, no te carcomas demasiado por tu error, pero ya que nos conocemos ¿No te parece que intentar distraerme para que tú querido doctor escape, es subestimarme un poco? fufufu.

Antes que pudiera responder algo, un disparo resonó nuevamente. Un gruñido discreto en un intento de ser reprimido fue el resultado, la bala traspasó la pierna de Law en el mismo sitio que su padre, ya desangrado. Toda la calma que tenía se evaporaba rápidamente como una gota de agua expuesta al fuego. Estaba perdiendo, estaba perdiendo. Iba a matar a Law y a quedarse con el virus, iba a fracasar otra vez.

-El tiempo se acaba.

Me ignoró por completo para dirigirse hacia Law. No estabas en condiciones para ganarle o siquiera detenerla sin morir en el proceso en una pelea mano a mano y no tenía ningún arma, el miedo empezaba a paralizarme, junto al estrés, la impotencia y la desesperación; una serie de pensamientos se arremolinaban en mi cabeza en cuestión de segundos impidiéndome hacer algún movimiento.

Maldición

Una bala traspasó el hombro de Robin haciéndome reaccionar, golpeé con fuerza mi pierna con mi mano dislocada intentando que el pánico se fuera por completo y con eso busqué mi anterior refugio. Ace había disparado, ella en vez de afligirse demasiado apuntó hacía él cambiando rápidamente el arma de mano. Inició una balacera. Todos los hechos sucedían de una forma vertiginosa, no permití que mi mente se mareara con ellos. Me escabullí buscando llegar a Law. Podía captar algunas frases por encima de todo el estruendo.

-Será mejor que dejes el arma, la marina está en camino...

Más disparos, iba de mesón en mesón, buscando cualquier otro objeto que pudiera cubrirme, los distintos tanques eran ideales. El cuerpo de Frank parecía inmóvil, la inmovilidad de un muerto, pero al pasar cerca de él, sus palabras fueron claras para mí.

-Law maldito engendro. Maldito...

Continué sin observar de más su cadáver, había muerto maldiciendo a su hijo, fue una basura despreciable hasta el final. Al llegar a la mesa donde estaba Law pude notar que está muy pálido, una venda hecha por la manga de su suéter ahora roto cubría la herida ensangrentada. Respiraba con un poco de dificultad, verlo en tal estado era tremendamente preocupante.

-La bala entró y salió- dijo como si me hubiera leído la mente- no es importante, toma esto y destrúyelo, es muy infeccioso... si lo derramaba aquí quedaría en el suelo como un charco- una mueca de dolor pasó por su rostro inexpresivo-Matando al que lo pisara, iniciando todo No logré crear el antídoto... Necesito que hagas eso, no eres como ninguna de estas personas... Puedo confiar en tu palabra. Prométemelo.

La impresión me impidió dar una respuesta inmediata es como si supiera que iba a morir y me dejara su última voluntad, parecía irreal, una fúnebre pesadilla. Un apretón en mi brazo me hizo asentir ante su petición sin pensar demasiado.

-Lo prometo.

Movió su brazo con pesadez y un pequeño frasco de hierro ensangrentado cayó en mi mano, pesaba. La oculté en mi vestido destrozado, dentro de mi estuche de armas. Las balas se detuvieron

-Tenemos que salir de aquí, aún tienes una deuda conmigo, no puedes morir ahora.- Repliqué recordándole que tenía una razón para seguir vivo, quería que viviera, no podía verlo morir allí, no más.

Una sonrisa melancólica cruzó su rostro. No significaba nada bueno, no podría cumplirla, capaz ni siquiera pensaba que podría sobrevivir. Antes de que pudiera mencionar otra palabra, vi perfectamente como varias sustancias regadas en el suelo empezaban a cobrar vida en forma de débiles llamas que poco a poco iban haciéndose más fuertes

¿Cómo había pasado eso? ¿Cómo era posible que un laboratorio tan sofisticado no tuviera un sistema contra incendios? ¿Se activaría manualmente?

No escuché más disparos, el fuego se dispersaba rápidamente como una plaga incontenible. El aire se volvía denso y nocivo, arranqué parte de mi vestido con un trozo de vidrio que estaba en el suelo y me cubrí la boca con él, hice lo mismo con Law, aunque esté empezaba a perder consciencia. Sabía que un paño húmedo era más efectivo pero no tenía muchas opciones. Ace y Nico Robin estaban completamente fuera de mi rango de visión, solo podía ver las mesas cayendo a pedazos y los frascos explotando uno a uno empeorando todo. Necesitaba salir y llevar a Law conmigo. Pasé su brazo por encima de mis hombros recargando su peso en mí. Intenté recordar la estructura del laboratorio en mi cabeza, tenía que haber algo que aminorara esto.

-Déjame, no seas estúpida.- su voz débil y rasposa solo me dio más determinación.

No lo escuché, capaz no fuéramos una especie de amigos pero me era imposible dejarlo allí, me debía algo. El fuego cada vez más se avivaba, el humo me impedía ver, mis sentidos cada vez estaban más nublados. La situación se había tornado increíblemente mortal y riesgosa de un momento a otro, aún el camino hacia la puerta estaba parcialmente despejado, apreté el frasco en mi mano, tomé impulso y me levanté junto a Law, era peso muerto, escuché un gruñido y reproches, los ignoré. No estábamos demasiado lejos de la puerta.

Mi mente por fin contribuyó y me llegó el recuerdo de un botón cerca de la puerta, ese debía de activar el protocolo de seguridad. Las llamas cubrían rápidamente las mesas y con ellas el laboratorio, parecía ese tipo de películas de acción en la que por supuesto no deseabas estar en el lugar del protagonista. Di varios pasos lo más rápido que pude, mi cuerpo no parecía resistir el peso de Law, no me detuve, mis músculos se tensaban y todo se volvía borroso. Un paso tras otro, no distinguía el camino, solo seguía y seguía; sentía el calor penetrando mi piel y el humo a través de la tela llegando a mi nariz, me ahogaba...

No pude avanzar más, una pared se cernía ante mí ¡La salida! Mis piernas estaban a punto de ceder, Law no parecía estar consciente, un líquido viscoso tocaba mis piernas desnudas no podía ser otra cosa. Él se estaba desangrando. Palpé la pared con desesperación, tenía que encontrar la puerta, ya no veía nada, me sentía sofocada, sin fuerzas. Toqué una especie de superficie sobresaliente, de seguro era el botón

Unas alarmas empezaron a sonar exasperándome, en seguida el agua como una especie de lluvia empezó a regar el laboratorio como si fuera un jardín. El fuego no parecía ceder demasiado, no me quedé a esperar, seguí buscando a ciegas en la pared; el metal sobrecalentado hizo contacto con mi mano, quemaba, lo presioné hacía abajo abriéndola, gracias al cielo no había que introducir el código desde adentro.

El oxígeno me invadió, renové un poco mis fuerzas ¡Lo había conseguido! Me derrumbe en el suelo, sacudí mis pies liberándolos de los incómodos tacones, mis pies desnudos hicieron contacto con el suelo que se empezaba a calentar. Las llamas seguían en movimiento, no podía descansar. No quise cerrar la puerta, podía ser una vía de escape para Ace; subí a rastras los escalones, el cuerpo de Law parecía pesar cada vez más, ya no sentía su respiración irregular en mi cuello.

Tenía que llegar, tenía que los escalones parecían interminables, la cerámica amenazaba con hacerme resbalar, me recostaba por segundos en la pared para equilibrar todo el peso hasta que logré llegar a la otra puerta. Al abrirla inmediatamente caí rendida al suelo, respiré bocanadas de aire y tosí con fuerza, el humo empezaba a salir esparciéndose en el ambiente. Law quedó a mi lado, permanecí así unos pocos minutos. Escuchaba gritos, ajetreo, algo estaba pasando.

Me sentía totalmente agotada, como si no pudiera dormir por un mes, mi pecho se sentía trancado, no respiraba del todo bien, de todas formas el poco oxigeno que recibían mis pulmones parecía ser suficiente por el momento, me recosté en mis codos y me miré a Law, no se movía ni un ápice ¿Estaría muerto? Realmente el... Empecé a sacudirlo, no me atrevía a confirmar si su corazón seguía latiendo, solo quería que despertara.

-¡LAW! Lo que para mí fue un grito sonó como un aullido lastimero,

-Ultimamente estás tan inútil y patética. Agradece que te encontré

Era la voz de Arlong, no lo miré siquiera, no podía apartar mi vista de Law. Sentí sus brazos levantarme sin delicadeza alguna por la cintura como si fuera un costal de papas, no tenía energía para resistirme. Simplemente deseaba la tranquilidad de ver ese cuerpo inmóvil moverse un poco. Me sentó en la moto detrás de él sin esfuerzo alguno.

-Sostente, me crearás muchos problemas si la marina te atrapa. Maldito Frank- escupió sin gritar-todo salió mal y no aparece por ninguna parte, nos traicionó.

No tenía forma de rechazarlo por más que lo odiara, simplemente me recosté a su espalda y con la poca fuerza que me quedaba rodee con mi brazo bueno su torso y me dejé ir alejándome del caos rápidamente con la esperanza vana de que Ace y Law estuvieran vivos.

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Bueno, se supone que debí publicar hace variosss días, pero el internet terrible y la depresión En fin como les dije al principio, si la voy a terminar, por ese lado se pueden quedar tranquilos. Terminé esta parte de Noche tormentosa que sinceramente han sido ambas partes bastante movidas por decirlo así. Ya les daré un break y traeré de vuelta a Luffy que hace falta.

Ya saben que cualquier crítica o comentario estoy atenta. Hasta pronto