Duelo por los vivos
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.
Esta historia participa en el Drabblectober de "[Multifandom] Casa de Blanco y Negro 3.0" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".
Prompt: Eco.
Octubre, 1991. Invernadero número cinco, Hogwarts.
Si le preguntaban a Percy Weasley cuándo y dónde había comenzado todo, la segunda respuesta era más clara que la primera.
Hogwarts.
Todo había comenzado en Hogwarts.
Cuándo exactamente era una cuestión muy diferente.
Podría decir que fue cuando tenía once años, recién seleccionado para la casa Gryffindor, y se sentó junto a un niño de pelo castaño y ojos brillantes que se presentó como Oliver Wood. Ese niño, obsesionado con el quidditch a más no poder, posteriormente se convirtió en su compañero de habitación.
O al año siguiente, a los doce, cuando habló por primera vez con Penélope Clearwater —Ravenclaw, misma generación, la mejor de todas sus clases al igual que Percy— y quedaron en estudiar juntos en la biblioteca, volviéndose inseparables desde ese entonces.
Pero la verdad era que no fue hasta el quinto año de colegio que ese todo tomó su forma.
Era una tarde de finales de octubre. El otoño pisaba fuerte con sus vientos estivales; las ramas de los árboles ya estaban desnudas y se arañaban las unas a otras. Los estudiantes llevaban bufandas para protegerse del frío y era cuestión de tiempo para desempacar los suéteres.
Percy Weasley se encontraba en el invernadero número cinco junto a Penny —ella le insistía para que la llamara Penélope, pero a él le gustaba más el diminutivo—, preparándose para los EXTASIS. La profesora Sprout les había permitido quedarse después de clase para estudiar. ¡Cuán orgullosa se mostró de que pensaran en su futuro!
Su rutina de estudio era simple pero fructífera: cada uno leía la lección, tomaba apuntes y luego los complementaban. Mientras Penélope repasaba el texto con esmero, Percy rasgaba la pluma de forma compulsiva. Las palabras se amontonaron en el pergamino en un sentido que solamente él era capaz de entender.
Estaban tan concentrados en Herbología que no escucharon el eco de las voces que se acercaban a ellos.
—Recuerde señor Wood, el quidditch no tiene que ser su única opción —dijo la profesora Sprout. La puerta de cristal se abrió, revelando las dos figuras—. Ya debe conocer al señor Weasley y a la señora Clearwater…
Tanto él como Penélope elevaron la mirada al sentirse nombrados; al otro lado de la extensa mesa de madera cubierta de macetas, Oliver Wood los saludó con la mano.
Percy se sintió incómodo al coincidir, por primera vez en cinco años, los tres a solas. Siempre se había esforzado para mantener esos dos vínculos por separado. Con Penny compartía las tardes en la biblioteca, entre pergaminos añejos, plumas y tinta; con Oliver, las noches tumbados en sus correspondientes camas, tan cerca que podían tocarse con solo estirar los brazos. Le gustaba saber que había una parte de Oliver le pertenecía a él y solamente a él.
Los cinco años de recelo se cayeron a pedazos esa tarde fresca de octubre.
Bastó que la profesora Sprout les pidiera que ayudaran a Oliver con Herbología para que ellos se cruzaran.
