BUSCÁNDOTE EN LA OSCURIDAD

Capítulo 3: Confesiones de un ángel otoñal

Selene llevaba todo el día con los nervios de punta, así que cuando llegó al Gran Salón estaba histérica perdida. Al final de muchas deliberaciones con la bruja de la tienda de ropa de Hogsmeade había elegido (desoyendo los consejos de la dependinte, como siempre hacía) un vestido con el cuerpo de terciopelo rojo oscuro y las mangas y la falda de un tejido suave, de color rojo también con reflejos naranjas, dorados y de cobre. El borde de las mangas, el escote y la falda tenía bordadas unas hojas doradas. El antifaz era de terciopelo como el del vestido y también tenía hojas de oro en los ribetes.
Entró con la cabeza alta, sola. Seis chicos (cuatro Slytherins, un Ravenclaw y un Gryffindor) le habín pedido que fuera con ellos, pero ella les dijo fríamente que no estaba de humor para aguantarlos. Ninguno de ellos se estrañó, de hecho se sorprendieron de que ella se dignara a responder.

Remus la vio entrar y casi cayó al suelo.

-Ve y dile algo- susurró James.

Remus consiguió apartar la vista de ella lo suficiente como par lanzar una mirada sarcástica a James antes de volver a fijar la vista otra vez en la chica de rojo.

-¿Y eso?- preguntó James.

-TÚ tendrías que ir y decirle algo... a Lily.

-¿Qué?

-Eso- contestó Remus empezando a andar poco a poco hacia Selene.

James lo miró ir, consternado y con mil dudas dándole vueltas en la cabeza como fuegos artificiales.

-Creí que lo había dejado claro ayer, pero veo que eres más estúpido de lo que pensaba... ¿Cómo me has dicho que te llamas?- soltó Selene, y el chico que estaba hablando con ella se marchó con ojos de perrito abandonado. Selene se dió cuenta entonces de la presencia de Remus- ¿Y tú...?

Remus le cogió la mano suavemente y le besó el dorso, inclinándose. Selene enmudeció y se lo quedó mirando.

-Un ángel otoñal...-Remus sonrió señalando con un gesto las hojas bordadas en la manga del vestido de ella, haciéndola enrojecer bajo la máscara. De hecho ése era el motivo por el cual había escogido precisamente ése vestido y no cualquier otro... Pero era ÉL. Dios, ¡era guapísimo! Aunque con el antifaz ella no podía ver casi nada de su cara... Él se enderezó y sonrió. Ésos ojos... Selene habría jurado que... Dios. Y la sonrisa. Se le hizo un nudo enorme la garganta. Se dejó llevar por él hasta la pista y le pasó los brazos por el cuello cuando una melodía nueva empezó.

Remus casi no se atrevía a respirar. Sentía su cintura bajo sus manos y el terciopelo... al final sí era real. Se dió cunta de que se había sonrojado. Mierda. Ella le sonrió, traviesa, y se acercó más. Remus podía sentir su aliento suave cerca de su cuello. Divisó a Lily observándolo, y cuando ella vio que él la había descubierto le guiñó un ojo y se giró para seguir hablando con su pareja, un chico de Ravenclaw que no sabía que sería el futuro blanco de la mayoría de las bromas de James durante el semestre.

Acabó la canción y, con una sonrisa que Selene juzgó encantadora, la llevó de vuelta a su sitio. Y, con otra sonrisa, se marchó. Selene se lo quedó mirando mientras se iba. Se iba. Y sin decirle nada más. Giró la cara, enfurruñada.

-¿Por qué te has ido?- preguntó Lily.

-¿No creerás que voy a dar el primer paso siempre yo?

-Pero...

-Esperaré a que me diga algo.

Lily sonrió.

-Te está mirando.

-¿Bailas conmigo mientras tanto?

-¿Estás loco? ¡Me arrancará los ojos!- los dos rieron - Oh, de acuerdo.

Salieron a la pista juntos. La música era muy rápida y Lily se perdía constantemente.

-Ojalá bailara tan bien como James- dijo Lily, mirando hacia James bailando al otro lado de la pista.

-Ouch.

-¿Te pisé otra vez?- Remus asintió y Lily rió otra vez.

-¿Por qué no le pides que te enseñe?

-¿Qué?- preguntó Lily, y Remus señaló a James -¿Estás loco?

Remus sonrió.

-Seguramente.

-Mira, tu ángel nos está mirando. ¡Está celosa! Ve y dile algo antes de que me mat... - la música terminó y Lily no acabó la frase- Oye, yo me voy a tomar algo antes de que pise a alguien otra vez o me caiga o algo- Remus se encogió de hombros. Lily fue a por un zumo de calabaza. Vaya. Tenía la garganta seca.

-Hola.

Lily dió un respingo. Era Selene. Decidió sonreír:

-Hola.

-Lo malo de estas fiestas con máscaras es que nunca sabes con quién bailas, ¿verdad?- dijo Selene, sonriendo toda inocente.

-Sí... pero también es la gracia que tienen...- Lily sonrió más, adivinando las intenciones de la otra- Como ahora, con ése chico... ¿Sabes quién es? Porque me sacó a bailar y no pregunté el nombre.

Selene sonrió más también:

-Sí sé cómo se llama...- mintió- Pero claro, la gracia es no saberlo, ¿no?- acabó, alejándose- Encantada de hablar contigo.

Selene esperó una interminable media hora antes de atreverse a acercarse a Remus.

-No me has dicho cómo te llamas...

-Lo sé. Tendrás que adivinarlo- Remus sonrió- ¿Apetece otro baile?

Selene sacudió la cabeza y le cogió la mano para arrastrarlo hacia fuera. El aire era limpio y la luna los observaba atenta desde su trono oscuro.

Empezaron a andar por uno de los caminos de grava tranquilamente, sin saber qué decir. De repente Selene se dió cuenta de que todavía estaba agarrando su mano y la soltó de golpe. Él la miró y sonrió.

-Te has sonrojado.

-No.

-Sí.

-¡No!

Remus rió. Selene se quedó embobada en su risa. Era muy agradable, y por algún extraño motivo le recordaba a la lluvia sobre un tejado.

-Como quieras.

-Vale.

Cayó un silencio agradable, de ésos tan especiales que provocan cosquillitas descontroladas en la boca del estómago.

-Tienes que tener un nombre-dijo ella.

-Mmh, déjame pensar... creo que tenía uno pero ahora no lo llevo encima.

Selene sonrió.

-¡Te estoy hablando en serio!

-Bueno, debe estar en mi baúl, aunque creo que lo perdí.

-Dímelo...

-Nonono.

-¿No?

-No- Remus sacudió la cabeza.

-A ver... ¿George? ¿Kevin? ¿Joe? ¿Jack? ¿Tom?

-Frío frío...

-¿Hector? ¿Hortensio? ¿Ifigenio? ¿Candelabro? ¿José Antonio?

Remus se partía de risa.

-¿Cristóbal? ¿Fulguencio? ¿Ar...- Los dos dieron un respingo- ¿Qué ha sido ése ruido?- murmuró ella, apretando su brazo.

Dos ojos como linternas aparecieron detrás de un arbusto. Remus rió.

-La señora Norris- dijo soltando un carcajada.

-Dios, ¡vaya susto me ha dado!- contestó Selene riendo, y empezó a soltar su brazo. Pero él alargó la mano y la sujetó donde estaba, contra la seda azul oscuro de la manga y la piel del brazo.

Selene sintió el mismo mareo ligero y tentador subir y bajar por sus huesos. Dios, dios, dios, ¿por qué? Contuvo el aliento y un suspiro cerrados con llave en su pecho. Ayayay. Subió los ojos hasta encontrar los de él, fijos, profundos, y ése tono de azul que le recordaba al oceáno, al cielo en verano y libros... ¿Libros? Uh-oh. Libros, la biblioteca. Dios. Era él. Y su recuerdo le trajo pensamientos más amargos... las mazmorras. Y el por qué de todo. Y su hermano, cruel, frío, distante. Y sintió la urgencia de contarlo todo. Por alguna razón ahora podía encontrar las palabras, que acudían a su mente como pájaros, revoloteando de un lado a otro, esperando su turno para ser lanzadas a esculpir frases. Y se dejó caer sobre la hierba y habló, casi sin respirar, sin mirarlo, durante un cuarto de hora que a ambos se les hizo interminable. Y Remus la escuchó sentado a su lado, sin soltarle la mano, enjuagando las lágrimas amargas de alivio que recorrían el contorno de sus mejillas sin máscara, que se hallaba en el suelo mientras ella hablaba, hablaba y hablaba. Al fin terminó y se acurrucó cerca de él, con la cabeza apoyada en su pecho. Él le acarició el pelo y ella levantó la mirada. Él le besó la frente suavemente, provocando una media sonrisa de Selene. Estuvieron un rato así, quietos y pensativos, hasta que oyeron la voz de la profesora McGonagall anunciando el final del baile, que les resonó estrañamente estridente en las orejas mientras se levantaban perezosamente. Remus la acompañó hasta la entrada y ella le besó la mejilla enmascarada y se despidió con un "Buenas noches, Remus" antes de desaparecer camino de la Sala Común de Slytherin.

Remus había subido media escalera ya cuando de repente paró de golpe. ¿Le había llamado REMUS?

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N/A: Éste sí es largo, ¿verdad? Lástima que no hay ninguna poesía. Bueno, si os portáis bien y me escribís una notita aquí abajo rellenaré todos los huecos del capítulo 4 con notitas de Remus y Selene. Jeje. Por cierto, ¡por qué sólo tengo 3 reviews? :( ¡Es deprimente!

En fin. Mil gracias a Fleur Delacour (tienes una fanfic fantástica) y a Vicky Riddle (la tuya también es maravillosa, ¡date prisa con el próximo capítulo!). Gracias a Jordi por ser medio-guionista y modelo vivinte de Remus. Y también por dejarme tu escuadra y cartabón para el exámen de dibujo, me fue de p.m., recuérdame que te debo un favor GRANDE de última hora. ^O^

Por favor por favor por favor escribidme una notita linda aquí abajo!

Nimph