BUSCÁNDOTE EN LA OSCURIDAD
Capítulo 7: Buscándote en la oscuridad
Château Malfoy, 2 de enero
Queridísimo Remus:
Llegué al anochecer y me instalaron en la torre. Esto es un pequeño castillo lujoso (algo siniestro) donde solíamos pasar el verano cuando eramos pequeños. Aunque ahora hace frío. Está encima de una montaña, y hay una pequeña villa a nuestros pies. Es un lugar bonito, de veras, pero quizás de una manera algo lóbrega. Hay siete elfos domésticos, la cocinera, una doncella llamada Jeanne, un viejo jardinero llamado Sebastien y mi institutriz, Madame Trépad. Pero aunque hacen todo lo que les pido, mi hermano les ha prohibido dejarme salir de la mansión. Ni siquiera a los jardines. Pero, no te preocupes. Hay un patio precioso dentro de la casa (aunque ahora está lleno de nieve, con el buen tiempo hay rosas y un cerezo. ¡Incluso hay una fuente con peces de colores!) Madame Trépad es muy amable. Hoy he aprendido la poción de la verdad.
Y aun así...
Las horas pasan tan lentas. Los días son tan largos... El sol se pone ahora, y parece que ha pasado un año desde la última vez. Daría mi alma por tener alas, y volar lejos, lejos, hasta encontrarte. ¿Piensas en mí? ¿Me echas en falta? ¿Me quieres? Sé que sí. Hoy hay nubes en el cielo. Si lloviera... al salir el sol, habría un arco iris en forma de puente desde mi ventana hasta Hogwarts. Y yo vendría corriendo, haciendo equilibrios sobre los colores. Va a nevar esta noche. No habrá arco iris, pero quizás nieve tanto que la nieve lleguará al antepecho de mi ventana. Entonces yo saldría andando como si la ventana fuera una puerta, y pasaría andando sobre la nieve por encima del mar hasta donde tú estás. Ya ves, mi pasatiempo favorito es pensar en ti, y el segundo pensar en cómo salir de aquí. El tercero es mirar al horizonte esperando ver la silueta de una lechuza con una carta tuya en el pico. El cuarto es escribirte cartas largas. El quinto es contar los segundos que quedan para el uno de diciembre del próximo año, cuando por fin podré irme.
Mi consuelo es que el tiempo no se para.
Impaciente y esperando saber algo de ti,
Selene
PD: Mil abrazos para Lily, Peter, Sirius y James. Diezmil besos para ti.
***
Selene releyó la carta. Los ojos le escocían. Entregó a la lechuza gris el pergamino y apagó la luz. Se deslizó entre las sábanas frías, consciente de que esa noche tampoco podría dormir.
*-*-*-*-*
Amada Selene:
Sin ti muero. Las horas se me antojan siglos, los minutos, más largos y aburridos que doble clase de Historia de la Magia un lunes por la mañana. El sol, irónico, brilla con fuerza, aunque sus rayos no calientan mi piel. Esto es tan doloroso...
Todo sigue igual, por lo demás. Lily y James se persiguen por los pasillos, Sirius tiene una novia nueva (aunque todavía no hemos descubierto quién) y Peter encontró un nuevo pasadizo secreto el otro día. A veces me descubro yendo a la siguiente clase y planeando llevarte a Hogsmeade más tarde, o dando rodeos para verte dos minutos, sin recordar que ya no estás aquí. Y cada vez que me doy cuenta me sienta como un puñetazo en el estómago. Pero me consuela saber que ya falta un día menos. Pienso en ti cada segundo, a cada latido de mi corazón. Pero sé esperar. De hecho, como Lily dijo ayer, sigue todo igual. Yo te quiero, tú me quieres. Sólo estamos lejos. Claro que es duro, pero como mínimo sabemos que algún día acabará. Volveremos a estar juntos, daremos la vuelta al mundo. Aunque el presente no nos pertenezca, el futuro es nuestro. Y te tengo que pedir un favor. Es igual si yo no lo veo, quiero que sonrías. Ahora mismo. Por favor... No debes pasarlo mal por Lucius. Eso sería darle la victoria.
Te mando un abrazo y un beso en el cuello...
Te escribiré mañana otra vez.
Para siempre,
Remus
***
Firmó y se quedó mirando más allá del pergamino. sabía que Selene estaba más triste de lo que decía, y sospechaba que ella adivinaría que, por más que él le pidiera que sonriera, él mismo no se lo aplicaba. Como Peter solía decir, parecía un zombi deambulando por los pasillos de la escuela.
*-*-*-*-*
-¿Qué te pasa?- Sirius se separó un poco para mirar fijamente a Severus, que desvió la mirada, incómodo.
-Es sobre Selene.
-Te dije que estabamos investigando quién la traicionó. No debes preocuparte por eso...
-¡No lo entiendes!- gritó Severus, empujándolo lejos con una mano.
-¿Qué pasa?
Los ojos azules de Sirius lo escanearon desde la penumbra.
-Yo lo hice- siseó Severus fríamente, la mirada clavada ahora lejos, más allá de la pared.
-¿De qué hablas?- preguntó Sirius, sabiendo la respuesta, los ojos cerrados con fuerza sin saber qué vería si los abriera. ¿Su amante? ¿Su enemigo? ¿Su secreto?
-Yo escribí a Lucius para contarle que Selene salía con un hombre-lobo. Yo lo hice.
Sirius se giró, furioso, hacia la pared.
-¿Cómo te atreves? ¿Cómo puedes decírmelo?
-Sirius, escucha.
-No- y quedaba todo muy claro. Nunca habían esperado nada el uno del otro, nada más que algunas noches de compañía y guardar un secreto, pero nunca pensó en una traición así.
-¡Sucedió antes! ¡Antes de nosotros!- alegó Severus con desesperación. No quería perder esos momentos en que se sentía tan bien. No era que estuviese enamorado de Sirius. Sólo era un deseo físico, dos cuerpos juntos en la frialdad de su alrededor.
-Me da igual. No quiero volver a verte.
Severus quedó quieto, sus ojos como túneles no reflejaban ninguna luz.
-Como quieras.
*-*-*-*-*
Selene se revolvió en su cama acolchada. Alargó los brazos hacia los dos bordes de la cama. Estaba vacía. Se había quedado dormida abrazada a la almohada. No había llorado. Sólo se había acurrucado contra la forma blanda a su lado y había imaginado que era Remus, y que los dos estaban en aquél rinconcito que Remus le había enseñado (tras el tapiz de la caza de brujas), donde solían escaparse para hablar y estar juntos hasta que una tarde encontraron a Sirius y Doris Roquelaure muy ocupados investigando la garganta del otro. Y se había dormido, sonriendo ligeramente, protegida por la presencia invisible de Remus.
Pero se había despertado de repente por culpa del frío que entraba día y noche por la ventana, destapada hasta las rodillas y con el camisón se seda blanca envolviéndole el cuerpo incómodamente. ¿Dónde estaba Remus? Volvió a estirar las manos a su alrededor. Se incorporó sobre los codos y lo buscó en la oscuridad que la envolvía. No estaba. Por unas horas, había creído que volvía a estar en Hogwarts. Estúpida. A tientas, recogió la almohada del suelo y estiró las mantas hasta su barbilla.
Ya hacía un año. Un maldito y largo año sin él.
*-*-*-*-*
-Ni se te ocurra- dijo James, sacudiendo la cabeza.
-Tengo que verla.
-Remus, ella te ha dicho que no vayas- intercedió Lily.
-Dicen que su hermano está de parte de Quien-no-se-debe-nombrar, Remus. Y es un hombre poderoso. No te arriesgues, no arriesgues la seguridad de Selene por un capricho.
Remus levantó la cabeza.
-Claro. Un capricho-. Hizo una pausa, mirando a la pareja sentada delante suyo-. No sabéis de qué habláis. Vosotros estáis juntos.
Lily cerró los ojos.
-Lo sé. Pero, Remus...
-No hay peros- siseó él, levantándose-. No iré porque ella no quiere. Pero pensad que llevo más de quinientos días sin verla.
*-*-*-*-*
Selene se acercó a la ventana de su torre. Ya era mayo. Sólo unos meses más. Todas las cartas recibidas... tenía decenas de ellas. La última decía:
"Hogwarts, 20 de mayo
Te hecho de menos, de menos, de menos, de menos. No tiene mucho sentido que lo diga otra vez, pero allá va: Te hecho de menos. Mucho. Muchísimo.
Lily me persigue por los pasadizos para obligarme a estudiar. ¡Son los últimos exámenes! Después... He encontrado un trabajo en la tienda de mi tío, en Glensglow. Es una pequeña tienda de libros mágicos/ apotecaria/ lechucería todo en uno. Para la pequeña comunidad mágica de la zona. Empiezo en agosto, y ahorraré todas las pagas. Para cuando vengas, tendremos suficiente como para ir a... ¿dónde? Investigaré dónde hay comunidades de hombres-lobo por Europa. Quizás tu padre esté allí. Aunque puede que también se encuentre en América. Por ahora no he conseguido mucha información.
Me gustaría besarte. Y mirarte a los ojos. Y tenerte tan cerca como nuestra última noche. Es doloroso..."
...y continuaba, dos o tres páginas más que ella podía recitar de memoria. La escondió junto a las otras, en un cajón cerrado con la llave que llevaba al cuello.
El labio le dolía. Notaba la sangre corriendo a través de él como un flujo caliente con cada latido del corazón. Quizás le quedaría una cicatriz. Le hubiera gustado tanto poder devolver el golpe... Desde que Lucius había regresado para pasar unos días, su vida era un infierno. ¿En qué se parecía Lucius a el hermano mayor que la protegía cuando eran niños? Había un culpable del cambio, y era El Señor Oscuro. Incluso el padre había sido seguidor suyo, pero siempre se había llevado bien con ella, siempre la había querido. Aunque, estando ella en contra del Señor Oscuro, quizás ahora fuera distinto.
Vertió alcohol en un pañuelo y se limpió la herida. Todavía dolía más. Parecía que nunca se le acabarían las lágrimas para llorar.
*-*-*-*-*
Con la punta de los dedos, resiguió cuidadosamente las palabras del pergamino. No las notó. Tenía los dedos entumecidos por el viento de octubre. Hacía dos semanas que no recibía nada de Selene. Había leído centenares de veces la última carta. No decía nada que pudiera dar a entender que estaría ocupada, enferma, cansada de él. Se le revolvió el estómago. Prefería que hubiera decidido no escribirle más a que estuviera enferma. Volvió a entrar a la tienda. Tenía trabajo en el almacén. Más tarde le escribiría... otra vez.
*-*-*-*-*
Se iba a volver loca. Loca. Lucius no se había ido y hacía un mes, ¡Un mes! que Remus no daba señales de vida. Ni Lily. Ni nadie. Se quedó mirando el pajarito que uno de los magos amigos de Lucius que pretendían casarse con ella le había regalado. Era hermoso, pequeño y blanco, de plumas suaves, y a veces trinaba al oírla cantar a ella en el patio. Tomó nota mentalmente de hecérselo subir a su habitación más tarde. No quería que el pobre bicho s ehelara de frío. Volvió a pensar en Hogwarts. Quizás ellos sabían que su hermano era caballero de la muerte y no querían saber nada de ella. Aunque quizás no era eso. Se tapó la cacara con las manos. Se sentía miserable. En la última semana había escrito diez cartas para Remus y tres para Lily. No había recibido ninguna respuesta. Se encontraba mal. Y Lucius había empezado a hablar de cierto marqués de no-sabía-dónde. Se meció, adelante y atrás, adelante y atrás. No debía llorar más, no otra vez. Remus no lo querría. Aunque quizás a Remus le daba igual.
*-*-*-*-*
El pequeño elfo doméstico encargado de las lechuzas se encaramó a la ventana alta y observó el cielo en busca de lechuzas. Las órdenes de su amo, el joven señor Malfoy, era que ninguna lechuza debía llevar una carta de la señorita Selene a ningún sitio, y que ninguna lechuza debía traer ninguna carta para la señorita. El pequeño elfo hacía lo que le decía su amo, y cada vez que una lechuza salía de la torre de la señorita, era llamada a la lechucería y la carta era quemada. Y todas las cartas que las lechuzas de fuera traían para ella eran también quemadas, porque si no lo quemado serían las orejas o los dedos del pequeño elfo encargado de las lechuzas.
*-*-*-*-*
N/A: Ya sé que este capítulo ha tardado dos meses, pero me costó mucho escribirlo. Es demasiado deprimente... no sabéis lo que he llorado escribiéndolo. Aviso de que no está revisado por ninguna beta (no había tiempo) así que espero que no sea muy penoso.
Gracias a:
Fleur Delacour, que se emocionó sola en el review y me hizo reír mucho. ¿Para cuándo más de tu fic de Snapey, eh?
Angelina, que me hizo sonrojar y escribió una review que me levantó los ánimos.
Hermione es una genia, a quien no le gustó el slash... ;_; Gracias a dios, el resto de la fic, sí.
Ariana, que esperaba que no me demorase... ¡ja! (lo siento, ari)
Jade, a quien le gusta estresarme por msn y hacerme preguntas complicadas.
Anuka, quien me dio muchísimos más ánimos de los que merezco por torturaros así.
Veronik, con el review de la cual me morí de risa. ¿Cómo que Snape/Sirius fue un PLOP? *se ríe*
Tsat (aka Moss), que esperaba este capítulo.
A todas, espero que os gustase (y que hayás llorado mucho, que de eso se trataba). ¡Sólo un capítulo más! ;_; Pero prometo escribir una sequel.
Besitos,
Nimph
Capítulo 7: Buscándote en la oscuridad
Château Malfoy, 2 de enero
Queridísimo Remus:
Llegué al anochecer y me instalaron en la torre. Esto es un pequeño castillo lujoso (algo siniestro) donde solíamos pasar el verano cuando eramos pequeños. Aunque ahora hace frío. Está encima de una montaña, y hay una pequeña villa a nuestros pies. Es un lugar bonito, de veras, pero quizás de una manera algo lóbrega. Hay siete elfos domésticos, la cocinera, una doncella llamada Jeanne, un viejo jardinero llamado Sebastien y mi institutriz, Madame Trépad. Pero aunque hacen todo lo que les pido, mi hermano les ha prohibido dejarme salir de la mansión. Ni siquiera a los jardines. Pero, no te preocupes. Hay un patio precioso dentro de la casa (aunque ahora está lleno de nieve, con el buen tiempo hay rosas y un cerezo. ¡Incluso hay una fuente con peces de colores!) Madame Trépad es muy amable. Hoy he aprendido la poción de la verdad.
Y aun así...
Las horas pasan tan lentas. Los días son tan largos... El sol se pone ahora, y parece que ha pasado un año desde la última vez. Daría mi alma por tener alas, y volar lejos, lejos, hasta encontrarte. ¿Piensas en mí? ¿Me echas en falta? ¿Me quieres? Sé que sí. Hoy hay nubes en el cielo. Si lloviera... al salir el sol, habría un arco iris en forma de puente desde mi ventana hasta Hogwarts. Y yo vendría corriendo, haciendo equilibrios sobre los colores. Va a nevar esta noche. No habrá arco iris, pero quizás nieve tanto que la nieve lleguará al antepecho de mi ventana. Entonces yo saldría andando como si la ventana fuera una puerta, y pasaría andando sobre la nieve por encima del mar hasta donde tú estás. Ya ves, mi pasatiempo favorito es pensar en ti, y el segundo pensar en cómo salir de aquí. El tercero es mirar al horizonte esperando ver la silueta de una lechuza con una carta tuya en el pico. El cuarto es escribirte cartas largas. El quinto es contar los segundos que quedan para el uno de diciembre del próximo año, cuando por fin podré irme.
Mi consuelo es que el tiempo no se para.
Impaciente y esperando saber algo de ti,
Selene
PD: Mil abrazos para Lily, Peter, Sirius y James. Diezmil besos para ti.
***
Selene releyó la carta. Los ojos le escocían. Entregó a la lechuza gris el pergamino y apagó la luz. Se deslizó entre las sábanas frías, consciente de que esa noche tampoco podría dormir.
*-*-*-*-*
Amada Selene:
Sin ti muero. Las horas se me antojan siglos, los minutos, más largos y aburridos que doble clase de Historia de la Magia un lunes por la mañana. El sol, irónico, brilla con fuerza, aunque sus rayos no calientan mi piel. Esto es tan doloroso...
Todo sigue igual, por lo demás. Lily y James se persiguen por los pasillos, Sirius tiene una novia nueva (aunque todavía no hemos descubierto quién) y Peter encontró un nuevo pasadizo secreto el otro día. A veces me descubro yendo a la siguiente clase y planeando llevarte a Hogsmeade más tarde, o dando rodeos para verte dos minutos, sin recordar que ya no estás aquí. Y cada vez que me doy cuenta me sienta como un puñetazo en el estómago. Pero me consuela saber que ya falta un día menos. Pienso en ti cada segundo, a cada latido de mi corazón. Pero sé esperar. De hecho, como Lily dijo ayer, sigue todo igual. Yo te quiero, tú me quieres. Sólo estamos lejos. Claro que es duro, pero como mínimo sabemos que algún día acabará. Volveremos a estar juntos, daremos la vuelta al mundo. Aunque el presente no nos pertenezca, el futuro es nuestro. Y te tengo que pedir un favor. Es igual si yo no lo veo, quiero que sonrías. Ahora mismo. Por favor... No debes pasarlo mal por Lucius. Eso sería darle la victoria.
Te mando un abrazo y un beso en el cuello...
Te escribiré mañana otra vez.
Para siempre,
Remus
***
Firmó y se quedó mirando más allá del pergamino. sabía que Selene estaba más triste de lo que decía, y sospechaba que ella adivinaría que, por más que él le pidiera que sonriera, él mismo no se lo aplicaba. Como Peter solía decir, parecía un zombi deambulando por los pasillos de la escuela.
*-*-*-*-*
-¿Qué te pasa?- Sirius se separó un poco para mirar fijamente a Severus, que desvió la mirada, incómodo.
-Es sobre Selene.
-Te dije que estabamos investigando quién la traicionó. No debes preocuparte por eso...
-¡No lo entiendes!- gritó Severus, empujándolo lejos con una mano.
-¿Qué pasa?
Los ojos azules de Sirius lo escanearon desde la penumbra.
-Yo lo hice- siseó Severus fríamente, la mirada clavada ahora lejos, más allá de la pared.
-¿De qué hablas?- preguntó Sirius, sabiendo la respuesta, los ojos cerrados con fuerza sin saber qué vería si los abriera. ¿Su amante? ¿Su enemigo? ¿Su secreto?
-Yo escribí a Lucius para contarle que Selene salía con un hombre-lobo. Yo lo hice.
Sirius se giró, furioso, hacia la pared.
-¿Cómo te atreves? ¿Cómo puedes decírmelo?
-Sirius, escucha.
-No- y quedaba todo muy claro. Nunca habían esperado nada el uno del otro, nada más que algunas noches de compañía y guardar un secreto, pero nunca pensó en una traición así.
-¡Sucedió antes! ¡Antes de nosotros!- alegó Severus con desesperación. No quería perder esos momentos en que se sentía tan bien. No era que estuviese enamorado de Sirius. Sólo era un deseo físico, dos cuerpos juntos en la frialdad de su alrededor.
-Me da igual. No quiero volver a verte.
Severus quedó quieto, sus ojos como túneles no reflejaban ninguna luz.
-Como quieras.
*-*-*-*-*
Selene se revolvió en su cama acolchada. Alargó los brazos hacia los dos bordes de la cama. Estaba vacía. Se había quedado dormida abrazada a la almohada. No había llorado. Sólo se había acurrucado contra la forma blanda a su lado y había imaginado que era Remus, y que los dos estaban en aquél rinconcito que Remus le había enseñado (tras el tapiz de la caza de brujas), donde solían escaparse para hablar y estar juntos hasta que una tarde encontraron a Sirius y Doris Roquelaure muy ocupados investigando la garganta del otro. Y se había dormido, sonriendo ligeramente, protegida por la presencia invisible de Remus.
Pero se había despertado de repente por culpa del frío que entraba día y noche por la ventana, destapada hasta las rodillas y con el camisón se seda blanca envolviéndole el cuerpo incómodamente. ¿Dónde estaba Remus? Volvió a estirar las manos a su alrededor. Se incorporó sobre los codos y lo buscó en la oscuridad que la envolvía. No estaba. Por unas horas, había creído que volvía a estar en Hogwarts. Estúpida. A tientas, recogió la almohada del suelo y estiró las mantas hasta su barbilla.
Ya hacía un año. Un maldito y largo año sin él.
*-*-*-*-*
-Ni se te ocurra- dijo James, sacudiendo la cabeza.
-Tengo que verla.
-Remus, ella te ha dicho que no vayas- intercedió Lily.
-Dicen que su hermano está de parte de Quien-no-se-debe-nombrar, Remus. Y es un hombre poderoso. No te arriesgues, no arriesgues la seguridad de Selene por un capricho.
Remus levantó la cabeza.
-Claro. Un capricho-. Hizo una pausa, mirando a la pareja sentada delante suyo-. No sabéis de qué habláis. Vosotros estáis juntos.
Lily cerró los ojos.
-Lo sé. Pero, Remus...
-No hay peros- siseó él, levantándose-. No iré porque ella no quiere. Pero pensad que llevo más de quinientos días sin verla.
*-*-*-*-*
Selene se acercó a la ventana de su torre. Ya era mayo. Sólo unos meses más. Todas las cartas recibidas... tenía decenas de ellas. La última decía:
"Hogwarts, 20 de mayo
Te hecho de menos, de menos, de menos, de menos. No tiene mucho sentido que lo diga otra vez, pero allá va: Te hecho de menos. Mucho. Muchísimo.
Lily me persigue por los pasadizos para obligarme a estudiar. ¡Son los últimos exámenes! Después... He encontrado un trabajo en la tienda de mi tío, en Glensglow. Es una pequeña tienda de libros mágicos/ apotecaria/ lechucería todo en uno. Para la pequeña comunidad mágica de la zona. Empiezo en agosto, y ahorraré todas las pagas. Para cuando vengas, tendremos suficiente como para ir a... ¿dónde? Investigaré dónde hay comunidades de hombres-lobo por Europa. Quizás tu padre esté allí. Aunque puede que también se encuentre en América. Por ahora no he conseguido mucha información.
Me gustaría besarte. Y mirarte a los ojos. Y tenerte tan cerca como nuestra última noche. Es doloroso..."
...y continuaba, dos o tres páginas más que ella podía recitar de memoria. La escondió junto a las otras, en un cajón cerrado con la llave que llevaba al cuello.
El labio le dolía. Notaba la sangre corriendo a través de él como un flujo caliente con cada latido del corazón. Quizás le quedaría una cicatriz. Le hubiera gustado tanto poder devolver el golpe... Desde que Lucius había regresado para pasar unos días, su vida era un infierno. ¿En qué se parecía Lucius a el hermano mayor que la protegía cuando eran niños? Había un culpable del cambio, y era El Señor Oscuro. Incluso el padre había sido seguidor suyo, pero siempre se había llevado bien con ella, siempre la había querido. Aunque, estando ella en contra del Señor Oscuro, quizás ahora fuera distinto.
Vertió alcohol en un pañuelo y se limpió la herida. Todavía dolía más. Parecía que nunca se le acabarían las lágrimas para llorar.
*-*-*-*-*
Con la punta de los dedos, resiguió cuidadosamente las palabras del pergamino. No las notó. Tenía los dedos entumecidos por el viento de octubre. Hacía dos semanas que no recibía nada de Selene. Había leído centenares de veces la última carta. No decía nada que pudiera dar a entender que estaría ocupada, enferma, cansada de él. Se le revolvió el estómago. Prefería que hubiera decidido no escribirle más a que estuviera enferma. Volvió a entrar a la tienda. Tenía trabajo en el almacén. Más tarde le escribiría... otra vez.
*-*-*-*-*
Se iba a volver loca. Loca. Lucius no se había ido y hacía un mes, ¡Un mes! que Remus no daba señales de vida. Ni Lily. Ni nadie. Se quedó mirando el pajarito que uno de los magos amigos de Lucius que pretendían casarse con ella le había regalado. Era hermoso, pequeño y blanco, de plumas suaves, y a veces trinaba al oírla cantar a ella en el patio. Tomó nota mentalmente de hecérselo subir a su habitación más tarde. No quería que el pobre bicho s ehelara de frío. Volvió a pensar en Hogwarts. Quizás ellos sabían que su hermano era caballero de la muerte y no querían saber nada de ella. Aunque quizás no era eso. Se tapó la cacara con las manos. Se sentía miserable. En la última semana había escrito diez cartas para Remus y tres para Lily. No había recibido ninguna respuesta. Se encontraba mal. Y Lucius había empezado a hablar de cierto marqués de no-sabía-dónde. Se meció, adelante y atrás, adelante y atrás. No debía llorar más, no otra vez. Remus no lo querría. Aunque quizás a Remus le daba igual.
*-*-*-*-*
El pequeño elfo doméstico encargado de las lechuzas se encaramó a la ventana alta y observó el cielo en busca de lechuzas. Las órdenes de su amo, el joven señor Malfoy, era que ninguna lechuza debía llevar una carta de la señorita Selene a ningún sitio, y que ninguna lechuza debía traer ninguna carta para la señorita. El pequeño elfo hacía lo que le decía su amo, y cada vez que una lechuza salía de la torre de la señorita, era llamada a la lechucería y la carta era quemada. Y todas las cartas que las lechuzas de fuera traían para ella eran también quemadas, porque si no lo quemado serían las orejas o los dedos del pequeño elfo encargado de las lechuzas.
*-*-*-*-*
N/A: Ya sé que este capítulo ha tardado dos meses, pero me costó mucho escribirlo. Es demasiado deprimente... no sabéis lo que he llorado escribiéndolo. Aviso de que no está revisado por ninguna beta (no había tiempo) así que espero que no sea muy penoso.
Gracias a:
Fleur Delacour, que se emocionó sola en el review y me hizo reír mucho. ¿Para cuándo más de tu fic de Snapey, eh?
Angelina, que me hizo sonrojar y escribió una review que me levantó los ánimos.
Hermione es una genia, a quien no le gustó el slash... ;_; Gracias a dios, el resto de la fic, sí.
Ariana, que esperaba que no me demorase... ¡ja! (lo siento, ari)
Jade, a quien le gusta estresarme por msn y hacerme preguntas complicadas.
Anuka, quien me dio muchísimos más ánimos de los que merezco por torturaros así.
Veronik, con el review de la cual me morí de risa. ¿Cómo que Snape/Sirius fue un PLOP? *se ríe*
Tsat (aka Moss), que esperaba este capítulo.
A todas, espero que os gustase (y que hayás llorado mucho, que de eso se trataba). ¡Sólo un capítulo más! ;_; Pero prometo escribir una sequel.
Besitos,
Nimph
