Faberry Week 2022 DAY 6 – Fababy

Summary: Beth. Faberry. One Shoot

Descargo de responsabilidad: no poseo derecho alguno sobre el show y/o sus personajes, sólo la de esta historia que tiene perfecto sentido en mi cabeza y en todo aquel o aquella que decida compartirla conmigo.

DAY 6 – Fababy

El día que Quinn se enteró estaba embarazada, se desmayó, Puck igual, Finn pateó todas las sillas que encontró, Rachel era la única en pie, pero estaba tan emputada que daba miedo.

¿Por qué?

- ¿Por qué Quinn, dime por qué? – preguntó a su Quinn, quien estaba sentada en la camilla en la enfermería en un lío nervioso, pálida y con ambas manos en su cara. Rachel le volvió a hacer la pregunta, pero Quinn estaba en otra – ayyy mierda – suspiró sentándose junto a ella, marcando su entrecejo al ver que su celular a su lado empezaba a sonar con alertas, Rachel la cogió viendo que eran insultos y burlas – hijos de puta – soltó enojada y cogiendo la mano de Quinn le ayudó a llegar a su carro, la sentó en el lugar del copiloto y viendo el ánimo que tenía, eso y que iba a romper a llorar en cualquier momento, respiró hondo, suspiró, exhaló un gran aliento que no sabía contenía, se sentó en el lado del piloto, se giró a su novia y le preguntó - ¿Cuándo?

Quinn volteó a mirarle, pero no dijo nada, ella estaba aterrada, en gran medida por estar embarazada y luego porque amaba mucho a Rachel y lo último que quería era perderla.

- Campamento de verano – susurró y Rachel asintió, eso fue antes de estar juntas, unos días antes – papá va a matarme – añadió rompiendo a llorar, Rachel le cogió la mano diciendo – y una mierda, primero tendrá que matarme a mí para llegar a ti y eso imposible.

- ¿Por qué?

- Porque mi casa y mi familia es como la embajada en terreno enemigo, impenetrable – sentenció solemnemente sacándole una sonrisa, aunque llorosa. Con la cuál Rachel con ambas manos cogió su carita y le dio un dulce beso, uno muy tierno añadiendo – te amo mi Quinn, cada día más, cada segundo más.

- ¿Más? – pidió mirando su vientre.

- Mucho más – replicó ella y conociendo a su familia, le habló a su padre que iba a llegar a casa ya con Quinn y que necesitaban hablar – bueno, vámonos – pidió.

- ¿Vas a manejar?

- Claro, ¿Por qué no? Ayyy mierda – soltó al sentarse y no alcanzar el pedal inferior, Quinn sonrió para luego decir – ok, muévete – le pidió para ella salir del auto y manejar.

- Oh vaya, pegó fuerte las hormonas del embarazo eh – soltó divertida – ouchhh – ni le dolió y aquella sentencia hizo sonreír a su nena - ok ya me cayo amor – bromeó y Quinn le dio un dulce beso en el hombro antes de manejar, Rachel puso una mano sobre su rodilla, para tratar de mantener la calma y conexión hasta que llegaron a su casa.

Quinn estacionó frente a su casa, ambas descendieron tomadas de la mano y antes de si quiera tocar el pomo de la puerta, la puerta se abrió, ambos padres de Rachel la esperaban del otro lado con expresiones preocupadas para ser poco más de las 11am y no estar en la escuela las chicas.

- Ok, ¿A quién embarazaste? – preguntó Hiram después de saludar a ambas chicas cerrando la puerta de su hogar ni bien entraron todas, a su hija como broma.

- Yo lo estoy – susurró Quinn en respuesta.

Ambos padres la miraron con los ojos bien abiertos – si no tienes putos dedos mágicos, Rachel ¡ - gritó Leroy y ella les dedicó una sonrisa para Quinn empezar a reírse nerviosamente.

Hiram abrió sus brazos para acoger a Quinn y darle consuelo, no porque la noticia fuera mala, que no lo era para nada, sino que fue sorpresiva, muy sorpresiva.

Todos se sentaron y Quinn con Rachel contaron lo ocurrido, entre ello lo mal que iba a reaccionar Russell al ser un cabrón de primera y como si lo invocaran, él se presentó a la puerta de los Berrys minutos luego.

Y ni bien empezó a despotricar a gritos por la clase de hija que tenía, Hiram lo silenció con una mano – ésta es mi casa Russell, hija acompaña a Quinn a tu cuarto, los adultos deben hablar.

Russell gritó un par de groserías o muchas, todo fue caótico, porque recién se enteró su católica niña estaba embarazada y en una relación gay con la hija de los Berrys de entre todas las chicas posibles.

Y mientras ellos discutían, Rachel y Quinn se sentaron en su cama cogidas de las manos a esperar a los padres de Rachel.

Lo que ocurrió media hora luego.

- Lamento hallan escuchado todo aquello mis amores – sentenció Leroy ingresando al cuarto junto a su esposo para contarles básicamente lo que ya habían escuchado por los gritos.

Russell la había repudiado, su madre se mantuvo callada a su lado, ambos básicamente la expulsaron de su casa sin nada más que la ropa que tenía puesta – mi hija ha muerto ¡ - exclamó el hombre con furia antes de retirarse.

Quinn se puso muy triste y obvio, si lo había perdido todo, o bueno, casi todo, tenía a Rachel, la tenía, ¿Verdad? – claro que sí – replicó ella adivinando su pregunta en su mirar – papa, papi, Quinn se quedará conmigo, aquí en nuestra casa.

Ambos padres se miraron como discutiendo en silencio o más bien coordinando, Quinn era una buena niña, no sabían que su relación fuera tan profunda como ya lo venían viendo con cada gesto, mirada y demás entre ellas, ellos pensaban eran amigas, más si así no fuese el caso, de todas maneras, no la iban a echar a la calle, que se enteraran que eran novias, fue en realidad algo muy bonito para ellos.

Leroy e Hiram se tomaron de las manos y dijeron lo que ya era obvio, que Quinn se iba a quedar, pero en otro dormitorio – su perdida es nuestra ganancia – replicaron mirándose sonriendo.

- ¿Qué? – preguntó Quinn sin saber.

- Ganamos una hija y una nieta, oh Dios mío, vamos a tener una nietaaaaaa ¡ - gritó Leroy.

- OMG vamos a ser mamásssss ¡ - exclamó Rachel muy emocionada y ese simple gesto hizo llorar a Quinn, pero ésta vez de alegría, tenía una familia que le abría los brazos y su hogar.

- Oh vaya ¡ - exclamó alucinada y de lo más feliz.

Después de almorzar e instalarse, por la tarde, los cuatro fueron al hospital donde trabajaba Hiram a hacerse una prueba de embarazo y a sacar estimaciones de la edad del feto.

- Tiene casi tres meses – soltó Hiram viendo el vientre descubierto de Quinn recostada en la camilla con Rachel a su lado tomando su mano, él las miró y luego a su esposo quien asintió sonriendo y emocionado al igual que las chicas.

Ahí frente a ellas en la ecografía, se veía… ¿Qué se veía? Era muy pequeño(a), aquello era un bebé en camino y no pudo ser más maravilloso.

- Debemos festejar, es emocionante ¡ - exclamó Leroy y todos los Berrys estuvieron de acuerdo.

- ¿Qué significa eso? – preguntó un poco confundida Quinn mirando a todos que tenían bellas sonrisas en sus rostros.

Festejar en esos contextos significaba: empezar a planear el cuarto de la bebé y obvio un merecido descanso para la mamá, dado lo emocional de ese día.

Y por más que Quinn se iba a quedar en otro dormitorio, aquello no se hizo al final, ya que, al pasar los días, siempre una despertaba en el cuarto de la otra, por lo que Los Berrys cedieron y dejaron que se quede en el cuarto de Rachel, remodelándolo obviamente ya que ambas debían tener su parte y su estilo, dejando que las chicas lo decorasen con el pasar del tiempo.

- Eso sí, no quiero negocios graciosos aquí – advirtió Leroy con su expresión más seria, Hiram volteó los ojos, Rachel bufó, Quinn es la única que lo tomó en serio y lo respetó los días siguientes por más que se moría de ganas por estar con su amor y ya no disponía de su casa para encontrarse.

Dos semanas después de la mudanza…

- No ayudas que camines por ahí toda sexy – replicó Quinn bufando observando que su novia le gustaba provocarle andando con un short corto y en topless cuando sus padres no estaban en casa, Rachel le miró de manera traviesa y Quinn bufó rojita mirando hacia otro lado cada vez más excitada.

- No aguantarás mucho más así mi amor, déjame cuidarte – le susurró al oído una vez gateó por la cama hasta ella y Quinn suspiró, no podía guardar distancia más, desde ese día ambas hicieron el amor tan seguido como antes, una charla incómoda vino después con los padres de Rachel, lo esperado, pero después de eso, siguieron haciéndolo, sólo cuando ellos no estaban, esa fue la única petición de ellos dado que sabían ambas tenían una relación que cada vez se iba poniendo más seria y no era sólo para pasar el rato y – mancillar la honra de ésta casa – suspiró dramáticamente Hiram, Quinn abrió grande los ojos grandes al oírlo, Rachel volteó los ojos, arrulló a su amor y le dio un beso en la mejilla, al todos estar viendo una película en la sala de estar.

A los 5 meses cumplidos, durante la segunda ecografía, los cuatro volvieron a llorar al enterarse que sería una niña y de lo hermosa que se veía, al ya distinguirse mucho de sus rasgos.

- Awww mi amor, míralas – soltó Leroy tomando la mano de su esposo al mirar a ambas chicas emocionadas abrazarse y decirse "Te amo" mutuamente.

La reacción del Glee club fue…hmmm… variada.

Puck lloró, era su primera niña e hija, desde siempre – es perfecta – susurró mirando la ecografía al igual que Quinn.

- No tiene una cola, estoy decepcionada – de Santana – esperaba un pejelagarto.

- Ignórala amor – de Quinn a Rachel y a su bebita.

- Tampoco el cráneo de Finn, admirable – también de Santana

- Ignórala amor – pidió Quinn nuevamente mientras Finn gruñó por el engaño de ambas de sus exs, a su punto de vista.

- ¿Cómo se llamará? – pidió Mercedes.

- Drizzle no ¡ - de Quinn mirando a Finn que intentó hablar – ni Rain – al insistir.

Puck soltó varios nombres sosos, Quinn lo miró como si fuese un imbécil, lo usual, Rachel la miró a ella y la arrulló por lo adorable que estaba siendo, Finn miró los nuevos senos de Santana hasta que ella lo golpeó en sus zonas íntimas y él se dobló de dolor.

- Gee, Santana compórtate – con ironía Kurt replicó, ya que aquello lo decían demasiado en la sala del coro que había perdido sentido y autoridad.

Varios meses después – "Marie" será el segundo nombre Puck, porque es el único que escribiste bien en varios meses desde que iniciaste esa lista y el único que apruebo – replicó Quinn a Puck que insistía en nombrarla dado que era el padre.

- ¿Y cómo se llamará entonces, su primer nombre?

- "Beth", de Elizabeth, la abuela de Rachel.

- ¿Por qué ella sí y yo no?

- Porque ella nos ama y "Beth" suena poderoso, nombre de reinas, a diferencia de "Tortuguita" – soltó mirándolo como un imbécil – Beth Marie Fabray Berry.

- ¿Berry? – preguntó él confundido y Rachel emocionada, un día conversando los tres en el patio de la casa de Quinn.

- Berry algún día – acotó Quinn sonriente, mirándole muy enamorada a su amor.

- ¿Y yo? – se quejó Puck.

- Tú fuiste el donador de esperma.

- Quinn ¡ - se quejaron Puck y Rachel, que no lo defendía por que fuera el padre del año, al contrario, tenía que convertirse en uno, madurar para empezar, sobretodo en referencia a su niña, ofrecerle la mejor versión de él para ella, sino porque – Beth puede escucharte desde el vientre, Quinn ¡ - la retó – tu mami estaba bromeando amor – le habló a su vientre pidiéndole con la mirada para que Quinn se disculpe y lo hizo, no porque estuviera azotada que ya lo estaba y mucho, sino por lo obvio, Puck era el padre de la nena.

El nacimiento de la reina del hogar, fue demasiado emocional, Puck se horrorizó al ver la cabeza de su nena salir de ahí, de uno de sus lugares favoritos, por más que lo había visitado sólo una vez a la par de llorar al ver a su bebita, gritando, mirándole, defecando, todo lo que hacía su amor, él ya lo adoraba, al igual que sus mamis, que estaban de lo más embobadas por su niña especial, su criatura perfecta, el regalo de Dios para sus vidas.

Más tarde Quinn estaba recostada en su cuarto privado con el pecho desnudo, su bebita alimentándose del pecho izquierdo, Rachel a su lado – es el cielo.

- Uno gay.

Quinn rió diciendo – no creo que eso exista.

- Sigue siendo el cielo – y a Beth - amor, tendrás que aprender a compartir – señaló Rachel ganándose la risa de Quinn y una miradita enojada de su nena – awww, las adoro mis amores – replicó tomando la manito de su bebé y besándola, bebita que arrebató a su manito y la puso en el lugar dónde estaba en el glorioso pecho de su mami – ayyy tan territorial – objetó Rachel y aquello trajo carcajadas a Quinn – eso lo sacó de ti – Quinn se volvió a reír.

Beth desde pequeñita con el batir de sus pestañas, con su bostezo, con su puchero, todo lo que hacía, absolutamente todo lo que hacía, era precioso y – awww, me sacó la lengua – se derretía de amor Puck por su nena, todos se derretían de amor por ella.

Ella los tenía en la yema de sus dedos, en su pequeñita uña que ni existía de por sí, ahí los tenía.

Toda una Fabray-Berry.

Cuando las chicas se graduaron y empezaron a planear su vida en New York, cerca que Beth cumpliera 9 meses, para ese momento ya probando sus primeros pasos, los papás de Rachel también empezaron a planear los suyos – no estamos dispuestos a perdernos ni un segundo de la vida de nuestra nieta, nos vamos todos a New York – sentenció Hiram, diciendo que se lo podían permitir si vendían su hogar en Ohio y con el ascenso de Leroy en el buffet de abogados, podrían costearse aquello.

Quinn encontró muchos dilemas morales a aquello, más al ver a su nenita tan feliz siendo cargada por su abuelo y sonriéndole así de bonito, pensó que sí estaba bien, bastante bien para un comienzo - en algún momento señor podré devolvérselo.

- Sí claro amor – propuso Hiram pensando que cuando ese día llegara, igual no lo permitiría, él la adoraba como a su hija y poder estar con su nieta, era todo, absolutamente todo.

- Yeiii – Beth aplaudió y todos se turnaron para cargarla, arrullarla, hacerla reír, bailar, más embobados con la pequeñita imposible.

Su cumpleaños número uno, la pasaron en New York, en el piso 20 del departamento que compraron los señores Berrys, uno con cuatro dormitorios, con sus respectivos baños, fue perfecto.

La mudanza falló, la comida se descompuso al haber mucho calor en ese momento, los invitados se perdieron, contrataron preparativos y la empresa que se encargaba de hacerlos los estafo, no era legal, en fin, muchas cosas ocurrieron y aun así el cumpleaños número uno fue perfecto.

Lo celebraron a las cuatro de la tarde, luego de que despertara Beth de su siesta – me gusta la decoración es minimalista – observó Quinn.

- Muy abstracta – añadió Rachel sonriendo.

La celebración consistía en una manta grande en el suelo estilo picnic, decoración de una tienda cercana con globos y cosas brillantes que llamaban la atención de la nena, todo ante grandes ventanales y como los focos se habían quemado, estaban iluminado por el exterior, Hiram, Leroy, Rachel, Quinn, Puck y Beth estaban presentes, los demás estaban llegando o atrapados en el tráfico.

Puck había traído un par de pizzas y mucho tocino para encanto de Quinn y Beth quien abrió sus ojitos grandes al probarlo.

Torta y aperitivos por los Berrys aparte de muchas cosas saludables como jugo de naranja y tal.

Un cumpleaños feliz con la gente que más adoraba a la nena, comida deliciosa y sobretodo lo más importante, mucho amor y todos los ositos y peluches de la bebé y un par de Rachel como público adicional.

- Yo le traje tocino – decía Puck como diciendo "el mío fue el mejor regalo"

- Pues yo le di su elefantito rosa – replicaba Rachel cancherita como quien se come el mundo.

- Yo le di la vida – Quinn decía riendo ante las expresiones de todos y con ella riendo su bebé rió también de lo más feliz.

El mejor primer cumpleaños desde siempre, ya muchos más regalos como ropitas monas, lentes, muchos juguetes fueron traídos por los invitados cuando fueron llegando, unos cuantos, antes de que alguien se le ocurriera comprar varios focos, que la mudanza llegue y de que la bebita se durmiera.

Fin.