El viaje seguía demasiado silencioso, lo que llamó la atención de Sora,
pero todo se resumía, simplemente, en que los pequeños se habían quedado
profundamente dormidos.
- Mira Yamato, se quedaron dormidos- los miraba divertida la madre- detén la camioneta para reclinarles un poco los asientos- a los pocos minutos se estacionó en un costado de la carretera, era una costanera, tenía una vista increíble al mar.
- ahora entiendo por que luchaban tan fervientemente por la ventana derecha, la vista es maravillosa- Yamato se quedó observando por un largo rato la inmensidad del mar, hasta que una voz familiar le hizo bajar a tierra.
- ¿en que piensas, amor?- le preguntó Sora a su marido, mientras se acodaba entre sus brazos- los niños ya están durmiendo, pobrecitos, se perderán de este espectáculo- continuaba la mujer.
Yamato la miró por unos instantes, no había duda que se casó con la mujer más hermosa del mundo, por lo menos a sus ojos, era de altura mediada, de contextura muy fina, vestía jeans y polera sin mangas, igual que cuando la conoció, cuando ambos tenían 11 años, hace más de 20 años. Pero ya sin ese toque infantil de antaño, ahora, aunque vistiera informal, no podía safarse de aquella elegancia en todos sus gestos, su manera de caminar. Y en su rostro lo que más le gustaba de ella eran sus ojos, sus "ojitos soñadores" como les decía él, de un color difícil de describir, pero que expresaban una ternura infinita, sin mencionar las hermosas facciones de su rostro.
- Te amo Sora- solo atinó a decir Yamato mientras la abrasaba. Ella también se le había quedado viendo. No se explicaba como aquel hombre que estaba junto a ella, un buen día le pidió matrimonio, si, Yamato dio una sortija justo en su cumpleaños 18, al mes siguiente el se fue por más de dos años a EE.UU.. a terminar sus estudios de astronáutica. Yamato, su Yamato, un hombre alto, muy alto en comparación con la mayoría de los japoneses, delgado, aunque de contextura fuerte, rubio, de cabello corto, pero aún rebelde, una mirada tan azul y tan profunda, como el mar al que estaban observando, en la que, si se descuidaba era capas de perderse horas enteras. Él se encargaba que en cada momento se sintiera de mujer más feliz de la tierra.
- Yo también, moriría si no estubieras junto a mi- luego de un cortito pero tierno beso -¿vamos a la camioneta?
- Vamos- dijo Yamato tomando la mano de su esposa entre las suyas
¡¡HOLIS!! PUES AQUÍ YO DANDO LATA DE NUEVO. LA IDEA DE ESTO ES PONER LOS CAPÍTULOS LOS MÁS RÁPIDO POSIBLE, PARA HACER LA HISTORIA UN POQUITO MÁS DINÁMICA Y YO CREO QUE VOY A PONER MÍNIMO UNO DIARIO, POR ESO QUE SON TAN CORTITOS. EN ESTE CAP. LE PUSE UN POQUITO DE ROMANCE, UNA POR CAPRICHO PERSONAL Y OTRA PARA LA SEÑORITA PRISS. Y YA SABEN, YUKINO ESPERA SUS REVIEWS ^_^
- Mira Yamato, se quedaron dormidos- los miraba divertida la madre- detén la camioneta para reclinarles un poco los asientos- a los pocos minutos se estacionó en un costado de la carretera, era una costanera, tenía una vista increíble al mar.
- ahora entiendo por que luchaban tan fervientemente por la ventana derecha, la vista es maravillosa- Yamato se quedó observando por un largo rato la inmensidad del mar, hasta que una voz familiar le hizo bajar a tierra.
- ¿en que piensas, amor?- le preguntó Sora a su marido, mientras se acodaba entre sus brazos- los niños ya están durmiendo, pobrecitos, se perderán de este espectáculo- continuaba la mujer.
Yamato la miró por unos instantes, no había duda que se casó con la mujer más hermosa del mundo, por lo menos a sus ojos, era de altura mediada, de contextura muy fina, vestía jeans y polera sin mangas, igual que cuando la conoció, cuando ambos tenían 11 años, hace más de 20 años. Pero ya sin ese toque infantil de antaño, ahora, aunque vistiera informal, no podía safarse de aquella elegancia en todos sus gestos, su manera de caminar. Y en su rostro lo que más le gustaba de ella eran sus ojos, sus "ojitos soñadores" como les decía él, de un color difícil de describir, pero que expresaban una ternura infinita, sin mencionar las hermosas facciones de su rostro.
- Te amo Sora- solo atinó a decir Yamato mientras la abrasaba. Ella también se le había quedado viendo. No se explicaba como aquel hombre que estaba junto a ella, un buen día le pidió matrimonio, si, Yamato dio una sortija justo en su cumpleaños 18, al mes siguiente el se fue por más de dos años a EE.UU.. a terminar sus estudios de astronáutica. Yamato, su Yamato, un hombre alto, muy alto en comparación con la mayoría de los japoneses, delgado, aunque de contextura fuerte, rubio, de cabello corto, pero aún rebelde, una mirada tan azul y tan profunda, como el mar al que estaban observando, en la que, si se descuidaba era capas de perderse horas enteras. Él se encargaba que en cada momento se sintiera de mujer más feliz de la tierra.
- Yo también, moriría si no estubieras junto a mi- luego de un cortito pero tierno beso -¿vamos a la camioneta?
- Vamos- dijo Yamato tomando la mano de su esposa entre las suyas
¡¡HOLIS!! PUES AQUÍ YO DANDO LATA DE NUEVO. LA IDEA DE ESTO ES PONER LOS CAPÍTULOS LOS MÁS RÁPIDO POSIBLE, PARA HACER LA HISTORIA UN POQUITO MÁS DINÁMICA Y YO CREO QUE VOY A PONER MÍNIMO UNO DIARIO, POR ESO QUE SON TAN CORTITOS. EN ESTE CAP. LE PUSE UN POQUITO DE ROMANCE, UNA POR CAPRICHO PERSONAL Y OTRA PARA LA SEÑORITA PRISS. Y YA SABEN, YUKINO ESPERA SUS REVIEWS ^_^
