Cap. 3 Peligro en el Callejón
Cuando
Harry despertó al otro día, estaba muy cansado. No había podido descansar bien,
o por lo menos, mejor que otras veces. Esta vez, no había sido sólo el sueño,
también esa inquietud de la noche anterior. Sin embargo, debía ir a trabajar,
ya que necesitaba compensar las horas perdidas al día anterior. Así que se
vistió, y aterrizó en su oficina como todas la mañanas. Sólo que esta vez, Malfoy
ya había llegado. Estaba sentado, simulando que trabajaba mientras que lo
esperaba, como Harry ya había notado.
- Bien, Potter, no has llegado tarde. Sin embargo
vas a tener que apurar tus tiempos para hacer todo lo que ayer dejaste
inconcluso. –le dijo.
Harry,
que muy bien no estaba, lo ignoró y se sentó, dispuesto a empezar a trabajar.
Aunque no había logrado concentrarse en toda la mañana, pudo tener los tres
informes retrasados al mediodía. Una vez listos, se los llevó a Cho, que estaba
hablando con alguien por la chimenea. Al verla ocupada, Harry le dejó las hojas
sobre el escritorio, pero ella le hizo una seña para que la esperase. En cuanto
terminó de hablar, fue a reunirse con Harry.
- Harry, ven a la oficina de Creevery, que está
vacía. Tenemos que hablar en privado. –se dirigió la oficina en el fondo del
pasillo, entró, y cerró la puerta tras sí.– mira, Harry, hay un nuevo caso un
poco peligroso. Me he enterado que un mago oscuro está consiguiendo poder
rápidamente. Se cree la reencarnación de Voldermort y... se rumorea que es su
hermano. Su hermano gemelo. –Harry escuchaba atentamente- El problema es que
eso hace que consiga muchos más mortífagos, porque también están de su lado los
antiguos seguidores de Voldermort. En este momento me llamó Joe, del Caldero
Chorreante, diciendo de que está tratando de entretener a un hombre de aspecto
sospechoso. Él dice que le vió una extraña marca en el antebrazo, seguramente
la marca de este nuevo grupo. Necesito
que reúnas a un par de hombres y vayas rápidamente para allá.
Inmediatamente se levantó y empezó a trazar un plan en su mente.
Probablemente esté sentado, entonces podemos hacer, de alguna forma, que
vaya al callejón y allí lo aprisionaremos. Pensó. Fue corriendo a su
oficina y le explicó a Malfoy la misión. Él se ofreció, y Harry pensó que con
dos hombres sería suficiente. Así que agarraron sus varitas y viajaron al
Caldero Chorreante. En la puerta se dividieron, Malfoy fue al callejón, para
esperarlo, y Harry entró disimuladamente para explicarle a Joe lo que debía
hacer. Éste le dijo cual era el hombre, y Harry salió a la puerta de entrada,
esperando para cuando saliese por el callejón.
Adentro, Joe se acercó al sospechoso. Era un hombre de mediana edad,
robusto y alto. Tenía un oscuro pelo enrulado y pequeños ojos celestes. En
cuanto el mozo le avisó que una señorita había preguntado por él en el
callejón, el hombre se levantó y salió por la puerta trasera. Harry, que lo
había estado esperando, le bloqueó la salida. No tenía forma de escapar, porque
Malfoy lo había aprisionado del otro lado.
- Quédate quieto, te movés y te mato. –le dijo
Harry, apuntándolo con la varita. Furioso, el otro sacó la suya, pero Harry
gritó:
- ¡EXPELLIARMUS! –el hombre cayó de espaldas, pero
rápidamente se repuso y entró en el Callejón Diagon. Harry lo siguió, con
Malfoy detrás. Sin embargo, Draco cayó inconsciente con un poderoso hechizo
lanzado por el mortífago.
- Te arrepentirás de haber hecho eso, ¡PORMOLUTUS!
–el extraño se agarró el brazo al sentir el profundo corte que Harry le había
hacho. La gente, mirando lo que estaba pasando, hacía un círculo alrededor de
ellos.
- ¡MANDATAGHT! –gritó el hombre, haciendo que
Harry se levantase en el aire por una fuerza descomunal y cayese rápidamente al
suelo. Muy débil luego de este encantamiento, y todavía en el suelo, logró
decir:
- ¡Envolvate! –El mortífago quedó rodeado por unas
gruesas sogas. Malfoy, que ya se había recuperado, ayudó a levantar a Harry,
que le costaba quedarse parado. La gente comenzó a acercarse, tratando de
ayudar a Draco, así él podía ir a levantar al hombre. Así que un señor agarró a
Harry, que estaba medio confundido, y Malfoy le lanzó un hechizo al hombre para
que los siguiera un una camilla invisible. Al entrar en el Caldero Chorreante,
Harry se sentó en una silla. Empezó a pensar con claridad recién después de que
tomó una vaso de hidromel, haciendo que reaccione.
- Este tipo me dejó un poco confundido, todavía
estoy débil... –logró musitar, apoyándose en la mesa. Estaban en un salón
aparte, decorado con mucha elegancia. Las paredes tenían un papel color verde
pastel, con unas grandes flores en verde oscuro. Había una chimenea, una mesa,
un par de sillas, y un gran sillón, en donde Malfoy había depositado al hombre
inconsciente. Al ver que su compañero había reaccionado, lo miró y le dijo:
- Lo estuve realizando, y encontré su billetera.
Se llama Theodore Bulstruing, dueño de un negocio en el callejón Knockturn,
soltero, con una hermana empleada del local. Su nombre es Graüben, y en este
momento está por venir. Mirá lo que encontré en su antebrazo izquierdo. –Malfoy, con unos guantes de goma, le mostró
el tatuaje que tenía. Tener un tatuaje siempre decía si pertenecías a un grupo,
pero hay una serie de detalles para los grupos de magia oscura. El dibujo que
tenía Bulstruing era una mano que sostenía una bola. Y en esa bola,
precisamente, se podía apreciar la Marca Tenebrosa de Voldermort.
- Déjame copiarlo –le dijo Harry, agarrando el
resto de pergamino que estaba en la mesa. Mediante un conjuro, el tatuaje se
dibujó en el pergamino, que Harry de guardó en un bolsillo. En ese momento,
tocaron la puerta. Joe entró junto a una temerosa muchacha, con un enrulado
pelo castaño y unos bondadosos ojos color miel.
- Ella es la señorita Bulstruing –dijo Joe. Graüben Bulstruing,
pálida y temblorosa se acercó a su hermano.
- Señorita, la hemos llamado para, como usted ya
se dio cuenta, hablar sobre su hermano. –le dijo Malfoy.
- ¿Qué le hicieron? ¿Qué pasó? –les preguntó.
Harry,
mareado otra vez, se sentó en la mesa, a la vez que hacía a la pluma escribir
cada cosa que escuchaba. Por fin habló: -venga, señorita, tome asiento.
Nosotros somos Harry Potter y Draco Malfoy, –Graüben se sorprendió al escuchar
los nombres de los que habían derrotado a Voldermort, ya que Harry tenía tapada
la cicatriz con el flequillo- Aurores Profesionales. –ellos le mostraron su
placa, para que la mujer quedase conforme. De repente , su vista se nubló y
empezó a sentirse mareado. La muchacha, al percibir el malestar de Harry,
preguntó:
- Señor, ¿está usted bien? – Harry depositó sus
manos sobre la mesa, y, encima de ellas, la cabeza. Todo daba vueltas a su
alrededor.
- No se preocupe, está bajo los efectos de un
maleficio que su hermano le conjuró. Y es precisamente de él de quien queremos
hablar. –dijo Malfoy, al tiempo que Graüben asentía- Hemos venido llamados por
el dueño del bar, Joe, diciendo que percibió en su hermano un aura sospechosa.
Resulta que su hermano apoya al nuevo mago tenebroso que está adquiriendo poder.
Tuvimos una pelea en el Callejón. –La mujer se sorprendió bastante con estas
palabras, aunque seguía asintiendo.- Necesito que me muestre su ante brazo
izquierdo, por favor.
Totalmente segura, se levantó la blusa color rosa que llevaba. Blanco. Sin
un tatuaje, ni una pequeña manchita.
- Disculpe, pero debo realizar un encantamiento
para saber si no lo está encubriendo. Con su permiso... ¡Revelarum! –un rayo
dorado salió de la varita de Malfoy y rodeó el brazo de la joven. Al ver que no
aparecía nada, Malfoy agregó: -Muy bien, Señorita, usted está libre. Muchas
gracias por su colaboración.
- Espera, Malfoy. Todavía hay que hacerle algunas
preguntas. –dijo Harry, que ya se había incorporado. Tenía los ojos rojos, y no
lograba mantenerse derecho.- Pídele a Joe que se apure con la poción, por
favor. Yo empiezo con las preguntas. –de mala gana. Malfoy siguió con las
instrucciones de su superior. Luego de que abandonó la habitación. Harry mojó
la pluma en tinta, y la dejó suspendida en el aire, lista para escribir.
- ¿Está usted bien, Sr. Potter? –le preguntó
inocentemente Graüben.
- Sí, aunque un poco mareado. Su hermano sí que
sabe manejar los maleficios. –Sonrió- Bueno, tengo que hacerle un par de
preguntas, si usted me lo permite. –La ver la sonrisa de la mujer, prosiguió-
Muy bien, voy a pedirle, por favor que tome esta poción de la verdad. –Agarró
un frasquito de la caja que había sobre la mesa, y se lo alcanzó. Cuando vio
que ya lo había bebido totalmente, empezó el cuestionario- ¿Usted sabía lo que
hacía su hermano?
- No
Luego de
un par de preguntas, que la pluma fue escribiendo, ésta se quedó sin tinta.
Harry paró el cuestionario, y se dio vuelta para buscar el frasquito que había
dejado sobre la chimenea. Sin advertirlo, en su espalda, Graüben estaba sacando
la varita.
