Nota: Hola! Como estoy un poco bloqueada con mi historia "Salto al Futuro", mejor inicié mi segundo fic en español. Los que hayan leído la primera historia ya se habrán dado cuenta de que me encanta escribir sobre los niños pequeños y como hablan (y para los que lo estén pensando sí, me gustaban los Rugrats). Pues esta historia es más o menos de lo mismo. También se sitúa en el futuro, pero en uno mucho más lejano, ¿el año 2025 les suena bien?. Va a ser una historia muy corta. Espero que la disfruten y claro, ojalá se tomen un poco de tiempo para escribir un par de líneas en el recuadro que se encuentra en la parte de abajo de esta página. ¡Gracias! =)

Aclaración: Al escribir esta historia, mi único propósito es divertirme y a lo mejor conocer a otras personas a través de este medio. Yo no soy dueña de los personajes ni de la historia principal de Digimon, así como tampoco soy dueña de la Fox, Toei y todas esas compañías que ahora no recuerdo. Créanme que si lo fuera ya habría comprado los libros para el próximo curso, en lugar de trabajar como niñera y tutora en las tardes para conseguir el dinero.


Loca Imaginación
Por Lara Hernández

- "¡Mi papito no está loco!"
- "¡Claro que sí! ¡Está más loco que una cabra!"
- "¡Déjenme en paz!"
- "No hasta que nos platiques otra de las 'chocoaventuras' de tu papá y su amigo dinosaurio"
- "¡O por lo menos acepta que son puras mentiras!"
- "¡No son mentiras! Mi papá nunca miente. El tenía un amigo dinosaurio cuando era chiquito"
- "¿Ah sí? ¿Y dónde está?"
- "No lo sé. Yo nunca lo he visto. Pero mi papá dice que es real y le creo"
- "¡El papá de Teki está loco!"- algunos niños canturrearon mientras rodeaban al pequeño Teki, de 6 años de edad. Todos los días era la misma rutina, le preguntaban acerca de su papá y cuando les contaba alguna historia se burlaban de él. ¿Por qué no le creían?.

Todos los niños en el jardín de niños de Odaiba decían que Teki Kamiya y su papá estaban locos. Teki era un niño solitario debido a las extrañas historias que contaba. El primer día de clases causaron sensación, pero conforme pasaron los días, los niños creían cada vez menos en las mentiras de Teki (porque era mentiras, ¡los dinosaurios no existen!) y las burlas aumentaron, especialmente porque Teki no aceptaba que sólo eran cuentos y no la realidad. Nadie conocía al padre de Teki, aunque algunos niños inventaban historias acerca de él. La mayoría coincidían en que probablemente tenía aflojado un tornillo.

-"Ya les dije que mi papito no está loco"- gritó Teki al borde de las lágrimas
- "Entonces ¿por qué nunca lo hemos visto?"- dijo una niña
- "Mi papito trabaja mucho y no tiene tiempo para venir a la escuela"
- "Lo que pasa es que tu papá está encerrado en uno de esos hospitales para loquitos. Los he visto en la tele"- dijo otro niño
- "¡No es cierto!"- ya para ese entonces la frustración de Teki era tan grande que se puso a llorar. Detestaba que lo vieran así, pero es que cuando 15 niños te rodean y se burlan de tí la paciencia se agota rápidamente.

-"Muy bien niños dejen en paz a Teki"- dijo la maestra Anya mientras se acercaba. Ella estaba a cargo de los niños de Pre-primaria A, el curso al que asistía Teki. Era nueva en el colegio. La antigua maestra, Giana, estaba embarazada por lo que había renunciado una semana antes. Anya sólo tenía 3 días en la escuela y por lo tanto apenas estaba conociendo a sus alumnos, pero desde el primer día se dio cuenta de que Teki no era como los demás niños.
- "Es que está contando mentiras Maestra Anya"- dijo un niño
- "Yo hablaré con él. Váyanse a jugar"

Los niños se alejaron. Anya se sentó al lado de Teki, quién se cubría el rostro con sus pequeñas manos para que no lo vieran llorar.

-"Ya se fueron Teki, no tienes por qué cubrirte la cara"
- "Es que...son muy malos conmigo. Dice que mi papá está loco y no es cierto. ¿Usted me cree?"
- "Por supuesto Teki. Pero dime, ¿por qué dicen eso tus compañeros?"
- "Es que les cuento lo que hacía mi papá cuando era niño y no me creen. Dicen que soy un mentiroso y que me voy a ir al infierno por eso..."- Teki se puso a llorar- "¿Soy malo?"
- "Yo creo que eres un niño muy bueno Teki. Te portas bien en el salón y ya te vi patear la pelota y lo haces muy bien"
- "Mi papá me enseñó"
- "Por lo visto quieres mucho a tu papá"
- "Es mi mejor amigo...porque ningún niño lo es. Me cuenta historias increíbles y juega conmigo."
- "Y esas historias increíbles son las que te meten en problemas, ¿verdad?"
- "Sí. Es que...¿puede guardar un secreto?"
- "Claro que sí Teki"
- "Es que no son cuentos. Son de verdad. Mi papá tenía un amigo dinosaurio cuando era chiquito"
- "Pero Teki..."
- "Usted tampoco me va a creer, ¿verdad?"- Teki dijo rompiendo a llorar de nuevo
- "No es eso Teki..."- Anya sintió una punzada en el estómago. La situación era demasiado familiar para ella. Comprendía lo que sentía Teki perfectamente. Y aunque no podía resolver el problema en ese momento, se le ocurrió una forma de hacerlo sentir mejor- "Ven conmigo Teki, quiero que conozcas a alguien"

La maestra Anya se puso de pie. Ella era una mujer joven, de aproximadamente 33 años de edad. Tenía el cabello castaño claro y los ojos color miel. Tenía una voz muy cálida y amaba a los niños, por eso decidió ser maestra. Tomó al pequeño Teki de la mano y se lo llevó. Teki era un niño un poco bajito para su edad. Tenía el cabello y los ojos de color castaño oscuro. El cabello de Teki era otro de los motivos que los niños tenían para pensar que estaba loco, ya que estaba todo parado y alborotado. A Anya le agradaba, era un detalle original.

Atravesaron el patio y se detuvieron enfrente de los columpios. Anya suspiró al ver a la personita sentada en uno de ellos, completamente sola. Era una niña pequeña, de 4 años de edad. Tenía el cabello del mismo color que Anya, largo y peinado en dos trencitas. La verdad es que se parecía mucho a Anya, a excepción de los ojos, que eran enormes y de color azul.

-"Hola Caro"- dijo Anya mientras se acercaba con Teki.
- "¡Mami!"- exclamó la pequeña.
- "¿Por qué estás sola mi amor?"
- "Es que las demás niñas no quieren jugar conmigo porque creen que soy rara"
- "Ya te he dicho que no eres rara"
- "Pero es que todos dicen eso. Incluso la maestra. Les conté uno de los cuentos de papá y me castigaron"
- "Ya te he dicho que no cuentes lo que te dice tu papá. Los demás niños se asustan y las maestras se enojan. Además ya te dije que los cuentos de papá son eso, CUENTOS, no son de verdad"
- "Está bien mami"- Caro volteó a ver a Teki y la carita se le iluminó- "¿Quién es ese niño?"
- "Ah mira. Su nombre es Teki y es uno de mis alumnos. Y también le gusta contar cuentos. ¿Por qué no juegan juntos un rato?"
- "¡Claro! Ven Teki, vamos a jugar"- Caro tomó al niño de la mano y se fueron al sube y baja.

Anya regresó al salón de maestros. La profesora Andrea estaba revisando unos dibujos.

-"Hola Andrea"
- "¡Anya! Ya veo que resolviste el problema en el patio. ¿Qué pasó?"
- "Unos niños estaban molestando a uno de mis alumnos, Teki"
- "Ah, él"
- "¿Se puede saber por qué te refieres a él de ese modo?"
- "Teki siempre ha sido un niño problema. No pone atención en clase y sueña despierto. Todos sus dibujos son de dinosaurios. Lo peor de todo es que ha llegado a creer que los dinosaurios existen y lo grita a los cuatro vientos. Pobre niño"
- "Pues yo no veo esa 'loca imaginación' como tu la nombras como un problema. Me parece bien que aun existan niños como él"
- "Una cosa es que tengas imaginación y otra es que no te ubiques en la realidad. Y este niño vive en otro planeta. La verdad es que yo creo que lo hace para evadir sus problemas"
- "¿Qué clase de problemas?"
- "El niño es huérfano. Su madre murió al dar a luz y por lo visto el padre lo tiene abandonado. Nunca se ha presentado a las juntas de padres y en su lugar llega una pariente. No tengo idea de dónde saca esas historias"
- "Teki me dijo que son de su papá"
- "Como si alguien como él tuviera tiempo para eso"- murmuró Andrea.
- "Yo entiendo a Teki, Andrea. Tengo el mismo problema con mi hija Caro"
- "¿Hija? No sabía que estuvieras casada"
- "Pues sí lo estoy. Acabo de cumplir 5 años de matrimonio. De hecho, el trabajo de mi esposo hizo que nos mudáramos para acá"
- "¿A qué se dedica?"
- "Es reportero. Trabaja en un periódico y lo mandan a hacer reportajes a muchos lugares. Hubo una época en que casi no lo veía porque se la vivía viajando. Finalmente encontró un trabajo más estable en este barrio. Dice que quiere pasar más tiempo con Caro"
- "Pues te felicito. Son pocas las parejas que resisten más de 3 años de matrimonio actualmente"
- "Gracias. La verdad es que yo tampoco lo puedo creer. Todo fue tan rápido..."
- "¿Cómo?"
- "Lo conocí hace casi 6 años en una exposición. Yo fui con unas amigas y él fue a cubrir el evento, apenas estaba iniciando su carrera como reportero. Nos encontramos y te lo juro que fue como un rayo. En cuanto miré sus ojos me di cuenta de que él era el indicado. Yo no creía en eso del amor a primera vista, decía que eran puras tonterías, pero en cuanto lo experimenté cambié mi opinión"
- "¿Qué pasó después?"
- "Fuimos a tomar un café y platicamos. Una semana después ya éramos novios y 6 meses después estaba en el altar junto a él. Y créeme que nos hubiéramos casado antes de no ser porque mi familia no lo aceptaba"
- "¿Y por qué no?"
- "Mi familia es de alta sociedad y se fijan mucho en la ascendencia de las personas. Y mi novio no tenía familia. Pero a la larga entendieron que era un buen hombre y aceptaron nuestro matrimonio"
- "¿No tiene familia?"
- "No. Nunca la tuvo. Casi nunca quiere hablarme de eso, pero cuando lo hace se entristece mucho. Sus padres se separaron cuando era muy pequeño. Luego quedó huérfano y estuvo vagando por el mundo un par de años, hasta que encontró a sus abuelos. Se supone que tiene un hermano, pero hace años que no lo vé. Es por eso que adora a Caro. Aún recuerdo el día en que dí a luz, en cuanto la tuvo entre sus brazos murmuró algo de que él siempre iba a estar a su lado y que finalmente tenía una familia. Me dio mucha ternura"
- "Tuvo una infancia muy difícil por lo visto"
- "Cuando nos conocimos hablaba muy poco de esa etapa de su vida. Sin embargo, cuando nació nuestra hija todo cambió. Se pasaba horas junto a la cuna de Caro contándole cuentos. Y poco después inició su gran proyecto"
- "¿Qué proyecto?"
- "Mi esposo quiere ser escritor. Sin embargo eso no dá de comer a menos que ya estés publicando. Por eso estudió periodismo. Ahora dedica sus ratos libres a escribir un libro. Un libro para niños. Su meta es terminarlo antes de que Caro aprenda a leer. Ya tiene algunas páginas escritas. No me deja leer sus borradores, dice que cuando esté terminado yo seré la primera en leerlo, además de su hija. Pero este proyecto me ha dado muchos dolores de cabeza"
- "¿Por qué?"
- "Porque antes de escribir una página se la platica a Caro. Yo he escuchado algunos fragmentos y debo decir que mi esposo tiene una imaginación muy desarrollada. Y ahora Caro cuenta las historias en la escuela, afirmando que los eventos ocurrieron en realidad. Y como algunos fragmentos son un poco terroríficos, asusta a los demás niños y las maestras la regañan"
- "Justo como en el caso de Teki. Me pregunto si su padre será escritor"
- "No lo sé, pero lo voy a citar. Me he peleado con mi esposo millones de veces por el mismo asunto. Ya le dije que le aclare a Caro que son sólo cuentos pero no me hace caso. A ver si tengo suerte con el padre de Teki."
- "Pues buena suerte Anya, a ver si eres la primera en conocer al padre de Teki, el loco"
- "¡Andrea!"
- "Es una broma"

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- "Y entonces ¿qué pasó?"
- "Pues Agumón se convirtió en Greymón y salvó a todas las personas en el mirador. Mi papá dice que fue increíble"
- "¡NIÑOS AL SALÓN!"- gritó una maestra. El recreo había terminado.
- "Me tengo que ir"- dijo Teki con tristeza. Era la primera vez que alguien escuchaba sus cuentos sin asustarse y sin decirle loco.
- "Qué mal...pero mañana yo te voy a contar uno de los cuentos de mi papito"- dijo Caro sonriendo- "Te van a gustar"
- "Si son como los de mi papá, entonces sí me van a gustar"
- "Ya verás. ¿Me dejas contarle tu cuento de Agumón a mi papá?. Él siempre me cuenta cuentos en la noche, pero ahora yo quiero contarle uno"
- "¡Claro! Así mañana yo le cuento a papá tu cuento"
- "¡¡CARO!!"
- "Ya voy maestra. Adiós Teki"

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Eran las 12:30 de la tarde. Los niños del jardín de niños de Odaiba salían del pequeño edificio blanco rumbo a sus casas. Teki estaba sentado en el pasto, viendo a las mamás llevarse a sus compañeros. Muchas veces se preguntaba cómo sería su vida si su mamita estuviera con él. A veces, cuando a papá no se le ocurría algún cuento de Agumón, pasaban horas platicando acerca de mamá. Papá la quería mucho, dice que era una persona muy especial. Teki no la recordaba, lo único que tenía de ella era una fotografía de ella abrazando a papá. Estaba inmerso en sus recuerdos cuando escuchó

-"¡Teki!"- era la dulce voz de la Tía Kari.
-"Hola Tía Kari"- exclamó Teki acercándose a su tía. La Tía Kari era una mujer bajita de aproximadamente la misma edad que su maestra, tenía el cabello mediano y castaño, al igual que los ojos. Se parecía mucho a papá y por lo tanto a Teki, por lo que al principio sus compañeros creían que Kari era su mamá. Al niño no le molestaba que pensaran eso, después de todo, Kari lo quería como si fuera su propio hijo.
- "¿Cómo te fue en la escuela?"
- "Bien Tía. Conocía a una niña muy simpática y..."
- "Disculpe, ¿Es usted pariente de Teki?"- dijo la maestra Anya acercándose
- "Sí, soy su tía"
- "Ella es mi maestra Anya. Es la mamá de la niña que te estaba contando"
- "Mucho gusto. Mi nombre es Kari"
- "Anya. Me da gusto conocerla señora, tengo que hablarle de su sobrino"
- "¿Hay algún problema?"
- "¡Ahora sí me he portado bien!"- protestó Teki
- "Teki cariño, ¿por qué no vas a jugar con Caro?. Está en los columpios"
- "Está bien"- Teki se fue a jugar mientras las dos mujeres conversaban.
- "No se preocupe. Teki es un buen niño, sin embargo quisiera hablar con su padre, el señor Kamiya"
- "Mi hermano trabaja como loco. No tiene tiempo"- Kari murmuró.
- "Lo comprendo, pero me gustaría conocerlo. El problema que tengo con Teki es..."
- "Que cuenta historias increíbles ¿verdad?. Verá maestra, mi hermano es muy ingenioso y tiene este juego con Teki acerca de un amigo dinosaurio. Pero es sólo un juego, se lo aseguro"- Tía Kari se veía nerviosa.
- "No se preocupe, yo no creo que Teki o su padre estén mal. Yo tengo un problema similar en casa y sé que es normal. Pero los compañeros de Teki no lo entienden. Sólo quiero platicar con su padre, le digo que tenemos la misma situación"
- "Está bien. Hablaré con él, a ver si tiene un tiempo libre"
- "Muchas gracias"
- "¡Mami! ¿Puedo invitar a Teki a la casa?"- exclamó Caro mientras se acercaba a su mamá.
- "Hoy no cielo, recuerda que tu papá viene a comer hoy y quiere ir al parque contigo"
- "¡Es cierto!"- dijo Caro emocionada- "Papito me va a llevar al parque"
- "Supongo que ella es su hija"- dijo Kari mientras se acercaba a Caro- "Tienes unos ojos muy bonitos"
- "¿Cómo se dice Caro?"
- "Gracias..."
- "Kari. Soy la tía de Teki"
- "Es mi tía favorita"- aclaró Teki
- "Soy la única"- contestó Kari tomando a Teki de la mano- "Bueno, pues entonces nos vamos. Cualquier cosa se lo haré saber con Teki"
- "Adiós maestra Anya. Adios Caro"
- "¡Adiós Teki!"- exclamó Caro.

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-"¿Y qué vamos a hacer ahorita?"- preguntó Teki mientras caminaba con Tía Kari
- "Pues pensaba que fuéramos a comer a ese local que te gusta mucho"
- "¡Genial! Pero, ¿y la guardería?"- Tanto la Tía Kari como su papá trabajaban todo el día, por lo que Teki pasaba todas las tardes en una guardería cerca de su casa. Todos los días la Tía Kari recogía a Teki de la escuela, pasaba un rato con él y luego lo dejaba en la guardería para regresar a su trabajo.
- "Hoy no vamos a ir. Recuerda que me dieron el día libre porque fui al doctor"
- "Si es cierto. ¿Ya va a nacer mi primito?"
- "Diario me preguntas lo mismo Teki. Todavía falta poco más de un mes"- dijo la Tía Kari mientras se palpaba la gran panza redonda. Kari esperaba su primer hijo, cosa que tenía muy emocionado a Teki, ya que tendría un compañero de juegos.
- "Pues si no vamos a ir a la guardería, ¿podemos ir al mirador?"
- "Supongo que sí. Después de comer vamos"

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-"Papito ya llegamos"- gritó Caro en cuanto entraron al pequeño departamento. Pero nadie contestó.-"¿Dónde está papá?"

Anya encontró una nota encima de la mesa.

-"Tu papá no va a poder venir mi amor. Tuvo un imprevisto en el trabajo. Lo lamento"
- "¡Qué lástima! Yo quería contarle de Teki..."-murmuró Caro.
- "Bueno hijita, vamos a comer. Ve a lavarte las manos mientras yo preparo algo"

Caro se fue a lavar las manos, mientras Anya sacaba algunos alimentos de la alacena y se puso a cocinar. Poco después vió a través de la barra a su hija sentada en el comedor con sus crayolas y una hoja de papel.

-"¿Qué haces Caro?"
- "Un dibujo para papá. Así cuando le platique de Teki pueda ver un dibujo, como en el cuento de Rapunzel que tengo"
- "Por lo visto te cayó bien Teki"
- "Sí. Me contó un cuento padrísimo. Dice que su papito de chiquito tenía un amigo dinosaurio de color naranja y que era muy comelón. Yo le prometí que mañana le voy a contar uno de los cuentos de papá"
- "¿En serio? ¿Y qué cuento le vas a contar?"
- "Pues es obvio mami. Le voy a contar el cuento del angelito. Es mi favorito."
- "Sólo recuerda lo que te dije Caro, es un cuento. No es de verdad"
- "Papá no dice eso"
- "¿Qué? ¿Tu padre te dijo que es de verdad?"- Anya se veía disgustada.
- "No. Pero cuando le pregunté que si lo que me contaba era de mentiritas se puso a reír"
- "Ese hombre nunca va a cambiar"- murmuró Anya mientras pelaba una cebolla.
-"Ya terminé el dibujo. Ven a verlo"

Anya se acercó al comedor para ver el dibujo. Era un garabato de color anaranjado con dos bolitas verdes en la parte de arriba que probablemente eran los ojos.

-"¿Quién es?"
- "¿Cómo que quién es mami? ¡Es Agumón!"
- "¿Agu qué?"
- "Agumón. El amigo dinosaurio del papá de Teki. ¿Podrías escribir el nombre abajo?"
- "Claro mi amor"- Anya tomó una crayola azul y escribió en grandes letras la palabra "AGUMÓN" debajo del garabato-dinosaurio.
- "Gracias mami. A papá le va a encantar"

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-"Espera Teki que no puedo correr tan rápido"- exclamó la Tía Kari mientras subía con trabajo la escalera que conducía al mirador. El embarazo la había hecho más torpe.
- "¡Mira Tía Kari! Se ve toda la ciudad"- Teki se acercó al barandal. La vista a través del mirador era hermosa, se podía ver todo el barrio de Odaiba. Kari se sentó en una banca y vio como su sobrinito jugaba alrededor. Estaba a punto de quedarse dormida cuando unas pataditas de su bebé la trajeron a la realidad. Se dió la vuelta y se encontró a Teki sentado a su lado muy serio.

-"¿Qué te pasa Teki?"
- "¿Qué te dijo mi maestra?"
- "Oh, no te preocupes. Sólo me quería comentar acerca de un problema que tuviste en el recreo"
- "Se volvieron a burlar de mi tía Kari. Dicen que papá está loco"
- "Y bien sabes que eso no es cierto"
- "Pero no me creen. ¿Verdad que tu si me crees?"- Kari no supo qué contestar.
- "Claro que sí Teki"- respondió finalmente.
- "Tu nunca me has platicado de Agumón. Debes de haberlo conocido ¿no?."
- "Pues...sí"
- "Pues platícame más cosas Tía Kari. ¿También tenías un amigo dinosaurio?"

Kari se quedó callada. Estar en el mirador le había traido de vuelta muchos recuerdos. Habían pasado muchos años desde sus aventuras como niña elegida. Todo eso había quedado atrás. A lo largo de los años había perdido contacto con todos sus amigos de la infancia. El único niño elegido al que frecuentaba era al padre de Teki, Tai. Muchas veces había discutido con su hermano acerca de si debía contarle a Teki sobre los Digimon. Nadie recordaba el ataque de Myotismon ni la forma en que los niños elegidos habían salvado la Tierra. El saber acerca del digimundo le había traído problemas a Teki. Pero Tai decía que no podía ocultar una parte tan importante de su vida y que su hijo tenía derecho a saberlo. Kari no estaba segura si sería bueno contarle a su bebé acerca de sus propias aventuras en cuanto fuera mayor. Pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, ya que tanto Teki como su hermano lo harían.

-"No Teki. Mi amiga era un gato blanco. Se llamaba Gatomón y podía hablar"
- "¿En serio?"- dijo Teki muy interesado. Esa era una historia nueva- "¡Cuéntame más!"

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La noche había caído en el barrio de Odaiba. Anya estaba en el sillón de la sala corrigiendo unos trabajos de sus alumnos. Caro estaba profundamente dormida en su cama. De pronto, la puerta del departamento de abrió.

-"¡Ya llegué!"
- "Me tenías muy preocupada. ¿Qué te pasó?"
- "No te preocupes. Me mandaron a cubrir un evento en el estadio de fútbol. El reportero encargado no llegó. Y para acabarla de amolar la fotógrafa que se supone me iba a acompañar tampoco llegó. Tuve que tomar las fotos por mí mismo. Espero que no hayan salido muy chuecas"- sonrió.
- "¿Pues qué les pasó?"
- "El reportero ni idea. Y la fotógrafa tuvo el día libre por cuestiones de salud. Parece que está embarazada. Ya deberían darle la licencia de maternidad"
- "Aún no la conoces ¿verdad?"
- "No, ya tengo tres días en el trabajo y todavía no conozco a mi compañera"- se sentó en el sillón- "Estoy rendido"
- "Bueno, por lo menos ya estás en casa"
- "Eso sí. Pero me da tristeza haberle fallado a Caro"
- "No te preocupes. Otro día irán al parque"
- "¿Ya se durmió?"
- "Sí"
- "Voy a verla"
- "De acuerdo, pero no la vayas a despertar"

El padre de Caro se levantó del sillón y se dirigió al cuarto de la niña. La encontró dormida en su cama. Se parecía tanto a su madre. Lo único que tenía de su papá eran los ojos. El papá de Caro era un hombre alto de aproximadamente 34 años de edad, rubio (algo extraño en el Japón, pero eso se debía a que tenía ascendencia francesa) y con enormes ojos azules.

-"Buenas noches Caro"- dijo mientras le daba un beso. Poco después salió del cuarto.

-"¿No la despertaste verdad?"- dijo Anya mientras ponía la mesa
- "¡Claro que no!"- sonrió.
- "Ya está lista la comida. Siéntate"

Se sentaron a comer. Tanto trabajo le había despertado el apetito. Después de comer ya se iba a levantar cuando vió un papel doblado encima de la mesa.

-"¿Qué es eso?"
- "Ah, es un dibujo que te hizo Caro. Hoy conoció a uno de mis alumnos, Teki. Y por lo visto su padre está igual de loco que tú"- bromeó Anya mientras se dirigía a la cocina.
- "No creo que esté más loco que yo"- murmuró mientras abría el papel- "¡No puedo creerlo!"

Anya volteó a ver a su esposo. Y la expresión que vio en su cara era una que no le había visto nunca. No era la expresión de un adulto, sino la de un niño.

-"¿Qué ocurre Takeru?"
- "¿De casualidad este niño se apellida Kamiya?"
- "Sí. ¿Cómo lo sabes?"
- "Creo que mañana iré a visitar a este pequeño"

-CONTINUARÁ-

Nota: ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado. Y sólo me resta hacer una aclaración: Al inicio dije que Digimon y sus personajes no me pertenecían. Todavía no me pertenecen, pero los personajes de Teki, Anya y Caro sí.