Capítulo 15 "Huele a Sangre"
Parte dos.
Se formó una impresionante arco iris de colores, y se abrió la puerta a una extraña dimensión.
- ¿Es ese el mundo? - preguntó Yuri
- Así parece - respondió Ken - Entremos.
Taichi cargó a Toshiro y se introdujo, como los demás. En efecto, se hallaban en esa extraña dimensión.
- ¡Vaya!, que impresionante - expresó Sei
- Sí, es verdad - agregó Doguen - ¿Qué haremos ahora?
- Debemos desear, chicos - sugirió Davis - piensen y sueñen con ver a su amigo como antes, crean en el poder para derrotar a ese oscuro ser salido de Genai, sean optimistas, ¡sueñen!, pero no usen este mundo para saciar su propia felicidad, porque podrían caer en una trampa.
- Es verdad - replicó Takeru, recordando que cuando había estado ahí casi creyó haber recuperado a su separada familia - No se dejen engañar.
Los niños cerraron sus ojos, imitando a sus padres.
- ¡Por favor, que mi fe salve a mi primo Toshiro! - contribuyó Taiki, a él le costaba mucho trabajo concentrarse, parecía su frágil cuerpo temblar, poco a poco se fue confundiendo... su atmósfera se volvió densa...
-°-°-
(ejem... lo siguiente puede resultar repetitivo, espero no les aburra)
--(En un parque)
- ¿Dónde estoy? - se preguntó el hijo de Taichi
- Hijo, Taik, ven acá
- ¡Papá!, ¿Quién es esa señora?
- Es tu mamá, hijo, nos amamos y seremos una familia.
- ¿En serio? - inquirió contento.
- ¿Acaso te mentiría?
- Pero... no, no puede ser así de sencillo... no después de saber la... ¡Ah!, estoy confundido.
- Taik...
- ¡Esa voz!, ¡Koromon!
- Sí Taik, soy yo
- ¡Has venido!, no tienes idea de lo que te he extrañado - anunció con dicha, mientras recogía del suelo a la bola rosada con orejas de conejo y flamantes ojos cafés. - Dime amigo, ¿Acaso está bien que crea en esto que vivo?
- Sigue a tus sentimientos, has lo que creas correcto... pero dime, ¿Esto es lo que deseas?
- Realmente no sé..
- Hijo, Taiki - el niño se dio la vuelta, miró a su padre de nuevo, pero ¿Era posible ver a dos Tai?
- ¡Papá!
- Busca y ten presente siempre la realidad, no te dejes vencer, vengo a ayudarte, porque lo que ahora debemos hacer es ayudar a tu primo.
- Es verdad - apoyó Agumon, también salido de la nada.
- Esto es lo que yo quiero ver, pero no existe, así que no debo seguir engañándome
- ¡Ese es mi hijo!, anda Taiki, ven conmigo - le dijo el progenitor, tomándole la mano a su hijo.
--
Zetaro veía caer nieve a través de una ventana, después se dio la vuelta y visualizó a su amiguita Osen, que lo miraba fijamente, se sonrojó inmediatamente y se acercó a ella, pero no contaba con el abrazo efusivo de la niña.
- ¡Zetaro, eres mi héroe! - exclamó la pelirroja - ¿Quieres ser mi novio?.
El niño quedó estupefacto, y sobra decir que rojo, como un jitomate.
- ¿Qué dices?, ¡Eso le dicen los niños a las niñas! - Exclamó, pero la niña lo abrazó más.
- ¡Es que te quiero mucho!.
Zet se separó de su interlocutora y la sujetó de los hombros, dándole una mirada de interrogación, sin duda alguna se sentía feliz, pero esa no era su Osen, por eso estaba asustado.
- ¡Zet! - oyó, miró hacia abajo, al distinguir la voz de su Digimon, Minomon.
- ¿Esto es lo que en realidad quieres, Zet?
- ¿¿Lo que.. en realidad quiero??... yo, pues... - habló él, nervioso.
- Hijito, recuerda que tenemos una misión
- ¡Mamá!, ¡Hawmon! - el niño de cabellos lilas se tornó serio - Es verdad, debemos salvar a mi amigo Toshiro. Esto que veo, no existe.
- Sí existe, pero en tu corazón - le replicó Yolei
- Ya veo, por eso nuestros digimons están aquí.
Zetaro Ichijiouji se acercó a su madre y la abrazó, de paso saludó a su hermanito, que sonreía dulcemente, luego abandonaron esa dimensión.
--
Ahora encontramos a un pequeño vestido de astronauta, era un niño de apenas 6 años, iba sonriendo de felicidad y daba grandes saltos, por lo que podía deducirse que estaba en la luna.
- ¡Esto es genial!, soy valiente, como papá, ¡Soy un hombre del espacio!, si tan sólo Tsunomon estuviera aquí, todo sería perfecto.
- ¡Hola Kotty! - saludó Tsunomon, salido de la nada.
- ¡Tsuno!, ahora somos astronautas, ¡Qué felicidad!
- Sí, pero dime, ¿Esto es lo que quieres?
- Claro que sí, tú sabes que siempre lo he querido.
- Pero hijo, hay cosas más importantes - Kotaro vio frente a él a Matt, su padre.
- ¡Papi!
- Ven conmigo Kotty, vamos a salir de esta ilusión tuya - Yamato tomó de la mano a su hijo, pero éste pareció rehusarse.
- Vamos Kotaro, tienes que ayudar en la misión - expuso Gabumon.
El niño comenzó a llorar.
- ¡Buaaaaaaaaaa!, ¿Quiere decir que esto que sueño es malo?
- No, pero hay cosas más importantes; si quieres, quédate - el padre se dio la vuelta y comenzó a alejarse.
- ¡Espérame papi, no me dejes!, sé que tienes razón - gritó Kotaro, Matt sonrió triunfante .
--
Yuriko Hida estaba entrenando kendo de forma solitaria, su sonrisa era alegre y no parecía una niña tímida, su madre llegó de pronto y le trajo unos bocadillos.
- ¿Cómo vas? - preguntó.
- Muy bien, madre; papá estará orgulloso cuando le muestre mis avances.
- Eso es seguro - alegró la mamá, mientras se retiraba.
La niña se sentó a descansar, se sentía muy aliviada y contenta, no sabía porqué, respiró con profundidad, entonces sintió que algo saltaba sobre ella, era Upamon.
- ¡Yuri!, ¡Yuri!
- Upamon! =) - sollozó ella, abrazando a la bola color hueso con rostro alegre y alas.
- Yuri, ¿Esto es lo que deseas vivir?
La niña quedó estática, en su mente apareció la imagen de Toshiro.
- ¡No!... esto no es lo que deseo, lo que yo quiero es que mi Toshi esté bien - se puso de pie, ni siquiera se había dado cuenta de que había dicho "mi" Toshi, indirectamente había expresado sus sentimientos.
Cody y Armadillomon aparecieron, el abogado sólo le sonrió a Yuriko, quien sabiendo qué hacer, se acercó a él.
- Vamos, padre.
- De acuerdo.
--
Doguen estaba caminando, entonces escuchó unos gritos escandalosos, corrió con valentía hacia el sitio de donde creía que provenía el sonido, y entonces se encontró con Kyo, Toshi y Sei, muertos de miedo, arriba de un árbol.
- ¡Doguen!, ¡qué bueno que llegas! - exclamó Kyo
- Sí, ¡Sálvanos!, ¡tenemos miedo!. - gritó Sei, con voz temblorosa.
- ¡Por favor! - rogó Toshiro.
El chico Kido sonrió triunfante "jeje, ¿Ahora quienes son los llorones?"
- Pero Seiyuro, ¿A qué le tienes miedo?
- ¡Ese digimon salvaje nos atacó! Buaaaa! - chilló el rubio (creo que definitivamente esto es un sueño n_n).
- ¡Pero si sólo es un Nunemon!
- ¡Es un Nunemon salvaje!, por favor, en el nombre de los Motomiya, ¡Sálvanos!
- Está bien - dijo Doguen modestamente - pero nunca más me digan llorón, ¿Ehh?
- No podríamos decirte así, puesto que nosotros somos los llorones.
- Sería una falta de respeto, Doguen - opinó Toshi (por supuesto que ahí no estaba poseído).
Ese era un momento sublime para el miope, así que comenzó a reír maniáticamente.
- Doguen, hola
- ¡Bukamon!, ¿Has visto?, ¡ellos son más miedosos que yo!.
- ¿Así quieres las cosas? - preguntó el digimon foquita voladora.
- Hijo, piensa si en verdad pasarían las cosas
- Papá...
- Tú sabes la realidad, Doguen - siguió el kawai Gomamon.
Doguen reflexionó un poco, luego sonrió amargamente.
- Creo que no es bueno engañarse a sí mismo...
--
May Ishida estaba en el campo, lucía muy serena y se encontraba montando un simpático pony, paró un momento y permitió que el animal bebiera agua; Mayumi se sentó en el pasto, sentía una inmensa paz en su interior.
- ¿Acaso hay algo mejor que la paz en este mundo? - se indagó, por su mente pasaron las imágenes de todos sus seres queridos, suspiró contenta.
- Pero debes hallar la paz verdadera, Mayumi
- ¡Mamá!
- Sora tiene razón, May, ¿No tienes algo pendiente qué hacer?
- Biyomon...
- May, ¿Esto es lo que deseas en estos momentos?
- ¡Pyokomon! - entonces ella se puso de pie - por favor, discúlpenme, vayamos a donde está la acción.
Sora sonrió maternalmente, y acarició el rostro de su primogénita.
--
Ben estaba en una gran tienda de ropa, estaba sentado cómodamente en un sillón naranja, vestía un traje muy elegante, y su peinado y accesorios eran perfectos, parecía un verdadero príncipe; entonces, cuatro chicas de acercaron a él.
- ¿Y bien, GRAN Ben, qué opina? - preguntó la más pequeña de ellas, que para ahorrar descripciones, era Osen y traía puesto un elegante vestido blanco.
- Nada mal, por algo yo elegí la ropa, cerebrito - juzgó el niño Tachikawa, observándolas con una lupa gigante - habrá ahora que ver cómo modelan para mí.
- Lo que el GRAN Ben diga - dijo Yuriko, haciéndole una reverencia.
- Espero seamos dignas de tan GRAN señor - replicó May, sonrojada y en tono dulce, sin ironía.
- ¡Al menos haremos el esfuerzo! - dijo Kurumi, con ánimo.
(¡Vaya deseo del principito Ben!)
- ¡¡Ben, Ben!!
- Tanemon, ¿Cómo es que has vuelto?
- Ben, ¿Tú quieres que esto pase?
- Está pasando, ¿no lo ves?
- Pero esto no es real, Benji - habló Palmon - ¿Verdad, Mimi?
La señora sonrió.
- Eso ya lo sabe Ben, ¿O me equivoco?
- Supongo que no, madre.
--
Seiyuro veía a una mujer vestida de blanco salir del altar al lado de un hombre alto y rubio, ambos hacían una muy buena combinación.
- ¡Toshiro, nuestros padres se casaron! - le exclamó a su mejor amigo
- Sus almas estaban predestinadas - habló Toshiro, con su personalidad y voz de siempre. Sei sonrió, pero luego, comenzó a dudar.
- Toshiro... ¿Te gusta Yuri?
- No lo sé, pero a ti sí te gusta - expresó el sereno hijo de Hikari
- Pe-pero, ¿y la voz?
- ¿Cuál voz, Seiyuro?, ¿Te sientes bien?
- Es que... algo no está bien.
Alguien los interrumpió.
- ¡Sei!
- ¡Tokomon!, ¿has venido por mí, verdad?, es que sé que esto no ha acabado.
- Tienes toda la razón - replicó Patamon
- Vamos Sei, tenemos algo qué hacer - adelantó Takeru Takaishi, su padre.
- Sí, papá.
--
Kurumi sonrió triunfante.
- ¡Al fin lo he logrado!, ¡Me ha quedado genial!, jeje, espera a que lo vean mis papás, Satoru - exclamó la efusiva chica, mientras terminaba su nuevo invento, el hermanito estaba a su cuidado, en una andadera por ahí.
- ¿Sabes qué es?, No, ¿verdad?, jeje, pues te diré: Es un Vestidor automático, con esto podré cambiarme de ropa a gran velocidad y eso facilita las cosas con los chicos, ya que a ellos no les gusta esperar a sus citas.
El bebito sonrió.
- ¡Ahhh, que kawai!, seguro que cuando crezcas serás un rompe corazones, Sato-kun.
- ¡Kurumi!
- ¡Poromon!
- Dime, ¿Por qué piensas en esto ahora?
- Y tú, ¿Por qué preguntas eso?
- Quizá porque no es justamente lo que hay en el fondo de tu corazón, hija
- Papá... ¿Cómo saber qué es lo que hay dentro de mi corazón?
- Eso no se sabe, se siente, Kurumi, hija mía, ¿vienes?
- Sí, ahora lo que quiero es salvar a Toshi
- ¡Bien dicho! - apoyó Wormmon.
Ken abrazó a su hija mayor y desaparecieron de esa dimensión.
--
Osen respiraba con normalidad, se sentía fuerte a más no poder, hizo unas piruetas que eran parte de su rutina de gimnasia, ella estaba en un parque. Se detuvo y sonrió, sacó de su bolsillo el inhalador que tanto la había hecho sufrir, también algunas medicinas que solía tomar… pero ahora no las necesitaba, así que las tiró a la hierba, Taik llegó de pronto, cargando un galón con líquido amarillento.
- Aquí está lo que me pediste - dijo su hermano postizo - es gasolina.
- Excelente - replicó la pequeña Izumi con cara de piromaniaca, tomó el galón y comenzó a derramarlo, bañó con pasión a sus malditas medicinas - ¡La Hoguera del siglo va a comenzar!
- Ehh… como digas 0_0U - comentó Taiki
Lanzó un cerillo, se alejó un poco y por supuesto que creó un incendio.
- Hasta nunca, enfermedad - gritó triunfante.
Entonces sintió que alguien le jalaba su ropa, miró hacia abajo y se encontró con uno de sus mejores amigos.
- ¡Motimon!, ¿Lo has visto? ¡Soy libre!
- ¿Realmente lo eres, Osen? - le preguntó a la pelirroja.
- Al menos, ella así lo quiere creer - dijo Tentomon
- Pero eso no quiere decir que sea lo correcto, hija, no es bueno que te escondas a ti misma.
- ¡Papá!, ¡Tentomon!... Tienen razón, no debo creer en algo que tal vez está mal.
- No está mal creer, pero es malo olvidarse por eso de las responsabilidades.
- ¡Toshiro! - recordó ella
- Vamos.
--
Kyosuke entró a su casa, llegaba de la escuela.
- ¡Ya llegué!
- Hola Kyo, ¿Cómo te fue? - preguntó Makoto, su madre.
- Muy bien, Yuri y yo fuimos a tomar un helado después de clases.
- Hacen una linda pareja, como nosotros, ¿Verdad, Davis?
- Claro mi amor - respondió Daisuke.
Kyo se admiró y se animó de repente.
- Hijo, queremos decirte que tu papá y yo iremos a cenar, por nuestro aniversario.
- Los felicito - dijo él, pero algo lo hacía sentir vacío.
- Kyo, ¿Eso es lo que tú más deseas, verdad?
- ¡Chibimon!.
- Sí, soy yo.
- Pues sí, eso es lo que más quiero
- En el querer, está el poder - interrumpió V-mon
- Pero no debemos dejarnos engañar por visiones, que si se quiere, pueden ser realidad, ¿No lo crees, Kyosuke?
El chico asintió.
- Sí, lo creo, papá, lamento haber caído en esta trampa
- No te preocupes, vayamos adonde debemos ir.
-°-°-
Todos los chicos habían recibido ayuda de sus padres y ahora habían regresado al raro mundo, sus corazones brillaban intensamente, estaban rodeados de sus digimons, en todos los niveles de evolución (como en 02….).
Kari, en tanto, se había dedicado a observar a Toshiro (que estaba desmayado), ella rezaba por el bien de su ángel y lloraba al verle sufrir.
- Ya estamos todos - inició Cody
- Es la hora… - agregó Yolei
Izzy abrió su computadora, algo pareció llegarle a la mente, se puso notablemente contento.
- No sé si recuerden, pero hay una profecía vieja que todos conocemos y que nos ha ayudado antes
- ¿De qué hablas?
- Hace muchos años, cuando luchamos contra Myotismon, Angewomon y Angemon lanzaron en Tai y Matt unas flechas de luz y esperanza que provocaron que Agumon y Gabumon digievolucionaran en Wargreymon y Metalgarurumon.
- ¿Quieres decir que debemos hacer lo mismo con Toshiro? - preguntó Joe.
- Sí, eso creo
- Izzy tiene razón, si mi sobrino está cubierto por la Oscuridad, él necesita una flecha de Luz, que disipe lo negro, y una de Esperanza, que lo reviva.
- Pero eso no será suficiente - agregó Ken
- No, pero si cada uno le da a mi hijo el poder que brilla en su corazón, la luz crecerá.
- ¡Hagámoslo! - Exclamaron los niños
- ¡Creamos en los milagros! - inició Seiyuro.
- ¡Sí!
Tanto los chicos como los grandes hicieron lo propio, es decir, dieron sus poderes de etiqueta a los ángeles.
- ¡Por favor, devuélvanme a mi hijo! - gritó Hikari, mientras su rosado cosmos salía de su ser.
Toshiro abrió sus ojos y despertó inmediatamente.
- ¿Qué pasa?, ¡Oh, no!, ¿creen que van a vencerme?, ¿Qué es esa fe que me ahoga?, ¡qué asco!, no debí confiarme… pero no moriré sin premio de consolación… ¡Mataré al menos a uno de ustedes, muérete Osen!
- ¡Ahora! - gritó Takeru - No hay tiempo.
La pequeña Izumi perdió el sentido y pareció expirar, su padre la sostenía con pesar y miedo.
Los ángeles lanzaron sus flechas, que se estrellaron en Toshi, quien gritó agonizante, de nuevo una intensa luminosidad invadió el sitio… (¿Habrá resultado?, ¿Se salvaría Osen?... ehmm, pues sigan leyendo ^_^).
--
Parecía el fin del mundo, al menos para él, creía haber muerto, pero no era sí, aún vivía. Habían retornado al Digimundo, la puerta a ese mundo desconocido se había cerrado.
También sus conciencias se habían recuperado, sólo estaban aturdidos, Kari corrió hacia Toshiro, quien yacía en el pasto, el pequeño estaba convulsionando, ella lo acomodó en sus brazos.
- ¡Suéltame, todavía no me has vencido! - dijo.
Hikari lo miró con amor.
- Eso es verdad, porque yo no te derroté, sino Toshi.
El chico, con sus últimas fuerzas empujó a su madre y se levantó, pero perdió el equilibrio, y volvió a caer, se veía su sufrimiento.
- ¡Ahhhh!, ¡déjame en paz! - dijo de pronto - ¡Sal de mí!... ¡Te odio!, ya perdiste… ¡permíteme vivir!
Toshiro comenzó a llorar y a escupir un líquido gris.
El cielo se llenó de nubes de diferentes colores, el norte, sur, este y oeste se hicieron uno solo y 4 sombras parecieron notarse.
- ¡Son los Digimons legendarios! - exclamó Daisuke.
//Así es, somos aquellos que protegen al Digimundo de la Oscuridad, venimos justamente a destruirla//
Con su benigno poder, provocaron que una densa nube negra abandonara el cuerpo de Toshiro, éste cayó desmayado.
//Lo lamentamos mucho, esto fue imprevisto, pero han demostrados ser dignos de los Digimons, han evitado la Fusión Prohibida, tendrán una recompensa//
- ¡Bonito consuelo! - dijo Matt, con ironía - ¡Si creen que no saldaré cuentas están equivocados!.
- Yamato, la culpa del sufrimiento de nuestros hijos la causó la Oscuridad de Genai, que ya está muerto.
- ¡Eso no me importa!, ¿Acaso los chicos tienen la culpa, Taichi?
El nombrado bajó la cabeza sin saber que responder.
- Matt, por favor, deja eso - pidió Sora, Yamato le contestó con una mirada.
//Elegidos, el poder de sus emblemas los ha salvado//
Miles de digihuevos comenzaron a caer del cielo.
- ¡Están lloviendo digimons! - exclamó Taiki.
- ¿Quiere decir que hubo un fin y ahora hay un inicio? - preguntó Yuri
- Parece que sí, esto es un génesis, los digimons volverán a nacer.
- ¿O sea que tendremos que esperar a que nazcan? - indagó Zet, con tristeza, mientras cargaba a su digihuevo.
- Si tienes fe, eso será muy pronto - aseguró Mimi, guiñando su ojo derecho.
Los dioses Digimons desaparecieron poco a poco, diciendo //Volveremos//
- Se han ido, ¡Canallas de segunda! - renegó Ben
- ¿Volverán? - preguntó Kyo
- Así parece - respondió el padre.
Koushiro revisó a su hija, respiraba, ¡Aún estaba viva!, casi comienza a llorar de felicidad (lo hubiera hecho, pero ya saben como es él, a veces puede contenerse).
- Volvamos al campamento - sugirió Yolei - No, mejor volvamos a casa.
Ella puso se digivice en la laptop de Izzy - ¡Puerta a la Tierra, ábrete!... ¿eh?, ¡No se abre!
- La puerta sigue cerrada - expuso Cody.
Hubo un silencio general.
- Entonces no nos queda más remedio que volver al campamento - dijo Joe
En ese instante, Toshi recuperó energía y despertó, abrió bien sus ojos y se sentó asustado, todas las miradas se posaron en él, al sentirlas, el pequeño comenzó a temblar. Lucía triste y vencido, pero sus ojos veían con bondad y su piel pálida expresaba debilidad, Observó el panorama por unos instantes, y bajó la cabeza, comenzando a llorar, Hikari se compadeció, de nuevo se acercó a su vástago y lo abrazó, pero, para sorpresa de todos, el niño se separó de nuevo del abrazo, claro que de forma educada.
- No me abraces - le dijo - porque, HUELO A SANGRE..
La madre tembló emotivamente.
- No, tú no hueles a sangre, Toshiro - regañó dulcemente.
El niño se tapó la cara con las manos.
- ¡Claro que sí!, estoy impregnado de ella, nunca se me quitará este olor… porque, ¡Soy un asesino!
- Toshiro, cállate, no sabes lo que dices - agregó Tai.
- Lo recuerdo todo, ¡Yo lo maté!, se murió porque yo así lo decidí… ahora, ya no vale la pena entrar en detalles… porque ya, ya no…. ¡Ya no valgo nada!
- ¡¡Tú no lo mataste, fue él quien lo hizo!! - dijo Yuri
- ¡Fui yo, Fui yo!, ¡éramos uno solo! - Toshi-kun miraba a su alrededor, entonces miró a Osen, toda pálida en brazos de Izzy, se levantó con inseguridad y caminó hacia ella - ¡No me digan que ella también murió! - gritó horrorizado - ¿Acaso la maté?, ¿A mi O-chan?... ¡Nunca me lo perdonaría!, ¡Soy un desgraciado, un homicida!.
Sei quería hablar, pero no podía, era difícil hacerlo.
- Ella está viva, no te culpes - le dijo Izzy, pero Toshi no escuchaba, se hincó delante de Osen.
- Perdóname, por favor… ¡perdónenme!, ¡yo… no quería, pero los iba a matar!...¡soy débil!, creí ser fuerte, pero no lo soy….
TK sujetó al niño, que en su histeria había comenzado a lastimarse a sí mismo. Todos estaban impactados, Kari no reaccionada, Sora tuvo que ayudarla a ponerse de pie.
- Será necesario tranquilizarlo - juzgó Joe, revisando su maletín, con paranoia, buscando por supuesto que un calmante.
- ¡Suéltame, todavía merezco sufrir!
- Tranquilo, mi niño - le dijo TK cariñosamente, mientras hacía recostar a Toshi en sus hombros.
Joe le inyectó el calmante, Toshiro se relajó instantáneamente.
- Gracias… - susurró con sus ojitos entreabiertos - y… perdónenme
- Será mejor que descanses primero - le replicó Takeru, en voz baja.
- Gracias por cuidar a mamá, papá - finalizó el hijo de Kari, en voz tenue, sólo perceptible para TK.
El escritor suspiró de satisfacción, esa frase le llegó al corazón.
- De nada, hijo.
--
Fin del capítulo 15
--
Notas de la autora: ………. ¿Y bien?, ¿qué les ha parecido?... si, ya sé, drástico, y además no quedó muy elocuente, tal vez se confundieron, pero ya me dirán… aún así y aunque no quedó como quería, no está tan mal, al menos eso quiero creer.. por favor, compadézcanse de mí y escriban.
Bueno, entonces hasta la próxima, todavía me quedan 5 capítulos más que publicarles, el siguiente se titula "Diálogos entre niños", gracias por seguir leyendo.
No olviden dejar sus reviews o escribir sus comentarios a: ziddycm@hotmail.com
(Capítulo escrito en octubre del 2001).
Parte dos.
Se formó una impresionante arco iris de colores, y se abrió la puerta a una extraña dimensión.
- ¿Es ese el mundo? - preguntó Yuri
- Así parece - respondió Ken - Entremos.
Taichi cargó a Toshiro y se introdujo, como los demás. En efecto, se hallaban en esa extraña dimensión.
- ¡Vaya!, que impresionante - expresó Sei
- Sí, es verdad - agregó Doguen - ¿Qué haremos ahora?
- Debemos desear, chicos - sugirió Davis - piensen y sueñen con ver a su amigo como antes, crean en el poder para derrotar a ese oscuro ser salido de Genai, sean optimistas, ¡sueñen!, pero no usen este mundo para saciar su propia felicidad, porque podrían caer en una trampa.
- Es verdad - replicó Takeru, recordando que cuando había estado ahí casi creyó haber recuperado a su separada familia - No se dejen engañar.
Los niños cerraron sus ojos, imitando a sus padres.
- ¡Por favor, que mi fe salve a mi primo Toshiro! - contribuyó Taiki, a él le costaba mucho trabajo concentrarse, parecía su frágil cuerpo temblar, poco a poco se fue confundiendo... su atmósfera se volvió densa...
-°-°-
(ejem... lo siguiente puede resultar repetitivo, espero no les aburra)
--(En un parque)
- ¿Dónde estoy? - se preguntó el hijo de Taichi
- Hijo, Taik, ven acá
- ¡Papá!, ¿Quién es esa señora?
- Es tu mamá, hijo, nos amamos y seremos una familia.
- ¿En serio? - inquirió contento.
- ¿Acaso te mentiría?
- Pero... no, no puede ser así de sencillo... no después de saber la... ¡Ah!, estoy confundido.
- Taik...
- ¡Esa voz!, ¡Koromon!
- Sí Taik, soy yo
- ¡Has venido!, no tienes idea de lo que te he extrañado - anunció con dicha, mientras recogía del suelo a la bola rosada con orejas de conejo y flamantes ojos cafés. - Dime amigo, ¿Acaso está bien que crea en esto que vivo?
- Sigue a tus sentimientos, has lo que creas correcto... pero dime, ¿Esto es lo que deseas?
- Realmente no sé..
- Hijo, Taiki - el niño se dio la vuelta, miró a su padre de nuevo, pero ¿Era posible ver a dos Tai?
- ¡Papá!
- Busca y ten presente siempre la realidad, no te dejes vencer, vengo a ayudarte, porque lo que ahora debemos hacer es ayudar a tu primo.
- Es verdad - apoyó Agumon, también salido de la nada.
- Esto es lo que yo quiero ver, pero no existe, así que no debo seguir engañándome
- ¡Ese es mi hijo!, anda Taiki, ven conmigo - le dijo el progenitor, tomándole la mano a su hijo.
--
Zetaro veía caer nieve a través de una ventana, después se dio la vuelta y visualizó a su amiguita Osen, que lo miraba fijamente, se sonrojó inmediatamente y se acercó a ella, pero no contaba con el abrazo efusivo de la niña.
- ¡Zetaro, eres mi héroe! - exclamó la pelirroja - ¿Quieres ser mi novio?.
El niño quedó estupefacto, y sobra decir que rojo, como un jitomate.
- ¿Qué dices?, ¡Eso le dicen los niños a las niñas! - Exclamó, pero la niña lo abrazó más.
- ¡Es que te quiero mucho!.
Zet se separó de su interlocutora y la sujetó de los hombros, dándole una mirada de interrogación, sin duda alguna se sentía feliz, pero esa no era su Osen, por eso estaba asustado.
- ¡Zet! - oyó, miró hacia abajo, al distinguir la voz de su Digimon, Minomon.
- ¿Esto es lo que en realidad quieres, Zet?
- ¿¿Lo que.. en realidad quiero??... yo, pues... - habló él, nervioso.
- Hijito, recuerda que tenemos una misión
- ¡Mamá!, ¡Hawmon! - el niño de cabellos lilas se tornó serio - Es verdad, debemos salvar a mi amigo Toshiro. Esto que veo, no existe.
- Sí existe, pero en tu corazón - le replicó Yolei
- Ya veo, por eso nuestros digimons están aquí.
Zetaro Ichijiouji se acercó a su madre y la abrazó, de paso saludó a su hermanito, que sonreía dulcemente, luego abandonaron esa dimensión.
--
Ahora encontramos a un pequeño vestido de astronauta, era un niño de apenas 6 años, iba sonriendo de felicidad y daba grandes saltos, por lo que podía deducirse que estaba en la luna.
- ¡Esto es genial!, soy valiente, como papá, ¡Soy un hombre del espacio!, si tan sólo Tsunomon estuviera aquí, todo sería perfecto.
- ¡Hola Kotty! - saludó Tsunomon, salido de la nada.
- ¡Tsuno!, ahora somos astronautas, ¡Qué felicidad!
- Sí, pero dime, ¿Esto es lo que quieres?
- Claro que sí, tú sabes que siempre lo he querido.
- Pero hijo, hay cosas más importantes - Kotaro vio frente a él a Matt, su padre.
- ¡Papi!
- Ven conmigo Kotty, vamos a salir de esta ilusión tuya - Yamato tomó de la mano a su hijo, pero éste pareció rehusarse.
- Vamos Kotaro, tienes que ayudar en la misión - expuso Gabumon.
El niño comenzó a llorar.
- ¡Buaaaaaaaaaa!, ¿Quiere decir que esto que sueño es malo?
- No, pero hay cosas más importantes; si quieres, quédate - el padre se dio la vuelta y comenzó a alejarse.
- ¡Espérame papi, no me dejes!, sé que tienes razón - gritó Kotaro, Matt sonrió triunfante .
--
Yuriko Hida estaba entrenando kendo de forma solitaria, su sonrisa era alegre y no parecía una niña tímida, su madre llegó de pronto y le trajo unos bocadillos.
- ¿Cómo vas? - preguntó.
- Muy bien, madre; papá estará orgulloso cuando le muestre mis avances.
- Eso es seguro - alegró la mamá, mientras se retiraba.
La niña se sentó a descansar, se sentía muy aliviada y contenta, no sabía porqué, respiró con profundidad, entonces sintió que algo saltaba sobre ella, era Upamon.
- ¡Yuri!, ¡Yuri!
- Upamon! =) - sollozó ella, abrazando a la bola color hueso con rostro alegre y alas.
- Yuri, ¿Esto es lo que deseas vivir?
La niña quedó estática, en su mente apareció la imagen de Toshiro.
- ¡No!... esto no es lo que deseo, lo que yo quiero es que mi Toshi esté bien - se puso de pie, ni siquiera se había dado cuenta de que había dicho "mi" Toshi, indirectamente había expresado sus sentimientos.
Cody y Armadillomon aparecieron, el abogado sólo le sonrió a Yuriko, quien sabiendo qué hacer, se acercó a él.
- Vamos, padre.
- De acuerdo.
--
Doguen estaba caminando, entonces escuchó unos gritos escandalosos, corrió con valentía hacia el sitio de donde creía que provenía el sonido, y entonces se encontró con Kyo, Toshi y Sei, muertos de miedo, arriba de un árbol.
- ¡Doguen!, ¡qué bueno que llegas! - exclamó Kyo
- Sí, ¡Sálvanos!, ¡tenemos miedo!. - gritó Sei, con voz temblorosa.
- ¡Por favor! - rogó Toshiro.
El chico Kido sonrió triunfante "jeje, ¿Ahora quienes son los llorones?"
- Pero Seiyuro, ¿A qué le tienes miedo?
- ¡Ese digimon salvaje nos atacó! Buaaaa! - chilló el rubio (creo que definitivamente esto es un sueño n_n).
- ¡Pero si sólo es un Nunemon!
- ¡Es un Nunemon salvaje!, por favor, en el nombre de los Motomiya, ¡Sálvanos!
- Está bien - dijo Doguen modestamente - pero nunca más me digan llorón, ¿Ehh?
- No podríamos decirte así, puesto que nosotros somos los llorones.
- Sería una falta de respeto, Doguen - opinó Toshi (por supuesto que ahí no estaba poseído).
Ese era un momento sublime para el miope, así que comenzó a reír maniáticamente.
- Doguen, hola
- ¡Bukamon!, ¿Has visto?, ¡ellos son más miedosos que yo!.
- ¿Así quieres las cosas? - preguntó el digimon foquita voladora.
- Hijo, piensa si en verdad pasarían las cosas
- Papá...
- Tú sabes la realidad, Doguen - siguió el kawai Gomamon.
Doguen reflexionó un poco, luego sonrió amargamente.
- Creo que no es bueno engañarse a sí mismo...
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May Ishida estaba en el campo, lucía muy serena y se encontraba montando un simpático pony, paró un momento y permitió que el animal bebiera agua; Mayumi se sentó en el pasto, sentía una inmensa paz en su interior.
- ¿Acaso hay algo mejor que la paz en este mundo? - se indagó, por su mente pasaron las imágenes de todos sus seres queridos, suspiró contenta.
- Pero debes hallar la paz verdadera, Mayumi
- ¡Mamá!
- Sora tiene razón, May, ¿No tienes algo pendiente qué hacer?
- Biyomon...
- May, ¿Esto es lo que deseas en estos momentos?
- ¡Pyokomon! - entonces ella se puso de pie - por favor, discúlpenme, vayamos a donde está la acción.
Sora sonrió maternalmente, y acarició el rostro de su primogénita.
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Ben estaba en una gran tienda de ropa, estaba sentado cómodamente en un sillón naranja, vestía un traje muy elegante, y su peinado y accesorios eran perfectos, parecía un verdadero príncipe; entonces, cuatro chicas de acercaron a él.
- ¿Y bien, GRAN Ben, qué opina? - preguntó la más pequeña de ellas, que para ahorrar descripciones, era Osen y traía puesto un elegante vestido blanco.
- Nada mal, por algo yo elegí la ropa, cerebrito - juzgó el niño Tachikawa, observándolas con una lupa gigante - habrá ahora que ver cómo modelan para mí.
- Lo que el GRAN Ben diga - dijo Yuriko, haciéndole una reverencia.
- Espero seamos dignas de tan GRAN señor - replicó May, sonrojada y en tono dulce, sin ironía.
- ¡Al menos haremos el esfuerzo! - dijo Kurumi, con ánimo.
(¡Vaya deseo del principito Ben!)
- ¡¡Ben, Ben!!
- Tanemon, ¿Cómo es que has vuelto?
- Ben, ¿Tú quieres que esto pase?
- Está pasando, ¿no lo ves?
- Pero esto no es real, Benji - habló Palmon - ¿Verdad, Mimi?
La señora sonrió.
- Eso ya lo sabe Ben, ¿O me equivoco?
- Supongo que no, madre.
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Seiyuro veía a una mujer vestida de blanco salir del altar al lado de un hombre alto y rubio, ambos hacían una muy buena combinación.
- ¡Toshiro, nuestros padres se casaron! - le exclamó a su mejor amigo
- Sus almas estaban predestinadas - habló Toshiro, con su personalidad y voz de siempre. Sei sonrió, pero luego, comenzó a dudar.
- Toshiro... ¿Te gusta Yuri?
- No lo sé, pero a ti sí te gusta - expresó el sereno hijo de Hikari
- Pe-pero, ¿y la voz?
- ¿Cuál voz, Seiyuro?, ¿Te sientes bien?
- Es que... algo no está bien.
Alguien los interrumpió.
- ¡Sei!
- ¡Tokomon!, ¿has venido por mí, verdad?, es que sé que esto no ha acabado.
- Tienes toda la razón - replicó Patamon
- Vamos Sei, tenemos algo qué hacer - adelantó Takeru Takaishi, su padre.
- Sí, papá.
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Kurumi sonrió triunfante.
- ¡Al fin lo he logrado!, ¡Me ha quedado genial!, jeje, espera a que lo vean mis papás, Satoru - exclamó la efusiva chica, mientras terminaba su nuevo invento, el hermanito estaba a su cuidado, en una andadera por ahí.
- ¿Sabes qué es?, No, ¿verdad?, jeje, pues te diré: Es un Vestidor automático, con esto podré cambiarme de ropa a gran velocidad y eso facilita las cosas con los chicos, ya que a ellos no les gusta esperar a sus citas.
El bebito sonrió.
- ¡Ahhh, que kawai!, seguro que cuando crezcas serás un rompe corazones, Sato-kun.
- ¡Kurumi!
- ¡Poromon!
- Dime, ¿Por qué piensas en esto ahora?
- Y tú, ¿Por qué preguntas eso?
- Quizá porque no es justamente lo que hay en el fondo de tu corazón, hija
- Papá... ¿Cómo saber qué es lo que hay dentro de mi corazón?
- Eso no se sabe, se siente, Kurumi, hija mía, ¿vienes?
- Sí, ahora lo que quiero es salvar a Toshi
- ¡Bien dicho! - apoyó Wormmon.
Ken abrazó a su hija mayor y desaparecieron de esa dimensión.
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Osen respiraba con normalidad, se sentía fuerte a más no poder, hizo unas piruetas que eran parte de su rutina de gimnasia, ella estaba en un parque. Se detuvo y sonrió, sacó de su bolsillo el inhalador que tanto la había hecho sufrir, también algunas medicinas que solía tomar… pero ahora no las necesitaba, así que las tiró a la hierba, Taik llegó de pronto, cargando un galón con líquido amarillento.
- Aquí está lo que me pediste - dijo su hermano postizo - es gasolina.
- Excelente - replicó la pequeña Izumi con cara de piromaniaca, tomó el galón y comenzó a derramarlo, bañó con pasión a sus malditas medicinas - ¡La Hoguera del siglo va a comenzar!
- Ehh… como digas 0_0U - comentó Taiki
Lanzó un cerillo, se alejó un poco y por supuesto que creó un incendio.
- Hasta nunca, enfermedad - gritó triunfante.
Entonces sintió que alguien le jalaba su ropa, miró hacia abajo y se encontró con uno de sus mejores amigos.
- ¡Motimon!, ¿Lo has visto? ¡Soy libre!
- ¿Realmente lo eres, Osen? - le preguntó a la pelirroja.
- Al menos, ella así lo quiere creer - dijo Tentomon
- Pero eso no quiere decir que sea lo correcto, hija, no es bueno que te escondas a ti misma.
- ¡Papá!, ¡Tentomon!... Tienen razón, no debo creer en algo que tal vez está mal.
- No está mal creer, pero es malo olvidarse por eso de las responsabilidades.
- ¡Toshiro! - recordó ella
- Vamos.
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Kyosuke entró a su casa, llegaba de la escuela.
- ¡Ya llegué!
- Hola Kyo, ¿Cómo te fue? - preguntó Makoto, su madre.
- Muy bien, Yuri y yo fuimos a tomar un helado después de clases.
- Hacen una linda pareja, como nosotros, ¿Verdad, Davis?
- Claro mi amor - respondió Daisuke.
Kyo se admiró y se animó de repente.
- Hijo, queremos decirte que tu papá y yo iremos a cenar, por nuestro aniversario.
- Los felicito - dijo él, pero algo lo hacía sentir vacío.
- Kyo, ¿Eso es lo que tú más deseas, verdad?
- ¡Chibimon!.
- Sí, soy yo.
- Pues sí, eso es lo que más quiero
- En el querer, está el poder - interrumpió V-mon
- Pero no debemos dejarnos engañar por visiones, que si se quiere, pueden ser realidad, ¿No lo crees, Kyosuke?
El chico asintió.
- Sí, lo creo, papá, lamento haber caído en esta trampa
- No te preocupes, vayamos adonde debemos ir.
-°-°-
Todos los chicos habían recibido ayuda de sus padres y ahora habían regresado al raro mundo, sus corazones brillaban intensamente, estaban rodeados de sus digimons, en todos los niveles de evolución (como en 02….).
Kari, en tanto, se había dedicado a observar a Toshiro (que estaba desmayado), ella rezaba por el bien de su ángel y lloraba al verle sufrir.
- Ya estamos todos - inició Cody
- Es la hora… - agregó Yolei
Izzy abrió su computadora, algo pareció llegarle a la mente, se puso notablemente contento.
- No sé si recuerden, pero hay una profecía vieja que todos conocemos y que nos ha ayudado antes
- ¿De qué hablas?
- Hace muchos años, cuando luchamos contra Myotismon, Angewomon y Angemon lanzaron en Tai y Matt unas flechas de luz y esperanza que provocaron que Agumon y Gabumon digievolucionaran en Wargreymon y Metalgarurumon.
- ¿Quieres decir que debemos hacer lo mismo con Toshiro? - preguntó Joe.
- Sí, eso creo
- Izzy tiene razón, si mi sobrino está cubierto por la Oscuridad, él necesita una flecha de Luz, que disipe lo negro, y una de Esperanza, que lo reviva.
- Pero eso no será suficiente - agregó Ken
- No, pero si cada uno le da a mi hijo el poder que brilla en su corazón, la luz crecerá.
- ¡Hagámoslo! - Exclamaron los niños
- ¡Creamos en los milagros! - inició Seiyuro.
- ¡Sí!
Tanto los chicos como los grandes hicieron lo propio, es decir, dieron sus poderes de etiqueta a los ángeles.
- ¡Por favor, devuélvanme a mi hijo! - gritó Hikari, mientras su rosado cosmos salía de su ser.
Toshiro abrió sus ojos y despertó inmediatamente.
- ¿Qué pasa?, ¡Oh, no!, ¿creen que van a vencerme?, ¿Qué es esa fe que me ahoga?, ¡qué asco!, no debí confiarme… pero no moriré sin premio de consolación… ¡Mataré al menos a uno de ustedes, muérete Osen!
- ¡Ahora! - gritó Takeru - No hay tiempo.
La pequeña Izumi perdió el sentido y pareció expirar, su padre la sostenía con pesar y miedo.
Los ángeles lanzaron sus flechas, que se estrellaron en Toshi, quien gritó agonizante, de nuevo una intensa luminosidad invadió el sitio… (¿Habrá resultado?, ¿Se salvaría Osen?... ehmm, pues sigan leyendo ^_^).
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Parecía el fin del mundo, al menos para él, creía haber muerto, pero no era sí, aún vivía. Habían retornado al Digimundo, la puerta a ese mundo desconocido se había cerrado.
También sus conciencias se habían recuperado, sólo estaban aturdidos, Kari corrió hacia Toshiro, quien yacía en el pasto, el pequeño estaba convulsionando, ella lo acomodó en sus brazos.
- ¡Suéltame, todavía no me has vencido! - dijo.
Hikari lo miró con amor.
- Eso es verdad, porque yo no te derroté, sino Toshi.
El chico, con sus últimas fuerzas empujó a su madre y se levantó, pero perdió el equilibrio, y volvió a caer, se veía su sufrimiento.
- ¡Ahhhh!, ¡déjame en paz! - dijo de pronto - ¡Sal de mí!... ¡Te odio!, ya perdiste… ¡permíteme vivir!
Toshiro comenzó a llorar y a escupir un líquido gris.
El cielo se llenó de nubes de diferentes colores, el norte, sur, este y oeste se hicieron uno solo y 4 sombras parecieron notarse.
- ¡Son los Digimons legendarios! - exclamó Daisuke.
//Así es, somos aquellos que protegen al Digimundo de la Oscuridad, venimos justamente a destruirla//
Con su benigno poder, provocaron que una densa nube negra abandonara el cuerpo de Toshiro, éste cayó desmayado.
//Lo lamentamos mucho, esto fue imprevisto, pero han demostrados ser dignos de los Digimons, han evitado la Fusión Prohibida, tendrán una recompensa//
- ¡Bonito consuelo! - dijo Matt, con ironía - ¡Si creen que no saldaré cuentas están equivocados!.
- Yamato, la culpa del sufrimiento de nuestros hijos la causó la Oscuridad de Genai, que ya está muerto.
- ¡Eso no me importa!, ¿Acaso los chicos tienen la culpa, Taichi?
El nombrado bajó la cabeza sin saber que responder.
- Matt, por favor, deja eso - pidió Sora, Yamato le contestó con una mirada.
//Elegidos, el poder de sus emblemas los ha salvado//
Miles de digihuevos comenzaron a caer del cielo.
- ¡Están lloviendo digimons! - exclamó Taiki.
- ¿Quiere decir que hubo un fin y ahora hay un inicio? - preguntó Yuri
- Parece que sí, esto es un génesis, los digimons volverán a nacer.
- ¿O sea que tendremos que esperar a que nazcan? - indagó Zet, con tristeza, mientras cargaba a su digihuevo.
- Si tienes fe, eso será muy pronto - aseguró Mimi, guiñando su ojo derecho.
Los dioses Digimons desaparecieron poco a poco, diciendo //Volveremos//
- Se han ido, ¡Canallas de segunda! - renegó Ben
- ¿Volverán? - preguntó Kyo
- Así parece - respondió el padre.
Koushiro revisó a su hija, respiraba, ¡Aún estaba viva!, casi comienza a llorar de felicidad (lo hubiera hecho, pero ya saben como es él, a veces puede contenerse).
- Volvamos al campamento - sugirió Yolei - No, mejor volvamos a casa.
Ella puso se digivice en la laptop de Izzy - ¡Puerta a la Tierra, ábrete!... ¿eh?, ¡No se abre!
- La puerta sigue cerrada - expuso Cody.
Hubo un silencio general.
- Entonces no nos queda más remedio que volver al campamento - dijo Joe
En ese instante, Toshi recuperó energía y despertó, abrió bien sus ojos y se sentó asustado, todas las miradas se posaron en él, al sentirlas, el pequeño comenzó a temblar. Lucía triste y vencido, pero sus ojos veían con bondad y su piel pálida expresaba debilidad, Observó el panorama por unos instantes, y bajó la cabeza, comenzando a llorar, Hikari se compadeció, de nuevo se acercó a su vástago y lo abrazó, pero, para sorpresa de todos, el niño se separó de nuevo del abrazo, claro que de forma educada.
- No me abraces - le dijo - porque, HUELO A SANGRE..
La madre tembló emotivamente.
- No, tú no hueles a sangre, Toshiro - regañó dulcemente.
El niño se tapó la cara con las manos.
- ¡Claro que sí!, estoy impregnado de ella, nunca se me quitará este olor… porque, ¡Soy un asesino!
- Toshiro, cállate, no sabes lo que dices - agregó Tai.
- Lo recuerdo todo, ¡Yo lo maté!, se murió porque yo así lo decidí… ahora, ya no vale la pena entrar en detalles… porque ya, ya no…. ¡Ya no valgo nada!
- ¡¡Tú no lo mataste, fue él quien lo hizo!! - dijo Yuri
- ¡Fui yo, Fui yo!, ¡éramos uno solo! - Toshi-kun miraba a su alrededor, entonces miró a Osen, toda pálida en brazos de Izzy, se levantó con inseguridad y caminó hacia ella - ¡No me digan que ella también murió! - gritó horrorizado - ¿Acaso la maté?, ¿A mi O-chan?... ¡Nunca me lo perdonaría!, ¡Soy un desgraciado, un homicida!.
Sei quería hablar, pero no podía, era difícil hacerlo.
- Ella está viva, no te culpes - le dijo Izzy, pero Toshi no escuchaba, se hincó delante de Osen.
- Perdóname, por favor… ¡perdónenme!, ¡yo… no quería, pero los iba a matar!...¡soy débil!, creí ser fuerte, pero no lo soy….
TK sujetó al niño, que en su histeria había comenzado a lastimarse a sí mismo. Todos estaban impactados, Kari no reaccionada, Sora tuvo que ayudarla a ponerse de pie.
- Será necesario tranquilizarlo - juzgó Joe, revisando su maletín, con paranoia, buscando por supuesto que un calmante.
- ¡Suéltame, todavía merezco sufrir!
- Tranquilo, mi niño - le dijo TK cariñosamente, mientras hacía recostar a Toshi en sus hombros.
Joe le inyectó el calmante, Toshiro se relajó instantáneamente.
- Gracias… - susurró con sus ojitos entreabiertos - y… perdónenme
- Será mejor que descanses primero - le replicó Takeru, en voz baja.
- Gracias por cuidar a mamá, papá - finalizó el hijo de Kari, en voz tenue, sólo perceptible para TK.
El escritor suspiró de satisfacción, esa frase le llegó al corazón.
- De nada, hijo.
--
Fin del capítulo 15
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Notas de la autora: ………. ¿Y bien?, ¿qué les ha parecido?... si, ya sé, drástico, y además no quedó muy elocuente, tal vez se confundieron, pero ya me dirán… aún así y aunque no quedó como quería, no está tan mal, al menos eso quiero creer.. por favor, compadézcanse de mí y escriban.
Bueno, entonces hasta la próxima, todavía me quedan 5 capítulos más que publicarles, el siguiente se titula "Diálogos entre niños", gracias por seguir leyendo.
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(Capítulo escrito en octubre del 2001).
