Capítulo 10: Enter Sandman.

Zepp. La nación más poderosa del mundo. Constituida en la vasta extensión que cubre Canadá, Alaska y media Norteamérica, salió muy bien librada de la guerra gear. No por su intervención, sino por su política de esperar al ganador y negociar con él. No era muy ético, pero hoy por hoy no había país capaz de toserle.

De Zepp se podían decir muchas cosas, la mayoría de las cuales resultaban ser mentira. El secretismo con el que realizaba la mayoría de sus operaciones dejaban a la antigua URSS en mantillas. La libertad con la que campaban sus agentes por medio mundo era pasmosa, operando con una ausencia de trabas notable.

Ahora mismo, uno de sus agentes estaba realizando servicio de vigilancia en Atomsk, la prisión de máxima seguridad del estado. Y maldita la gracia que le hacía. No se había enrolado para darse paseos a lo largo de un pasillo. Y no entendía el porqué de aquellas medidad de seguridad.

La celda que supuestamente custodiaba no estaba en aquel pasillo. La función de aquel soldado era simplemente la de impedir que nadie se acercase a la compuerta principal. Una tarea bastante inútil, en su opinion. Para llegar allí el supuesto invasor debía atravesar una de las redes de seguridad más avanzadas del mundo. Y la cámara que él vigilaba era sólo el principio. Detrás había bastantes bloques de poliacero endurecido y cemento como para sobrevivir perfectamente a un ataque nuclear directo. Pero si por algún milagro se lograba sobrepasar, aún quedaban los haces energéticos y las cadenas moleculares que retenían al prisionero ahí dentro. Se le alimentaba directamente por via intravenosa para no tener que soltarle. Era un completo desperdicio de dinero y recursos. No sabía de nadie de tal peligrosidad que necesitase esas medidas.

Sin duda, si el soldado supiese quién yacía allí dentro, estaría mucho mas nervioso de lo que estaba. Pero lo ignoraba, y ello acrecentaba su curiosidad.

Treinta metros de poliacero más adentro, el prisionero alzó la cabeza. Estaba a punto de recibir una visita. La primera en treinta años. Sería interesante hablar con alguien que se había molestado en conjurar un hechizo de transporte molecular tan complejo. Esperó a que las moléculas del visitante se reordenasen y vio a una alta figura alzarse de entre las sombras.

-Mírate, dás pena. El más hermoso de todos los comandantes del Batallón de Genocidio. La mano derecha del propio Justice. Y estás aquí, preso como un pajarillo en la jaula. Si tu señor te viese ahora no dudaría en matarte por haber caído tan bajo.

Se hallaba paralizado entre haces de energía y cadenas, pero eso no impedía percibir la alta y enjuta figura de negro allí capturada. El pelo largo y lacio le caía a un lado de la cabeza. Su piel era blanca como el marmol, y sus ojos negros como el infierno. Era difícil distingir si era hombre o mujer. Por primera vez en mucho tiempo, el prisionero habló.

-No tenía otro sitio a donde ir. Mi señor cayó, y mis esfuerzos por liberarle han sido vanos. ¿Quién eres tú que apareces para turbar mi sueño?

-Zato-One, dirigente del Clan LaSombra. O mejor dicho, lo fuí. Es el nombre que adopté tras tomar el alma y cuerpo de este pobre desgraciado. Me ha sido muy útil, desde luego. Soy un gear de última generación, adaptable a cualquier elemento. Lo que los humanos llamarían un simbionte. Tengo planes para ti, caído. ¿Deseas tomar parte en ellos?

-¿Qué planes podrías tener, vil y escurridizo montón de aceite?. Nuestra batalla está perdida. El Amo está prisionero en algun confín del espacio. Déjame morir en paz.

-Ahh, esperaba oír palabras más valientes de ti, ángel oscuro. ¿Qué planes tengo? Naturalmente, la resurrección de nuestro señor Justice. ¿Cuáles podrían ser si no?. Pero en tu posición no podrías presentarte ante él. Has de ganar méritos. Tu debilidad en el día de la gran derrota aún es recordada.

-Hablas mucho, pero dices muy poco. Cierto es que no podría presentarme ante Justice después de caer derrotado ante aquél que le encerró. El Amo no es clemente con los fracasados. No sabes nada. Ni siquiera estuviste en el frente. ¿Cómo podrías saber la manera de liberarle? ¿Y qué extraña tarea tienes pensada ofrecerme para expiar mi culpa ante mi señor liberado tras cincuenta años de encierro por mi desgracia?

-Te ofrezco colaboración en la tarea de su resurreción. Liberarle de su celda dimensional con sus poderes plenos. Y te ofrezco ganar de nuevo tu posición como Comandante Genocida. ¿qué me dirias si te presentases ante nuestro Señor con su ignorada hija de la mano?

-¿Cómo dices?. Eres todo un maestro de la mentira, hechicero...

-No miento. Justice violó a multitud de jóvenes durante sus campañas. Por algúun extraño milagro, concibió en una de ellas. Ha tardado más de cincuenta años en dar a luz, porque el feto debió adaptar todos sus genes uno a uno para sobrevivir el proceso. Y ahora esta viva. Sé donde localizarla. Su poder es comparable al de Justice, y superior al nuestro combinado. Pero ignora cómo usarlo. ¿Desearías entregarsela a tu Amo?

-El plan empieza a interesarme, pero ¿qué sacarías tú a cambio?. Nadie hace nada por nada.

-Mil años de agonía para la raza humana. Destrucción total, plena y placentera a mis oídos. Y una cosa más. Deseo ser el tutor de la nacida. Podré moldearla a mi gusto para hacer de ella lo que Justice no pudo llegar a ser. Las batallas las dejo para ti.

-Eres un depravado sin límites, hechicero. Me gustas. Ahora saldré de aquí y juntos daremos a este inmundo planeta tal baño de sangre como jamás ha conocido...

El prisionero tensó sus músculos. Las cadenas energéticas empezaron a fluctuar, y finalmente estallaron en pedazos. Las alarmas empezaron a sonar. Música para los oídos de ambos presentes en la sala. Una enorme guadaña negra se materializó en las manos del liberado gear. El intruso comenzó una letanía de transporte mixto mientras pensaba para sí...

"Muy bien, querido Testament. Juntos crearemos un auténtico infierno en la tierra. No lo sabes, pero sólo eres un peón en mis manos que caerá cuando yo lo crea necesario. Pero por ahora, disfrutaré de tu maligna compañia..."

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Comentarios del autor:

No me pidáis milagros, que estoy muerto de sueño. Ya va revelandose poco a poco la trama principal del asunto, y la sangre va a correr a chorros. Testament va a tener un papel de bastante peso a partir de ahora, así como Zato, iros preparando para el rijostio padre. Steve Vai resuena en mis orejas y necesito más heavy para continuar esto. Mañana traeré de vuelta al niñato de Ky y algún billar interesante...

Kim Kapwham 26-8-2001