Capítulo 16: Comfortable Numb.
Se dice que algunas personas que han tenido adicciones toda su vida necesitan recordarse contínuamente lo fácil que resulta caer de nuevo en su vicio. El caso más típico es del borracho empedernido que después de curarse mantiene una botella de licor siempre en su casa para recordarse cuán bajo puede caerse si se entrega de nuevo a la botella. Chipp Zanueff era de estas personas. Lo suyo no había sido la bebida, desgraciadamente. A los doce años empezó con el LSD. A los quince ya esnifaba cocaína. De ahí a inyectarse heroína apenas había un paso que saltó muy deprisa. Y después de eso, la mente de Chipp tiene un vacío de casi cuatro años. No quiere ni pensar en lo que hizo y le hicieron en aquel tiempo.
Para recordarse lo cerca que había estado de no salir de aquel infierno, Chipp llevaba siempre un par de ampollas de beta-clorifedexenol, también conocido entre los yonkis como Blue Hell. Era un compuesto azulado realmente potente que hacía desaparecer cualquier tipo de dolor o sensación en el cuerpo, amén de estimular los músculos y nublar todo el campo de visión con un tinte rojo homicida. Las mafias de Chicago solían darlo a algunos empleados para que realizasen acciones ejemplarmente brutales. Chipp recordaba haberlo tomado al menos en tres ocasiones, y se estremecía al pensar en las atrocidades que podía haber cometido bajo sus efectos. Creía sinceramente que aquellos días habían quedado muy lejos.
Ahora mismo estaba con ambas ampollas en su temblorosa mano derecha, mientras su cerebro le gritaba que se las aplicase en las pupilas y acabase con todo lo que le preocupaba. En el estado en el que dejaban a uno, podría enfrentarse a lo que le pusieran delante con una sonrisa en el rostro, simplemente porque no le importaría. Si le arrancaban los pies, sería capaz incluso de seguir peleando sobre sus muñones sin enterarse. Lo había visto antes.
"Espero que sepas lo que estás haciendo, Chipp. Lo importante es salvar a Dizzy, sea cual sea el precio."
Levantó la primera ampolla y dirigió el pulverizador hacia su ojo derecho mientras trataba de reprimir el temblor de su mano. Aspiró hondo y se dispuso a caer de nuevo en la espiral de violencia que había dominado tantos años de su vida...
Pero no pudo. Una cadena se enrolló repentinamente sobre su muñeca y la apartó de su cara. Inmediatamente se puso en guardia y divisó al agresor. Estaba a unos tres metros de donde se situaba, y no tenía ni idea de como demonios se había acercado sin enterarse.
-Zanueff, ése no es el camino. Dizzy te necesita, pero no en ese estado. Te necesito sobrio y consciente.
El tipo que así hablaba se acercó a paso tranquilo y sin gestos amenazantes, mientras recuperaba su cadena. Aparentaba pasar de los venticinco, y vestía una estrafalaria camiseta con la antigua bandera británica bordada, y unos rotos vaqueros como única vestimenta. Su pelo rubio se recogía en un pañuelo que anudaba su frente, también con el mismo motivo que su camisa. Chipp se preguntó como demonios adoptaba tal reliquia como vestimenta si la Union Jack había desaparecido hacía ya casi un siglo.
-¿Quién demonios eres y por qué cojones sabes mi nombre?
-Tranquilo, vengo en son de paz. Simplemente quiero evitar que te dirijas a donde debes cargado de mierda. Las consecuencias serán desastrosas para todos. Así que tira esos tubos de Blue Hell al río delante mía y luego hablamos, ¿vale?
-Haré lo que me venga en gana, eso de primeras. Y de segundas, no has contestado a mis preguntas. Más te vale que empieces a hablar rápido o tendré que sacarte la información de malas maneras...
-¡Ehh, tranki! Paz en el mundo, hombre. No estás en condiciones de sacar nada a nadie, pero te haré caso. Mi nombre es Axl, Axl Low, agente de su Apestosa Majestad la Reina de Inglaterra. Y créeme si te digo que te estoy haciendo un favor muy grande.
Chipp empezaba a creer que aquel tipo estaba más loco de lo que aparentaba. Hablaba como si fuese alguien nacido doscientos años atrás, y su manera de comportarse era idéntica. ¿Agente de su Majestad? Las Islas Británicas habían desaparecido en el gran maremoto del 2098. Quizás era un simple tarado que pasaba por allí, pero tenía razón en dos cosas: en que conocía su nombre y en que no se encontraba en estado de reducir a nadie.
-¿Se puede saber a qué santo vienes y porqué sabes mi nombre?
-Sé muchas cosas, Chipp. Sé todo sobre Sol, Ky, Millia, Baiken y tú. Sé de vuestra misión contra Zato y Testament. Y sé que si te metes esa mierda en los ojos no vas a resultar de mucha ayuda en lo venidero. La incursión fracasará, seréis aniquilados y Justice volverá con tal poder que la Tierra va a dar tumbos como una pelota de baloncesto.
-Ahora dame una razón para que no te mate, asqueroso espía.
-Te daré tres. La primera es que tienes una fisura doble en el antebrazo derecho fruto de tu combate contra Potemkin, el soldado esclavo de aquella base donde estabas preso. Te la hicistes cuando le clavaste la hoja en el cuello, y suerte tuviste que a esa velocidad no te arrancases el brazo. La siguiente es que puedo darte la clave para liberar a Dizzy del cautiverio en la que la tienen. Y la tercera es que soy un pacifista nato y no querrás cargarte a alguien desarmado, ¿verdad?
Bingo en las tres. ¿Qué le pasaba a aquel tipo? ¿Era telépata? Con esa cara de idiota, imposible. Pero llevaba razón en lo que decía, y eso era lo que más amedrentaba a Chipp. Le vió sacar una petaca de oxidado aspecto y echar un buen trago mientras se sentaba de espaldas a un árbol. O estaba realmente seguro de sí mismo, o estaba completamente majara. Se sentía más inclinado por la segunda opción.
-Low, no sé de donde vienes, pero dí lo que tengas que decir y vete. No abuses de mi paciencia.
-Te propongo algo. Rompe las dos ampollas de Blue Hell delante mía y ven a tomarte un trago. Después hablaremos. Es Whisky escocés de malta, y me ha costado medio mes de paga el adquirirlo. Es la única ocasión en tu vida que tendrás de probarlo. Creo que tienes una oferta bastante provechosa ante tus ojos.
Aquello le dejó aún más confundido. Ese individuo era un misterio andante y estaba lleno de sorpresas. Pero desde luego su maltratado organismo soportaría mejor cualquier tipo de licor que el Blue Hell. Chipp miró una vez más las ampollas, y las lanzó lejos de él. Oyeron como chocaban sobre una roca y el cristal se rompía.
-Bueeeen chico. Anda, sientate aquí y prueba esto. Pero no bebas demasiado de golpe. Las resacas de escocés son las peores de quitar, te lo digo por experiencia.
Axl le alargó la petaca. Echó un trago. Estaba bueno. Estaba realmente bueno. Quienquiera que fuese Axl Low, una cosa era segura: tenía un gusto exquisito para los licores. Quizás no fuese mal tipo.
-Ahora escucha: como bien sabes, Dizzy es medio gear. Su naturaleza asesina puede imponerse a la humana con el estímulo adecuado. Pero es reversible. Es muy probable que debas enfrentarte a ella. Y de ti, y sólamente de ti depende que vuelva al buen camino o se condene para siempre. Aunque tú no lo sepas, eres una pieza importante en todo este juego. Es algo parecido al ajedrez. Ky está dispuesto a dar su vida por sus ideales. Millia conoce bien al enemigo. Baiken es capaz de superar cualquier límite si consigue vencer a sus demonios internos. Sol es la pieza rara, completamente imprevisible y demasiado tortuoso para que cualquiera de vosotros lo entienda. Y tú eres el toque moral. De ti depende la redención de Dizzy. Lo que sucederá si no tienes éxito será terrible, creeme. Y no puedo darte más detalles, De hecho, me espera una buena bronca cuando regrese, si es que regreso.
-¿No puedo preguntarte de donde vienes?
-No, pero hazte a la idea. Si nos volvemos a ver, lo sabrás...
-Para el carro. ¿Cómo lo sabré?
-Veamos, deja que haga mis cálculos. Si no tenéis éxito, ya dará todo igual porque estaremos todos muertos. Pero si por alguna casualidad del destino me haces caso, digamos que de aquí a cuatro años acudirás a una boda. Tú serás el padrino, por muchas protestas que digas. La pieza elegida para terminar el baile de bodas debería ser algo romántico, seguramente Cris Isaak. Pero alguien cambiará el disco y sonará Knockin´ on Heavens Door de Guns´n Roses. Así lo sabrás.
-Si me quedaba alguna duda sobre si ibas en serio o estabas loco, me la acabas de resolver. Axl, estás como una regadera. Pero agradezco el whisky.
-Tú hazme caso. Espero que todo salga bien. Y recuerda una cosa: ten cuidado con las alas. Hasta dentro de un par de años, si Dios quiere.
Levantóse de un salto y empezó a correr hacia la maleza. Chipp saltó asimismo y empezó a perseguirle entre los árboles, pero a los treinta segundos se le había escapado. Mejor dicho, se había desvanecido. Era la primera persona en toda su vida capaz de despistarle en un bosque, salvando su maestro Hanzo, claro estaba. Chipp todavía estaba hecho un mar de dudas, pero descubrió que tenía en la mano todavía la rústica petaca de Axl. Tenía una buena capa de óxido por encima, pero rascando con su cuchilla pudo distinguir lo que ponía en su etiqueta. No daba crédito a sus ojos. Pelillos a la mar, se echó al coleto otro buen trago y después se dejó caer sobre la hierba todo lo largo que era. Sólo le faltaba eso, que empezase a ver muertos...
"Propiedad exclusiva de the Cavern Club. Liverpool, 1965".
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Comentarios del Autor:
Vale, es una rallada mental. Los efectos de la falta de nicotina se notan por todos lados y a la saga introspectiva le queda aún fuelle. Pero Axl tenía que aparecer y no había otra manera de sacarle sin involucrarlo de lleno en la trama. No es un personaje poderoso e iba a ser pura carne de cañon, así que una aparición a lo Obi-Wan etílico queda de lo más cuca. Para los interesados en enterarse de la historia de este trotatiempos, revisad mi FAQ del Guilty Gear X. Las canciones están puestas con toda la mala hostia del mundo, y puede sacarse más de una referencia expresa a Cowboy Bebop. Está hecho aposta XDDDD. Hala, me piro a dormir, que mañana me levanto a las seis
Kim Kapwham, madrugada 2001-09-17
