FELIZ NAVIDAD

By: Tailmon W.

wizzie_chan@hotmail.com





El sol se ocultaba ya; las nieblas ascendían del profundo seno de los valles, deteníanse un momento entre los oscuros bosques y las negras gargantas de la cordillera, como un rebaño gigantesco; después avanzaban con rapidez hacia las cumbres, se desprendían majestuosas de las agudas copas de los abetos e iban por último a envolver la soberbia frente de las rocas, titánicos guardianes de la montaña que habían desafiado allí, durante miles de años las tempestades del cielo y las agitaciones de la Tierra.



Los últimos rayos del sol poniente franjeaban de oro y de púrpura estos enormes turbantes formados por la niebla, parecían incendiar las nubes agrupadas en el horizonte, rielaban débiles en las aguas tranquilas del remoto lago, temblaban al retirarse de las llanuras invadidas ya por la sombra, y desaparecían después de iluminar con su última caricia la oscura cresta de aquella oleada del pórfido.



Los postreros rumores del día anunciaban por donde quiera la proximidad del silencio. A lo lejos, en los valles, en las faldas de las colinas, a las orillas de los arroyos, veíanse reposando quietas y silenciosas las vacadas; los Bamon cruzaban como sombras entre los árboles, en busca de sus ocultas guaridas; las aves habían entonado ya sus himnos de la tarde, y descansaban en sus lechos de ramas; en las rosas se encendía la alegre hoguera de pino, y el viento glacial del invierno comenzaba a agitarse entre las hojas.



La noche se acercaba tranquila y hermosa: era el 24 de diciembre, es decir, que pronto la noche de navidad cubriría nuestro hemisferio con su sombra sagrada y animaría a los pueblos cristianos con sus alegrías íntimas.



Una sombra silenciosa y delgada se escurría entre los pastos. Su figura denotaba cansancio, tristeza, agitación; el pié blanco se apoyó en la roca mal acomodada y el pequeño cuerpo cayó pesadamente al suelo...

Pareció no importarle... Se había quedado ahí, tirada en medio de la nada...

Una lágrima recorrió la mejilla delgada y el par de párpados se apretaron uno contra otro como tratando de ahogar el dolor...

El día de hoy un Tailmon había sido la víctima... El sufrimiento parecía rondar aquellos bosques de Gijinkas desde tiempos remotos...

Pero aquel digimon no parecía sufrir por eso... Sus lágrimas venían de más adentro; venían del pasado, de un pasado demasiado doloroso como para ser recordado... Un pasado que le acuchillaba el corazón y le torturaba el alma; un pasado que la hacía sentirse culpable... Culpable de haber robado una vida... Una vida entera... O quizás dos...



Se puso de pie después de haber llorado amargamente por largo rato y echó

a andar sin darse cuenta de que el cielo se había oscurecido de pronto y

gordas y grandes gotas de lluvia helada caían sobra su cabeza.

Un látigo eléctrico surcó los cielos mientras ella se acuclillaba sobre a una

gran roca y sus lágrimas se confundían con la lluvia...

Se encontraba ahí nuevamente; el último lugar en donde lo viera con vida y

estuvieran a solas... El lugar donde la besó... Por primera, única y última vez...

Calidamente...

Quizás en otro tiempo aquello no le hubiese afectado; tenía a Kari y a sus

amigos con ella... Pero ahora Kari ya no estaba... La había perdido mucho

tiempo atrás... Un ataque de pulmonía y todo terminó...

Desde ese día se dio cuenta de que también había terminado para ella... De que estaba sola... De que a nadie le importaba...

Solo habían existido dos personas en su vida... Kari... y él... Él... Un joven hechicero que la amó con todo su corazón, pero al que ella no supo valorar...

La amaba tanto... Tanto... Lo suficiente como para cambiar su vida por la de ella... Le regaló sus años; su amor; su corazón y su alma...

Le había obsequiado una vida entera para vivir; una vida entera para luchar, para disfrutar y ser feliz...

Siempre lo sintió latiendo dentro de ella; vivo...

Pero no lo estaba...

Y se observaba ahora... Sufriendo... Llorando... Odiando todo lo que tenía a su alrededor... Aquello realmente no valía la pena... Si la mirara en ese momento se sentiría avergonzado... Enojado... Apenado de haberla amado por lo que fue en cierto punto de su vida, y del que ahora no quedaba ya nada en su pecho... Triste de haberse sacrificado por ella, cuando realmente no valía la pena; cuando podía haber seguido viviendo felizmente si no la hubiera mirado... Que era un estúpido por haber amado a aquel digimon mediocre que no valía ni la mitad del amor que le profesó... Y despreciarla sin chistar... Acabar con ella de un solo golpe... Estaba aturdida... Necesitaba tiempo para pensar...



Nunca lo necesitó; tenía todo lo que alguien hubiera podido querer; amigos, fama, cariño, hogar, comida... Todo... Menos a él... Menos amor... Nunca lo necesitó hasta que todos la abandonaron... Y lo odió... Lo odió por haberlo hecho antes que todos... Lo odió por haberla dejado; por haberse marchado solo, sin llevarla con él... Lo maldijo mil veces; lo maldijo hasta que sus pulmones se cansaron y su garganta se desgarró... Entonces volvió a llorar; a sumirse en su melancolía y encerrarse en el mundo al que se había apresado desde hacían 5 años... Los 5 años más largos de su vida; los 5 años en que él no había estado a su lado; los 5 años en que lo necesitó mucho más que nunca... En que realmente lo necesitó... Y en el último mes... El mes en el que descubrió que le amaba; que sin él ella estaba incompleta; que era como una flor sin aroma; sin esencia ni vida... Que en realidad, estaba muerta por dentro...

Se puso de rodillas y lo odió más... Lo odió hasta que su fuerza no fue lo suficiente como para demostrarlo y no poder decir nada más que un Te Amo... Lo más bajo que un Tailmon hubiera podido caer... Y perdió el conocimiento al mismo tiempo que su dignidad; cerró los ojos y dejó a la lluvia jugar con ella... E incluso cuando las gotas mojaban sus labios, alcanzaba a murmurar su nombre en sueños... Era un beso tibio de su amor...

-Wizarmon...

-Dime...-una voz suave respondió a su lado... Los ojos del gato se abrieron lentamente y lo vio... Estaba sentado en la roca junto a ella, mirándola; con la cabeza mojada de tanta lluvia y el pelo aplanado que lo hacía verse gracioso... Sus ojos verdes la miraban con ternura mientras que la bufanda que le cubría medio rostro no figuraba por ningún lado... La tenía sobre su cabeza; junto al sombrero... Nuevamente trataba de protegerla... Tomó las cosas como pudo y se las arrojó a la cara.

-Eres tú...-trató de ponerse de pie y lo miró con coraje; estaba ardida... Furiosa... Lo tenía nuevamente ante ella y ahora si descargaría todo su odio en él...

-Cobarde!-gritó ahogada en sollosos.-Me abandonaste!! Me abandonaste!! Estúpido!! Idiota!! Desgraciado!! No sabes cuanto te necesité todos estos años!! No tienes idea de la agonía que sufrí!! No lo sabes!! POR QUÉ ME ABANDONASTE?!! POR QUÉ??!! Por qué te fuiste sin escucharme??!! Por qué te marchaste antes de que yo te dijera lo mucho que te necesitaba!! Lo mucho que significabas para mi!! Lo mucho que te amaba!!-y lo golpeaba con todas las fuerzas de su alma; un trueno y un rayo quebraron la quietud de la noche (si se le pudiera llamar quietud) mientras que ella volvía a desplomarse, esta vez entre sus brazos...

-Perdóname...

-Perdóname tú a mi... No debí gritarte así...

-Yo no debí marcharme... En realidad... También te he extrañado...

-Pero me salvaste la vida... Y todavía no he podido agradecértelo...

-Ya lo has hecho... Ahora descansa...

-Gracias... Wizarmon...-cerró los ojos y lo sintió abrazarla... Nuevamente... Entre sus brazos...

Aquella noche no tuvo tiempo para pensar en como y por qué había él vuelto... Pero eso realmente no le importaba mucho... En realidad no le importaba nada... Ni siquiera se dio cuenta de que Wizarmon había vuelto... Lo tomó como un sueño cualquiera, el cual sabía que no era un sueño...

Cuando los párpados se despegaron dejando entrever un par de pupilas azules, se encontró a su misma echada en una cama caliente en el interior de una cueva... Se miró y observó los alrededores... Lo buscó con la mirada hasta que lo descubrió agachado frente a una fogata tratando de secar la ropa de su amiga... Aún era de noche... Se puso de pie y se acercó a pasos cortos a él, tratando de no llamar su atención...

-Veo que has despertado...-murmuró el hechicero.

-Si...En donde estamos?

-No lo se... Encontré éste lugar mientras buscaba donde resguardarnos de la lluvia... ¿Cómo te sientes? -la mira y le toca la frente.-Por lo visto la fiebre ha desaparecido...-sonríe- Me da mucho gusto... ^^

-Por qué estás aquí?-le dice ella, alejando la mano de su rostro.

-Eh? No tengo idea... Me encontraba muy a gusto en compañía de Wargreymon cuando de pronto aparecí aquí... Te vi en aquel sitio y me acerqué a ti...-explica el brujo, bajando la mirada.-Pero por lo que noto no te alegra verme... Así que no te preocupes ^_^ Cuando pase la lluvia me marcharé...

-A donde irás?

-Pues... Creo que lo mejor será regresar a mi antiguo oficio...-luego esbozó una sonrisa burlona que la hizo intimidarse.

-Será lo mejor-responde ella, dándole la espalda; se sienta en el lecho y se acurruca nuevamente, clavando la mirada en las llamas de la fogata que Wizarmon mantuviera viva a base de pasto seco y magia.

El digimon de los ojos verdes se pone de pie y la mira un poco... Tailmon había cambiado mucho... Medía casi lo mismo que él y su figura estaba mucho más linda que nunca...

-No!-se reclama.-Ni se te ocurra!

-Eh?

-Nada! Nada! Pensaba en voz alta! ^^U

-Muy bien...

-...

-No piensas dormir?

-No esta noche...-y le dá la espalda para salir de regreso a la lluvia.

-Wizarmon...-murmura, como tratando de que no la escuche.

-Qué sucede?

-Quiero preguntarte algo...

-Qué cosa es?

-Todavía me amas?

-...

-Responde!

-No; ya no.

-...-Tailmon se ha sonrojado a la vez que un par de gruesas lágrimas recorren sus mejillas.-Me alegra saber que estamos a mano...

-De qué hablas?

-Ahora que yo te amo, tú no sientes nada por mi...

-...

-Buenas noches...

-Tailmon...

-Si?

-...Buenas noches...

Y la conversación se cierra.

Wizarmon ha echado a andar por un sendero del bosque que parece no llevarlo a ninguna parte; la lluvia helada cae sobre su cabeza mientras que sus mejillas se han torneado color carmín al escuchar dentro de su cabeza una y otra vez las palabras de Tailmon... Ella lo amaba... Y él ahora... La seguía amando... Pero no podía permitirse hacerle ilusiones sin antes enterarse del por qué había vuelto al digimundo... Sin embargo... Se detuvo un poco, apretó los puños y regresó corriendo por el camino de regreso a ella... Entró a pasos cortos al lugar y la observó acurrucada en una esquina, llorando abiertamente su desprecio y maldiciendo la hora en la que se le había ocurrido enamorarse de él...

-Tailmon...-murmuró, deshaciéndose del sombrero.

-...Wizarmon...-limpiándose las lágrimas disimuladamente, lo miró. Estaba parado a poco menos de un metro de ella...

Se miraron a los ojos cerca de un minuto hasta que él no pudo más y se fue sobre de ella... La envolvió entre sus brazos mientras que ella apretaba los ojos y soportaba el corazón acelerado dentro de su pecho...

-Tailmon... Miento... Todos estos años... No lo he podido olvidar... No he conseguido arrancarte de mi pecho... Te sigo amando! Te sigo queriendo como idiota! Sigo siendo el mismo estúpido que volvería a dar su vida por la tuya!-y le besa las mejillas como desesperado; como si se tratase de un manantial del que bebiera en medio del quemante desierto...

-Yo también...-lo interrumpe.-Yo también te amo... Wizarmon... Perdóname... Perdóname por no haberme dado cuenta de ello antes...

-Olvida eso...

-Trato de hacerlo... Pero no es tan fácil...-Tailmon se sienta y lo aparta un poco.

-...

-Por mi culpa moriste!-lo mira; sus ojos inundados de lágrimas la hacen verse mucho más hermosa...

-Eso es lo que te preocupa?-murmura Wizarmon, clavando la mirada en ella.

-Por qué? No sabes que yo lo hice con gusto?

-Con gusto? Morir por gusto?-le mira.-Eso no es estúpido?

-No para el amor.-niega él.-Si amas realmente a alguien, puedes hacer lo que sea... Puedes dar todo lo que posees por ella... Todo por su felicidad... En tiendes?

-Amar...-repite, haciendo movimientos negativos con la cabeza; sonríe y agacha la cabeza.-Amor y cariño no es lo mismo?

-No... Amor es mucho más que eso...

-Entonces todavía no se lo que es amar... Aun me falta mucho...

-...Yo...

-No me digas nada... Fui una estúpida cabeza hueca cuando te dije que te amaba... Perdóname...

-...-él no dice nada; su corazón está roto... Nuevamente roto... Se pone de pie y se aleja de ella.-Entonces no me necesitas...-y se va.

-Wizarmon...-suspira.-Lo siento mucho... Necesito entenderme a mi misma antes de amar a alguien...

Por un minuto es todo tranquilidad en medio de la tormenta.

Las ramas de los árboles se agitan fuertemente por los vientos mientras que se forman caudales de aguas torrenciales.

En la aldea Koromon había fiesta; era navidad y todos celebraban la temporada. Wizarmon se ha detenido frente a una puerta y golpea un par de veces; un Agumon sale... Era el mismo Agumon que conociera años atrás y ahora está sorprendido de verle... Le ha permitido pasar y le ofrece algo para beber; Wizarmon hace un ademán y ambos se sientan.

-Cómo es que...?-interroga Agumon.

-No lo se...-interrumpe el hechicero.

-Quién más te ha visto?

-Tailmon...

-...-Agumon había crecido bastante también; tenía el pelo rojo y ojos verdes; usaba una especie de armadura y le llegaba al nivel de los ojos a Wizarmon; siempre habían sido buenos amigos, aunque no tuvieran tanto tiempo de conocerse, sabían bien que podían confiar el uno en el otro.

-Solamente he venido a hacerte una pregunta...

-Qué cosa?

-Es sobre ella...-refiriéndose a Tailmon.

-Qué sucede con ella?

-No sabes si...

-Sufrió bastante...-le sonríe a la vez que se frota la nariz.-Más desde que Kari la abandonó también...

-De qué hablas?

-Kari murió hace cerca de 4 años; no te lo dijeron?

-No... Nadie lo hizo...

-Desde entonces se convirtió en un digimon muy amargado...-lo mira.-Ni siquiera V-Mon o Patamon lograron acercarse a ella nuevamente...

-Entonces... Eso quiere decir que...?

-No puedo asegurarte nada... Será mejor que le preguntes.

-Está confundida... Me ha dicho que el amor y el cariño son lo mismo... Creo que era solo eso... Y yo...-se dá un puñetazo a si mismo.-No soy más que un idiota!

-No te mortifiques así... Yo se que le importas... Más de lo que aparenta... Habla con ella... Pero...

-Eso haré... Gracias Agumon...-Wizarmon mostró una sonrisa amplia mientras volvía a salir a la lluvia y se alejaba a pasos largos del lugar, dejando a su amigo con la palabra en la boca.

-Ten cuidado con la cañada... Ay!-suspiró el dinosaurio gijinka cerrando la puerta a la par.

El joven hechicero corría con desesperación bajo la lluvia, en medio de la oscuridad. Evitó cerca de 8 veces el resbalar y caer sobre el barro, hasta que llegó a su guarida; entró con cuidado y revisó... Tailmon no figuraba por ninguna parte... Salió y encontró las pisadas del gato dirigiéndose hacia la cañada y sintió un nudo en la garganta... Corrió a todo lo que le dieron sus piernas hasta que la vio...

Estaba de cuclillas sobre una roca, mirando hacia abajo como corría placidamente el agua en el río y quebraba en la caída de más de 200 metros hacia lo profundo de un abismo.

Wizarmon suspiró aliviado y quiso acercarse a ella...

-No lo hagas...-murmuró el gato, mordiéndose el labio inferior.

-Eh?

-No te me acerques...

-Por qué?

-No lo hagas...-Tailmon se apretaba con fuerza el estómago; él lo notó de pronto... La sangre brotaba de una herida mientras que los ojos del digimon estaban inundados de lágrimas... Sin hacer más caso se acercó a ella y la tomó entre sus brazos; Tailmon apretó los párpados y aulló un poco por el dolor...

-Qué demonios te pasó?!

-Un digimon al que no conozco me atacó... Creo que pensó que intentaba robarme a su huevo...-como pudo señaló un nido al fondo de la quebrada.

-Pero...-el brujo pasó suavemente su mano derecha por el estómago de su amada a la vez que ella se ruborizaba y su herida se cerraba.-Por qué saliste?

-Necesitaba pensar...

-Pudiste pensar ahí dentro...

-...-colocó los pies en el suelo y sin saber ni como se resbaló; dio un grito mientras que Wizarmon trataba de detenerla; Tailmon estaba ahora colgando del brazo del mago y él entrelazaba sus piernas a una roca a la vez que trataba de sostenerla.

-No te sueltes!-gritó él. Un rayo cayó a la distancia impidiendo que él escuchara lo que ella le gritaba.

-WIZARMON!! TEN CUIDADO!! ATRÃ