Bueno, acá está el capÃtulo 4 . PIDO MIL DISCULPAS POR LA DEMORA!!!!! y por
favor, no se olviden de dejar REVIEWS
CapÃtulo 4- Revelaciones Importantes
En los años que mediaron entre la partida de Bilbo y el comienzo de la misión del Anillo, Lindalwen volvió muchas veces a Bolsón Cerrado. Pasaba un tiempo allÃ, y luego volvÃa a Lothlórien, y también a sus Tierras Mortales.
Eran felices, pero el deseo de Frodo por ver a Bilbo era cada vez más fuerte. Lindalwen lo comprendÃa, pues sabÃa que Bilbo era como un padre para Frodo, pero no querÃa permitir que partiese, porque en sus idas y venidas habÃa oÃdo noticias de cosas extrañas, y porque sabÃa lo que pasarÃa mas adelante. SolÃa aconsejarle que esperara noticias de Gandalf, pero como el mago no daba señales de aparecer, en ausencia de Lindalwen, Frodo andaba constantemente en busca de noticias. Se encontraba a menudo con enanos de distintas clases que venÃan del sur a las minas de Ered Luin. Estaban preocupados y algunos hablaban del enemigo y las Tierras de Mordor.
"ParecÃa que el poder maléfico del Bosque Negro habÃa desaparecido gracias a la intervención del Concilio Blanco, pero sólo para reaparecer con poder todavÃa mayor en las viejas fortificaciones de Mordor. Se decÃa que la Torre Oscura habÃa sido reedificada. (...) Los orcos se multiplicaban de nuevo en las montañas. Los trolls estaban en todas partes. (...) Y también se hablaba de criaturas más espantosas, pero que no tenÃan nombre."
Pocos de los hobbits comunes sabÃan esto, pero pronto comenzaron a oÃrse cuentos y rumores sobre cosas extrañas que sucedÃan en el Lejano Este.
Era la primavera del quincuagésimo año de Frodo. Las hierbas y árboles crecÃan con un verde brillanTe y hermoso, y las flores asomaban con sus alegres colores en el jardÃn.
Frodo y Lindalwen contemplaban juntos el atardecer (como ya era su costumbre), y hablaban de muchas cosas.
-¡Cómo quisiera ver al viejo Bilbo otra vez!- exclamó con tristeza Frodo.
-Lo sé- dijo ella tranquilamente_ pero no puedes partir todavÃa...
Iba a decirle que correrÃa grandes peligros y que tenÃa una gran misión por delante, pero se detuvo justo a tiempo, recordando la promesa que le habÃa hecho a Gandalf.
-Espera un poco más- dijo Lindalwen. Le tomó la mano y le sonrió- Presiento que Gandalf ya no tardará, y traerá noticias importantes.
Tras este gesto de Lindalwen, Frodo también le sonrió. Luego la besó y le dijo:
-No sé que harÃa sin ti
-Probablemente vagarÃas perdido por las Tierras Ã
CapÃtulo 4- Revelaciones Importantes
En los años que mediaron entre la partida de Bilbo y el comienzo de la misión del Anillo, Lindalwen volvió muchas veces a Bolsón Cerrado. Pasaba un tiempo allÃ, y luego volvÃa a Lothlórien, y también a sus Tierras Mortales.
Eran felices, pero el deseo de Frodo por ver a Bilbo era cada vez más fuerte. Lindalwen lo comprendÃa, pues sabÃa que Bilbo era como un padre para Frodo, pero no querÃa permitir que partiese, porque en sus idas y venidas habÃa oÃdo noticias de cosas extrañas, y porque sabÃa lo que pasarÃa mas adelante. SolÃa aconsejarle que esperara noticias de Gandalf, pero como el mago no daba señales de aparecer, en ausencia de Lindalwen, Frodo andaba constantemente en busca de noticias. Se encontraba a menudo con enanos de distintas clases que venÃan del sur a las minas de Ered Luin. Estaban preocupados y algunos hablaban del enemigo y las Tierras de Mordor.
"ParecÃa que el poder maléfico del Bosque Negro habÃa desaparecido gracias a la intervención del Concilio Blanco, pero sólo para reaparecer con poder todavÃa mayor en las viejas fortificaciones de Mordor. Se decÃa que la Torre Oscura habÃa sido reedificada. (...) Los orcos se multiplicaban de nuevo en las montañas. Los trolls estaban en todas partes. (...) Y también se hablaba de criaturas más espantosas, pero que no tenÃan nombre."
Pocos de los hobbits comunes sabÃan esto, pero pronto comenzaron a oÃrse cuentos y rumores sobre cosas extrañas que sucedÃan en el Lejano Este.
Era la primavera del quincuagésimo año de Frodo. Las hierbas y árboles crecÃan con un verde brillanTe y hermoso, y las flores asomaban con sus alegres colores en el jardÃn.
Frodo y Lindalwen contemplaban juntos el atardecer (como ya era su costumbre), y hablaban de muchas cosas.
-¡Cómo quisiera ver al viejo Bilbo otra vez!- exclamó con tristeza Frodo.
-Lo sé- dijo ella tranquilamente_ pero no puedes partir todavÃa...
Iba a decirle que correrÃa grandes peligros y que tenÃa una gran misión por delante, pero se detuvo justo a tiempo, recordando la promesa que le habÃa hecho a Gandalf.
-Espera un poco más- dijo Lindalwen. Le tomó la mano y le sonrió- Presiento que Gandalf ya no tardará, y traerá noticias importantes.
Tras este gesto de Lindalwen, Frodo también le sonrió. Luego la besó y le dijo:
-No sé que harÃa sin ti
-Probablemente vagarÃas perdido por las Tierras Ã
