1 CAPITULO 2: Callejón Diagón
Por fin estaba en el Callejón Diagón comprando sus libros luego de unas vacaciones horribles, pero extrañas a la vez.
--Harry, Harry!!!—gritó Ron, desde Madam Malkin, con una túnica nueva en la mano.
--Hola Ron!!, nueva túnica?? – preguntó Harry, viendo a Ron mucho más alto desde el último fin de cursos.
--Si, como ves, la anterior me quedaba hasta las rodillas!! Pero ya me hacía falta una nueva—Vamos con Hermione, está en Flourish y Blots comprando uno de los cuantos libros que le gustan.
Caminaron a lo largo de la calle hasta llegar a la librería, cuando Harry vio a Hermione se quedó impactado por todo lo que había cambiado durante vacaciones. Por primera vez, llevaba el cabello recogido con un listón blanco y sus dientes lucían muy bien. Se había dado cuenta de que ya no era una niña, sino una mujer.
--Ho-hola Hermione – tartamudeó Harry, ruborizándose
--Hola Harry ¿qué tal las vacaciones con los Dursley? Qué te hicieron esta vez?
Su voz, su voz ya no era la misma de antes, era un poco diferente, pero no la misma, también iba maquillada, "que bicho le habría picado" se preguntaba Harry, admirando su belleza y platicándole las "maravillosas" vacaciones que pasó con los Dursley.
Ya en King´s Cross, Harry se percató de que Ron no le daba tanta importancia a la diferencia de Hermione, y también se dio cuenta de que no la escogieron para prefecta.
Estuvo muy feliz por eso, ya que si hubiese sido prefecta, pasaría menos tiempo con ellos.
Cruzaron el anden 9 y ¾ y una vez en el tren, estuvo platicando placidamente con Ron y Hermione.
Cuando llegaron a Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería, donde Harry estudiaba desde hace 6 años y donde había pasado los peores y los mejores momentos de su vida, seguía igual de reluciente que siempre, con sus grandes puertas de madera, su piso recién pulido, su Gran Salón tan brillante como siempre, con su techo que parecía cielo, ya que se veían las estrellas si uno volteaba para arriba.
Harry estaba muy feliz de volver a ese grandioso lugar, porque quería seguir con nuevas clases, y conocer, por supuesto, a los nuevos alumnos de primer año. Estaba seguro de que este año seria otro con Voldemort rondando para llevárselo, pero no era todavía la hora de preocuparse, ya que apenas iniciaba el curso y con Dumbledore como director, estaría seguro.
-- ¿Quién crees que será el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? – interrumpió rápidamente los pensamientos de Harry
-- Ni idea, espero que este si dure mas de un año – contesto Harry, pidiendo que lo que acababa de decir se hiciera realidad, ya que ningún maestro había durado mas de un año, por una extraña razón.
Llegaron al comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor, junto con los nuevos alumnos que habían sido seleccionados por el Sombrero, por desgracia, se habían perdido esta ceremonia buscando quien seria el profesor nuevo.
-- Alumnos, bienvenidos a Hogwarts, espero que este sea un curso muy agradable para todos los alumnos y que los nuevos tengan la mejor experiencia de su vida en esta institución. Quiero darles 2 mensajes: el primero, les presento a la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, reciban con un aplauso a la maestra Miranda Hunt.
Harry se sorprendió al ver a la profesora, ya que nunca habían tenido una maestra en esa materia, siempre hombres. Era alta, delgada, tenia el cabello plateado y largo, lo llevaba suelto. Sus ojos eran grises, y no tenia mas de unos 30 años. A pesar del gran parecido con una veela, Harry y todos los demás sabían que no lo era, ya que no les producía tanta emoción y sorpresa.
Dumbledore prosiguió:
Espero que tengan una buena comunicación con Miranda, una gran compañera y amiga mía. El otro mensaje es el siguiente: durante las vacaciones no se dio a conocer los puestos de prefectos de las casas, pero ya tenemos los resultados: de Slytherin, será Pansy Parkinson, de Hufflepuff, Hannah Abott, de Ravenclaw Terry Boot y de Gryffindor será Hermione Granger. Pasen después del banquete al despacho de la profesora McGonagall para recibir instrucciones. Ahora, disfruten de la deliciosa cena.
Hermione saltó de su silla de la emoción. Era lo mejor que le podría haber pasado. Siempre quiso ser prefecta y ahora lo había conseguido. Sin duda todas esas horas de estudio de habían servido.
-- Felicidades Hermione, me da gusto que seas prefecta – fingía Harry, en realidad no le daba gusto que Hermione fuera prefecta, ya que pasaría menos tiempo con ellos y eso no estaría bien con tantos problemas en los que se meten a cada rato.
-- Si, muchas felicidades, pero por favor, hay que cenar que me muero de hambre – interrumpió Ron, que tampoco le agradaba la idea de la prefecta Hermione.
Al día siguiente, Harry se levantó muy temprano, pues estaba ansioso de que las clases comenzaran de nuevo. Esperó a Ron y juntos fueron a la sala común donde estaba Hermione entregando los horarios de los alumnos.
-- Herbologia es la primera clase, nada interesante – comentó Ron, que iba de muy mala gana al Gran Salón a desayunar – por lo menos disfrutaré de un rico desayuno.
Después de desayunar, llegaron a Herbologia, plantaron Lormíteros, una planta que servía para recuperar la vista en caso de ceguedad.
Luego tuvieron Historia de la Magia con los de Slytherin, y Malfoy empezó a hacer de las suyas de nuevo.
-- Vaya, vaya, miren quién está aquí, el joven Harry Potter. Los años pasan taan lentos, y todavía quedan otro más con éste aquí...
Harry lo ignoró por completo, ésta vez no tenía ganas de discutir, con nadie. Sentía que le faltaba algo, no sabía que, pero lo sentía.
-- Hey, Harry, ¿ya viste a la nueva alumna de Slytherin? Si o no está guapísima, más que una veela – le comentó Ron sin despegar la vista de una chica delgada, con el cabello rubio y lo llevaba recogido, se le veían claramente sus ojos azules brillando; platicaba con Pansy Parkinson de lo mal que se veía el profesor Binns con esa tunica verde escarlata.
-- Ron, la tengo que conocer! Sabes, éstos últimos dias he sentido que me falta algo, no sé que es, pero me siento solo, raro, tu que...
-- Evidentemente mi querido Potter, lo que te hace falta es una novia, a leguas se te nota, y tal vez ella sea la indicada – interrumpió Ron señalando a la chica rubia.
-- Alumnos, silencio por favor, déjenme comenzar la clase ya. Primero quiero presentarles a todos, a su nueva compañera Andie Foster, ella viene de la escuela Durmstrang.
Hubo un silencio total, al menos en la cabeza de Harry, porque los demás comentaban que el saco verde escarlata del profesor no iba con su corbata, y que seguramente estaba de parte de Slytherin , ya que su escudo es verde también. Harry la miraba fijamente, y sentía algo cuando la veía, era algo extraño.
-- Hoy trabajaremos sobre las brujas y magos del siglo XXI, ¿cómo serán? Quiero que se junten en equipos de 4, yo los organizaré; haber Malfoy, Crabbe, Parkinson y Palti; Lavender, Goyle, Flint y Neville; Potter, Granger, Weasley y Foster...
-- Bueno, ¿cómo se imaginan que serán las brujas del siglo XXI? No tengo ni idea, pero puede ser que tengan escobas que viajen a la luna en poco tiempo y que salgan de vacaciones a otros planetas para tener uno gobernado de puros magos sin ser molestados por los muggles y ya no tendremos que esconder la magia... ¿Te imaginas Hermione?
-- ¡Ron! Cómo puede ser posible eso,¿que no te acuerdas de la ley de la gravedad?, aah, no, es que tu no estuviste en estudios muggles. Mira, la ley de la gravedad dice que no se puede vivir en los planetas porque no tienen gravedad y saldríamos volando hacia el espacio...
-- Hermione, Hermione, estás loca? ¿cómo van a salir volando por el espacio? Si pueden respirar en este planeta lo pueden hacer en otros...
La discusión continuó. Hermione insistía en que no se podía vivir sin gravedad en ningun planeta, mientras que Ron fantaseaba con las familias de magos en la luna sin que los muggles los molestaran..
-- Hola, ¿Eres Harry Potter, no es así? – preguntó Andie, ignorando la discusión de Ron y Hermione.
Este.. sí, sí, pero cómo lo sabes? – fue lo único que se le ocurrío decir a Harry.
Pues por la cicatriz en forma de rayo que tienes en la frente, es evidente – dijo Andie, señalando la cabeza de Harry.
Ah, si verdad, pensé que no se me veía – contestó Harry, acomodándose el pelo negro azabache y preguntándose cómo habría podido ser tan tonto y olvidarse de el pequeño regalito que le dejó Voldemort antes de asesinar a sus padres, y por supuesto, el motivo por el que los magos y brujas de todo el mundo lo reconocían: su cicatriz.
Andie sólo le respondió con una mirada insinuando que no era tan tonta como para creérselo.
- Bueno, qué te parece si mejor nos ponemos a hacer el trabajo, ¿no crees? – preguntó Harry para dar fin al tema de su cicatriz.
- Si, claro
Luego de que la aburrida clase del profesor Binns terminó fueron a Transformaciones con la profesora McGonnagall, quien les enseñó como transformar una escoba en una serpiente venenosa, pero ocurrió lo mismo de siempre, Neville se tropezó con esa serpiente y lo picó, tuvo que ir a la enfermería con la señora Pomfrey, quien le sacó el veneno de la pierna con un hechizo rápido.
Por fin estaba en el Callejón Diagón comprando sus libros luego de unas vacaciones horribles, pero extrañas a la vez.
--Harry, Harry!!!—gritó Ron, desde Madam Malkin, con una túnica nueva en la mano.
--Hola Ron!!, nueva túnica?? – preguntó Harry, viendo a Ron mucho más alto desde el último fin de cursos.
--Si, como ves, la anterior me quedaba hasta las rodillas!! Pero ya me hacía falta una nueva—Vamos con Hermione, está en Flourish y Blots comprando uno de los cuantos libros que le gustan.
Caminaron a lo largo de la calle hasta llegar a la librería, cuando Harry vio a Hermione se quedó impactado por todo lo que había cambiado durante vacaciones. Por primera vez, llevaba el cabello recogido con un listón blanco y sus dientes lucían muy bien. Se había dado cuenta de que ya no era una niña, sino una mujer.
--Ho-hola Hermione – tartamudeó Harry, ruborizándose
--Hola Harry ¿qué tal las vacaciones con los Dursley? Qué te hicieron esta vez?
Su voz, su voz ya no era la misma de antes, era un poco diferente, pero no la misma, también iba maquillada, "que bicho le habría picado" se preguntaba Harry, admirando su belleza y platicándole las "maravillosas" vacaciones que pasó con los Dursley.
Ya en King´s Cross, Harry se percató de que Ron no le daba tanta importancia a la diferencia de Hermione, y también se dio cuenta de que no la escogieron para prefecta.
Estuvo muy feliz por eso, ya que si hubiese sido prefecta, pasaría menos tiempo con ellos.
Cruzaron el anden 9 y ¾ y una vez en el tren, estuvo platicando placidamente con Ron y Hermione.
Cuando llegaron a Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería, donde Harry estudiaba desde hace 6 años y donde había pasado los peores y los mejores momentos de su vida, seguía igual de reluciente que siempre, con sus grandes puertas de madera, su piso recién pulido, su Gran Salón tan brillante como siempre, con su techo que parecía cielo, ya que se veían las estrellas si uno volteaba para arriba.
Harry estaba muy feliz de volver a ese grandioso lugar, porque quería seguir con nuevas clases, y conocer, por supuesto, a los nuevos alumnos de primer año. Estaba seguro de que este año seria otro con Voldemort rondando para llevárselo, pero no era todavía la hora de preocuparse, ya que apenas iniciaba el curso y con Dumbledore como director, estaría seguro.
-- ¿Quién crees que será el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? – interrumpió rápidamente los pensamientos de Harry
-- Ni idea, espero que este si dure mas de un año – contesto Harry, pidiendo que lo que acababa de decir se hiciera realidad, ya que ningún maestro había durado mas de un año, por una extraña razón.
Llegaron al comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor, junto con los nuevos alumnos que habían sido seleccionados por el Sombrero, por desgracia, se habían perdido esta ceremonia buscando quien seria el profesor nuevo.
-- Alumnos, bienvenidos a Hogwarts, espero que este sea un curso muy agradable para todos los alumnos y que los nuevos tengan la mejor experiencia de su vida en esta institución. Quiero darles 2 mensajes: el primero, les presento a la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, reciban con un aplauso a la maestra Miranda Hunt.
Harry se sorprendió al ver a la profesora, ya que nunca habían tenido una maestra en esa materia, siempre hombres. Era alta, delgada, tenia el cabello plateado y largo, lo llevaba suelto. Sus ojos eran grises, y no tenia mas de unos 30 años. A pesar del gran parecido con una veela, Harry y todos los demás sabían que no lo era, ya que no les producía tanta emoción y sorpresa.
Dumbledore prosiguió:
Espero que tengan una buena comunicación con Miranda, una gran compañera y amiga mía. El otro mensaje es el siguiente: durante las vacaciones no se dio a conocer los puestos de prefectos de las casas, pero ya tenemos los resultados: de Slytherin, será Pansy Parkinson, de Hufflepuff, Hannah Abott, de Ravenclaw Terry Boot y de Gryffindor será Hermione Granger. Pasen después del banquete al despacho de la profesora McGonagall para recibir instrucciones. Ahora, disfruten de la deliciosa cena.
Hermione saltó de su silla de la emoción. Era lo mejor que le podría haber pasado. Siempre quiso ser prefecta y ahora lo había conseguido. Sin duda todas esas horas de estudio de habían servido.
-- Felicidades Hermione, me da gusto que seas prefecta – fingía Harry, en realidad no le daba gusto que Hermione fuera prefecta, ya que pasaría menos tiempo con ellos y eso no estaría bien con tantos problemas en los que se meten a cada rato.
-- Si, muchas felicidades, pero por favor, hay que cenar que me muero de hambre – interrumpió Ron, que tampoco le agradaba la idea de la prefecta Hermione.
Al día siguiente, Harry se levantó muy temprano, pues estaba ansioso de que las clases comenzaran de nuevo. Esperó a Ron y juntos fueron a la sala común donde estaba Hermione entregando los horarios de los alumnos.
-- Herbologia es la primera clase, nada interesante – comentó Ron, que iba de muy mala gana al Gran Salón a desayunar – por lo menos disfrutaré de un rico desayuno.
Después de desayunar, llegaron a Herbologia, plantaron Lormíteros, una planta que servía para recuperar la vista en caso de ceguedad.
Luego tuvieron Historia de la Magia con los de Slytherin, y Malfoy empezó a hacer de las suyas de nuevo.
-- Vaya, vaya, miren quién está aquí, el joven Harry Potter. Los años pasan taan lentos, y todavía quedan otro más con éste aquí...
Harry lo ignoró por completo, ésta vez no tenía ganas de discutir, con nadie. Sentía que le faltaba algo, no sabía que, pero lo sentía.
-- Hey, Harry, ¿ya viste a la nueva alumna de Slytherin? Si o no está guapísima, más que una veela – le comentó Ron sin despegar la vista de una chica delgada, con el cabello rubio y lo llevaba recogido, se le veían claramente sus ojos azules brillando; platicaba con Pansy Parkinson de lo mal que se veía el profesor Binns con esa tunica verde escarlata.
-- Ron, la tengo que conocer! Sabes, éstos últimos dias he sentido que me falta algo, no sé que es, pero me siento solo, raro, tu que...
-- Evidentemente mi querido Potter, lo que te hace falta es una novia, a leguas se te nota, y tal vez ella sea la indicada – interrumpió Ron señalando a la chica rubia.
-- Alumnos, silencio por favor, déjenme comenzar la clase ya. Primero quiero presentarles a todos, a su nueva compañera Andie Foster, ella viene de la escuela Durmstrang.
Hubo un silencio total, al menos en la cabeza de Harry, porque los demás comentaban que el saco verde escarlata del profesor no iba con su corbata, y que seguramente estaba de parte de Slytherin , ya que su escudo es verde también. Harry la miraba fijamente, y sentía algo cuando la veía, era algo extraño.
-- Hoy trabajaremos sobre las brujas y magos del siglo XXI, ¿cómo serán? Quiero que se junten en equipos de 4, yo los organizaré; haber Malfoy, Crabbe, Parkinson y Palti; Lavender, Goyle, Flint y Neville; Potter, Granger, Weasley y Foster...
-- Bueno, ¿cómo se imaginan que serán las brujas del siglo XXI? No tengo ni idea, pero puede ser que tengan escobas que viajen a la luna en poco tiempo y que salgan de vacaciones a otros planetas para tener uno gobernado de puros magos sin ser molestados por los muggles y ya no tendremos que esconder la magia... ¿Te imaginas Hermione?
-- ¡Ron! Cómo puede ser posible eso,¿que no te acuerdas de la ley de la gravedad?, aah, no, es que tu no estuviste en estudios muggles. Mira, la ley de la gravedad dice que no se puede vivir en los planetas porque no tienen gravedad y saldríamos volando hacia el espacio...
-- Hermione, Hermione, estás loca? ¿cómo van a salir volando por el espacio? Si pueden respirar en este planeta lo pueden hacer en otros...
La discusión continuó. Hermione insistía en que no se podía vivir sin gravedad en ningun planeta, mientras que Ron fantaseaba con las familias de magos en la luna sin que los muggles los molestaran..
-- Hola, ¿Eres Harry Potter, no es así? – preguntó Andie, ignorando la discusión de Ron y Hermione.
Este.. sí, sí, pero cómo lo sabes? – fue lo único que se le ocurrío decir a Harry.
Pues por la cicatriz en forma de rayo que tienes en la frente, es evidente – dijo Andie, señalando la cabeza de Harry.
Ah, si verdad, pensé que no se me veía – contestó Harry, acomodándose el pelo negro azabache y preguntándose cómo habría podido ser tan tonto y olvidarse de el pequeño regalito que le dejó Voldemort antes de asesinar a sus padres, y por supuesto, el motivo por el que los magos y brujas de todo el mundo lo reconocían: su cicatriz.
Andie sólo le respondió con una mirada insinuando que no era tan tonta como para creérselo.
- Bueno, qué te parece si mejor nos ponemos a hacer el trabajo, ¿no crees? – preguntó Harry para dar fin al tema de su cicatriz.
- Si, claro
Luego de que la aburrida clase del profesor Binns terminó fueron a Transformaciones con la profesora McGonnagall, quien les enseñó como transformar una escoba en una serpiente venenosa, pero ocurrió lo mismo de siempre, Neville se tropezó con esa serpiente y lo picó, tuvo que ir a la enfermería con la señora Pomfrey, quien le sacó el veneno de la pierna con un hechizo rápido.
