Capitulo 7: El baile

-¿Ma...Ma...Malfoy? Bueno…este…eso era todo, me tengo que ir, adios- dijo Harry tan rápido como pudo para salirse de ahí, quería darse de golpes contra la pared.

-Espera, Harry, estaba bromeando, no tengo pareja, esperaba que tú me lo pidieras- dijo Andie, fue como si a Harry le volviera el alma al cuerpo.

-Oh, bueno, ¿entonces irás conmigo?- preguntó Harry aunque la respuesta ya la sabía.

-Claro, este viernes, me esperas en el vestíbulo, si?- preguntó Andiee

-Sí, si, ahí estaré –dijo Harry y se fue a la torre de Gryffindor, quería contarle a Ron que ya tenía pareja para el baile, pero cuando llegó a la sala común no vió a nadie y se fue a su dormitorio, donde se dio cuenta que Ron ya estaba dormido.

Al dia siguiente las clases pasaron normalmente, sólo que les dieron la última clase para prepararse para el baile, la suerte era que la ultima clase era pociones.

Todo estaba adornado de color naranja y muchas calabazas con velas encendidas en el interior flotaban por el techo de Hogwarts. También había telarañas en las esquinas (esas no eran parte de la decoración, ya que siempre estaban), pero Harry pensó que era por el Halloween ya que nunca las había visto solo hace 4 años, que las arañas iban al bosque prohibido, y que tuvo un enfrentamiento con una Araña gigante y con Tom Riddle.

Harry ya se estaba preparando, se puso pantalones negros y su túnica de gala, se peinó el cabello para atrás como un brujo famoso que salió en la revista Corazón de Bruja, por fin había podido controlarse el cabello con aquella jalea que le prestó Ron, que nunca utilizaba. Se miró en el espejo. Ya no vió a aquel niño con ojos verde intenso que veía todas las mañanas, ahora miraba un joven muy apuesto, se veía como si fuera el dia de su boda.

-¡Harry!, ¿ya estás listo? Tenemos que irnos porque nos... ¡vaya! Te ves como un cantante muggle, pero con túnica, veo que la jalea que te presté por fin la utilizaste, bueno, vámonos –dijo Ron y los dos salieron de la torre, y llegaron al vestíbulo del castillo, donde Ron tenia que esperar a Holly y Harry a Andie.

-Mira Ron, allí viene Hermione, pero viene sola –dijo Harry para que Ron volteara a ver a Hermione que lucía espectacular. Llevaba puesto un vestido violeta oscuro, llevaba el cabello suelto, esta vez no estaba lacio como el año anterior, esta vez se lo había enchinado un poco de las puntas y se había maquillado un poco. Hermione se acercó a ellos y también se sorprendió al ver a Harry.

-Hola Ron, hola Harry, te ves tan...mayor, creo que ese look te va bien.

-¿Ese...qué?- preguntó Harry

-Look, es como atuendo, estilo, es una palabra muggle que leí en Corazón de Bruja- dijo Hermione –este... ¿y sus parejas?

-Las estamos esperando- dijo Harry -¿pero dónde está la tuya?

-Oh... bueno, ocurrió algo terrible, resulta que la novia de Peter si está aquí, y va a ir con ella, y Robert, Colin y Greg ya tienen pareja, creo que iré sola, ¡miren!- dijo Hermione apuntando a una chica que iba acompañada de Goyle.

-Es...es ¡Holly, y va con Goyle!, pero si la estaba esperando... oh, no, creo que me quedé sin pareja, cómo pudo ser posible que prefiriera a Goyle y no a mí- dijo Ron con cara de tristeza.

-¡Esperen! ¿por qué no van...¡juntos!?- dijo Harry – así ninguno de los dos se queda sin pareja, o es que van a discutir de nuevo? Por favor, chicos, traten de no discutir, si? Yo me voy!- Harry se acercó a Andie que también lucía muy bien, llevaba un vestido negro largo, y el cabello rubio suelto, y se maquilló de una forma que sus ojos azules brillaban fuertemente como los de Harry, pero con la diferencia de que los de Harry eran verde escarlata.

-¿Nos vamos?-preguntó Andie, tomando el brazo de Harry quien sólo asintió con la cabeza. Caminaron hacia el gran comedor del castillo, donde los alumnos de primero, segundo, tercero y cuarto año ya estaban en sus torres, a ellos no les permitieron ir al baile. Vieron a algunas parejas, a Parvati con Robert; Goyle y Holly; Draco y Pansy; Neville y Mandy Blocklehurst; Seamus y Lavender, etc. Todos bailaban una canción romántica, entonces ellos se apresuraron para unirse a los demás, pero algo les impidió el paso, Snape.

Snape no les dijo nada, sólo pasó frente a ellos, pero tenía una actitud muy sospechosa y vieron que se dirigía a la oficina de la profesora McGonagall.

-¡Harry! ¿ya viste a dónde va Snape?- preguntó Andie señalando a Snape.

-Si, va a la oficina de la profesora McGonagall, pero, ¿cómo lo pudimos olvidar?, ¡Hoy es el cumpleaños de la profesora!, tal vez Snape hará lo que tramaba, espera... el dia que escuché la conversación, Snape dijo que sería esa misma noche... ¡entonces ya debe haber sucedido y no nos dimos cuenta!- dijo Harry –tenemos que ir a la oficina de la profesora para ver si está bien, tal vez esté allí secuestrada o podemos encontrar alguna pista, ¡vamos!.

Harry y Andie corrieron entre las parejas sin ser notados, pasaron por las mazmorras y por algunos retratos que les gritaban cosas como "no hagan nada malo", "los van a atrapar", o "esos son los frutos del amor". Corrían a toda velocidad, hasta que llegaron a la oficina, la puerta estaba abierta de par en par y no había nadie dentro. Así que pasaron y Harry vió lo mismo que la vez pasada que fue a decirle a la profesora lo que tramaba Snape; un montón de pergaminos, libros gruesos y pesados, pero ésta vez no estaba la cama, seguramente la ocultaba con magia como Harry había pensado, en vez de la cama, estaba una mesa, y tenía una caja encima, muy grande.

-¿Qué crees que sea eso? Podría ser peligroso- dijo Andie que veía la caja con miedo.

-No lo sé, tendremos que abrirla, puede ser algo de Snape o... mejor la abro- dijo Harry y abrió la caja, en el interior había una nota y otra caja, un poco más pequeña.

Minerva:

Feliz cumpleaños, esta es la primera vez que te mando un regalo, pero todos estos años he aprendido que eres una gran compañera, aquella vez que estuvimos en la oficina de Dumbledore ...¿lo recuerdas?, fueron unos de los minutos más felices en mi vida, mis labios tocaron los tuyos, pero desafortunadamente llegó Albus.

Ojalá que eso se pueda repetir algún dia, lo anhelo tanto...espero que tú también.

Con cariño,

Severus S.

Harry y Andie se quedaron atónitos, no sabian que decirse uno al otro, sencillamente era increíble y Harry nunca lo habría imaginado, no de esa manera.

-Oh, que romántico, me encantan las cartas de amor, quisiera que alguien algún dia me escribieran algo así, y mira, hay flores- dijo Andie y abrieron la otra caja, y en efecto, un ramo allí dentro resplandeció, pero había algo que les llamó la atención, una gran rosa verde, con puntos amarillos, que tenía un brillo especial, brillaba más que las demás, tanta era la luz, que les cegaba la vista, así que cerraron la caja con la nota dentro y salieron de la oficina de McGonagall. En el camino, después de que Harry leyera la nota, dijo algo que nunca había dicho.

-Andie...¿a...alguna vez tu...eh...te haz...este...ejem...enamorado?

-¿Enamorarme? ¡Claro! Quien no, o acaso ¿nunca te ha pasado a ti?- preguntó Andie de lo más natural

-Bueno, hace tiempo, había una chica, Cho Chang, me gustaba pero no siento lo mismo que...es decir, no me enamoré de ella.

-¿Viste la flor?- dijo Andie, cambiando de tema un poco.

-Claro, brillaba mucho, nunca había visto otra igual –dijo Harry y doblaron a la izquiera para salir al pasillo que los llevaría al Gran Salón.

-Es muy difícil de encontrar, hay pocas en todo el mundo y creo que hace cosas mágicas, pero no sé exactamente qué- dijo Andie –voy a investigar sobre la flor.

No hablaron más hasta que llegaron al Gran Salón, todos bailaban, Parvati y Robert, Seamus y Lavender, y hasta Neville, que le pisaba los pies a Mandy. Luego vió a Ron y a Hermione bailando juntos, y se puso feliz, porque, por primera vez, no peleaban.

A lo lejos distinguió a McGonagall y a Snape bailando en un rincón, y a Dumbledore bailando con la señora Pomfrey. Esto influyó mucho para que a Harry le diera valor y decirle a Andie que si bailaba con él.

-¿Bailamos?- dijo Andie y Harry sintió un gran alivio porque él no lo había podido hacer con tanta tranquilidad como ella.

Harry asintió y se unieron a la fiesta tan pronto como pudieron.

Después de unos minutos, salieron fuera del castillo, Andie quería "tomar un poco de aire fresco", pero Harry se imaginaba que tenia otras intenciones y se emocionó.

-La he pasado muy bien hoy, Harry, como nunca- dijo Andie sentándose en el césped debajo de un árbol.

-Yo también, no sabes cuánto- dijo Harry y Andie lo miraba fijamente a los ojos y Harry hizo lo mismo, su corazón comenzó a latir muy rápido y sus manos empezaron a sudar, pero se fue acercando poco a poco a Andie y, en un instante, sintió sus labios sobre los de ella y su mente se quedó en blanco, fue como si se hubiera desmayado, pero estaba allí, sentado a un lado de Andie, quien estaba tan unida a Harry.